domingo, 25 de noviembre de 2018

Argentina: Los desembarcos de submarinos nazis

Submarinos nazis en la costa argentina, un misterio que lleva décadas y nadie pudo resolver aún 

Las historias de embarcaciones del Tercer Reich que llegaron a nuestro país tras la derrota de Hitler han sido materia fértil para todo tiempo de leyendas. ¿Realidad o ficción?



Por Ignacio Montes de Oca | Infobae

 

Dice un viejo marino napolitano retirado que la costa marplatense amaneció fría y nublada aquella mañana del 10 de julio de 1945. Tras hacer memoria, recordó que ese día estaba pescando a unos kilómetros de la costa, cerca de las defensas antiaéreas que la Marina había reforzado enigmáticamente una semana antes. Y recuerda que fue en ese momento cuando una nave surgió inesperadamente de las profundidades, cerca del casco naranja de su bote, y comenzó a intercambiar mensajes con un reflector de luces con alguien en la base.

Unas horas después el submarino estaba amarrado en la base. Se trataba del U530, un sumergible nazi de la Clase VII de 76 metros de largo que por alguna razón había decidido entregarse en la Argentina. La guerra había acabado en el mes de abril y no tenía sentido la presencia de aquel "U-boote" a miles de kilómetros de Europa, el lugar en donde debía haberse rendido tras la caída del Tercer Reich unos meses antes.

Su capitán era un joven de 24 años llamado Otto Wermuth que se entregó vestido con su traje de gala. Casi ninguno de sus marineros y oficiales lo superaba en edad. Todos ellos fueron sometidos a un intenso interrogatorio en el que se les preguntó, ¿por qué habían elegido viajar a la Argentina para entregarse? ¿Dónde estaban los documentos, un bote de desembarco y los torpedos y cañones que debían haberse encontrado en la nave? Y la pregunta más incómoda: ¿habían transportado a Adolfo Hitler u otros altos funcionarios nazis en su viaje?

La ciudad de Mar del Plata tardó en reponerse a la sorpresa, mientras los marineros del U530 se recuperaban de su viaje en un improvisado campo de prisioneros armado en el parque de la base y comían papas y naranjas, un pedido especial del médico de la nave para evitar las consecuencias del escorbuto provocado por meses viviendo dentro de una vaina de metal sumergido.

Mientras esperaban que se resolviera el destino de la nave y su tripulación, el 17 de agosto volvió a sonar la alarma de la base. Otra vez, un submarino alemán pedía permiso para entregarse a las autoridades militares argentinas.

Esta vez se trataba del U977, un submarino clase VII comandado por el capitán Hans Schäffer, de 26 años. A diferencia del U530, el U977 conservaba todas sus armas y documentos. E incluso se veía que había sido pintado en los días anteriores, a diferencia del sumergible anterior que era una masa manchada de óxido y descuido.

Schäffer debió responder al mismo interrogatorio: ¿qué había llevado a su comandante a cruzar el Atlántico plagado de naves aliadas que buscaban submarinos rebeldes para hundirlos? ¿Habían llevado oficiales nazis o tesoros escapando de Europa? La falta de respuesta, hizo crecer aún más el misterio sobre la presencia de los dos submarinos nazis a casi cinco meses de la caída del bunker de Hitler en el centro de Berlín.

Y ese enigma se profundizaba más por nuevas denuncias por la presencia de submarinos navegando frente a la costa argentina y desembarcando cargas secretas durante la noche.

Al menos cuatro submarinos

Las evidencias sobre la presencia de submarinos extranjeros operando en las costas argentinas se habían acumulado mientras duró la guerra en Europa y siguieron tras la caída de Berlín en manos aliadas.

Las más antiguas indican el paso de naves frente a las costas de Villa Gesell en el año 1943. La Policía llegó a detener al pionero Carlos Gesell para interrogarlo sobre la existencia de un oleoducto precario que salía de sus propiedades y se adentraba en el mar. En Mar del Sur los administradores del principal hotel de la ciudad, debieron contestar preguntas similares por las señales de luz que provenían del mar y que algún empleado se encargaba de contestar desde la terraza del edificio. Más al sur, en un páramo de la costa rionegrina llamado Bahía Creek, Gisella Bochi de Paesani reportó a mediados de 1945 la aparición de un submarino en la región de Caleta de los Loros y el paso de camiones que partían desde la costa en las horas siguientes. También, la visita previa de un alemán que se dedicaba a recorrer la zona durante todo el día mientras observaba su brújula y tomaba notas. Luego se supo que era el fundador del club de andinismo de Bariloche y uno de los implicados en la recepción de criminales de guerra en la zona.

El fin de la guerra multiplicó las denuncias de submarinos y desembarcos. En la edición del 2 de junio, los diarios de Necochea informaron el hallazgo de un bote de goma abandonado en la costa, pero las autoridades no confirmaron la versión. El 27 del mismo mes, un reporte de la armada informa de la presencia de un submarino y un velero desde el que se le embarcaban provisiones frente al golfo de San Julián.

El 2 de Julio, un submarino fue avistado por vecinos de Claromecó, al sur de Tres Arroyos. El 17 de ese mismo mes y a 300 kilómetros de allí, un grupo de vecinos de San Clemente informó que un submarino emergió a cinco kilómetros de la costa y que tras permanecer un tiempo estático, puso proa en dirección al sur. El policía Pedro Longhi, informó haber visto la nave desde su puesto en Mar del Tuyú. Una semana antes se había entregado el U530 en Mar del Plata, por lo que se lanzó un alerta policial ante la evidente presencia de más sumergibles.

El 18 de julio, a 800 kilómetros al sur, la torpedera Mendoza detectó el periscopio de un submarino desconocido frente a las costas de San Antonio, Rio Negro, y comenzó una persecución de casi dos horas contra el sumergible al que le lanzó al menos ocho cargas de profundidad. Una flota completa de buques y aviones buscó al sumergible hasta el día 20. Al día siguiente, el ministro de la Marina, el almirante Héctor Vernengo Lima, ordenó inexplicablemente que todas las naves regresaran a sus bases y que dejaran de buscar sumergibles nazis.

Sin embargo, la orden no frenó los avistamientos; el 21 de julio el jefe de la estación de trenes de Las Copetonas reportó la aparición de un submarino "de alrededor de 70 metros" a unos diez kilómetros de la costa. El incidente fue corroborado por los tripulantes del pesquero "Alfaro II".
 
Submarino nazi en Mar del Plata avistado en julio de 1945

Un reporte desclasificado de la Armada vuelve a situar un sumergible desconocido frente a Claromecó en el atardecer del 24 de julio. Para ese momento, los rumores sobre el desembarco de Hitler y otros jerarcas competían con las especulaciones sobre la llegada furtiva de un inmenso tesoro a bordo de los submarinos.

El 27 de julio, desde el destacamento policial de Piedra Negra, se envió un alerta por la presencia nocturna de un submarino frente a la costa, que se comunicaba por medio de señales con un contacto desconocido en tierra. Una patrulla salió a investigar y apresó en la playa a un ciudadano alemán que no tardó en confesar que esperaba visitas desde el mar. A 15 kilómetros del lugar donde fue detenido, otra patrulla halló huellas provenientes del mar y de un bulto de gran tamaño que había sido arrastrado por la arena.

Los rastros se perdían donde comenzaban las huellas de los neumáticos de un camión que se internaban en un camino vecinal. Al seguir el camino llegaron a la puerta de una estancia en donde fueron interceptados por cuatro hombres armados que les impidieron seguir. Cuando pidieron por radio una orden para detener a quienes los amenazaban, su superior les ordenó retirarse del lugar.

El misterio del submarino fantasma pareció resolverse con la entrega del U977 el 17 de agosto. No obstante, al día siguiente se reportó otro avistamiento frente a Claromecó, según los documentos de la policía provincial. El reporte de submarinos y camiones avistados en Caleta de los Loros procede de la misma época.

Y si se analizan las fechas y horas de los avistamientos, se llega a una conclusión sorprendente. En las condiciones en que estaban los submarinos y al verse obligados a navegar sumergidos, su velocidad a duras penas alcanzaba los 8 a 10 nudos. Es decir que viajaban a un ritmo de 14 a 18 kilómetros por hora; más que insuficientes para estar en la mañana en San Clemente y por la tarde en Claromecó. Y mucho menos aun escapar a las explosiones frente a San Antonio en la jornada siguiente, para luego regresar y entregarse en Mar del Plata intactos y recién pintados.

