lunes, 25 de abril de 2016

Guerra de Secesión: Shiloh y los soldados fluorescentes

Después de la batalla de Shiloh algunos soldados de la guerra civil realmente brillaban en la oscuridad!



Hay muchas historias notables de la guerra civil americana. Uno de los más notables es la historia de los soldados que brillaban en la oscuridad. En la primavera de 1862, estaba claro que la guerra civil iba a ser sangrienta y larga. El mayor general Ulysses S. Grant había empujado profundamente en la liderada por Confederados del Sur a lo largo del río Tennessee. Eso abril, acampó en el aterrizaje de Pittsburg cerca de Shiloh, Tennessee, a la espera de la llegada del Mayor General Don Carlos Buell y su ejército.
tropas de la Confederación estaban atrincherados cerca de Corinto, Mississippi, lanzaron un ataque sorpresa contra las tropas de Grant con la esperanza de derrotar a ellos antes de que el segundo ejército se unió. los hombres de Grant ya se habían aumentado en número por algunas llegadas de tropas de Ohio. Ellos mantuvieron su posición y se estableció una línea de batalla que fue respaldada por la artillería. Lucha continuó durante toda la noche, pero por la mañana había llegado a las tropas restantes viajan desde Ohio. Ahora la Unión superaban en número a los confederados por más de 10.000.
Las tropas de la Unión empujados hacia atrás hasta los confederados se retiraron a Corinto. Los confederados se dieron cuenta de que no podían ganar y no lanzaron otro ataque hasta agosto. Pero la batalla de Shiloh fue una masacre sangrienta que los médicos de ambos lados no estaban preparados para hacer frente a este y aumentó el número de bajas. En total, 16.000 soldados quedaron heridos y más de 3.000 murieron en ese campo de batalla.
Los soldados de la época no sólo estaban luchando heridas de balas y bayonetas, pero eran muy propensos a las infecciones. La metralla y la suciedad se infectar a sus heridas. El ambiente cálido y húmedo del campo de batalla llevó a atacar a las bacterias al tejido ya dañado. Dadas las condiciones de todos los alrededores horrible durante la Guerra Civil, los soldados siempre estaban operando con sistemas inmunes debilitados. Esto disminuye aún más su capacidad para combatir las infecciones bacterianas por su propia cuenta. Los antibióticos aún no habían sido descubiertos, y, a menudo los médicos del ejército no podían ayudar a los heridos. Por desgracia, esto llevó a muchos soldados que mueren de infecciones que podrían ser fácilmente subsanada en la actualidad.
Durante la batalla de Shiloh no había suficientes médicos para todos. Algunos de los soldados tuvieron que esperar dos días y noches en el barro para el tratamiento médico para llegar a ellos. Por el crepúsculo tiempo cayó en la primera noche algunos de los soldados notó un brillo extraño viniendo de sus heridas. La tenue luz se podía ver en la oscuridad del campo de batalla. Resultó que, cuando las tropas con el tiempo llegaron a hospitales de campaña, que los que habían tenido heridas brillantes vieron sus heridas se curan más rápido y eran más propensos a vivir para luchar otro día. Parecía que el resplandor era de algún tipo de efecto protector, lo que le valió el apodo de "Resplandor del ángel".
Cuando 17 años de edad, Bill Martin visitó el campo de batalla de Shiloh con su familia en 2001 (140 años después de la batalla real), escuchó la historia de las heridas que brillan intensamente con interés. Su madre es un microbiólogo en el Servicio de Investigación Agrícola, USDA, y ha estudiado las bacterias luminiscentes que vivían en el suelo. Martin dijo Ciencia Netlinks que le preguntó a su mamá si estas bacterias podrían haber causado las heridas a brillar. Al ser un científico, le dijo a su hijo que debe llevar a cabo un experimento para averiguar. Martin estaba listo para el reto!
Martin y su amigo Jon Curtis se ubicó en el estudio de la bacteria y se familiaricen con las condiciones en la batalla de Shiloh. Se descubrió que la bacteria había estudiado su madre, Photorhabdus luminescens, y el de las heridas que brillan intensamente tanto experimentan el mismo ciclo de vida extraña. Ambos viven en los intestinos de los gusanos parásitos llamados nematodos. Los nematodos penetran en las larvas de insectos y residen en los vasos sanguíneos. Entonces vomitan los P. luminescens bacterias que viven dentro de ellos.
Esta bacteria es bioluminiscente y emite un resplandor azulado suave. Se comienza a producir una serie de productos químicos que matan el insecto huésped junto con todos los otros microorganismos ya dentro. El nematodo luminescens y socio P. quedan para alimentarse, crecer, multiplicarse y sin interrupción. Finalmente, el nematodo se comerá las bacterias. Las bacterias entonces recolonizar las entrañas del nematodo para que se hagan transportado al estallar del cadáver en busca de un nuevo huésped.
Los dos niños fueron capaces de determinar a partir de registros históricos que las condiciones de clima y suelo eran propicias tanto para los luminescens P. y sus socios de nematodos. Sin embargo, estas bacterias no pueden vivir en la temperatura del cuerpo humano, por lo que los soldados heridas un huésped imposible. Sin embargo, muchos de estos soldados se quedaron atrapados en la lluvia de primavera durante muchas horas antes de recibir tratamiento médico. Es muy probable que sufrían de hipotermia, lo que habría reducido su temperatura corporal suficiente para hacer que un hogar viable para P. luminescens.
Los chicos llegaron a la conclusión de que la evidencia demostró que las bacterias junto con los nematodos se metieron en las heridas de los soldados de la tierra. Resulta que este podría haber salvado sus vidas. Esencialmente las bacterias borra a los patógenos que podrían haber causado más infecciones que los soldados no habrían sido capaces de combatir. Ni P. luminescens ni el nematodo es infecciosa para los seres humanos, lo que significa que habrían sido finalmente derrotado por el sistema inmune. Los nematodos pueden causar úlceras, sin embargo, lo que no es un tratamiento ideal para los seres humanos por cualquier medio.
Pero teniendo en cuenta las condiciones extremas durante la batalla de Shiloh, algunos de los soldados de la suerte de haber estado en contacto con este dúo dinámico bacteriana. Las heridas brillantes es una de las historias más notables de la Guerra Civil y deben ser más ampliamente conocidas.

