martes, 21 de mayo de 2024

Rosas: Un revisionista conjetura por qué se fue al Reino Unido

¿Por qué Rosas se fue a Inglaterra después de Caseros? según el chanta de José María Rosa






Es una pregunta que he oído muchas veces; antes que nada debe decirse que Rosas no era antibritánico sino argentino, que no es lo mismo: luchó contra los ingleses cuando se metieron con nosotros, y los respetó cuando nos respetaron.  No tenía motivo de inquina contra ellos después que reconocieron la victoria argentina en el tratado Southern-Arana de 1849.Con los ingleses se entendió bien; con quienes nunca pudo entenderse fue con los anglófilos.  A los ingleses les pasó lo mismo. Quisieron vencer a Rosas y este contestó a la agresión con el gesto heroico de la Vuelta de Obligado.

Pero estar en guerra contra extranjeros no significa odiarlos: los ingleses eran patriotas que combatían por el engrandecimiento de su patria, y Rosas era un patriota que luchaba en defensa de la suya. Los ingleses, como los franceses, admiraron el gesto de Rosas: ellos hubieran hecho lo mismo de haber nacido argentinos.  Lord Howden llegado a Buenos Aires por 1847 para hacer la paz, fue apasionado admirador de Rosas.  Lo cual no quiere decir que dejara de ser muy inglés y tratase de sacar las ventajas posibles para su patria.Para el buen inglés no había cotejo posible entre Rosas y los unitarios. Aquél era un enemigo de frente, que los había vencido en buena lid, y digno de todo respeto; en cambio éstos eran agentes sin patria que necesitaba como auxiliares en la guerra, pero a los cuales despreciaba.  Los pagaba, y nada más.Esta posición de los imperios con sus servidores nativos, no la pudo entender Florencio Varela cuando fue a Londres en 1848 a gestionar a Lord Aberdeen la intervención permanente británica en el Plata, el apoderamiento por Inglaterra de los ríos argentinos, y el mayor fraccionamiento administrativo de lo que quedara de la República Argentina.
Fue don Florencio a Londres muy convencido de que los ingleses lo recibirían con los brazos abiertos por estas ofertas, pero Aberdeen lo echó poco menos que a empujones del despacho: le dijo claramente que Inglaterra no necesitaba el consejo de nativos para dirigir su política de expansión en América, y sabía perfectamente lo que debería tomar y cuándo podía tomarlo; que Varela se limitara a recibir el dinero inglés para su campaña en el “Comercio del Plata” en contra de la Argentina, sin considerarse autorizado por ello a alternar con quienes le pagaban.Otra cosa les ocurre a los imperialistas con los nacionalistas.  Los combaten con todas las armas posibles; pero íntimamente los respetan y admiran. Es comprensible que así sea. Tampoco un nacionalista odia a un imperialista: luchará contra él hasta dar o quitar la vida en defensa de la patria chica, pero no tiene motivos personales para malquerer a quien sirve con toda buena fe el mayor engrandamiento de la suya.
Ambos – imperialistas y nacionalistas – podrán ser enemigos en el campo de batalla o en la contienda política, pero se comprenden, pues a los dos los mueve la pasión del patriotismo. Este de su patria chica. Aquél de la grande. No se puede odiar aquello que se comprende. En cambio al cipayo que vende su patria, no lo comprenden ni unos ni otros. Los imperialistas lo emplean a su servicio, pero lo desprecian.Un auténtico nacionalista no es un anti: su verdadera posición es afirmativa y no negativa. En cambio un cipayo puede ser un anti: empieza, por ser antipatriota, y sigue por oponerse a todo imperialismo que no sea el de sus preferencias.En tiempos de Rosas había unitarios antibritánicos por profranceses, o antifrariceses por proingleses.
Como hoy encontramos antisoviéticos, antiyanquis o antibritánicos, por ser defensores de otro imperialismo foráneo.
Un verdadero argentino no entiende esas oposiciones: combatirá con uñas y dientes al imperialismo que quiera mandar en nuestra tierra, exclusivamente por ese hecho y sin llevar la lucha más allá.
Así lo hizo Rosas. Luchó contra los invasores europeos en Obligado y en cien combates y luchó contra sus auxiliares nativos.
Venció a aquéllos, y les tendió la mano de igual a igual una vez que se comprometieron (en los tratados en 1849 y 1850) a reconocer la plena soberanía argentina. Perdonó a éstos en sus leyes de amnistía por deber de humanidad, pero no les tendió la mano de igual a igual: fueron siempre los “salvajes” sin patria que ayudaron al extranjero.Por eso Rosas vivió sus últimos años en Inglaterra. Lo rodeaban gentes que sabían lo que era el sentimiento de patria y admiraban al Jefe de aquella pequeña nación americana que los venciera en desigual guerra.
Por otra parte, Rosas no eligió el lugar de su exilio: el “Conflict” que lo llevó a Europa lo dejó en el puerto de Southampton, y allí se quedó los veinticinco años que le restaban de vida.
Da la impresión de que, no siendo su patria, todo otro lugar era indiferente a ese gran criollo que fue Juan Manuel de Rosas.

