miércoles, 22 de marzo de 2023

Países Bajos: El ejército holandés entre los siglos 17 y 18

Ejército holandés Siglos XVII - principios del XVIII

Weapons and Warfare


 

   
Infantería holandesa 1701-1713.



VENTAS DE PIKE Y SHOT SOCIETY

El control del Ejército Holandés, o “Ejército de la Generalidad” de las Provincias Unidas, como se le conocía formalmente durante este período, recayó inicialmente en los Regentes de los Estados de Holanda, sobre todo en Jan de Witt. Más tarde, este control pasó a Guillermo III, y aún más tarde a Marlborough, aunque los Regentes nunca entregaron su poder sobre la bolsa del Ejército. Esta poderosa palanca le dio a los Regentes de Holanda un control efectivo de la política holandesa más amplia y de la política exterior y militar. El mando del ejército fue una fuente inagotable de conflicto político entre las dinastías y la élite mercantil. Los orangistas siempre buscaron asegurar el mando para los hijos de la Casa de Orange, mientras que la facción republicana, o del partido de los Estados, estaba igualmente decidida a negar el mando a los Príncipes de Orange, incluso si eso significaba otorgárselo a un general extranjero. Se propusieron al mariscal francés Turenne y al general Wrangel de Suecia, y finalmente se aceptó Marlborough. Lamentablemente, el ejército no estaba preparado para el comienzo de la guerra holandesa (1672-1678). En la lucha real contra los invasores franceses, las milicias de la ciudad, incluidas muchas mujeres, tuvieron que rescatar a las tropas holandesas gravemente derrotadas, que endurecieron la resistencia. En dos años, el Ejército se recuperó y, a partir de entonces, mantuvo un alto nivel de profesionalismo y competencia. El ejército holandés también aumentó considerablemente en tamaño, alcanzando los 100.000 hombres en 1675. Bajo Guillermo III (entonces todavía Príncipe de Orange), muchos de sus oficiales eran nobles alemanes, ya que Guillermo encontró que estos eran más fáciles de influir y controlar que los oficiales holandeses. Con el regreso de la paz a fines de la década de 1680, el ejército se redujo temporalmente a 40.000 hombres. Su número aumentó de manera proporcional a la amenaza de Francia a partir de 1688, aumentando durante la Guerra de los Nueve Años (1688-1697). Formó el núcleo de la fuerza de William para la invasión de Inglaterra en 1688 (aunque también lo acompañaron muchos mercenarios). Unos 17 000 regulares holandeses permanecieron allí, o lucharon en Irlanda, hasta 1691. Alcanzó su fuerza máxima de 119 000 hombres en 1708, en comparación con solo 70 000 soldados británicos en el continente ese año. Esta fuerza holandesa se complementó de manera importante con otros 42.000 alemanes y suizos contratados con impuestos holandeses y actuando bajo el mando holandés. Durante la Guerra de Sucesión española (1701-1714), las fuerzas holandesas acordaron servir bajo el mando general de Marlborough, aunque no se le permitió mover o enviar al Ejército a la batalla sin el consentimiento previo de los Estados Generales. que estuvo representado sobre el terreno por varios subcomandantes holandeses. El número de tropas se redujo de 130.000 (incluidos los extranjeros) en 1712 a 90.000 en 1713 y solo 40.000 en 1715, con esta última fuerza una mezcla de holandeses, suizos y escoceses. En 1717, el ejército se redujo en otros 6.000 hombres a una fuerza permanente de 34.000.



Godard van Reede, primer conde de Athlone (1644-1703).

general holandés. Habiendo servido en varias guerras de las Provincias Unidas contra Luis XIV, incluida la Guerra de los Nueve Años (1688-1697), Athlone navegó con Guillermo III rumbo a Inglaterra durante la Revolución Gloriosa. Fue más eficaz en la lucha contra los jacobitas y la fuerza expedicionaria francesa en Irlanda después del Boyne (11 de julio de 1690). En 1691 capturó la ciudad de Athlone, en cuyo nombre fue ennoblecido más tarde. Comandó bien y ganó en Aughrim (12/22 de julio de 1691), donde infligió bajas enemigas a un ritmo diez veces mayor que el suyo (7.000 a solo 700). Eso obligó a los restos de los ejércitos irlandés y francés a retirarse a Limerick. Tomó la ciudad fortaleza en octubre de 1692, después de un largo asedio. Athlone luego se fue a los Países Bajos y la guerra contra Francia. Luchó en Steenkerke (24 de julio/3 de agosto de 1692) y el asedio de Namur (2 de julio-1 de septiembre de 1692). 1695). Pudo haber comandado el ejército holandés durante los primeros años de la Guerra de Sucesión española (1701-1714), pero en lugar de eso, magnánimamente se remitió a Marlborough, a quien sirvió como leal lugarteniente.

martes, 21 de marzo de 2023

Confederación Argentina: Los degolladores

Los degolladores

Revisionistas


Los degolladores, óleo de Cesáreo B. de Quirós.

-¿Cómo se degollaba, don Pascasio?

