La batalla de Karánsebes

“La batalla de Karánsebes” fue uno de los episodios más ridículos, y trágicos, de la historia militar. Ocurrió en 1788, durante la guerra entre el Imperio Austriaco y el Imperio Otomano. Una noche, un grupo de soldados austriacos fue en busca de aguardiente para relajarse antes del combate, pero, al volver al campamento completamente ebrios, se cruzaron con un grupo de soldados que los confundió con el enemigo.
El caos no tardó en estallar: disparos, gritos y confusión por todos lados. Para colmo, cuando los oficiales gritaron “¡Halt!” (¡Alto!), muchos soldados que no hablaban alemán entendieron “¡Allah!” y asumieron que estaban siendo atacados por los turcos. El ejército entró en pánico, se disparó a sí mismo y huyó en desbandada.
El resultado fue una carnicería. Se estima que murieron alrededor de 1.200 soldados… sin que el enemigo siquiera estuviera presente. Dos días después, los otomanos llegaron y descubrieron que no tendrían que luchar: encontraron el campo despejado, con cadáveres por doquier y un ejército que ya se había vencido solo.