MAPUCHES
Señor Director:
"He leído el artículo de E. Himitian, «La comunidad mapuche pidió la restitución de tierras». Corresponde aclarar, con respecto a los reclamos del llamado Foro de Pueblos Originarios, que a diferencia de los kollas de Salta y Jujuy (170.000 personas), de los chiriguanos del Bermejo, de los mbyá de Misiones -unos 3000-, de los guaycurú (tobas, mocovíes, pilagá), unos 82.000, de los matacos (wichi, chulupíes y chorotes), también 82.000, y de nuestros tehuelches (unos 2500), los mapuches no son originariamente argentinos.
"La Araucania, en Chile, abarcaba, desde el río Bío Bío al Norte, hasta el Tolten al Sur. Los mapuches, cruzando la cordillera, atacaron y vencieron a nuestros indígenas, tehuelches y pehuenches, araucanizando nuestras pampas, imponiendo su lengua mapa dungu y arrojando a nuestros naturales al sur del río Negro y este de Buenos Aires. Esta invasión comenzó en el siglo XVIII, se concretó tras la guerra a muerte en Chile (1819/1824) y su dominación duró hasta la campaña del general Roca. Cuando Villegas realizó su campaña en Neuquén, los chilenos, que ya habían terminado la Guerra del Pacífico, atacaron la Araucanía (1883), venciendo a los mapuches y tomando posesión de sus tierras.
"Me causa asombro, cuando me entero de los reclamos mapuches, que nuestras autoridades no les aclaren que no son un pueblo originario de nuestra tierra."
La Nación
sábado, 6 de diciembre de 2014
viernes, 5 de diciembre de 2014
SGM: El baseball arruina la Operación Greif
El béisbol resultó el peor enemigo de la «Wehrmacht» en las Ardenas
ALBERTO IGNACIO ARILLA - ABC
Los comandos de Skorzeny que, vestidos con uniformes de Estados Unidos y hablando inglés, debían sembrar el caos tras las líneas enemigas antes de la ofensiva, pudieron ser descubiertos y arrestados por no saber contestar sencillas preguntas sobre el popular deporte norteamericano
Una veintena de los comandos de Skorzeny fueron fusilados bajo la acusación de espionaje por vestir uniforme enemigo. Se les descubrió por no poder contestar unas sencillas preguntas sobre el popular deporte americano del béisbolLa ofensiva desatada en Las Ardenas a mediados de diciembre de 1944 resultó el último intento de Hitler de imponerse a los aliados en el frente occidental. Sus mejores unidades blindadas debían avanzar rápidamente hacia el mar, ocupando Bruselas y Amberes, de manera que al norte de esa línea quedaran embolsados varios ejércitos ingleses y americanos, en una operación hasta cierto punto similar a la desarrollada en 1940 y que supuso la total derrota de franceses, belgas e ingleses.
La Operación Wacht am Rhein (Guardia del Rin) debía ir precedida por la denominada Operación Greif (Grifo), consistente en infiltrar tras las líneas enemigas cerca de un centenar de alemanes camuflados como soldados americanos con el objetivo de causar el mayor caos posible en la zona, dando órdenes o noticias falsas, desviando unidades y alterando todos los indicativos de los cruces de carreteras. Además de los soldados, estas fuerzas disponían de vehículos y carros de combate en su mayoría tomados al enemigo, pero otros de la amplia panoplia de blindados alemanes debidamente camuflados.
Bajo las órdenes de Otto Skorzeny, a quien el Führer en persona había encargado la puesta en marcha de este plan, los escogidos entre los militares alemanes por su mejor conocimiento del inglés se prepararon concienzudamente a lo largo de cerca de dos meses para representar lo mejor posible su papel. Y su inicial actuación fue un éxito, hasta el punto de que los mandos militares norteamericanos pronto advirtieron que semejante caos en sus líneas del frente no podía ser casual, cayendo pronto en la cuenta de lo que estaba sucediendo… Y rápidamente utilizaron un pequeño truco para descubrir a los infiltrados: hacer preguntas sobre el béisbol y los últimos resultados de la liga de ese deporte a cualquier soldado o grupo de soldados que no pudiera ser reconocido por un oficial superior y de confianza.
Desde ese momento, la Operación Greif resultó un fracaso. Al menos una veintena de los comandos de Skorzeny fuero descubiertos, arrestados, juzgados por espionaje (por llevar uniforme enemigo) y fusilados. El resto huyó hacia las líneas alemanas, mientras los americanos restablecían un mínimo orden entre sus unidades. Las divisiones panzer que entraron en acción después de los infiltrados de Skorzeny tuvieron un éxito inicial, pero menos de una decena de días más tarde, sin haber alcanzado ni tan siquiera las riberas del Mosa, la ofensiva se detuvo.
ALBERTO IGNACIO ARILLA - ABC
Los comandos de Skorzeny que, vestidos con uniformes de Estados Unidos y hablando inglés, debían sembrar el caos tras las líneas enemigas antes de la ofensiva, pudieron ser descubiertos y arrestados por no saber contestar sencillas preguntas sobre el popular deporte norteamericano
Una veintena de los comandos de Skorzeny fueron fusilados bajo la acusación de espionaje por vestir uniforme enemigo. Se les descubrió por no poder contestar unas sencillas preguntas sobre el popular deporte americano del béisbolLa ofensiva desatada en Las Ardenas a mediados de diciembre de 1944 resultó el último intento de Hitler de imponerse a los aliados en el frente occidental. Sus mejores unidades blindadas debían avanzar rápidamente hacia el mar, ocupando Bruselas y Amberes, de manera que al norte de esa línea quedaran embolsados varios ejércitos ingleses y americanos, en una operación hasta cierto punto similar a la desarrollada en 1940 y que supuso la total derrota de franceses, belgas e ingleses.
La Operación Wacht am Rhein (Guardia del Rin) debía ir precedida por la denominada Operación Greif (Grifo), consistente en infiltrar tras las líneas enemigas cerca de un centenar de alemanes camuflados como soldados americanos con el objetivo de causar el mayor caos posible en la zona, dando órdenes o noticias falsas, desviando unidades y alterando todos los indicativos de los cruces de carreteras. Además de los soldados, estas fuerzas disponían de vehículos y carros de combate en su mayoría tomados al enemigo, pero otros de la amplia panoplia de blindados alemanes debidamente camuflados.
Bajo las órdenes de Otto Skorzeny, a quien el Führer en persona había encargado la puesta en marcha de este plan, los escogidos entre los militares alemanes por su mejor conocimiento del inglés se prepararon concienzudamente a lo largo de cerca de dos meses para representar lo mejor posible su papel. Y su inicial actuación fue un éxito, hasta el punto de que los mandos militares norteamericanos pronto advirtieron que semejante caos en sus líneas del frente no podía ser casual, cayendo pronto en la cuenta de lo que estaba sucediendo… Y rápidamente utilizaron un pequeño truco para descubrir a los infiltrados: hacer preguntas sobre el béisbol y los últimos resultados de la liga de ese deporte a cualquier soldado o grupo de soldados que no pudiera ser reconocido por un oficial superior y de confianza.
Desde ese momento, la Operación Greif resultó un fracaso. Al menos una veintena de los comandos de Skorzeny fuero descubiertos, arrestados, juzgados por espionaje (por llevar uniforme enemigo) y fusilados. El resto huyó hacia las líneas alemanas, mientras los americanos restablecían un mínimo orden entre sus unidades. Las divisiones panzer que entraron en acción después de los infiltrados de Skorzeny tuvieron un éxito inicial, pero menos de una decena de días más tarde, sin haber alcanzado ni tan siquiera las riberas del Mosa, la ofensiva se detuvo.
jueves, 4 de diciembre de 2014
SGM: La derecha japonesa quiere hacer olvidar a las mujeres de confort
Reescribiendo la guerra, la derecha japonesa ataca un periódico
Por MARTIN FACKLERDEC - The New York Times
Takashi Uemura, ex periodista, está siendo atacado por sus reportajes sobre "mujeres de confort". Crédito Ko Sasaki para The New York Times
SAPPORO, Japón - Takashi Uemura tenía 33 años cuando escribió el artículo que haría su carrera. A continuación, un periodista de investigación de The Asahi Shimbun, el segundo periódico más grande de Japón, examinó si el Ejército Imperial había obligado a las mujeres a trabajar en burdeles militares durante la Segunda Guerra Mundial. Su informe, bajo el título "Recordar todavía trae lágrimas", fue uno de los primeros en contar la historia de un ex "mujer de confort" de Corea.