domingo, 24 de abril de 2016

Guerra de la Independencia: Batalla de Sauce Redondo (1814)

Batalla de Sauce Redondo


Gral. Martín Miguel de Güemes (1785-1821)

Luego de la derrota de las tropas patriotas en Ayohuma y aprobado el plan sugerido por Dorrego para la reorganización de la vanguardia, éste permaneció unos días en las líneas avanzadoras, instruyendo oficiales y tomando diversas disposiciones.  En su transcurso llegó al cuartel general de Tucumán el mayor Martín Güemes, a quien Manuel Belgrano había expulsado del ejército en la primera retirada de Jujuy, a consecuencia de una historia de amoríos que se hizo pública y chocó con las ideas de riguroso orden social sustentadas por el general ahora en desgracia.  San Martín lo envió a la vanguardia, y Dorrego le colocó en el lugar que anteriormente había destinado a Pedro Zabala, que era de mucha acción y sirvió después a tan famoso y heroico guerrillero, para dar la medida de su capacidad.

Güemes pertenecía a una familia honorable de la Capital de la provincia que tanto habría de defender, y no carecía de cultura; pero, penetrado de la idiosincrasia del gaucho, especialmente en breve estadía en la Banda Oriental, donde contempló y admiró de cerca la popularidad de Artigas, aunque sin gustar de los propósitos de este caudillo, procuró identificarse con los campesinos el norte usando su traje, empleando su lenguaje, halagando en grotescas y zafadas peroraciones –que no dejaba escuchar a ninguna persona con alguna educación, ni aun a sus ayudantes- el odio a las clases superiores de la sociedad en general y a los falsos “nobles”, entre los cuales hubiera podido alternar, particularmente.  Tenía esbelta figura, ancha y despejada frente, ojos singularmente vivarachos, poblada barba negra que dejaba crecer hasta el pecho; pero su vos era trabajosa y confusa, a consecuencia de un defecto de la úvula, según un contemporáneo: “quien no estaba acostumbrado a su trato, sufría una sensación penosa al oírlo” (1).  Los jóvenes decentes, para vengarse de sus diatribas, en los tiempos que empezó a destacarse, pusieron en boga unos malos versos, que le llamaban

“Loco, vano, fullero, mentiroso;

Todo eso junto y ainda mais gangoso” (2)

Mientras el coronel Saravia daba cuenta a San Martín que habían sido distribuidas todas las partidas de acuerdo con las órdenes de Dorrego (10 de febrero de 1814), éste daba por terminada su misión en Salta y se retiraba al cuartel general de Tucumán.

Afanoso Güemes por probar en la pelea la bravura y la adhesión de los gauchos, como el enemigo no se atrevía a lanzar partidas a la campaña aleccionado por los percances ya sufridos, fue en su busca introduciéndose en el valle de Lerma; el 9 de marzo batió una avanzada realista en los suburbios de la ciudad, y el 11, habiendo realizado el coronel Castro una salida con toda su poderosa vanguardia para hacer lo que le parecía peligroso e inútil esperar de pequeños destacamentos, fue acosado de tal manera por los gauchos apostados detrás de los árboles, que se descorazonó muy pronto, y sin haber salido del valle, regresó a su cuartel a los tres días.  “Los gauchos de Salta solos –oficiaba San Martín al Gobierno General- están haciendo al enemigo una guerra tan terrible….”.

El 18 de marzo, otra avanzada de la plaza fue sorprendida por los gauchos de Güemes; pero a despecho de eso, un piquete realista de 56 hombres al mando del capitán José Lucas Fajardo, consiguió deslizarse hasta las cercanías de Guachipas.

El 24, habiendo sido sentido por José Apolinar Saravia –gaucho joven que sentía dio feroz a los “godos”, y del cual se refiere que en la gloriosa tarde de Tucumán riñó con otro oficial que se opuso al sacrificio de un prisionero, y un rato después, viendo a aquél agredido por un enemigo rezagado, le salvó la vida, exponiendo la suya, sin reconciliarse-, pagó su temeridad.  Saravia, reuniendo 30 “partidarios” de los que estaban a sus órdenes y algunos gauchos armados con garrotes y chuzas, lo acometió en Sauce Redondo, matando 11 hombres, entre los cuales cayó Fajardo, y haciendo 27 prisioneros, a cambio de cuatro bajas solamente.  “No puedo prescindir de manifestar a V. S., aunque de paso –escribió San Martín al coronel Pedro José Saravia-, cuán pausible y satisfactoria me ha sido la valerosa comportación del precitado comandante don José Apolinar, la de su hermano don Domingo y de toda la demás gente de su mando en la brillante guerrilla del 24”.

