miércoles, 3 de julio de 2013

PGM: Japón entra al conflicto

La intervención del Japón en la PGM

Rumores en las cancillerías. — Se confirma el ultimátum. Comentarios.—La colonia de Kiao-Chao.

A mediados de la segunda decena del mes de Agosto, un rumor con visos de fundamento comenzó a circular por las cancillerías europeas y a producir enorme efecto en la opinión tan pronto como trascendió a ésta.

Este rumor se refería a la comunicación por el Gobierno nipón al de Alemania de una nota-ultimátum. Grandes fueron los comentarios a que dio lugar esta noticia. Las imaginaciones se echaron a volar y hubo quien creyó tener poco menos que en el bolsillo la hasta entonces fantástica nota de Japón.

Las personas autorizadas en la materia emitieron su juicio, más o menos acertado, pero reconociendo la existencia del documento y aseverando que en él se exigía a Alemania lo siguiente:

Arrow Primero. Que el Gobierno alemán retirase inmediatamente de las aguas japonesas y chinas todos los buques de guerra que tenía en ella o los desarmara completamente, y

Arrow Segundo. Que Alemania evacuara en el plazo improrrogable de un mes los territorios que ocupaba en Kiao-Chao, los cuales serían entregados por el Gobierno japonés a China en determinadas condiciones.
Quienes así se expresaban sostenían que el Japón procedía de esta forma para salvaguardar los intereses que se tuvieron en cuenta al concertar la alianza anglo-japonesa.

Esta explicación del porqué del ultimátum fue aceptada enseguida como buena, creyéndose que el Japón, por virtud de su tratado con Albión, venía obligado a prestar ayuda a la nación inglesa en su terrible contienda con el imperio alemán.


Sin embargo, el texto literal del convenio anglo-japonés nada preveía respecto a casos como el de la conflagración europea.

En el tratado se consignó que sus artículos tenían por objeto:

Arrow a) La consolidación y el mantenimiento de la paz general en las regiones del Asia Oriental y de las Indias.

Arrow b) El mantenimiento de los intereses comunes de todas las potencias en China, asegurando la independencia y la integridad del imperio chino y el principio de la igualdad para el comercio y para la industria de todas las naciones en China; y

Arrow c) El mantenimiento de los derechos territoriales de las altas partes contratantes en las regiones del Asia Oriental y de las Indias y la defensa de sus intereses en las mencionadas regiones.

En el articulado del convenio, al precisar el mutuo auxilio que ambas potencias habrían de prestarse en caso necesario, se determinaba solo ese deber recíproco para cuando fueran agredidas o puestos en peligro los territorios, los derechos o los intereses expresamente mencionados.

De manera que, en realidad, el tratado anglo-japonés de 12 de agosto de 1905 estaba limitado a cuestiones que afectaban directamente al Asia Oriental, a las Indias o al imperio chino, y no rezaba una palabra respecto a mutua ayuda de las naciones contratantes en caso de guerra como el de la Conflagración Europea.

Un eminente diplomático británico, en los momentos en que más se discutía la intervención o no intervención de los japoneses en la cruenta lucha entablada, se expreso en esta forma al ser llamado a emitir su opinión por uno de los más importantes periódicos ingleses:

"Puede que en efecto exista ese famoso ultimátum de que se habla. Lo que si he de decir yo es que el Gobierno inglés ha hecho todo lo posible para conseguir que el Japón se abstenga de obrar en estos instantes.

Hay que tener en cuenta que la ayuda que pueda prestarnos el Japón en la presente guerra es muy cara; nuestras fuerzas navales, juntamente con las de los aliados, se bastan y se sobran para ejercer el dominio del mar. Además resultaría temerario y hasta humillante requerir el apoyo de un pueblo tan ambicioso y guerrero como el japonés.

,,Creo yo que ninguna nación europea, y menos una coalición formada por éstas, suficiente para defender la civilización y las normas jurídicas internacionales de Occidente, arrostraría la responsabilidad de hacer casi arbitro de una querella europea a un pueblo asiático.
„ Además, considerando la cuestión desde otro punto de vista, la intervención del Japón supondría una extraordinaria alarma en los Estados Unidos de Norteamérica, rival del Japón por efecto de encontrados intereses, rivalidad que constituye precisamente para los Estados Unidos uno de sus problemas capitales de política exterior.

,,El canal de Panamá se ha construido sin duda alguna para el caso de tener que solucionar este problema por medio de las armas.
,
,De la acometividad japonesa no se puede dudar; por consiguiente, el establecimiento de esta nación en las colonias alemanas de Asia, significaría la anexión de éstas al imperio nipón, y, lo que es más grave, una extraordinaria facilidad estratégica para emprender cualquier empresa guerrera contra América.

,,Esto probablemente no han de consentirlo los Estados Unidos y puede pesar en la balanza hasta el extremo de inclinar a Norte América a una alianza con Alemania, si las cosas se extremasen hasta llegar a la guerra.


,,Se ha dicho que los Estados Unidos están en el secreto de la acción japonesa y que asienten a ella; es posible, pero de todos modos lo indudable, lo evidente, es lo que he dicho al principio: que Inglaterra no puede haber influido en modo alguno en las resoluciones de Japón, porque no le ha convenido antes, ni le conviene ahora.


El día 16 de agosto fue conocida oficialmente la existencia del ultimátum dirigido por el Gobierno nipón al imperio de Alemania, por la publicación de un telegrama del gobernador de Kiao-Chao en que se decía: "Confirmo ultimátum. Cumpliré mi deber hasta lo último,,.

El 25 del propio mes se supo la noticia de la ruptura de relaciones. La intervención japonesa en la guerra era ya, pues, un hecho indudable.

La legación imperial del Japón en España hizo pública la nota, por medio de la prensa de la Corte, el mismo día en que se publicaba en Tokio

Decía así la declaración de guerra:

-Nos, por la gracia del cielo Emperador de Japón, sobre el trono ocupado desde fecha inmemorial por una misma dinastía, dirigimos a todos nuestros fieles y bravos súbditos la siguiente proclamación:

„ Declaramos la guerra a Alemania y ordenamos a nuestro ejército y a nuestra armada que, con todo su poderío, rompan hostilidades contra aquel imperio.

,,Ordenamos también a todas nuestras autoridades competentes que realicen cuantos esfuerzos sean necesarios para cumplir sus respectivos deberes encaminados al logro de ese objetivo nacional.

“Desde el comienzo de la guerra actual se han producido efectos calamitosos que nos conciernen en grave extremo. Nos, por nuestra parte, hemos abrigado esperanzas de sostener la paz en el Extremo Oriente mediante la observancia de una estricta neutralidad; pero la acción de Alemania ha obligado, al fin, a la Gran Bretaña, nuestra aliada, a romper las hostilidades contra aquel país. Y Alemania, en Kiao-Chao, su territorio arrendado en China, hace preparativos guerreros, mientras sus buques de guerra cruzan los mares del Asia Occidental y amenazan nuestro comercio, a la vez que el de nuestros aliados.


La paz del Extremo Oriente se halla, pues, en peligro.

De acuerdo con nuestro gobierno y el de s. M. Británica, luego de sinceras y categóricas notas cambiadas entre ambos, para adoptar cuantas medidas fueran precisas para la protección de los intereses generales que se mencionan en el convenio pactado por nuestra aliada con Nos, por nuestra parte, y deseosos de lograr ese fin por medios pacíficos, hubimos de ordenar a nuestro gobierno que dirigiese una sincera advertencia al Gobierno imperial de Alemania.

Con profundo pesar, y no obstante la ardiente devoción que la causa de la paz nos inspira, nos vemos en el caso de declarar la guerra en este período de nuestro reinado y cuando todavía lamentamos la pérdida de nuestra llorada madre.

,,Es nuestro más ferviente deseo que, merced a la lealtad y al valor de nuestros fieles súbditos, quede en breve plazo restaurada la paz y aumentada la gloria del imperio



La declaración de guerra del Japón sobrevino por efecto de no haber contestado el Gobierno alemán a la nota-ultimátum de aquél.

El embajador de los Estados Unidos en Berlín fue el encargado de comunicar al embajador de negocios del Japón en Alemania la orden del Gobierno nipón, según la cual debía retirarse en la madrugada del día 23, de no haber obtenido antes una contestación satisfactoria del Gobierno del Kaiser.

