domingo, 8 de enero de 2017
sábado, 7 de enero de 2017
Guerra contra la Subversión: Aniversario del inicio del Operativo Independencia
Un día como hoy pero de 1975 se iniciaba la guerra contra la guerrilla marxista en la selva de Tucumán.
Por Nicolás Márquez - Prensa Republicana
En el fragor de la dramática guerra civil acaecida en la Argentina en los años 70´, un tema tan esencial como poco explorado (y en torno del cual giró la contienda), fue el intento por parte del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo)- la organización guerrillera mejor preparada y más aguerrida del continente- de llevar la guerra a la selva de Tucumán con el propósito de dominar la provincia, expandir su imperio a las provincias del norte, segregar una porción del territorio argentino e intentar conseguir el aval de la comunidad internacional para que fuera reconocido Estado Independiente, y desde allí, bajar a Buenos Aires y hacer un golpe de Estado revolucionario de filiación castro-comunista.
Formación del ERP en plena selva tucumana lista para entrar en combate. El ERP llegó a contar con 7200 terroristas entrenados para matar por la revolución comunista en la Argentina.1
Miles de terroristas del ERP al mando del emblemático guerrillero Mario Roberto Santucho, se lanzaron al ataque contra la democracia en búsqueda de ese objetivo. Para tal fin, a partir de mayo de 1974 (tercera presidencia de Perón) los castristas locales montaron numerosos campamentos guerrilleros en la selva de Tucumán secundados por un formidable aparato de retaguardia tanto en zonas urbanas de esa Provincia como en las provincias aledañas. Atacaron numerosos cuarteles, guarniciones militares y dependencias policiales en todo el país, con el propósito de conseguir armamentos y reforzar la Compañía de Monte en la Cuna de la Independencia. Crearon sofisticadas fábricas de armas, imprentas clandestinas, asesinaron familias enteras (niños incluidos) y llevaron adelante un plan sistemático de secuestros a empresarios y militares (muchos de ellos seguidos de muerte), para canjearlos por dinero o negociarlos por guerrilleros detenidos por las fuerzas legales.
Terroristas del ERP en sus fábricas clandestinas, preparando bombas y granadas para asesinar a sus víctimas. Entre ellas, hubo numerosos niños.1
Por entonces, la experiencia cubana, el ejemplo del Che Guevara y otros episodios ideológicamente afines, fueron el faro que marcó la senda de la guerrilla local. Pero sin dudas, fue la guerra de Vietnam la que atravesó y marcó por completo al ERP y la virtual guerra de secesión que vivió la Argentina entre 1974 y 1977. El Che Guevara había ordenado a sus feligreses “crear dos, tres, cien Vietnam” y encender la pradera revolucionaria en el conosur. Santucho y sus miles de combatientes leían permanentemente a los doctrinarios vietnamitas, estudiaban sus estrategias, se entrenaban en función de ellas; a Buenos Aires la llamaban “Saigón”. Su objetivo era cumplir el papel del Vietcong (ejército irregular que peleó contra las tropas americanas en Vietnam) y para tal fin, escogieron la zona geográfica más parecida posible a la existente en Vietnam. Ahora la selva vietnamita sería reemplazada por la de Tucumán (que era más cerrada y espesa) y los cañaverales de azúcar ocuparían el lugar de los arrozales. Sendos ámbitos eran ideales para “pegar y esconderse” tal el dogma de la “guerra de guerrillas”. Asimismo, la gran densidad de población y la pobreza imperante en Tucumán, les permitiría (según ellos creían) ganarse el apoyo masivo de la gente.
Conferencia de prensa clandestina del ERP. En la imagen, se puede ver a los terroristas encapuchados y secundados por un estandarte del asesino serial Ernesto Che Guevara: su guía y referencia a imitar.
El ERP no estaba sólo: peleó con tropas de refuerzo de guerrillas provenientes del MIR de Chile, del ELN de Bolivia, de Tupamaros del Uruguay y de otros países. El entrenamiento y adoctrinamiento fue proporcionado por el estado totalitario de Cuba y fue el único campo de batalla donde el ERP realizó tareas de guerra conjuntas con Montoneros.
No había día en que los diarios no informaran acerca de los atentados terroristas tanto a unidades militares como a instituciones civiles.
En tanto, el gobierno nacional, en medio de una situación pre-anárquica en un país en grave riesgo de ser segregado, tras varios fracasos y bajas tenía previsto en lanzar una drástica respuesta militar de guerra prolongada y para tal fin, el día 5 de enero de 1975 (del que hoy se cumplen exactamente 41 años), se envió a un avión del Ejército al corazón de la selva para efectuar tareas de reconocimiento, pero la nave nunca regresó: dicho avión fue derribado por el ERP a través de un fusil lanzamisiles de origen ruso y murieron 13 oficiales[1].
La noticia fue catastrófica para el Gobierno, quien seguidamente apuró el lanzamiento semanas después del “Operativo Independencia”, ordenándole a las Fuerzas Armadas entrar en guerra y aniquilar a través de operaciones de combate el accionar de los elementos subversivos obrantes en Tucumán.
Uno de los tantos aviones atacados por el terrorismo en Tucumán. En la foto, un C-130 de Gendarmería totalmente destruido durante la guerra revolucionaria que durante los últimos doce años se quiso silenciar.
Durante los primeros tiempos, dicho Operativo fue encabezado por el General Acdel Vilas. No es casualidad que dadas las condiciones de una guerra que por imposición del bando atacante siguiera a pie juntillas la experiencia vietnamita, meses después fuera convocado a comandar el Operativo el General Antonio Domingo Bussi, quien fuera entrenado precisamente en Vietnam en 1968. Nunca se imaginaría Bussi que casi un lustro después, todo lo allí aprendido debería aplicarlo en su país, ahora no como aprendiz y espectador, sino como protagonista y conductor. Tanto sea por el lado de la guerrilla como por el de las fuerzas legales, el emblema de Vietnam sobrevolaba Tucumán (el corazón de la guerra revolucionaria) y por añadidura el resto del país.
El Gral. Antonio Domingo Bussi revistando sus tropas, las cuales tras dos años de combates lograron aniquilar el terrorismo en Tucumán.