Filiberto de Oliveira Cezar en su obra “Güemes y sus Gauchos”, transcribe una carta referida a este combate del comandante Saravia, dirigida a Güemes, fechada en Guachipas el 25 de marzo de 1814: “……. A las 2 de la tarde observaron mis descubiertas que el enemigo en número de 56 hombres bien armados, al mando del Capitán D. José Lucas Fajardo, se dirigía por el paso del río de Guachipas hacia este rumbo; inmediatamente di orden para que mis descubiertas y avanzadas, que estaban en el Sauce Redondo, se replegasen hasta las casas de D. Manuel Castellanos, entre tanto yo hacía avanzar mi retaguardia que se hallaba situada en la capilla para protegerlas oportunamente.  En efecto, a las 3 ½ de la tarde campó el enemigo en el Sauce Redondo, y a las 4 rompí el fuego contra su avanzada, con una guerrilla de doce hombres al mando del Alférez de caballería de línea, D. José Antonio Suárez. Observando que muerto dicho alférez me rechazaban la guerrilla, cargué inmediatamente con el resto de mi división, y pasadas las primeras descargas de fusil, a las que se sostenía vigorosamente, mandé avanzar, sable, garrote y chuza en mano: en ese momento desordenado, el enemigo huyó vergonzosamente, de lo que resulta haber conseguido una completa victoria, haciéndoles 27 prisioneros, entre ellos 14 mal heridos; a más de éstos, 8 soldados, 2 sargentos y el Comandante Fajardo muerto; consistiendo mi pérdida únicamente en la muerte del Alférez Suárez, dos soldados y un paisano herido (…)  Después de encarecer a V.E. el valor, constancia y regocijo con que todos mis soldados y paisanos se han comportado, debo particularmente recomendar a la consideración de V. E., la viuda e hijos de dicho Alférez Suárez, cuyo ingente valor lo precipitó en la tumba donde yace, con solo el interés de la libertad…” .

El 29 salieron de la plaza 80 realistas mandados personalmente por Castro, para atacar a los patriotas mandados por Güemes, cuyas posiciones habían sido descubiertas, pero el segundo se anticipó al primero, logrando sorprenderlo y desbaratarle la mitad de la gente.

Los servicios de Güemes fueron premiados con el grado de teniente coronel y el mando superior de la vanguardia, en que relevó al coronel Saravia.  Aumentó su prestigio, su acción cobró aún mayor energía, y los realistas, cada vez más encerrados en la ciudad, creyeron sufrir el asedio de un gran ejército.  Pidieron nuevamente refuerzos, y obtenidos, destinaron mil hombres a la conquista de una zona de la campaña, que les sirviese para extraer recursos.  Esa fuerza, que maniobró fraccionada en dos divisiones mandadas respectivamente por los coroneles Gullermo Marquiegui (salteño) y Antonio María Alvarez, nada pudo conseguir; regresó a los pocos días, con gran fatiga y algunas pérdidas causadas por la diaria hostilización de los gauchos.

Referencias


(1) José María Paz – Memorias póstumas.

(2) Joaquín Carrillo – Historia civil de Jujuy.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.

Oliveira Cezar, Filiberto de – Güemes y sus Gauchos: escenas de la independencia argentina – Buenos Aires (1895).

Paz, José María – Memorias póstumas.

Portal www.revisionistas.com.ar

Uteda, Saturnino – Vida Militar de Dorrego – La Plata (1917).

Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

sábado, 23 de abril de 2016

UK: Restos sajones y de la PGM



Un sitio de enterramiento sajón y artefactos de la PGM encontrados en la llanura de Salisbury
Los secretos de un pasado antiguo y artefactos militares de la guerra mundial 1 y 2 han sido descubiertos durante los trabajos de pre-desarrollo de nuevos cuarteles militares en Bulford en la llanura de Salisbury.
El cementerio sajón de alrededor de 150 tumbas y características militares ha sido descubierto en la tierra poseída por el Ministerio de Defensa y asignada para 227 nuevas viviendas para familias del Ejército.
Los elementos arqueológicos se encontraron por primera vez durante la excavación de zanjas de pre-planificación estándar por un equipo de especialistas de Wessex Archaeology.
Uno de los enterramientos ha sido fecha de carbono entre los días 6 y 7 de siglo.
Durante la PGM el sitio fue utilizado para el entrenamiento. Los investigadores han encontrado pruebas de que un herrador de campaña puede tener caballos re-zapateados en el sitio.
El sitio era también el hogar de los campos de tiro de la SGM.

Forces T

viernes, 22 de abril de 2016

El iceberg del Titanic


Esta es la fotografía que retrata el presunto iceberg que hundió al Titanic
Un día después del trágico hundimiento del Titanic, ocurrido entre la noche del 14 y la mañana del 15 de abril de 1912, el jefe de camareros del buque Prinz Adalbert, que navegaba por la zona, tomó una fotografía del iceberg con el que presuntamente colisionó el trasatlántico, en el Atlántico Norte.
Según confesó el autor de la fotografía, realizó la captura cuando todavía no sabía nada acerca de la tragedia. Argumentó que llamó su atención la mancha de pintura roja que evidenciaba el iceberg, como si un barco acabara de rozarlo.
La fotografía estuvo exhibida durante décadas en las paredes de un bufete de abogados, que representó a los propietarios del Titanic, la compañía White Star Line. Tras su clausura, en 2002, los socios decidieron subastarla, junto con una nota.
La nota dice lo siguiente: "Un día después del hundimiento del Titanic, el barco de vapor Prinz Adalbert pasa por el iceberg que se muestra en esta fotografía. Aún desconocíamos el desastre del Titanic. Por un lado, la pintura roja era claramente visible, pues se ve como si hubiera sido resultado del roce de una embarcación con el iceberg. SS Prinz Adalbert Hamburg America Line".
Si bien no existe evidencia que demuestre si efectivamente la foto retrata al iceberg con el que colisionó el Titanic, es cierto que su subasta, realizada en Inglaterra, tuvo una base de 23.200 dólares.