Todo hace sospechar que el U530 y el U977 eran parte de una flota mayor de entre cuatro y seis naves.

En el museo de la ciudad alemana de Loebe en donde se reúne la mayor colección de objetos y datos sobre los U-Boote alemanes, hay una pista sobre los submarinos perdidos. En un mapa en donde se registran los sitios donde naufragaron los submarinos nazis se señala una ubicación en la costa patagónica. Se trata de Caleta de los Loros, el lugar en donde muchos dicen es todavía posible hallar a los legendarios U-Boote fantasmas.

Un lugar llamado Caleta de los Loros

El misterio de los submarinos se mudó al sur, a una remota región de la costa de Río Negro llamada Caleta de los Loros. Fue en esa zona que el piloto Mario Chironi informó haber avistado dos submarinos frente a la costa en un día de "sicigia", nombre con el que se conoce a una baja excepcionalmente pronunciada de la marea cuando el sol y la luna alineados empujan el mar hacia otras regiones. Sucedió durante el año 1957 cuando el aviador sobrevoló la Caleta con su Piper P11 y pudo observar la proa afilada de un barco que emergía del mar. Un juez de la zona, Cándido Cámpano, le había dicho unos años antes que había submarinos en esa costa. Chironi pudo corroborar que era cierto.

El autor de esta nota revisó la "derrota" de la zona, en donde se anotan los barcos hundidos que pudieran ser un riesgo para la navegación. En la zona que rodea a la Caleta no se reportan naufragios.

En agosto de 1978, el buzo especializado en rescates submarinos Carlos Massey fue citado a una reunión reservada con jefes de la Armada en la base de Puerto Belgrano. Según el testimonio del oficial retirado de Prefectura Nacional, se le interrogó sobre la posibilidad de reflotar dos submarinos alemanes hundidos en el Golfo de San Matías. Las coordenadas correspondían a la misma caleta donde Chironi había visto el naufragio. Luego de presentar su solución, Massey no volvió a ser llamado.

En 1980, un empleado de una estancia Lahusen de apellidos Vidal Pereyra, llegó a Caleta de los Loros para pescar junto a unos amigos. Otra vez, la marea había bajado más de lo habitual ayudado por el viento norte y pudo acercarse a un centenar de metros de las naves, al punto de poder reconocer los restos de un puente, barandillas y las escotillas abiertas por donde se filtraban las olas que no tardaron en volver a tapar al naufragio.
  Adolf Eichmann fue uno de los criminales nazis que se ocultó en Argentina

Dos años después, durante la Guerra de Malvinas, el buque petrolero de la empresa YPF "Campo Duran" aprovisionaba al destructor del ARA Santísima Trinidad, navegando por el litoral de poca profundidad para evitar una emboscada de algún submarino nuclear británico. De manera inesperada, llegó un mensaje de un helicóptero que vigilaba la zona que les anunciaba "tienen compañía". En cuestión de segundos sonaron las alarmas y se iniciaron las maniobras de emergencia por la presencia de dos siluetas submarinas sospechosas detectadas por el helicóptero. Fue una falsa alarma. En el momento del incidente, estaban en la zona de Caleta de los Loros.

Tal fue la cantidad de indicios que durante el gobierno de Carlos Menem se ordenó a la Armada organizar la "Operación Calypso" a partir del 19 de agosto 1997. Los resultados de la búsqueda realizada por el aviso ARA Gurruchaga y aviones antisubmarinos S2 Tracker de la Armada no fueron dados a conocer y ello alentó a por lo menos dos expediciones privadas a Caleta de los Loros que no lograron hallar nada. En 2010, la entonces Ministro de Defensa Nilda Garré ordenó desclasificar los documentos de la "Operación Calypso". Según la Armada, la confusión sobre la presencia de submarinos se originó en las "restingas" o depósitos de alto contenido ferroso que se acumulan frente a la costa. Parte de los documentos referentes a los avistamientos durante y luego de la guerra siguen siendo secretos.

De tanto en tanto, se organizan nuevas expediciones a Caleta de los Loros para intentar hallar a los dos submarinos, que según algunos testigos permanecen semienterrados en la arena, formando una "v". Otros testimonios afirman que hay submarinos hundidos al norte de la Península de Valdés e incluso sitúan otro naufragio en la desembocadura del río Negro o frente a San Clemente o Miramar.

La leyenda se fortalece con la aparición de alemanes salidos de la nada en aquellos años, cuyas historias son repetidas por los historiadores locales. Es el caso de un mozo alemán y experto en cálculos marítimos que apareció súbitamente a mediados de 1945 en la localidad costera de Miramar. Cuentan los viejos lugareños, quienes llegaron a conocerlo cuando trabajaba en un bar de la ciudad, que solía golpear los tacos de sus zapatos antes partir hacia la cocina en busca de cada pedido.

Son muchos los que quieren encontrar los submarinos alemanes perdidos frente a la costa argentina. Algunos abrigan la secreta esperanza de hallar los restos de algún tesoro nazi o un rastro que les permita develar el misterioso motivo que llevó a los U-Bootes nazis en la costa Argentina meses después de la muerte de Hitler en Berlín. Quizás alguien los encuentre finalmente en Caleta de los Loros, enterrados bajo los médanos de una playa que avanzó a lo largo de las décadas o a unos pasos de la costa, en donde decenas de testigos juran haberlos visto. Mientras tanto, los naufragios siguen desafiando a los buscadores de tesoros en un territorio inmenso, perfecto para esconder los secretos debajo del mar.

sábado, 24 de noviembre de 2018

SGM: El ataque a la planta de agua pesada de Vemork

Planta de agua pesada Vemork, Telemark

Weapons and Warfare


27/28 febrero 1943






Pocas redadas, si es que hubo alguna, pudieron haber tenido un impacto mayor en el resultado de la Segunda Guerra Mundial que el realizado en 1943 por un pequeño grupo de saboteadores de la SOE contra la planta hidroeléctrica Vemork Norsk en Noruega. La incursión, que luego se inmortalizó en la pantalla en la película Heroes of Telemark de 1965, fue para sabotear la planta y evitar que los nazis adquieran óxido de deuterio, también conocido como agua pesada, que podría haberse utilizado en la producción de armas nucleares. Desde entonces, se ha descrito como la mayor incursión de la guerra de la SOE, pero, si la incursión no hubiera tenido éxito, el resultado de la Segunda Guerra Mundial podría haber sido muy diferente.

Hoy en día, la planta de energía original en Vemork es un museo industrial ubicado cerca de la ciudad de Rjukan en el condado de Telemark, pero su importancia se remonta a antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando Norsk Hydro construyó la primera planta comercial para producir fertilizantes. Un subproducto del proceso fue la producción de óxido de deuterio, una de las dos sustancias necesarias para moderar las emisiones de energía de neutrones en una reacción en cadena nuclear (el grafito es la otra). Antes de la invasión alemana de Noruega en 1940, los franceses retiraron el suministro de agua pesada y, a su vez, llegaron a Gran Bretaña después de la invasión nazi de Francia. Pero la planta en Noruega todavía era capaz de producir. Comprensiblemente preocupados de que los nazis usaran la instalación para producir agua pesada para su propio programa de armas, los Aliados comenzaron una serie de intentos para destruir la planta, o al menos, detener su producción.

El SOE tenía un agente de confianza, Einar Skinnarland, que trabajaba dentro de la planta, y pudo pasar información detallada a los británicos. Skinnarland tenía 24 años y se graduó en la escuela de ingeniería de Porsgrunn. Se había dirigido a Gran Bretaña a bordo de un barco de vapor costero y, desde Telemark y habiendo vivido cerca de la planta toda su vida, había sido un recluta natural para la Compañía Independiente 1 de Noruega, que se había establecido en 1941 para llevar a cabo Operaciones en nombre de la SOE.

Con miembros de su familia que ya trabajaban en Vemork, fue relativamente fácil volver a insertar Skinnarland en el país y encontrarlo en la planta. Con un gran riesgo personal para sí mismo, usó su radio para pasar información valiosa a Gran Bretaña, como un diseño detallado de la planta y los horarios de trabajo dentro de ella, que luego podrían ser utilizados para una planificación detallada por parte de un partido de demolición.