Esta pregunta se la oímos hacer hace más de un siglo a don Pascasio Rivas, un cordobés que anduvo en muchas y que también vio muchas…

-Y… lo más fácil.  Se le metía el cuchillo debajo de la oreja, detrás de la carretilla y se lo hacía bandear al otro lado.  Después no había más que cortar p’adelante.  Igual que a las ovejas.

El famoso gaucho alzado Ledesma, un temible asesino que, por una burla del destino, fue a morir en duelo criollo a manos de un pobre agente de policía (allá por mil ochocientos noventa y tantos), contaba en los fogones de las islas de Verde, frente al Saladero Cabal:

-Yo he degoyau de todo y a veces por curiosidá.  M’entretenía hasta con loj perroj y cualisquier bicho.  Y dispuej loj soltaba pa ver ande iban a parar.  El que va a cáir maj lejo ej el cristiano.

En nuestra historia del siglo XIX abundan los casos de degüellos, tal vez porque fuimos durante ese lapso un pueblo eminentemente ganadero.  La mayor industria que tuvimos, por no decir la más importante, el saladero, era una verdadera orgía de sangre.  Al animal se lo enlazaba, desjarretaba y degollaba en medio de una batahola de gritos y perros, y entre charcos de sangre y pisando achuras y residuos.  La muchachada de la ciudad y de los pueblos iba a los saladeros y mataderos a entretenerse viendo degollar reses.  Esteban Echeverría ha dejado tal vez una de sus mejores páginas en la dramática descripción de estas faenas.  Estas cosas no se vieron jamás en Europa.  Y menos en esas aldeas donde se mataba un cerdo una vez al año y donde faenar una vaca era algo inconcebible, al extremo de que si la parición de ésta coincidía con el  parto de la nuera, lo más probable era que el suegro corriese en busca del veterinario y se dejaba a la parturienta en manos de la abuela y alguna vecina.

En tiempos no tan lejanos los chicos jugaban a los vaqueros y a los astronautas.  En el campo y aun en los pueblos y ciudades a donde llegaba la influencia rural, se jugaba a “las estancias”.  Se simulaban yerras, y naturalmente se “degollaban reses”, para lo cual no faltaban los que se prestaban a ser novillos y los que la oficiaban de “degolladores”.

Alguna vez oímos a nuestras abuelas referirse a los tiempos en que eran niñas:

-Teníamos que esconder las muñecas porque los muchachos las degollaban para jugar.

Cuando había que sacrificar un animal no se pensaba sino en degollarlo, aunque se tratase de un caballo de carrera que había sufrido una quebradura incurable.  El dueño lo mandaba degollar, porque así lo determinaba la costumbre.  Y no se le ocurría abreviarle a la pobre bestia los sufrimientos pegándole un tiro, aunque estuviese con el revólver en el cinto y los ojos llenos de lágrimas.

Un tal Argumedo, hijo de un comandante entrerriano, contaba:

-Mi padre me enseñó a degollar.  La primera volada me la dio cuando tenía catorce años.  Al principio cuesta y uno se embadurna entero.  Pero después se hace baquiano.

Ha sido precisamente un pintor entrerriano, Cesáreo Bernaldo de Quirós, quien ha dejado uno de los documentos más dramáticos de esos tiempos.  Se trata de los cuadros “Los degolladores” y “El matadero”, que se exhiben en el Museo Nacional de Bellas Artes.  El de “Los degolladores”, sobre todo, horroriza por su tremendo realismo, acentuado por el violento colorido, con predominio del rojo, como casi toda la obra de ese artista.  Allí se ve también una manta extendida sobre los pastos, donde se han ido arrojando las prendas de plata quitadas a los condenados.  Era el pago que a veces recibían los degolladores para cumplir su oficio.

Cesáreo Bernaldo de Quirós tuvo buenos motivos de inspiración en su tierra natal, sobre todo con los procedimientos de Justo José de Urquiza, que, según la tradición, mandaba degollar a los ladrones.  Se cuenta que hubo quien perdió la cabeza por haberle robado una sandía.  A Santa Fe fue a parar uno que se escapó arañando de que Justo lo hiciese degollar por uno de estos delitos.  Cayó a la ciudad de Estanislao López ostentando un gran claro sobre la frente, donde no le había quedado sino uno que otro pelito.  Tomado firmemente de los cabellos, en el momento en que le arrimaron el cuchillo dio un tremendo cabezazo hacia atrás y escapó.  El frustrado degollador se quedó bramando de indignación con el mechón entre los dedos, mientras el otro ganaba el monte con tan buenas ganas de disparar que no lo alcanzaron ni con perros.  “Jamás volveré a degollar sin haberlos maneado antes”, fue el amargo comentario del burlado…

No es para extrañarse de que aquél dejase el jopo en manos de su presunto degollador.  En trance de morir, el ser humano suele adquirir fuerzas descomunales.  Cuando degollaron en Cayastá, siglo XIX, al conde Tessieres de Bois Bertrand con toda una numerosa familia, en uno de los hechos más dramáticos que es posible imaginar, un muchacho de catorce años, en un descuido de los asesinos que habían cerrado todas las puertas de la residencia para no dejar uno vivo, escapó a través de una sólida reja doblando los hierros.  Cuando después se hizo la reconstrucción del crimen, el pobre chico no pudo hacer pasar siquiera la cabeza por el sitio por donde él mismo había escapado en un momento de desesperación.