Avanzando rápido un cuarto de siglo, y lo que el artículo ha hecho al Sr. Uemura, ahora de 56, y retirado del periodismo, un objetivo de la derecha político de Japón. Los tabloides tildarlo de traidor por difundir "mentiras coreanas" que, según ellos eran parte de una campaña de desprestigio dirigida a ajustar cuentas con el Japón. Las amenazas de violencia, el Sr. Uemura dice, le han costado un trabajo de enseñanza universitaria y pronto podría robarle un segundo. Los ultranacionalistas han llegado incluso a estar detrás de sus hijos, con la publicación de mensajes de Internet instando a la gente a llevar a su hija adolescente a un suicidio.
Las amenazas son parte de un amplio asalto vitriólica por parte de los medios de comunicación y políticos de derecha aquí en el Asahi, que ha sido durante mucho tiempo el periódico que los conservadores japoneses les encanta odiar. La batalla es también la más reciente andanada en una disputa de larga discusión acalorada sobre la culpabilidad del Japón por su comportamiento durante la guerra que ha estallado bajo el gobierno de derecha del primer ministro, Shinzo Abe.
Esta última campaña, sin embargo, ha ido más allá de todo Japón de la posguerra ha visto antes, con los políticos nacionalistas, incluido el Sr. Abe mismo (primer ministro japonés), desatando un torrente de insultos que ha intimidado a uno de los últimos bastiones de influencia política progresiva en Japón. También ha envalentonado a los revisionistas que piden un replanteamiento de la disculpa del gobierno de 1.993 para la coacción durante la guerra de las mujeres a ejercer la prostitución.
"Están utilizando la intimidación como una forma de negar la historia", dijo el Sr. Uemura, quien habló con una urgencia rogando y llegó a una entrevista en esta ciudad norteña con pilas de papeles para defenderse. "Nos quieren intimidar en silencio."
"La guerra contra el Asahi," como comentaristas han llamado, comenzó en agosto, cuando el periódico hizo una reverencia a la crítica pública y se retractó de al menos una docena de artículos publicados en la década de 1980 y principios de los 90. Esos artículos citaron un ex soldado, Seiji Yoshida, quien afirmó haber ayudado a las mujeres coreanas para secuestrar a los burdeles militares. Sr. Yoshida fue desacreditado hace dos décadas, pero la derecha japonesa se abalanzó sobre el gesto del Asahi y llamó a un boicot para conducir los 135 años de edad, el diario de negocios.
En declaraciones a un comité parlamentario en octubre, el Sr. Abe dijo "Información errónea del Asahi ha hecho que muchas personas heridas, la tristeza, el dolor y la ira. Se hirió a la imagen de Japón ".
Con las elecciones de este mes, los analistas dicen que los conservadores están tratando de entorpecer el principal periódico de izquierda, de centro de la nación. El Asahi ha apoyado durante mucho tiempo una mayor expiación por el militarismo de guerra de Japón y se ha opuesto el Sr. Abe en otros temas. Pero se encuentra aislado cada vez más como la oposición liberal de la nación sigue en desorden después de una aplastante derrota en las urnas hace dos años.
Sr. Abe y sus aliados políticos también se han aprovechado de los problemas del Asahi como una oportunidad largamente esperada para ir tras el partido más grande: la vista ahora internacionalmente aceptado que los militares japoneses coaccionado a decenas de miles de coreanos y otras mujeres extranjeras a la esclavitud sexual durante la guerra.
La mayoría de los principales historiadores están de acuerdo en que el Ejército Imperial trató a las mujeres en los territorios conquistados como botín de la batalla, el redondeo de ellos para trabajar en un sistema de burdeles militares ejecutar conocidos como centros de solaz que se extendían desde China hasta el Pacífico Sur. Muchos fueron engañados con ofertas de empleo en las fábricas y los hospitales y luego forzadas a mantener relaciones sexuales a los soldados imperiales en los centros de solaz. En el sudeste de Asia, existe evidencia de que los soldados japoneses simplemente secuestraron a las mujeres a trabajar en los burdeles.
Entre las mujeres que hayan dado a conocer a decir que fueron forzadas a tener relaciones sexuales con los soldados son chinos, coreanos y filipinos, así como las mujeres holandeses capturados en Indonesia, entonces una colonia holandesa.
Hay poca evidencia de que los militares japoneses secuestrados o participó directamente en atrapar las mujeres en Corea, que había sido una colonia japonesa desde hace décadas, cuando comenzó la guerra, aunque las mujeres y los activistas que los apoyan dicen que las mujeres a menudo eran engañados y obligados a trabajar en contra de su voluntad.
Los revisionistas, sin embargo, se han aprovechado de la falta de evidencia de secuestros negar que algunas mujeres estaban cautivos en la esclavitud sexual y para argumentar que las mujeres de solaz eran simplemente campamento siguiente prostitutas a hacer buen dinero.
Para los estudiosos del tema mujeres de solaz, la sorpresa no fue la conclusión del Asahi que el señor Yoshida había mentido - el periódico reconoció en 1997 que no podía verificar su cuenta - pero que esperó tanto tiempo para emitir una retractación formal. Los empleados de The Asahi dijo que finalmente actuó porque los miembros del gobierno de Abe habían estado utilizando los artículos de criticar a sus reporteros, y esperaba a despuntar los ataques mediante el establecimiento de las cosas en claro.
En cambio, el movimiento provocó una tormenta de denuncias y se entregó a los revisionistas una nueva apertura para promover su versión de la historia. Ellos también están presionando a un reclamo que ha dejado a los expertos extranjeros rascándose la cabeza con incredulidad: que solo El Asahi es el culpable de convencer al mundo de que las mujeres de solaz eran víctimas de coerción.
Aunque decenas de mujeres se han presentado con el testimonio de sus pruebas, el derecho japonés sostiene que fue la presentación de informes del Asahi que dio lugar a la condena internacional de Japón, incluyendo una resolución de 2007 por los Estados Unidos Cámara de Representantes llamado en Japón a disculparse por "uno de los mayores casos de trata de personas en el siglo 20 ".
Para los conservadores, humillándose El Asahi es también una manera de avanzar en su agenda desde hace mucho tiempo de borrar representaciones de Japón imperial que consideran demasiado negativo y, finalmente, volcar la disculpa 1993 para consolar a las mujeres, según los analistas. Muchos en la derecha han argumentado que el comportamiento de Japón no era peor que la de otros combatientes de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el bombardeo de civiles japoneses de los Estados Unidos.
Seguir leyendo storyContinue principal leyendo la storyContinue principal leyendo la historia principal
"La admisión del Asahi es una oportunidad para que la derecha revisionista que decir: 'Ver! Les dijimos que sí! '", Dijo Koichi Nakano, un politólogo de la Universidad de Sophia en Tokio. "Abe ve esto como su oportunidad de ir después de un problema histórico que él cree que ha herido el honor nacional de Japón."
El competidor conservador del Asahi, The Yomiuri Shimbun, el periódico de mayor circulación en el mundo, ha capitalizado en los problemas de su rival mediante la distribución de folletos que resaltan los errores del Asahi en la información sobre las mujeres de consuelo. Desde agosto, la circulación diaria del Asahi se ha reducido en 230.797 para llegar a cerca de siete millones de lectores, según la Oficina de Auditoría de Circulaciones de Japón.
Los tabloides de derecha han ido más lejos, señalando el Sr. Uemura como un "fabricante de mujeres de confort" a pesar de que su artículo no se encontraba entre los que El Asahi retiró.
El Sr. Uemura dijo The Asahi había sido demasiado miedo para defenderlo, o incluso a sí mismo. En septiembre, los altos ejecutivos del periódico se disculpó por la televisión y dispararon el editor en jefe.
"Abe está utilizando problemas del Asahi para intimidar a otros medios de comunicación a la autocensura", dijo Jiro Yamaguchi, un politólogo que ayudó a organizar una petición para apoyar al Sr. Uemura. "Esta es una nueva forma de macartismo".