History Channel

jueves, 21 de abril de 2016

USA: La masacre de Colfax (1873)

La Masacre de Colfax 1873 paralizó la era de la reconstrucción
Uno de los peores incidentes de violencia racial después de la Guerra Civil preparó el escenario para la segregación


Un grabado de las familias negras recopilación de los muertos después de la Masacre de Colfax publicado en Harper semanal, 10 de mayo de 1873. (dominio público a través de Wikimedia Commons)
Por Danny Lewis
SMITHSONIAN.COM

El período de la reconstrucción que siguió a la Guerra Civil de Estados Unidos era una de las peores épocas, más violentos de la historia de América. Durante ese tiempo, miles de afroamericanos fueron asesinados por terroristas domésticos como el Ku Klux Klan que trataron de reforzar las políticas antes de la guerra de la supremacía blanca. Para muchos historiadores, uno de los peores ejemplos de este tipo de violencia se produjo hace 143 años en la actualidad: la Masacre de Colfax de 1873.

Inmediatamente después del final de la Guerra Civil, las diferentes facciones comenzaron a luchar por el poder. Amargado por la pérdida de la Confederación, muchos blancos demócratas del sur hicieron todo lo posible para continuar privar de sus derechos y la restricción de los derechos de los ex esclavos. Al mismo tiempo, grupos de supremacía blanca, insurgentes aterrorizaron a los afroamericanos en todo el Sur. En Louisiana, la lucha por el gobierno de posguerra fue particularmente sangrienta, como PBS 'serie American Experience explora.

Cocer a fuego lento resentimientos entre los demócratas del sur, la mayoría de los antiguos dueños de esclavos, y el gobierno federal dominada por los republicanos, explotó en las elecciones de 1872 para gobernador de Louisiana. La votación resultó en una división muy reñida entre el Republicano y los candidatos demócratas, y cuando el presidente Ulysses S. Grant envió tropas federales para apoyar al candidato republicano, los blancos del Sur se rebelaron y formaron un ejército insurgente fuertemente armada llamada la "Liga Blanca." Al igual que en el Ku Klux Klan, la Liga de White fue un grupo paramilitar que intimida y atacó a los negros y los blancos republicanos en todo el estado, Henry Louis Gates, Jr. escribe para la raíz.

Por temor a que los demócratas locales podrían tratar de tomar el control del gobierno regional de Grant Parish, que se divide casi por igual entre los ciudadanos en blanco y negro, una milicia de color negro tomó el control de la corte local en abril de 1873. Poco después, una turba de más de 150 hombres blancos, la mayoría de los ex soldados confederados y miembros del Ku Klux Klan y la Liga blanca llegaron y rodearon el palacio de justicia, Bill Decker escribe para el Anunciante Lafayette. Después de disparar un cañón a los milicianos dentro del juzgado el 13 de abril, las dos fuerzas dispararon el uno al otro hasta que los defensores de los negros se vieron obligados a rendirse. Pero cuando se rindieron, la turba de blancos mató a muchos de los hombres de raza negra, disparando a ellos y colgar alguna. Los historiadores no están seguros de cuántas personas murieron en el final, pero mientras que los registros muestran que la matanza resultó en la muerte de tres hombres blancos, se estima que entre 60 a 150 afroamericanos fueron asesinados.

"El más sangriento de instancia única de la matanza racial en la era de la reconstrucción, la masacre de Colfax enseñó muchas lecciones, incluyendo los extremos a los que algunos oponentes de Reconstrucción iría a recuperar su autoridad acostumbrados", el historiador Eric Foner escribe en reconstrucción: revolución inconclusa de Estados Unidos de 1863 -1877. "Entre los negros de Louisiana, el incidente fue recordado por mucho tiempo como prueba de que en cualquier gran enfrentamiento, que se sitúa en una desventaja fatal."

Mientras que la matanza fue noticia en todo el país y 97 miembros de la turba de blancos fueron acusados, al final sólo nueve hombres fueron acusados ​​de violar las leyes de Aplicación de 1870 y 1871, a veces conocidos como los Hechos Klu Klux Klan, destinadas a garantizar los derechos de libertos virtud de las enmiendas 14 y 15. Los abogados de las víctimas creían que tenían una mejor oportunidad de llevar a los cabecillas a la justicia en un tribunal federal de conspiración citan convicciones, en lugar de acusarlos de asesinato, lo que habría sido juzgado en los tribunales del estado de mayoría demócrata. Pero el plan fracasó. Los acusados ​​apelaron, y cuando el asunto en última instancia ante el Tribunal Supremo en 1876, los magistrados rechazaron las condenas de los tribunales inferiores, al dictaminar que las Actas de Aplicación aplican sólo a las acciones por parte del Estado, no por individuos, Decker escribe.

Este fallo castrado esencialmente la capacidad del gobierno federal para enjuiciar los crímenes de odio cometidos contra los afroamericanos. Sin la amenaza de ser juzgado por traición en un tribunal federal, la supremacía blanca ahora sólo tenían que buscar resquicios legales y funcionarios corruptos para seguir atacando a sus víctimas, Puertas informes. Mientras tanto, los principios de la segregación comenzaban a trabajar su camino en la ley, con Plessy v. Ferguson codificar oficialmente "separados pero iguales" sólo 20 años más tarde.