Muchas veces, por circunstancias especiales –venganzas personales, odios políticos profundos, etc.- los degolladores prolongaban el suplicio.  Tal es lo que ocurrió en Tucumán con el doctor Marco Avellaneda.  Dicen que lo ultimaron con un cuchillo desafilado y mellado, y como el degollador, probablemente a propósito, demoraba la faena, el doctor Avellaneda le gritó: “Apure, apure…”.

Degüello también por venganza fue el que ocurrió en La Cimbra (Santa Fe) con el hotelero suizo Antonio von Will, quien había venido de Nueva York para atender un negocio de su hermano, que debía viajar a Suiza.  En esos días se produjo la revolución de 1893 y los radicales tomaron el pueblo de Helvecia, distante 15 kilómetros de Cayastá.  El gobierno mandó tropas, a las que se agregaron varios cientos de irregulares y merodeadores.  Von Will aprovechó que se detuvieron en las proximidades de Cayastá y corrió a avisar a Helvecia.  Allí los revolucionarios esperaron prevenidos a sus adversarios y les hicieron treinta muertos, entre los que cayó el comandante de milicias Camilo Romero.  Retomado más tarde el gobierno, su hermano Benito, también comandante, sacó una noche sigilosamente a von Will y lo hizo degollar junto a un arroyo.  En venganza por la muerte de su hermano –y también, sin duda, por ser gringo y meterse en las cosas nuestras- ordenó al victimario:

-Degoyalo a lo chanco y removele el cuchiyo.

Es decir, que le clavara el cuchillo en la garganta, hacia abajo, y le hurgara la herida hasta verlo morir.

En condiciones también muy crueles –si es que se puede agregar mayor crueldad a un degüello- fue muerto el coronel Martín de Santa Coloma, apenas terminó la batalla de Caseros.

No bien cayó prisionero, fue llevado a presencia de Urquiza, quien ordenó secamente:

-Degüellenló por la nuca,  Así paga las que ha hecho.

No era faena fácil eso de degollar por la nuca.  Había que cortar primero los músculos de la parte posterior del cuello, para abrir camino hasta la columna vertebral.  Allí, con el filo del cuchillo, se busca una articulación de las vértebras para seccionar la columna y llegar luego a la garganta.  Si el degollador le erraba a la articulación en los primeros intentos o se ponía nervioso, como el verdugo que, según Maurois, decapitó a María Estuardo, el trabajo se prolongaba.  Lo más probable entonces, era que se decidiese a cortar en cualquier parte hachando a machetazos el espinazo.  La sección de la médula abreviaba la agonía.

En su historia de Corrientes, el doctor Francisco Mansilla relata las alternativas del degüello de Pago Largo, de acuerdo a lo que le refiriera un testigo.  Dice que alinearon a los prisioneros y los fueron contando.  Cada diez sacaban uno y lo degollaban,  Cuando llegaron al otro extremo, comenzaron de nuevo en sentido inverso.  La oficialidad de las fuerzas entrerrianas presenciaba el espectáculo, festejando lo que le causaba gracia.  También andaba entreverado el mayor Calventos, quien se paseaba sobando cuidadosamente una lonja de piel fresca:

-Esta se la saqué del lomo a Berón de Astrada…

Se dice que con ella fabricó una manea que mando a Juan Manuel de Rosas.

En el cuadro de Quirós los degollados aparecen con las manos atadas a la espalda y los pies también amarrados.  Así se los degollaba más fácil, pues los prisioneros –sobre todo si eran de agallas- se defendían como podían.

Por ejemplo, el valiente coronel Martiniano Chilavert, que murió atacando a sus verdugos a puñetazos y puntapiés, había sido jefe de la artillería rosista en Caseros.  Pero Chilavert se resistió por un motivo distinto; Urquiza quiso hacerlo fusilar por la espalda.  Cayó acribillado a bayonetazos, golpes de sable y culatazos.  Pero no le dio a Urquiza el gusto de que lo vieran morir como un traidor, que nunca lo había sido y menos en su Patria.

Todo lo que se acaba de relatar causa horror y no es para menos.  Pero ello no ha sido algo exclusivo de los argentinos y menos de “los tiempos del rosismo”.  Tampoco nuestros comandantes de campaña eran tan refinados como para inventar suplicios como los que los hombres de toga mandaron aplicar a Tupac Amarú, condenándolo a ser descuartizado atando sus miembros a cuatro caballos, mientras mandaron cortar la lengua y después degollar a su esposa, sus hijitos y todos los parientes más o menos cercanos.  El caballero Martín de Alzaga, héroe durante las invasiones inglesas, mandó aplicar tormento a un pobre infeliz acusado de difundir noticias de la Revolución Francesa.  Rodeado de toda la aparatosidad legal y procesal de circunstancias, el verdugo le amarró las manos y le fue introduciendo cuñas de hierro debajo de cada uña.  La sesión indagatoria se repitió dos veces.  En la primera se le destrozaron las uñas de los dedos de una mano; en la segunda se le mutiló la otra.  Encima resultó que el pobre era inocente.

