domingo, 5 de abril de 2020

SGM: El general que liberó Auschwitz

El general soviético que liberó Auschwitz: era un joven antisemita y se convirtió en difusor de las atrocidades del Holocausto 

Vasilii Petrenko era ucraniano y de joven “aborrecía a los judíos”. Años después, al frente de las tropas del Ejército Rojo en Polonia le tocó liberar a los sobrevivientes del campo de exterminio más emblemático de la “solución final” perpetrada por el nazismo. El historiador argentino Claudio Ingerflom lo entrevistó al final de su vida y contó su historia
Infobae




el general Vasilii Petrenko, a cargo de las tropas que avanzaban hacia el oeste a fines de 1944, le diera otra significación al espanto que significó la llegada del Ejército Rojo al complejo de exterminio nazi ubicado en Polonia llamado Auschwitz–Birkenau (Adrián Escandar)

La implosión de la Unión Soviética también sirvió para que el general Vasilii Petrenko, a cargo de las tropas que avanzaban hacia el oeste a fines de 1944, le diera otra significación al espanto que significó la llegada del Ejército Rojo al complejo de exterminio nazi ubicado en Polonia llamado Auschwitz–Birkenau.

Por ese campo de concentración habían pasado alrededor de 1.300.000 personas, la mayoría abrumadora de origen judío y alrededor de 1.100.000 murieron en los crematorios. Eso sucedió durante más de 4 años.

El argentino Claudio Ingerflom en 1966 decidió ir a estudiar Historia a Moscú. Tenía 20 años, era alto, fornido y rasgos de europeo del este. De padre judío polaco y madre hija de judíos lituanos y ucranianos, Ingerflom estudió ruso, se sumergió en la universidad estatal Mijail Lomonosov y con el tiempo fue uno de los creadores del primer centro de estudios sobre el Holocausto en territorio soviético. Eso sucedió a fines de los ‘80 y lo hizo junto al moscovita Ilya Altman. A esa altura, la Perestroika, con Mijail Gorbachov a la cabeza, derribaba mitos y permitió que muchas personas se hicieran preguntas sobre lo que habían vivido.

-Por entonces, yo había dejado de vivir en Moscú, porque hice un doctorado en La Sorbona y estaba en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS, por sus siglas en francés) –le cuenta a Infobae.


Claudio Ingerflom fue uno de los creadores del primer centro de estudios sobre el Holocausto en territorio soviético. Eso sucedió a fines de los ‘80 y lo hizo junto al moscovita Ilya Altman (Adrián Escandar)

Ingerflom alternaba entre París y un Moscú que se sacudía con los cambios profundos del fin de la era soviética cuando, un día, estando en París, recibe un llamado de Altman: “Se presentó aquí, en nuestro centro, el general Vasilii Petrenko”.

Por entonces ese apellido no estaba en la mira de los directivos de ese centro de investigación. Se trataba, nada más y nada menos, que de uno de los generales bajo cuyas órdenes avanzaban a marcha forzada las tropas del Ejército Rojo sobre Polonia con la meta de llegar a Berlín antes que los aliados. Hacia fines de los 80, Petrenko dirigía una cátedra en una academia militar soviética.

-En ese carácter -cuenta Ingerflom- Petrenko fue a los Estados Unidos a una actividad donde el centro del debate era precisamente Auschwitz. Y un participante norteamericano le preguntó: “General, ¿es cierto que ustedes demoraron la entrada a ese campo de concentración para que los nazis terminaran de masacrar judíos? Petrenko se puso furioso y le dijo: “Usted es un provocador”.

La reunión terminó sin que ese episodio pasara a mayores. Sin embargo, de regreso a Moscú Petrenko sintió que le habían movido el piso.

-En primer lugar –dice Ingerflom- le molestó que había liberado Auschwitz sin saberlo. O quizá había perdido la memoria de muchas cosas por los traumas que deja una guerra.

Las fotos de Petrenko en el libro "Antes y después de Auschwitz", la primera parte es la autobiografía de Petrenko y la segunda el Postfacio de Altman-Ingerflom

Petrenko fue a los archivos secretos, algunos de los cuales empezaban a desclasificarse y otros, por su condición, eran documentos a los que podía acceder.

-Allí pudo ver cuáles eran las instrucciones que Iósif Stalin les daba a los generales que avanzaban hacia el Oeste y que tenían como meta vencer a las tropas alemanas. Stalin no les dice “hay campos de concentración y exterminio”, cosa que sabía, sino que les dice “Hay que evitar destruir las industrias porque van a ser la base de la Polonia socialista”. Efectivamente, Stalin les dice que esperen tres meses, que avancen despacio en ese territorio. Pero acá se derriba el mito de que la palabra de Stalin era sagrada y todos hacían lo que él ordenaba. Los generales del Ejército Rojo estimaron que no podían bajar el ritmo de la ofensiva. Y no sabían lo que eran los campos de exterminio.

Una confesión, un libro

Ilya Altman le había transmitido a Ingerflom que Petrenko quería hablar.

-Lo que le dijo Petrenko a Altman fue muy fuerte: “Como buen ucraniano, de chico yo era antisemita. Cuidábamos al judío de nuestra aldea, aborrecíamos a los otros. Ahora quiero poner mi nombre al servicio de la lucha contra el antisemitismo”. A lo que Altman le contestó: "¿Qué hacemos general?”. Y pusieron manos a la obra, Altman grabó 20 casetes de sus conversaciones y las compartió con Ingerflom.

Esa fue la base de una autobiografía de Petrenko, quien por entonces tenía 85 años: no demasiados para cuestionarse cosas de su vida pese a haber participado de una de las más sangrientas guerras de la historia de la humanidad.

Petrenko junto a un sobreviviente de Auschwitz en 1975


Ingerflom recibió el texto en ruso y se fue a la Biblioteca Británica, en Londres, donde podía conseguir documentos y bibliografía que hicieran más suculento el texto con que se habían desafiado a sí mismos. Junto con Altman redactaron un posfacio de 65 páginas explicando a partir de los documentos, la política del Kremlin frente al Holocausto.

-Salió en 2000 en Moscú y en 2002 en París –cuenta.

El título del libro es Antes y después de Auschwitz, la primera parte es la autobiografía de Petrenko y la segunda el Postfacio de Altman-Ingerflom.

-Entre las cosas que quizá aporte nuestro trabajo -relata Ingerflom- es a interrogarse qué era un general del Ejército Rojo antes de resistir la invasión alemana de 1941 a la Unión Soviética. Pasó de ser un campesino pobre a incorporarse a la milicia. Luego, con las purgas de los años treinta, a los 32 años era el general que entra en Auschwitz.

Las purgas estalinistas habían eliminado a la mayor parte de la flor y nata del Ejército rojo.

-Cuando el libro sale en Francia, la editorial Flammarion invitó al general y el libro fue presentado en una sala del Parlamento. Estaba el representante del Centro Simon Wiesenthal para Europa, Ilya, el general Petrenko y yo.

Petrenko (el primero a la izquierda) el día de la liberación de Auschwitz

Unos días antes, los dos historiadores habían ido a comer con Petrenko.

-General -le dijo Ingerflom-, ¿qué sintió cuando entró a Auschwitz?

Tras un silencio, la respuesta sonó fuerte como un trueno:

-Nada.

En ese momento, Ilya Altman pateó a Ingerflom por debajo de la mesa. Sin embargo, Petrenko como si la memoria lo transportara a aquellos años continuó con un tono paternal.

-¿Usted sabe lo que yo vi desde que comenzó aquella ofensiva? ¿Sabe la cantidad de niños muertos, de mujeres mutiladas, de pueblos arrasados que ya había visto? En Auschwitz vi gente desnutrida, vi muertos… Vi lo que veníamos viendo a cada paso que dábamos con nuestros soldados.

El 27 de enero de 1945, Auschwitz fue liberado por el ejército soviético (Shutterstock)

Como si la mirada del historiador hiciera necesario hacerse preguntas y preguntas sobre un mismo asunto, Ingerflom dice 17 años después, ya no en París, ya no en Moscú ni en Londres sino en su natal Buenos Aires, donde se desempeña como director de la Maestría en Historia Conceptual y también está al frente del Centro de Estudios sobre los Mundos Eslavos y Chinos en la Universidad Nacional de San Martín:

-Un acontecimiento adquiere importancia mucho más tarde. Lo que había disparado el cambio de mirada de Petrenko había sido aquella pregunta provocadora del participante norteamericano. En la Unión Soviética, no se separaba a las víctimas judías del resto de las víctimas. Y eso, de algún modo, era negar el Holocausto. Al liberar el campo, Petrenko no era conciente del genocidio, era conciente de la guerra.

Un texto incómodo


-Veinte años después, ¿qué aportó ese texto que salió tras la debacle de la Unión Soviética? –pregunta Infobae.

-En primer lugar contribuimos a terminar con un dilema: los dirigentes soviéticos sabían de la existencia de los campos de concentración. También pudimos desentrañar que el antisemitismo de Stalin -que existía- no jugó un papel para que los alemanes continuaran con el exterminio. Stalin era un hombre de Estado, actuaba según lo que él entendía como interés de la Unión Soviética

Y continúa:

-En dos cartas enviadas al Departamento de Migraciones de la URSS a principios de 1940, provenientes de las Oficinas para la Emigración de Judíos de Berlín y Viena, Heydrich y Eichmann propusieron deportar la totalidad de la población judía bajo dominio alemán y enviarla a la URSS. La Unión Soviética se negó, contribuyendo involuntariamente a lo que siguió. La “solución final” fue tomada después, en 1942.

Petrenko en 1943

Para añadir elementos que destruyen las visiones binarias de la historia, Ingerflom recuerda que Stalin había reemplazado a su ministro de de relaciones exteriores Maxim Litvinov, bolchevique de origen judío partidario de una alianza con Gran Bretaña y encarnizado enemigo del nazismo. Ese lugar lo ocupó Viacheslav Molotov, quien firmó el tratado con Ribentropp. Este episodio es con frecuencia -y erróneamente- interpretado como una expresión del antisemitismo de Stalin. Sin embargo que Stalin nombra a Litvinov a una puesta de enorme responsabilidad en esa coyuntura: presidir la representación soviética que debía negociar con los Alemanes la suerte de los refugiados que deseaban salir de la Polonia ocupada por los nazis.

La Conferencia de Evian, llevada a cabo en julio de 1938 en esa ciudad francesa, reunió a 32 países y fue convocada para discutir el problema que suponían los refugiados judíos, pero esta última palabra (“judíos”) fue cuidadosamente evitada en el título. Las delegaciones norteamericana y francesa recibieron de sus respectivos gobiernos la orden de no emplear esa palabra.

-Se acusa al gobierno soviético que durante la guerra le ocultaba al pueblo -y en particular a los judíos soviéticos- que los nazis estaban realmente exterminando a los judíos. Es falso. Lo denunciaron. Lo que si hay que tener en cuenta es que la propaganda alemana decía: “Invadimos para exterminar a los judíos y a los comunistas”. Frente a eso, Stalin apeló al “espíritu patriótico”, porque si decía que había que luchar para defender a los judíos y a los comunistas le hubiese sido muchísimo más difícl movilizar al pueblo.

La banalidad del mal

El general Petrenko no solo vivió para contarla sino que después de hablar pudo tomar dimensión de que había sido protagonista de una guerra y testigo del Holocausto. En sus últimos años, tras la salida del libro, participó de conferencias, se reunió con sobrevivientes de Auschwitz, visitó Israel.

Seguramente habrá perdurado en él aquel orgullo patriótico del que habla el gigante León Tolstoi en Guerra y Paz cuando los rusos bajo el imperio zarista mandaron para atrás a las tropas napoleónicas, la maquinaria bélica que dominaba Europa continental y que, sin embargo, no pudo contra la resistencia rusa.