Por: José María Rosa
(Revisionismo Historico Argentino)

domingo, 19 de mayo de 2024

Chaco: Guerrero chaqueño

La mirada de un guerrero chaqueño





(Fotografía tomada aproximadamente en 1890)
Dicen que los ojos son el espejo del alma. En la fotografía, aparece un Cacique "Toba Maskoi" con todo su atavío de guerra. Su mirada y su porte transmiten toda la fuerza y la bravura de un guerrero chaqueño.
LOS TOBA MASKOI..
Los maskoy o toba-maskoy, llamados también kylyetwa iwo, toba-lengua y machicuí, toba de Paraguay, quilyilhrayrom o cabanatit, son un pueblo indígena del Chaco Boreal en Paraguay, distribuido principalmente en el departamento Alto Paraguay.
Junto con los Angaité, los maskoy se autodenominan como Enenlhet.
De acuerdo al Censo Indígena 1995 son 4117 individuos. De acuerdo a los resultados del III Censo Nacional de Población y Viviendas para Pueblos Indígenas de 2012 en Paraguay viven 2817 toba maskoy, de los cuales 1411 en el departamento de Alto Paraguay y 1406 en el departamento de Presidente Hayes.
Su lengua (denominada enenlhet apayvoma o tova apayvoma) pertenece a la familia Lengua-Maskoy. Esta familia lingüística está conformada por 6 lenguas:
Angaité (enenlhet)
Guaná (vana, enlhet o kaskiha)
Enlhet
Enxet
Sanapaná (Nenlhet)
Toba-maskoy (Enenlhet)
El número total de hablantes se estima en 2500 individuos. Muchos maskoy han adoptado el castellano o el plautdietsch (una variante del alemán hablada por las comunidades menonitas del Chaco Boreal).
En 1987 el gobierno paraguayo (a instancias de la Conferencia Episcopal Paraguaya y otras organizaciones) expropió 30 000 hectáreas de tierra pertenecientes a la empresa Carlos Casado S. A., en la zona llamada "Riacho Mosquito", cerca de Puerto Casado, las cuales fueron entregadas en propiedad a cinco comunidades maskoy. El vicariato apostólico del Alto Paraguay asumió la administración de las tierras.
En la zona de las fábricas de tanino de Puerto Victoria se ha desarrollado una lengua sincrética denominada en inglés Maskoy pidgin, formada por aportes de los idiomas: lengua, sanapaná, angaité, guana y toba-maskoy.
Fuente Bibliográfica: Los pueblos Indígenas del Paraguay, José Zanardini.
"La Historia del Paraguay", Diario ABC Color, Capítulo 1 Fascículo 2.
RECOPILACIÓN Y RELATO: Gustavo Avalos
La fotografía fue tomada a fines del siglo XlX, aproximadamente en 1890.

sábado, 18 de mayo de 2024

Waterloo: La armadura de Antoine

Armadura de un soldado francés durante la batalla de Waterloo, 1815.




Esta pieza de armadura perteneció a Antoine Fauveau, de 23 años, un coracero que luchó para el ejército de Napoleón durante la batalla de Waterloo. El acolchado de la armadura también tenía un libro pagado, que describía al difunto recluta con una “cara larga y pecosa con una frente grande, ojos azules, nariz aguileña y una boca pequeña”, según el hilo. También decía que era lechero y que estaba a punto de casarse.