Los documentos, los dramáticos testimonios, el fanatismo ideológico, la estructura sectaria del ERP, los combates, los objetivos, el nexo con tropas guerrilleras extranjeras, la vida en los campamentos terroristas, el apoyo de Montoneros, el Operativo Independencia, la respuesta militar, la lucha por ganar el consenso de la población, los enfrentamientos terrestres, aéreos y todos los detalles de esta dramática guerra, constituyen el objeto de análisis de un libro que yo publicara hace ocho años, y que ahora relanzamos en edición limitada para interés del lector.
“EL VIETNAM ARGENTINO – LA GUERRILLA MARXISTA EN TUCUMÁN” de Nicolás Márquez.
[1] Notas: en el avión derribado murieron Gral. De Brigada Enrique Eugenio Salgado, Gral. De Brigada Ricardo Agustín Muñoz, Cnel. Eduardo Wilfredo Cano, Tte Cnel. Oscar Rubén Bevione, Tte. Cnel. Pompilio Shilardi, Tte. Cnel. Pedro Santiago Petrecca, Mayor Roberto Dante Biscardi, Mayor Pedro Antonio Zelaya, Mayor Héctor Abel Sanchez, Mayor Aldo Emilio Pepa, Capitán Roberto Carlos Aguilera, Tte. Primero Carlos Eduardo Correa y Sargento Primero Aldo Ramón Linares
Por Nicolás Márquez - Prensa Republicana
En el fragor de la dramática guerra civil acaecida en la Argentina en los años 70´, un tema tan esencial como poco explorado (y en torno del cual giró la contienda), fue el intento por parte del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo)- la organización guerrillera mejor preparada y más aguerrida del continente- de llevar la guerra a la selva de Tucumán con el propósito de dominar la provincia, expandir su imperio a las provincias del norte, segregar una porción del territorio argentino e intentar conseguir el aval de la comunidad internacional para que fuera reconocido Estado Independiente, y desde allí, bajar a Buenos Aires y hacer un golpe de Estado revolucionario de filiación castro-comunista.
Formación del ERP en plena selva tucumana lista para entrar en combate. El ERP llegó a contar con 7200 terroristas entrenados para matar por la revolución comunista en la Argentina.1
Miles de terroristas del ERP al mando del emblemático guerrillero Mario Roberto Santucho, se lanzaron al ataque contra la democracia en búsqueda de ese objetivo. Para tal fin, a partir de mayo de 1974 (tercera presidencia de Perón) los castristas locales montaron numerosos campamentos guerrilleros en la selva de Tucumán secundados por un formidable aparato de retaguardia tanto en zonas urbanas de esa Provincia como en las provincias aledañas. Atacaron numerosos cuarteles, guarniciones militares y dependencias policiales en todo el país, con el propósito de conseguir armamentos y reforzar la Compañía de Monte en la Cuna de la Independencia. Crearon sofisticadas fábricas de armas, imprentas clandestinas, asesinaron familias enteras (niños incluidos) y llevaron adelante un plan sistemático de secuestros a empresarios y militares (muchos de ellos seguidos de muerte), para canjearlos por dinero o negociarlos por guerrilleros detenidos por las fuerzas legales.
Terroristas del ERP en sus fábricas clandestinas, preparando bombas y granadas para asesinar a sus víctimas. Entre ellas, hubo numerosos niños.1
Por entonces, la experiencia cubana, el ejemplo del Che Guevara y otros episodios ideológicamente afines, fueron el faro que marcó la senda de la guerrilla local. Pero sin dudas, fue la guerra de Vietnam la que atravesó y marcó por completo al ERP y la virtual guerra de secesión que vivió la Argentina entre 1974 y 1977. El Che Guevara había ordenado a sus feligreses “crear dos, tres, cien Vietnam” y encender la pradera revolucionaria en el conosur. Santucho y sus miles de combatientes leían permanentemente a los doctrinarios vietnamitas, estudiaban sus estrategias, se entrenaban en función de ellas; a Buenos Aires la llamaban “Saigón”. Su objetivo era cumplir el papel del Vietcong (ejército irregular que peleó contra las tropas americanas en Vietnam) y para tal fin, escogieron la zona geográfica más parecida posible a la existente en Vietnam. Ahora la selva vietnamita sería reemplazada por la de Tucumán (que era más cerrada y espesa) y los cañaverales de azúcar ocuparían el lugar de los arrozales. Sendos ámbitos eran ideales para “pegar y esconderse” tal el dogma de la “guerra de guerrillas”. Asimismo, la gran densidad de población y la pobreza imperante en Tucumán, les permitiría (según ellos creían) ganarse el apoyo masivo de la gente.
Conferencia de prensa clandestina del ERP. En la imagen, se puede ver a los terroristas encapuchados y secundados por un estandarte del asesino serial Ernesto Che Guevara: su guía y referencia a imitar.
El ERP no estaba sólo: peleó con tropas de refuerzo de guerrillas provenientes del MIR de Chile, del ELN de Bolivia, de Tupamaros del Uruguay y de otros países. El entrenamiento y adoctrinamiento fue proporcionado por el estado totalitario de Cuba y fue el único campo de batalla donde el ERP realizó tareas de guerra conjuntas con Montoneros.
No había día en que los diarios no informaran acerca de los atentados terroristas tanto a unidades militares como a instituciones civiles.
En tanto, el gobierno nacional, en medio de una situación pre-anárquica en un país en grave riesgo de ser segregado, tras varios fracasos y bajas tenía previsto en lanzar una drástica respuesta militar de guerra prolongada y para tal fin, el día 5 de enero de 1975 (del que hoy se cumplen exactamente 41 años), se envió a un avión del Ejército al corazón de la selva para efectuar tareas de reconocimiento, pero la nave nunca regresó: dicho avión fue derribado por el ERP a través de un fusil lanzamisiles de origen ruso y murieron 13 oficiales[1].
La noticia fue catastrófica para el Gobierno, quien seguidamente apuró el lanzamiento semanas después del “Operativo Independencia”, ordenándole a las Fuerzas Armadas entrar en guerra y aniquilar a través de operaciones de combate el accionar de los elementos subversivos obrantes en Tucumán.
Uno de los tantos aviones atacados por el terrorismo en Tucumán. En la foto, un C-130 de Gendarmería totalmente destruido durante la guerra revolucionaria que durante los últimos doce años se quiso silenciar.