1987: el rabino Haier, dirigente del Centro Simon Wiesenthal, le entrega una medalla de honor a Petrenko en Los Ángeles

Petrenko, fue uno de los cuatro generales que dirigieron las operaciones en el avance acelerado del Ejército Rojo en Polonia y abrían el terreno para la llegada a Berlín. En aquel momento, el mundo estaba pendiente del fin de los días de Adolf Hitler, y eso se produjo apenas cuatro meses después de la liberación de Auschwitz.

El exterminio de los judíos como un plan sistemático, llevado a cabo con mecanismos industriales y exaltación de la supremacía aria, solo cobró relevancia con el tiempo.

Argentina fue uno de los refugios de los jerarcas nazis. Adolf Eichmann fue capturado en Buenos Aires, donde vivía con su familia, quince años después de Auschwitz. Lo secuestró una célula de la inteligencia israelí y lo trasladó a Jerusalén, donde fue sometido a un juicio histórico.

La repercusión internacional de los testimonios de las víctimas así como de las propias declaraciones de aquel alto oficial de las SS, llevó a que hubiera una conciencia sobre lo que habían sido los campos de concentración. El jurado a condenó a Eischmann por haber estado al frente de lo que los nazis llamaron “la solución final”. La pena, por ahorcamiento, se llevó a cabo en Israel en mayo de 1962. Sin embargo, la muerte de Eichmann no alcanza para conjurar los claroscuros de aquellos años.

En efecto, en 1945, fue capturado por las tropas norteamericanas. El jerarca nazi tenía un documento con otra identidad y “logró escapar” de la prisión. Dos años después, con ayuda del Vaticano, la Cruz Roja Internacional le proveyó un pasaporte a nombre de Ricardo Klement y el gobierno argentino le dio el visado correspondiente para que viviera en este país, en el cual luego fue capturado, no como otros prominentes oficiales de Hitler que contaron con los silencios necesarios para que su vida transcurriera como si se tratara de inmigrantes y no de criminales de lesa humanidad.

viernes, 3 de abril de 2020

Guerra Antisubversiva: Cuando casi exterminan a la cúpula criminal del ERP

Metralla y sangre en un “asado sospechoso”: el día que una patrulla policial casi extermina a los líderes del PTR-ERP 
Habían pasado 5 días del golpe de Estado de 1976. La máxima dirigencia guerrillera, incluido Mario Santucho y jefes de organizaciones latinoamericanas, fueron sorprendidos en una quinta de Moreno. Era una reunión cumbre que simulaba ser un asado de amigos. Pero sus inquilinos cometieron un grave error. Alertados, los uniformados fueron sin imaginar un combate. De los 49 participantes, 37 lograron escapar mientras que 12 fueron muertos o detenidos desaparecidos


Por el asesino terrorista Eduardo Anguita

Por Daniel Cecchini 



Mario Roberto Santucho, antes de ese encuentro en la quinta La Pastoril había escrito una temeraria proclama titulada “Argentinos, a las armas”. Su tesis fundamental era que el golpe de Estado de Videla-Massera y Agosti debía ser frenado con la violencia popular

Carlos Gabetta y María Elena Amadio militaban en el área de Inteligencia del PRT-ERP. A mediados de marzo de 1976, cuando se oía el ruido de tambores y disparos de FAL en toda la Argentina, tuvieron como misión instalarse en la quinta La Pastoril, ubicada en la avenida Monsegur, a pocas cuadras de la estación La Reja del Ferrocarril Sarmiento, en el oeste boanerense. Debían hacerlo junto a otra pareja que simularan ser gente de buen pasar.

El predio tenía una casa muy grande de dos plantas, pileta, quincho y, a unos 200 metros de la residencia principal, vivían el casero con esposa y su hijo. El dueño de La Pastoril había alquilado la quinta a una persona que, por supuesto, ocultó los verdaderos motivos. No era, como decía, para descansar junto a otros amigos, sino para una actividad del PRT-ERP que requería un altísimo grado de secreto.

Una vez que Gabetta y su compañera llegaron a la quinta, el jefe del Logística del ERP, Carlos “el Elefante” Marcet, les narró el plan.

-Se va a llevar a cabo una reunión de la Junta Coordinadora Revolucionaria (integrada por el PRT-ERP, el MIR chileno, el ELN boliviano y el MLN Tupamaros de Uruguay), convocada por el Comité Central del partido y habrá también invitados de Montoneros.


En 1976 el imbécil de Carlos Gabetta tenía 32 años y desde los 20 hacía periodismo. En ese momento, como parte de su tarea de Inteligencia, era jefe de Redacción de un quincenario de orientación conservadora que, precisamente, le permitía estar al tanto de los planes del golpe de Estado

Gabetta, que trabajaba de periodista desde muy joven en su Rosario natal, sabía que el país estaba bajo absoluto control. Como además su labor era de Inteligencia, al igual que María Elena, no le era ajeno que si se filtraba cualquier dato sobre semejante juntada de dirigentes, les caería encima toda la represión.

-Para la seguridad del encuentro habrá una escuadra de contención - agregó el Elefante.

Se refería a una docena de guerrilleros cuya misión sería quedarse a combatir y permitir la evacuación de los asistentes en caso de que la reunión fuese descubierta.

-¿El casero es del Partido? –preguntó Gabetta al Elefante.

La respuesta, insólita, fue breve:

-No.

Entre la noche del viernes 26 y el sábado 27 de marzo llegarían, en vehículos acondicionados, los participantes de la reunión del Comité Central para que durante los dos días subsiguientes se dieran los informes de cada área y tomar las decisiones para los próximos meses.

Un momento difícil

El escenario, para la organización marxista político-militar con 6 años de acciones guerrilleras urbanas y alguna experiencia en la zona montañosa de Tucumán, no podía ser más delicado.

Tres meses atrás habían sufrido la derrota más grande de su historia en el intento de copamiento del Batallón de Arsenales 601 ubicado en Monte Chingolo, el sur bonaerense. Allí, la acción de un infiltrado –Jesús “el Oso” Ranier”- concluyó con la muerte en combate y ejecución sumaria de casi un centenar de miembros del PRT-ERP. Algunos cayeron dentro del cuartel, otros en las inmediaciones como parte de los grupos de contención.

El 23 de diciembre de 1975, el ERP había sufrido la derrota más grande de su historia en el intento de copamiento del Batallón de Arsenales 601 ubicado en Monte Chingolo, el sur bonaerense


Pese a ese golpe tremendo, el propio Mario Santucho, antes de ese encuentro en La Pastoril había escrito una temeraria proclama titulada “Argentinos, a las armas”. Su tesis fundamental era que el golpe de Estado de Videla-Massera y Agosti debía ser frenado con la violencia popular. Santucho estimaba que el pueblo iba a sumarse a la acción armada del ERP y Montoneros. Iba a leer el texto en ese encuentro y saldría en el periódico El Combatiente el martes 30 de marzo, al igual que miles de panfletos que se repartirían masivamente.

El Comité Central

Daniel De Santis se había ganado un lugar en el Comité Central por su persistencia en las luchas obreras. Si bien provenía de un hogar de clase media, se había “proletarizado” en Propulsora Siderúrgica y en los conflictos sindicales de mediados de 1975 contra el Rodrigazo había tenido un lugar protagónico.

A De Santis, como a otros tantos, lo había pasado a buscar una combi por la avenida Gaona. Cuando estaba dentro de La Pastoril se sumó a un picadito de fútbol. El partido era una manera de ocultar el verdadero propósito de los asistentes. Eran nueve contra nueve: pero casi ninguno tenía pantalón corto ni zapatillas.

Tras el fulbito, se sentaron a comer unos fideos. Ya habían llegado la mayoría de los dirigentes y una docena de combatientes del ERP que formaban la escuadra de contención. Esos debían estar con un uniforme verde oliva, algo extraño en las reglas de mimetizarse con la población por parte de los guerrilleros. La ropa militar era para darle más aspecto marcial a esa reunión.

 

Mario Santucho y los otros 6 del Buró Político fueron los últimos en llegar. Uno de ellos, Domingo Mena, se acercó a De Santis y le contó con preocupación algunos datos sobre cómo los había golpeado la represión en la cúpula de la organización:

-De los 28 titulares y los 11 suplentes del Comité Central elegidos en agosto de 1975, ha caído el 30 por ciento de los compañeros, entre muertos y presos.

-¿Y eso cómo se va a solucionar? –preguntó De Santis.

-Bueno, los suplentes que quedan pasan a ser titulares y para cubrir las suplencias, el Buró decidió agregar otros compañeros –respondió Mena, quien le presentó a Edgardo Enríquez, que había quedado al frente del MIR chileno tras la caída de su fundador y líder, su hermano Miguel.

Tanto el MIR chileno, como Tupamaros de Uruguay y el ELN boliviano estaban muy golpeados, con dictaduras militares en sus países. Mena sostenía que en la Argentina a los militares les costaría mucho:

-Acá ya estábamos en la resistencia desde antes del golpe.

Mena le dijo que las filas de la organización, aunque golpeadas, contaban con bastantes integrantes.

-Tenemos alrededor de 5.000 compañeros.

Eso debía incluir militantes, aspirantes, combatientes y simpatizantes organizados. Mena le dijo que cuando fundaron el ERP, en julio de 1970, el PRT tenía unos 300 miembros.

También le dijo que Montoneros les habían prestado plata por la escasez de fondos. Pero lo más delicado era la falta de armamento después del fracaso de Monte Chingolo, donde esperaban llevarse mucho material bélico.

La proclama revolucionaria

La noche del domingo 28, en La Pastoril durmieron un poco incómodos, amontonados. Al otro día, las actividades empezaron temprano tras un mate cocido con pan caliente y mermelada. El living era grande y se sentaron como podían. Primero, José Manuel Carrizo, el jefe de estado mayor, izó una bandera del ERP y una argentina; después informó cómo era el plan de fuga y cuáles eran las prioridades en caso de una retirada forzada:

-Si llega el enemigo, primero sale el grupo A, que son los compañeros invitados del MIR, el ELN, los Tupamaros y los Montoneros. Luego el grupo B, el Buró Político más algunos del Comité Ejecutivo; después se retira el C, que son el resto de los compañeros del Comité Central; por último, saldría el grupo D, los compañeros de logística. Los compañeros de contención, ataviados de verde oliva, salen en último lugar.

Los únicos con armas eran los miembros del buró y los 12 uniformados destinados a cubrir la eventual retirada.

Entonces fue el turno de Santucho, quien insistió con que la resistencia popular sería aguerrida.

La cúpula del PRT-ERP en junio de 1973 durante un contacto clandestino con la prensa: en primer plano Santucho, Urteaga y Gorriarán Merlo

Eduardo Castello, responsable de la regional Córdoba, se distanció de Santucho:

-Pero quizás el impacto del golpe provoque un reflujo en las masas.

-Sí, es posible que marque un retraimiento momentáneo, pero el auge va a seguir y hay que prever una ofensiva revolucionaria, tanto en la lucha de masas como en la actividad guerrillera –contestó el jefe.

A continuación, ante un silencio estruendoso, todos escucharon de la boca de Benito Urteaga, el segundo del PRT-ERP, el texto donde Santucho llamaba al pueblo a sumarse a la lucha armada.

Ese lunes 29 de marzo debía ser el último de esa reunión destinada a cohesionar a los dirigentes para que estos luego pudieran contagiar ánimo al resto. Al mediodía hicieron una pausa, comieron canelones y, tras un rato de descanso debían pasar a la última parte del encuentro.