Gakuen University Hokusei, una pequeña universidad cristiana donde el Sr. Uemura conferencias sobre la cultura y la historia local, dijo que estaba revisando su contrato debido a amenazas de bomba por los ultranacionalistas. En una tarde reciente, algunos de los partidarios del Sr. Uemura se reunieron para escuchar un sermón de advertencia en contra de repetir los errores de los años oscuros antes de la guerra, cuando la nación pisoteada disidencia.
El Sr. Uemura no asistió, explicando que él ahora era reacio a aparecer en público. "Este es el camino de la derecha de amenazar a otros periodistas en el silencio", dijo. "Ellos no quieren sufrir la misma suerte que tengo."
Por MARTIN FACKLERDEC - The New York Times
Takashi Uemura, ex periodista, está siendo atacado por sus reportajes sobre "mujeres de confort". Crédito Ko Sasaki para The New York Times
SAPPORO, Japón - Takashi Uemura tenía 33 años cuando escribió el artículo que haría su carrera. A continuación, un periodista de investigación de The Asahi Shimbun, el segundo periódico más grande de Japón, examinó si el Ejército Imperial había obligado a las mujeres a trabajar en burdeles militares durante la Segunda Guerra Mundial. Su informe, bajo el título "Recordar todavía trae lágrimas", fue uno de los primeros en contar la historia de un ex "mujer de confort" de Corea.
Avanzando rápido un cuarto de siglo, y lo que el artículo ha hecho al Sr. Uemura, ahora de 56, y retirado del periodismo, un objetivo de la derecha político de Japón. Los tabloides tildarlo de traidor por difundir "mentiras coreanas" que, según ellos eran parte de una campaña de desprestigio dirigida a ajustar cuentas con el Japón. Las amenazas de violencia, el Sr. Uemura dice, le han costado un trabajo de enseñanza universitaria y pronto podría robarle un segundo. Los ultranacionalistas han llegado incluso a estar detrás de sus hijos, con la publicación de mensajes de Internet instando a la gente a llevar a su hija adolescente a un suicidio.
Las amenazas son parte de un amplio asalto vitriólica por parte de los medios de comunicación y políticos de derecha aquí en el Asahi, que ha sido durante mucho tiempo el periódico que los conservadores japoneses les encanta odiar. La batalla es también la más reciente andanada en una disputa de larga discusión acalorada sobre la culpabilidad del Japón por su comportamiento durante la guerra que ha estallado bajo el gobierno de derecha del primer ministro, Shinzo Abe.
Esta última campaña, sin embargo, ha ido más allá de todo Japón de la posguerra ha visto antes, con los políticos nacionalistas, incluido el Sr. Abe mismo (primer ministro japonés), desatando un torrente de insultos que ha intimidado a uno de los últimos bastiones de influencia política progresiva en Japón. También ha envalentonado a los revisionistas que piden un replanteamiento de la disculpa del gobierno de 1.993 para la coacción durante la guerra de las mujeres a ejercer la prostitución.
"Están utilizando la intimidación como una forma de negar la historia", dijo el Sr. Uemura, quien habló con una urgencia rogando y llegó a una entrevista en esta ciudad norteña con pilas de papeles para defenderse. "Nos quieren intimidar en silencio."
"La guerra contra el Asahi," como comentaristas han llamado, comenzó en agosto, cuando el periódico hizo una reverencia a la crítica pública y se retractó de al menos una docena de artículos publicados en la década de 1980 y principios de los 90. Esos artículos citaron un ex soldado, Seiji Yoshida, quien afirmó haber ayudado a las mujeres coreanas para secuestrar a los burdeles militares. Sr. Yoshida fue desacreditado hace dos décadas, pero la derecha japonesa se abalanzó sobre el gesto del Asahi y llamó a un boicot para conducir los 135 años de edad, el diario de negocios.
En declaraciones a un comité parlamentario en octubre, el Sr. Abe dijo "Información errónea del Asahi ha hecho que muchas personas heridas, la tristeza, el dolor y la ira. Se hirió a la imagen de Japón ".
Con las elecciones de este mes, los analistas dicen que los conservadores están tratando de entorpecer el principal periódico de izquierda, de centro de la nación. El Asahi ha apoyado durante mucho tiempo una mayor expiación por el militarismo de guerra de Japón y se ha opuesto el Sr. Abe en otros temas. Pero se encuentra aislado cada vez más como la oposición liberal de la nación sigue en desorden después de una aplastante derrota en las urnas hace dos años.
Sr. Abe y sus aliados políticos también se han aprovechado de los problemas del Asahi como una oportunidad largamente esperada para ir tras el partido más grande: la vista ahora internacionalmente aceptado que los militares japoneses coaccionado a decenas de miles de coreanos y otras mujeres extranjeras a la esclavitud sexual durante la guerra.
La mayoría de los principales historiadores están de acuerdo en que el Ejército Imperial trató a las mujeres en los territorios conquistados como botín de la batalla, el redondeo de ellos para trabajar en un sistema de burdeles militares ejecutar conocidos como centros de solaz que se extendían desde China hasta el Pacífico Sur. Muchos fueron engañados con ofertas de empleo en las fábricas y los hospitales y luego forzadas a mantener relaciones sexuales a los soldados imperiales en los centros de solaz. En el sudeste de Asia, existe evidencia de que los soldados japoneses simplemente secuestraron a las mujeres a trabajar en los burdeles.
Entre las mujeres que hayan dado a conocer a decir que fueron forzadas a tener relaciones sexuales con los soldados son chinos, coreanos y filipinos, así como las mujeres holandeses capturados en Indonesia, entonces una colonia holandesa.
Hay poca evidencia de que los militares japoneses secuestrados o participó directamente en atrapar las mujeres en Corea, que había sido una colonia japonesa desde hace décadas, cuando comenzó la guerra, aunque las mujeres y los activistas que los apoyan dicen que las mujeres a menudo eran engañados y obligados a trabajar en contra de su voluntad.
Los revisionistas, sin embargo, se han aprovechado de la falta de evidencia de secuestros negar que algunas mujeres estaban cautivos en la esclavitud sexual y para argumentar que las mujeres de solaz eran simplemente campamento siguiente prostitutas a hacer buen dinero.
Para los estudiosos del tema mujeres de solaz, la sorpresa no fue la conclusión del Asahi que el señor Yoshida había mentido - el periódico reconoció en 1997 que no podía verificar su cuenta - pero que esperó tanto tiempo para emitir una retractación formal. Los empleados de The Asahi dijo que finalmente actuó porque los miembros del gobierno de Abe habían estado utilizando los artículos de criticar a sus reporteros, y esperaba a despuntar los ataques mediante el establecimiento de las cosas en claro.
En cambio, el movimiento provocó una tormenta de denuncias y se entregó a los revisionistas una nueva apertura para promover su versión de la historia. Ellos también están presionando a un reclamo que ha dejado a los expertos extranjeros rascándose la cabeza con incredulidad: que solo El Asahi es el culpable de convencer al mundo de que las mujeres de solaz eran víctimas de coerción.
Aunque decenas de mujeres se han presentado con el testimonio de sus pruebas, el derecho japonés sostiene que fue la presentación de informes del Asahi que dio lugar a la condena internacional de Japón, incluyendo una resolución de 2007 por los Estados Unidos Cámara de Representantes llamado en Japón a disculparse por "uno de los mayores casos de trata de personas en el siglo 20 ".
Para los conservadores, humillándose El Asahi es también una manera de avanzar en su agenda desde hace mucho tiempo de borrar representaciones de Japón imperial que consideran demasiado negativo y, finalmente, volcar la disculpa 1993 para consolar a las mujeres, según los analistas. Muchos en la derecha han argumentado que el comportamiento de Japón no era peor que la de otros combatientes de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo el bombardeo de civiles japoneses de los Estados Unidos.
Seguir leyendo storyContinue principal leyendo la storyContinue principal leyendo la historia principal
"La admisión del Asahi es una oportunidad para que la derecha revisionista que decir: 'Ver! Les dijimos que sí! '", Dijo Koichi Nakano, un politólogo de la Universidad de Sophia en Tokio. "Abe ve esto como su oportunidad de ir después de un problema histórico que él cree que ha herido el honor nacional de Japón."
El competidor conservador del Asahi, The Yomiuri Shimbun, el periódico de mayor circulación en el mundo, ha capitalizado en los problemas de su rival mediante la distribución de folletos que resaltan los errores del Asahi en la información sobre las mujeres de consuelo. Desde agosto, la circulación diaria del Asahi se ha reducido en 230.797 para llegar a cerca de siete millones de lectores, según la Oficina de Auditoría de Circulaciones de Japón.