Durante los primeros tiempos, dicho Operativo fue encabezado por el General Acdel Vilas. No es casualidad que dadas las condiciones de una guerra que por imposición del bando atacante siguiera a pie juntillas la experiencia vietnamita, meses después fuera convocado a comandar el Operativo el General Antonio Domingo Bussi, quien fuera entrenado precisamente en Vietnam en 1968. Nunca se imaginaría Bussi que casi un lustro después, todo lo allí aprendido debería aplicarlo en su país, ahora no como aprendiz y espectador, sino como protagonista y conductor. Tanto sea por el lado de la guerrilla como por el de las fuerzas legales, el emblema de Vietnam sobrevolaba Tucumán (el corazón de la guerra revolucionaria) y por añadidura el resto del país.
El Gral. Antonio Domingo Bussi revistando sus tropas, las cuales tras dos años de combates lograron aniquilar el terrorismo en Tucumán.
Los documentos, los dramáticos testimonios, el fanatismo ideológico, la estructura sectaria del ERP, los combates, los objetivos, el nexo con tropas guerrilleras extranjeras, la vida en los campamentos terroristas, el apoyo de Montoneros, el Operativo Independencia, la respuesta militar, la lucha por ganar el consenso de la población, los enfrentamientos terrestres, aéreos y todos los detalles de esta dramática guerra, constituyen el objeto de análisis de un libro que yo publicara hace ocho años, y que ahora relanzamos en edición limitada para interés del lector.
“EL VIETNAM ARGENTINO – LA GUERRILLA MARXISTA EN TUCUMÁN” de Nicolás Márquez.
[1] Notas: en el avión derribado murieron Gral. De Brigada Enrique Eugenio Salgado, Gral. De Brigada Ricardo Agustín Muñoz, Cnel. Eduardo Wilfredo Cano, Tte Cnel. Oscar Rubén Bevione, Tte. Cnel. Pompilio Shilardi, Tte. Cnel. Pedro Santiago Petrecca, Mayor Roberto Dante Biscardi, Mayor Pedro Antonio Zelaya, Mayor Héctor Abel Sanchez, Mayor Aldo Emilio Pepa, Capitán Roberto Carlos Aguilera, Tte. Primero Carlos Eduardo Correa y Sargento Primero Aldo Ramón Linares
viernes, 6 de enero de 2017
China: UK sabía que la masacre de Tiananmen iba a pasar
El Reino Unido sabía que China estaba planeando una masacre en la Plaza de Tiananmen dos semanas antes de que sucediera
Un hombre chino bloquea los tanques militares en la avenida Changan, cerca de la plaza Tiananmen en Pekín, el 5 de junio de 1989. (AP Photo / Jeff Widener)
Por Zheping Huang - Quartz
"Doscientos muertos podrían traer 20 años de paz a China", dijo el ex líder chino Deng Xiaoping en documentos recientemente desclasificados. Sus palabras fueron pronunciadas semanas antes de la sangrienta represión militar contra manifestantes estudiantes en la Plaza de Tiananmen de Pekín el 4 de junio de 1989.
El Archivo Nacional del Reino Unido publicó el 30 de diciembre un gran número de archivos gubernamentales secretos de 1989 y 1990. Más de dos docenas de documentos (pdf) fechados entre el 20 de mayo y el 21 de julio de 1989 revelaron la comprensión de la administración Margaret Thatcher del clima político en China En la víspera de la represión. La embajada del Reino Unido en Pekín sabía, dos semanas antes del 4 de junio, que el Ejército Popular de Liberación se preparaba para matar a centenares, si no a miles, de estudiantes protestantes que se habían reunido en la plaza principal de Beijing durante semanas.
El 20 de mayo de 1989, un mes después de que los estudiantes comenzaron a ocupar la Plaza Tiananmen pidiendo una reforma democrática en el Partido Comunista, Deng declaró la ley marcial y desplegó 300.000 soldados en Beijing. El mismo día, Sir Alan Ewen Donald, embajador de Gran Bretaña en China, envió a Downing Street un telegrama sobre su almuerzo con el sinólogo estadounidense Stuart Schram.
"El profesor Stuart Schram me confió que uno de sus contactos chinos le había dicho que en los últimos días Deng Xiaoping comentó que" doscientos muertos podrían traer 20 años de paz a China ", escribió Donald. "La implicación era claramente que el sacrificio de un número de vidas de los manifestantes ahora estabilizaría la situación actual y compraría el tiempo necesitado para terminar la reforma de China."
Donald continuó diciendo que se enteró del Pentágono la misma noche que las autoridades chinas habían decidido "no hay manera de evitar el derramamiento de sangre", por lo que recordaron a los empleados del hospital estatal a sus lugares de trabajo e instruyeron a las tropas a "hacer lo necesario Para anular la situación ".
Posteriormente confirmó con la fuerza aérea estadounidense que la información es "muy fiable".
La masacre de la plaza de Tiananmen, también conocida como incidente del 4 de junio, es uno de los momentos más oscuros de la historia china moderna. Desde entonces no han ocurrido levantamientos en una escala similar en China. El Partido Comunista impide estrictamente a la gente mencionar el incidente y suprime cualquier conmemoración a las víctimas. Hoy en día, muchos jóvenes ciudadanos chinos ni siquiera saben -o sencillamente no les importa- el incidente.
Los documentos desclasificados también revelaron la postura de Lee Kuan Yew, fundador de Singapur, sobre la represión. Durante una reunión con el embajador Donald en julio de 1989, Lee dijo que estaba perplejo por qué los estudiantes manifestantes decidieron aumentar sus demandas generales de reforma política para atacar directamente a Deng, lo que llamó "un acto de locura".
Lee también predijo que una represión militar era la única opción de Deng para poner fin a la resistencia de los estudiantes, algo que "sentía en sus huesos como un chino".
Un hombre chino bloquea los tanques militares en la avenida Changan, cerca de la plaza Tiananmen en Pekín, el 5 de junio de 1989. (AP Photo / Jeff Widener)
Por Zheping Huang - Quartz
"Doscientos muertos podrían traer 20 años de paz a China", dijo el ex líder chino Deng Xiaoping en documentos recientemente desclasificados. Sus palabras fueron pronunciadas semanas antes de la sangrienta represión militar contra manifestantes estudiantes en la Plaza de Tiananmen de Pekín el 4 de junio de 1989.