Fallas de seguridad

Ya era el lunes 29 de marzo. Carlos Gabetta y María Elena Amadio estaban alarmados no solo por el contexto y los golpes recibidos. Carlos y María Elena no entendían cómo el Elefante no se daba cuenta que el casero podía ver los movimientos de medio centenar de personas como algo sospechoso.

Cuando le insistió sobre el riesgo, al ver que por las ventanas podía verse que en el interior había numerosas personas, notó que, al rato, las ventanas eran tapadas con papel de diario desde el interior de la casa. Gabetta se dio cuenta que eso era rudimentario, improvisado.

Carlos y María Elena no participaban de las deliberaciones del Comité Central. Sí estuvieron presentes para contribuir al informe de situación que coordinaba el jefe de Inteligencia, Juan “Pepe” Mangini.

  La Pastoril, la quinta en Moreno donde ocurrió el enfrentamiento en 1976

Gabetta ya tenía 32 años y desde los 20 hacía periodismo. En ese momento, como parte de su tarea de Inteligencia, era jefe de Redacción de un quincenario de orientación conservadora que, precisamente, le permitía estar al tanto de los planes del golpe de Estado. Incluso, había advertido que el derrocamiento de María Estela Martínez de Perón estaba cifrado para el 11 de marzo. Sus previsiones solo fallaron por 13 días.

Más allá de su entrega diaria, sentía el peso de lo que para él no eran solo pequeños detalles sino lo que percibía como una pérdida de rumbo.

En un momento, mientras adentro seguían las actividades, Carlos y María Elena estaban en el parque de la quinta y coincidieron en que no podían dejar de sentir el desgaste y que, así, les resultaba difícil sostener el alto grado de compromiso que, desde hacía años, tenían dentro del PRT-ERP. Acordaron en dejar la organización en cuanto concluyese esa reunión.

La sorpresa

Pero mientras ellos planeaban cómo hacer frente a la dictadura, al mediodía, el casero de La Pastoril, con su mujer y a su hijo, se fue hasta la estación de La Reja y desde un teléfono público le dijo a su patrón que los inquilinos eran muchos y hacían cosas extrañas. El dueño de la quinta, sin más, llamó a la Policía Federal que, a su vez, derivó la sospecha a la Bonaerense y ésta dio parte a la comisaría de Moreno, que envió un patrullero y una camioneta con una decena de efectivos al tiempo que desde otras unidades enviaban refuerzos.

-¡¡Alarmaaaa!! ¡¡Compañeros, preparen la retirada!! –escuchó De Santis y vio cómo una puerta volaba de lo que debía ser un escopetazo.

Eran las dos y media de la tarde. En instantes el panorama era dramático: tiros por todas partes, vidrios rotos, gritos. La guardia se enfrentaba a la policía. La confusión era grande y el plan de escape quedó mezclado entre metralla y sangre.

De Santis se la jugó y corrió como pudo hasta llegar a una ligustrina que tenía alambre tejido. Era un tipo atlético. Después se encontró con otra valla y también se las arregló, aunque en el salto había perdido un mocasín. De inmediato, se topó con otro compañero y siguieron viaje juntos.

Los disparos se escuchaban en todos lados. Al pasar por un barrio humilde, estos tres evadidos lograron que una señora les diera unas zapatillas chicas para Daniel y ropa común para la mujer. Como pudieron, llegaron hasta el cementerio de Moreno y decidieron separarse. Se escuchaban sirenas por todas partes.

Gabetta y la muerte de María Elena

Cuando les llegó el turno -formaban parte del grupo D, el penúltimo, que debía salir antes de la guardia-, Carlos tomó de la mano a María Elena y encararon la carrera para salir del infernal tiroteo. A poco andar, María Elena cayó al pasto. Carlos se tiró a su lado, sin darse cuenta de que ella tenía un balazo en la espalda. Se quedó allí, sin tomar dimensión de lo que pasaba. María Elena le pedía que se fuera, pero él sin percatarse de que el disparo era mortal, trataba de ayudarla a levantarse y huir.

En ese momento se le acercó Juan Domingo Del Gesso, jefe de la guardia del ERP, que estaba de uniforme y con una escopeta Itaka en las manos.

-Allá hay una compañera con un bebé. Andá a ayudarla que no puede cruzar el alambrado -le dijo-. Andá que yo me quedo con la compañera.

Gabetta, ex jugador de rugby, preguntó a Del Giesso: “¿Vos la sacás?”. “Sí, yo me ocupo”, fue la respuesta. Carlos dejó la mano de María Elena y corrió a ayudar a la mujer a pasar una cerca, le alcanzó el bebé y pasó del otro lado.

-De no haber sido que tenía que ayudar a alguien creo que me hubiera quedado ahí, al lado de María Elena. Luego ayudé a la compañera a saltar el alambrado y tiré al bebé de un año y medio para el otro lado, donde lo atajó la mamá. Años después supe que era Diana Cruces, prestigiosa psicoanalista, hoy fallecida –cuenta Gabetta.

Carlos Gabetta tomó de la mano a María Elena y encararon la carrera para salir del infernal tiroteo. A poco andar, ella cayó al pasto. Carlos se tiró a su lado, sin darse cuenta de que ella tenía un balazo en la espalda


Al cabo de un correr un rato, Gabetta fue alcanzado por una compañera de la guardia que también había logrado retirarse. Ella estaba con uniforme verde oliva. De inmediato, llegaron a un barrio muy humilde. Se encontraron con una pareja que salió a recibirlos y les pidieron ayuda.

-La mujer, resuelta, agarró a la compañera, la llevó a su casa y le dio ropa. El hombre me lavó la cabeza en una bomba de agua, porque tenía sangre, quizá de un raspón de una rama de un árbol. Luego me dio una camisa limpia aunque me quedaba muy chica. La mía tenía muchas manchas de sangre. Cuando nos íbamos le dije que se deshiciera de mi ropa y del uniforme de la mujer que estaba conmigo. Él me dijo: “No se haga problemas, compañero”, relata Gabetta.

Años después

La mayoría de los asistentes a aquella reunión en La Pastoril logró escapar. Sin embargo, hubo 12 víctimas fatales, la mayoría fueron capturados vivos y continúan siendo detenidos desaparecidos.

Gabetta logró salir del país y en Francia, a la par que trabajaba en France Presse participó activamente en la campaña por el esclarecimiento de lo que sucedía en la Argentina. A su vuelta al país dirigió el semanario El Periodista de Buenos Aires y la edición de Le Monde Diplomatique para el sur de América latina. Sigue trabajando de periodista.

Del Gesso, el hombre que le dijo a Gabetta que ayudara a otra mujer a saltar el cerco, murió en combate ese 29 de marzo de 1976. De Santis se exilió en Italia. Volvió a la Argentina y trabajó como profesor de Física y Química. Publicó varios libros con documentos y análisis de los setentas, entre los que se destacan A vencer o morir – Historia del PRT ERP (en dos volúmenes).

-Años después volví al lugar donde nos habían dado ropa para agradecer a esa pareja-dice Gabetta.

Lo hizo junto a Manuel Gaggero cuya hermana, Susana Gaggero, también murió en La Pastoril. La señora que les brindó auxilio en aquel momento, había tenido un ataque cerebral, pero estaba lúcida. Su marido, en cambio, había fallecido. Gabetta le contó que él era el muchacho al que habían ayudado.

“¿Usted qué hacía ahí tiroteándose con la policía?”, preguntó la señora, ante lo cual Gabetta le dijo que era largo de contar, que eran militantes políticos. Aprovechó para sacarse la duda:

-¿Y usted por qué nos ayudó?

-Por eso, porque los perseguía la policía –contestó ella con una gran sonrisa.

jueves, 2 de abril de 2020

Espionaje: Crypto fue un troyano criptográfico de la CIA y el BND

El golpe maestro de la CIA y sus socios alemanes

Una investigación de ‘The Washington Post’ y las cadenas ZDF y SRF destapa el espionaje de EE UU y Alemania a otros Gobiernos durante décadas



Boris Hagelin, con un máquina de cifrado. GETTY


Yolanda Monge || El País



Es uno de los mayores casos de espionaje, material de novela de John Le Carré o de un guion cinematográfico. Durante más de cinco décadas, la CIA y los servicios de espionaje de la entonces Alemania Occidental (BND, en sus siglas germanas) controlaron en secreto una empresa suiza que fabricaba y vendía dispositivos de encriptación y líneas de comunicación seguras a más de 120 países. Pero el caso es que ni las líneas ni los mensajes cifrados eran seguros, ya que la CIA y los alemanes tenían acceso a la información a través de los dispositivos, según desveló este martes una investigación periodística de The Washington Post, junto a las cadenas de televisión ZDF (Alemania) y SRF (Suiza).

Fue El golpe de inteligencia del siglo, titulaba este martes el periódico estadounidense. Fueron clientes de la empresa Crypto AG y sus máquinas trucadas países como Irán, juntas militares de América Latina, naciones rivales como India y Pakistán, Estados miembros de la OTAN como España, la ONU e incluso el Vaticano, según la extensa investigación, que asegura que “estas agencias de espionaje manipularon los dispositivos de la compañía para poder romper fácilmente los códigos que los países usaban para enviar mensajes cifrados”. Hasta ahora, ese peculiar partenariado era uno de los secretos mejor guardados de la Guerra Fría.

Todo empezó en plena Segunda Guerra Mundial, cuando la firma Crypto fue creada por Boris Hagelin, un empresario e inventor nacido en Rusia pero que huyó a Suecia cuando los bolcheviques tomaron el poder. Cuando los nazis ocupaban la vecina Noruega en 1940, Hagelin decidió emigrar de nuevo, en esta ocasión a Estados Unidos.

El inventor llevaba consigo la famosa máquina encriptadora, bautizada como M-209. Según la historia interna de la CIA, citada en la investigación del Post, se hacía necesario controlar a Hagelin para que limitara la venta del codificador solo a países aprobados por Washington. En definitiva, Crypto no debía caer en manos de los soviéticos, los chinos o los norcoreanos. Esos países, sin embargo, nunca fueron clientes de la compañía, por lo que, en teoría, quedaron fuera de los límites directos del espionaje montado por EE UU y Alemania.

No obstante, los agentes de la CIA obtuvieron mucha información valiosa de Pekín y Moscú a través de las interacciones de estos países con servicios secretos o diplomáticos de naciones que sí tenían los aparatos de cifrado. La conocida como Operación Thesaurus se firmó en un elitista club de Washington, el Cosmos, cuando Hagelin selló en 1951 con un apretón de manos durante una cena el primer acuerdo secreto con la inteligencia estadounidense, que trajo consigo a William Friedman, el padre de la criptología americana.

El acuerdo consistía en que Hagelin trasladaba la compañía a Suiza y restringía las ventas de sus modelos más sofisticados a países aprobados por Langley (donde tiene la sede la CIA). Las naciones que no estaban en esa lista obtenían de Crypto AG sistemas anticuados y sin apenas efectividad. A Hagelin se le compensaba económicamente por la pérdida de ventas.

El siglo XX avanzaba y prácticamente nadie en Crypto, excepto Hagelin, sabía de la implicación de la CIA en la compañía. Los beneficios eran abundantes. Cada año, según los registros de la inteligencia alemana, el BND entregaba su parte de las ganancias en efectivo a la CIA en un oscuro garaje de Washington.

En la década de los ochenta, la operación pasó a denominarse Rubicón. Para entonces, ya existían algunas tensiones entre Washington y Bonn a cuenta de los objetivos y del reparto de la información conseguida. Ambas partes, según la investigación, también usaron para su espionaje a otras empresas, a Siemens en Alemania y Motorola en EE UU.