En el propio día 23 el Gobierno japonés ordenó al cónsul de Alemania en Mozkden y a los alemanes residentes en la Manchuria que salieran inmediatamente del país bajo pena de ser apresados. Por su parte los japoneses residentes en Kiao-Chao abandonaron la colonia alemana tan pronto como fue conocida de ellos la declaración de guerra.

La declaración de guerra produjo en Alemania extraordinaria indignación, sobre todo en Berlín. Todos los periódicos coincidieron en afirmar que la nueva jugarreta que les hacía Inglaterra serviría tan solo para aumentar el entusiasmo por la guerra y la confianza en la victoria.

En Austria, donde al día siguiente de la declaración de guerra le fueron entregados sus pasaportes al Ministro del Japón, también ocasionó gran efervescencia la posición que adoptaba el Mikado.

El Wiener Fremdenblatt declaró su creencia de que Inglaterra había reforzado de tal modo la posición del Japón en el Asia Oriental, que ella sería la primera en ver lesionados sus intereses para lo porvenir.

Las demás publicaciones dijeron que la solución definitiva había de hallarse en Europa y no en el Extremo Oriente.

El periódico holandés Correo de Rotterdam, comentando el mismo asunto, aseguró que Francia había auxiliado poderosamente a Inglaterra en la labor de excitar a la raza amarilla contra Alemania.

El sueco Sydvenska Dagbladet afirmó, desde el primer momento, que el ultimátum del Japón era de lo más descarado que se ha visto en la historia. "Tal cinismo—decía—es inaudito y propio únicamente de aves de rapiña. Había que preguntar a la Gran Bretaña si realmente puede mostrarse orgullosa de ir en semejante compañía-.

Donde cayó como una bomba la noticia de la declaración de guerra fue en los Estados Unidos de América. La protesta se manifestó inmediata contra Inglaterra, por considerarse que ésta, con su conducta, abría las puertas a un peligro del que Norte-América tocaría la primera las consecuencias. Esto no quiere decir que la opinión yanqui se colocase del lado de Alemania.

El World de Nueva York escribió a raíz del acontecimiento: "La intervención del Japón es inevitable porque a ello le obliga el tratado con Inglaterra. No obstante, el Japón trata de aprovecharse ahora de la impotencia de Alemania en Extremo Oriente y se prepara para cuando llegue el reparto del botín. Los Estados Unidos deben vigilar y obligar al Japón a no salirse de aquellos compromisos a que le obliga su tratado con la Gran Bretaña,,.

La prensa alemanísta de Norte-América arremetió duramente contra la actitud de los japoneses y propagó urbi et orbe que América debía despertar de su apatía antes de que fuese demasiado
tardío todo esfuerzo.

A pesar de todo este movimiento producido momentáneamente en la opinión americana, el buen criterio se impuso y puede decirse que se adscribió a su Presidente Mr. Wilson, el cual, al recibir la nueva del ultimátum, se limitó a contestar: "No he de discutir el fondo del asunto, pero creo que el Japón va a luchar de buena fe, no por aspirar a ventajas territoriales,,.

España acogió la declaración de guerra del Japón, con la siguiente declaración de neutralidad que se publicó en la Gaceta:

"Constando oficialmente el estado de guerra que existe, por desgracia, entre el imperio de Alemania y el del Japón, el Gobierno de S. M. se cree en el deber de ordenar la más estricta neutralidad a los súbditos españoles, con arreglo a las leyes vigentes y a los principios del derecho público internacional.

,,En su consecuencia, hace saber que los españoles residentes en España o en el extranjero que ejercieren cualquier acto hostil que pueda considerarse contrario a la más perfecta neutralidad, perderán el derecho a la protección del Gobierno de S. M. y sufrirán las consecuencias de las medidas que adopten los beligerantes, sin perjuicio de las penas en que incurrieren con arreglo a las leyes de España.

„ Serán igualmente castigados, conforme al artículo 150 del Código penal, los agentes nacionales o extranjeros que verificasen o promovieren en territorio español el reclutamiento de soldados para cualquiera de los ejércitos o escuadras beligerantes
,,.


Pocos días después de la declaración de guerra el Parlamento del Japón votaba la suma de 53.000,000 de yens, para atender a los gastos de la lucha, la cual se había iniciado ya el día 25 de Agosto.

En este día quedó establecido el bloqueo de Tsing-Tao por las escuadras japonesas, la primera al mando del almirante Barón Dewa, compuesta de dos dreadnougths, el Karashi y el Settan, y cuatro acorazados, y la segunda bajo las órdenes del vicealmirante Yoslumatu, formada por cuatro acorazados y varios cruceros y cazatorpederos.

Algunos días después las escuadras japonesas fueron reforzadas con una división inglesa, y tropas niponas ocuparon siete islas en las inmediaciones de Kiao-Chao, después de haber limpiado de minas los buques un gran espacio de mar.

El mismo día 25 de Agosto comenzó el bombardeo de las posesiones alemanas, en las cuales había sido leído a las tropas un despacho del Kaiser encargándoles que resistieran todo lo posible.

Tan pronto como se inició el bombardeo, los alemanes hicieron saltar con dinamita todos los edificios que podían ser utilizados por las escuadras enemigas como puntos de referencia, y arrasaron todos los pueblecillos chinos próximos a Tsing-Tao. Las fuerzas alemanas de la plaza alcanzaban la cifra de 3,000.

La escuadra alemana, que se hallaba en las costas de China, zarpó con rumbo al Norte tan pronto como se supo el establecimiento del bloqueo.


Hagamos ahora una somera descripción de la colonia de Kiao-Chao o Tsing-Tao, como la llaman los alemanes, para poner fin a este tema.

Kiao-Chao está situada en el mar Amarillo, frente a Corea, en la costa oriental de la provincia china de Shantug.

En 1897 llegaron a Kiao-Chao varios buques de guerra alemanes, de los que desembarcaron soldados y funcionarios alemanes, que en nombre del Emperador tomaron posesión de aquel territorio, no obstante las protestas de China. El Celeste Imperio hubo de ceder a la fuerza de las circunstancias y acabó por consentir en que la ciudad y el puerto ocupados quedasen bajo la soberanía de Alemania durante un período de noventa y nueve años. Así se estipuló en un convenio que se firmó entre China y Alemania y que lleva la fecha de 6 de Marzo de 1898.

Una vez legalizada la ocupación, el imperio alemán se apresuró a organizar ésta debidamente.

Al comenzar la guerra, la administración de la colonia dependía del Ministerio de la Marina teutón, ejerciendo el cargo de gobernador de la plaza un oficial de la armada. La colonia estaba dividida en treinta y tres municipios, alcanzando su población la cifra de 192,000 habitantes.

La raza blanca estaba representada por un núcleo de 4,470, de los cuales 3,806 eran alemanes, soldados y funcionarios civiles en su mayoría.

La guarnición estaba formada de 3,121 soldados de infantería de marina.

En Kiao-Chao residían las autoridades judiciales para los residentes europeos, radicando el tribunal de apelación en el consulado alemán de Shanghai.

Estos tribunales no entendían en los litigios de la población china, salvo en muy contados y determinados casos.

Entre la ciudad de Tsing-Tao, situada en la costa Norte de la bahía de Kíao-Chao y Chinanfu, capital de la provincia de Shan- ghai, se extiendía una línea férrea de doscientas sesenta millas de longitud.

Además de ocupar Kiao-Chao, Alemania se reservó una zona de influencia en la provincia de Shanghai, zona de una superficie de 2,150 millas cuadradas, con una población de 80,000 habitantes.

Al ceder esta zona de influencia, China renunció a su derecho de soberanía y fiscalización, traspasándolo al gobernador de Kiao- Chao.

La zona de influencia se extiendía también a un espacio de treinta y dos millas en el mar Amarillo.

Rodeaba el distrito y la bahía de Kiao-Chao una zona neutral de 2,500 millas cuadradas, con una población de 1.200,000 almas.


La situación de la colonia al comenzar la guerra europea era muy próspera.