El ambiente en que se vivió durante el siglo XIX en nuestro país bien pudo producir gente insensible y bárbara.  Pero de alguna pasta muy buena debe estar amasado el espíritu de nuestro pueblo cuando, a pesar de ello, jamás permitió un linchamiento ni acepta la pena de muerte y ni siquiera admite que se realicen corridas de toros….  No deja de ser alentador este largo camino recorrido por los argentinos desde la frecuentación de esos degüellos que hemos relatado y el respeto por la vida ajena que actualmente forma parte de nuestra modalidad nacional.

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Vigo, Juan M. – La historia chica: Los degolladores, Buenos Aires (1967)

Portal www.revisionistas.com.ar

lunes, 20 de marzo de 2023

Humor: ¿Quien fundó VW?


Ford: ¡Fuimos fundado orgullasamente por Henry Ford!

Toyota; Nuestro fundador fue el visionario Kiichiro Toyoda

Volkswagen: ...

NdA: Volkswagen fue fundada por el Partido Nacional de los Trabajadores, una rama del Partido Nacional Socialista alemán.


domingo, 19 de marzo de 2023

SGM: La defensa británica de Irak

Gran Bretaña se defiende en Irak

Weapons and Warfare





La Fuerza Británica del Desierto Occidental y, más tarde, el Octavo Ejército Británico dependieron considerablemente del petróleo iraní e iraquí para impulsar las operaciones militares durante la campaña del norte de África. Si bien se produjeron importantes enfrentamientos militares durante la campaña del norte de África, otras operaciones militares en el Medio Oriente comenzaron a socavar la primacía de Gran Bretaña en la región. En la primavera de 1941, la intriga del Eje para socavar la influencia británica en Irak culminó en enfrentamientos armados durante la guerra anglo-iraquí (del 2 al 31 de mayo). Durante este conflicto, la Luftwaffe alemana voló desde aeródromos en Siria y Líbano para atacar a las fuerzas británicas en Irak. Bajo el control francés de Vichy, Alemania también usó Siria y el Líbano para reabastecer a las fuerzas iraquíes alineadas con el Eje. En respuesta, Gran Bretaña atacó objetivos tanto en Siria como en el Líbano durante la Operación Exportador (del 8 al 14 de junio de 1941).

Tras la desaparición del Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones designó a Mesopotamia como una entidad política administrativa "obligatoria". Como resultado, después de la Gran Guerra se hizo referencia a la región como el Mandato Británico de Mesopotamia. Con el surgimiento tanto del nacionalismo árabe como del fundamentalismo islámico en los dos siglos anteriores a la Primera Guerra Mundial, la población de Irak no estaba de humor para pasar del dominio otomano al control británico. Reconociendo esta realidad, Gran Bretaña hizo la transición del Mandato (1920) al Reino de Irak, con independencia nominal, en 1932.

Sin embargo, dadas las necesidades estratégicas provocadas por la guerra global en 1939, Londres avanzó hacia la recreación del “Comando de la RAF en Irak”, que sirvió como grupo paraguas para la RAF, la Royal Navy, el ejército británico, la Commonwealth y a nivel local. unidades militares desarrolladas que caen bajo el mando de un oficial de la RAF que sirvió en el rango de vicemariscal aéreo. Si bien el Mandato británico de Mesopotamia llegó a su fin oficialmente en 1932, dos años antes, en 1930, se creó el Tratado anglo-iraquí que permitía a Gran Bretaña mantener una presencia de tropas más allá del Mandato. Como resultado, el Comando de la RAF en Irak hizo la transición a "Fuerzas británicas en Irak", y su presencia se mantuvo al mínimo en términos de fuerza de tropas y se limitó a dos bases de la RAF, RAF Shaibah, cerca del puerto clave de Basora en el Golfo Pérsico, y RAF Habbaniya, a unas 50 millas al oeste de Bagdad.

Sin embargo, en 1937, Gran Bretaña eliminó todas las fuerzas excepto una pequeña para proteger las bases aéreas, a medida que el sentimiento nacionalista crecía en fervor. Después de 1937, el gobierno de Irak asumió la plena responsabilidad de la seguridad interna del país. Las operaciones de inteligencia italiana dentro de Irak pronto aumentaron con el objetivo de socavar la influencia británica. El 31 de marzo de 1941, mientras la guerra se desataba en Europa y el norte de África, el regente de Irak, el príncipe Abd al-Ilah, se enteró de un complot para derrocar a la monarquía. Posteriormente, el príncipe fue llevado a la RAF Habbaniya y luego transferido al buque de guerra británico HMS Cockchaafter. El primer ministro Rashid Ali tomó el poder el 3 de abril de 1941, en un golpe respaldado por el "Cuadrado dorado", que se convirtió en el nombre colectivo de tres oficiales de alto nivel del Ejército Real Iraquí y un oficial de alto nivel de la Real Fuerza Aérea Iraquí.