Crypto, además, daba buenos beneficios. Según la CIA, en 1975 la compañía ganó más de 51 millones de francos suizos (unos 47,8 millones de euros). Mientras, Rubicón permitió décadas de acceso sin precedentes a las comunicaciones de otros Gobiernos. Por ejemplo, en 1978, cuando los líderes de Egipto, Israel y EE UU se reunían en Camp David para negociar un acuerdo de paz, la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, en sus siglas en inglés) escuchaba de forma secreta las comunicaciones del presidente egipcio Anwar el-Sadat con El Cairo.

A través de un sistema de Crypto se supo también que el hermano del presidente de EE UU Jimmy Carter estaba supuestamente en nómina del líder libio Muamar el Gadafi. La tecnología también propició que la Administración de Ronald Reagan pasase información a Londres sobre la breve guerra del Reino Unido con Argentina por las Malvinas. En 1989, el uso del Vaticano de un aparato de Crypto fue determinante en la captura el general panameño Manuel Antonio Noriega cuando el dictador buscó refugio en la Nunciatura de Panamá.

Los alemanes abandonaron el programa hacia finales de los noventa; la CIA continuó. Pero Crypto se fue disolviendo y dejó de existir en 2017. Ahora existen Crypto International y CyOne; la primera asegura que nunca supo nada de la trama de Crypto, y la segunda se acoge al socorrido “sin comentarios”.

martes, 31 de marzo de 2020

Guerra Hispano-Norteamericana: El alcance del brazo armado del Tío Sam

América en la guerra hispanoamericana

W&W





(en el sentido de las agujas del reloj desde la parte superior izquierda) Cuerpo de señales que extiende las líneas telegráficas desde las zanjas soldados filipinos del USS Iowa con cascos de médula española fuera de Manila
El lado derrotado que firma el Tratado de París Roosevelt y sus Rough Riders en la captura de San Juan Hill Reemplazo de la bandera española en Fort Malate



Poco después de los grifos del 15 de febrero de 1898, el acorazado Maine de los Estados Unidos explotó y se hundió en el puerto de La Habana, llevándose consigo 266 vidas estadounidenses. Si bien la guerra contra España no comenzó hasta dos meses después, este desastre proporcionó la causa que reunió al público estadounidense a favor de la guerra. La gente ya no preguntaba si vendría la guerra, sino cuándo comenzaría.

Hoy, esa guerra evoca imágenes del Escuadrón de Dewey navegando hacia la Bahía de Manila y destruyendo la flota española o de los Rough Riders de Roosevelt cargando la colina de San Juan frente a determinados francotiradores españoles. Sin embargo, estas imágenes creen la verdad. A principios de 1898, Estados Unidos apenas se clasificó como una potencia de tercer nivel y la "sabiduría no convencional" en Europa sopesó el conflicto potencial a favor de España. De hecho, al examinar la conducta de la guerra, si los españoles hubieran estado más decididos a ganar, o más afortunados, los estadounidenses podrían haber perdido.

El camino hacia la guerra

"Ustedes proveen las fotos y yo la guerra"
-William Randolph Hearst a Frederick Remington

La guerra con España resultó de una larga serie de provocaciones, tanto reales como imaginarias. La fuente de problemas era la severidad de la administración colonial de España, agravada por su falta de voluntad para ceder autonomía u otorgar libertades políticas y económicas básicas. Cuba no había sido tan rebelde como el resto de América Latina, pero en 1868 eso cambió. Esta rebelión fue conocida como la Guerra de los Diez Años. Al finalizar en 1878, España prometió reformas y el fin de la esclavitud (finalmente abolido en 1886). Los líderes rebeldes abandonaron Cuba, se declararon el Partido Revolucionario Cubano y establecieron una sede en Nueva York.

Conocidos como la "Junta de Nueva York", estos agitadores profesionales incluyeron a Tomás Estrada Plama, Máximo Gómez, Claxito García y José Martí. En el verano de 1894, cuando el Congreso de los Estados Unidos impuso un arancel aduanero al azúcar (el arancel Wilson-Gorman), llegó la oportunidad de la Junta, ya que la economía cubana azucarera colapsaría en breve.

La nueva revolución comenzó el 24 de febrero de 1895. Después del entusiasmo inicial, la revolución se redujo a enfrentamientos esporádicos de guerrilla, principalmente en el interior de la jungla del este de Cuba. Los rebeldes fueron liderados por Máximo Gómez, quien había luchado en la Guerra de los Diez Años. Conocido como El Chino Viejo. (El viejo chino), Gómez presentaba una apariencia poco militar, pero demostró ser astuto y persistente. Al darse cuenta de que nunca podría ganar una batalla campal con los españoles, luchó contra una campaña de terrorismo calculado. Al atacar la economía cubana, podría obligar a la población a unirse a él o buscar refugio en las ciudades de la guarnición española.

Esta estrategia desconcertó al comandante en jefe español, Martínez Compos, vencedor de la Guerra de los Diez Años, quien descubrió que su fuerza de más de 100,000 regulares no podía cerrar para un combate decisivo. Compos siguió una política de defensa pasiva dividiendo la isla en zonas militares detrás de un sistema de trochas (líneas fortificadas) diseñadas para restringir el movimiento rebelde. Estas líneas destruyeron la moral de su ejército al sofocar la iniciativa.

Finalmente, fue reemplazado por el más despiadado general Valeriano Wyler y Nicolau.

Con una guerra tan sucia pero colorida en la puerta de Estados Unidos, los curiosos no carecían de noticias. Fue la oportunidad perfecta para que cada corresponsal extranjero dejara su marca en el campo. Muchos periódicos y publicaciones periódicas enviaron reporteros, incluso proporcionando algunos yates alquilados para su uso como botes de despacho privados. Con una competencia tan dura, no pocos recurrieron a inventar historias de "brutalidades" españolas. De hecho, tales fueron los artículos más populares en casa, particularmente cuando se condimentaron con "testimonios" cubanos o la "evidencia indiscutible" proporcionada por los rebeldes.

Esta fue la competencia más feroz con los periódicos Hearst y Pulitzer como los principales contendientes. La única preocupación era vender más periódicos y este sesgo, vulgaridad y sensacionalismo nos dio lo que hoy llamamos "periodismo amarillo". 1896.) La prensa amarilla fue directamente responsable de alinear la opinión pública a favor de la guerra para liberar a Cuba. Sin embargo, la fama de ciertos escritores y corresponsales se elevó por encima del periodismo amarillo. Estas personas incluyen a Richard Harding Davis, quien también cubrió las Guerras Boer y Russo-Japonesas; Stephan Crane, quien escribió The Red Badge of Courage; y pintor e ilustrador Frederic Remington.

Desafortunadamente para España, las políticas antiinsurgentes del general Wyler inflamaron la opinión pública estadounidense. Al llegar a Cuba en febrero de 1896, Wyler encontró la economía en caos y la situación militar fuera de control. Inmediatamente impuso la ley marcial y la ejecución sumaria de terroristas. Llevando ya el apodo de "Carnicero", Wyler no tuvo que ordenar muchas ejecuciones antes de que el Senado de los Estados Unidos debatiera el reconocimiento de los beligerantes cubanos. Aunque este debate finalmente desapareció, Wyler nunca estuvo completamente fuera de la vista pública. De hecho, ese otoño Wyler casi se convirtió en un problema político en las elecciones presidenciales de 1896 cuando declaró la política de "reconcentrado" (reconcentración). Wyler tenía la intención de reubicar a la población rural en pueblos guarnecidos por sus propias tropas, separando así a los leales de los rebeldes mientras expandía el sistema de trochas. El resultado fue un desastre.

Al igual que Campos, Wyler había negado su gran superioridad numérica al extender sus fuerzas por todas partes. Dado que los leales campesinos no podían producir suficiente comida, la economía ya inestable de "la Perla de las Indias" se convirtió en un caos, y la fuga financiera en España fue enorme. Peor aún, la estrategia de Wyler entregó la iniciativa a los rebeldes en el mismo momento en que los españoles deberían haber perseguido agresivamente a cada banda rebelde. Antonio Maceo, uno de los lugartenientes más hábiles de Gómez, subrayó este fracaso al llevar a su brigada de un extremo de Cuba al otro. Aunque murió en una emboscada mientras lideraba una nueva incursión (diciembre de 1896), Maceo logró la victoria a pesar de su derrota en casi todos los enfrentamientos. Al llevar la guerra al relativamente tranquilo oeste de Cuba, obligó a todos los cubanos a elegir España o la rebelión.

La tendencia general de los acontecimientos económicos mundiales también funcionó contra España. Se había desarrollado una nueva colonización industrial. La creciente madurez de los mercados europeos y el aumento coincidente de la productividad impulsaron a las naciones de Europa a buscar mercados extranjeros. España no pudo igualar su expansión con su limitada base industrial, y pronto encontró que sus colonias proporcionaban las materias primas para el desarrollo económico extranjero. Cuba produjo mucho azúcar, tabaco y varios minerales, pero el 75% de sus exportaciones se destinó a los Estados Unidos. En el severo pánico financiero mundial de 1893, el precio del azúcar se desplomó y las barreras comerciales aumentaron. En los Estados Unidos, ambos partidos políticos siguieron una política arancelaria activa que solo podía traer la ruina económica a Cuba. El público no tuvo un interés político urgente en Cuba durante las elecciones presidenciales de 1896 y nunca desarrolló una preocupación económica. De hecho, Cuba tenía solo un pequeño interés económico para los Estados Unidos.

Si bien el calor de la retórica política hizo más probable la guerra con España, el recientemente elegido presidente McKinley rechazó la idea de usar la fuerza. Envió a los españoles varias propuestas para evitar la guerra. Estos quedaron sin respuesta, aunque el general Wyler fue reemplazado en octubre de 1897. Con el reemplazo de Wyler, McKinley tuvo su mejor oportunidad para resolver la cuestión de Cuba. Para su crédito, le dio a España el tiempo suficiente para encontrar una solución, pero tal vez los jingoístas y los periódicos lo presionaron demasiado para que España salvara su honor.

Mientras McKinley mantuvo una postura pública de paz, los periódicos trabajaron para la guerra manteniendo las condiciones en Cuba ante el público. Las historias que crearon causaron disturbios en La Habana. El 12 de enero de 1898, una mafia dirigida por oficiales militares españoles atacó las oficinas de los periódicos de La Habana. Si bien no hubo amenazas a la propiedad estadounidense, el cónsul general Fitzhugh Lee, que estaba a favor de la guerra con España, solicitó que se enviara un buque de guerra estadounidense a La Habana. El 25 de enero, Maine llegó con banderas y la tripulación en las estaciones de batalla.

Tras la destrucción de Maine el 15 de febrero, McKinley se dio cuenta de que la carrera hacia la guerra era inevitable ya que el público estadounidense ahora totalmente excitado clamaba por la acción. Propuso fondos adicionales para la defensa nacional y habló activamente en contra de las políticas de España. Finalmente, cuando Madrid finalmente abandonó su política de reconcentrado y cumplió con algunas demandas estadounidenses, McKinley pidió a España que declarara un armisticio inmediato de seis meses. España otorgó esta y otras concesiones, pero sus propios jingoístas obligaron al gobierno a mantener los términos del acuerdo que preservarían la soberanía española sobre Cuba. Pronto se hizo evidente que España jugaba por tiempo. El 11 de abril, McKinley solicitó al Congreso autorización para poner fin a las hostilidades contra Cuba. El 20 de abril, se hizo la demanda final para que España ceda su autoridad en Cuba a los Estados Unidos. El 21, la Armada navegó hacia Cuba y declaró un bloqueo para gran parte de la isla a partir del 22. El 25 de abril, se declaró la guerra, retroactiva al 21.

