viernes, 11 de abril de 2025
jueves, 10 de abril de 2025
Rosas: Cuelga la cabeza de indio invasor chileno
Rosas: “La cabeza del famoso Cañiuquir, vorogano chileno, fue colgada en un árbol en el campo de batalla”

Juan Manuel de Rosas. Museo Nacional de Bellas Artes
En 1830, el cacique general vorogano, actuaba junto con sus hermanos, los caciques Caniullán, Melin, Alon, Guayquil y Mariano Rondeau, y aunque mantenían relaciones amistosas con Juan Manuel de Rosas, este último siempre desconfió de sus intenciones. Para asegurarse su lealtad retuvo a los familiares del cacique general en el fuerte 25 de Mayo, con diversas excusas.
En la expedición al norte patagónico, cerca del Fuerte Argentino (Bahía Blanca), este cacique se presentó con sus voroganos, procedentes de Guaminí. Rosas les dio provisiones y los indujo a que se sumaran a las tropas del teniente coronel Manuel Delgado, para exterminar a los ranqueles de Yanquetruz.
En 1834, Cañiuquir asumió como cacique general de la tribu vorogana, luego de que los caciques Rondeau y Melin fueran asesinados por Calfucurá.
Pero en 1836, los voroganos chilenos se asociaron con los ranqueles para efectuar un malón sobre las pampas argentinas, y consiguieron la colaboración de Cañiuquir. Delatado el hecho por un grupo de voroganos, que pidieron a Rosas su protección, una columna partió desde Fuerte Argentino, y al llegar a las tolderías de este cacique, a orillas del arroyo Pescado, sorprendió a la indiada dejando 400 cadáveres. El cacique y 300 aborígenes lograron escapar de la matanza apelando a la velocidad de sus magníficos corceles.
No conformes con ello, las autoridades enviaron al mes siguiente otra expedición para exterminar a los que se salvaron. Esa vez perdieron la vida otros 250 voroganos y 300 miembros de las familias quedaron prisioneros. Cañiuquir fue decapitado, y su cabeza fue colgada de un árbol.
El 24/05/1836, Rosas le informaba al gobernador de Entre Ríos: “Por supuesto que la cabeza del famoso Cañiuquir Borogano chileno fue colgada de un árbol en el Campo de Batalla (…)”.
La Voz de Chubut
miércoles, 9 de abril de 2025
PGM: Primer ataque de Zeppelins a Londres
Ataque de Zeppelins
El Kaiser aprobó el bombardeo de Zeppelin el 9 de enero de 1915. El 19 de enero de 1915, 3 Zeppelin parten de la base naval alemana en Cuxhaven, GER y se dirigen hacia el área alrededor del río Humber:
Zeppelin L 6, L 3, L 4
Resultados del primer ataque en el Reino Unido:
Víctimas: 4 muertos, 16 heridos
Daños: £7,740 (£780,000 en 2025)
martes, 8 de abril de 2025
Patagonia: El malnacido de Osvaldo Bayer
lunes, 7 de abril de 2025
Guerra contra la Subversión: El intento de copamiento del RIMec 3 de La Tablada y los planes terroristas
Documentos reservados: los informes de inteligencia del general Gassino sobre el sangriento ataque a La Tablada
El teniente general Francisco Gassino, jefe del Estado Mayor, guardó para la historia los “papers” del copamiento del MTP al Regimiento de Infantería Mecanizada, del 23 de enero de 1989. Los documentos que llevaban los terroristas en sus mochilas, las cartas a Nicaragua, los planes secretos, los cables de inteligencia y el oscuro manejo del poder. Qué pasó con los guerrilleros que sobrevivieron y con los militares que combatieron
Por Juan Bautista Tata Yofre || Infobae
El presidente Raúl Alfonsín frente al cuerpo de uno de los guerrilleros del MTP luego del intento de copamiento del Regimiento de La Tablada (Víctor Buggé)
Hoy, hace 34 años, el Regimiento de Infantería Mecanizada 3 y el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada, unidades del Ejército Argentino, eran atacados por un grupo subversivo bajo la falsa y modesta consigna de frenar un golpe de extrema derecha que ponía en serio riesgo el sistema democrático que había renacido en el país tras el trágico y fracasado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983).