El gobierno de Ali fue inmediatamente reconocido por Italia y la Alemania nazi. Ali firmó un acuerdo secreto con el embajador italiano que tenía la intención de unir a Siria e Irak y nacionalizar todos los recursos petroleros, así como proporcionar a las potencias del Eje tres instalaciones portuarias fortificadas clave, con control en un radio de 20 millas. Luego, Irak cortó el oleoducto de la Compañía Petrolera de Irak controlada por los británicos en Haifa, Palestina, y redirigió el petróleo a Trípoli en el Líbano, que entonces estaba bajo el control del régimen francés de Vichy. En un trato paralelo con los alemanes, Ali prometió el uso de todas las instalaciones militares en Irak, en caso de que los británicos fueran desalojados con éxito.

Ali luego exigió que Gran Bretaña retirara todo el personal militar de Irak. Si bien Ali fue apoyado inicialmente por Roma, el 17 de abril de 1941 solicitó asistencia militar de Berlín, en caso de que Gran Bretaña tomara alguna acción militar contra su "Gobierno de Defensa Nacional". El Cuartel General (GHQ) India envió la "Fuerza Sabine", una brigada con base en Karachi (actual Pakistán), con órdenes de asegurar Basora y brindar el mejor apoyo posible a las fuerzas británicas en RAF Shaibah y RAF Habbaniya. Sin embargo, al aterrizar en Basora el 18 de abril, la brigada fue capturada por las fuerzas iraquíes. Luego, Gran Bretaña envió la 2.ª Brigada de la 10.ª División de Infantería de la India, que llegó a Basora el 29 de abril, junto con el portaaviones Hermes y dos cruceros.

Una vez que se enteró de la decisión de Gran Bretaña de escalar en lugar de aceptar, Ali movilizó al ejército y las fuerzas aéreas iraquíes y les ordenó tomar la base de la RAF en Habbaniya. Para el 1 de mayo, alrededor de 9000 soldados iraquíes y una variedad de vehículos blindados, armas y artillería amenazaron la base que albergaba aviones británicos bastante obsoletos, que se utilizaba principalmente para servir como escuela de vuelo de cadetes con biplanos más antiguos, aviones de la era de la Primera Guerra Mundial. . Presentes en la RAF Habbaniya había alrededor de 1350 miembros del personal británico en la base (1000 de la RAF y el 1.er Batallón del Regimiento Real del Rey [KORR] de 350 hombres), además de aproximadamente 1200 miembros del personal de policía iraquí y kurdo. No obstante, el vicemariscal del aire Harry Smart tenía solo 35 aviadores en la base que sabían cómo volar un avión, y solo tres de esos pilotos tenían experiencia en combate.

En medio de la crisis, los cables iban y venían con Londres, mientras Smart intentaba determinar qué se esperaba y qué curso de acción estaba dispuesto a autorizar el alto mando británico. Los contactos fueron con el Ministerio de Relaciones Exteriores en lugar de con el liderazgo militar británico, lo que generó una mayor preocupación dentro de Irak con el nivel de ambigüedad en las comunicaciones provenientes del cuerpo diplomático sobre lo que Londres realmente quería. Smart buscó algo más definitivo y a ser posible algo directamente del alto mando militar británico, porque cada vez que pedía orientación a sus superiores militares, intuía que nadie quería apropiarse de ninguna acción militar, ni siquiera en defensa, dentro de Irak.



Posteriormente, Smart hizo que el embajador británico en Bagdad emitiera una demanda para que las tropas iraquíes se retiraran del perímetro de la base aérea a las 8 am del 2 de mayo. Sin embargo, aparentemente buscando las ventajas de la oscuridad y creyendo que los iraquíes no tenían intención de retirarse, Smart ordenó a su avión disponible que encendiera los motores a las 4:30 am. Treinta minutos después, la RAF comenzó a atacar las posiciones iraquíes que rodeaban la base aérea. Al final del día, cada piloto había realizado seis bombardeos contra las fuerzas atrincheradas. Los 33 aviones que volaban desde Habbaniya pronto se unieron a 8 bombarderos Wellington que volaban desde RAF Shaibah.

El Comité de Defensa Imperial, ahora en guerra en Irak, transfirió el mando de las fuerzas terrestres dentro del país al Comando Británico de Medio Oriente desde India y pidió al General Wavell que proporcionara una fuerza de socorro para la base aérea. La fuerza establecida para ingresar a Irak se denominó “Habforce” (abreviatura de Habbaniya Force) y consistió en una fuerza conjunta británica, que inmediatamente emprendió el viaje de 535 millas desde Haifa, Palestina, a través de Transjordania hasta Habbaniya el 11 de mayo. Sorprendentemente, particularmente dado el estado primitivo del equipo y la escasez de aviadores entrenados, las fuerzas de la RAF Habbaniya pudieron neutralizar la amenaza a la base antes de que llegara Habforce.