En Kiao-Chao se producían con abundancia judías, nueces, batatas y otros frutos. Se explotaba la sericicultura; minas de carbón eran explotadas; había adquirido gran importancia la industria de la seda y se fabricaba cerveza y jabón. Se importaba principalmente algodón, telas, metales, azúcar y cerillas, y se exportaban trencillas de paja, seda, nueces y aceite de judías.

La importación llegó, en 1911, a 114.938,000 marcos y la exportación a 80.295,000.

Los alemanes habían construido excelentes defensas para organizar la resistencia en la colonia en el caso de un ataque inesperado.

Guerra ruso-turca de 1877: La guerra naval (1/2)

Guerra ruso-turca de 1877 
Parte 1/2

En un modo u otro, más por ''suicidio" que por otra cosa, la Armada Rusa se ha convertido en casi inexistente cuando la Guerra de Crimea terminó. 
F.T. Jane

Todas nuestras causas (objetivos) terminarán en un fiasco si nuestra flota es perdida. 
Pedro el Grande a Menshikov, 21 de Diciembre de 1716


Un objetivo ruso a largo plazo 
Los Balcanes estuvieron rara vez tranquilos en el siglo 19, debido a la llamada "cuestión de Oriente", una competencia entre las grandes potencias interesadas en el empeoramiento de la situación interna del "hombre enfermo de Europa", el Imperio Turco, y el destino de su dominio después de su probable colapso. 
La Guerra de Crimea fue un ejemplo del hecho de que cualquier conflicto en la zona no era una crisis limitada. Rusia fue el imperio que aspiraba a llegar a las cálidas aguas del Mediterráneo y la debilidad de Turquía mejoró sus posibilidades de alcanzar este objetivo de controlar el estrecho entre el Mar Egeo y el Mar Negro. Pero al mismo tiempo, Austria-Hungría tenía muchos intereses en los Balcanes, una zona parcialmente gobernada durante siglos por los turcos, y no quería que un avance ruso en los Balcanes. Inglaterra y Francia eran inversores importantes de Turquía y se sentían incómodos con cualquier cambio en el statu quo; después de 1869 que ambos tenían un interés en la protección de su comercio a través del Canal de Suez y una marina de guerra rusa en el Mediterráneo fue percibido como una amenaza fuerte. Además, no quería dividir posibles despojos del Imperio Otomano con Rusia. 
Después de la Guerra de Crimea, la peor situación para los planificadores navales rusos iba a enfrentar una alianza franco-británica. Pero en 1870, con la atención centrada en francés de la guerra Franco-Prusiana, Rusia tenía una nueva oportunidad para seguir sus objetivos tradicionales del sur, que tiene también un nuevo motivo de su interés tradicional en Constantinopla (una ciudad santa para la Rusia ortodoxa) y el creciente comercio de trigo a través del Estrecho. Así, denunció el Tratado de París, que había obligado a la conclusión de la guerra de Crimea que limitaba a sólo cinco barcos de patrulla que patrullaran el Mar Negro. Con el Congreso de Londres de 1871, Rusia se le permitió volver a tener una flota limitada al este del Bósforo. 
Otra área de penetración de la influencia rusa bajo la bandera del paneslavismo fueron los Balcanes, donde también enfrenta los intereses de Austria-Hungría. La oportunidad para la guerra contra Turquía surgió con el levantamiento de la población eslava en Bosnia, Serbia y Bulgaria, países bajo el dominio turco en los Balcanes, en julio de 1875. Reacción turca era fuerte y matanzas de cristianos, junto con el repudio de las deudas financieras frente a las potencias europeas, ayudó a los rusos paneslavistas apoyar el levantamiento. Rusia quiso intervenir, pero primero tenía que llegar a un acuerdo con las otras potencias europeas. Se llegó a acuerdos con Prusia primero y después con Austria-Hungría sobre una base de no intervención en el conflicto del lado de Turquía por Prusia y Austria-Hungría, una política que más tarde obtendría para este último la administración de Bosnia-Herzegovina. Pero las iniciativas de los imperios ruso y austrohúngaro instaron al sultán a modificar la administración de las provincias otomanas en los Balcanes que no fue visto favorablemente por el gobierno de Disraeli en Londres. Mientras tanto, los turcos estaban ganando la guerra contra los serbios y las masacres que siguieron sus victorias también horrorizaron a la opinión pública en Londres. Como resultado, una conferencia internacional fue propuesta por los británicos en Constantinopla, en diciembre de 1876. 
En noviembre, el ejército ruso movilizado seis cuerpos de ejército (VII a XII), se concentraron en el frente sur, a lo largo de la frontera rumana de influir en la próxima conferencia. 
En este punto la situación diplomática era favorable para Rusia, a pesar de muchos defectos de su ejército eran evidentes. La aplicación reciente de la conscripción se había traducido en la falta de hombres entrenados y oficiales. Sin embargo, cuando los turcos se negaron propuestas de las potencias en abril de 1877, la presión de los paneslavistas del zar hizo una declaración de guerra el 24 de abril de 1877. Rusia comenzó su larga marcha hacia el sur por sexta vez en el siglo. 



Una comparación de las Armadas enfrentadas 
A pesar de que la guerra ruso-turca se libró principalmente en terrenos en Bulgaria y en parte en el Cáucaso, las dimensiones navales tuvieron gran importancia. Después de la guerra de Crimea, Rusia se vio obligada a abandonar la militarización del Mar Negro y en especial el brazo naval, ya que no se le permitió fortalezas o buques de guerra en ese mar. La guerra de Crimea había demostrado que la armada rusa estaba mal preparada para la tarea de impugnar las armadas de las grandes potencias y que estaba plagado de problemas de gran organización. Sin embargo, la obligación del tratado fue la consecuencia de la importancia de una fuerza naval rusa en las aguas cerca de Constantinopla, que directamente podría atacar esa ciudad sin largas campañas terrestres en los Balcanes o en el Cáucaso, capturando así el corazón del Imperio Otomano. Después de esta derrota, el Almirantazgo ruso respondió con una nueva política para la marina de guerra, que afectaba no sólo a su política de construcción naval, sino también la actualización del nivel tecnológico de la marina de guerra y sobre todo en materia de educación del personal naval. En este proceso un papel clave desempeñado por el Almirante General Konstantin Nikolaevich. En los quince años después de la derrota, el Almirante General fue capaz de superar los problemas financieros y burocráticos, la introducción y la propulsión de vapor para los acorazados de la armada reorganizada. Después de haber tenido la oportunidad de viajar al extranjero y ver la organización de las armadas europeas, le impresionó como muchos otros oficiales navales rusas habían sido por los baterías acorazados de vapor franceses. Se informó, a su regreso, sus impresiones después de haber "acaba de ver con mis propios ojos las gigantescas flotas navales y métodos de nuestros antiguos enemigos". En 1858 se puso en conocimiento del zar del proyecto francés del acorazado la Gloire como una nueva arma para la guerra en el mar, y al año siguiente el ministerio ordenado ensayos con placas de blindaje. 
Particularmente interesante fue su cuidado para el cuerpo de cadetes, donde la educación se ha mejorado con la sustitución de los instructores no aptos. También supervisó el desarrollo de la revista naval Morskoi Sbornik, que alcanzó un buen nivel de calidad, fomentando el debate abierto sobre diversos asuntos navales y prestar atención a los acontecimientos en el extranjero, y que ayudó a explotar los recursos humanos de la nación. El nuevo curso Morskoi sbornik fue iniciado en 1853. La revista fue escrita para ser leída por el público, sin censura de ninguna forma (la presión sobre la prensa se incrementaría a mediados de los años 1860), y rechazar el hábito de silencio sobre la ineficacia y la corrupción de la organización naval. Como un ejemplo del pensamiento progresista en la revista, en 1860 R. Musselius, un oficial naval, publicó un artículo sobre el primer acorazado que prevé la competencia entre las armaduras y armas, y la gran mejora en los próximos años de armamentos navales. 
En los años que siguieron a la derrota de la guerra de Crimea, la marina estaba bajo restricción financiera, debido a la alarmante situación de la hacienda pública. Esto tiene que ser visto en la perspectiva de la sustitución de una marina de vela de madera con una potenciada a vapor y tripulación con marineros técnicamente competentes. No obstante el gasto naval comenzó a aumentar constantemente, de 18 millones de rublos después de la guerra de Crimea a 27 millones al comienzo de la guerra con Turquía. 
Con la ayuda de figuras tan importantes como el almirante G.I. Butakov, bien conocido por sus escritos tácticos, el almirante SI Likhacev, el creador de la flota del Pacífico, y el famoso Vicealmirante AA Popov, Konstantin logró elevar el nivel de la marina rusa a la condición de potencia mundial, con resultados que eran claramente visibles en la siguiente guerra contra el Imperio Otomano. 
Durante los años entre el final de la guerra de Crimea y 1870, la marina rusa presentó la mayor parte de una flota moderna y para ello Konstantin tenido que superar los numerosos problemas que enfrenta la construcción de Rusia, es la extrema escasez de trabajadores no especializados ( trabajo forzado fue empleado), y la corrupción y la ineficiencia de la de la administración pública, producto de la falta de financiación pública adecuada. 
El primer acorazado de navegación marítima ruso, la fragata Pervenetz, se retrasó hasta 1861 debido a la mala situación financiera de Rusia, y luego pedir a la Thames Iron Works en Londres. Fue terminado en 1864 y 3.277 toneladas de desplazamiento, alimentado por una caldera de potencia 1.067 construida por Maudslay y no exceder de nueve nudos. Su casco de hierro estaba protegida con 4,5 pulgadas de hierro forjado en su cinturón y batería. Su armamento se componía de 68 cañones de ánima lisa, y fue reemplazado más tarde con seis cañones 8", nueve de 6", y cuatro 9". 
Más tarde comenzaron a explotar la construcción naval de los astilleros privados en San Petersburgo con el fin de obtener la independencia de los proveedores extranjeros. Esto era importante porque la reconstrucción de una flota para mantener el ritmo con las potencias occidentales exigieron que la flota no estar limitada por la dependencia de las armas, maquinaria o placas en Gran Bretaña o Francia. Sin embargo, el Ministerio de Marina tuvo que llegar a acuerdos con empresas extranjeras, el primero es que con Carr & MacPherson para la construcción de un buque de guerra de 270 toneladas en el Báltico y luego con el constructor naval británico Mitchell por un astillero que se construiría en San Petersburgo. 