Los tabloides de derecha han ido más lejos, señalando el Sr. Uemura como un "fabricante de mujeres de confort" a pesar de que su artículo no se encontraba entre los que El Asahi retiró.
El Sr. Uemura dijo The Asahi había sido demasiado miedo para defenderlo, o incluso a sí mismo. En septiembre, los altos ejecutivos del periódico se disculpó por la televisión y dispararon el editor en jefe.
"Abe está utilizando problemas del Asahi para intimidar a otros medios de comunicación a la autocensura", dijo Jiro Yamaguchi, un politólogo que ayudó a organizar una petición para apoyar al Sr. Uemura. "Esta es una nueva forma de macartismo".
Gakuen University Hokusei, una pequeña universidad cristiana donde el Sr. Uemura conferencias sobre la cultura y la historia local, dijo que estaba revisando su contrato debido a amenazas de bomba por los ultranacionalistas. En una tarde reciente, algunos de los partidarios del Sr. Uemura se reunieron para escuchar un sermón de advertencia en contra de repetir los errores de los años oscuros antes de la guerra, cuando la nación pisoteada disidencia.
El Sr. Uemura no asistió, explicando que él ahora era reacio a aparecer en público. "Este es el camino de la derecha de amenazar a otros periodistas en el silencio", dijo. "Ellos no quieren sufrir la misma suerte que tengo."
miércoles, 3 de diciembre de 2014
El Gral Prado, 47 años después del matar al cubano Guevara
El hombre que mató al Che, 47 años después
El final de Ernesto Guevara. Un soldado del ejército boliviano recibió la orden de ejecutarlo. Y dejó todo contado por escrito. Día atrás, un diario español dio con él en Santa Cruz de la Sierra.
El diario español El Mundo publicó este domingo una entrevista con el hombre que supuestamente mató al Che Guevara el 9 de octubre de 1967 en la localidad de La Higuera, en el sudoeste de Bolivia.
Dos periodistas de ese diario viajaron hasta Santa Cruz de la Sierra para hablar con Mario Terán Salazar, al que identifican con el soldado que disparó contra Guevara, capturado el día anterior por el Ejército de Bolivia cuando intentaba llevar la revolución a este país.
Los periodistas no consiguen de Terán Salazar una confesión de que fue él quien dio muerte al Che, pero han conseguido de su entonces superior jerárquico, el hoy general Gary Prado, el reconocimiento de cómo habían transcurrido los hechos, que el propio Terán contó por escrito.
Según ese relato, tras la captura de Guevara los militares recibieron la orden gubernamental de ejecutarlo y varios soldados se ofrecieron voluntarios para hacerlo.
El coronel Joaquín Zenteno designó a Terán, quien se dirigió a la escuela de La Higuera en la que estaba retenido el Che.
Al entrar en la sala Guevara se percató de las intenciones del suboficial Terán y le dijo: "Usted viene a matarme (...) Póngase sereno, usted va a matar a un hombre".
Según la confesión por escrito que hizo a sus superiores, Terán se sintió cohibido por la presencia del guerrillero y tuvo un mareo.
Exhibición. Luego de matarlo, lo llevaron a Valle Grande y lo mostraron en una conferencia de prensa.
"Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che cayó al suelo con las piernas destrozadas, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en un hombro y en el corazón...", dice. El diario pública una foto del suboficial Terán en 1967 y ahora, cuando tiene 72 años.
El general Gary Prado lo reconoce en las fotos y afirma que todavía se ven esporádicamente en Santa Cruz de la Sierra.
Prado asegura que siempre recomendó al suboficial que no confesara públicamente su papel protagonista en la muerte de Guevara, para evitar posibles venganzas de sus seguidores.
En la charla de poco más de veinte minutos con Terán, en su casa de Santa Cruz, el antiguo suboficial juega con la confusión y afirma que hubo tres militares con su mismo apellido en el Ejército boliviano.
Por eso apunta que "seguramente" ha sido confundido durante toda su vida con quien mató al Che.
Afirma que su compañía estaba alejada de La Higuera en los días de la captura y muerte del líder guerrillero, de quien no tiene buena opinión.
"Para mí ha sido un invasor. Tenía ideas que con su guerrilla quería inculcar en la gente boliviana... ¡Cómo lo idolatran ahora!... ¡Tanta gente ha caído", asegura el ex militar, hoy jubilado.
Clarín
El final de Ernesto Guevara. Un soldado del ejército boliviano recibió la orden de ejecutarlo. Y dejó todo contado por escrito. Día atrás, un diario español dio con él en Santa Cruz de la Sierra.
El diario español El Mundo publicó este domingo una entrevista con el hombre que supuestamente mató al Che Guevara el 9 de octubre de 1967 en la localidad de La Higuera, en el sudoeste de Bolivia.
Dos periodistas de ese diario viajaron hasta Santa Cruz de la Sierra para hablar con Mario Terán Salazar, al que identifican con el soldado que disparó contra Guevara, capturado el día anterior por el Ejército de Bolivia cuando intentaba llevar la revolución a este país.
Los periodistas no consiguen de Terán Salazar una confesión de que fue él quien dio muerte al Che, pero han conseguido de su entonces superior jerárquico, el hoy general Gary Prado, el reconocimiento de cómo habían transcurrido los hechos, que el propio Terán contó por escrito.
Según ese relato, tras la captura de Guevara los militares recibieron la orden gubernamental de ejecutarlo y varios soldados se ofrecieron voluntarios para hacerlo.
El coronel Joaquín Zenteno designó a Terán, quien se dirigió a la escuela de La Higuera en la que estaba retenido el Che.
Al entrar en la sala Guevara se percató de las intenciones del suboficial Terán y le dijo: "Usted viene a matarme (...) Póngase sereno, usted va a matar a un hombre".
Según la confesión por escrito que hizo a sus superiores, Terán se sintió cohibido por la presencia del guerrillero y tuvo un mareo.
Exhibición. Luego de matarlo, lo llevaron a Valle Grande y lo mostraron en una conferencia de prensa.
"Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che cayó al suelo con las piernas destrozadas, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en un hombro y en el corazón...", dice. El diario pública una foto del suboficial Terán en 1967 y ahora, cuando tiene 72 años.
El general Gary Prado lo reconoce en las fotos y afirma que todavía se ven esporádicamente en Santa Cruz de la Sierra.
Prado asegura que siempre recomendó al suboficial que no confesara públicamente su papel protagonista en la muerte de Guevara, para evitar posibles venganzas de sus seguidores.
En la charla de poco más de veinte minutos con Terán, en su casa de Santa Cruz, el antiguo suboficial juega con la confusión y afirma que hubo tres militares con su mismo apellido en el Ejército boliviano.
Por eso apunta que "seguramente" ha sido confundido durante toda su vida con quien mató al Che.
Afirma que su compañía estaba alejada de La Higuera en los días de la captura y muerte del líder guerrillero, de quien no tiene buena opinión.
"Para mí ha sido un invasor. Tenía ideas que con su guerrilla quería inculcar en la gente boliviana... ¡Cómo lo idolatran ahora!... ¡Tanta gente ha caído", asegura el ex militar, hoy jubilado.
Clarín
martes, 2 de diciembre de 2014
Eufrasio Videla, el último granadero
Los últimos soldados
Por Luciana Sabina @Kalipolis en Twitter
Detrás de cada guerra hay historias, historias de sufrimiento, superación dentro del caos, valentía y miseria humana. Hoy vamos a ponerle nombre y rostro a algunas de ellas, hablando de los últimos soldados de distintas conflagraciones.
El último veterano francés documentado de la Primera Guerra Mundial fue Lazare Ponticelli, aunque en realidad nació en Italia el 7 de diciembre de 1897 y a los nueve años se instaló en Francia, país del que adoptó la ciudadanía.
Lazare mintió sobre su edad para poder participar en la Gran Guerra, tengamos en cuenta que esta fue un enfrentamiento que entusiasmó a las masas y en la que la opinión pública de entonces veía la solución a todos sus problemas de Europa. Tras esta experiencia, él y sus hermanos fundaron una compañía metalúrgica y de tuberías llamada "Hermanos Ponticelli", que tuvo un gran impulso gracias a la demanda generada por la Segunda Guerra Mundial y que aún existe.