El llamado a las armas

La aparente fuerza española al estallar la guerra es engañosa. Para oponerse a los EE. UU., España tenía en su lista de ejércitos en 1898 unos 492.067 hombres (regulares y voluntarios) distribuidos de la siguiente manera:
  • 152,284 en España
  • 278,447 sobre Cuba
  • 51,331 en Filipinas
  • 10,005 en Puerto Rico
Esta lista, sin embargo, oculta los números reales al retener a los enfermos y muertos. Desde el comienzo de la insurrección en 1895, el ejército español había sufrido unas 2.000 muertes en combate y 8.500 heridos. Otros 13,000 habían muerto por fiebre amarilla y otros 40,000 habían muerto por "otras causas". El 8 de febrero de 1897,18,000 yacían en hospitales cubanos. Para abril de 1898, el ejército español en Cuba reunió 155.302 clientes habituales y 41.518 voluntarios (más muchos miles de irregulares que en su mayoría fueron ineficaces). Ya se enfrentaba a un enemigo activo, tenía alimentos inadecuados, estaba devastado por enfermedades tropicales, apenas podía redistribuirse en Cuba y tenía pocas posibilidades de refuerzo desde España.

La guerra encontró a los Estados Unidos con un objetivo claro y definido. Una vez que Cuba fuera liberada del dominio español, la guerra terminaría. Por lo tanto, la isla sería el principal campo de batalla y el objetivo lógico principal sería su capital, La Habana, defendida por unos 31,000 regulares españoles bien arraigados. Una estrategia simple, sin embargo, el ejército de los EE. UU. Entró en la guerra lamentablemente sin preparación para procesar cualquier estrategia. En vísperas de la guerra había 28,183, que apenas tripulaban 25 infantería, 10 caballería y 5 regimientos de artillería. Algunos elementos de estos regimientos tuvieron que permanecer en los estados occidentales para vigilar a los indios. La declaración de guerra agregó 33,000 reclutas, pero de ellos solo unos pocos cientos vieron alguna pelea.

Como el ejército de los EE. UU. era tan poco fuerte, el presidente se vio obligado a convocar a regimientos de voluntarios para luchar junto a los regulares. Los planificadores consideraron movilizar a las milicias estatales (la Guardia Nacional), con un total de unos 100,000 hombres, pero luego decidieron llamar a voluntarios para crear una guerra de ciudadanos por la libertad.

La primera llamada fue para 125,000 hombres. Cada estado tenía una cuota, pero a algunos se les concedió aumentos para que todas sus organizaciones de milicias pudieran transferirse intactas al servicio federal. Por ejemplo, Pensilvania pudo transferir todos sus quince regimientos de milicias en lugar de los diez asignados. Esto fue afortunado ya que la milicia de Pensilvania fue considerada la más eficiente de todas. Como los estados generalmente otorgan un permiso de ausencia de la milicia a cada guardia que se ofreció como voluntario, los voluntarios de la milicia comprendieron la gran mayoría de la primera llamada. Se formaron en 119 regimientos de infantería, 5 regimientos de caballería, 16 baterías de artillería de campo y un regimiento de artillería pesada, además de destacamentos variados.

Una segunda convocatoria reunió a 75,000 hombres, que fueron utilizados para completar los regimientos de la primera convocatoria y, adicionalmente, algunos regimientos nuevos. Digno de mención fue la insistencia de McKinley de que se formaran cinco regimientos de voluntarios negros y que el octavo regimiento de Illinois (de color) fuera comandado por el primer coronel negro del Ejército de los EE. UU. (Coronel John R. Marshall). Ninguna de estas formaciones, sin embargo, vio combate.



Los voluntarios estaban entusiasmados y profundamente convencidos de la justicia del nuevo ejército ciudadano. El primer regimiento de caballería voluntario, denominado "Rough Riders" por los numerosos corresponsales de periódicos que cubrieron su formación y hazañas, fue reclutado de Nuevo México, Arizona, Oklahoma y el Territorio Indio. Inicialmente se incluyeron alrededor de 100 atletas de las universidades de la Ivy League (Harvard, Princeton, Yale, etc.); otros se unirían más tarde. Había broncobusters, vaqueros, hijos de veteranos confederados, algunos Rangers de Texas, un mariscal de Dodge City (Benjamin Franklin Daniels) y algunos indios conocidos solo por sus apodos: Cherokee Bill, Happy Jack of Arizona, Smokey Moore y Rattlesnake Pete. . Otros dieron nombres ficticios: un individuo deseaba redimirse de un cargo de asesinato en casa.

El regimiento fue el proyecto de Theodore Roosevelt, entonces subsecretario de la Marina. Declinó un nombramiento político como coronel del regimiento, citando su falta de experiencia. En cambio, reclutó a un conocido del ejército regular, el Capitán Leonard Wood, para que lo comandara, mientras se convirtió en teniente coronel. El Congreso había autorizado a cinco regimientos de caballería voluntarios (tres para estar en el oeste) y había asignado 780 hombres al regimiento, pero este número se elevó a 1,000 ya que más amigos de Roosevelt querían que sus hijos se unieran. El regimiento fue montado completamente mientras estaba en los Estados Unidos.

Antes de la guerra, Estados Unidos no tenía una organización militar permanente más alta que el regimiento. Regimientos voluntarios se establecieron en 12 empresas de 106 hombres. En la práctica, la mayoría promedió alrededor de 1,000 hombres, grandes en comparación con los habituales. (De los 24 regimientos regulares que no pertenecen a la artillería que vieron acción en Santiago, 21 tenían solo alrededor de 500 hombres, o incluso menos). Los regimientos voluntarios estaban llenos de nombramientos políticos; algunos oficiales voluntarios, sin embargo, habían estado con el ejército regular, y habían sido atraídos por los voluntarios por aumentos en el rango y el pago.

Los españoles se organizaron de manera similar a los EE. UU. Con 12 compañías en el regimiento, pero cada compañía contaba con unos 130 hombres. Incluyendo su sede y una banda de 47 hombres, el regimiento español contaba con 1711 hombres. En niveles superiores, España siguió la práctica europea de combinar dos regimientos para formar una brigada y dos brigadas para formar una división. Cada regimiento de artillería estaba organizado en dos batallones, cada uno con dos baterías de 4 cañones. No se encontró ningún regimiento de infantería indiviso en Santiago.
Las unidades españolas regulares estaban ampliamente dispersas en batallones e incluso compañías separadas, pero a menudo estaban bien reforzadas con tropas locales. Los que no estaban en guarniciones estáticas fueron asignados a una "columna". Estas columnas variaban en tamaño desde unas pocas compañías hasta tres o cuatro batallones. Algunos comandantes tenían una reputación temible, pero en general, el ejército español en Cuba se comportó con considerable moderación. Lamentablemente, el injerto fue generalizado. Había tantos oficiales españoles involucrados en la rivalidad internacional en la venta de armas que se dijo que casi todos los oficiales españoles por encima del rango de mayor eran empleados de Krupp o Vickers. Sin embargo, el ejército era veterano, con oficiales y hombres experimentados. Todavía podría repartir daños y continuar funcionando, incluso después de terribles bajas.

Las tropas estadounidenses sufrían de un mal equipamiento para hacer campaña en los trópicos. El problema más notable fue la regulación del uniforme azul de lana, adecuado para hacer campaña "en Montana en otoño", pero ciertamente no para los trópicos de verano con la temporada de lluvias. Solo los Rough Riders tenían uniformes marrones ligeros apropiados.

Se esperaba que cada hombre, tanto regular como voluntario, llevara todo su equipo en todo momento. El kit estándar comprendía unas 100 rondas de municiones en cartucheras colgadas alrededor de sus caderas, una bayoneta enfundada, una cantimplora cubierta de lona, ​​media carpa, dos postes y algo de ropa. Desafortunadamente para su salud, muchos soldados tiraron ropa y tiendas de campaña. Algunos llevaban los nuevos paquetes de Meriam, una mochila de lona cuadrada en forma de caja, pero la mayoría sudaba bajo el viejo rollo de manta de la Guerra Civil.

Se suponía que un soldado llevaba una ración de cinco días, pero la mayoría de las primeras acciones habían tenido poco para comer. La ración estándar era carne de res enlatada, hardtack, frijoles blancos secos y granos de café tostados. Esta dieta era demasiado pesada para los trópicos y la carne enlatada se echó a perder rápidamente. Incluso el agua no era buena, pero los pantanos cercanos representaban una amenaza mucho más grave, la fiebre amarilla. La medicina estadounidense no proporcionó respuesta, salvo la de alejarse del problema.

En combate, el regular estadounidense llevaba el rifle Krag-Jorgenson. Este repetidor tenía cinco rondas en su revista y era adecuado para un servicio rudo. La caballería llevaba la versión de carabina más un revólver. Estados Unidos tenía suficientes Krags en su arsenal (53,000 más 15,000 carabinas) para equipar a todos los nuevos reclutas para los asiduos pero, obviamente, no lo suficiente para los voluntarios. Estaban equipados con el fusil Springfield calibre .45 modelo 1873, un arma de un solo disparo. Desafortunadamente, la mayoría de las municiones disponibles para Springfield usaban polvo de carbón, que producía nubes de humo. El Springfield, sin embargo, era un arma poderosa y precisa. Disparó una bala que pesaba 500 granos contra 220 granos para el Krag. Ambos fusiles tenían aproximadamente el mismo alcance. Dado que las tácticas de fuego de EE. UU. Enfatizaron la precisión en lugar del volumen de fuego, no es sorprendente que el Springfield disfrutara de un uso tan amplio. Curiosamente, algunos Rough Riders preferían sus rifles personales de Winchester.

El soldado de infantería español llevaba el Mauser calibre .45, un repetidor que entregaba 15 balas por minuto con polvo sin humo. Los españoles favorecieron el volumen de fuego, una táctica que funcionó bien en un país cerrado.

El soldado de infantería estadounidense podría esperar poca ayuda de su artillería. La pieza estándar era un cargador de nalgas de 3.25 ″ y, como el rifle Springfield, descargaba nubes de humo cuando se disparaba. El desempeño de la artillería estadounidense sufrió de una ubicación deficiente, falta de observación y falta de coordinación con la infantería. Los españoles tenían piezas Krupp eficientes de carga de nalgas con un alcance superior a las armas americanas, pero había pocas disponibles y mucha munición resultó ser defectuosa. La mayor parte de la artillería española comprendía antiguos cargadores de bozal buenos para poco más que disparos a corta distancia.

A las fuerzas estadounidenses debe agregarse el ejército rebelde cubano. Según los registros oficiales cubanos, 53,774 sirvieron en la Revolución desde 1895 hasta 1898. Cuando los Estados Unidos invadieron, los rebeldes sumaban unos 15,000, de los cuales alrededor de 6,500 se podían encontrar en la provincia de Santiago, al mando de Claxito García. El resto estaba bastante aislado de Santiago. Las fuerzas rebeldes estaban atrozmente equipadas, muchas yendo a la batalla apenas vestidas y armadas solo con machetes. Los que portaban armas a menudo no tenían más de una o dos rondas; de hecho, los cartuchos españoles de Mauser eran una forma de moneda en La Habana. Los rebeldes no podían participar en el combate cuerpo a cuerpo, ya que carecían de firmeza y disciplina, habiendo perdido a muchos de sus mejores oficiales.

lunes, 30 de marzo de 2020

SGM: La batalla de tanques nocturna de Stadensen

Combate nocturno - Stadensen, abril de 1945

W&W



Lucha Nocturna - Stadensen, Alemania, 14-15 de abril de 1945


Stadensen / Uelzen en la noche del 14/15 de abril de 1945.