A principios de mayo de 1941, el gobierno francés de Vichy y Alemania firmaron los Protocolos de París, por los que Alemania podía enviar tropas al norte de África francés y Siria. Esto brindó a Berlín la oportunidad de establecer bases para proyectar fuerza militar en Irak e Irán y, en el caso de Túnez, con el fin de desafiar el control británico en Egipto. El 6 de mayo, Alemania concluyó un acuerdo con los franceses de Vichy para liberar materiales de guerra, incluidos aviones, de reservas selladas en Siria y enviarlos a las fuerzas iraquíes que luchan contra Gran Bretaña. Estos arreglos incluían poner a disposición de Alemania varias bases aéreas en el norte de Siria para transportar aviones de la Luftwaffe a Irak. Del 9 al 31 de mayo, unos 100 aviones alemanes y 20 aviones italianos aterrizaron en aeródromos sirios. En Siria, Los aviones alemanes fueron pintados con marcas de la Real Fuerza Aérea Iraquí. Entre el 10 y el 15 de mayo, estos aviones volaron a Mosul, Irak, y comenzaron ataques aéreos contra las fuerzas británicas en todo Irak.

El 13 de mayo, el primer tren cargado de suministros del Eje y Vichy de Siria llegó a Mosul a través de Turquía, y los iraquíes recibieron 15.500 rifles, 6 millones de rondas de municiones, 200 ametralladoras, 900 cinturones de municiones y cuatro cañones de campaña de 75 mm con 10.000 conchas. Se realizaron dos entregas adicionales el 26 y 28 de mayo, que incluyeron ocho cañones de 155 mm, 6000 proyectiles, 354 ametralladoras, 30 000 granadas y 32 camiones.

Con la disipación de la amenaza inmediata a la RAF Habbaniya a finales de mayo, los líderes británicos pusieron su mirada en Rashid Ali, que entonces estaba instalado en Bagdad. Los elementos de Habforce se combinaron con unidades selectas que habían avanzado sobre Habbaniya desde Basora. La "Brigada" Habbaniya estaba formada por Kingcol, que se reforzó con el 2º Batallón de Rifles Gurkha, el ejército indio, una variedad de artillería ligera y un grupo de RAF Assyrian Levies.



La brigada marchó sobre Bagdad a través de Faluya, que contenía un puente clave sobre el río Éufrates. Sin embargo, el 22 de mayo, la 6.ª Brigada de Infantería iraquí (3.ª División de Infantería iraquí) contraatacó en las proximidades de Faluya, con el apoyo de tanques ligeros italianos (Fiat). Los líderes británicos se movilizaron en fuerzas de reserva para contrarrestar el ataque e hicieron retroceder al 6º iraquí. Al día siguiente, los aviones de la Luftwaffe atacaron y las posiciones aliadas y británicas en Faluya y sus alrededores fueron ametralladas por el Fliegerfuhrer Irak. Las fuerzas alemanas bajo comandantes como Rommel y Heinz Wilhelm Guderian tenían la capacidad de coordinar sus ataques, combinando efectivamente operaciones aéreas y terrestres. Sin embargo, más allá de las operaciones conjuntas alemanas, cuando Alemania intentó ayudar a otros ejércitos, como el ejército iraquí en Faluya, los ataques no se coordinaron de manera tan eficiente. resultando en huelgas que no fueron tan efectivas como podrían haber sido de otro modo. Por ejemplo, como el 6º iraquí contraatacó el 22 de mayo, y si el Fliegerführer Irak hubiera recibido instrucciones de haber volado en apoyo en ese momento, la efectividad del contraataque se habría amplificado significativamente.

En cambio, el 6.º atacó sin apoyo aéreo, y los ataques aéreos solo tuvieron lugar después de que el 6.º iraquí fuera rechazado y perdiera la iniciativa. Si bien las potencias del Eje tenían fuerzas armadas poderosas, su capacidad de proyección de poder frente a los británicos carecía de una presencia avanzada similarmente robusta y, en el modelo británico, una presencia avanzada destinada a realizar operaciones integradas y combinadas a nivel de coalición. Esto destaca una ventaja comparativa del Imperio Británico en relación con sus competidores y sus oponentes. Esta ventaja en la era moderna surgió de la capacidad de Gran Bretaña de haberse entrenado con una variedad de fuerzas militares en todo el mundo, en contraste con el entrenamiento limitado para operaciones conjuntas de las fuerzas del Eje en el Medio Oriente, fuera del norte de África.

Una batalla estrictamente alemana contra fuerzas estrictamente británicas entre 1940 y 1942 proporcionó una ventaja competitiva a la capacidad alemana conjunta (panzers, infantería, artillería, aire) de coordinarse en un enfrentamiento a la velocidad del rayo o en una serie de enfrentamientos (campaña). Sin embargo, la doctrina militar británica no se basó en la doctrina unilateral, es decir, en luchar solo. Había construido y confiado en su ventaja estratégica, multilateral y competitiva a nivel mundial para superar los desafíos operativos y tácticos. Esto requería trabajar en estrecha colaboración con las fuerzas de la Commonwealth y las aliadas en operaciones conjuntas combinadas. Por lo tanto, los alemanes, por mucho que lo intentaron, no pudieron establecer las condiciones en las que la lucha fuera simplemente una guerra entre alemanes y británicos, una guerra en la que las ventajas de la coalición de Londres serían neutralizadas.

