jueves, 8 de mayo de 2025
miércoles, 7 de mayo de 2025
JMR: Exilio y muerte del dictador
El final de Juan Manuel de Rosas en Inglaterra: el abandono de sus hijos y la vida al día con lo que producía en su campo
Se exilió en Gran Bretaña luego de ser derrotado en Caseros. En ese país viviría 25 años en una granja que mantenía con la colaboración de un par de peones. La relación con su hija Manuelita, la circunstancia de su fallecimiento y los intentos por repatriar los restos de la controversial figura de la historia argentina
Adrián Pignatelli || Infobae
Burgess Farm, la vivienda que Rosas alquilaba, a unos 10 kilómetros de Southampton, sobre el camino a la capital británica
Ese americano rubio de ojos claros que vestía como gaucho, que hablaba inglés a los ponchazos y que tenía la costumbre de tomar una extraña infusión con una bombilla, vivía al día y se alimentaba de lo que producía en la granja que alquilaba en Swanthling, a unos kilómetros de Southampton, sobre el camino a Londres.
Lejanísimos habían quedado esos años de señor todopoderoso de la Confederación Argentina. La estrechez económica por la que pasaba lo obligaba a declinar o ignorar invitaciones a recepciones ya que no disponía de vestimenta adecuada. Para Juan Manuel de Rosas habían quedado en el pasado las visitas que intercambiaba con su amigo Lord Palmerston, a quien había nombrado su albacea y que ya había fallecido. Otros que solían visitarlo eran el cardenal Wiseman y el reverendo Mount. Nadie más.
El mismo día en que fue derrotado en la batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, Rosas renunció, se refugió en la legación británica y días después partió al exilio
En 1862, la falta de dinero lo obligó a desprenderse de su casa en la ciudad, convirtiendo la granja en su residencia definitiva.
Hombre de campo
Su jornada de trabajo comenzaba a las ocho de la mañana, que interrumpía una hora al mediodía para almorzar. Iba acompañado de un niño negro quien le cebaba mate. Luego seguía hasta las cinco de la tarde, tiempo en que se ponía a escribir, preferentemente con lápiz. Tenía varios con la punta preparada, para no perder tiempo.
En la Argentina le habían confiscado sus propiedades, la legislatura lo había declarado en 1857 “reo de lesa patria”. No mantenía contacto con su familia ni con su hermano Prudencio, que vivía holgadamente en un palacete en Sevilla. Se animó a escribirle a Justo José de Urquiza por su situación, y éste lo ayudó económicamente. Lo seguiría haciendo su viuda Dolores Costa, cuando el entrerriano fue asesinado el 11 de abril de 1870.
En 1851, el artista Prilidiano Pueyrredón pintó este retrato de Manuela, la hija de Rosas. Ella lo acompañaría a Gran Bretaña, donde se casaría y formaría una familia
En el dormitorio de su granja guardaba lo más preciado de sus pertenencias: papeles, documentos y libros que había logrado rescatar cuando dejó Buenos Aires. Muchos eran papeles de la época de gobernador. Decía que serían clave para defenderse de las acusaciones de sus enemigos.
Rosas siempre fue un personaje algo pintoresco para los lugareños, al que recordaban montado a caballo y que hablaba no tan bien el inglés, al que había empezado a estudiarlo junto a su hija Manuelita en el barco que lo llevó a Gran Bretaña y que siguió con lecciones en Southampton.
Para el anciano general, su hija Manuelita no era más que una ingrata. Había tenido la idea de casarse y dejarlo solo. El 22 de octubre de 1852 se había casado con Máximo Terrero en la iglesia católica de Southampton y se habían ido a vivir a South Hampstead, en las afueras de Londres. Dos veces al año junto a sus hijos Rodrigo Tomás y Manuel Máximo y a su marido recorría los 120 kilómetros que los separaban para pasar unas semanas junto a él.
Silencioso benefactor. Justo José de Urquiza, quien lo había derrotado en Caseros, le enviaba dinero a Rosas
Su hijo varón, Juan Bautista, que también lo había acompañado en el exilio junto a su familia, en 1855 había resuelto volver a Buenos Aires. Tan contrariado estaba Rosas que no fue al puerto a despedirlo.