El primer intento importante de destruir la producción tuvo lugar en octubre de 1942 cuando las Operaciones combinadas británicas organizaron una redada para destruir la planta. Bajo la Operación Grouse, un equipo de cuatro hombres de comandos noruegos fueron entrenados por el SOE y se lanzaron en paracaídas en Noruega. Grouse fue dirigido por el teniente segundo de 23 años Jens-Anton Poulsson, y él y sus tres miembros del equipo, Arne Kjelstrup, Knut Haugland y Claus Helberg, nacieron localmente y conocían bien el área. Fueron lanzados a la vasta y montañosa meseta de Hardangervidda en la parte central del sur de Noruega como un grupo avanzado para la Operación Freshman, que se montará el mes siguiente por treinta Ingenieros Reales Británicos de la 9ª Compañía de Campo, 1ra División Aerotransportada. Los ingenieros debían aterrizar en dos planeadores Horsa en un lago congelado cerca de la planta, pero aunque Grouse había ido como estaba previsto, la Operación Freshman demostró ser un desastre. Uno de los planeadores se estrelló después de que su remolcador de Halifax voló a una montaña, matando a todos a bordo del Halifax y causando graves bajas a bordo del planeador, mientras que el segundo Halifax no pudo localizar el lugar de aterrizaje. Se decidió abortar la operación y volver a la base, pero el planeador se liberó con mal tiempo y se estrelló, causando aún más víctimas entre los que estaban a bordo. Aunque hubo algunos supervivientes de ambos planeadores, pronto cayeron en manos alemanas y posteriormente fueron torturados por la Gestapo antes de ser ejecutados bajo el Kommandobefehl de Hitler.
Freshman no solo fue un fracaso, sino que ahora estaba bastante claro para los alemanes que los Aliados estaban decididos a destruir la planta hidroeléctrica. Los aliados sabían esto, pero era esencial que se hiciera otro intento. El equipo de Grouse había sobrevivido, por lo que ahora era importante que los hombres permanecieran sin ser detectados hasta que se pudiera emprender un nuevo intento. Para los cuatro noruegos en lo alto de la meseta que dominaba la planta, fue un largo invierno, pero permanecieron sin ser detectados hasta que se pudo hacer un nuevo intento; ahora iban a operar bajo el nombre en clave cambiado de Swallow.

En la noche del 16 de febrero de 1943, bajo el nombre en clave de Operation Gunnerside, seis comandos noruegos, dirigidos por Joachim Rønneberg, abordaron un bombardero Halifax convertido al 138 Escuadrón en la RAF Tempsford. Rønneberg era otro joven noruego que había huido a Gran Bretaña después de la ocupación alemana para unirse a la Compañía Independiente de Noruega. Ahora tenía 24 años y era teniente, y fue seleccionado para dirigir la incursión debido a su firmeza y cualidades de liderazgo inspirador. Él había sido entrenado bien y también su equipo, Knut Haukelid, Fredrik Kayser, Kasper Idland, Hans Storhaug y Birger Strømsheim, quienes también habían huido de su país después de la ocupación, y ahora estaban igualmente decididos a regresar a casa y devolverles el golpe. ocupantes Todos eran excelentes esquiadores y se sentían como en casa en las montañas, por lo que eran perfectos para tal ataque.

Apenas unas horas después, el equipo Gunnerside se lanzó en paracaídas a Noruega. Rápidamente reunieron sus suministros y se pusieron en marcha para encontrar a los hombres de Swallow, pero los fuertes vientos y las fuertes ventiscas significaban que las condiciones eran duras. Gran parte de su tiempo lo pasaron refugiándose en una cabaña de caza remota y al equipo le tomó cinco días recorrer las 30 millas para encontrarse con Swallow.

Una vez juntos, el equipo combinado comenzó a hacer los preparativos para la redada, que iba a tener lugar la noche del 27 al 28 de febrero. Los alemanes claramente esperaban que los británicos realizaran una nueva incursión inmediatamente después de su intento fallido, por lo que las defensas en la planta hidroeléctrica se habían reforzado significativamente. El número de guardias que patrullaban las instalaciones y sus alrededores se había incrementado, se habían colocado minas fuera de la planta y toda el área estaba cubierta por reflectores. Además, el único puente que atraviesa el profundo barranco sobre el río principal que suministra agua a la planta, que era la ruta principal dentro y fuera de la instalación, estaba fuertemente vigilado.



Nada de esto fue inesperado para el SOE y esta fue una de las razones principales detrás de la decisión de dejar la planta sola inmediatamente después de Op Freshman. Ahora, sin embargo, después de más de tres meses, se esperaba que los defensores alemanes se hubieran vuelto más relajados, incluso complacientes, durante lo que había sido un invierno largo y extremadamente duro, incluso para los noruegos. Se esperaba que el clima tan frío significara que habría un número reducido de guardias fuera de la planta principal, e incluso los guardias que estaban afuera esperaban que estuvieran más enfocados en tratar de mantenerse abrigados en lugar de mantener una vigilancia aguda para los intrusos.

Cruzar el río usando el puente principal estaba claramente fuera de discusión y los asaltantes decidieron descender al profundo barranco. Tenía más de 600 pies de profundidad y los lados eran empinados. Era una ruta tan difícil que los alemanes la habían considerado intransitable, pero era para demostrar el punto débil de sus defensas. Cuando los asaltantes llegaron al fondo, tuvieron que vadear el río helado antes de subir al otro lado. Afortunadamente, el nivel del río era bajo y habían podido hacer buen tiempo. Una vez subido por el otro lado, los asaltantes siguieron una vía de ferrocarril hasta la planta. El ferrocarril rara vez se usaba, pero aun así, fue una grata sorpresa encontrarlo sin vigilancia; Pudieron abrirse camino en la planta sin encontrar ningún problema.

De la información provista por Skinnarland, los asaltantes pudieron planear su ataque en detalle. La idea era dividirse en dos equipos, uno para sabotear la planta y el otro para vigilar.

Fue alrededor de la medianoche cuando Rønneberg y Kayser se arrastraron dentro del edificio a través de un eje de cable. Encontraron la habitación que contenía los cilindros de agua pesada custodiados por una sola persona, un noruego. Además de ser sorprendido, el guardia resultó ser amigable y no ofreció oposición. Dos miembros más del equipo, incluido Strømsheim, pronto se unieron a ellos, habiendo ingresado al edificio a través de una ventana.

Sorprendentemente, el equipo había podido ingresar a la planta sin ser visto ni encontrarse con ninguna oposición. Rápidamente se dispusieron a colocar sus cargas explosivas en las cámaras de electrólisis de agua pesada y luego conectaron un corto fusible retardado para darles el tiempo suficiente para escapar. Antes de partir, colocaron una ametralladora Sten británica junto a las cámaras para dejar en claro a los alemanes que era obra de los británicos y no de la Resistencia noruega, con la esperanza de que esto evitara cualquier represalia contra la población local. .

Una vez que los hombres escaparon, las cargas explosivas detonaron según lo planeado, destruyendo las principales cámaras de electrólisis. Aunque el ruido era ensordecedor dentro de la planta, fuera del sonido de la explosión apagada en gran parte no se escuchó; aunque algunos guardias parecían escuchar el ruido, lo asociaban con el sonido de la maquinaria en la planta en lugar de cualquier acto de sabotaje.

El agua pesada había sido destruida, al igual que el equipo crítico para la operación. Los alemanes enviaron una gran fuerza para tratar de encontrar los comandos, pero ninguno fue capturado. Cinco del equipo, dirigido por Rønneberg, esquiaron 250 millas para escapar a Suecia; Les tomó dos semanas. El resto se quedó en Noruega y simplemente desapareció en la población sin ser encontrado. La incursión fue, sin duda, un éxito. Dieciocho celdas de agua pesada y más de 1,000 libras de agua pesada fueron destruidas, con la producción de agua pesada detenida por varias semanas.
Sin embargo, los alemanes tenían la intención de continuar usando la planta para restaurar la producción y, para el verano de 1943, el daño había sido reparado y la producción había sido completamente restaurada. Con las defensas alemanas en la planta sustancialmente aumentadas, los Aliados se dieron cuenta de que montar una nueva incursión en el suelo probablemente terminaría fallando y resultaría muy costoso, por lo que se llevaron a cabo una serie de ataques aéreos. Una incursión a la luz del día en particular, llevada a cabo por más de cien bombarderos B-17 estadounidenses durante noviembre, causó grandes daños.

Los alemanes estaban convencidos de que más ataques aéreos obstaculizarían la producción, por lo que decidieron abandonar la planta y transferir su producción de agua pesada a Alemania. Esto implicaría mover el stock existente de agua pesada y los componentes críticos requeridos para la producción.