Todos los 11 de noviembre, Ponticelli, asistía al homenaje celebrado en honor a sus compañeros caídos en combate. Explicó que durante la guerra, un soldadito que perdió la vida en la misma les pidió que si moría pensaran en él y fue justamente lo que hizo hasta su fallecimiento a los 110 años. En ese momento Nicolás Sarkozy emitió un comunicado informando a los franceses de esta perdida y lamentándola profundamente.
Pero el último combatiente de la Gran Guerra en morir no fue el italiano, se trató del británico Harry Patch de 111 años, fallecido en julio de 2009. Patch se desempeñó como ametralladorista en la Infantería Ligera del Duque de Cornualles y sufrió una terrible herida durante cierta batalla, de la que tardó mucho en recuperarse.
Existen numerosos videos de entrevistas a Patch, aunque accedió a hablar sobre la guerra recién tras cumplir los 100 años. Sin duda en la mirada centenaria de Patch se materializaba un gran abatimiento, muestra del infierno del que escapó y que jamás lo dejó del todo libre. Podemos adivinar que aún noventa años después, sus ojos seguían viendo el horror de las trincheras.
En cuanto a Argentina, ¿existe registro de algún último soldado? Sí. En la Revista "Caras y Caretas" de mayo 1910 se realizó un reportaje a quien sería el último soldado de San Martín. Un mendocino llamado Eufrasio Videla que, a juzgar por el entrevistador, tendría por entonces entre 110 y 115 años. En el texto se lo describe como un anciano "… alto, flaco, nudoso, erguido, casi tan erguido como los álamos que cortan las perspectivas en los alrededores de Mendoza…" a quien el gobierno de Mendoza pasaba una pequeña pensión, "… que le alcanza para cubrir sus modestos gastos…".
Lo demás se lo otorga la caridad de las personas que le daban asilo. En el momento del encuentro con el periodista Eufrasio vivía en casa del ingeniero Fossati en la calle San Martín 1778. Para finalizar dejamos parte del reportaje que se encuentra en el Nro Nº 607 de la citada revista:
"…Dijéronme que fue soldado de San Martín, pero no estuvo en el Plumerillo, ni se acuerda del general (…)
-¿Pero, se acuerda de Maipú?
- Sí que me acuerdo. Fue allí, pues, la última batalla, donde se rindieron.
-¿Y cómo empezó la cosa?
-Unos cuantos días antes yo había llegado con los que salimos de San Juan. Después fueron viniendo otros grupos de prisioneros y así se fue formando el ejército. (pudiera el relato muy bien referirse a la llegada de dispersos de Cancha Rayada). Nosotros estábamos de la parte de aquí -prosigue Don Eufrasio-, y al hacerlo sale al descanso de la escalera, poniendo cara a Los Andes, -y como en la parte de allí enfrente, en un cerrito blanco, estaban los godos.
-Flojanazos, ¿verdad?
-Hum… ¡Fieros habían sido! Peleamos y peleamos y no aflojaban… Después no quisieron pelear más cuando vieron que nosotros tampoco aflojábamos. Entonces corrimos atrás pa' que se rindieran.
-¿Y se rindieron?
-¿Y cómo no? Si ya no tenían más ganas de pelear.
-¿Y se entregaban?
-Muchos se entregaban, otros querían escapar. Pero nosotros los alcanzábamos.
-¿Y no decían nada, los españoles?
-¿Quiénes, los godos? Sí, decían: "¡No mate, corcho, no mate!", cuando los alcanzábamos…"
Los Andes
Por Luciana Sabina @Kalipolis en Twitter
Detrás de cada guerra hay historias, historias de sufrimiento, superación dentro del caos, valentía y miseria humana. Hoy vamos a ponerle nombre y rostro a algunas de ellas, hablando de los últimos soldados de distintas conflagraciones.
El último veterano francés documentado de la Primera Guerra Mundial fue Lazare Ponticelli, aunque en realidad nació en Italia el 7 de diciembre de 1897 y a los nueve años se instaló en Francia, país del que adoptó la ciudadanía.
Lazare mintió sobre su edad para poder participar en la Gran Guerra, tengamos en cuenta que esta fue un enfrentamiento que entusiasmó a las masas y en la que la opinión pública de entonces veía la solución a todos sus problemas de Europa. Tras esta experiencia, él y sus hermanos fundaron una compañía metalúrgica y de tuberías llamada "Hermanos Ponticelli", que tuvo un gran impulso gracias a la demanda generada por la Segunda Guerra Mundial y que aún existe.
Todos los 11 de noviembre, Ponticelli, asistía al homenaje celebrado en honor a sus compañeros caídos en combate. Explicó que durante la guerra, un soldadito que perdió la vida en la misma les pidió que si moría pensaran en él y fue justamente lo que hizo hasta su fallecimiento a los 110 años. En ese momento Nicolás Sarkozy emitió un comunicado informando a los franceses de esta perdida y lamentándola profundamente.
Pero el último combatiente de la Gran Guerra en morir no fue el italiano, se trató del británico Harry Patch de 111 años, fallecido en julio de 2009. Patch se desempeñó como ametralladorista en la Infantería Ligera del Duque de Cornualles y sufrió una terrible herida durante cierta batalla, de la que tardó mucho en recuperarse.
Existen numerosos videos de entrevistas a Patch, aunque accedió a hablar sobre la guerra recién tras cumplir los 100 años. Sin duda en la mirada centenaria de Patch se materializaba un gran abatimiento, muestra del infierno del que escapó y que jamás lo dejó del todo libre. Podemos adivinar que aún noventa años después, sus ojos seguían viendo el horror de las trincheras.
En cuanto a Argentina, ¿existe registro de algún último soldado? Sí. En la Revista "Caras y Caretas" de mayo 1910 se realizó un reportaje a quien sería el último soldado de San Martín. Un mendocino llamado Eufrasio Videla que, a juzgar por el entrevistador, tendría por entonces entre 110 y 115 años. En el texto se lo describe como un anciano "… alto, flaco, nudoso, erguido, casi tan erguido como los álamos que cortan las perspectivas en los alrededores de Mendoza…" a quien el gobierno de Mendoza pasaba una pequeña pensión, "… que le alcanza para cubrir sus modestos gastos…".
Lo demás se lo otorga la caridad de las personas que le daban asilo. En el momento del encuentro con el periodista Eufrasio vivía en casa del ingeniero Fossati en la calle San Martín 1778. Para finalizar dejamos parte del reportaje que se encuentra en el Nro Nº 607 de la citada revista:
"…Dijéronme que fue soldado de San Martín, pero no estuvo en el Plumerillo, ni se acuerda del general (…)
-¿Pero, se acuerda de Maipú?
- Sí que me acuerdo. Fue allí, pues, la última batalla, donde se rindieron.
-¿Y cómo empezó la cosa?
-Unos cuantos días antes yo había llegado con los que salimos de San Juan. Después fueron viniendo otros grupos de prisioneros y así se fue formando el ejército. (pudiera el relato muy bien referirse a la llegada de dispersos de Cancha Rayada). Nosotros estábamos de la parte de aquí -prosigue Don Eufrasio-, y al hacerlo sale al descanso de la escalera, poniendo cara a Los Andes, -y como en la parte de allí enfrente, en un cerrito blanco, estaban los godos.
-Flojanazos, ¿verdad?
-Hum… ¡Fieros habían sido! Peleamos y peleamos y no aflojaban… Después no quisieron pelear más cuando vieron que nosotros tampoco aflojábamos. Entonces corrimos atrás pa' que se rindieran.
-¿Y se rindieron?
-¿Y cómo no? Si ya no tenían más ganas de pelear.
-¿Y se entregaban?
-Muchos se entregaban, otros querían escapar. Pero nosotros los alcanzábamos.
-¿Y no decían nada, los españoles?