Aquí es como se describe en la historia de la 15a División publicada en 1945:

“Más al sur, durante el 14 de abril, la 46ª Brigada continuó su acercamiento a Uelzen. trapeando a horcajadas sobre el eje principal divisional. A la derecha de la carretera, los Highlanders de Glasgow y una tropa del Regimiento de Reconocimiento sorprendieron a una columna de un par de cientos de alemanes en el acto de retirarse. Después de matar a unos pocos, tomaron al resto prisioneros.

Esa noche, los montañeses de Glasgow se detuvieron en el pueblo de Stadensen. seis millas al sureste de Holdenstedt. Al darse cuenta de que su batallón estaba solo y que podría haber grupos de batalla enemigos a la vista, el teniente coronel Baker-Baker sabiamente decidió formar un campamento perimetral, con sus compañías de fusileros en las cuatro esquinas y con sus tanques, artillería. , morteros, ametralladoras y transporte estacionados en el centro. El escuadrón del Regimiento de Reconocimiento que había estado cubriendo su frente entró en el puerto de Netteikamp a una milla al noreste. Poco antes de la medianoche, los montañeses de Glasgow escucharon sonidos de disparos provenientes de la dirección de Nettelkamp ...

En 15-30 A. M. el 15 de abril, el H. L. I reanudó su avance hacia Veerssen, en las afueras del sur de Uelzen. Desde el principio se encontraron con una oposición salvaje. El enemigo contraatacó y disolvió la compañía de avanzada del HL I, que dejó de ser una entidad por un tiempo, aunque sus varias partes continuaron luchando con firmeza. El enemigo tenía muchas ametralladoras y pistolas SP admirablemente ubicadas para comandar cada Acercarse. Estos formaron el marco de un cabrestante de defensa que fue completado por escuadrones de infantería decididos armados con bazucas o carabinas. En estas condiciones, los guardias escoceses Churchill no podían avanzar. La batalla cerrada se resolvió en una lucha casa por casa, a quemarropa. El teniente coronel Bramwell Davis resultó herido y fue reemplazado por el mayor noble. A la luz del día, el H. L. I había ganado un punto de apoyo en Veerssen, pero no más.

Mientras tanto, los Gordon a la derecha atacaron la carretera en un frente de una sola compañía hacia las casas y jardines en las afueras del sur de Uelzen. Allí no les fue mejor que el H LI y su compañía avanzada pronto fue retenida por más S. P. s. apoyado por los equipos spandau y bazooka, antes de que hubiera avanzado mucho más allá del paso a nivel. Tanto H. L. I como Gordons pasaron el 15 de abril con sus tropas avanzadas atrapadas por el fuego e incapaces de avanzar. Habían tomado unos doscientos prisioneros.

Ahora debemos volver a los Highlanders de Glasgow, a quienes dejamos en Stadensen a medianoche del 14 al 15 de abril. Los sonidos de disparos en dirección a Nettelkamp pronto desaparecieron. De hecho, como se supo después, el escuadrón del Regimiento de Reconocimiento en el puerto de Nettelkamp había sido invadido esa noche en su grupo de batallones, los montañeses de Glasgow tenían un montón de camiones de 3 toneladas, además de su propio transporte, por no mencionar el Escuadrón de Coldstream. una tropa S. P. de 17 libras del 91º Regimiento Antitanque, la sede del 190º Regimiento de Campo y las 529ª y 530ª Baterías de Campo, y un pelotón de Ingenieros. Toda esta masa de vehículos estaba estacionada en las calles y callejones de Stadensen. No fue sino hasta alrededor de las 4 de la madrugada que comenzaron los combates en Stadensen, cuando ambas compañías en el lado este del perímetro informaron simultáneamente que estaban bajo fuego y que podían escuchar el ruido de los vehículos de la vía '' 'apagado' inmediatamente después, La infantería enemiga que cabalgaba sobre medias vías blindadas y apoyada por armas de fuego especiales invadió los pelotones delanteros de ambas compañías y se estrelló contra la aldea. Siguió un cuerpo a cuerpo salvaje y terrible, en el que el enemigo S. P. s incendió la mayoría de las casas de Stadensen, y estas a su vez prendieron fuego al transporte de Glasgow Highlanders. El teniente coronel Baker-Baker se apresuró a rodear a sus compañías y les dio el aliento que era todo lo que necesitaban para que pelearan donde estaban parados. A su regreso al cuartel general del batallón, descubrió que un enemigo S. P. que había penetrado en el patio, estaba en el acto de volar su oficina de señales a quemarropa.



Al humo y las llamas de las casas pronto se agregó la explosión de explosivos a medida que aumentaban las pilas de municiones alemanas, seguidas por varios camiones de municiones. En esta confusión, las tripulaciones de los tanques y las armas tuvieron una lucha frenética para mantener a raya las llamas hasta que pudieran liberarse y entrar en acción. Aquí el comandante J H M Stephenson de la 530ª batería de campo mostró el liderazgo del mejor orden. Primero le disparó a un oficial alemán con su revólver; luego noqueó dos medias pistas alemanas con un P. I. A. T. - y, finalmente, tripuló un 25 libras con éxito en un papel antitanque. Debía obtener una Cruz Militar para el trabajo de su noche. Las armas y los tanques finalmente lograron tomar posiciones para cubrir los cruces de carreteras principales, y los Highlanders de Glasgow, luchando obstinadamente, lograron detener la infiltración. Sin embargo, la terrible experiencia continuó hasta después del amanecer, cuando el enemigo comenzó a retirarse. Ahora era nuestro turno. Las dos baterías de campo estaban en acción al sudoeste de Stadensen, con un OP, tripulado. Estas dos baterías, la tropa S. P. del 91º Regimiento Antitanque, los Churchills. y los 6 libras de los Highlanders de Glasgow hicieron estragos. El enemigo dejó tras de sí doce cañones S. P. y diez semirremolques blindados destruidos, además de muchos muertos y prisioneros.

De estos últimos y de los mapas marcados capturados se supo que el grupo de batalla que había llevado a cabo este ataque pertenecía a la División Panzer Clausewitz, una formación de nueva creación que tenía órdenes de abrirse paso hacia el sur y unirse a las fuerzas alemanas rodeadas en el Montañas Harz. El grupo de batalla se había acercado a Stadensen no por las carreteras, que, según el libro, los Highlanders de Glasgow estaban cubriendo, sino por todo el país.
A este hecho, el éxito inicial del enemigo se debió en gran medida.

Por su parte, los montañeses de Glasgow habían perdido siete muertos y cuarenta y siete heridos y desaparecidos. El fuego había causado estragos entre sus transportes, sus pérdidas en vehículos ascendían a veintidós portadores, diez semirremolques y treinta y un vehículos diversos, además de dos cañones de 17 libras. Stadensen en sí era una ruina, y las bajas entre los aldeanos habían sido muy pesadas. De no haber sido por la resolución inquebrantable de todos los involucrados cuando llegó el ataque, el enemigo ciertamente habría invadido el grupo de batallón.

Los montañeses de Glasgow pasaron el día reorganizándose en Stadensen. Los cameruneses se mudaron a Nettelkamp, ​​que ocuparon sin resistencia, tomando ochenta prisioneros. A la izquierda, el Seaforth todavía estaba en contacto con el enemigo al oeste del eje principal. Esa tarde, la 6ta Brigada de Aterrizaje Aéreo de la 6ta División Aerotransportada relevó a la 46a Brigada, que ahora tomaría el relevo de la 227a Brigada en las afueras de Uelzen. Los Highlanders de Glasgow tenían muy poco equipo y transporte, pero Ordnance realizó milagros de reemplazo ”



Esta es la historia de la historia de la 6ta Brigada de tanques de la Guardia de 1948:
los equipos de tanques ... pronto descubrieron que la aldea ya estaba repleta de SP alemanes y semiorugas tripulados por Panzer Grenadiers ... los alemanes habían logrado engañar a los hombres de la avanzada compañía para que pensaran que eran una armadura británica y los habían invadido por completo ". Parece que los tanques, las armas, el transporte, etc. de Coldstream estaban abarrotados en la aldea. Después de la feroz batalla, 12 de los 13 SP alemanes fueron eliminados y 7 medias pistas quedaron desiertas. Al menos 150 muertos alemanes y 150 prisioneros tomados. Los Coldstreams perdieron 2 tanques, uno de gasolina y tres de tóner, 2 M10; los montañeses de Glasgow perdieron la mayoría de sus transportistas, su vehículo de comando y prácticamente todo su transporte con 30 muertos y 30 desaparecidos. El pelotón de zapadores sufrió mucho y su transporte fue aniquilado.

Ahora, aunque las pérdidas de piel / transporte fueron graves, el hecho clave para nuestro propósito es que solo se perdieron 2 Churchills y 2 M10. Parece que este ataque resultó en la adjudicación de 3 KC por la destrucción de 22 tanques.
"2. El teniente Friederich Anding-18 mata Friederich recibió su KC por la destrucción de 6 tanques y 5 vehículos blindados (así lo dice su Verleihungsvorschlag zum Ritterkreuz), como ayudante del Pz. Jg. Abt. Großdeutschland (comandante del batallón fue el mayor Walle) el 8 de mayo de 1945. Esta acción tuvo lugar en el norte de Alemania (más específicamente en Stadensen) del 14 al 15 de abril. El batallón fue atacado por una gran cantidad de tanques enemigos y vehículos blindados. Major Walle (9 tanques destruidos), Leutnant Anding y Obergefreiter Stützle (7 tanques destruidos) recibieron KC por sus acciones "

La acción en Stadensen está cubierta en el libro alemán "Krieg in der Heimat - Das bittere Ende zwischen Weser und Elbe" de Ulrich Saft, páginas 248-258. Esas 10 páginas se basan principalmente en las cuentas de los sobrevivientes alemanes de esa batalla.



Panzer-Division Clausewitz y Infanterie-Division Schill, fueron dos de las últimas divisiones del ejército alemán formado en la Segunda Guerra Mundial. Ambas divisiones fueron formaciones de arañazos agrupadas en abril de 1945 como intentos de última hora para desplegar unidades dignas de combate de rezagados, unidades de entrenamiento y restos de otras formaciones de primera línea destrozadas. Ambas divisiones se unieron sumariamente a las 12. Armee del general Wenck, la formación recibió la distinción de que Hitler le ordenó liberar a Berlín del cerco soviético a fines de abril. La División Panzer Clausewitz se ocupó principalmente en Occidente, luchando contra el avance de las fuerzas británicas y estadounidenses, mientras que Schill operaba principalmente en el Este, defendiéndose contra las incursiones soviéticas cerca de Potsdam y Brandeburgo.