La Masacre de Colfax fue más o menos ignorado hasta que la década de 1920, cuando las autoridades locales levantaron un monumento en honor a los tres hombres blancos que murieron en el ataque contra el palacio de justicia, que llamó la batalla "disturbios". En 1951, los funcionarios marcaron el sitio de la matanza con una placa, una vez más, llamándolo un disturbio que "marcó el fin del desgobierno maleta en el Sur." la placa sigue en pie hasta nuestros días.




miércoles, 20 de abril de 2016

Egipto Antiguo: Megido y el inicio de la historia militar

La batalla de Megido: El comienzo de la historia militar
por Andrew Knighton - War History Online



La primera batalla de la que tenemos un registro histórico clara se llevó a cabo en el Levante en el siglo BC 15 de. Aunque sabemos que la guerra había existido durante siglos de antemano, y algunos detalles de las batallas anteriores se registran en el folklore y las escrituras religiosas, los detalles siguen siendo turbia.

Eso cambió con la batalla de Meguido.

Las dificultades de citas

los registros del antiguo Egipto, en la que nos basamos para las cuentas de la batalla de Meguido, lo sitúan en el año 23 del reinado del faraón Tutmosis III, en el día 21 del primer mes de la tercera temporada. Exactamente cómo esto se relaciona con nuestro propio sistema de datación es incierta, y los historiadores han fechado diversamente la batalla de 1457, 1479 o 1482 antes de Cristo. Todo lo que podemos decir con certeza es que se llevó a cabo en la primera mitad del siglo 15 AC.

Guerra en el Levante

Tutmosis III llegó al trono en un momento en Egipto controlado amplias zonas del Levante - las tierras del este del Mediterráneo y el norte de Oriente Medio. Al principio de su reinado, se encontró frente a una revuelta en esta región, en torno a Siria moderna.

Líder de la revuelta fue el rey de Kadesh, una ciudad cuya gran fortaleza le dio una base segura. Los Canannites, Mitani y Amurru se unieron a su alianza rebelde, al igual que el rey de Meguido, otro gobernante con una fuerte base de fortaleza.

Meguido era estratégicamente vital, el control de la principal ruta comercial entre Egipto y Mesopotamia, ahora conocida como la Vía Maris. Las fuerzas rebeldes se reunieron allí.


La Marcha del Faraón 




Estatua de Tutmosis III en el Museo de Luxor 

Al igual que muchos gobernantes antiguos, Tutmosis III tomó personalmente el mando de sus fuerzas. Reunió un ejército de entre diez y veinte mil hombres, que consta de infantería y carros, en la fortaleza fronteriza de Tjaru.

Este fue el apogeo de la guerra carro. Caballos aún no habían sido criados lo suficientemente fuerte como para llevar un jinete armado, por lo que la única manera de carros para moverse rápidamente por todo el campo de batalla y entregar los ataques repentinos de choque. El arco compuesto desarrollado recientemente dio a los corredores de carros en un arma poderosa para atacar a la infantería antes galopante de distancia. armas de hierro, que eventualmente llevarían a la caída de las aristocracias de los carros, todavía no se habían desarrollado.

En el corazón del ejército del faraón eran las armas más mortíferas de su época.

La elección de la más directa, pero también más peligroso de los tres rutas disponibles, Tutmosis tomó Aruna - la zona que ahora se llama Wadi Ara - casi sin resistencia. El ejército Kadeshi había sido enviado lejos hacia el norte y el sur para bloquear sus otras vías de avance, y ahora podía marchar en Meguido.

El rey de Kadesh, sorprendido por la apariencia de los egipcios en el centro de su línea defensiva, se puso de reunir sus tropas en el terreno elevado fuera de la fortaleza de Meguido. Faraón le dio poco tiempo para prepararse.


Oportunidad aprovechada



Una carga en la batalla de Megido, en 1457 aC, en lo que hoy es el norte de Israel, a partir de la historia 'humanidad'

Tener establecido un campamento al final del día, Tutmosis hace avanzar sus fuerzas amparo de la noche. Mientras que el Kadeshi concentró sus tropas alrededor de la fortaleza, el faraón se extendió a cabo su. Dos alas amenazados los flancos del enemigo, mientras que el núcleo del ejército avanzó en el centro. Por la mañana, atacó.

Las dos partes fueron muy igualados en número, con alrededor de 10.000 soldados de infantería y 1.000 carros cada uno. Pero después de haber extendido sus fuerzas, el faraón estaba en mejores condiciones para hacer uso de sus números. Mientras que él dirigió el ataque en el centro, su ala izquierda hizo una huelga rápido, agresivo contra el flanco rebelde.

La voluntad del flanco rebelde se rompe fácilmente por la velocidad y la habilidad del ataque egipcio. El ala derecha se derrumbó, y el resto del ejército siguieron con rapidez, la moral del colapso como guerreros vieron sus compañeros huyen. Algunos corrieron a la ciudad, cerrando las puertas detrás de ellos para mantener a los egipcios a cabo.

Los egipcios ahora desperdicia la oportunidad rápida victoria les había dado. Al igual que muchos vencedores largo de la historia, que se dedicó a saquear el campamento enemigo, capturando 200 armaduras y 924 carros. Sin embargo, aunque lo hicieron los rebeldes dispersos encontraron su camino de regreso a Meguido, trepando por cuerdas improvisadas de ropa bajados por la gente dentro de las paredes. Los que lo hizo con la seguridad incluyen los reyes de Megido y Cades.