A contramano de la canción “Los dinosaurios” en la que Charlie García repetía y aseguraba con notable firmeza: “Los amigos del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer”, el 23 de enero de 1989 los viejos monstruos del pasado volvieron con la misma furia con la que habían atacado en la década anterior las unidades de las FFAA. Basta recordar los asaltos al Comando de Sanidad (1973), Guarnición de Azul (1974) y Monte Chingolo (1975). Además retornó a la superficie Enrique Gorriarán Merlo y sus socios para tomar conciencia del grado de putrefacción en que había vuelto a caer la Argentina.
Feletti, Baños, Provenzano y el “curita” Puigjané del MTP antes del ataque
Hoy, nada queda del Regimiento de La Tablada porque está abandonada y la unidad fue trasladada al interior de la provincia de Buenos Aires. Sus estructuras se encuentran en absoluta decadencia y la maleza ha ido tapando no solo lo que era una cuidada unidad castrense, también ha ido cubriendo la memoria de lo que allí aconteció. Como diría George Bernanos, el RI Mec 3 es “un cementerio bajo la luna”, pero el dramaturgo francés también aseguraría que “el verdadero odio es el desinterés y el asesinato perfecto es el olvido”.
Sin embargo, no existen los asesinatos perfectos y, a pesar de que han fallecido los personajes centrales, aún quedan sus papeles que claman por salir a la luz. Son los documentos reservados que el teniente general Francisco Gassino, jefe del Estado Mayor, guardó para la historia. Como buen oficial de Inteligencia, el “colorado” Gassino eligió lo que había que guardar y “algo” más. Por ejemplos están las cartas que los atacantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) mantenían con sus jefes en el exterior (Nicaragua), sus planes, sus consignas y los “cursos con curas, todos insertos en medios obreros y barriales”. Documentos encontrados en las mochilas de los asaltantes, miembros del MTP, Partido de la Liberación (PL), Movimiento de Liberación 29 de Mayo (ML-29) y Montoneros (columna Sur-Oeste).
El párrafo se cierra con “ROSARIO, y la finalidad última sería la asunción del poder como ‘gobierno del pueblo’” (Archivo Juan Bautista Yofre)
En otro informe de Inteligencia, escrito a mano, se sostiene que había “un plan de emergencia luego que el Gobierno del Pueblo accediese al poder. En dicho plan se incluía la disolución de las FF.AA. y su reemplazo por milicias populares”. Seguidamente, tomado el cuartel, con la ayuda de altavoces (y consignas escritas) se pasarían consignas con el “apoyo de un grupo externo” atacando al coronel Mohamed Alí Seineldín y “su golpe de estado” en marcha.
Sin embargo había una contradicción entre lo que se decía y lo que se hacía. Entre lo que pensaba Gorriarán Merlo y lo que imaginaron algunos componentes del la Junta Coordinadora del alfonsinismo. “El Pelado” iba por todo mientras que a los radicales no se les ocurrió mejor idea que apantallar al MTP para denostarlo a Carlos Menem, afirmando que estaba urdiendo un golpe de Estado con Seineldin y el sindicalista metalúrgico Lorenzo Miguel.
Estado en que quedo uno de los tantos edificios del RIM3
Según contó Gassino a las 10.30 del mismo 23 de enero recibió una llamada del Edecán presidencial:
-General, le va a hablar el Presidente de la Nación.
Alfonsín tras saludarlo, le dice si le puede informar cuál es la situación.
Gassino: Mire, Señor Presidente, el Regimiento 3 de Infantería Mecanizado ha sido tomado por elementos subversivos, hay enfrentamientos muy serios, hay muertos y estamos tratando de recuperar el cuartel.
Alfonsín: ¿Usted qué opina? ¿De dónde son esos grupos, de derecha o de izquierda?
Gassino: Por la forma de actuar no hay ninguna duda que es un grupo subversivo de izquierda.
Alfonsín: No general, no se equivoque. Esos son grupos de derecha. Yo tengo que sacar un comunicado, tengo la obligación de informar al pueblo y no puedo decir nada hasta no tener la seguridad de dónde son.
Gassino: Mire Señor Presidente, si usted no quiere decir que son de izquierda, tampoco diga que son de derecha porque se va a equivocar.