En los años siguientes dos acorazados con blindaje lateral el Sevastopol y Petropavlovsk, se transformaron de barcos de madera en el Báltico, protegido con 4,5 pulgadas de armadura y montaje 21 cañones de 9 toneladas cada uno. Estas naves desplazaban 6.210 toneladas y podía desarrollar 11 nudos, dos barcos gemelos a la Pervenetz se pusieron en quilla también en Netron Menya, en 1863 en el astillero de Mitchell, y Kreml en 1864, que fue construido en los astilleros de Neva por el Semjannikov y Poletika empresa inicio en 1863. De los muchos acorazados establecidas antes de la guerra sólo el PetropavlovskSevastopolKniaz PojarskiAlmirante GeneralPetr Veliki, y Edinburgski Gerzog estaban listos para el servicio marítimo, pero ninguno se emplearía en la guerra contra Turquía, permaneciendo en cambio, en el Báltico en su mayor parte. 
La influencia de la Guerra Civil estadounidense fue visible también en la política de monitor. Después de vicealmirante Stepan S. Lesovskii de regresar de Nueva York, diez monitores estilo Ericsson se construyeron en el Báltico, principalmente para contrarrestar un posible ataque franco-británico como la que ocurrió en el Báltico durante la guerra anterior. De estos monitores, dos fueron ordenados en los patios del Estado, dos fueron encargados a astilleros belgas, y las otras de un constructor privado. Los diez monitores de la clase Bronenosetz se pusieron todos en 1863 y terminado en 1866, pero ninguno en el Mar Negro. 
Un esfuerzo especial se hizo también para la producción de cañones por el mayor Obuchov, que desarrolló un proceso de fundición de armas, el establecimiento de una empresa privada que más tarde se convirtió en una empresa estatal. 



Monitor circular ruso Novgorod


Después de la construcción del Veliki Petr, Rusia abandonó la construcción de "encorazados" durante diez años, y en su lugar, comenzó en 1873 a construir cruceros acorazados como el Almirante General, seguida de la nave hermana Edinburgski Gerzog. Estas dos naves tenían un mayor radio de acción de muchos otros acorazados rusos , y fueron algo único para acorazados en que las baterías de cañones no estaban blindados, aunque sí llevan un cinturón blindado. 
Esto marcó un cambio en la política de construcción naval hacia cruceros acorazados que los rusos fueron los primeros en construir. Es interesante notar que esta política fue perseguido por el Gran Duque Konstantin (a la que el Almirante General fue dedicado) que sintió que había logrado una postura de defensa mínima en el Golfo de Finlandia con el núcleo existente de naves acorazadas. Más tarde se dirigió duras críticas a su férrea política de construcción y crucero por oficiales e incluso por el gran duque Alejandro Alexandrevich, con la suposición de que el dinero debe ser gastado en un crucero de la marina para la realización de un curso de la guerra. Hay que recordar, sin embargo, que nunca los conservadores rusos de la época de plena confianza Konstantin porque era un reformador. 
Tomado por sorpresa cuando comenzó la guerra, la marina rusa tenía 25.076 hombres, al ser más grande que su rival otomano, que tenía 23.000 habitantes, pero su flota fue dispersada por todo el mundo. Más de la mitad, 137 de sus 223 barcos, estaban en el Báltico y los otros, entre el Atlántico y el Pacífico, mientras que la pequeña escuadra del Mediterráneo era incapaz de obligar a forzar los estrechos y así permaneció inactivo. El Petropavlovsk permaneció en el puerto italiano de La Spezia durante toda la guerra. Los únicos otros acorazados rusos estaban disponibles en el Báltico. Los 27 barcos estacionados en el Lejano Oriente fueron el resultado del nuevo enfoque de Rusia para el teatro del Pacífico, donde se consideró necesario para obtener el control de los tres accesos al mar de Japón. La estrella no estaba a favor de este punto de vista estratégico, en un punto convincente sus marineros a abandonar la isla de Tsushima, donde se había colocado una estación naval en la iniciativa Gran Duque Konstantin. 

En resumen la política naval rusa, sufrió la desventaja de tener barcos tan dispersos que no podían apoyarse unos a otros en un corto período de tiempo, pero por otro lado una presencia naval había fortalecido todos los teatros donde el imperio ruso tenía intereses. La estrategia naval rusa fue a retirar la pequeña escuadra del Mediterráneo con el fin de evitar tener que hacer frente a la armada británica, en caso de complicaciones con Gran Bretaña, y la redistribución de los buques en todo el mundo por un posible guerre de course. Es interesante que tanto Gran Bretaña y Rusia realizaron compras de emergencia de los buques de guerra en preparación para una posible guerra. Gran Bretaña compró, entre otros buques, un gran acorazado que se completaba para el Imperio otomano, mientras que Rusia compraría en los almacenes de los Estados Unidos cuatro cruceros "Clipper" impulsados a vapor de estilo como el CSS Alabama para entrar en servicio. 

En el Mar Negro los rusos tenían dos acorazados más, el Novgorod y el Vicealmirante Popov, monitores circulares con un radio de 101 y 120 metros respectivamente, los cuales fueron impulsados ​​por seis impulsodres de cuatro palas, pero ambos fueron fracasos interesantes en la construcción naval, ya que no estaban realmente en condiciones para ser utilizados sólo para defensa de puerto debido a su baja velocidad y su tendencia a girar poco naturalmente en un cruce real. Ellos estaban destinados a la protección de la desembocadura del Dniéper y el estrecho Kertch. Durante los ensayos de uno de ellos fue impulsado desde el río Dniéper hasta el mar, donde comenzó a girar de forma continua. Desafortunadamente para el Almirante General Konstantin, fueron uno de los temas favoritos de crítica de sus adversarios. 

Las defensas costeras se han reforzado no sólo en el Mar Negro, sino también en el área de Kronstadt y Sveaborg, cuyos planteamientos fueron también minados defensivamente ante el estallido de la guerra. Algunos barcos pequeños fueron enviados al teatro de operaciones del Mar Negro en transporte ferroviario, y diecinueve buques mercantes de vapor fueron comprados para las operaciones navales. Los rusos lo tenían 29 buques de guerra impulsados a vapor, pero 20 eran viejos y sólo servían para operaciones costeras. 