Asedio y Consecuencias

La batalla de Megido fue seguido inmediatamente por un sitio. Faraón había sus hombres cavar una fosa y construir su propio muro defensivo alrededor de la ciudad. Después de siete meses de inanición, la ciudad finalmente se rindió. El rey de Kadesh escapó, pero el resto de los de la ciudad fueron capturados, y salvó por un faraón misericordioso.

Así como la armadura y carros, los vencedores se llevó a casa más de 2.000 caballos, 340 prisioneros, casi 25.000 de ganado y ovejas, y el tren de guerra real del rey de Meguido.


Más importante aún, la victoria en Meguido les permitió conquistar otras ciudades en la región, asegurando una vez más por el Imperio Egipcio.

¿Cómo sabemos sobre Meguido?

¿Cómo se ha convertido en esta sola batalla nuestra primera imagen clara de la historia de la guerra?

La respuesta se encuentra con escribano personal de Tutmosis III, Tjaneni. Acompañando a su regla en campaña, Tjaneni mantuvo un registro diario de la guerra. Años después, Tutmosis quería tener sus hazañas militares talladas en las paredes del templo de Amón-Ra en Karnak. El diario de Tjaneni permitió a los acontecimientos de Meguido a ser inscritas en detalle glorioso, que ha durado nos largo de los años.

Por tanto, el ejército egipcio ocupa un lugar importante en la historia temprana de la guerra por dos razones. En primer lugar porque no tenían la fuerza para llegar hasta el momento, incluyendo un líder de éxito y los últimos desarrollos militares. Y en segundo lugar porque se registran sus hazañas en una forma que duraría - las piedras antiguas de Egipto.

martes, 19 de abril de 2016

Masacres mongolas en Hungría Medieval

Horrores mongoles en Hungría en 1241
En 1241-1242 las invasiones mongoles de Hungría causaron una destrucción generalizada Recientemente, una casa llena de los restos calcinados de las víctimas asesinadas más un tesoro olvidado nos recuerda de estos horrores.

 La madre y los niños se encuentran en un horno de quemado Hungría 1241
La madre y los niños se encuentran en un horno de quemado Hungría 1241
"No mucho más tarde, llegó la noticia de que los tártaros habían tomado en la madrugada del citado Tǎmaşda, el pueblo de los alemanes, y todos aquellos a quienes no mantuvieron vivos fueron decapitados por la espada con una crueldad terrible. Al escuchar esto, me pusieron los pelos de punta, mi cuerpo se estremeció de miedo, mi lengua tartamudeó miserablemente, porque vi que el momento inevitable de la muerte espantosa me estaba amenazando. Ya veía a mis asesinos en el ojo de mi mente; mi cuerpo exudaba el sudor frío de la muerte ". [1]
En estos días, que se utilizan para fotos y vídeos de la aniquilación casi total de los pueblos de Irak y Siria causadas por Daesh. Que esto no es algo nuevo, un descubrimiento arqueológico reciente en un pueblo medieval cerca de Kiskunmajsa en el sur de Hungría es testigo.


Las monedas de Kiskunmajsán, Hungría 1241. © Ujvári Sándor

Aquí un arado volvió recientemente un alijo de monedas de plata y otras joyas para arriba. Los arqueólogos encontraron más tarde los restos de quemado vivienda llenos de los cuerpos carbonizados de personas, principalmente niños. El tesoro incluye 250 monedas de plata, así como una serie de anillos. La mayor parte de las monedas datan de principios del reinado del rey Béla IV (1235 -1270), lo que significa que la destrucción y muertes se pueden fechar a la invasión de los mongoles en 1241 - 42. Otros hallazgos similares cerca de Cegléd y Szank hablan de horrores similares. En Szank se encontraron los restos de 17 mujeres y niños dentro de una casa, que había sido quemado junto con otro tesoro. El mismo era el caso en Cegléd, donde se encontraron los cadáveres de una mujer y sus dos hijos. Habían intentado, sin éxito, de ocultar en un horno de su casa, mientras que ser objeto de ataques. En otros lugares se encontraron otros órganos, lo que sin ceremonia había sido echado en una zanja. Hace algunos años otra tal hallazgo macabro se realizó cerca de Szank en una casa incendiada reveló los restos de al menos 17 mujeres y niños. Por último, un nuevo descubrimiento macabro en Kiskunmajsa se publicó el otro día por el museo en Kecskemét. Incluyendo más de 250 monedas de plata, el tesoro había sido, obviamente, nunca se recuperó. Se encontraron los restos de los propietarios y sus hijos, una vez más quemado hasta la muerte.

La invasión de Mongolia


Anillo de Kiskunmajsán, Hungría 1241. © Ujvári Sándor

No hay duda de la invasión mongol de Hungría en 1241 causó una destrucción a gran escala, especialmente en las partes del este y central de Hungría. Se sabe que el rey húngaro, Bela IV hade recibido noticias sobre los mongoles. Sin embargo, él y su séquito creía que era sólo uno de los partidos de ataque nómadas habituales, que se utilizan para tratar. Posteriormente, este error resultó ser bastante costoso como los mongoles atacaron de manera coordinada. En el 11 de abril 1241, el ejército real fue aniquilada en la batalla de Muhi después de haber pasado a través del Paso Verecke en marzo.