Más tarde Gassino diría que el Presidente “no dijo nada que eran de izquierda ni que eran de derecha”. ¿Eran fantasmas? El poder político todavía no tenía nada para decir respecto a quiénes estaban asaltando La Tablada y matando oficiales, soldados y miembros de la policía bonaerense. ¿Cómo podía el Presidente, a esa hora del día, ignorar lo que realmente estaba sucediendo dentro de la unidad militar? ¿Quién lo informaba? ¿Qué tenía para decir la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE)? ¿Ignoraba el Presidente los informes que la Secretaría había elaborado con bastante anticipación sobre el Movimiento Todos por la Patria y que fueron publicados por la prensa?
Informe al jefe del Estado Mayor sobre la opinión del sindicalismo (Archivo Juan Bautista Yofre)
Otro informe de Inteligencia trata de aclarar la situación de confusión o complicidad que reinaba en la Casa de Gobierno. Lo hace a través de una reunión con el sindicalismo (cuando era justicialista), que se realizó en el camping “Ruta Sol” de la UOM, en la que participan Lorenzo Miguel, Diego Ibáñez, Roberto Monteverde, Delfor Giménez, Miguel Candore, Raúl Amin y West Ocampo. Fue en esa cumbre que Miguel “recordó que en su momento le hizo llegar al Ministro (Enrique) Nosiglia un detalle sobre la infiltración de la izquierda en todos los ámbitos de la sociedad argentina, lo cual fue totalmente desoído. Los dirigentes expresaron que no avalarán más ninguna decisión del Gobierno Nacional que no sea combatir la izquierda.”
En un Informe Especial que recibió el general Gassino, con fecha 25 de enero de 1989, se sostiene que el candidato presidencial de la oposición, Carlos Saúl Menem, era uno de los blancos de todo el operativo de Gorriarán Merlo, el MTP y los amigos del gobierno. Uno de los puntos de dicho informe, con cierta lógica pero con una irrealidad manifiesta, concluye que “obviamente se pedirán en los próximos días las renuncias de todos los elementos que integran la cadena de responsabilidades en la detección de información y elaboración de Inteligencia Nacional y que no advirtieron ni alertaron la proximidad de episodios como La Tablada (SIDE-Ministerio del Interior) […] La aplicación de todo el peso de la Ley o la aplicación de un enfoque, cuya juridicidad sea cuestionable, abre otra brecha de grave responsabilidad para el Poder Judicial, cuyas primeras señales serán estrechamente observadas por todos los sectores, como otro de los factores que pueden desatar la furia de los enconos entre las instituciones de la República y la sociedad toda.” La advertencia con el paso del tiempo cayó en el vacío y se impuso la modorra o la indolencia, a pesar de un memorando que el Ejército entregó al Poder Ejecutivo en momentos que se combatía en La Tablada. En el mismo se sostenía que “a la mano dura militar debe seguir una mano durísima en lo jurídico” y que “todos los que alentaron y/o coquetearon con la violencia quedan descalificados ante la sociedad”.
Las explicaciones que dieron algunos funcionarios radicales tendieron a diluir las certezas que tenía la oposición sobre las complicidades difíciles de establecer. Por ejemplo, en un cable de la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires (para ser analizado en Washington, Madrid, Caracas, Panamá y Managua) se informaba que el canciller Dante Caputo contó que el 26 de enero de 1989 el presidente español Felipe González le dijo telefónicamente a Raúl Alfonsín: “El incidente de La Tablada no se limitaba únicamente a la Argentina”. González dijo que tenía “hard information” de similares acciones que se llevarían a cabo en otros países del hemisferio. Específicamente le mencionó a Venezuela a Alfonsín. ”En particular, alrededor de la asunción presidencial de Carlos Andrés Pérez, el 2 de febrero de 1989. En el mismo texto se dice que Caputo adelantó que el gobierno pasaría al “contraataque” con la creación del COSENA y responsabilizó a Nicaragua y Panamá, no así a Cuba. Un argumento falaz porque nada organizado en Managua por el Frente Sandinista de Liberación Nacional era desconocido por la inteligencia cubana. Además, Caputo no sabía cómo explicar “las brigadas del café” y los alimentos regalados a Nicaragua, ni los acuerdos con La Habana y el viaje presidencial a Cuba. El funcionario estadounidense comentó en el cable que no creyó “apropiado” averiguar si el “contraataque” significaba algún tipo de denuncia contra Nicaragua o Panamá. Tampoco deseó considerar con Caputo si había enlaces cubanos con el MTP. Para no ser menos el canciller expuso, el 13 de febrero de 1989, en el diario La Nación, que la democracia argentina se encontraba “atenazada” por la derecha y la ultraizquierda.