Rusia abrió una Escuela de Minas en 1875 y estudió de cerca los resultados de la Guerra Civil Americana con las minas (en ese entonces llamados torpedos). Rusia también estaba equipado con buques para la colocación de minas. 

Los rusos también adoptaron buques más grandes de vapor para el transporte de torpedos lanzados armados. Gran parte del mérito de esto se debe dar al teniente Stepan Makarov Osipovich, por su determinación para prepararse para el empleo de los torpederos. Un escritor naval y protegido del Vice-Almirante Popov, que más tarde fue conocido por su trágico final en la guerra ruso-japonesa. Su propuesta de preparar un vapor para el transporte de lanchas torpederas se prefirió a un capitán teniente NM Baranov, que abogaba por el armamento de vapores mercantes con artillería pesada y el refuerzo de sus cubiertas para contrarrestar los acorazados turcos. Makarov fue puesto al mando del vapor mercante de la armada Gran Duque Konstantin, un barco de 1.480 toneladas equipado con cuatro juegos de pescantes para bajar las lanchas torpederas cerca del objetivo poco antes de la acción y luego izarlas después de la acción. Hasta ese momento los barcos, muy pequeños, que pesan alrededor de 6 toneladas, fueron transportados por el buque de apoyo, ya que tenían la capacidad de navegación marítima pobres. Esto permitió a los equipos para entrar en la batalla y descansados y en mejores condiciones físicas para dar un mejor rendimiento. Makarov también ha desarrollado un sistema para entregar directamente el agua caliente del Gran Duque Konstantin a las calderas de los barcos, lo que permitía que se lanzarán casi listos para la acción. Por último, el buque de apoyo de quemaba carbón de Gales para reducir el humo y las posibilidades de que los turcos los detectaran. Makarov era consciente de que este tipo de acciones se adaptaba bien a los marineros rusos con su gusto por una guerra de guerrillas, su capacidad de improvisación y su iniciativa personal. Los barcos de arrastre torpedos en balsas o mandado a palos, y no al principio hacer uso de "torpedos automóvil". 

Los torpedos de botalón fueron utilizados con éxito en la guerra civil americana y otras marinas aprendieron la lección, introduciendo entre sus naves pequeñas embarcaciones capaces de llevar una carga explosiva contra el lado de un barco enemigo. Desde finales de 1866, Robert Whitehead comenzó a proponer primero a la marina de guerra Austro-Húngaro, y luego de muchos navíos europeos, el uso de sus torpedos. En 1876 se trataba de un arma bastante fiable desarrollaba 18 nudos y alcanzar unas 600 yardas con una carga explosiva de 12 kilos. El arma necesitaba un medio de entrega, lo que sería una pequeña embarcación rápida, especialmente equipada. En 1877 Gran Bretaña encargó el Lightning, su primer barco torpedero, construido por la firma británica Thornycroft, desplazando 27 toneladas y alcanzando 18 nudos. Puesta en marcha del proyecto en 1873, Thornycroft también suministra las armadas noruegas y francesas con barcos similares a partir de 1875. 

Antes de los Whitehead, las torpederos habían sido equipados con botalones (varas largas con un carga explosiva en la punta), como los suministrados por la firma británica Yarrow, a las armadas de Argentina y EE.UU., que desarrollo sólo ocho nudos y medio, o el primero suministrado por Thornycroft a la marina noruega. El primer barco torpedo de botalón noruego , que se considera que es el primer verdadero torpedero, fue una conversión hecha por Thornycroft del Miranda en el Rap. El Rap era un fina embarcación de 15 toneladas y 57 pies de largo que apenas desarrollaba más de 14 nudos y armado con dos torpedos de botalón. Otras marinas de guerra, entre ellos Dinamarca, Suecia, Austria-Hungría y Rusia, ordenaron ejemplares de esta embarcación. 

El armamento de torpedos de botalón consistió en una carga explosiva montados en palos largos, lo que podría poner en contacto con el barco enemigo posiblemente sin ser castigado en el proceso. Otros países, entre ellos Gran Bretaña, Perú y Suecia, hicieron uso de esta arma, desarrolladas por primera vez en la Guerra Civil Americana, y ahora se iban a utilizar en combate de nuevo en la guerra contra los turcos. 

Fin de la primera parte.

Fuente

Ironclads at War. The Origin and Development of the Armored Warship, 1854-1891
Jack Greene 
Alessandro Massignani
COMBINED PUBLISHING 
Pennsylvania

jueves, 27 de junio de 2013

SGM: La captura del HMS Seal

HMS Seal, el submarino británico que capturaron dos hidroaviones nazis 
JESÚS GARCÍA CALEROCALEROJE / MADRID 

Sembraba minas en el paso a Noruega y fue el único sumergible británico rendido a los alemanes en toda la Segunda Guerra Mundial 

ABC 


Los captores comprueban los daños en el submarino tras el combate que acabó en captura 
La historia de la captura del HMS Seal es increíble. No solo fue la única nave sumergible de los británicos rendida a los nazis, sino que su captura no fue la obra de U-boats, destructores o cazasubmarinos, sino que fue realizada, aunque parezca increíble, por solo dos hidroaviones. 



Ya es casualidad de que el HMS Seal hubiera sido fotografiado en este documental de 1940 en su regreso a puerto tras una heroica misión en el Mar del Norte donde escoltaba convoyes. Justo después, comenzó su mala racha. Primero chocando con un carguero, lo que le llevó a puerto para arreglar los desperfectos. Pero ese solo era el principio. 

Su siguiente misión, en la primavera de 1940, sería la última. Le fue encomendado ir al estrecho entre Jutlandia y Suecia, el Categat, en castellano, o Kattegat, en inglés. Allí debía sembrar minas, en una maniobra para la que estaba perfectamente entrenado. Absolutamente inadvertido, navegaba por superficie o se deslizaba por el fondo, en los últimos días de abril en dirección al objetivo: debía desperdigar su mortífera carga junto a la isla de Vinga. 

Primer ataque aéreo 
Antes de empezar aquella misión, sufrió un primer ataque aéreo, poco después de la medianoche del 4 de mayo, un Heinkel He 115 le había detectado y le produjo un daño menor, pero el aeroplano debió abandonar la caza del HMS Seal al ser reclamado por otro objetivo en la zona. Sin embargo, haber sido localizado obligó al HMS Seal a navegar sumergido. Por la mañana se realizó con éxito la colocación de minas que días después hundirían una fragata alemana y varios cargueros. Pero al llegar la tarde de aquel 4 de mayo, la mala suerte se cebó con aquellos hombres. 

Bajo mucha presión por darle caza, se ocultaba sumergido. En plena maniobra entró en una zona de minas y una de ellas le golpeó, causándole un daño severo en la zona de popa. Además, quedó a 100 metros de profundidad con un ángulo de inclinación de 30 grados. No podía emerger, estaba averiado, medio inundado e ingobernable. El aire en su interior se consumía lentamente. 

Llevaban demasiadas horas en inmersión. Poco tiempo después, los marineros y oficiales mostraban signos de hipoxia. El aire en el interior contenía muy poco oxígeno. O lograban emerger o estaban perdidos. Muertos. Alguien tuvo una gran idea, además de rezar por la salvación de la tripulación, cosa que hicieron. 

Se quedan sin oxígeno 
Les costaba un enorme esfuerzo respirar, cada vez más, cada bocanada de aquel aire viciado, que casi podían ver, y que con cada resuello les empujaba lentamente hacia un letargo en el que dormirse podía ser fatal. 

Pasada la medianoche toda la tripulación, siguiendo las instrucciones del teniente Lonsdale, logró escalar hasta la proa, lo cual estabilizó el sumergible lo suficiente para intentar la maniobra que le permitió volver a la superficie. Tuvieron mucha suerte. Y finalmente abrieron las escotillas para renovar el aire. 