El Archivo Nacional del Reino Unido publicó el 30 de diciembre un gran número de archivos gubernamentales secretos de 1989 y 1990. Más de dos docenas de documentos (pdf) fechados entre el 20 de mayo y el 21 de julio de 1989 revelaron la comprensión de la administración Margaret Thatcher del clima político en China En la víspera de la represión. La embajada del Reino Unido en Pekín sabía, dos semanas antes del 4 de junio, que el Ejército Popular de Liberación se preparaba para matar a centenares, si no a miles, de estudiantes protestantes que se habían reunido en la plaza principal de Beijing durante semanas.
Stunning declassified cable from Brit embassy predicting Tiananmen massacre weeks in advance https://t.co/zpakBP89nJ pic.twitter.com/TSSufOJ07P— Tom Hancock (@hancocktom) 5 de enero de 2017
El 20 de mayo de 1989, un mes después de que los estudiantes comenzaron a ocupar la Plaza Tiananmen pidiendo una reforma democrática en el Partido Comunista, Deng declaró la ley marcial y desplegó 300.000 soldados en Beijing. El mismo día, Sir Alan Ewen Donald, embajador de Gran Bretaña en China, envió a Downing Street un telegrama sobre su almuerzo con el sinólogo estadounidense Stuart Schram.
"El profesor Stuart Schram me confió que uno de sus contactos chinos le había dicho que en los últimos días Deng Xiaoping comentó que" doscientos muertos podrían traer 20 años de paz a China ", escribió Donald. "La implicación era claramente que el sacrificio de un número de vidas de los manifestantes ahora estabilizaría la situación actual y compraría el tiempo necesitado para terminar la reforma de China."
Donald continuó diciendo que se enteró del Pentágono la misma noche que las autoridades chinas habían decidido "no hay manera de evitar el derramamiento de sangre", por lo que recordaron a los empleados del hospital estatal a sus lugares de trabajo e instruyeron a las tropas a "hacer lo necesario Para anular la situación ".
Posteriormente confirmó con la fuerza aérea estadounidense que la información es "muy fiable".
La masacre de la plaza de Tiananmen, también conocida como incidente del 4 de junio, es uno de los momentos más oscuros de la historia china moderna. Desde entonces no han ocurrido levantamientos en una escala similar en China. El Partido Comunista impide estrictamente a la gente mencionar el incidente y suprime cualquier conmemoración a las víctimas. Hoy en día, muchos jóvenes ciudadanos chinos ni siquiera saben -o sencillamente no les importa- el incidente.
Los documentos desclasificados también revelaron la postura de Lee Kuan Yew, fundador de Singapur, sobre la represión. Durante una reunión con el embajador Donald en julio de 1989, Lee dijo que estaba perplejo por qué los estudiantes manifestantes decidieron aumentar sus demandas generales de reforma política para atacar directamente a Deng, lo que llamó "un acto de locura".
Lee también predijo que una represión militar era la única opción de Deng para poner fin a la resistencia de los estudiantes, algo que "sentía en sus huesos como un chino".
jueves, 5 de enero de 2017
Frente Nórdico: La Royal Navy fracasa en el Ártico
El Raid sobre Kirkenes y Petsamo
La incursión en Kirkenes y Petsamo tuvo lugar el 30 de julio de 1941 durante la Segunda Guerra Mundial. El Arma Aérea de la Marina Real lanzó este ataque fallido de los portaaviones HMS Victorious y HMS Furious para causar daños a los buques mercantes de Alemania y Finlandia, y para mostrar el apoyo a su nuevo aliado, la Unión Soviética.
Orígenes
Durante la Guerra Civil Rusa, Finlandia declaró su independencia de la Unión Soviética con el puerto al norte de Petsamo en virtud del Tratado de Tartu (1920). En la Guerra de Invierno, la Unión Soviética ocupó Petsamo. En el acuerdo de paz que siguió, sólo la parte finlandesa de la Península Rybachy (para los finlandeses se denomina Kalastajan saarento) fue cedida a la Unión Soviética (321 km² / 124 km²), aunque la Unión Soviética había ocupado todo Petsamo durante la Guerra de Invierno. En 1941, durante la Guerra de Continuación, Petsamo fue utilizado por la Alemania nazi como un área de estacionamiento para el ataque hacia Murmansk.
Kirkenes en Noruega, era neutral en el comienzo de la guerra, pero fue invadida y ocupada por Alemania.
Ubicación de Kirkenes y Petsamo
La guerra oficialmente estalló entre Gran Bretaña y la Alemania nazi, el 3 de septiembre de 1939. En diciembre, Joseph Stalin decidió invadir Finlandia y, a pesar de que poner una defensa a ultranza, Finlandia tuvo que ceder parte del territorio después de que accedió a firmar un armisticio en febrero de 1940. Posteriormente, Dinamarca y Noruega fueron invadidas en abril de 1940, y Francia fue derrotada en mayo.
En junio de 1940, Gran Bretaña fue el único país europeo en pie contra Adolf Hitler. Sin embargo, después de la derrota en la Batalla de Gran Bretaña, Alemania enfocado hacia el este e invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 y Finlandia luchó como un co-beligerante, en lo que se conoce la Guerra de Continuación.
HMS Victorious
La Operación Barbarroja puso en peligro la supervivencia de la Unión Soviética. Los británicos decidieron que la mejor manera de mostrar su apoyo a su nuevo aliado sería atacar los puertos ocupados por el Eje: la utilización de aviones procedentes de los buques que anteriormente se ha demostrado eficaz en Taranto y en contra del acorazado Bismarck.