Como respuesta al ataque del MTP el gobierno creó el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), el 25 de enero de 1989, uno de cuyos integrantes fue el canciller Caputo. El nuevo organismo no sirvió para nada, solo para recibir consejos destinados a frenar el camino de Menem hacia la Presidencia de la Nación. El 18 de julio de 1989 el brigadier Teodoro Waldner me llamó y lo recibí en la SIDE y le comuniqué que todos los integrantes del COSENA pasaban al olvido. El asesor extranjero que aconsejaba contra Menem también abandonó su cargo.
Plan de emergencia que pensaba implementar el MTP si tomaba el poder (Archivo Juan Bautista Yofre)
Con el sacrificio de vidas humanas, el Ejército recuperó la guarnición a sangre y fuego. Según Clarín, murieron 27 terroristas y las fuerzas legales tuvieron 11 muertos y 53 heridos. En medio del fragor también murieron 2 civiles.
Los atacantes que quedaron vivos hoy gozan de libertad porque la lograron por distintos recovecos de la justicia. Otros participaron del poder en los años venideros, como Eduardo Luis Duhalde, fallecido en 2012, quien fue el Secretario de Estado para los DD.HH. de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Los militares que defendieron las unidades fueron condenados.
domingo, 6 de abril de 2025
Patagonia: "El aonikenk rubio"
"El aonikenk rubio"

Llegó como muchos con un espíritu aventurero a estas tierras del fin del continente americano desde Europa y su vida de lucha y aventuras lo dejó en la historia de Santa Cruz. Al contrario de otros venidos desde lejos no se dedicó al exterminio de los habitantes originarios.
Al contrario, Santiago Radboone formó familia con Juana, una originaria tehuelche, sobrina del cacique Mulato quien sería el último gran jefe de los nativos afincados entre Santa Cruz y Magallanes en Chile.
Y pobló los campos del paradisíaco Lago San Martín en la cordillera santacruceña. Sus ocho hijos paridos por la noble Juana entregaron descendencia de llega a nuestros días. Pero vamos a conocer en detalle la vida y andanzas del “Jimmy”, como quedara inmortalizado.
El primero que hizo conocer la vida de Santiago fue un periodista y literato norteamericano Herbert Childs. Para él, camino a ser un consagrado profesional de las letras y a punto de contraer matrimonio con Majorie, en plena depresión económica de los años 30, una luna de miel en la Patagonia no era parte de sus planes.
Pero recibió una intrigante carta de un amigo propio y de su futura esposa, en la que le proponía indagar en la vida de un exótico personaje de la frontera argentino chilena en el Territorio de Santa Cruz, en el muy sur de la Argentina.
Las imágenes de peligro, los entreveros con la policía y bandidos, las aventuras amorosas, las adversidades climáticas, el romanticismo que rodea la vida de los pioneros en el imaginario del norteamericano medio y la posibilidad de escribir sobre un tema original, fueron estímulos suficientes para ambos y, sin pensarlo demasiado, reemplazaron la prevista corta estadía en un área rural cercana a sus domicilios, por un viaje en un carguero noruego por las costas americanas del Pacífico y, dando la vuelta por el Cabo de Hornos, hasta la ciudad de Buenos Aires.
Una vez en Buenos Aires volvieron a embarcarse, esta vez doblando sobre sus pasos con rumbo sur, hasta Puerto de San Julián. Allí se trasladaron en automóvil, avanzando por las escalonadas planicies desérticas hasta llegar al lago San Martín. Y desde ese lugar se internaron en la cordillera a caballo, pues se habían terminado los caminos.
De esta manera llegaron a la Estancia La Nana, donde vivía Santiago (James) Radboone. En el jardín de su casa acamparon durante los tres meses del verano de 1933.