Con cinco miembros del equipo de Gunnerside que escaparon a Suecia, el único comando entrenado que todavía estaba en el área fue Knut Haukelid, quien se quedó en Noruega. Haukelid fue informado del plan alemán para eliminar el stock de agua pesada y sus equipos en el lago Tinnsjø, uno de los lagos más grandes de Noruega y uno de los más profundos de Europa, utilizando el ferry que opera en el lago. El ferry, llamado Hydro, conectaba el ferrocarril a ambos lados del lago y transportaba materias primas y fertilizantes desde la planta hidroeléctrica hasta el puerto de Skien. Mientras se consideraba destruir el agua pesada y el equipo en el tren, había demasiadas incertidumbres. No se pudo garantizar la destrucción completa y el ferry presentó la forma más obvia de destruir el agua pesada y su equipo. El Hydro simplemente tenía que ser hundido.

Con el apoyo de un pequeño equipo, Haukelid armó un plan para hundir el ferry mientras cruzaba la parte más profunda del lago, donde tenía casi 1,500 pies de profundidad. Desafortunadamente, el ferry también transportaba pasajeros y, para minimizar el número de víctimas civiles, Haukelid pudo conseguir a alguien en el interior de la planta para asegurarse de que el cruce del lago se realizara un domingo, cuando se sabía que el ferry transportaba pocos pasajeros

El sábado 19 de febrero de 1944, Haukelid recibió una notificación de que el agua y los equipos pesados ​​debían ser transportados al día siguiente, con los tambores de agua pesada transportados en vagones de ferrocarril. Esa noche, él y tres saboteadores abordaron el ferry. Mientras que uno de los saboteadores, Knut Lier-Hansen, distrajo a un miembro de la tripulación, Haukelid y Rolf Sorlie fueron a la cubierta para establecer el cargo. Les tomó casi dos horas colocar el 20 libras de explosivo plástico donde haría más daño. El explosivo fue colocado en un patrón circular para volar parte del casco y hacer que el ferry se hunda rápidamente, pero no tan rápido como para evitar que los pasajeros y la tripulación escapen por la borda. Si bien el transbordador debía hundirse en la parte más profunda del lago, Haukelid también quería asegurarse de que el hundimiento ocurriera lo suficientemente cerca de la orilla para dar a todos la mejor oportunidad de alcanzar la seguridad.

Después de colocar la carga, los saboteadores abandonaron el barco y Haukelid partió de inmediato hacia Suecia. El Hydro zarpó según lo previsto a la mañana siguiente. Era un día frío pero tranquilo, pero la paz y la tranquilidad de otro domingo por la mañana en el lago se rompió repentinamente cuando estalló el explosivo. El transbordador se dirigió inmediatamente hacia la costa, pero el Hydro se hundió poco después con la pérdida de dieciocho a bordo, incluida la tripulación de siete y ocho soldados alemanes. El Hydro fue directo al fondo con el agua pesada y el equipo vital todavía a bordo. No alcanzaría la Alemania nazi.

Se otorgaron muchas condecoraciones por el ataque contra la planta y el ataque de continuación en el ferry. Entre sus propias decoraciones noruegas para la valentía, tanto Joachim Rønneberg como Knut Haukelid fueron galardonados con el DSO por los británicos por su valor y liderazgo; Rønneberg para el equipo Gunnerside y Haukelid para el hundimiento del Hydro. Otros miembros del equipo fueron galardonados con el MM y hubo un MCD para Einar Skinnarland, que había proporcionado información vital desde el interior de la planta. El heroísmo de los involucrados significó que la guerra secreta contra la producción de agua pesada se hizo internacionalmente conocida y los saboteadores se convirtieron, con razón, en héroes nacionales.

viernes, 23 de noviembre de 2018

SGM: Luftflotte 5

Luftflotte 5 




La Luftflotte 5 [1] (Flota Aérea 5) fue una de las principales divisiones de la Luftwaffe alemana en la Segunda Guerra Mundial. Se formó el 12 de abril de 1940 en Hamburgo para la invasión de Noruega. Es trasladado a Oslo, Noruega, el 24 de abril de 1940 y fue la responsable de la organización de la actividad de la Luftwaffe en la Noruega ocupada a lo largo de la Segunda Guerra Mundial 

Historia 
La Luftflotte 5 fue el responsable de las operaciones aéreas alemanas durante la invasión de Noruega y, posteriormente, en la defensa de los territorios ocupados. Se dividió en varias formaciones de funcionamiento, que regían las fuerzas aéreas, y en los distritos aéreos (Luftgau) controlando las fuerzas de tierra y las instalaciones. 
En 1940, por la invasión, su activo aéreo principal era el FliegerKorp X, una formación que constaba de cuatro alas de bombarderos y un ala de combate (Geschwader), junto con las fuerzas de apoyo aéreo. Con la conclusión de la campaña de Noruega la Fliegerkorps X se trasladó a otros escenarios (primero en la Batalla de Inglaterra, y luego hasta el Mediterráneo), mientras que en Noruega las operaciones aéreas cayeron bajo el Fliegerfuehrer (Ff) Nord, una formación ad hoc de escuadrones (Staffel) y grupos (Gruppe) asignados. Desde junio de 1941 las fuerzas de combate en Noruega quedaron bajo el mando separado de Jagdfliegerführer Norwegen. Las fuerzas totales ascendieron a tres grupos de combate y un grupo de bombarderos, con cazas nocturnos adjunto y escuadrones de caza bombardero más auxiliares. 


Heinkel He-111 de la Luftflotte 5 partiendo a bombardear Gran Bretaña 

Sobre el terreno los activos de la Luftflotte 5 fueron administrados por un distrito aéreo único, el Luftgau Kommando (LGK) Norwegen, con mandos subordinados que operaron los aeropuertos alrededor de Oslo, Kristiansand, Bergen y Stavanger en el sur, Trondheim, en el centro, y Narvik y Kirkenes, en el norte del país. 
En 1941, con la invasión de la Unión Soviética y la entrada de Finlandia en la guerra como aliado de Alemania, un distrito aéreo se formó en la segunda (LGK Finnland) alrededor de Rovaniemi, para coordinar la actividad aérea alemana en el frente norte. 
En junio de 1942 Ff Nord se dividió en tres comandos separados, FF Nord West ("Norte (Oeste)"), organizado a partir de Trondheim, FF Lofoten operativo de las Islas Lofoten contra los convoyes aliados a Murmansk y los puertos árticos soviéticos, y Ff Nord Ost ("Norte (este)"), apoyo a las operaciones del Ejército contra Murmansk y el frente norte. En el verano de 1942 Ff Lofoten se reforzó con dos grupos de bombarderos formado específicamente para las operaciones marítimas. 
En 1944, estas formaciones se han reorganizado de nuevo, Nord Ost se convirtió, en pocas palabras Ff Eismeer antes de convertirse en FF 3, Nord West se convirtió en Ff 4, y se convirtió en Lofoten Ff 5. 
En el suelo se convirtió en LGK Norwegen Kommandierende General der Luftwaffe (KG) en Norwegen, con buen alcance y las formaciones de aire en Noruega, mientras que se convirtió en LGK Finnland KG Finnland, con una misión similar en Finlandia y, más tarde, el norte de Noruega. 
A medida que la guerra avanzaba, sin embargo, estas organizaciones se convirtieron cada vez más irrelevante, ya que las fuerzas alemanas se vieron obligados a retirarse y la disminución de su fuerza aérea. Al final de la Segunda Guerra Mundial existían en gran medida en el papel. 
Este desprendimiento de la Luftwaffe fue en Finlandia y Noruega para el apoyo aéreo de las fuerzas del Eje en el sector, con las oficinas de comando en Oslo, Noruega (en el 26 de julio 1944). 