Los vómitos y un intenso dolor de cabeza fueron los síntomas generales de que el oxígeno volvía a circular por las venas de los valientes marineros que acababan de burlar la muerte. Después de un rato, trataron de encaminarse a aguas seguras: las de suecia con su submarino averiado. Pero antes del amanecer fueron otra vez detectados por un hidroavión tipo Ar 196, que comenzó a ametrallarlos y golpeó al submarino con un par de cargas. 

Para colmo de males, poco después llegó un segundo hidroavión, también tipo Arado. 

Resistieron hasta donde pudieron, hasta que las ametralladoras dejaron de funcionar. El ataque sufrido causó heridas a buena parte de la tripulación del HMS Seal, tal fue la intensidad de aquella lluvia de fuego. La indefensión era total con el sumergible averiado, bajo fuego intenso. Tuvieron que rendirse. 

Destruir los equipos secretos 
Blandieron un trapo blanco después de destruir todos los documentos confidenciales y los equipos secretos de sonar. Los alemanes exigieron a Lonsdale acudir nadando hasta el hidroavión para rendirse oficialmente. Él y todos pensaban que el submarino estaba a punto de hundirse. 

Pero no fue así. Lo siguiente era un capítulo de este guión nada deseado por los marinos británicos. El HMS Seal no se hundía. Un barco de arrastre se lo llevó hacia aguas enemigas, en este caso danesas. Y de ahí fue remolcado a Kiel para reparaciones en el dique seco. La visión del submarino en el dique seco de los nazis para repararlo minó la moral de la tripulación. 



Ahora es un U-Boat 
Desde entonces, desde aquel otoño de 1940, el submarino de su Majestad británica se convirtió en un submarino nazi. Rebautizado U-B sirvió enormemente a la propaganda, como se ve en el segundo vídeo, más que a las operaciones militares. Sin embargo hubo un detalle que sí valió tantos esfuerzos como los desatados por los alemanes en la captura: las espoletas de los torpedos británicos. Los U-Boat nazis veían fallar mucho sus torpedos debido a un diseño poco efectivo de las espoletas. Gracias a esta captura, su capacidad de ataque se incrementó notablemente, puesto que imitaron el diseño británico, mucho más eficaz.

martes, 25 de junio de 2013

SGM: Un ladrillo volador

Dornier Do 217 J Nachtjäger 


Do 217 J equipado con antenas desplegadas FuG 212 Lichtenstein BC en el papel Nachtagd en Sicilia 1942/43 con Englandblitz Wappen se muestran aquí 

Paul Zorner, el as líder en Nachtjagd en su libro de memorias "Nächte im Bomberstrom" (296 Verlag) tiene algunas palabras bien escogidas para el Dornier Do 217 que voló en el NJG 3 - siendo "ein Klotz" uno de los términos más corteses que emplea (un 'ladrillo'). Como señala su cargado y completamente lleno de combustible 'caza' Do 217 pesaba como un "gran camión pesado" comparado con un Junkers Ju 88 cargado completamente y trepaba a unos absolutos 6 metros/segundo (IIRC) - menos de la mitad de la tasa de trepada del Ju 88. Recuerda a un combate con un Wellington de la RAF durante la cual casi fue derribado. Después de luchar para volver a la base, fue derecho a su Kommandeur para decirle que no volvería a volar la "vaca vieja" en combate de nuevo! Según Gebhard Aders, los cazas de combate nocturno Dornier lograron sus últimos éxitos en los ​​meses de agosto y octubre de 1943 cuando eran - créanlo o no - desplegado en operaciones contra bombarderos diurnos B-17 de la USAAF . Su armamento fijo de 4 x cañones MG151/20 y 4 ametralladoras MG17 x los proveía de una cierta cantidad de poder de fuego en ataques frontales - si pudieran maniobrar para lograrlos, no? ... 




Falke Eins

sábado, 22 de junio de 2013

Argentina: Las legiones italianas en l'Argentina

Las Legiones Italianas en la República Argentina


José Luis Alonso y Juan Manuel Peña.
Publicado en la Revista Superior de Guerra Número 553, Abr-Jun 2004


Las largas luchas que la Nación Argentina enfrentó durante el siglo XIX produjeron acciones humanas que el tiempo ha ido relegando al castigo del olvido o a una escueta citación en los libros de historia.

El 5 de febrero de 1856, trescientos cincuenta y dos soldados italianos bajo el mando del coronel Silvino Olivien, llegaban por vía marítima a la actual ciudad de Bahía Blanca , al sur de Estado de Buenos Aires. En ésa época la ciudad era un pobre caserío que rodeaba a un viejo fuerte llamado" Argentino" que enfrentaba la inmensidad de la pampa y el peligro de los indios.

El entusiasta recibimiento brindado por los escasos pobladores obligó al coronel Olivien a responder con una proclama impresa en donde "rogaba a los habitantes de Bahía Blanca que viesen en los legionarios tan solo a hermanos que querían ayudarlos a continuar la gran obra de la población de aquella rica y extensa parte sur del Estado de Buenos Aires".

¿Quiénes eran estos extranjeros que así se presentaban?. ¿De dónde venían?. ¿Quién era Silvino Olivien?.

El largo sitio de la ciudad de Montevideo, ocurrido entre los años 1843 y 1851, había contado entre sus defensores, con numerosos italianos de ideas liberales y masónicas. Derrotados en la guerra de la Independencia Italiana y de la República Romana, fugitivos influenciados por el libro de Alejandro Dumas "La Nueva Troya", que había descripto el sitio de Montevideo como otra guerra más contra la tiranía y a favor de la libertad, estos italianos eran en su mayoría ligures, piamonteses y saboyanos, que al mando de Giuseppe Garibaldi habían extendido las luchas por sus ideales hasta las orillas del Río de la Plata, constituyendo una Legión.

El tiempo compartido, los peligros corridos y la comunidad de ideales habían creado fuertes vínculos entre estos exiliados europeos y sus compañeros de luchas uruguayos y argentinos. Estos lazos se vieron reforzados por la estrecha amistad que se estableció entre el general Garibaldi y Bartolomé Mitre por entonces militar argentino y posteriormente presidente de su país.

Finalizado el sitio y arribado muchos de ellos a Buenos Aires, será Mitre quien no solo actuará como su mejor amigo sino también como hermano de causas y principios, título que el mismo daba a los mazzianos llamados así por el pensador italiano Giuseppe Mazzini) y a los garibaldinos.

El 9:de diciembre de 1852 enfrentado el gobierno del estado de Buenos Aires a las fuerzas que al mando del General don Hilario Lagos y rebelados contra el mismo, ponen cerco a la ciudad. Las autoridades emiten un decreto autorizando a los extranjeros a tomar las armas con" el exclusivo objeto de mantener el orden público".

Los voluntarios fueron numerosos, originándose así las legiones alemana, española y suiza, destacándose no sólo por el mayor número las de los italianos, sino por ser los únicos que no estuvieron satisfechos con cumplir funciones policiales, sino que solicitaron y obtuvieron por sus antecedentes militares el privilegio de actuar activamente en las trincheras que defendían la ciudad.

La organización de la fuerza estuvo a cargo de dos oficiales italianos presentes en Buenos Aires. Uno era el coronel Silvino Olivien, nacido en los Bruscios en 1820 y ex alumno de la Academia Militar de Nápoles, "la Nunziatella". Era del arma de Ingenieros y por la participación en la guerra por la independencia de su país, había sido expulsado del ejército napolitano y obligado a exilarse.

El mayor Eduardo Clerici era el otro, siendo este de origen milanés, nacido en 1826, y ex alumno de la Academia Militar de Milán, de la cual egresó con el grado de teniente del ejército austriaco. Intervino en el alzamiento de la ciudad contra las fuerzas de ocupación del General Radetsky, y posteriormente con los bersaglien de Luciano Menana luchaba en la defensa de la ciudad de Roma.

La derrota lo llevó también a Él al exilio dirigiéndose primero a Cuba y luego a la Argentina, en busca de su amigo Olivien.

Ambos militares, el primero como comandante y el segundo como mayor reunieron unos trescientos connacionales que vivían y trabajaban en la ciudad de Buenos Aires y los organizaron en un batallón que recibió el nombre de Legión Italiana.