Esta larga estadía les permitió mantener ricas conversaciones con quien sería el protagonista de su libro y con su familia, haciendo amistad con la esposa, cabalgando con los hijos y participando en general de las tareas y penurias de la vida de campo, en la aislada y lejana cordillera austral.
El resultado del trabajo periodístico vio la luz gracias a J.B. Lippincott Co., editora que lo publicó en formato de libro, en 1936. El título: “El Jimmy, Outlaw of Patagonia”, alude a su protagonista.
Santiago Radboone, apodado “El Jimmy” por los tehuelches con quien convivió largos años, había nacido en Inglaterra, en el año 1873. Hijo de una familia de escasos recursos y muchos miembros, decidió emigrar acosado por su situación económica, por la policía, y por la madre de una jovencita que declaraba estar embarazada.
Puesto en contacto con Waldron y Woods, propietarios de tierras en Tierra del Fuego, Santa Cruz y la zona de 25 de Mayo en La Pampa, se embarcó rumbo a la ciudad chilena de Punta Arenas, en el año 1.888. Desde allí pasó a la isla de Tierra del Fuego y aprendió con rapidez, el duro oficio de ovejero y domador.
El Jimmy pionero
Pero no había llegado al fin del mundo para seguir obedeciendo las órdenes de un patrón. Con espíritu aventurero y ganas de respirar libertad, mandó adelante una pequeña tropilla de parejeros que había logrado ganar, en búsqueda de un pedazo de tierra que pudiera declarar suya, en la región que media entre el Puerto de Río Gallegos y el de Punta Arenas.
Con esta búsqueda se enredaron demasiadas cosas: mujeres, caballos de carrera, bebida, juego y cierto coraje irresponsable que lo llevaba a no eludir peleas, sean estas con civiles o con la policía.
En una ocasión ganó una apuesta y le pagaron con un cheque a cobrar en Punta Arenas, Chile, que era robado. Fue así como terminó en la cárcel. Pero esta historia no termina aquí. Resulta que al tiempo logró escaparse y en su calidad de prófugo tanto para la ley chilena como argentina, recuperó sus caballos.
Refugiado de la justicia chilena y de la argentina, en la toldería de Mulato, cacique tehuelche de la zona de Ultima Esperanza, se enamora de una sobrina de éste. Con ritmo de novela, pierde a quien quiere hacer su esposa en una carrera de caballos, para sólo recuperarla años más tarde. Con ella y evitando futuros conflictos con la ley, se interna en la cordillera argentina, en la zona del Lago San Martín, y coloniza una tierra, a orillas del agua y lejos de la civilización.
Su lucha por la tierra incluye un viaje en barco a Bs. As. para agilizar los trámites de obtención de sus soñados campos. Al respecto, en un principio, se entregaban entre 4 y 8 leguas cuadradas lo que significaba de 10.000 a 20.000 has. Un 50% de esa superficie podía comprarse luego de 5 años de ocupación continua con mejoras incluidas. Política de tierras que cambió a sólo un contrato de arrendamiento sin posibilidad de venta para acceder a la propiedad. Pasaron muchos años de su afincamiento en Estancia “La Nana” cuando recién en 1930 los Radboone pasaron a tener estas tierras a su nombre y libres de deuda. Sus dominios incluían la península Mackenna hasta la misma frontera con Chile.
Las construcciones de La Nana se componían de corral de postes para el encierre del ganado, galpón para esquila y depósito, baño de ovejas y una muy austera casa de barro, paja y madera donde siempre el fuego permanecía encendido para recibir al forastero. Contaba con piezas dormitorio y depósito. Los muebles eran de madera, cubiertos con cuero de potrillo algunos y todos de construcción casera. Para dormir empleaba cueros de oveja como mullido colchón. El casco se completaba con una generosa huerta y una producción propia de grosellas, frambuesas y frutillas para las tortas y budines que tenían a Jimmy como autor. Todavía hoy se observan los viejos arbustos de fruta fina alrededor de la vivienda fundacional. Consumían preferentemente carne lanar alternando con vacunos, yeguarizos y el producido de la caza de cauquenes y choiques que abundaban.