En ninguna parte se ejemplificó esto mejor que en las operaciones en el Medio Oriente durante la Segunda Guerra Mundial, ya que Alemania simplemente no poseía los medios para coordinar, generar recursos y luchar juntos tan efectivamente como lo hizo Gran Bretaña con sus aliados en el norte de África o en el Medio Oriente. Esto se puede atribuir a la incapacidad de los blindados alemanes para transitar por el Canal de la Mancha, su incapacidad para superar la inmensidad de la Unión Soviética y la incapacidad de la Luftwaffe para atacar el arsenal de la democracia (América), que proporcionó tanto a los británicos como a los soviéticos. obliga a los materiales necesarios para permanecer en la lucha mucho más tiempo de lo que habría sido el caso de otra manera.

Mientras la Brigada Habbaniya continuaba hacia Bagdad, las fuerzas de la Commonwealth británica (ejército indio) en Basora comenzaron a avanzar hacia el norte, hacia la capital iraquí. En dos operaciones complementarias lanzadas el 27 de mayo de 1941, la “Brigada del Éufrates” (20.ª Brigada de Infantería de la India) en la Operación Regata se desplazó hacia el norte por carretera y barco fluvial río arriba del Éufrates, mientras que la “Brigada del Tigris” (21.ª Brigada de Infantería de la India) transitó por barco por el río Tigris durante la Operación Regata. Setenta y dos horas después, la 25.ª Brigada de Infantería de la India (3.ª Brigada, 10.ª División de Infantería de la India) aterrizó en Basora e inmediatamente se dirigió al norte hacia Bagdad. El 29 de mayo, el Gobierno de Defensa Nacional de Ali se derrumbó, y Ali partió primero a Irán y luego a Berlín, donde fue recibido por Hitler como jefe del gobierno iraquí.

Con el fin de neutralizar los esfuerzos de Alemania para establecer una presencia militar en Siria y el Líbano (lo que le daría a Berlín la capacidad de proyectar poder militar tanto en Egipto como en Irak), Gran Bretaña llevó a cabo la campaña Siria-Líbano (cuyo nombre en clave es Operación Exportador) desde el 8 de junio. al 14 de julio de 1941. La Operación Exportador implicó una fuerza aliada combinada de británicos, indios, australianos, árabes y franceses libres, que atacaron a las fuerzas francesas de Vichy alineadas con Alemania tanto en Siria como en el Líbano. Exporter solicitó cuatro líneas de avance de las fuerzas aliadas: una que se desplazara hacia Damasco (Siria); un segundo avance sobre Beirut (Líbano) de fuerzas originarias de Palestina; un tercero contra las fuerzas otomanas en el norte de Siria y en Palmira (Siria central); y el cuarto avance sobre Trípoli por parte de las tropas aliadas dentro de Irak.

El 21 de junio, las fuerzas aliadas ocuparon Damasco y, al día siguiente, Hitler lanzó la Operación Barbarroja, la invasión de la Unión Soviética. Cualquier apoyo, material o mano de obra adicional que las fuerzas del Eje que luchaban en Siria y el Líbano habían planeado originalmente sería, en adelante, bastante limitado, ya que Alemania, atrapada en una lucha existencial con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, es decir, la Unión Soviética ( URSS), simplemente no podría abastecer adecuadamente a sus unidades que luchan en el norte de África y en el Medio Oriente. Para la segunda semana de julio, la posición francesa de Vichy con Siria y el Líbano se había derrumbado, y las rendiciones masivas llevaron a que estas fuerzas se retiraran del Medio Oriente. De los 38.000 franceses de Vichy hechos prisioneros, sólo unos 6, 000 optaron por unirse a los franceses libres dirigidos por Charles de Gaulle, que voló a la región a fines de julio de 1941 para felicitar personalmente a los vencedores. Poco después, el general francés libre Georges Catroux fue nombrado gobernador militar de Siria y Líbano.

Con el empuje alemán hacia el este durante la Operación Barbarroja, Gran Bretaña creía que el objetivo de Hitler, además de destruir el régimen de Stalin, era tomar el control de las tierras agrícolas de Ucrania, los campos petroleros ubicados en Rumania y el Mar Caspio (Bakú, Azerbaiyán). y una vez instalados en el Cáucaso, avanzar hacia el sur para controlar las reservas de petróleo iraquíes e iraníes. En el verano de 1941, mientras la amenaza del Eje a Irak y Siria se había reducido significativamente, las fuerzas de Rommel en el norte de África continuaron amenazando a Alejandría, El Cairo y el Canal de Suez. Cuando el Tercer Reich atacó con una fuerza masiva en Barbarroja y se dirigió hacia el Cáucaso, Londres creía que las fuerzas alemanas habían planeado utilizar la red ferroviaria turca para avanzar tanto desde los Balcanes como desde el Cáucaso.