Formación militar en la Fliegerkorps Malmi, Luftflotte 5 

Kom. Gen.d.dtsch. Lw.i. Finnland (Comandante General de la Luftwaffe en Finlandia) Rovaniemi 

Fliegerführer 3 (Comando de Vuelo 3) Kirkenes 

Reconocimiento estratégico 
1.(F)/124 (Kirkenes) 
1.(F)/32 (Kemijärvi) 
Reconocimiento marítimo 
3.(F)/SAGr.130 (Kirkenes) 
Ataque aéreo 
I/SG.5 (Kirkenes) 
Jagdabschnittführer Norwegen (Comando de Cazas en Noruega) Petsamo 

Cazas 
III./JG 5 (Petsamo) 
Destructores (Zerstörer) (cazas pesados) 
13.(ZG.)/JG 5 (Kirkenes) 


Bandera del Jefe de una Luftflotte 

Comandantes 
Generalfeldmarschall Erhard Milch, 12 Abril 1940 - 9 Mayo 1940 
Generaloberst Hans-Jürgen Stumpff, 10 Mayo 1940 - 27 Noviembre 1943 
General Josef Kammhuber, 27 Noviembre 1943 - 16 Septiembre 1944 

Jefe de Estado Mayor 
Oberst Dr. Robert Knauss, 12 Abril 1940 - 16 Abril 1940 
Generalmajor Helmuth Förster, 16 Abril 1940 - 9 Mayo 1940 
Generalmajor Dr. Robert Knauss, 9 Mayo 1940 - 1 Agosto 1940 
Oberst Gerhard Bassenge, 1 Agosto 1940 - 5 Octubre 1940 
Generalmajor Andreas Nielsen, 20 Octubre 1940 - 31 Diciembre 1943 
Oberst Ernst Kusserow, 1 January 1944 - 16 September 1944 

Unidades subordinadas 


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jueves, 22 de noviembre de 2018

Comunismo: El genocidio leninista

Grandes aportaciones del comunismo / El asesinato y el genocidio


Más de un millón de personas fueron asesinadas por motivos políticos o religiosos durante el Terror Rojo, entre 1918 y 1922, bajo la dictadura de Lenin. Desollar, empalar, crucificar o matar de hambre a los enemigos como arma política fue una de las aportaciones más características del comunismo.

Criterio






Uno de los mitos históricos más aberrantes del siglo XX es presentar a Lenin como el dictador “bueno” de la URSS, y a Stalin como el “malo”, en un intento de salvar el mandato del primero.

Pero las cifras de víctimas mortales del leninismo, de noviembre 1917 a enero 1924, hablan por sí solas.
  • Más de un millón de personas asesinadas por motivos políticos o religiosos.
  • Entre 300.000 y 500.000 cosacos asesinados.
  • Cientos de miles de trabajadores y campesinos asesinados por hacer huelgas.
  • 240.000 muertos en la represión de la rebelión de Tambov.
  • Más de 50.000 prisioneros de guerra blancos ejecutados.
  • Entre 3,8 y 6 millones de muertos por hambrunas entre rusos, kazajos y tártaros.

Una revolución comunista que abortó la democracia en Rusia


Para desmitificar a Lenin hay primero que romper otros mitos. El más básico es que cuando estalló la Revolución bolchevique el 7 de noviembre de 1917, los comunistas no derrocaron al Zar -que ya no reinaba- sino que abortaron la incipiente democracia en Rusia, aprovechando la crisis surgida entre conservadores y socialistas.

Era el comienzo de una sanguinaria dictadura que duraría más de 70 años, hasta la desaparición de la URSS en 1991

Tras el asalto violento al poder por parte de los comunistas, estalló una guerra civil que duró cinco años, y en la que -ya desde el poder- se enfrentaron los bolcheviques -que resultaron vencedores- contra todos sus rivales.

Era el comienzo de una sanguinaria dictadura que duraría más de 70 años, hasta la desaparición de la URSS en 1991.

Chekistas bolcheviques asesinando a un detenido, en una obra del pintor lituano Ivan Vladimirov (1869-1947).

Poco antes de esa revolución comunista, en el verano de 1917 Lenin escribió un libro, “El Estado y la Revolución”, trazando cómo sería su dictadura. Entre otras consideraciones, el futuro déspota tiraba de la demagogia más burda y arremetía contra la democracia parlamentaria:

“Decidir una vez cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar al pueblo en el Parlamento: he aquí la verdadera esencia del parlamentarismo burgués, no sólo en las monarquías constitucionales parlamentarias, sino en las repúblicas más democráticas.”


Lenin abogaba “por la destrucción del parlamentarismo burgués”, mediante el uso del crimen y del terror.


Funcionarios de la Cheka de Uman en 1920.

Lenin abogaba “por la destrucción del parlamentarismo burgués” mediante la violencia, el asesinato en masa y el terror.

Adelantaba con absoluta franqueza que la violencia la usaría “tanto para aplastar la resistencia de los explotadores como para dirigir a la enorme masa de la población, a los campesinos, a la pequeña burguesía, a los semiproletarios, en la obra de “poner en marcha” la economía socialista.”

Uno de los más estrechos colaboradores del dictador comunista, León Trotsky, escribiría: “¿Creéis realmente que podemos salir victoriosos sin utilizar el terror más despiadado?”.

Lenin multiplicó por 18 el aparato represor del Zarismo


Nada más tomar el poder los comunistas, empezaron a organizar su aparato represor. Una de las primeras medidas de la dictadura bolchevique fue instaurar la Chrezvycháinaya Komíssiya (más conocida como Cheka), un cuerpo de policía política fundado el 20 de diciembre de 1917, cuando Lenin llevaba algo más de un mes ejerciendo como dictador en concepto de “Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo”.

Métodos de la cheka: empalamiento, crucifixión o desollamiento de sus víctimas

La policía secreta zarista, la temible Ojrana, había llegado a tener a unos 15.000 miembros, encargados de detener a enemigos políticos, encarcelarles, torturarles e incluso ejecutarles sin ninguna orden judicial.


Mujeres asesinadas por la Cheka de Járkov, Ucrania. Aún vivas, los chekistas les cortaron los pechos y les quemaron los genitales, introduciéndoles carbones dentro.

A finales de 1918 la Cheka ya tenía 40.000 agentes, y dos años más tarde ya eran 280.000 chekistas. En tres años los bolcheviques había multiplicado por 18 el volumen del aparato represivo del zarismo.

Si la Ojrana se había caracterizado por sus métodos brutales, la Cheka comunista superó en todos los sentidos el grado de crueldad de su predecesora zarista.

Entre sus métodos de tortura y de asesinato contra disidentes políticos, clérigos ortodoxos y otras personas consideradas enemigas por los bolcheviques hay que citar salvajadas como las siguientes, documentadas por el historiador ruso Alexander Nikolaevich Yakovlev y por los Archivos Estatales de la Federación Rusa, entre otras fuentes:
  • Lapidaciones, es decir, apedrear al reo hasta quitarle la vida.
  • Crucifixiones, un método usado contra muchos sacerdotes y religiosos.
  • Estrangulamientos.
  • Arrojar a los reos a calderos de brea hirviente.
  • Ahogamiento de reos en aguas heladas.
  • Arrancarles el cuero cabelludo a los reos. Una práctica que se hacía, por ejemplo, en la Cheka de Járkov, en Ucrania.
  • Ahorcamiento.
  • Obligar a los reos a ingerir plomo fundido.
  • Empalamiento.
  • Matar a los reos arrojándolos a altos hornos.
  • Castraciones.
  • Enterrar a reos vivos, práctica perpetrada en la Cheka de Kremenchuk
  • Desollamientos, es decir, arrancarle la piel a tiras a los reos. La Cheka de Járkov usaba la piel arrancada a los presos para elaborar guantes.
Piel arracada de las manos de detenidos en el sótano de la Cheka de Járkov, Ucrania. Los chekistas utilizaban peines metálicos y tenazas para aplicar esta horrenda tortura. 

  • Escalfar al reo, es decir, arrojarle agua hirviendo hasta matarlo.
  • Decapitaciones.
  • Desnudar a reos, atarles y arrojarles agua fría en pleno invierno hasta congelarles, una práctica de la Cheka de Orel, a 360 Km de Moscú.
  • Matar a los reos tirándolos al mar o a un río maniatados (es lo que hacía periódicamente con sus prisioneros la Cheka de Kholmogory en el río Dvina).
  • Atar a víctimas desnudas en torno a barriles rodeados de clavos, y hacerlos rodar hasta que los reos morían, una práctica de la Cheka de Voronezh.
  • Atar jaulas con ratas a los cuerpos de los presos y atizar a los roedores con hierros candentes hasta que se abrían paso entre los intestinos de los reos, una práctica usada por la Cheka de Kiev y que años después incluiría George Orwell en su famosa novela “1984”.

Más de un millón de personas fueron asesinadas por motivos políticos o religiosos durante lo que se conoce como el Terror Rojo, entre 1918 y 1922, la época más dura de la dictadura de Lenin.