Unidos inicialmente por el ritual Tehuelche, que reconocía la entrega de caballos a cambio, llega el año 1913 que encuentra a Jimmy y Juana casados ante el Juez de Paz de Puerto Santa Cruz. Tuvieron ocho hijos Nana, Juana, Santiago, Arturo, Miguel, Enrique, María y Catalina. Cinco de los cuales fueron atendidos en el parto por el mismo Jimmy. Incluso, alguno de sus nietos vivieron en La Nana. Sus hijos alternaron la educación en la estancia con la recibida en colegios de Puerto Santa Cruz. A esta localidad concurrían ante la enfermedad cuando necesitaban curarse con el médico que llegaba periódicamente de la lejana Buenos Aires. En tales circunstancias su hija Juana casi pierde la vida por una fuerte neumonía.
En cuanto al ganado llegó a tener 6.500 lanares que le reportaron hasta 13.000 Kg. de lana. Producía leche, manteca y quesos que maduraban colgando en la cocina. Para ello encerraban las lecheras “guampudas” y semisalvajes con el auxilio de perros que las traían mordisqueando sus garrones. Diestro en esquilar a tijera y pelar los ojos, el record personal de Jimmy fue de 236 animales esquilados en el día. Gran corredor de carreras, criaba su caballada amansando los potros con tres años cumplidos. Sus caballos de uso diario pastaban en un pequeño potrero anexo al casco. Vendía su lana en Puerto Santa Cruz y los corderos gordos en el Frigorífico Armour. Esta localidad de la costa Atlántica, estaba separada de la estancia por una huella que se transcurría luego de 30 días de carreta. Sus ocho hijos ayudaban en las tareas cotidianas. Siendo Radboone un gran cocinero, entrenó a las niñas en el arte de la cocina. Nana se destacaba en el encierre de las lecheras a las que ataba por los cuernos a postes, sujetaba por las patas y ordeñaba.
Fue la Comisión de Límites en 1903, quien exploró estas tierras colocando el hito de piedra limítrofe hasta donde llegaron los dominios de Jimmy. Tierras pisadas por los huelguistas del año 1922 en su huida a Chile; por el inquieto padre de Agostini en su exploración de los Andes Australes y por distintas expediciones al hielo continental patagónico.
Relatos de historias que se pueden acceder consultando la biblioteca en el actual casco o vivirlos en cercanías de la vieja casa de Jimmy. Allí respetando el estilo arquitectónico de Patagonia Sur se ha construido uno nuevo que lleva el nombre de la vieja estancia, Puesto “La Nana”, en reconocimiento al noble espíritu de sus fundadores.
Retazos de la rica historia de la joven provincia de Santa Cruz. Si que se quiere también, otra forma de entender la integración entre los que llegaron de otros lugares al continente americano, sin provocar un destino de muerte y expoliación de las poblaciones originarias.
Historias de Patagonia :
Por: Mario Novack
Domingo, 3 de noviembre de 2019
Fuentes: Diario Río Negro - Pedro Dobreé
El Chaltén Hoy – Alejandro Serret.
Fotos de la zona del campo "La Nana" donde vivió Jimmy Radboone....y el paisaje del lugar...
sábado, 5 de abril de 2025
España Imperial: La red de hospitales virreinales en el Imperio
viernes, 4 de abril de 2025
Guerra contra el indio en América del Norte: Alianzas durante la guerra francesa e india
Alianzas durante la guerra francesa e india
War History
El comercio entre los indios americanos de Ohio y los agentes y comerciantes franceses o británicos durante el siglo XVIII era de una naturaleza diferente a la del comercio anterior. Degeneró en una competencia por las alianzas con los indios mediante obsequios. A los obsequios de guerra, que consistían en alfanjes, cuchillos para desollar, hachas, armas de fuego, pólvora y moldes para balas, se añadieron pintura bermellón, pedernales, algodones, mantas, tijeras, agujas, hilo, telas, casacas y medias. Una vez que los indios se acostumbraron a los bienes del hombre blanco, no podían vivir sin ellos. Comerciantes sin escrúpulos ofrecían a los indios ron, lo que a menudo provocaba intoxicación, peleas y muerte. Los franceses fueron recuperando gradualmente la ventaja en el comercio con los indios durante la primera mitad del siglo XVIII y en 1754 ya controlaban la zona de Ohio.