Según el libro, los elementos de "Clausewitz" involucrados fueron:
  • Elementos de Panzer-Ausbildungsverband "Feldherrenhalle" con un número desconocido de Halftracks, dirigido por Hauptmann Peter
  • Panzerjāger-Abteilung "Großdeutschland" con unos 20 Sturmgeschütze, comandado por Hauptmann Gustav Walle
Según el nuevo libro publicado "Letzte Divisionen 1945 - Panzerdivision Clausewitz - Infanteriedivision Schill", el Pz.Div. Clausewitz tenía a la fecha de 10.4.45 las siguientes unidades:
  • II./SPW Bataillon de Pz.Gr.Rgt. Feldherrenhalle (80 SPW, completamente orgánico de hombres y materiales)
  • Pz.Abt. 106 Feldherrenhalle, con 1 Pz.Kp. (10 Panther y 10 Jagdpanzer IV L / 70)
  • Pz.Jg.Abt. Großdeutschland (completamente orgánico, 31 Stug. III)
  • 1 Kp. de Pz.Jg.Abt. 661 (10 Hetzers)

Hasta el 16 de abril de 1945, la división también recibió las siguientes unidades:
  • 12 Panther y 2 Tiger del Pz.Abt. "Putlos" con Stab, StabKp y V-Kp. parte de un Pi.Kp.
  • 5 nuevos Jagdpanther directos de fábrica
  • 1 gema.Pz.Kp. con 6 Pz. IV, 10 Panther y 1 Pz.FlakZug (3 2,0 cm y 4 3,7 cm en el chasis Pz.III, aunque probablemente los autores se refieran al chasis PZ IV))
Hasta el 18 de abril llegaron las siguientes unidades:

  • 1 Kp. con 7 Pz. IV, 2 Jagdpanzer IV (L / 48?), 4 Jagdpanzer IV L / 70 y un Stug. de tipo desconocido de Pz.Abt. "Putlos"
  • 1 Pi.Kp. en SPW
  • 1 Kp. de Pz.AUfkl.Abt. de Wānsdorf

Más tarde llegaron 4 Schützenbataillone de diferentes unidades y la única unidad de artillería de la división, 1 gema FHBatterie y 1 FlakZug con 2,0 cm Vierlings y Flak 8,8 cm.

La acción fue un ataque sorpresa de la División "Clausewitz" que atrapó los vehículos de la 15ª División Escocesa alineados en Stadensen. Puede leer sobre esto en el libro de Delaforce "Las Legiones del Norte de Monty" (página 200). Se dijo que un Escuadrón de Churchills de Coldstreams estaba allí y no formaban parte de la División Blindada de la Guardia sino de la 6ta Brigada de Tanques de la Guardia.

El teniente Friederich Anding recibió una Cruz de Caballeros por la destrucción de 6 tanques y 5 vehículos blindados, como ayudante del Pz.Jg.Abt. Großdeutschland (comandante del batallón fue el mayor Walle) en 1945. Esta acción tuvo lugar en el norte de Alemania (más específicamente en Stadensen) del 14 al 15 de abril. El batallón fue atacado por una gran cantidad de tanques enemigos y vehículos blindados. Major Walle (9 tanques destruidos), Leutnant Anding y Obergefreiter Stützle (7 tanques destruidos) recibieron KC por sus acciones.

Andreas Düfel vivía cerca de la ciudad de Stadensen, donde se llevó a cabo esta acción, habló con varios testigos y declaró esto sobre este incidente en particular:

La ciudad fue casi completamente destruida por la batalla de tanques. Es interesante notar que los residentes de la ciudad dudan si realmente hubo entre 18 y 22 tanques británicos destruidos. Los restos fueron principalmente vehículos blindados (no tanques) y algunos de ellos eran alemanes. La confusión de la guerra en esos últimos días probablemente podría haber llevado a una evaluación falsa del número real de tanques destruidos.



Las afirmaciones sobre IR Panthers están en todas partes y hay muchas cuentas alemanas que mencionan diferentes números de vehículos y pérdidas. Delaforce da 63 pérdidas de vehículos y dice que se trataba principalmente de transportistas Bren / Universal. Una muestra de las afirmaciones: al final del ataque, la fuerza británica había perdido 22 vehículos Bren, 10 semirremolques, 2 AFV y otros 31 vehículos. También se informó que 30 tanques Churchill fueron destruidos o inmovilizados durante un ataque cerca de Stadensen. Las pérdidas alemanas fueron pequeñas, posiblemente tan poco como 21 muertos y cuatro AFV destruidos

También un punto interesante de Manfred Dörr (autor del libro Die Träger der Nahkampfspange in Gold): (Close Combat Broche in Gold) es ...... ..

No debes olvidar que cuando dos soldados atacan y destruyen el mismo tanque, ambos pueden afirmar que fueron ellos quienes lo destruyeron. Por eso es teóricamente posible que Walle, Anding y Stützle juntos destruyeron 6 tanques y todos recibieron 6 rayas (una insignia de destrucción de tanques en plata) cada uno.



Hay un reclamo de que el IR Panthers destruyó un "pelotón completo" de tanques Comet en abril y creo que esta acción forma la base del reclamo. Aunque muchas personas creen que hubo un uso generalizado de la tecnología IR alemana, no hay un solo ejemplo en el que se haya probado su uso. El mejor de los casos es el uso POSIBLE de 4 (es decir, 2 + 2) Panteras en todo el frente occidental en 1945. No hay evidencia de que se hayan utilizado visiones de IR que no sean reclamos sin fuente para las 4 Panteras. Hay muchas afirmaciones de que X número de Panteras IR destruyeron 10, 20 o 30 veces su propio número de tanques aliados en emboscadas, pero simplemente no es cierto.

Los británicos conocían bien la tecnología IR alemana y tenían sus propios detectores IR en la tienda listos para el primer uso por parte de Alemania. Si usaran sus luces IR, habrían sido detectadas de inmediato y reducidas a chatarra. La mejor analogía sería que sería como salir disparando por la noche, ¡pero usando una antorcha para encontrar tu objetivo! Allied IR Technology estaba en muchas áreas por delante de Alemania y, aunque intentaron montar miras IR en Panthers, simplemente no funcionó. Buena idea pero poco práctica dado el estado de la óptica en ese momento.

La División Clausewitz se dice ampliamente (en fuentes alemanas) que usó IR Panthers en abril de 1945. Se afirma que los estadounidenses "huyeron en pánico" la noche del 21/22 de abril y en una fecha no especificada en abril destruyeron un pelotones enteros de tanques de cometas. Hay varios libros y docenas de sitios que repiten estas afirmaciones como un hecho cuando no son nada por el estilo.

Mi objetivo, como siempre es en estos casos, es verificar el lado aliado de la historia.

El reclamo para las tropas estadounidenses es:

Una acción tuvo lugar el 21 de abril de 1945. Los últimos diez tanques de "Clausewitz", seguidos por un vehículo de reconocimiento Puma de 20 mm (Sd.Kfz.234 / 1), se acercaron a una posición antitanque estadounidense (cañón AT de 76 mm) M2) en el canal Weser / Elbe. Este primer ataque tuvo lugar a las 2 de la mañana. Los estadounidenses estaban alertas y dispararon rondas de iluminación. La Pantera principal fue golpeada y se deslizó en una zanja, el ataque se detuvo. Luego, los IR Panthers se pusieron a cubierto y después de un corto tiempo localizaron las armas y dispararon unas veinte balas. Toda la posición fue destruida, las tripulaciones y la compañía de infantería que lo acompañaba escapando en una especie de pánico. Los IR Panthers siguieron, destruyendo algunos camiones y otros vehículos de apoyo. Este ataque fue un éxito, revelando las enormes posibilidades de la tecnología IR. No se sabe si las Panteras IR de "Clausewitz" se utilizaron por segunda vez.

Ahora la versión de EE. UU. Se puede encontrar en este documento

Después de la acción, abril de 1945


Extraído:

El 21 de abril, la División atacó al norte desde una línea de partida DAHRE - SALZWEDEL con CCA a la izquierda y CCR a la derecha. Justo antes del ataque, CCA fue contraatacado por elementos de la División "Clausewitz". Se disparó fuego de artillería contra las fuerzas atacantes y se rompieron y se dispersaron en los bosques del norte.

CCA atacó contra un enemigo determinado que había establecido defensas improvisadas en el bosque a lo largo de las rutas de avance del comando de combate. Se observó un aumento en el uso de minas antitanque, y el fuego de los nebelwerfers y piezas de artillería retrasó el avance hasta cierto punto. A las 21:00, el 46º Amrd Inf Bn (casado) se reunía para pasar la noche en las cercanías de GADDAU. Las compañías “C” casadas (46º Armd Inf Bn y 34º Tanque Bn) se posicionaron con el CP CCA cerca de KLENZE y el 34º Tanque Bn (casado) se reunieron en las cercanías de BERGEN.
CCR se mantuvo en su ataque hasta 1500. La razón de esto fue que la resistencia frente a CCA era tal que los dos comandos de combate no podían ser paralelos entre sí y, por lo tanto, existía una amenaza para el flanco de cualquiera de ellos. levantó y el otro avanzó demasiado rápido. Después de que CCA agrietara la resistencia en su sector, CCR atacó con el 47º Armd Inf Bn avanzando hacia el norte en la carretera SALZWEDEL - LUCHOW y el 10º Tanque Bn (casado) atacando a la izquierda para limpiar los bolsillos en el bosque cerca de BOMBECK. El 47 ° encontró mucha resistencia a lo largo de su ruta, y se encontraron minas esparcidas en el camino con un campo minado cerca de SAASSE. Los bloqueos de carreteras defendidos por armas AT, nebelwerfers, morteros e infantería, se encontraron a lo largo de la ruta y, en el año 2000, los fuertes disparos de LUCHOW y sus alrededores, llevaron a la fuerza a abandonar su avance esa noche. El batallón entró en una posición de seguridad cerca de SAASSE. Mientras tanto, el décimo tanque Bn estaba atacando en el área de BOMBECK. Se informó que los bosques en esta vecindad eran un punto fuerte de armadura e infantería enemigas. Las posiciones habían sido selladas en el norte y el este por el ataque de CCA en la primera parte del día. El ataque se realizó con una compañía de infantería de tanques casada que se movía hacia el sur desde SEEBEN hasta el ferrocarril y se mantenía allí mientras el resto del décimo atacaba hacia el norte desde el borde sur del bosque.

Una cantidad de personal enemigo fue atrapado y capturado y la pérdida material para el enemigo fue grande. Se sabía que tres (3) tanques habían escapado de la trampa y estos se trasladaron al noroeste hacia el sector CCA. El décimo tanque Bn asegurado para la noche cerca de GR GERSTEDT.

CCB, con el 85º Cav Rcn Sq Mecz adjunto, continuó su limpieza en el KLOTZE FORST. Se encontraron muchos vehículos enemigos quemados junto con otros que aparentemente habían sido abandonados. El comando de combate también mantuvo sus barricadas en el límite occidental del sector en el área de WITTINGEN - ZASENBECK RADENBECK, y mantuvo contacto con la 29ª Div Div al norte. Se estableció un avance de la División CP en SALZWEDEL y las operaciones de la División se dirigieron desde allí.

(NOTA: Div Arty cumplió su misión eficiente habitual en un papel de apoyo, y la desorganización y dispersión de las unidades enemigas atestiguó la precisión del fuego de artillería).

Las pérdidas enemigas se informaron de la siguiente manera:

  • personal, seiscientos cincuenta (650) de PW, asesinado, ciento cincuenta y nueve (159),
  • material capturado o destruido,
  • catorce (14) tanques,
  • cuatro (4) vehículos blindados,
  • nueve (9) semirorugas,
  • dos (2) cañones  SP (1-75 mm, 1-105 mm),
  • dos (2) cañones AT / AA de 88 mm,
  • cuatro (4) cañones de 105 mm,
  • dos (2) cañones antiaéreos de 20 mm,
  • setenta y dos (72) ciclos misceláneos,
  • un (1) vertedero de lubricante de combustible que contiene ciento cincuenta (150) tambores de combustible de 50 galones.

La AAR de EE. UU. No confirma las alegaciones alemanas

# #

El drubbing británico se da como:

Algunos informes hablan de una última acción de las Panteras IR así equipadas cuando se encontraron con una división blindada británica. Un pelotón británico equipado con tanques Comet fue contratado en abril de 1945 (por la noche) por algunas panteras IR de la Solución B. En una corta, corta y feroz luz de fuego, todo el pelotón fue aniquilado.

Este reclamo del cometa fue demolido hace más de una década. No hubo pérdidas británicas de cometas tan destruidas y solo pérdidas de una sola figura en los informes británicos.