Probablemente sea seguro asumir que el soldado murió al ser alcanzado por una bala de cañón. Es probable que los saqueadores se llevaran su armadura y que su cuerpo fuera arrojado a una fosa común.

La batalla de Waterloo fue la última batalla en la que participaría Napoleón Bonaparte y vio una derrota francesa. Fue el segundo día más sangriento durante las guerras napoleónicas después de Borodino. Napoleón se rendiría 4 días después.

33.000 personas murieron en la batalla de Waterloo, que duró un solo día.


viernes, 17 de mayo de 2024

Argentina-URSS: Lolita y Gagarin

 'Lolita Torres y el cosmonauta'





      En 1954 se estrena en Argentina la película La edad del amor, cuya protagonista era una cantante devenida en actriz llamada Beatriz Mariana Torres Iriarte, más conocida como Lolita Torres.
Las copias de este filme deambularon por varios países de habla hispana e increíblemente por la Unión Soviética. Si alguien tuvo la desdicha de ver una película soviética de los años ‘50 comprenderá porque La edad del amor fue un éxito.
      Las películas soviéticas eran tragedias donde reinaba una depresión masturbatoria. Una estepa nevada, un triste trabajador cansado, un niño hambriento y mujeres grises que no tenían un solo motivo para reír. Ahí cayó Lolita, pateando puertas, cantando contenta, siempre feliz, con dos hileras de dientes y querida por todos.
      El pueblo ruso la amó de inmediato, por ello se estrenaron todas sus películas y se comercializaron todos sus discos. Las mujeres les decían ‘Lolita’ a sus hijas y los jóvenes soviéticos soñaban con una mujer así.
      Uno de sus más grandes admiradores era un joven piloto militar de Oremburgo llamado Yuri Gagarin. Cuando este se convirtió en el primer hombre en ver la tierra desde el espacio y por ende en una celebridad, Lolita supo de su existencia, pero no estaba preparada para lo que pasó luego de su proeza.
      En 1962 es invitada a la embajada de la Unión Soviética en Buenos Aires, allí le hacen entrega de una carta de puño y letra del mismísimo Yuri. En la misiva le expresaba toda su admiración y le solicitaba una foto autografiada. Lolita sorprendida y honrada le envía la foto solicitada y le pide lo mismo, una foto del gran héroe.
      La respuesta de Yuri hizo temblar las piernas de Beatriz, ‘–querida Lolita, no soy ningún héroe, soy su fan número uno’. Yuri tenía la necesidad de contarle algo que ella y el mundo ignoraban. En una segunda carta le cuenta que durante el entrenamiento que lo convirtió en cosmonauta, pasaba horas escuchando sus canciones hasta memorizarlas. Cuando en 1961 realizó el histórico vuelo que lo convirtió en el primer hombre en el espacio, esas canciones explotaban en su corazón y no pudo evitar tararearlas. Por esto aseguraba que Lolita era la primera cantante en llegar al espacio.
       Al año siguiente, Beatriz Mariana Torres Iriarte fue invitada al Festival de Cine de Moscú. El día de apertura, mientras respondía preguntas, se sacaba fotos y comía algún que otro canapé, ve entrar al salón a un hombre muy elegante que le parecía familiar. Yuri esquivó a todos los que querían saludarlo, abriendo un surco en el piso del salón, avanzó hasta donde estaba Lolita. Sin registrar que a su lado estaba su flamante pareja Julio César Caccia, tomó la mano de Lolita, inclinó levemente su cabeza y le dijo en perfecto castellano ‘–es un honor’. Lolita petrificada apenas pudo balbucear unas palabras, cuando el encuentro terminó, sin pensar lo que hacía, le dijo a su segundo esposo ‘–Es un churro bárbaro’.
Esta nota forma parte del capítulo 'Macedonias y Miscelaneas' incluido en el libro Pequeñas Piezas de la Historia '
Por: Pequeñas piezas de la historia
Podés adquirirlo en:
(breminger.mercadoshops.com.ar)