Para que nos hagamos una idea, según el historiador británico Hugh Thomas, las víctimas de la represión franquista suman unas 100.000 personas, entre los asesinados durante la Guerra Civil y la represión de la postguerra.

Es decir, que en poco más de seis años de dictadura Lenin asesinó a diez veces más gente que la dictadura franquista en casi 40 años.

Sin embargo, muchos ultraizquierdistas españoles que llaman “genocida” a Franco no tienen reparos en proclamar su admiración por Lenin, como por ejemplo el diputado de Izquierda Unida Alberto Garzón.

Los granjeros I. Afanasyuk y S. Prokopovich, maniatados y desollados vivos en una Cheka en Ucrania.

La salvaje persecución contra los cristianos y otras religiones


Con la Revolución bolchevique de 1917 se inició una persecución religiosa sistemática que supondría, a lo largo de la historia de la URSS, el asesinato de entre 12 y 20 millones de cristianos. En 1914 la Iglesia ortodoxa rusa tenía 55.173 iglesias, 29.593 capillas, 550 monasterios y 475 conventos: los comunistas clausuraron y destruyeron la amplia mayoría de ellos.

Antes de la Revolución también había 112.629 sacerdotes y diáconos y 95.259 monjes y monjas de la Iglesia ortodoxa

Algo parecido ocurrió con las 5.000 sinagogas judías y las 25.000 mezquitas musulmanas que había en territorio ruso en 1917. Antes de la Revolución también había 112.629 sacerdotes y diáconos y 95.259 monjes y monjas de la Iglesia ortodoxa. Los comunistas desataron contra ellos una brutal persecución.

Según Yakovlev, unos 3.000 sacerdotes, religiosos y monjas fueron asesinados ya sólo en 1918 con métodos tan brutales como los antes citados. Muchos laicos fueron acosados, torturados, detenidos y asesinados.

El historiador Dimitry V. Pospielovsky dio cuenta de la brutalidad de los rojos contra los sacerdotes con casos como los siguientes:
  • Un sacerdote de 80 años llamado Amvrosi fue brutalmente golpeado a culatazos antes de ser asesinado.
  • Otro sacerdote llamado Dimitri fue llevado a un cementerio y desnudado, y cuando trataba de santiguarse antes de ser asesinado, un bolchevique le cortó el brazo derecho.
  • Otro viejo sacerdote que intentaba detener la ejecución de un campesino fue golpeado, asesinado y desmembrado a sablazos por los bolcheviques. Esta forma de deshacerse de los cadáveres no fue un caso aislado entre los crímenes bolcheviques contra el clero ortodoxo.
  • En el Monasterio de San Salvador los rojos mataron al abad, de 75 años, escalfándole y decapitándole.
  • A Hermógenes, Arzobispo de Tobolsk y Siberia, le ataron piedras a la cabeza y le arrojaron al río Tura, donde murió ahogado.
  • En Voronezh a siete monjas las mataron hirviéndolas en un caldero de alquitrán.
  • En Pechora, un anciano sacerdote llamado Rasputin fue atado a un poste de telégrafo, tiroteado y su cadáver entregado a los perros para que lo devorasen.


Lenin en un mitin el 18 de marzo de 1918.


Lenin ordenó la ejecución masiva de los sacerdotes contrarios al comunismo: fueron asesinados entre 14.000 y 20.000

En mayo de 1920 Lenin ordenó la ejecución masiva de todos los sacerdotes que fuesen contrarios al comunismo: fueron asesinados entre 14.000 y 20.000.

La represión de los granjeros Kulaks


En el verano de 1918 los bolcheviques tuvieron que hacer frente a una rebelión de los kulaks, campesinos de Ucrania y del Cáucaso que eran propietarios de sus propias tierras y que se oponían a las políticas de colectivización comunistas y a la confiscación masiva de sus producciones de grano.

Lenin envió una orden escrita a los bolcheviques de Penza para que ahorcasen públicamente a por lo menos 100 renombrados kulaks, a fin de usarlos como escarmiento contra los demás, y para que tomasen rehenes para forzar a los demás a someterse a los comunistas.

En otra orden Lenin fue aún más claro: “Hay que formar inmediatamente una troika dictatorial (usted mismo, Markin y otro) implantar el terror de masas, fusilar o deportar a los centenares de prostitutas que hacen beber a los soldados, a todos los antiguos oficiales, etc. No hay un minuto que perder.”

Los bolcheviques aplastaron la rebelión. Entre las ejecuciones masivas y los internamientos en el Gulag murieron 240.000 civiles

El Ejército Rojo sufrió 3 millones de deserciones en 1919 y 1920. El primer año fueron arrestados por la Cheka 500.000 desertores, y casi 800.000 el segundo. Miles de ellos fueron asesinados, y sus familias fueron tomadas a menudo como rehenes y asesinadas para chantajear a los desertores. Un reporte típico de la Cheka afirmaba lo siguiente:

“Provincia de Yaroslavl, el 23 de junio de 1919. La sublevación de desertores en el volost de Petropavlovskaya ha sido sofocada. Las familias de los desertores han sido tomadas como rehenes. Cuando empezamos a disparar a una persona de cada familia, los Verdes comenzaron a salir de los bosques y se rindieron. Treinta y cuatro desertores fueron fusilados como ejemplo.”

Entre agosto de 1920 y junio de 1921 se produjo en Tambov una gran rebelión antibolchevique con apoyo de desertores del Ejército Rojo, provocada por las masivas requisas ordenadas por los comunistas. Los rebeldes reunieron a un ejército de unos 40.000 hombres. Los bolcheviques aplastaron la rebelión. Entre las ejecuciones masivas y los internamientos en el Gulag murieron 240.000 civiles.

La brutal represión de los cosacos


Otro grupo que sufrió la brutal represión comunista fueron los cosacos, una etnia de origen turco. Muchos de sus miembros lucharon en el Ejército blanco, junto a los zaristas, en la Guerra Civil rusa.

Entre 1918 y 1919 llegaron a formar una República independiente, de carácter democrático. Los bolcheviques dirigieron contra ellos una durísima represión. El historiador Michael Kort ha estimado que entre 300.000 y 500.000 cosacos fueron asesinados en 1919 y 1920, de una población de 1,5 millones.

En primer plano, el cadáver del telegrafista Ponomarenko en la Cheka de Járkov, Ucrania. Le cortaron la mano derecha y muestra cortes profundos en la cabeza. Al fondo se ven los cadáveres de otras dos víctimas de los chekistas. 

Doscientos huelguistas ejecutados sin juicio


Las huelgas también fueron sofocadas de forma sanguinaria. El 16 de marzo de 1919 la Cheka asaltó la factoría de Putilov, en la que sus trabajadores se habían declarado en huelga seis días antes, acusando al gobierno bolchevique de haberse convertido en una dictadura: 900 trabajadores fueron arrestados, y 200 ejecutados sin juicio alguno.

La represión violenta, los encarcelamientos, la toma de rehenes y los asesinatos en masa fueron los métodos más usados por los bolcheviques para sofocar estas huelgas, tanto en las fábricas como en el campo.


Lenin envió un telegrama a Vladimir Smirnov animando a utilizar el asesinato en masa contra los huelguistas

El 29 de enero de 1920, ante las huelgas de los trabajadores de la región de los Urales, Lenin envió un telegrama a Vladimir Smirnov animando a utilizar el asesinato en masa contra los huelguistas: “Me sorprende que usted tome el asunto con tanta ligereza y no ejecute inmediatamente un gran número de huelguistas por el delito de sabotaje.”

Incluso se recurrió a estos métodos para sofocar las protestas de trabajadores al ser obligados a trabajar en domingo, como ocurrió en Tula, un malestar que los bolcheviques atribuían, sin más, a una “conspiración contrarrevolucionaria forjada por espías polacos”.

Se estima que cientos de miles de trabajadores y campesinos rebeldes fueron ejecutados entre 1918 y 1922.


Asesinados por la Cheka de Kiev, Ucrania, en 1919.

A finales de 1920 el propio Lenin dio su aprobación para el asesinato en masa de 50.000 prisioneros “blancos” y civiles en Crimea, a tiros o por ahorcamiento, en una de las mayores masacres de la Guerra Civil Rusa.

Las víctimas de este crimen se habían entregado, según relata Robert Gellately, tras la promesa bolchevique de que habría una amnistía para ellos si se rendían.