El ataque
La fuerza de ataque consistía de las dos portaaviones, dos cruceros [2], el HMS Devonshire y Suffolk, y seis destructores dejó Scapa Flow de Fjord Seidis en Islandia el 23 de julio de 1941. [3] Ellos llegaron dos días después, repostaron y navegaron al día siguiente de Noruega. [3] El ataque iba a ser un ataque sorpresa pero, ya que había luz durante 24 horas al día en esa época del año, la sorpresa fue casi imposible y se perdió cuando la fuerza de ataque fue descubierto por los aviones poco antes del lanzamiento del ataque. [3]
Fairey Swordfish
El buque Furious atacó Petsamo con el lanzamiento de nueve Fairey Albacore del 817 Escuadrón, nueve Fairey Swordfish del 812 Escuadrón y seis Fairey Fulmars armados con bombas [4] a partir de 800 Escuadrón. [3] Al final, el puerto estaba casi completamente vacía y los asaltantes afirmaron hundimiento sólo un pequeño vapor y la destrucción de varios embarcaderos. [3] Un Albacore y un Fulmar se perdieron debido a la acción enemiga y un Fulmarmás se perdió debido a un fallo de motor antes del ataque. [5]
La incursión en Kirkenes fue un desastre. [6] La Luftwaffe habían sido alertada y tenían sus cazas Bf 109 y Bf 110 en el aire y esperaron. [6] El Victorious puso en marcha dos sub-vuelos constando de un total de 12 Albacore de 827 Escuadrón, ocho Albacore de 828 Escuadrón, y nueve Fulmars del 809 Escuadrón. [3] [6] El Fulmars no pudieron reunirse con los escuadrones de Albacore, que se quedaron sin protección de cazas. [7] El Albacore tenía que volar para atacar sobre el montañas y los fiordos en vez de atacar desde el mar. [8] Sólo había cuatro buques de carga en el puerto. [9] El avión lanzó sus torpedos rápidamente para alejarse de fuego antiaéreo, y hundió un gran buque de 2.000 toneladas (2.000 t ) y dejaron a otro barco en llamas y causando daños menores en tierra. [3] Un Bf 109, dos Bf 110s y un Ju 87 [10] fueron reclamados como derribados [1] por la pérdida de 11 Albacore y dos Fulmares con otros ocho Albacores dañados. [3] Los registros incompletos de pérdidas alemanas confirman la pérdida de al menos un Bf 110 frente a un Fulmar y un Ju 87 frente a un Albacora [11].
Fairey Albacore
Secuelas
El ataque fue un fracaso. A diferencia del ataque a Tarento, no tuvo ningún impacto en el curso de la guerra. Un número de aeronaves que se perdieron y aún más difícil de sustituir las tripulaciones fueron muertas.
Notas al pie
1. [I] Las referencias difieren en el número de aeronaves afirmó. Estados Sturtivant un Bf 109 y dos Bf 110, la flota de Air Arm Archivo estados página web dos Bf 109 y un Bf 110. Tovey proporciona las cifras oficiales en la página 3172, y la cantidad que a un Bf 109, dos Bf 110s y un Ju 87.
Enlaces externos
Tovey, THE CARRIER BORNE AIRCRAFT ATTACK ON KIRKENES AND PETSAMO.
Referencias
1. Tovey, Sir John C., Despatch on carrier-borne aircraft attack on Kirkenes (Norway) and Petsamo (Finland) 1941 July 22-Aug.7, p.3175 - 3176
2. Tovey, p.3170, paragraph 1.
3. Sturtivant, Ray (1990). British Naval Aviation: The Fleet Air Arm 1917-1990. London: Arms & Armour Press Ltd. p. 86. ISBN 0853689385.
4. Tovey, Appendix 1, paragraph 14.
5. Sturtivant, Ray. The Swordfish Story. London: Cassell & Co., 1993 (2nd Revised edition 2000). ISBN 0-304-35711-1., p.40
6. Fleet Air Arm Archive 1939-45 FAA attack on Petsamo to assist its ally the Soviet Union, July 1941
7. Tovey, Appendix 2, paragraphs 2 and 3.
8. Tovey, Appendix 2, paragraph 6.
9. Tovey, paragraph 30.
10. Tovey, p.3172
11. Nordic Aviation During WW2
Wikipedia.en
La incursión en Kirkenes y Petsamo tuvo lugar el 30 de julio de 1941 durante la Segunda Guerra Mundial. El Arma Aérea de la Marina Real lanzó este ataque fallido de los portaaviones HMS Victorious y HMS Furious para causar daños a los buques mercantes de Alemania y Finlandia, y para mostrar el apoyo a su nuevo aliado, la Unión Soviética.
Orígenes
Durante la Guerra Civil Rusa, Finlandia declaró su independencia de la Unión Soviética con el puerto al norte de Petsamo en virtud del Tratado de Tartu (1920). En la Guerra de Invierno, la Unión Soviética ocupó Petsamo. En el acuerdo de paz que siguió, sólo la parte finlandesa de la Península Rybachy (para los finlandeses se denomina Kalastajan saarento) fue cedida a la Unión Soviética (321 km² / 124 km²), aunque la Unión Soviética había ocupado todo Petsamo durante la Guerra de Invierno. En 1941, durante la Guerra de Continuación, Petsamo fue utilizado por la Alemania nazi como un área de estacionamiento para el ataque hacia Murmansk.
Kirkenes en Noruega, era neutral en el comienzo de la guerra, pero fue invadida y ocupada por Alemania.
Ubicación de Kirkenes y Petsamo
La guerra oficialmente estalló entre Gran Bretaña y la Alemania nazi, el 3 de septiembre de 1939. En diciembre, Joseph Stalin decidió invadir Finlandia y, a pesar de que poner una defensa a ultranza, Finlandia tuvo que ceder parte del territorio después de que accedió a firmar un armisticio en febrero de 1940. Posteriormente, Dinamarca y Noruega fueron invadidas en abril de 1940, y Francia fue derrotada en mayo.
En junio de 1940, Gran Bretaña fue el único país europeo en pie contra Adolf Hitler. Sin embargo, después de la derrota en la Batalla de Gran Bretaña, Alemania enfocado hacia el este e invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941 y Finlandia luchó como un co-beligerante, en lo que se conoce la Guerra de Continuación.
HMS Victorious
La Operación Barbarroja puso en peligro la supervivencia de la Unión Soviética. Los británicos decidieron que la mejor manera de mostrar su apoyo a su nuevo aliado sería atacar los puertos ocupados por el Eje: la utilización de aviones procedentes de los buques que anteriormente se ha demostrado eficaz en Taranto y en contra del acorazado Bismarck.