-¿Quiénes, los godos? Sí, decían: "¡No mate, corcho, no mate!", cuando los alcanzábamos…"
Los Andes
lunes, 1 de diciembre de 2014
SGM: Una historia de amor ruso-japonesa
La esposa rusa que se convirtió en un símbolo de amor y sacrifico para los japoneses
por Javier Sanz - Historias de la Historia
Los triángulos amorosos suelen esconder historias de infidelidad y mentiras, pero el triángulo formado por la rusa Klavdia Novikova, el japonés Yasaburo Hachiya y su esposa Hisako sólo esconde amor y sacrificio.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Yasaburo y su esposa Hisako huyeron de Japón y se establecieron en Corea donde tuvieron dos hijos. Terminada la guerra en Europa y tras la Conferencia de Yalta, en agosto de 1945 Stalin entró en guerra contra Japón invadiendo Manchuria, Corea y las islas Kuriles. Como ocurrió a muchos japoneses residentes en Corea, Yasaburo fue acusado de espionaje y sentenciado a 10 años en los terribles gulag siberianos. En aquel campo conoció a Klavdia Novikova, encerrada por el terrible crimen de “robar para comer” vestido de “robo de la propiedad socialista“.
Cuando ambos terminaron sus condenas, sus vidas volvieron a dar un giro inesperado: Klavdia regresó a su casa y no encontró a nadie, su marido la había abandonado; Yasaburo, víctima de un error burocrático, tuvo que quedarse en la Unión Soviética al no incluirse su nombre entre los prisioneros japoneses que serían repatriados a Japón. Sin posibilidad de regresar a casa, sin noticias de su familia durante 10 años y pensando que su vida anterior estaba rota, Yasaburo Hachiya desapareció bajo el nombre de Yasha Ivanovich. De la amistad nacida en reclusión, aderezada por la soledad, surgió algo más profundo. En un principio, Klavdia tenía miedo de iniciar una relación con Yasha por el qué dirán -había sido condenado por espionaje-. Así que, a pesar de lo que le dictaba su corazón, puso tierra de por medio y se trasladó a miles de kilómetros hasta un pueblecito llamado Progreso. Pero Yasha no se dio por vencido. La siguió hasta Progreso y allí, después de mucho insistir, consiguió el sí. Se casaron y vivieron felices durante 37 años de un pequeño huerto, algunas cabras y los trabajos de Yasha como barbero y acupuntor.
Yasha y Klavdia
Yasha y Klavdia
Sus vidas volverían a cambiar en los años 90 con la caída de la URSS. La apertura al comercio exterior hizo coincidir a un hombre de negocios local con varios empresarios japoneses. Áquel les comentó, como anecdótico, que en su pueblo vivía un japonés que había estado preso en los gulag. A los japoneses les pareció curiosa su historia y comenzaron a investigar su origen… hasta que encontraron a un hermano de Yasha/Yasaburo y los pusieron en contacto. El mundo de Yasha se derrumbó cuando su hermano le dijo que su esposa Hisako y su hija habían sobrevivido y vivían en Japón -su hijo murió en Corea-. Después de 50 años, Hisako todavía seguían esperándolo. Aquella noticia dejó a Yasaburo desconcertado, no sabía si quedarse y seguir con la vida de Yasha junto a Klavdia o regresar para recuperar a Yasaburo y todo lo que dejó atrás. Klavdia decidió por él: reunió los pocos ahorros que tenían y consiguió un pasaporte para su marido, además de divorciarse de él para que recuperase su anterior vida.
Klavdia sacrificó su propia felicidad e insistió en que debía regresar a los brazos de su esposa que había esperado tanto tiempo. Además, con la pensión que obtendría en Japón podría acceder a la atención médica necesaria para su delicado estado de salud.
Su esposa necesitaba abrazarlo de nuevo y su hija necesitaba un padre [...] Cuando le dejé ir, sentí que me habían arrancado la mitad de mi corazón. La culpa no fue de nadie, sólo el destino. Él había sufrido mucho y merecía unas mejores condiciones de vida en su tierra natal.
Yasha y Klavdia
En marzo de 1997, se despidieron con un apasionado beso y ambos pensaron que sería la última vez que se veían… pero no fue así. Todos los sábados hablaban por teléfono y Yasaburo enviaba regalos y dinero siempre que podía.
Klavdia
Yasaburo
Un escritor japonés se enteró de aquella historia y decidió escribir un libro de aquel triángulo amoroso que luego se llevó al cine. La historia impactó a la sociedad japonesa y se hizo una colecta para financiar el viaje de Klavdia a Japón…. y el reencuentro se produjo. Si intenso y emotivo fue el abrazo entre Yasaburo y Klavdia, no lo fue menos el de Klavdia y Hisako… no hicieron falta palabras, las lágrimas lo decían todo.
Yasaburo y Hisako
El pasado mes de septiembre falleció Klavida Novikova. Su muerte pasó casi inadvertida en Rusia, pero no en Japón donde se había convertido en un símbolo de amor y sacrificio. Después de su muerte, llegó una emotiva carta de despedida a Progreso escrita por Yasaburo.
Fuente e imágenes: The Siberian Times
por Javier Sanz - Historias de la Historia
Los triángulos amorosos suelen esconder historias de infidelidad y mentiras, pero el triángulo formado por la rusa Klavdia Novikova, el japonés Yasaburo Hachiya y su esposa Hisako sólo esconde amor y sacrificio.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Yasaburo y su esposa Hisako huyeron de Japón y se establecieron en Corea donde tuvieron dos hijos. Terminada la guerra en Europa y tras la Conferencia de Yalta, en agosto de 1945 Stalin entró en guerra contra Japón invadiendo Manchuria, Corea y las islas Kuriles. Como ocurrió a muchos japoneses residentes en Corea, Yasaburo fue acusado de espionaje y sentenciado a 10 años en los terribles gulag siberianos. En aquel campo conoció a Klavdia Novikova, encerrada por el terrible crimen de “robar para comer” vestido de “robo de la propiedad socialista“.
Cuando ambos terminaron sus condenas, sus vidas volvieron a dar un giro inesperado: Klavdia regresó a su casa y no encontró a nadie, su marido la había abandonado; Yasaburo, víctima de un error burocrático, tuvo que quedarse en la Unión Soviética al no incluirse su nombre entre los prisioneros japoneses que serían repatriados a Japón. Sin posibilidad de regresar a casa, sin noticias de su familia durante 10 años y pensando que su vida anterior estaba rota, Yasaburo Hachiya desapareció bajo el nombre de Yasha Ivanovich. De la amistad nacida en reclusión, aderezada por la soledad, surgió algo más profundo. En un principio, Klavdia tenía miedo de iniciar una relación con Yasha por el qué dirán -había sido condenado por espionaje-. Así que, a pesar de lo que le dictaba su corazón, puso tierra de por medio y se trasladó a miles de kilómetros hasta un pueblecito llamado Progreso. Pero Yasha no se dio por vencido. La siguió hasta Progreso y allí, después de mucho insistir, consiguió el sí. Se casaron y vivieron felices durante 37 años de un pequeño huerto, algunas cabras y los trabajos de Yasha como barbero y acupuntor.
Yasha y Klavdia
Yasha y Klavdia
Sus vidas volverían a cambiar en los años 90 con la caída de la URSS. La apertura al comercio exterior hizo coincidir a un hombre de negocios local con varios empresarios japoneses. Áquel les comentó, como anecdótico, que en su pueblo vivía un japonés que había estado preso en los gulag. A los japoneses les pareció curiosa su historia y comenzaron a investigar su origen… hasta que encontraron a un hermano de Yasha/Yasaburo y los pusieron en contacto. El mundo de Yasha se derrumbó cuando su hermano le dijo que su esposa Hisako y su hija habían sobrevivido y vivían en Japón -su hijo murió en Corea-. Después de 50 años, Hisako todavía seguían esperándolo. Aquella noticia dejó a Yasaburo desconcertado, no sabía si quedarse y seguir con la vida de Yasha junto a Klavdia o regresar para recuperar a Yasaburo y todo lo que dejó atrás. Klavdia decidió por él: reunió los pocos ahorros que tenían y consiguió un pasaporte para su marido, además de divorciarse de él para que recuperase su anterior vida.
Klavdia sacrificó su propia felicidad e insistió en que debía regresar a los brazos de su esposa que había esperado tanto tiempo. Además, con la pensión que obtendría en Japón podría acceder a la atención médica necesaria para su delicado estado de salud.
Su esposa necesitaba abrazarlo de nuevo y su hija necesitaba un padre [...] Cuando le dejé ir, sentí que me habían arrancado la mitad de mi corazón. La culpa no fue de nadie, sólo el destino. Él había sufrido mucho y merecía unas mejores condiciones de vida en su tierra natal.