Con su hija había sentido algo similar. Tomó su matrimonio como una traición. No asistió a la boda y en cartas a allegados se lamentaba: “me ha dejado abandonado”.
A pesar de sus 83 años, no había dejado de lado su costumbre de salir a la mañana al campo a trabajar, a pesar de sus problemas de gota. Había caído en cama por un enfriamiento que había tomado el sábado 10 de marzo y ese resfriado rápidamente se complicó.
Sepulcro de Rosas en Southampton. En esa tumba también fueron enterrados su hija y su yerno
Lo asistió su vecino y amigo, el doctor John Wiblin. Hicieron llamar a Manuelita, quien llegó de inmediato. No se separaba de la cama del enfermo.
Ella se tranquilizó cuando el martes 13 Rosas había amanecido un poco mejor. Sin embargo, en las primeras horas del miércoles lo besó como acostumbraba y notó que tenía su mano muy fría.
— “¿Cómo se siente, tatita?”- le preguntó su hija.
— “No sé, m’ hija”. Fueron sus últimas palabras. Falleció en su exilio inglés el 14 de marzo de 1877, dos semanas antes de cumplir 84 años.
De nuevo en el país. Primero hubo una misa y un acto en el Monumento a la Bandera; luego el féretro fue llevado por el río Paraná a Buenos Aires y depositado en la bóveda familiar de los Ortiz de Rozas en Recoleta
Los funerales fueron el lunes siguiente en el cementerio local. El 24 el Southampton Times & Hampshire Express publicó una breve necrológica, que informaba que “su excelencia” el general Juan Manuel de Rosas había muerto de inflamación a los pulmones.
El féretro de roble inglés macizo y lustre francés, cubierto por un paño negro que tenía una cruz blanca, fue acompañado por dos coches fúnebres. Fue una ceremonia corta, de la que participaron unos pocos allegados. Se cumplió su deseo, de que en su despedida al más allá solo se rezase una misa.
Muy lejos, en Buenos Aires, al llegar la noticia, viejos federales salieron a manifestar, lo que dio lugar a que otros tantos viejos unitarios que habían sufrido la persecución rosista y el exilio, hicieran lo mismo y tuvieran como blanco el sepulcro de Juan Facundo Quiroga en La Recoleta, donde intentaron enlazar por el cuello a la Dolorosa, la escultura que coronaba la lápida. El gobierno prohibió a los familiares de Rosas rezar una misa en su memoria.
De nuevo en el país
En la madrugada del 3 de febrero de 1899 su caserón de Palermo fue dinamitado y el extenso parque que lo rodeaba pasó a llamarse Tres de Febrero, que recordaba la batalla de Caseros. El 25 de mayo de 1900 un busto del ex presidente Sarmiento fue colocado en el centro de lo que había sido su residencia, en el actual cruce de las avenidas Del Libertador y Sarmiento.
Desde entonces, hubo varios intentos y proyectos de repatriar sus restos. El 30 de octubre de 1973 la misma legislatura que lo había condenado retiró los cargos, hubo un proyecto en el tercer gobierno de Juan Perón que por su muerte frustró. Y en el comienzo del gobierno de Carlos Menem se concretó.
El caserón que Rosas había hecho levantar donde hoy se cruzan las avenidas del Libertador y Sarmiento. Fue demolido en 1899
La exhumación fue el 21 de septiembre de 1989, a las tres de la tarde. Fueron testigos su tataranieto Martín Silva Garretón y Manuel de Anchorena. El féretro estaba en un nicho de mampostería, debajo de los de su hija Manuelita y su yerno Máximo Terrero. El trabajo demoró horas y se usó una pala mecánica para excavar. Tenía la tapa deteriorada. La inexperta manipulación había provocado la destrucción de algunos huesos. Los restos se pasaron a otro ataúd y fueron llevados a la funeraria Mallum.