El ataque
La fuerza de ataque consistía de las dos portaaviones, dos cruceros [2], el HMS Devonshire y Suffolk, y seis destructores dejó Scapa Flow de Fjord Seidis en Islandia el 23 de julio de 1941. [3] Ellos llegaron dos días después, repostaron y navegaron al día siguiente de Noruega. [3] El ataque iba a ser un ataque sorpresa pero, ya que había luz durante 24 horas al día en esa época del año, la sorpresa fue casi imposible y se perdió cuando la fuerza de ataque fue descubierto por los aviones poco antes del lanzamiento del ataque. [3]
Fairey Swordfish
El buque Furious atacó Petsamo con el lanzamiento de nueve Fairey Albacore del 817 Escuadrón, nueve Fairey Swordfish del 812 Escuadrón y seis Fairey Fulmars armados con bombas [4] a partir de 800 Escuadrón. [3] Al final, el puerto estaba casi completamente vacía y los asaltantes afirmaron hundimiento sólo un pequeño vapor y la destrucción de varios embarcaderos. [3] Un Albacore y un Fulmar se perdieron debido a la acción enemiga y un Fulmarmás se perdió debido a un fallo de motor antes del ataque. [5]
La incursión en Kirkenes fue un desastre. [6] La Luftwaffe habían sido alertada y tenían sus cazas Bf 109 y Bf 110 en el aire y esperaron. [6] El Victorious puso en marcha dos sub-vuelos constando de un total de 12 Albacore de 827 Escuadrón, ocho Albacore de 828 Escuadrón, y nueve Fulmars del 809 Escuadrón. [3] [6] El Fulmars no pudieron reunirse con los escuadrones de Albacore, que se quedaron sin protección de cazas. [7] El Albacore tenía que volar para atacar sobre el montañas y los fiordos en vez de atacar desde el mar. [8] Sólo había cuatro buques de carga en el puerto. [9] El avión lanzó sus torpedos rápidamente para alejarse de fuego antiaéreo, y hundió un gran buque de 2.000 toneladas (2.000 t ) y dejaron a otro barco en llamas y causando daños menores en tierra. [3] Un Bf 109, dos Bf 110s y un Ju 87 [10] fueron reclamados como derribados [1] por la pérdida de 11 Albacore y dos Fulmares con otros ocho Albacores dañados. [3] Los registros incompletos de pérdidas alemanas confirman la pérdida de al menos un Bf 110 frente a un Fulmar y un Ju 87 frente a un Albacora [11].
Fairey Albacore
Secuelas
El ataque fue un fracaso. A diferencia del ataque a Tarento, no tuvo ningún impacto en el curso de la guerra. Un número de aeronaves que se perdieron y aún más difícil de sustituir las tripulaciones fueron muertas.
Notas al pie
1. [I] Las referencias difieren en el número de aeronaves afirmó. Estados Sturtivant un Bf 109 y dos Bf 110, la flota de Air Arm Archivo estados página web dos Bf 109 y un Bf 110. Tovey proporciona las cifras oficiales en la página 3172, y la cantidad que a un Bf 109, dos Bf 110s y un Ju 87.
Enlaces externos
Tovey, THE CARRIER BORNE AIRCRAFT ATTACK ON KIRKENES AND PETSAMO.
Referencias
1. Tovey, Sir John C., Despatch on carrier-borne aircraft attack on Kirkenes (Norway) and Petsamo (Finland) 1941 July 22-Aug.7, p.3175 - 3176
2. Tovey, p.3170, paragraph 1.
3. Sturtivant, Ray (1990). British Naval Aviation: The Fleet Air Arm 1917-1990. London: Arms & Armour Press Ltd. p. 86. ISBN 0853689385.
4. Tovey, Appendix 1, paragraph 14.
5. Sturtivant, Ray. The Swordfish Story. London: Cassell & Co., 1993 (2nd Revised edition 2000). ISBN 0-304-35711-1., p.40
6. Fleet Air Arm Archive 1939-45 FAA attack on Petsamo to assist its ally the Soviet Union, July 1941
7. Tovey, Appendix 2, paragraphs 2 and 3.
8. Tovey, Appendix 2, paragraph 6.
9. Tovey, paragraph 30.
10. Tovey, p.3172
11. Nordic Aviation During WW2
Wikipedia.en
miércoles, 4 de enero de 2017
Biografía: Un libro muestra a un Hitler menos loco
Un Hitler más normal
Una biografía sobre la vida del Führer, desde su nacimiento hasta 1939, reabre el debate sobre el ascenso de los líderes populistas
Luis Doncel - El País
Hitler, con uniforme militar en 1915.
Han pasado 71 años desde su suicidio en Berlín, y el interés por Adolf Hitler no decae. Al contrario, su figura despierta cada cierto tiempo nuevas oleadas de atención. Y todo apunta a que asistimos a una.
En la biografía que publicó en 2013, el autor alemán Volker Ullrich (Celle, 1943) quiso ahondar en la personalidad del protagonista. Frente a otras obras centradas en el contexto político y social, él miró a los ojos del gran genocida. El libro fue recibido con reparos por los críticos alemanes: no veían novedades sustanciales y, sobre todo, dudaban de la conveniencia de presentar un Hitler demasiado cercano. ¿Hasta dónde se puede humanizar al monstruo? Mejor recepción ha tenido este año la versión inglesa. The New York Times la alabó como una “fascinante parábola shakesperiana”. Sin mencionar su nombre, la reseña del Times sugería paralelismos con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Ullrich también detecta parecidos entre ambos.
Desde su casa de Hamburgo, este periodista que dirigió durante 20 años la sección de historia del semanario Die Zeit insiste en la importancia de volver sobre la personalidad de Hitler. “Sin él, no se tomaba ninguna decisión importante en el Tercer Reich”. Y asegura que estos días, cuando en todo el mundo triunfan líderes autoritarios y carismáticos, interesa aún más responder a la pregunta fundamental: ¿cómo pudo ocurrir?
¿Por qué pensó que el mundo necesitaba otra biografía de Hitler? “La escribí desde el convencimiento de que este tipo de políticos está de vuelta. Son los que saben cómo movilizar los miedos y esperanzas de la gente en épocas de crisis. Eso lo entendió Hitler como nadie durante la República de Weimar. Se presentó como el mesías que devolvería la grandeza a Alemania”, asegura.