Yasha y Klavdia
En marzo de 1997, se despidieron con un apasionado beso y ambos pensaron que sería la última vez que se veían… pero no fue así. Todos los sábados hablaban por teléfono y Yasaburo enviaba regalos y dinero siempre que podía.
Klavdia
Yasaburo
Un escritor japonés se enteró de aquella historia y decidió escribir un libro de aquel triángulo amoroso que luego se llevó al cine. La historia impactó a la sociedad japonesa y se hizo una colecta para financiar el viaje de Klavdia a Japón…. y el reencuentro se produjo. Si intenso y emotivo fue el abrazo entre Yasaburo y Klavdia, no lo fue menos el de Klavdia y Hisako… no hicieron falta palabras, las lágrimas lo decían todo.
Yasaburo y Hisako
El pasado mes de septiembre falleció Klavida Novikova. Su muerte pasó casi inadvertida en Rusia, pero no en Japón donde se había convertido en un símbolo de amor y sacrificio. Después de su muerte, llegó una emotiva carta de despedida a Progreso escrita por Yasaburo.
Fuente e imágenes: The Siberian Times
domingo, 30 de noviembre de 2014
Araucanos buscan dividir la Patagonia con apoyo británico
Araucanos chilenos financiados por británicos buscan reclamos falsos
El programa de cable Proyecto Segunda República explica cómo el Reino Unido coordina sus acciones militares en Malvinas y el Atlántico Sur con su Guerra Psicológica y Política, apoyando a la "Nación Mapuche" en la Patagonia, para fracturar el territorio argentino. Esto forma parte del Informe Especial "Doce ejes de ataque contra el territorio de la Patagonia"
El programa de cable Proyecto Segunda República explica cómo el Reino Unido coordina sus acciones militares en Malvinas y el Atlántico Sur con su Guerra Psicológica y Política, apoyando a la "Nación Mapuche" en la Patagonia, para fracturar el territorio argentino. Esto forma parte del Informe Especial "Doce ejes de ataque contra el territorio de la Patagonia"
sábado, 29 de noviembre de 2014
JMR: El testamento de la madre del Restaurador de las Leyes
EL TESTAMENTO DE DOÑA AGUSTINA.
23 de noviembre de 2014 a la(s) 12:51
Doña Agustina Lòpez Osornio fue la esposa de Don Leòn Ortiz de Rozas y la madre del Ilustre Restaurador de la Leyes y de otros 19 hijos. Fue una mujer de caràcter y de acciòn. Durante su vida, ademàs de criar a sus hijos dirigiò sus estancias, administrò sus bienes y procurò ayudar a su projimo toda vez que tuvo oportunidad.
Estas son algunas anècdotas que pintan su caràcter, extraìdas del libro de su nieto el general Lucio Victorio Mansilla titulado "Rosas,ensayo històrico psicològico".
" Gervasio (el menor de los varones) fue, en efecto, hecho tendero, y lo traemos a colación incidentalmente para volver una vez más sobre el carácter de doña Agustina, que llevaba la batuta en todo, en aquel hogar ya descrito.
La cosa no era tan llana como a primera vista parecerá. El mostrador era una doble escuela: preparaba para el buen trato y curaba de falso orgullo. Se conversaba con el bello sexo, entre el chis chas de la tela rasgándose, después de haber sido medida concienzudamente; pero había que vivir en la tienda, que comer platos de viandas preparadas en la fonda, que barrer adentro y afuera, en una palabra, que no hacerle asco a nada, siendo, ítem más, el doncel tan respetuoso con los patrones como con los propios padres. El tiempo y la paciencia, la humildad y un poco de neuronas completarían la obra.
Sucedió que Gervasio, habiéndosele mandado que lavara los platos en que habían comido sus colegas de más edad, contestó: "Yo no he venido aquí para eso".
El dependiente principal dio cuenta al patrón y éste, llamando a Gervasio, le dijo secamente: "Amiguito, desde este momento yo no lo necesito a usted más, tome su sombrero, váyase y mande por su cama. Yo hablaré con misia Agustina después; mientras tanto prontito, a su casa..."
Gervasio llegó a ella todo lleno de turbación, porque en el camino había calculado lo que le esperaba.
Habló; la madre nada dijo. Salió, y un rato después regresaba con el patrón.
Que llamen a Gervasio, ordenó a un sirviente.
Gervasio se presentó: tomóle de una oreja, y diciéndole "hínquese usted y pídale perdón al señor ", a ello le obligó. Y prosiguió: "¿Lo perdona usted, señor?" -Y cómo no, mi señora doña Agustina. - Bueno, pues caballerito, con que tengamos la fiesta en paz... y váyase a su tienda con el señor que hará de usted un hombre. Pero, ahora, mi amigo, yo le pido a usted come un favor que a este niño le haga usted hacer otras cosas (y al oído le dijo: que limpie las bacinillas).
Gervasio no volvió a tener humos. Poco tiempo después, habiéndose bajado el talle, su posición era otra en todo sentido, no faltándole sindéresis. ¡Cuán cierto es que así como hay analépticos para fortificar el cuerpo, así también los hay para curar los resabios del amor propio mal entendido!
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Cuando don León pasó a mejor vida, doña Agustina hacía ya años que no se levantaba de la cama; estaba tullida. Pero asimismo de todo se ocupaba: de su casa, de su familia, de sus parientes, de sus relaciones, de sus intereses, comprando y vendiendo casas, reedificando, descontando dinero, y siempre constantemente haciendo obras de caridad y amparando a cuantos podía, a los perseguidos con o sin razón por sus opiniones políticas. Y hubo vez en que riñó por mucho tiempo con su hijo por negarse éste a poner en libertad a un perseguido, del que ella decía: "Ese señor (Almeida) no es unitario ni es federal, no es nada, es un buen sujeto; y así es como Juan Manuel se hace de enemigos porque no oye sino a los adulones". El entredicho duró hasta que el dictador fue a pedirle perdón de rodillas, anunciándole que el hombre estaba en libertad.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Uno de los actos de doña Agustina que más acentúan sus caracteres complejos de mujer caritativa y prepotente es su testamento. Estos documentos no mienten, siendo una secuela legal que puede compulsarse.
Necesitamos para mejor inteligencia de las cosas decir que de la unión entre doña Manuela y el doctor Bond, ya citados, le quedaron huérfanos a doña Agustina varios nietos, de los que fue tutora y curadora: Enriqueta, Franklin, Carolina y Enrique, que murió. Doña Agustina los cuidaba y los amaba con la más tierna y exagerada solicitud, a título de que eran muy desgraciados no teniendo padre ni madre.
Resolvió, pues, hacer su testamento. Tenía un escribano condiscípulo y amigo, hombre seguro, de toda su confianza, con el que se tuteaba. Lo mandó llamar.
-Montaña, quiero hacer mi testamento.
-Bueno, hija.
-Siéntate y escribe.
Montaña se acomodó en una mesita redonda estilo imperio que conserva la familia, y doña Agustina, que tenía una excelente memoria, mucho orden y todas sus facultades mentales intactas a pesar de sus años y de sus achaques dolorosos, comenzó a dictar.
-Agustinita, eso que dispones no está bien.
-¿Por qué?
-Porque lo prohíbe la ley.
-¡Que lo prohíbe la ley! ¡já, ja, já! ¿Qué, yo no puedo hacer con lo mío, con lo que hemos ganado honradamente con mi marido, lo que se me antoje? escribí no más, Montaña.
-Pero, hija, si no se puede, si no será válido; no seas porfiada.
-¿Qué no se puede? escribí no más, que vos no sos el del testamento, sino yo, y ya verás si se puede...
-Pues escribiré y ya verás.
-Ya veremos.
Montaña siguió escribiendo, y la señora disponiendo sus bienes.
Montaña arguyó nuevamente: "Eso tampoco se puede", y la señora redarguyó: "Ya verás si se puede; escribí, nomás, escribí".
Montaña agachó la cabeza, siguió, y las mismas contradicciones se repitieron unas cuantas veces más...
-Bueno; lee ahora, Montaña.
Montaña leyó.
-Perfectamente, agregá ahora: Sé que lo que dispongo en los artículos tales y cuales es contrario a lo que mandan las leyes tales y cuales (cita todas tus leyes). Pero también sé que he criado hijos obedientes y subordinados que sabrán cumplir mi voluntad después de mis días: lo ordeno.