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Lo que quiero hacer es resolver el reclamo alemán de que hasta 30 Churchills fueron atacados en la noche del 14/4/45.

Según el libro de Forbes [1], fue el Escuadrón 3 de Coldstreams (4º Batallón) quienes estuvieron involucrados en la batalla con la división Panzer Clausewitz en Stadensen el 14 y 15 de abril de 1945.

Forbes informa que "los equipos de tanques ... pronto descubrieron que la aldea ya estaba repleta de SP alemanes y semiorugas tripulados por Panzer Grenadiers ... los alemanes habían logrado engañar a los hombres de la avanzada compañía para que pensaran que eran armaduras británicas y se habían desbordado por completo". ellos."

Parece que los tanques, las armas, el transporte, etc. de Coldstream estaban abarrotados en la aldea. Después de la feroz batalla, 12 de los 13 SP alemanes fueron eliminados y 7 medias pistas quedaron desiertas. Al menos 150 muertos alemanes y 150 prisioneros tomados.

Los Coldstreams perdieron 2 tanques, uno de gasolina y tres de tóner, 2 M10; los montañeses de Glasgow perdieron la mayoría de sus transportistas, su vehículo de comando y prácticamente todo su transporte con 30 muertos y 30 desaparecidos. El pelotón de zapadores sufrió mucho, y su transporte fue aniquilado. 17 pdr. = 102º Regimiento antitanque (NH) M10 = 63º Regimiento antitanque. Ambas unidades tienen una tropa en Stadensen con los Highlanders.

domingo, 29 de marzo de 2020

SGM: Los latinoamericanos que estuvieron del lado correcto de la contienda

Los Aliados - Los latinoamericanos que ayudaron a derrotar al Eje

por MilitaryHistoryNow.com



Un general alemán se rinde ante un miembro de la Fuerza Expedicionaria brasileña. Italia, 1945.


"Si bien sus contribuciones a la victoria final pueden parecer minúsculas en comparación con las de otras potencias mundiales, su participación es, sin embargo, notable".

LAS NACIONES DE AMÉRICA LATINA a menudo no se cuentan entre los principales contribuyentes a la Segunda Guerra Mundial.

Países como Chile y Uruguay permanecieron en gran medida al margen hasta las últimas semanas de la guerra antes de finalmente unirse a los Aliados.

Otros estados como Paraguay simpatizaban silenciosamente tanto con la Alemania nazi como con Italia.

Columbia, Nicaragua y Bolivia fueron hostiles al Eje, pero no llegaron a comprometer a los ejércitos a la batalla, sino que optaron por suministrar al esfuerzo de guerra de los Estados Unidos materias primas.

Luego estaban Perú y Ecuador. Los dos vecinos peleadores parecían más preocupados por pelear entre ellos en 1941 que por derrotar a las fuerzas de la tiranía.

Sin embargo, a pesar de esto, un puñado de estados latinoamericanos participaron en la Segunda Guerra Mundial. Y aunque sus contribuciones a la victoria final pueden parecer minúsculas en comparación con las de otras potencias mundiales, su participación es, sin embargo, notable. Considere estos:


El 201º Escuadrón de caza aéreo estadounidense estaba tripulado en su totalidad por voluntarios mexicanos. Luchó en el Pacífico en 1945. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

El otro "escuadrón águila"


Inicialmente, México esperaba que pudiera mantenerse completamente fuera de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, todo eso cambió en 1942 cuando los submarinos alemanes que operaban en el Golfo de México hundieron a dos cargueros mexicanos que mataron a 24 marineros. En respuesta, el presidente Manuel Ávila Camacho declaró la guerra al Eje el 22 de mayo. Si bien la falta de equipamiento militar moderno impidió que México hiciera una contribución considerable al conflicto, envió un destacamento de 30 pilotos y 270 miembros del personal de apoyo a los Estados Unidos. para entrenamiento avanzado de combate aéreo en 1944.


Pilotos de las Águilas Aztecas de México.

El grupo, conocido como Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana o Fuerza Aérea Expedicionaria Mexicana, finalmente se unió al 58 ° Grupo de Cazas Americanos como el 201 ° Escuadrón de Cazas, también conocido como "Águilas Aztecas". Washington emitió el equipo con 25 Thunderbolts Republic P-47 de primera línea y para principios de 1945 las Eagles estaban en acción sobre Filipinas. Entre junio y agosto, el escuadrón voló 96 misiones de combate desde su base en Luzón, acumulando casi 2,000 horas de vuelo de combate. [1] Si bien ninguno de sus pilotos obtuvo una sola victoria aire-aire en la campaña, el 201 arrojó casi 1.500 bombas sobre los japoneses. [2] Perdió a tres pilotos en acción. Las Águilas regresaron a México en 1945 y fueron honrados con un desfile en la capital. Actualmente, una parada de metro a lo largo de la línea principal de metro de la Ciudad de México se nombra en honor del escuadrón.


El "Escuadrón Argentino" Nº 164 de la RAF realizó misiones de ataque terrestre en la campaña de Normandía de 1944 utilizando Hawker Typhoons, similar a este. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

“Decididos volamos”

Mientras el gobierno de Buenos Ares se contentaba con ver la guerra desde el costado, más de 600 argentinos, en su mayoría de origen anglo, acudieron en masa a la Real Fuerza Aérea para unirse a la lucha contra Hitler. En 1942, un puñado de estos voluntarios se fusionaron en el Escuadrón "164" El Escuadrón Argentino, su lema era firmes volamos, español para "determinó que volamos". El equipo tuvo su mayor impacto durante la campaña de Normandía cuando voló en busca de tanques. Hawker Typhoons, todos los cuales estaban estampados con marcas de la RAF, así como con la pequeña bandera nacional argentina azul y blanca.


Maureen Dunlop, de la British Air Transport Auxiliary, nació y creció en Argentina. Ella era solo una de las miles que dejaron su tierra natal para luchar por Gran Bretaña. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

En total, casi 4.000 voluntarios, la mayoría de ellos de origen inglés, regresaron al Reino Unido para luchar contra el Eje en tierra, mar y aire. [3] Y sorprendentemente, no todos eran hombres. De hecho, la famosa chica del cartel para el servicio mixto de transporte de avión de transporte auxiliar de transporte aéreo era Maureen Dunlop, una nativa de Quilmes con padres anglosajones.



Un diplomático salvadoreño salvó secretamente a decenas de miles de judíos de las cámaras de gas de Auschwitz. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

El Schindler de las Américas.

Un oscuro diplomático llamado José Castellanos Contreras hizo la contribución más importante de El Salvador a la Segunda Guerra Mundial. Además, lo hizo con un bolígrafo, no con un rifle. En 1942, el enviado con sede en Ginebra preparó documentos falsos para un judío rumano llamado György Mandl que mostraban que el hombre era ciudadano de El Salvador. La artimaña engañó a la Gestapo y salvó al refugiado de la deportación a Auschwitz. Contreras no se detuvo allí. Para 1944, el agregado de 49 años, con la ayuda de otros miembros del cuerpo diplomático salvadoreño, conspiró para distribuir documentos de ciudadanía falsificados a 13,000 judíos que vivían en Europa del Este. Las credenciales falsas permitieron a los portadores y sus dependientes huir de los campos de exterminio nazis. En total, salvó aproximadamente 40,000 vidas. En comparación, el famoso Oscar Schindler rescató a 1.200 reclusos en campos de concentración. Sin embargo, a pesar de su heroísmo, Contreras evitó el centro de atención después de la guerra. De hecho, no fue hasta después de su muerte en 1977 que el alcance total de sus increíbles esfuerzos humanitarios se hizo completamente conocido. Desde entonces ha sido honrado póstumamente en Israel, los Estados Unidos y (por supuesto) su tierra natal.


Cazadores de submarinos como este fueron fundamentales en la guerra de los submarinos en Cuba. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

Los cazadores de submarinos de Cuba


Aunque inicialmente se aferró a una política de neutralidad, La Habana terminó declarando la guerra a Japón y Alemania después del ataque a Pearl Harbor. Y en poco tiempo, Cuba se convirtió en un jugador clave para cerrar el Caribe a los submarinos alemanes. Para ayudar a su aliado, Estados Unidos prodigó La Habana con embarcaciones de superficie y aviones de patrulla marítima, como el Grumman G-21 Goose. El régimen Bautista le devolvió el favor al otorgar a los Estados Unidos tierras para construir pistas de aterrizaje modernas, todo lo cual Washington acordó desalojar después de la guerra. Desde 1942 hasta 1945, los buques cubanos recorrieron las aguas de sus costas en busca de submarinos enemigos. Durante tres años, escoltó a varios cientos de buques mercantes, registró unas impresionantes 400,000 millas marítimas escoltando convoyes y rescató a más de 200 marineros de barcos torpedeados por manadas de lobos nazis. [4] El punto culminante de la campaña naval de Cuba se produjo el 15 de mayo de 1943, cuando tres de sus patrulleras que trabajaban en conjunto con un avión de reconocimiento Kingfisher de la Armada de los EE. UU. atacaron y hundieron el U-176, un barco Tipo IXC que recientemente reclamó dos cargueros aliados en el zona.


Thunderbolts brasileños P-47 en Italia. 1945. (Fuente de la imagen: WikiCommons)

La fuerza expedicionaria brasileña


Aunque con mucho el mayor participante latinoamericano en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno nacionalista de Brasil fue todo menos hostil a los nazis en los años previos al estallido de las hostilidades en Europa. De hecho, el presidente del país, Getúlio Vargas, fue un antiguo admirador del fascismo europeo y buscó fortalecer los lazos comerciales y bancarios con Alemania durante la década de 1930. Cuando estalló la guerra, Brasil no se movió de inmediato para cortar los lazos con Berlín. Sin embargo, en medio de la creciente presión de Washington, Río acordó permitir a la estación estadounidense una flota en Recife en 1942 y construir pistas de aterrizaje en suelo brasileño. Berlín expresó su descontento con el nuevo acuerdo al desatar toda la furia de sus submarinos en la flota mercante del país sudamericano.


El parche del brazo de la Fuerza Expedicionaria brasileña. (fuente de la imagen: WikiCommons)

Entre febrero y agosto, los submarinos reclamaron 13 cargueros brasileños. Como las bajas excedieron de 1,000, la presión popular obligó a Vargas a declarar la guerra al Eje. La armada anticuada de Brasil pronto se encontró hasta el cuello en la campaña de submarinos. A pesar de su marcada obsolescencia, los buques de guerra del país realizaron al menos 66 ataques contra submarinos del Eje en el Atlántico Sur y ayudaron a los Aliados a hundir nueve buques alemanes. [5] Pero la guerra de Brasil no se limitó a la alta mar. En 1944, envió a la Força Expedicionária Brasileira, una fuerza expedicionaria para unirse al Quinto Ejército de EE. UU. Que lucha en Italia. Unos 25,000 soldados participaron en la dura campaña, mientras que dos grupos de luchadores completos, ambos equipados con los últimos P-47 Thunderbolts estadounidenses, realizaron 445 misiones de combate en el teatro. El día más grande de los escuadrones se produjo el 22 de abril de 1945, cuando 25 pilotos brasileños completaron 44 ataques aéreos contra vehículos terrestres alemanes cerca de San Benedetto. [6] La hazaña se celebra anualmente en Brasil en el Fighter Arm Day. Al final de la guerra, 948 de los soldados del país habían muerto en combate junto con 550 miembros del personal naval. [7]

(Publicado originalmente en MilitaryHistoryNow.com el 11 de febrero de 2015)


Las tropas brasileñas liberan un pueblo italiano. (Fuente de la imagen: WikiCommons)