Ullrich no aspira a ofrecer una imagen novedosa de la que quizás sea la persona más escudriñada del siglo XX. Pero sí trata de añadir matices; y deshacer algunos tópicos. Como la idea de que el líder nazi no tenía vida más allá de la política. “Historiadores como Joachim Fest e Ian Kershaw cayeron víctimas de la escenificación que Hitler hizo de sí mismo como alguien que renuncia a sus necesidades y se entrega a la misión histórica de servir al pueblo alemán. En realidad, tenía una vida privada muy rica. Pero oculta”. Cada época ha tenido su biografía de Hitler. En los años cincuenta apareció la de Alan Bullock, que lo presentaba como un oportunista sediento de poder sin ideología. Dos décadas más tarde, Fest ahondaría más en su psicología. Y, por fin, Kershaw dibujaría en los años noventa un impresionante retrato en el que añadía el sustrato social que explica el éxito del tirano.
Aquí llegan las semejanzas —y diferencias— con Trump. Entre las primeras, Ullrich señala un “carácter egocéntrico con tendencia a mezclar la mentira con la realidad”, la promesa de volver a hacer grandes sus respectivos países o la capacidad de ambos de valerse de los medios de comunicación. “Aunque veo más sofisticado y táctico a Hitler”, añade. Las diferencias también son enormes. En primer lugar, Hitler nunca obtuvo la mayoría absoluta en unas elecciones democráticas (fue designado canciller por el presidente de la República en enero de 1933 tras haber sido su partido el más votado con el 33% de los votos, pero lejos de la mayoría absoluta en el Parlamento). En segundo lugar, el NSDAP era un partido totalmente centrado en su Führer. “Trump lanza proclamas xenófobas y machistas. Pero no sabemos si lo piensa de verdad o es solo retórica electoral. Esa duda también surgió con la llegada de Hitler al poder. Se pensaba que el cargo le moderaría. Al principio de su mandato se presentó como un hombre de paz, aunque ya entonces pensara en la guerra”.
El primer volumen, titulado simplemente Ascenso, termina en 1939, con el 50º cumpleaños del tirano. El periodista trabaja ahora en la narración de los seis años posteriores. Ullrich describe la “naturaleza dual” de Hitler, que aunaba energía criminal con una personalidad amable, incluso atractiva. ¿Le diagnosticaría un psiquiatra alguna dolencia mental? “Era más normal de lo que desearíamos. En sus crímenes, fue absolutamente excepcional. Pero como hombre, en sus gustos y costumbres, no se salió demasiado de la norma. Sería muy cómodo quitarse a Hitler de encima describiéndolo como un sociópata criminal. El peligro es que así no podremos entender cómo logró un poder de atracción tan monstruoso entre los alemanes”.
Una opinión parecida tenía Leni Riefenstahl, la directora de cine de cabecera del Tercer Reich. “Ni puedo ni quiero olvidar ni perdonar las cosas terribles que ocurrieron en su nombre. Pero tampoco quiero olvidar el enorme efecto que causaba en la gente. Esto haría las cosas demasiado fáciles para nosotros”, escribió en los años setenta la mujer que supo plasmar como nadie los ideales de belleza del nazismo. Esta impresión positiva también llegó a diplomáticos europeos y personas ajenas a su círculo, a los que asombraba como un anfitrión encantador y culto. Sin formación académica, pero lector empedernido —otro aspecto que lo separa de Trump— tenía una memoria extraordinaria.
Ullrich descarta como totalmente indocumentadas las especulaciones sobre la supuesta homosexualidad o los problemas en los genitales del Führer. Aquí, una vez más, la normalidad es la regla. Aunque parezca que hasta los 30 no tuvo relaciones sexuales, lo que dio pie, como cuenta el libro, a que sus compañeros en la I Guerra Mundial se burlaran de su virginidad. “Entonces no era extraño lo que hoy nos parece un desarrollo sexual tardío. Cuando volvió a Múnich tras la guerra se puso al día muy rápido. Y desde finales de los años veinte tuvo una relación de lo más normal con Eva Braun. Ni perverso ni sádico”, concluye.
La pregunta fundamental sigue sin respuesta. ¿Cómo pudo ocurrir? “Hitler se benefició de una constelación única de crisis que aprovechó de forma inteligente y sin escrúpulos”, escribe Ullrich. Pero esto no explica cómo un país rico y culto lo permitió. “Tuvo una relación simbiótica con el pueblo alemán. Nunca habría llegado al poder si no hubiera explotado ideas profundamente arraigadas en la tradición cultural del país: nacionalismo extremo, profundo antisemitismo, resentimiento contra el parlamentarismo y la democracia… Alemania era caldo de cultivo para este tipo de políticos carismáticos”, concluye.
Una biografía sobre la vida del Führer, desde su nacimiento hasta 1939, reabre el debate sobre el ascenso de los líderes populistas
Luis Doncel - El País
Hitler, con uniforme militar en 1915.
Han pasado 71 años desde su suicidio en Berlín, y el interés por Adolf Hitler no decae. Al contrario, su figura despierta cada cierto tiempo nuevas oleadas de atención. Y todo apunta a que asistimos a una.
En la biografía que publicó en 2013, el autor alemán Volker Ullrich (Celle, 1943) quiso ahondar en la personalidad del protagonista. Frente a otras obras centradas en el contexto político y social, él miró a los ojos del gran genocida. El libro fue recibido con reparos por los críticos alemanes: no veían novedades sustanciales y, sobre todo, dudaban de la conveniencia de presentar un Hitler demasiado cercano. ¿Hasta dónde se puede humanizar al monstruo? Mejor recepción ha tenido este año la versión inglesa. The New York Times la alabó como una “fascinante parábola shakesperiana”. Sin mencionar su nombre, la reseña del Times sugería paralelismos con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Ullrich también detecta parecidos entre ambos.
Desde su casa de Hamburgo, este periodista que dirigió durante 20 años la sección de historia del semanario Die Zeit insiste en la importancia de volver sobre la personalidad de Hitler. “Sin él, no se tomaba ninguna decisión importante en el Tercer Reich”. Y asegura que estos días, cuando en todo el mundo triunfan líderes autoritarios y carismáticos, interesa aún más responder a la pregunta fundamental: ¿cómo pudo ocurrir?