Esta fuerza compartió la suerte de los defensores del Estado de Buenos Aires y lucharon brillantemente haciendo honor a sus antecedentes militares. Su primera baja la sufrieron el 9 de enero de 1853 en la persona del teniente Erba que fue honrado por el gobierno de Buenos Aires autorizando su entierro en la iglesia Catedral de la ciudad.

Durante el transcurso de la lucha la legión italiana se destacó por sus desempeños en los combates de la plaza Lorea, y los desarrollados en el Cementerio Inglés, (entre las calles Pasco y Pichincha), haciéndose merecedores de elogiosas citaciones por el general en jefe del ejército don Manuel Hornos.

El valiente desempeño militar de la Legión Italiana la hizo acreedora de recibir una bandera del Estado de Buenos Aires, el 21 de abril de 1853. Era de colores azul y blanco de 0.64 x 0.86 con las armas del Escudo de la ciudad de Buenos Aires, bordados en plata y oro. Tenía una corbata de seda azul que llevaba en letras de oro el Tema; "Con questa bandiera vincemi" -"Buenos Aires 16 aprile 1853".

La bandera fue acompañada por una tarjeta firmada "unas porteñas", para el jefe legionario, que decía "ofrecemos esta bandera invicta a la Legión Italiana. Esta gloriosa bandera es conservada como una reliquia en el Museo Histórico Nacional de la Ciudad que ayudaron a defender.

No fue por cierto este el único reconocimiento al valor que recibiría el cuerpo italiano, sino que además el 30 de mayo de 1853, por decreto del gobierno del Estado de Buenos Aires, se le otorga para lo sucesivo el nombre de "Legión Valiente" y además se le da el uso de cordones de honor a sus miembros, desde los oficiales a la tropa, según la usanza de la época.

En julio de 1853 finalizada la fratricida lucha, la fuerza italiana es licenciada a pedido del comandante Glivieri, quién devolverá la bandera de la Legión, al gobierno y partirá rumbo a Italia.

En su país, este oficial intervendrá en nuevas actividades revolucionarias siendo apresado y condenado a muerte. Las autoridades del gobierno de Buenos Aires intervendrán exitosamente para obtener la conmutación de fa pena y finalmente Olivien retornará a Buenos Aires el 31 de octubre de 1855, "en calidad de desterrado de por vida de los Estados Pontificios.

El obligado retorno de Silvino Oivieri coincidió con nuevos planes del gobierno para proteger sus fronteras internas del peligro que los ataques indios representaban para las poblaciones del sur de la provincia. Con este objeto planificó la creación de colonias militarizadas que, a cambio de tierras para sus integrantes, actuarían poblando y defendiendo los asentamientos presentes Y futuros.

Bahía Blanca, fundada en 1828 y cuyas características ya han sido señaladas, fue el sitio elegido para experimentar el proyecto.
Legionario italiano

El 18 de noviembre de 1855 se decretó el establecimiento de una colonia agrícola-militar que compuesta por seiscientos hombres sujetas a las ordenanzas del Ejército del gobierno de Buenos Aires se establecieron en un primer momento en Bahia Blanca, pudiendo ser destinadas a cualquier otro punto del sur.

Por sus antecedentes militares y estudios de ingeniería el coronel Silvino Olivien fue designado como jefe de la fuerza, y como segundo jefe lo fue el mayor Clerici. Ciento cincuenta ex combatientes de la Legión Italiana se agruparon junto con sus antiguos oficiales.

Uno de ellos, Juan Bautista Cúneo, que también tenía un pasado militar y de periodista, editó un diario. Este fue el primer diario en idioma italiano editado en la Argentina que recibe el mismo nombre que la fuerza militar creada: "La Legión Agrícola Militar" y del que se editaron trece números.

La "Legión Agrícola Militar" adoptó como uniforme el que usaron los suavos franceses durante la guerra de Crimea. Llevaban como cubre cabeza un kepí a la francesa, pero que a diferencia del azul que llevaba el ejército de Buenos Aires, era de color rojo para recordar el origen garibaldino de sus integrantes.

Dada que esta Legión era la continuación de la antigua llamada Valiente, el gobernador del Estado de Buenos Aires Dr. Pastor Obligado y el Ministro de Guerra y Marina Bartolomé Mitre, entregaron la antigua bandera a la nueva formación italiana el 11 de enero de 1856.

El 5 de febrero de ese año 1856 llega a Bahía Blanca la Legión Agrícola Militar revistando en ella unos trescientos hombres, no todos con antecedentes militares pero que habían sido elegidos por sus conocimientos de las tareas agrícolas. En Buenos Aires queda encargado de la organización de la fuerza restante el capitán Felipe Cavanti, quien habiendo sido condenado, indultado y expulsado por los Estadios Pontificios, había acompañado al comandante Olivien en su retorno a Buenos Aires.

De febrero a julio de 1856 y luego de soportar un brote de fiebre amarilla la Legión explora el territorio y se divide en tres armas: la infantería que tenía seis compañías y la batería de la artillería de campaña que se encontraba al mando del capitán Juan Penna, de origen milanés, nacido en 1830 con una prolongada actuación en las luchas italianas de 1848 y 1849 y que en la Argentina realizaría una dilatada y reconocida carrera militar. Finalmente estaba la caballería, a cargo de un oficial de la Guardia Real, revolucionario y también exilado: el capitán Mariano Barilan, oriundo de Rimini.

El 1 de julio de 1856 se echan los cimientos de la colonia Nueva Roma a 25 kms al Oeste de Bahía Blanca sobre el río Sauce Chico, para cumplir con los objetivos para la cual había sido creada la Legión Agrícola.

Dos hechos destacados acompañaron el desarrollo de la colonia Nueva Roma.
El mayor Clerici debió alejarse por enfermedad y falleció en octubre de 1856, luego de haber establecido cordiales relaciones con el más temido y poderoso de los jefes indígenas, el cacique Calfucurá.

El 28 de septiembre del mismo año el coronel Olivien es asesinado por algunos de sus hombres amotinados por los duros castigos a que eran sometidos. Los sublevados desertaron y su crimen quedará impune.

La llegada del capitán Caronti, meses después serenará los ánimos y asegurará la continuación de la obra emprendida.

El gobierno finalmente nombrará jefe de la Legión Agrícola al teniente coronel Antonio Susini, milanés y marino que había navegado y combatido junto con Garibadli en los ríos de Argentina y había sido fundador de la Legión Italiana, durante el sitio de Montevideo.

En 1853 Susini llegó a Bahía Blanca llevando como 2do. Jefe al mayor Juan Bautista Charlone, de valiente y sacrificada actuación en la Guerra contra el Paraguay que tendría lugar unos años después. y a los capitanes Sagani, Zonza y Valerga junto con cuarenta soldados.

Todos esos oficiales y tropa eran veteranos en las luchas de las legiones Italiana y Valiente. Con el objeto de transformar la Legión Agrícola Militar en un cuerpo del Ejército, el nuevo jefe llevará a cabo una profunda reorganización: la fuerza se llamará en el futuro Legión Militar, dará de baja a los menos aptos y por su conducción recuperará su glorioso prestigio.

Sus acciones contra el indio en las campañas de Salinas Grandes y en la batalla de Pigüe, en febrero de 1859, enfrentando las fuerzas del cacique Calfucurá merecerán los elogios del. General. Wenceslao Paunero que estaba al comando' de la División Bahía Blanca. En mayo de 1859 la Legión acude en defensa de Bahía Blanca atacada por dos mil quinientos indios, a los que vence y de los que rescata parte del botín robado y libera a gran. numero de cautivos. La actuación del teniente coronel Susini será reconocida con su ascenso al grado de coronel .en julio de 1859 por el Estado de Buenos Aires.

El desempeño de la Legión Militar trascendió el plano castrense pues uno de sus oficiales, el capitán Felipe Caronti, tuvo a su cargo el desarrollo de importantes proyectos en la región bahiense: construyó el primer muelle del puerto, las dos primeras escuelas, la primera iglesia, fabricó municiones y reparó armas, levantó planos topográficos y efectuó estudios meteorológicos. Bien se puede decir que Caronti, que no pudo terminar en Italia sus estudios de ingeniería por sus ideales políticos, vio más que logrados sus sueños en el país que lo adoptó.