El viernes 22 por la tarde el Boeing 707 de la Fuerza Aérea que llevaba los restos aterrizó en el aeropuerto francés de Orly, en el sector reservado a los jefes de Estado. Habían colocado una alfombra roja y banderas argentinas y francesas a media asta. El féretro de madera clara, que contenía a otro estaba cubierto por dos banderas, la azul y blanca federal y la celeste y blanca, la misma que hasta el 2 de abril de 1982 había flameado en la entrada de la embajada argentina en Londres. Acompañaban los restos miembros de la Comisión Nacional de Repatriación, con Julio Mera Figueroa a la cabeza. Un grupo de gremialistas que se encontraba en Europa depositaron un poncho punzó sobre el ataúd.
El 27 de septiembre se abrió el féretro ante la presencia de sus descendientes. Los huesos, desarticulados, eran de color castaño y muchos estaban casi destruidos. El cráneo estaba volcado hacia la derecha y la mandíbula aún aprisionaba una dentadura postiza. Era todo lo que quedaba del que durante un cuarto de siglo había gobernado con mano de hierro el país. Se hallaron además un crucifijo de madera y un plato de porcelana, que podría haber sido usado para colocar agua bendita durante el velatorio.
De Francia, el vuelo hizo escala en las islas Canarias y en Recife. El 30 de septiembre por la mañana llegó a Rosario, donde se hizo un acto en el Monumento a la Bandera, con misa y con la presencia de descendientes directos. Allí Carlos Menem pronunció su primer discurso como presidente apelando a la unidad nacional.
“Al darle la bienvenida al Brigadier General don Juan Manuel de Rosas también estamos despidiendo a un país viejo, malgastado, anacrónico, absurdo (…) En la unidad nacional nadie está obligado a renunciar a sus ideas ni a su juicio histórico; en la unidad nacional nadie está obligado a claudicar en sus opiniones sobre nuestro pasado”.
En el buque de la Armada Murature fue llevado por el Paraná hacia Buenos Aires. Una parada de rigor fue en la Vuelta de Obligado, escenario del emblemático combate contra ingleses y franceses.
El 1 de octubre llegó al puerto de Buenos Aires y un multitudinario cortejo de jinetes vestidos a la usanza federal acompañó el féretro a su destino final, la bóveda de los Ortiz de Rozas en el cementerio de La Recoleta.
No se cumplió la premonición de José Mármol de que “ni el polvo de sus huesos esta tierra tendrá”. En noviembre de ese año se inauguró un monumento con su figura que mira fijo al busto de su acérrimo opositor, Sarmiento, levantado en medio de lo que era su caserón en Palermo. Y el ya devaluado billete de veinte pesos llevó el rostro de ese anciano ermitaño que había exportado a la campiña inglesa las extrañas costumbres de los gauchos de las lejanas pampas argentinas.
martes, 6 de mayo de 2025
lunes, 5 de mayo de 2025
Alemania Imperial: El exilio de Wilhem II en Holanda

Cuando el último káiser alemán se convirtió en leñador en los Países Bajos
Tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, el emperador Guillermo II buscó y obtuvo asilo en los Países Bajos, que eran neutrales. El 15 de mayo de 1920, se instaló en Huis Doorn (Casa Doorn), cerca de Utrecht, una finca con una casa de campo lujosamente amueblada, donde residiría con su familia hasta su fallecimiento en 1941. Hoy en día, la mansión es un museo que merece la pena visitar.
Es una fotografía que dio la vuelta al mundo: el káiser alemán Guillermo II paseando por el andén de la estación fronteriza holandesa de Eijsden, en la provincia de Limburgo. Era el 10 de noviembre de 1918, y el káiser había viajado en convoy con su séquito desde el cuartel general alemán en Spa hasta Eijsden, donde lo esperaba el tren imperial. El día anterior, se había proclamado la República en Berlín. El káiser había solicitado asilo político en los Países Bajos.
En el andén, los limburgueses locales y los refugiados belgas lo llamaban «Schweinhund»
y «Mörder» . «¡Viva Francia!» , gritaban, y «¿Kaiser, wohin? ¿Nach Paris?».
Tras varias llamadas telefónicas y un telegrama de la reina
Guillermina, se dio el visto bueno, y el tren imperial partió a toda
velocidad hacia Maarn, cerca de Utrecht, donde el conde holandés
Bentinck ofreció hospitalidad a Guillermo en el castillo de Amerongen.