¿Por qué pensó que el mundo necesitaba otra biografía de Hitler? “La escribí desde el convencimiento de que este tipo de políticos está de vuelta. Son los que saben cómo movilizar los miedos y esperanzas de la gente en épocas de crisis. Eso lo entendió Hitler como nadie durante la República de Weimar. Se presentó como el mesías que devolvería la grandeza a Alemania”, asegura.
Ullrich no aspira a ofrecer una imagen novedosa de la que quizás sea la persona más escudriñada del siglo XX. Pero sí trata de añadir matices; y deshacer algunos tópicos. Como la idea de que el líder nazi no tenía vida más allá de la política. “Historiadores como Joachim Fest e Ian Kershaw cayeron víctimas de la escenificación que Hitler hizo de sí mismo como alguien que renuncia a sus necesidades y se entrega a la misión histórica de servir al pueblo alemán. En realidad, tenía una vida privada muy rica. Pero oculta”. Cada época ha tenido su biografía de Hitler. En los años cincuenta apareció la de Alan Bullock, que lo presentaba como un oportunista sediento de poder sin ideología. Dos décadas más tarde, Fest ahondaría más en su psicología. Y, por fin, Kershaw dibujaría en los años noventa un impresionante retrato en el que añadía el sustrato social que explica el éxito del tirano.
La crítica alemana recibió el libro con reparos por ofrecer una imagen muy cercana de su protagonistaEs indudable que Hitler se benefició del menosprecio de sus coetáneos. Pero no solo fueron ellos. Ullrich acusa a otros historiadores del mismo error. “Mucha gente se pregunta cómo una persona inculta y mediocre pudo llegar tan alto. La premisa es que era alguien del montón. Y no es así. Tenía cualidades insólitas. No solo la demagogia y la facilidad para hablar ante las masas. También poseía un gran talento como actor. Podía presentarse de forma totalmente distinta en función de las circunstancias”. Sus dotes camaleónicas le permitían hablar “como un sabio estadista en el Reichstag; como un hombre moderado ante los empresarios; o frente a las mujeres como el padre bienhumorado que ama a los niños”.
Aquí llegan las semejanzas —y diferencias— con Trump. Entre las primeras, Ullrich señala un “carácter egocéntrico con tendencia a mezclar la mentira con la realidad”, la promesa de volver a hacer grandes sus respectivos países o la capacidad de ambos de valerse de los medios de comunicación. “Aunque veo más sofisticado y táctico a Hitler”, añade. Las diferencias también son enormes. En primer lugar, Hitler nunca obtuvo la mayoría absoluta en unas elecciones democráticas (fue designado canciller por el presidente de la República en enero de 1933 tras haber sido su partido el más votado con el 33% de los votos, pero lejos de la mayoría absoluta en el Parlamento). En segundo lugar, el NSDAP era un partido totalmente centrado en su Führer. “Trump lanza proclamas xenófobas y machistas. Pero no sabemos si lo piensa de verdad o es solo retórica electoral. Esa duda también surgió con la llegada de Hitler al poder. Se pensaba que el cargo le moderaría. Al principio de su mandato se presentó como un hombre de paz, aunque ya entonces pensara en la guerra”.
El primer volumen, titulado simplemente Ascenso, termina en 1939, con el 50º cumpleaños del tirano. El periodista trabaja ahora en la narración de los seis años posteriores. Ullrich describe la “naturaleza dual” de Hitler, que aunaba energía criminal con una personalidad amable, incluso atractiva. ¿Le diagnosticaría un psiquiatra alguna dolencia mental? “Era más normal de lo que desearíamos. En sus crímenes, fue absolutamente excepcional. Pero como hombre, en sus gustos y costumbres, no se salió demasiado de la norma. Sería muy cómodo quitarse a Hitler de encima describiéndolo como un sociópata criminal. El peligro es que así no podremos entender cómo logró un poder de atracción tan monstruoso entre los alemanes”.
Una opinión parecida tenía Leni Riefenstahl, la directora de cine de cabecera del Tercer Reich. “Ni puedo ni quiero olvidar ni perdonar las cosas terribles que ocurrieron en su nombre. Pero tampoco quiero olvidar el enorme efecto que causaba en la gente. Esto haría las cosas demasiado fáciles para nosotros”, escribió en los años setenta la mujer que supo plasmar como nadie los ideales de belleza del nazismo. Esta impresión positiva también llegó a diplomáticos europeos y personas ajenas a su círculo, a los que asombraba como un anfitrión encantador y culto. Sin formación académica, pero lector empedernido —otro aspecto que lo separa de Trump— tenía una memoria extraordinaria.
Ullrich descarta como totalmente indocumentadas las especulaciones sobre la supuesta homosexualidad o los problemas en los genitales del Führer. Aquí, una vez más, la normalidad es la regla. Aunque parezca que hasta los 30 no tuvo relaciones sexuales, lo que dio pie, como cuenta el libro, a que sus compañeros en la I Guerra Mundial se burlaran de su virginidad. “Entonces no era extraño lo que hoy nos parece un desarrollo sexual tardío. Cuando volvió a Múnich tras la guerra se puso al día muy rápido. Y desde finales de los años veinte tuvo una relación de lo más normal con Eva Braun. Ni perverso ni sádico”, concluye.
El autor considera que Hitler y Trump comparten “un carácter egocéntrico” con tendencia a la mentiraPese al alud de datos e informaciones sobre su vida, Hitler permanece en esta biografía como un enigma. “Tenía muy pocos amigos en los que confiara. Siempre mostró mucha distancia con la gente. Y además tenemos muy pocos documentos personales. Podemos acercarnos a su misterio, pero nunca lo descifraremos”.
La pregunta fundamental sigue sin respuesta. ¿Cómo pudo ocurrir? “Hitler se benefició de una constelación única de crisis que aprovechó de forma inteligente y sin escrúpulos”, escribe Ullrich. Pero esto no explica cómo un país rico y culto lo permitió. “Tuvo una relación simbiótica con el pueblo alemán. Nunca habría llegado al poder si no hubiera explotado ideas profundamente arraigadas en la tradición cultural del país: nacionalismo extremo, profundo antisemitismo, resentimiento contra el parlamentarismo y la democracia… Alemania era caldo de cultivo para este tipo de políticos carismáticos”, concluye.
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