Luego de cuatro años de lucha contra las tribus del sur, el Superior Gobierno del Estado dispone el regreso de la Legión Militar para combatir al ejército del General Urquiza en una nueva contienda entre la ciudad de Buenos Aires y el resto del país.

Los legionarios lucharán en la batalla de Pavón con la valentía y gallardía que le eran características y donde continuará agigantándose el legendario prestigio y valor del en ese momento coronel Charlone, premiado con su ascenso y una espada de honor.

El desempeño de la Legión Militar llegará a conocimiento de Garibaldi, quién, desde Caprera, el 15 de noviembre de 1861, hará llegar una carta a sus antiguos compañeros. La misma decía: 
"Alía Legione Italiana de Buenos Aires Abete combattuto valerosamente per la libertá della Reppublicá Argentina, che é un popolo caro, honesto e generoso".
"Vi invio una parola de omaggio, cl 'affette di gratitudine, in nome della Italia intera e del vostro vecchio compagno d¨armi G. Garibaldi".
Una emotiva ceremonia tuvo lugar en la ciudad de Rosario, en la Provincia de Santa Fe, que era el nuevo destino de la Legión Militar. En esa ciudad, el 4 de febrero de 1864, recibieron los legionarios una nueva bandera argentina, pues la antigua estaba CaSi totalmente destruida luego de tantas campañas y combates.

A comienzos de 1865 la Legión retorna a Buenos Aires donde completará sus cuadros con oficialidad y tropa argentina, para finalmente fusionarse con el 8vo., Regimiento de Infantería de Línea en abril de ese mismo año. Así encuadrado marchará hacia la guerra contra el Paraguay, iniciada el 25 de mayo de 1865.
En esa fecha, el ejército del Paraguay al mando del Mariscal Francisco Solano López ya en guerra contra el Imperio del Brasil, invadirá sorpresivamente el territorio de la República Argentina dando origen a la llamada Guerra de la Triple Alianza, donde los ejércitos del Brasil, del Uruguay y de la Argentina enfrentaron al paraguayo en la más cruenta de todas las guerras que han tenido lugar en la América del Sur.

Ingentes masas de hombres fueron sacrificadas contra las fortalezas paraguayas defendidos con un valor sobrehumano en medio de densas selvas.
Ambos bandos dieron pruebas de coraje lindantes con la insanía. Baste mencionar que agotados sus hombres en prolongadas batallas, el gobierno, paraguayo llegará a formar batallones de niños y de mujeres, continuando la lucha hasta la destrucción de los últimos 1000 hombres del ejército de Francisco Solano López, pereciendo él mismo junto con ellos.

En esta sangrienta y prolongada guerra, los hombres de la Legión Militar dieron pruebas de su valentía, destacándose en todos los combates en los que intervinieron. Así lucharon en la ciudad de Corrientes y en las batallas de Yatay, Uruguayana y en la cruel carnicería de Curupayti, donde junto a miles dejó su vida el coronel Charlone, tratando infructuosamente de alcanzar las trincheras enemigas en cargas de infantería similares a las que más tarde espantarían al mundo durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial.
La pérdida de Charlone llevó a que el mando de las fuerzas italianas esté cargo del coronel Baldomero Sotelo, oficial argentino, con quien estuvieron presentes en las batallas de Lomas Valentinas y Paso Hondo donde el 21 de octubre de 1869 tomaron a la bayoneta una batería de ocho cañones.

Luego de estas acciones la Legión Militar pasó a formar parte del Ejército de Ocupación, permaneciendo en Asunción, la capital paraguaya, hasta enero de 1871. Durante toda la Guerra de la Triple Alianza la Legión usó su uniforme distintivo, que obviamente fue haciéndose menos completo con la adaptación del mismo a las necesidades y carencias de la campaña. Los restos de la gloriosa Legión retornaron a la ciudad de Corrientes y permanecieron como parte del 1er. Batallón del Regimiento N0. 8 de Infantería.
La Legión Militar no fue la única fuerza de origen italiano creada para servir junto con el Ejército Argentino. Otras dos agrupaciones italianas se agregaron a la antes mencionada.

Legión 1ra. de Voluntarios o Voluntarios de la Libertad: Esta fuerza fue organizada por el comandante ]osé Giribone, nacido en 1823 en la ciudad-de Génova y también emigrado por razones políticas. Arribo a Montevideo en el año 1843, luchando en forma destacada junto a Giuseppe Garibaldi y Francisco Anzani en el sitio de la capital uruguaya.. Con una gran capacidad musical y con su ejemplo de valentía y sacrificio, demostrada en el combate de El Tala, dejó al Ejército Argentino una marcha militar: "La marcha del Tala" .
Cnel. Antonio Sussini

El 10 de agosto de 1861 se lo nombraba comandante de una fuerza que debía organizar y que llevaría el nombre de Voluntarios de la Libertad.
Fue destinada a proteger la ciudad de Rosario, Argentina, pero a los pocos meses fue disuelta para que con sus efectivos se organizara una llamada Legión Extranjera, a la que se sumaron voluntarios de diferentes nacionalidades pero siendo siempre mayoría los italianos.

Esta fuerza se comprometió a servir bajo contrato por el términos de tres años y fue destinada a reforzar el Tercer Regimiento de Infantería de línea que protegía a la población de Azul, en el sur de la Provincia de Buenos Aires, de los ataques de los indios.

Su nombre es modificado por el de Primera Legión de Voluntarios y bajo esta denominación combatió en la Guerra de la Triple Alianza, formando parte del Ejército de Operaciones aliado.
El 17 de febrero de 1868, el comandante Gribone caería víctima de dieciocho heridas, "todas de frente", como refiere el parte militar de ese momento, al enfrentarse a fuerzas superiores. Desaparecía con él la segunda figura heroica de los italianos en esta guerra.

2da. Legión de Voluntarios:
El antes mencionado coronel Antonio Sussini, reorganizador de la Legión Agrícola Militar había delegado el mando de esta fuerza al entonces teniente coronel Charlone, por haber sido designado Jefe de la Escuadra del Gobierno del Estado de Buenos Aires, en el año 1857.
Pero Sussini no podía estar ajeno a la lucha que tenia lugar en el Paraguay por lo que retomo el servicio en tierra y organizó otro cuerpo que recibió el nombre de 2 da. Legión de Voluntarios, con la que marchó con el Ejército de Operaciones haciendo toda la campaña.
Juan Bautista Charlone

Desde el primer momento Antonio Sussini fue designado al mando de una brigada de la que formaba parte su Legión y finalmente ocupó el elevado cargo de Comandante del 1er. Cuerpo del Ejército Argentino.
Al dar fin la guerra contra el Paraguay, restos de las fuerzas italianas intervinieron en algunas acciones de nuevas guerras civiles en la Argentina, para ser luego licenciados luego de sus extensas campañas.
Ya no habría más Legiones italianas en el Ejército Argentino, pero muchos de sus hombres, tanto soldados como oficiales, solicitaron y fueron incorporados al Ejército nacional y llegaron a desempeñar altos e importantes cargos, colaborando en las luchas finales contra el indio y en la organización definitiva. de un ejército al cual habían pertenecido desde siempre por el derecho que da la sangre derramada.

Bibliografía:
* Álbum de la Guerra del Paraguay. Imprenta Jacobo Peuser, Buenos Aires, Argentina, 1893-1894.
* De Marco, Miguel Angel - La Guerra del Paraguay. Editorial Planeta, Buenos Aires, Argentina, 1995
* Granienigo, Gaio Italiano entre Rosas y Mitre. Ediciones. Sediliba, Buenos Aires, Argentina, 1987.
* Comando en Jefe del Ejército - Reseña histórica y orgánica del Ejército Argentino. Ediciones-Círculo Militar, Buenos Aires, Argentina, 1972.
* Best Félix - Historia de las Guerras Argentinas. Torno II. Editorial Peuser, Buenos Aires, Argentina 1960
* Caronti, C. Luis -. Legiones Italianas. Buenos Aires, Argentina, 1907.
* Ferracutti, Enrique - Las expediciones militares en los orígenes de Bahía Blanca. Ediciones Círculo Militar, Buenos Aires, Argentina 1962

* Walther, Juan Carlos, La conquista del Desierto Ediciones Círculo Militar, Buenos Aires, Argentina, 1964.