La reina Guillermina y el gabinete holandés tolerarían al káiser como
particular, y esa debía seguir siendo la línea oficial, para apaciguar
tanto al pueblo descontento como a los aliados furiosos. Para gran
frustración de Guillermo, Guillermina nunca lo recibiría oficialmente ni
visitaría la Casa Doorn.

El emperador alemán Guillermo II vivió en Doorn en el exilio desde 1920 hasta su muerte en 1941.
© Flickr / Hans Splinter
El 28 de noviembre de 1918, en Amerongen, Guillermo firmó su abdicación como káiser alemán y rey de Prusia. Con un taconazo, se despidió de Seine Majestät . El imperio había muerto, pero a Prusia aún le quedaba algo de vida. Su obediente y devota esposa, Augusta Victoria, quien le había dado siete hijos, acudió a reunirse con él ese día. Guillermo permanecería como huésped de Bentinck no durante días ni semanas, sino durante casi dos años.
En mayo de 1920, finalmente se instaló en la cercana Casa Doorn, que había adquirido discretamente. Cincuenta y nueve vagones de tren transportaron enseres, muebles, arte y objetos kitsch de la casa imperial desde los palacios de los Hohenzollern en Berlín hasta Doorn. El Káiser logró mantener cierto nivel de grandeza. Era lo suficientemente rico como para mantener una casa de sirvientes alemanes y, para irritación de la nobleza local, remunerar generosamente a su personal holandés.
Cuando la Emperatriz falleció en 1921, se le ofreció un funeral multitudinario en Berlín. El Káiser se casó de nuevo al año siguiente con una princesa alemana viuda, Hermine von Reuss. Este segundo matrimonio, con un intrigante autoritario casi treinta años menor que él, no fue popular. Así pues, el depuesto Káiser se adaptó a su rutina de monarca superfluo que esperaba contra toda esperanza que algún día lo llamaran de vuelta a Alemania.
Recibió a visitantes monárquicos en Doorn, entre ellos la reina madre Emma y, posteriormente, la princesa Juliana y su nuevo esposo alemán, el avaro Bernardo. La futura reina Beatriz dormía en su cochecito. Sin embargo, Göring también lo visitó en varias ocasiones antes de que Hitler tomara el poder en 1933. El káiser esperaba que los nazis lo restituyeran en el trono; los nazis querían asegurarse el apoyo del káiser y, por consiguiente, el de los nobles y oficiales de mentalidad prusiana.
Sin embargo, a Guillermo no le gustaban los nazis, y pronto dejaron de necesitar al Káiser marginado. En mayo de 1940, cuando los soldados alemanes llegaron a la Casa Doorn, el Káiser les ofreció desayuno y champán. Cuando tomaron París, envió un telegrama para felicitar a Hitler, cuya respuesta fue respetuosa, pero fría. En realidad, el Káiser se encontraba discretamente cautivo en Doorn, a manos de soldados alemanes. Cuando, tras una sesión de leña, Guillermo habló con uno de esos soldados alemanes y descubrió que ya no lo reconocía, comprendió que su mundo se había acabado.
El Káiser falleció el 4 de junio de 1941. El día anterior, había recibido con entusiasmo la invasión alemana de Creta: «Das ist fabelhaft. ¡Nuestros herrlichen Truppen!».
Hitler quería que el cuerpo del Káiser fuera trasladado a
Potsdam, pues esperaba hacerse pasar por su sucesor en el funeral, pero
el testamento de Guillermo estipulaba que su cuerpo solo sería
trasladado a Alemania si el país era una monarquía. Por ello, fue
enterrado en el parque de la Casa Doorn. Sus dos esposas fueron
sepultadas en el parque de Sanssouci, en Potsdam.
Fue un día glorioso en Doorn: Kaiserwetter . Entre quienes seguían al ataúd se encontraban Seyss-Inquart, el Reichskommissar de los Países Bajos ocupados, y el almirante Canaris, jefe del servicio de inteligencia militar alemán. Canaris fue ejecutado posteriormente en el campo de concentración de Flossenbürg tras el fallido intento de asesinato contra Hitler, mientras que Seyss-Inquart fue ejecutado en Núremberg después de la guerra. Hubo esvásticas en el funeral, algo que el Káiser no habría deseado, y una corona de flores de Hitler.