Los indios de los bosques del este, especialmente los iroqueses canadienses y los abenakis, se contaban entre los aliados más firmes de los franceses en Canadá. Sus aldeas se encontraban a menudo cerca de los asentamientos franceses y servían en la milicia canadiense. La mayoría de las tribus de los bosques del oeste (los ottawa, los ojibwa, los potawatomi y los shawnee) también eran aliados de los franceses. Los hurones, que finalmente se habían asentado en el valle de Ohio tras la dispersión de su confederación por los iroqueses a mediados del siglo XVII, eran conocidos como los wyandot. Aliados de los ottawa, eran los “hijos mayores” de Onontio, el gobernador general de Nueva Francia, y la piedra angular de la alianza francesa con los algonquinos de los Grandes Lagos. Aunque sus relaciones con los franceses fueron tempestuosas durante muchos años, cuando estalló la guerra en el valle del Ohio, los wyandot se aliaron con los franceses y, junto con los demás aliados franceses, se dirigieron al este para luchar en las campañas francesas en el norte de Nueva York.
La mayoría de los iroqueses lucharon del lado de los ingleses, en parte debido a la influencia del superintendente británico de Asuntos Indígenas, Sir William Johnson. El comerciante irlandés George Croghan, al servicio británico de Sir William Johnson, se ganó la amistad de los indios occidentales en un gran consejo celebrado en Pittsburgh en 1758.
Tras la batalla del lago George, Sir William se esforzó por mantener a los iroqueses amistosos con la causa británica, o al menos neutrales, a pesar de una serie de desalentadores fracasos militares. Los iroqueses cumplieron una campaña de presión diplomática al poner a los delawares y los shawnees en su lugar en el tratado de Easton en octubre de 1758, y desempeñaron un papel importante en la victoria británica final. Sin embargo, tras el fin de la guerra, las acciones de Amherst destruyeron las relaciones con las naciones occidentales y condujeron a la Guerra de Pontiac.

William Johnson, un joven anglo-irlandés, llegó al valle Mohawk en 1738. Construyó un enorme imperio comercial a partir del comercio de pieles y los acuerdos de tierras. En tres años había construido una casa que parecía una fortaleza, Mount Johnson, y había iniciado una larga asociación con los mohawks. Su segunda esposa, Caroline, era la sobrina del viejo "rey Hendrick". Después de su muerte, se casó como tercera esposa con Molly Brant, cuyo hermano menor, Joseph Brant, estaba destinado a convertirse en capitán del ejército británico durante la Revolución estadounidense. En 1745, Johnson fue nombrado Comisionado británico de Asuntos Indígenas y, en 1755, Superintendente de Asuntos Indígenas. Su victoria en el lago George, apoyada por cientos de mohawks y oneidas, fue alentadora para los colonos británicos, aunque el rey Hendrick fue uno de los muertos en la lucha. Gracias a esta victoria, Johnson unió a los iroqueses tras él y fue recompensado por la Corona con un título de baronet y una subvención en efectivo. Johnson pasó el resto de la guerra intentando mantener a los iroqueses a favor de la causa británica. Tomó el Fuerte 62 Niagara en 1759 con una fuerza aumentada por más de 900 guerreros iroqueses. La casa de Johnson fue empalizada en 1755 y pasó a conocerse como Fort Johnson, pero con el regreso de la paz construyó una casa señorial llamada Johnson Hall en Johnstown, Nueva York, donde albergó a los indios y entretuvo a otros invitados distinguidos. Esta ilustración muestra a varios visitantes indios distinguidos en Johnson Hall, de izquierda a derecha: un jefe Ottawa, un jefe Wyandot, una matrona de clan, Joseph Brant, un jefe Fox y un jefe Huron. Entre 60 y 80 indios solían acampar en el terreno. Sus acciones ayudaron a poner fin a la Guerra de Pontiac en 1766, y en 1768 firmó un tratado formal con todos los indios que establecía los límites entre las colonias americanas y el territorio indio. Johnson fue adoptado como jefe de guerra de los mohawks de Canajoharie; su apodo era Orihwane, "Gran Comercio". Tuvo una influencia única con los mohawks, y a través de sus muchos hijos tiene descendientes entre ellos en la actualidad. Jonathan Smith