Matar de hambre: arma política


Uno de los episodios más dramáticos de la dictadura de Lenin fue la hambruna rusa de 1921 y 1922, que afectó a unos 27 millones de personas y mató a entre 3 y 5 millones y que fue provocada, en gran medida, por las requisas masivas de grano ordenadas por los bolcheviques, la denominada Prodrazvyorstka (copiada y ampliada por los comunistas, como otras cosas, de la Razvyorstka, la requisa de grano zarista en la Primera Guerra Mundial).


Este exterminio mediante el hambre no fue algo accidental o que la dictadura bolchevique tratase de evitar: se hizo de forma intencionada e incluso se buscó con ella un fin antirreligioso

El grano requisado se usaba a menudo para exportación. Este exterminio mediante el hambre no fue algo accidental o que la dictadura bolchevique tratase de evitar: se hizo de forma intencionada e incluso se buscó con ella un fin antirreligioso, como escribía Lenin en una carta al Politburó el 19 de marzo de 1922:

“Con tanta gente hambrienta que se alimenta de carne humana, con los caminos congestionados de centenares y de millares de cadáveres, ahora y solamente ahora podemos (y en consecuencia debemos) confiscar los bienes de la Iglesia con una energía feroz y despiadada. (…) Todo indica que no alcanzaremos nuestro objetivo en otro momento, porque solamente la desesperación generada por el hambre puede acarrear una actitud benévola, o al menos neutra, de las masas [hacia] nosotros.”

Bolcheviques requisando grano a campesinos, en una obra del pintor lituano Ivan Vladimirov (1869-1947). Estas requisas provocaban un gran descontento y fueron, en gran medida, causantes de la letal hambruna de 1921 y 1922.


Este uso de las hambrunas como método para conseguir objetivos políticos ya lo había adelantado Lenin en 1891, cuando se negó a colaborar con una campaña de ayuda a los hambrientos de la ciudad de Samara.

Según Lenin el hambre tiene “numerosas consecuencias positivas”, pues “destruye no solamente la fe en el Zar, también en Dios”.

La hambruna rusa no fue la única en el territorio de la URSS durante la dictadura de Lenin. Hambrunas similares las sufrieron los kazajos (1919–1922, con 400.000 muertos) y los tártaros (1921-1922, entre 400.000 y 600.000 muertos), todos ellos bajo dominio soviético.

Sumando estas cifras a las de la hambruna rusa, tenemos entre 3,8 millones y 6 millones de muertos a causa del hambre, una situación provocada -insisto- por el propio régimen comunista.

A día de hoy, tipos como el diputado comunista Alberto Garzón aún se atreven a ensalzar a esa dictadura criminal diciendo que representaba “Paz, Pan y Tierra”

Las hambrunas y las pésimas condiciones de vida dieron lugar a rebeliones en la URSS, hoy poco recordadas por la mayor parte del mundo. Una de las más significativas, además de la ya citada de Tambov, fue la de Kronstadt en marzo de 1921, cuando civiles, soldados y marinos de la flota soviética de Báltico se alzaron contra los bolcheviques.


El diputado español de Unidos Podemos, Alberto Garzón / EFE

El Ejército Rojo sofocó la rebelión ejecutando a miles de personas. Y a día de hoy, tipos como el diputado comunista Alberto Garzón aún se atreven a ensalzar a esa dictadura criminal diciendo que representaba “Paz, Pan y Tierra”… En Argentina, diversos entes de la izquierda nacional festejaron en 2017 el centenario de la creación de la Unión Soviética. El Partido Obrero sigue siendo el representante del comunismo en las elecciones generales.




martes, 20 de noviembre de 2018

Mujeres: La deplorable práctica de violación en las guerras


La lógica oscura detrás de los ejércitos que violan

Liderazgo y estrategia importan cuando se trata de violencia sexual en la guerra

Patrick Burke | War is Boring


En la era de #MeToo muchos están buscando la ciencia para comprender mejor la violencia sexual, ya sea por qué las víctimas no se presentan o por qué los perpetradores cometen tal violencia. Aquí trato de utilizar las ciencias sociales para comprender mejor por qué la violencia sexual es tan generalizada durante la guerra civil.

Este problema realmente horrible ha ocurrido en el 64 por ciento de las 91 guerras civiles entre 1980 y 2012, según datos del reciente libro del profesor asociado de Harvard Kennedy School, Rape During Civil War.

Como explico a continuación, encuentro que los militares que dominan el gobierno estatal probablemente cometan violaciones generalizadas durante las guerras civiles. Este hallazgo tiene implicaciones políticas reales para estados como los Estados Unidos, que tienen una influencia significativa sobre los gobiernos de las naciones en desarrollo, o las organizaciones humanitarias que intentan decidir qué servicios llevar a los campamentos de refugiados.

Las explicaciones comunes de la violación durante la guerra civil se centran en conflictos religiosos o étnicos. La reciente violación masiva de mujeres Rohingya por tropas birmanas, y mujeres Yazidi por combatientes de ISIS son solo dos ejemplos recientes que se ajustan a esta explicación. Hay otras violaciones masivas bien conocidas como Bosnia y Ruanda en la década de 1990.

Sin embargo, las pruebas estadísticas en el libro de Cohen revelan que las variables étnicas o religiosas no explican la violación masiva.

Cohen encuentra, entre otras cosas, que las tropas con escasos lazos sociales son las más propensas a cometer violaciones generalizadas. Cuando los rebeldes o las tropas del estado se ven obligados a luchar deben encontrar la manera de mejorar los lazos sociales dentro del grupo para poder sobrevivir en el campo de batalla.

Cohen argumenta que la violación es una forma poderosa de hacerlo, citando numerosos estudios psicológicos y sociológicos sobre la violación en grupo. Su conclusión también se ve beneficiada por meses de trabajo de campo que involucraron horas de entrevistas con combatientes que cometieron o presenciaron violaciones en la guerra civil.

En la parte superior: niñas chinas y malayanas tomadas a la fuerza de Penang por los japoneses para que trabajen como "chicas de solaz" para las tropas. Arriba, una niña china de uno de los "batallones de confort" del ejército japonés se sienta en una camilla, esperando ser interrogado en un campamento en Rangún después de la Segunda Guerra Mundial. Fotos a través de Wikipedia

El campo de batalla

Si bien el argumento de Cohen es convincente, ella no considera completamente cómo las condiciones del campo de batalla afectan la violación en una guerra civil. Y tampoco tiene ningún otro académico o grupo de expertos. Es cierto que algunos estudios de caso e informes de derechos humanos apuntan a la violación como una decisión militar. Pero este argumento no ha sido probado estadísticamente.

Probar cómo es que los efectos del campo de batalla son una violación es importante porque un número de académicos encuentran que el asesinato de civiles en una guerra civil, posiblemente un acto similar de violación, se explica en gran parte por las condiciones del campo de batalla.

Un campo de académicos de victimización civil se centra únicamente en la dinámica del campo de batalla. El primero de estos estudios encuentra que la guerra de guerrillas en sí es un fuerte predictor de ataques contra civiles.

De manera similar, otro grupo de estudiosos encuentra que los buenos predictores de la victimización civil incluyen guerras con múltiples grupos combatientes distintos, guerras de larga duración, batallas de desgaste, guerras de anexión, proporciones desiguales entre tropas y rebeldes y guerras con altas muertes en combate.

Un segundo grupo de eruditos de la victimización argumenta que los diferentes tipos y niveles de victimización se correlacionan con la variación en el control territorial. Por ejemplo, el libro seminal de Stathis Kalyvas, La lógica de la violencia en la guerra civil, argumenta que los civiles que viven en territorio controlado por el enemigo probablemente sean asesinados indiscriminadamente. Esto se debe a que el combatiente no puede obtener acceso a buena información sobre quién es realmente una amenaza.

Finalmente, aunque Cohen considera la política nacional e internacional en su estudio, vale la pena considerar la opinión de otro erudito de por qué estos factores son importantes.

El libro de la profesora Jessica Stanton, de la Universidad de Minnesota, Violence and Restraint in Civil War se centra en la política nacional e internacional para explicar la victimización de civiles.

Ella argumenta que los líderes estatales "usan la violencia y la contención estratégicamente, sopesando los costos de la violencia basados ​​en una evaluación de su propia relación con los mandantes nacionales e internacionales y sopesando los beneficios de la violencia basados ​​en una evaluación de la relación de su oponente con sus electores".