La familia decidió no abrir el mausoleo de la Casa Doorn a las visitas. Asomándome por la ventana, vislumbro la bandera prusiana con su águila negra sobre un ataúd. Recorro el parque: los caballos, los ciervos, las tumbas de los cinco perros imperiales; el lugar donde el Káiser, metódica, obsesiva e innecesariamente, convirtió miles de árboles en tocones; los majestuosos árboles bajo el diluvio del sol otoñal. Deambulo por el castillo, pasando junto a los servicios de mesa y la platería, los tapices y las cajas de rapé que pertenecieron a Federico el Grande, un modelo a seguir para Guillermo, su epígono. La abundancia de chucherías y objetos de colección resulta agotadora, pero el retrato de la encantadora reina Luisa de Prusia, que cautivó a Napoleón en Tilsit, me impacta de lleno: esta mujer se casó a los diecisiete años, tuvo diez hijos y murió a los treinta y cuatro.
Veo el comedor con su mesa puesta para la eternidad, donde nadie volverá a comer jamás, y el tenedor especial de tres dientes, uno de los cuales también sirvió de cuchillo para un káiser que tenía el brazo izquierdo atrofiado. Deambulo por los dormitorios que pertenecieron al káiser y a sus dos esposas, la sala de fumadores, el estudio, la biblioteca de este arqueólogo aficionado; el moderno baño de la emperatriz, cuidadosamente oculto en un armario antiguo.
Este es un lugar donde la gente vivió. Sobrevivió. Mantuvo la apariencia de una corte en el exilio. Con un Káiser que leía la Biblia en voz alta cada mañana a su personal reunido. Y que luego salía a caminar, a cortar leña, a almorzar, a echarse una siesta, a responder correspondencia de todo el mundo, a cenar en platos que se retiraban en cuanto Su Majestad terminaba de comer. Una rutina diseñada para dar sentido a una vida sin sentido.
La
Casa Doorn, confiscada tras la guerra, es ahora propiedad del Estado
neerlandés. Los subsidios se han reducido recientemente, pero un
ejército de voluntarios mantiene el lugar abierto y en funcionamiento.
Lo que haya sucedido con el cuantioso legado financiero del Káiser sigue
siendo un misterio. La Casa de Orange, el Estado neerlandés, la Casa de
Hohenzollern y los bancos no aportan ninguna claridad. Llegué a Doorn
con la idea de encontrar uno de los pocos lieux de mémoire de la Primera Guerra Mundial en suelo neerlandés. Sin embargo, lo que encontré fue más bien un trou de mémoire de la Gran Guerra, y caminé, algo desconcertado, dentro de un lieu de mémoire
de imperios y monarquías absolutistas europeas, quizá un último eco del Antiguo Régimen
, que sobrevive de una forma a la vez trágicamente irónica y
ligeramente grotesca. Después de todo, la abuela de Guillermo (que
siguió siendo "nuestro Willy" para la rama británica de la familia) fue
la reina Victoria y el último zar fue su primo hermano por matrimonio.
¿Casa Doorn? Definitivamente vale la pena visitarlo.
domingo, 4 de mayo de 2025
sábado, 3 de mayo de 2025
Patagonia: Los primeros colonos del Lago Argentino
Protagonista de las primeras aventuras y colonos del Lago Argentino
Foto : Pareja Máximo y doña Concepción, en su chacra de la colonia Perito Moreno.
La colonia Francisco Moreno junto al paraje pto Bandera, los aserraderos ´´ los Ventisqueros ´´ en P Magallanes y avellaneda, supieron ser sede de la migratoria., la primera colonia cordillerana de la provincia de Santa Cruz, quizás de los más lindos parajes jamás soñados en la Patagonia.
Tierra de de pioneros., oportunidades, su azul profundo se vio teñido por el rojo de la sangre de aquellos mártires de la huelga.