Y el testamento, que era una monstruosidad legal, se cumplió. La señora favorecía a sus tres nietos a tal punto, que todos ellos heredaban más que sus hijos.
El testamento se abrió; la primogénita, doña Gregoria, dijo: "Vayan a ver qué dice Juan Manuel". Así se hizo. Don Juan Manuel no lo leyó, diciendo: "Que se cumpla la voluntad de madre". Los otros de ambos sexos, sabiendo lo que había dicho el hermano mayor, contestaron lo mismo sin leer. Sólo Gervasio, el hermano menor, se lo hizo leer. Meditó, y después de reflexionar, dijo: "Que se cumpla la voluntad de madre. Pero vayan a decirle a Juan Manuel y a Prudencio que nosotros somos ricos, que de lo nuestro se tome para integrar la hijuela que a las hermanas mujeres corresponde..."
Y así se hizo, y la voluntad de doña Agustina López de Osornio prevaleció contra la ley, cumpliéndose lo que al testar le decía al escribano refractario, plenamente convencida de su infabilidad : "Ya verás como se puede ".
23 de noviembre de 2014 a la(s) 12:51
Doña Agustina Lòpez Osornio fue la esposa de Don Leòn Ortiz de Rozas y la madre del Ilustre Restaurador de la Leyes y de otros 19 hijos. Fue una mujer de caràcter y de acciòn. Durante su vida, ademàs de criar a sus hijos dirigiò sus estancias, administrò sus bienes y procurò ayudar a su projimo toda vez que tuvo oportunidad.
Estas son algunas anècdotas que pintan su caràcter, extraìdas del libro de su nieto el general Lucio Victorio Mansilla titulado "Rosas,ensayo històrico psicològico".
" Gervasio (el menor de los varones) fue, en efecto, hecho tendero, y lo traemos a colación incidentalmente para volver una vez más sobre el carácter de doña Agustina, que llevaba la batuta en todo, en aquel hogar ya descrito.
La cosa no era tan llana como a primera vista parecerá. El mostrador era una doble escuela: preparaba para el buen trato y curaba de falso orgullo. Se conversaba con el bello sexo, entre el chis chas de la tela rasgándose, después de haber sido medida concienzudamente; pero había que vivir en la tienda, que comer platos de viandas preparadas en la fonda, que barrer adentro y afuera, en una palabra, que no hacerle asco a nada, siendo, ítem más, el doncel tan respetuoso con los patrones como con los propios padres. El tiempo y la paciencia, la humildad y un poco de neuronas completarían la obra.
Sucedió que Gervasio, habiéndosele mandado que lavara los platos en que habían comido sus colegas de más edad, contestó: "Yo no he venido aquí para eso".
El dependiente principal dio cuenta al patrón y éste, llamando a Gervasio, le dijo secamente: "Amiguito, desde este momento yo no lo necesito a usted más, tome su sombrero, váyase y mande por su cama. Yo hablaré con misia Agustina después; mientras tanto prontito, a su casa..."
Gervasio llegó a ella todo lleno de turbación, porque en el camino había calculado lo que le esperaba.
Habló; la madre nada dijo. Salió, y un rato después regresaba con el patrón.
Que llamen a Gervasio, ordenó a un sirviente.
Gervasio se presentó: tomóle de una oreja, y diciéndole "hínquese usted y pídale perdón al señor ", a ello le obligó. Y prosiguió: "¿Lo perdona usted, señor?" -Y cómo no, mi señora doña Agustina. - Bueno, pues caballerito, con que tengamos la fiesta en paz... y váyase a su tienda con el señor que hará de usted un hombre. Pero, ahora, mi amigo, yo le pido a usted come un favor que a este niño le haga usted hacer otras cosas (y al oído le dijo: que limpie las bacinillas).
Gervasio no volvió a tener humos. Poco tiempo después, habiéndose bajado el talle, su posición era otra en todo sentido, no faltándole sindéresis. ¡Cuán cierto es que así como hay analépticos para fortificar el cuerpo, así también los hay para curar los resabios del amor propio mal entendido!
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Cuando don León pasó a mejor vida, doña Agustina hacía ya años que no se levantaba de la cama; estaba tullida. Pero asimismo de todo se ocupaba: de su casa, de su familia, de sus parientes, de sus relaciones, de sus intereses, comprando y vendiendo casas, reedificando, descontando dinero, y siempre constantemente haciendo obras de caridad y amparando a cuantos podía, a los perseguidos con o sin razón por sus opiniones políticas. Y hubo vez en que riñó por mucho tiempo con su hijo por negarse éste a poner en libertad a un perseguido, del que ella decía: "Ese señor (Almeida) no es unitario ni es federal, no es nada, es un buen sujeto; y así es como Juan Manuel se hace de enemigos porque no oye sino a los adulones". El entredicho duró hasta que el dictador fue a pedirle perdón de rodillas, anunciándole que el hombre estaba en libertad.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Uno de los actos de doña Agustina que más acentúan sus caracteres complejos de mujer caritativa y prepotente es su testamento. Estos documentos no mienten, siendo una secuela legal que puede compulsarse.
Necesitamos para mejor inteligencia de las cosas decir que de la unión entre doña Manuela y el doctor Bond, ya citados, le quedaron huérfanos a doña Agustina varios nietos, de los que fue tutora y curadora: Enriqueta, Franklin, Carolina y Enrique, que murió. Doña Agustina los cuidaba y los amaba con la más tierna y exagerada solicitud, a título de que eran muy desgraciados no teniendo padre ni madre.
Resolvió, pues, hacer su testamento. Tenía un escribano condiscípulo y amigo, hombre seguro, de toda su confianza, con el que se tuteaba. Lo mandó llamar.
-Montaña, quiero hacer mi testamento.
-Bueno, hija.
-Siéntate y escribe.
Montaña se acomodó en una mesita redonda estilo imperio que conserva la familia, y doña Agustina, que tenía una excelente memoria, mucho orden y todas sus facultades mentales intactas a pesar de sus años y de sus achaques dolorosos, comenzó a dictar.
-Agustinita, eso que dispones no está bien.
-¿Por qué?
-Porque lo prohíbe la ley.
-¡Que lo prohíbe la ley! ¡já, ja, já! ¿Qué, yo no puedo hacer con lo mío, con lo que hemos ganado honradamente con mi marido, lo que se me antoje? escribí no más, Montaña.
-Pero, hija, si no se puede, si no será válido; no seas porfiada.
-¿Qué no se puede? escribí no más, que vos no sos el del testamento, sino yo, y ya verás si se puede...
-Pues escribiré y ya verás.
-Ya veremos.
Montaña siguió escribiendo, y la señora disponiendo sus bienes.
Montaña arguyó nuevamente: "Eso tampoco se puede", y la señora redarguyó: "Ya verás si se puede; escribí, nomás, escribí".
Montaña agachó la cabeza, siguió, y las mismas contradicciones se repitieron unas cuantas veces más...
-Bueno; lee ahora, Montaña.
Montaña leyó.
-Perfectamente, agregá ahora: Sé que lo que dispongo en los artículos tales y cuales es contrario a lo que mandan las leyes tales y cuales (cita todas tus leyes). Pero también sé que he criado hijos obedientes y subordinados que sabrán cumplir mi voluntad después de mis días: lo ordeno.
Y el testamento, que era una monstruosidad legal, se cumplió. La señora favorecía a sus tres nietos a tal punto, que todos ellos heredaban más que sus hijos.
El testamento se abrió; la primogénita, doña Gregoria, dijo: "Vayan a ver qué dice Juan Manuel". Así se hizo. Don Juan Manuel no lo leyó, diciendo: "Que se cumpla la voluntad de madre". Los otros de ambos sexos, sabiendo lo que había dicho el hermano mayor, contestaron lo mismo sin leer. Sólo Gervasio, el hermano menor, se lo hizo leer. Meditó, y después de reflexionar, dijo: "Que se cumpla la voluntad de madre. Pero vayan a decirle a Juan Manuel y a Prudencio que nosotros somos ricos, que de lo nuestro se tome para integrar la hijuela que a las hermanas mujeres corresponde..."
Y así se hizo, y la voluntad de doña Agustina López de Osornio prevaleció contra la ley, cumpliéndose lo que al testar le decía al escribano refractario, plenamente convencida de su infabilidad : "Ya verás como se puede ".
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