Segundo anillo de Kiskunmajsán, Hungría 1241. © Ujvári Sándor

Como de costumbre el número de tropas que participan en la batalla varían entre las diferentes fuentes y las estimaciones varían entre 30.000 - 70.000 mongoles frente a 10.000 - 80.000 húngaros, que estaba acampado detrás de los vagones en círculo. Varios historiadores modernos han especulado que las armas de fuego y armas de pólvora chinos fueron desplegados por los mongoles en la batalla de Mohi y el crédito a los mongoles con la introducción de la pólvora y cánones a Europa. Lo que fue decisivo, el ejército húngaro fue aniquilada y el rey sólo se escapó por la mayor suerte.

Posteriormente, Hungría estaba muy abierto para los mongoles, que procedió a ocupar la Gran Hungría llanos y montañas de los Cárpatos y Transilvania. Esta ocupación fue sin duda alguna, acompañado de la destrucción y la devastación del campo a gran escala. Sin embargo, la controversia histórica todavía rodea el impacto. La pérdida de la vida de este modo se ha estimado entre 15 a 50% con una estimación más conservadora que oscila entre 15 - 25%. Eruditos, que abogan por las estimaciones más bajas, afirman que la hazaña de matar a tanta gente fue más allá de los medios tecnológicos de ese día. Otros apuntan al hecho de que más de 800.000 personas murieron en el interior Wre 100 días durante el genocidio Rwuanda. Cualquiera que sea la conclusión a la que se sabe que las personas huyeron en masa en los pantanos o en las montañas parapetarse detrás de antiguas fortalezas de movimiento de tierras o cualquier otro tipo de línea de defensa natural, que podría encontrarse más hacia el oeste. Otra opción eran las muchas iglesias y monasterios fortificados, que puntea la región.

Hasta hace poco, muchos estudiosos creen que el terror dado voz por el sacerdote italiano, el Maestro Roger, era tal vez más de una convención literaria que un informe adecuado de lo que ocurrió. De vez en cuando, sin embargo, las acumulaciones se han encontrado que podría fecharse con precisión al período anterior a 1241, señaladamente el hecho de que las personas habían muerto y no volvió a recuperar sus tesoros entierra. Las acumulaciones de fecha para este período parecían ser más frecuentes. Sin embargo, los hallazgos recientes han pulpa, literalmente, fuera de los horrores infligidos a los aldeanos durante el 1241, lo que resultó en un gran número de pueblos abandonados, especialmente en la Gran Llanura.

Es un hecho curioso que probablemente nunca habrían ocurrido no había tenido lugar la construcción de autopistas a través del paisaje suroeste de Budapest, estos hallazgos - solamente repoblada poco después de la destrucción del campo y de los pueblos en el siglo 13.

En el otoño de 2016 el museo local en Kecskemét planea exhibir los hallazgos realizados en la región.


NOTAS:


[1] De: Epístola de Maestro Roger a la Dolorosa lamento sobre la destrucción del reino de Hungría por los tártaros
En: Anónimo, notario del rey Béla. Los Hechos de los húngaros. Editado, traducido y anotado por Martyn Rady y László Veszprémy y la Epístola de Maestro Roger a la Dolorosa lamento sobre la destrucción del reino de Hungría por los tártaros, traducido y anotado por János M. Bak y Martyn Rady. CEU Press, 2010. p. 205.

Medieval Histories

lunes, 18 de abril de 2016

Guerra contra la Subversión: Los hijos

El drama de los hijos de los 70
Una generación que heredó la tragedia, sin haber tenido responsabilidad ni participación en lo actuado por sus padres. 



A 40 años del inicio del Golpe de Estado cívico-militar de 1976, Pilkenny y Arenes lanzaron un libro sobre los hijos de los 70 | Foto: Cedoc

Perfil


El libro de Astrid Pilkenny y Carolina Arenes cuenta la tragedia de la dictadura, desde la perspectiva de los hijos de quienes fueron protagonistas de la era más oscura para los argentinos. Las autoras conversaron con Perfil.com sobre su obra:

-¿Por qué decidieron la temática de los hijos para el libro?

-Porque los hijos, que no son responsables de nada, que no tuvieron  participación en ninguna de las decisiones que tomaron los adultos, son los que cargan con la herencia, con las heridas, con el peso de una historia que marcó y, en muchos casos, sigue marcando sus propias vidas. Nos interesaba saber cómo  había tramitado esas huellas la generación siguiente. Hijos e hijas de hombres y mujeres que estuvieron relacionados de algún modo con la violencia política de los años 70. Padres represores, padres y madres asesinados por la dictadura o por las organizaciones armadas o por la Triple A, guerrilleros, militantes, desaparecidos, madres obligadas a parir en cautiverio, padres presos por causas de lesa humanidad.  Hijos que defienden lo actuado por sus padres, hijos que los idealizan. Hijos que los cuestionan y toman distancia.

Fue la historia de la hija de un general de la dictadura, que conocimos casi por casualidad hace unos cinco años, la que nos puso en el camino de los hijos. Ella nos hizo pensar en las huellas, los traumas, que la tragedia política había dejado no ya en los protagonistas o en las víctimas directas, sino en la generación siguiente. Y nos hizo pensar por primera vez en algo que no había estado muy presente, que eran los hijos de quienes habían sido parte de la represión ilegal. “Sentía vergüenza y culpa–nos dijo-, vergüenza de la mirada de los otros, culpa ante la sociedad.” Hijos que sintieron la necesidad de saber qué habían hecho sus padres. “Tenía miedo de que me dijera que él había estado en un campo de concentración”, nos dijo el hoy fiscal Diego Molina Pico, hijo del almirante Enrique Molina Pico.

Hijos de militares y policías que, muchas veces, buscaron información en el Nunca Más o llamaron a los organismos de Derechos Humanos para saber qué habían hecho sus padres.