A nivel interno, ella encuentra que los regímenes inestables, las democracias y los regímenes étnicamente inclusivos tienden a practicar la moderación de la selección de civiles. Esencialmente, estos tipos de regímenes son frágiles frente a la ira o el malestar interno. En el campo de batalla, estos costos se reducen cuando los rebeldes gobiernan a sus propios electores.

A nivel internacional, los estados que luchan contra las guerras después del final de la guerra fría son más propensos a practicar la moderación debido a los elevados costos internacionales de las violaciones de los derechos humanos durante ese período, según Stanton.


Los trabajadores psicosociales con el Comité de Rescate Internacional ayudan a los sobrevivientes de violación en Kivu del Sur, República Democrática del Congo, en 2010. Foto vía Wikipedia

Relaciones civiles-militares

Muchas de estas teorías proporcionan información importante sobre la violación en la guerra civil. Sin embargo, ninguno de ellos considera el papel de las relaciones civiles-militares. Esto es sorprendente ya que las relaciones cívico-militares han demostrado ser un aspecto vital en la explicación de muchas cuestiones importantes en la guerra, incluyendo por qué los militares pierden en el campo de batalla, y por qué los países seleccionan ciertas doctrinas.

En una prueba estadística de un conjunto de datos construido con los datos de Stanton y Cohen, encuentro que los gobiernos dominados por los militares probablemente implementarán violaciones generalizadas durante la guerra civil.

La prueba que utilizo enfrentó mi explicación con varias de las variables de Cohen, Stanton y los académicos del campo de batalla para ver qué ayuda estadísticamente explican la violación generalizada en una guerra civil. Por razones obvias, solo probé por qué los Estados violan en una guerra civil.

La explicación principal de Cohen -las tropas de la cuadrilla de la prensa en el servicio- no explicaron la violación de la guerra civil. Al igual que todos los factores políticos de Stanton, tanto nacionales como internacionales.

Muchas de las variables de condiciones del campo de batalla lo hicieron bien. Esto incluye el argumento de control de Kalyvas y el argumento de gobierno rebelde de Stanton. Pero otros factores no alcanzaron la significación estadística, incluidas las muertes en las batallas, las proporciones de tropas desiguales, la guerra de guerrillas y las guerras civiles multipartidistas.

Tomando prestado un estudio de Kalyvas y Laia Balcells, también probé cómo las guerras civiles que luchan contra oponentes equilibrados afectan la violación en una guerra civil. Estas guerras deberían, en teoría, aumentar la desesperación en el campo de batalla. No encuentro significación estadística para las guerras convencionales. Estas son guerras civiles al estilo sirio en las que los oponentes tienen equipo pesado y armamento.

Curiosamente, sin embargo, las guerras simétricas no convencionales sí alcanzan significación estadística. Esto probablemente se deba al hecho de que estas guerras se libran entre tropas mal entrenadas y poco disciplinadas que solo tienen armas ligeras. Piensa en la guerra civil de Sierra Leona en la década de 1990.

Para llegar a una variable mensurable para mi teoría, confío en la base de datos de los regímenes autocráticos de Barbara Geddes. Esta base de datos codifica varios tipos de régimen autocrático durante varias décadas, incluyendo si un gobierno fue dominado o altamente influenciado por los militares.

Defino un gobierno como dominado por los militares si los militares ejercieron un control significativo de la política durante una guerra civil o dentro de los cinco años anteriores al comienzo de la guerra civil. Esta última decisión de codificación fue inspirada por regímenes como Birmania e Indonesia, donde los líderes militares de facto gobiernan el país incluso después de ceder "oficialmente" los reinados a los civiles.

Una vez más, mi teoría se correlaciona de manera significativa y significativa con la violación generalizada durante la guerra civil.

¿Pero por qué?

Cuando se los deja planear e implementar su propia estrategia militar, los militares a menudo se centran rígidamente en librar guerras de manera rápida, económica y con la menor incertidumbre posible. Por esta razón, el derecho internacional, la ética e incluso la gobernanza futura del país en la época de posguerra a menudo se vuelven periféricos para la tarea de ganar.

La base de este argumento deriva principalmente de la literatura sobre relaciones civiles y militares en ciencias políticas. Esta literatura argumenta que los líderes militares generalmente prefieren doctrinas y estrategias que reducen el caos de la planificación y la realización de la guerra.
El ejemplo más destacado de este fenómeno es la predisposición de los líderes militares a preferir la doctrina ofensiva. Incluso cuando hacerlo es claramente contraproducente. Esto se debe a que la planificación de ofensivas reduce la incertidumbre y aumenta el orden organizativo necesario para ganar.

La doctrina defensiva, por otro lado, no permite una planificación tan rígida. Aunque hay otros motivos identificados en la literatura, fundamentalmente, estos estudiosos argumentan que el caos de la guerra es el principal mecanismo que hace que los líderes militares adopten estrategias que reducen la incertidumbre y aumentan las posibilidades de ganar.

Curiosamente, la historiadora Isabel Hull incluso argumenta que las atrocidades contra civiles a menudo son un subproducto de un ejército independiente que rígidamente aplica una doctrina ofensiva.

De manera similar, argumento que dado que la violación se usa a menudo como arma de guerra, dicha brutalidad a menudo se generaliza durante la guerra a través de los mismos mecanismos institucionales que hacen que los líderes militares prefieran la doctrina ofensiva. De hecho, la violación se utiliza a menudo como una herramienta para limpiar étnicamente y el área, o aterrorizar a una población en el cumplimiento de una fuerza de ocupación.

Algunos pueden preguntarse, entonces, ¿por qué hay poca evidencia de que los líderes militares incluyan explícitamente la violación como una táctica militar? Siguiendo a Cohen, creo que la mayoría de los comandantes nunca hacen estos pedidos explícitamente.

El escenario más probable es que las tropas enfurecidas violen a los que se cree que están asociados o ayudan al enemigo. Otros hombres en la unidad encuentran utilidad en el terror golpeado en la comunidad objetivo y así se unen. Esto ocurrió varias veces durante la reciente batalla entre los insurgentes Rohingya y las tropas birmanas.

Los comandantes terrestres también ven la utilidad en la práctica y permiten que se replique en otras comunidades específicas. Pueden ordenar explícitamente la práctica, o no hacer nada una vez que comienza. Por supuesto, la noticia de tales atrocidades se extiende horizontalmente a otras unidades, propagando la práctica aún más.

En algún momento, la noticia de la práctica finalmente llega al liderazgo militar. Si creen que hay utilidad de la práctica, simplemente no logran detener la práctica. Es posible que estos líderes nunca se comuniquen con los subordinados al respecto, sino que simplemente no hagan nada.

Una vez más, los líderes militares no pueden ordenar la práctica, pero cuando la violación ocurre tan ampliamente como en lugares como Birmania y Bosnia, los comandantes superiores han adoptado claramente esta "táctica" como parte de su estrategia.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Ucrania vs Rusia en varias infografías

Ucrania y Rusia





A medida que el enfrentamiento entre Ucrania y Rusia se intensifica, una acumulación militar de ambos países amenaza con extender el conflicto de las batallas terrestres en el este de Ucrania al Mar de Azov.

Ucrania ha desplegado dos barcos blindados de artillería en el Mar de Azov como parte de los planes para establecer una nueva base naval antes de fin de año.



Por su parte, Rusia ha reubicado al menos 10 barcos de guerra y hasta 40 barcos de patrulla en el Mar de Azov en los últimos meses.

Las acumulaciones militares se han desencadenado por la construcción de Moscú de un puente entre Crimea y la parte continental de Rusia.

La construcción en Moscú del puente del estrecho de Kerch en 2015 ha reducido los envíos de carga a los puertos ucranianos de Mariupol y Berdyansk en un 27% y 47% respectivamente, lo que le cuesta a Kiev entre $ 20 millones y $ 40 millones cada año.



Alrededor del 80% de las exportaciones de Ucrania pasan por el estrecho de Kerch.

El 15 de septiembre, el enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, Kurt Volker, dijo que Washington consideraría proporcionar más armamentos a Kiev.



Volker dijo que Estados Unidos está preocupado por la expansión de las operaciones navales rusas en el Mar de Azov, que limita con Ucrania, Rusia y la península de Crimea anexada a Rusia.

Los rebeldes separatistas en el este de Ucrania han amenazado durante mucho tiempo el puerto de Marovol en Azov; Tomar la ciudad sería un paso clave para establecer un corredor de tierra entre Crimea y Rusia.