Años después ya convertida en una pujante colonia agrícola ganadera y turística a kilómetros de allí, el coloso de magia azul del mismo nombre tocaría por primera vez a la península de magallanes e inundaría por 2 años la colonia.
Las aguas arrasarían con casi todo en sus 2 años de permanencia, los testimonios de la época son desgarradores.
El susto de los colonos fue tal al ver que las aguas no bajaban, que muchos se retiraron hacia la estepa 80 kilómetros donde hoy esta la ciudad de El Calafate - cabecera departamental y nodo -. otros a pto Bandera/ los ventisqueros o ventisquero moreno como se lo llamaba en la época) ., otros se adentraron en el cerro Buenos Aires, muy pocos resistieron allí la embestida del agua.
seria esa la primera vez que el glaciar cierra en la península de Magallanes para luego romper.
Con el tiempo la colonia fue recuperando su esplendor, si bien el departamento Lago Argentino por aquellos años era expulsor demográficamente hablando, algunos nuevos pioneros., familiares de ex colonos, eran visionarios y volvían a postar a la zona.
Corrían ya tiempos en que el territorio se había transformaba en provincia., el looby de algún funcionario público( Aristizabal ) con intereses en El Calafate haría que el Aeropuerto en vez de hacerse en la pampa de la Anita se hiciera en sus tierras en el pueblo a 80 kilómetros en zona de estepa.
Desde aquel entonces las trampas y cerrojos impulsados por famosas familias., con empresas adictas a la obra pública estatal, a través del amiguismo., el abuso de poder y las falsas pantallas están a la orden del día .
Todo tan solo para quedarse con el monopolio del turismo en nuestra zona a través del mal gobierno y las trampas .
Les secuestraron hasta el nombre ., el paisaje ., les declararon zona protegida ., les cuasi confiscaron todo salvo a los amigos del poder .
Tal es así que en la actualidad la zona es vendida como El Calafate y no por ejemplo como colonia Francisco Moreno o Lago Argentino, lo que podría decirse seria una verdad a medias.
Por los 90s la provincia pide la reconvertir al turismo la zona., es trasformada en zona protegida victima de intereses de otra zona.
Vecinos de El Calafate en especial las familias dueñas de nuevos y lujosos hoteles antes enemigas / competencia , se unen ., se oponen in limine ( sin leer ) a el plan de manejo Boullon Erice Oliver .,pedido y firmado por Kirchner Gobernador diciendo que el paisaje cordillerano de este lado del lado es igual al de el calafate , a todas luces una mentira , pues luego estas mismas familias serian las que se quedaran con todo a través de concesiones poco cristalinas y negocios con el estado .
Como eran mas ., muy influyentes , no volvieron a tratar otro plan , aunque así lo tenían que hacer si o si en 180 días a propósito , aprovecharon la medida de no innovar de la justicia para que solo el poder ., los amigos del poder puedan hacer cosas en la zona y que a a 80 kilómetros en la estepa se centrara todo haciendo un gran negocio con ello .
Casi 25 años pasaron desde entonces , El calafate fue transformado de un apacible y bello pueblo de lago y estepa de unos 3000 mil habitantes a una ciudad de 30 mil mas turistas sin preparación medioambiental alguna ,lejos del recurso que vende como suyo , lo cual le trae aparejado todo tipo de problemas .
Punta Bandera .,el cerro Buenos Aires ., la Peninsula de Magallanes ., la colonia Francisco moreno siguen aun sin poder sacarse los grilletes .
Con la medida cerrojo adoptada desde los 90 s para beneficio de unos pocos hoteleros , se dejo a la provincia ., su gente condenada a la estepa pues las zonas que empezaban a tener un desarrollo en la cordillera (, misma franja que las demás provincias de la patagonia si desarrollan) son victimas de cerrojos jurídicos y falsas pantallas , donde solo los adjudicatarios de obras publicas pueden hacer cosas , mientras que los demás dueños de este lado del lago ,son victimas de trampas y les han pisoteados todos y cada uno de sus derechos constitucionales con falsas pantallas y dilaciones .
Gran error histórico, la medida no hace más que dejar en la estepa a toda la población de la provincia.