- ¿Cuál fue el testimonio que más les impactó?

-Todos los testimonios son impactantes y muy conmovedores porque en todos hay mucho dolor. Tal vez una de las primeras cosas que nos sorprendió y que terminó de darle forma a la búsqueda del libro fue cuando empezamos a conocer historias de acercamiento entre hijos de desaparecidos y ex guerrilleros con hijos de militares. Había poco registro del modo en que se miran y se piensan mutuamente “los hijos de los 70”. Sin embargo, desde hace algunos años, se encuentran y se ven las caras en los recintos de la Justicia o en los pasillos de la política. Se ven celebrar un fallo o romper en llanto al escucharlo. Coinciden como padres de los grupos escolares de sus hijos. Se encuentran porque la vida social muchas veces los acerca y, a veces se encuentran porque se buscan. El escritor Félix Bruzzone, hijo de dos militantes del ERP desaparecidos, fue hasta el penal de Marcos Paz en el auto de Aníbal Guevara, vocero de la autodenominada agrupación "Hijos y nietos de presos políticos". Félix está trabajando en un libro sobre los condenados por lesa humanidad y Aníbal, que denuncia ilegalidad en los juicios y, en muchos casos, como en el de su padre, desvíos procesales que violan garantías constitucionales, oficia de guía e interlocutor en ese recorrido. Aníbal impugna los juicios; Félix, que impulsa la investigación de la Justicia para saber qué pasó con sus padres, los defiende, aunque acepta que en algún caso pueda haber arbitrariedades. No se obligan a ponerse de acuerdo, pero se escuchan, discuten y se asoman al dolor del otro lado. Hijos con experiencias diversas que expresan matices de una historia muchas veces contada en blanco y negro.

Tal vez el testimonio de Luciana Ogando fue uno de los más conmovedores. Nació en cautiverio durante el secuestro de su madre y su padre fue un oficial montonero que pidió ser ajusticiado por sus compañeros montoneros porque había dado información bajo tortura. Ella conoció su historia siendo ya adolescente y desde entonces busca reconstruirla, sin idealizar el pasado militante de sus padres, tomando distancia, pero sin entregarse tampoco a una crítica feroz, desentendida de las coordenadas de la época.​

- ¿Cuáles son los puntos de unión y cuáles son las diferencias entre la visión de los entrevistados?

- Las historias y los testimonios están hermanados por  la violencia de los años 70. Sus padres han sido asesinados por la dictadura, por ERP, por Montoneros o la Triple A o han tenido participación en la estructura represiva de las fuerzas armadas y policiales y hoy están procesados o condenados por delitos de lesa humanidad.  Los hermana el dolor de una época que reemplazó la política por la violencia y el impacto ineludible, indeleble -en algunos casos atroz- en la generación siguiente. También  los une su condición de “hijos”, hijos que en algunos casos portan los mismos nombres y apellidos que sus padres (Mario Firmenich, Jaime Smart, Marcelo Dupont, Aníbal Guevara) y deben lidiar con el peso de una historia en la que no fueron protagonistas ni tomaron decisiones. En cuanto a las diferencias, cada historia tiene sus matices y sus singularidades; y los hijos se paran de maneras muy distintas frente a esa historia. Hay hijos que idealizan a sus padres y otros que los critican y han roto lazo con ellos. Hay hijos que no conocieron a sus padres y otros que hoy se hacen cargo de ellos visitándolos en las cárceles, ocupándose de los temas legales y médicos, poniendo sus vidas en suspenso. Hay hijos con una enorme capacidad reflexiva y de resiliencia, y hay hijos a los que les cuesta más ese camino. Hay hijos que coinciden con la perspectiva política de su padre y otros que hacen planteos y preguntas de otro orden.

-¿Les costó mucho lograr que los hijos se abran y hablen?

-Es imposible generalizar. Con todos los entrevistados tuvimos encuentros  informales previos en los que les contamos la idea del libro para que pudieran hacer todas las preguntas que necesitaban antes de definir si finalmente aceptarían conversar con nosotras on the record y con un grabador de por medio. Aunque hubo algunos hijos que finalmente prefirieron no participar del libro por motivos distintos – porque no querían reabrir heridas familiares, porque preferían enfocarse “en el futuro más que en el pasado”, porque los angustiaba hablar de estos temas y además hacerlo público- hubo muchos otros que sí quisieron hacerlo. En muchos casos hubo necesidad de hablar, de contar y de ser escuchados; y a pesar de que había pasado el tiempo y el tema era doloroso, rápidamente pudimos construir un clima de intimidad y respeto que les permitió a los entrevistados reconstruir, rememorar y reflexionar descarnadamente sobre las marcas del pasado en el presente, sobre lo que habían podido hacer con aquello que les había tocado vivir.

En otros casos hubo más pudores y resistencias y también, estrategias para “administrar” lo que podían decir, por motivos distintos. Algunos buscaron antes que nada cuidar la memoria familiar o poner a resguardo a los seres queridos que aún viven; otros midieron sus palabras porque sus padres están procesados o condenados y hay cuestiones legales en curso que condicionan sus testimonios.

-¿Piensan hacer una segunda parte?

-La verdad es que no lo habíamos pensado hasta ahora,  pero desde que el libro fue publicado, recibimos muchos mensajes y correos de personas con distintas historias, hasta ahora desconocidas, que quieren contar lo que hasta ahora no habían contado. Quién sabe. Quizás haya una segunda parte.




"Hijos de los 70. Historias de la generación que heredó la tragedia argentina", Carolina Arenes y Astrid Pikielny, Editorial Sudamericana.