La solución de fondo ya existe., fue pagada por la provincia., pedida por la provincia y firmada por el aquel entonces gobernador, el corruptísimo Néstor Kirchner.
Plan de manejo Boulon , Erice , Oliver .
También habría que sumarle la herramienta creada por un gran consultor internacional Tito lagos Firmada por todos los propietarios, la cual habla de la creación de un consorcio quienes junto a las ongs y el estado crearan herramientas para el correcto uso y cuidado del recurso a proteger en la zona
El Parque nacional los glaciares ya tiene 700 mil hectáreas
No tenemos medio poblado cordillerano, verde como las demás provincias si tienen. Tenemos más de 800 kilómetros de largo de franja cordillerana.
Publico: Manuel Tobías
(colonia Francisco Moreno)
viernes, 2 de mayo de 2025
jueves, 1 de mayo de 2025
Patagonia: Criminales y aonikenks
George Muster - James Radburne (Jimmy)
Esta selección de testimonios de la relación intercultural foráneo-patagona no puede obviar la mención de dos de ellos por su singularidad, dado el tiempo prolongado que abarcaron las correspondientes convivencias –que de eso se trató en verdad– y por la riquísima y variada información de interés etnográfico obtenida. Nos referimos a los testimonios del inglés George Ch. Musters que realizó a lo largo de un año, entre 1869 y 1870, un memorable viaje transpatagónico en compañía de un grupo aónikenk desde la isla Pavón (río Santa Cruz) hasta el pueblo de Carmen de Patagones; y de James Radburne, un inmigrante inglés que arribó a Punta Arenas en 1892, iniciando así una vida de aventuras en cuyo transcurso interactuó larga e intensamente con los aborígenes, con la parcialidad aónikenk del distrito de El Zurdo, trabando con ellos una fuerte amistad al punto de casarse con una india y formar familia con ella. Si el primero dejó un relato interesantísimo de su aventura, devenido clásico de la literatura histórica patagónica (At home with Patagonians, Londres 1871), el segundo confió sus recuerdos a Herbert Childs, un periodista norteamericano de los años de 1930, quien los incluyó en su libro El Jimmy, A Patagonian Outlaw (Nueva york 1937). Una y otra obra son fuentes inestimables de información etnohistórica y, por tanto, de obligada consulta para quien se interese en la materia.
Conteniendo como contienen uno y otro libro recurrentes noticias que dan cuenta acerca de la índole indígena, no cabe en sus casos extraer selectivamente sus opiniones sobre la materia que nos ocupa, y sí valorarlos como documentos que sin solución de continuidad informan de manera explícita sobre todo cuando se refiere al carácter predominantemente pacífico de los aónikenk históricos.
Extrato de LOS AÓNIKENK ¿EPITOME DEL BUEN SALVAJE? de
MATEO MARTINIC B.*
Jose Pavoni
El Jimmy fugitivo de la Patagonia es un lindo libro para leer.
Elena Beatriz Primo
Jimmy se trata de Button? leí sobre el en algunos libros como "La tierra del fuego"de Silvia Iparraguirre y otros.Su historia y la de Fuegia relacionada a los zoológicos humanos y la cita de Darwin y Fitz Roy .
Jose Pavoni
Elena Beatriz Primo No tiene nada que ver es el de la tapa del libro que esta en una de las fotos del articulo, James Radburne (Jimmy) es un ingles aventurero que llego a la patagonia y convivió con la tribu del cacique Mulato y se casó con una hija o familiar del cacique, no recuerdo bien hace varios años que leí el libro, trabajó en estancias de tierra del fuego y relata las matanzas de selknams u onas por parte de buscadores de oro y estancieros, luego viene a la patagonia Argentina y traba relación con el cacique mulato y convive intermitentemente en sus toldos varios años para terminar con el matrimonio con Juana una aoni kenk y se radica en el lago San Martin donde funda la estancia "La Nana". Muy lindo libro lo recomiendo.
Por : Jose Pavoni - TEHUELCHE EL VERDADERO PUEBLO ORIGINARIO DE PAMPA Y PATAGONIA