Pronto se hizo evidente que las fuerzas alemanas bajo el mando del generalfeldmarshal Eward Kleist en el frente ruso, avanzando hacia el Cáucaso, deseaban unirse a las fuerzas alemanas bajo el mando de Rommel, en caso de que tuviera éxito en invadir a los británicos en Egipto y marchar hacia el Medio Oriente más amplio. La esperanza estratégica general era avanzar hacia la India y vincularse con un imperio japonés que estaba presionando hacia el oeste a través de Asia. En el verano de 1941, después de la caída de Francia y después de que Gran Bretaña sufriera un ataque aéreo salvaje por parte de la Luftwaffe, el ataque contra los soviéticos trajo recuerdos de los rusos que fueron eliminados de la Primera Guerra Mundial y todo el poder del Kaiser se convirtió. hacia el oeste en Gran Bretaña y Francia.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Londres comenzó a referirse al "Frente Norte", que se refería a una línea de defensa que las fuerzas aliadas tomarían en caso de una derrota soviética a manos de Alemania. Tal derrota conduciría a un aumento esperado de tropas alemanas que descenderían al Cáucaso y amenazarían a Turquía e Irán neutrales. Los líderes alemanes una vez más vieron el uso de los ferrocarriles como una oportunidad para eludir la supremacía marítima británica y aliada y permitir que Berlín proyectara rápidamente el poder militar hacia el interior.

Por lo tanto, se volvió crítico que la Unión Soviética debería estar lo suficientemente abastecida para evitar que se repitiera el colapso del Imperio Ruso, similar a lo que ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, que luego permitió al Kaiser dirigir sus recursos y atención hacia el frente occidental. , en general, y hacia Gran Bretaña y Francia, en particular. En esa campaña y tras el colapso ruso, Alemania avanzaba lentamente contra las fuerzas aliadas. El colapso de Rusia movilizó inmediatamente a Estados Unidos. La presencia de 1,5 millones de soldados estadounidenses, junto con la afluencia masiva de suministros, contrarrestó la capacidad de Alemania de colocar todo su enfoque y recursos en Occidente. Si la Unión Soviética fue eliminada en la campaña actual, Gran Bretaña temía que la capacidad de Alemania para proyectar fuerza a través del continente euroasiático a través del ferrocarril neutralizaría su tradicional ventaja marítima. La adquisición de petróleo de Medio Oriente y cortar la línea de vida de Gran Bretaña con la India sería posible si los soviéticos no pudieran enfrentarse a la Wehrmacht. En consecuencia, el imperativo estratégico aliado pasó a ser: dotar al ejército soviético de los recursos suficientes para enfrentarse a la Alemania nazi y abrir un segundo frente en Occidente lo antes posible.

Tras la invasión alemana de la Unión Soviética, Gran Bretaña y la URSS se convirtieron en aliados formales. Estos desarrollos llevaron a una estrategia conjunta británico-soviética hacia el Cáucaso y hacia el desarrollo de líneas de suministro desde el Medio Oriente hasta el territorio controlado por los soviéticos en la ciudad de Stalingrado y sus alrededores. Como resultado, Irán se convirtió en el centro de estos dos imperativos políticos. Reza Shah, gobernante de Persia, cambió el nombre a Estado Imperial de Irán en 1935, en parte para enfatizar la herencia aria del país. Lo hizo con el deseo no disimulado de acercar a Irán a la Alemania de Hitler y su propia predilección por la supremacía aria. Irán, significativamente subdesarrollado cuando el país entró en la era moderna, hizo grandes avances bajo Reza Shah, quien buscó mejorar y modernizar la infraestructura y las redes de transporte, así como establecer escuelas y universidades modernas. En estos esfuerzos, necesitaba la ayuda occidental para acceder a la tecnología y al modelo de aprendizaje que hizo posible dicha tecnología.

Sin embargo, las tensiones con Gran Bretaña se habían tensado desde 1931 cuando el Shah canceló una concesión petrolera clave (D'Arcy), que otorgaba a la Anglo-Iranian Oil Company los derechos exclusivos para vender petróleo iraní. Comprensiblemente, dado que fue el capital, la tecnología y la experiencia petrolera británicos los que extrajeron y comercializaron el petróleo, Gran Bretaña creía que merecía la participación mayoritaria de las ganancias. Sin embargo, el 90 por ciento de las ganancias que Londres se quedó después de las ventas de petróleo y después de que las transacciones se movieron a través del sistema bancario británico sirvió como un factor de irritación entre Teherán y Londres. A mediados de 1935, el Sha se inclinaba cada vez más hacia Alemania en busca de tecnología y modernización.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, el Shah declaró la neutralidad pero practicó la intriga con las potencias del Eje. El 19 de julio de 1941, y nuevamente el 17 de agosto, Londres envió notas diplomáticas ordenando al gobierno iraní que expulsara a los ciudadanos alemanes que entonces se encontraban en Irán, que ascendían a unos 700. Incapaz de convencer al Sha a través de la diplomacia para que se distancie del Tercer Reich, británico y soviético. Las fuerzas invadieron el Estado Imperial de Irán a partir del 25 de agosto de 1941. La noche de la invasión, los embajadores británico y soviético entregaron al gobierno del Sha las notas diplomáticas finales que declaraban el comienzo de las operaciones militares. Esas operaciones militares (Operación Semblante) continuarían hasta la caída del Sha en septiembre de 1941.

En la noche de la invasión, el Sha convocó a los embajadores de Gran Bretaña y la Unión Soviética y les pidió que si enviaba a los alemanes a casa, se cancelaría la invasión. Ninguno de los embajadores le dio al sha la respuesta clara que buscaba. Frustrado y preocupado, escribió una carta al presidente estadounidense Franklin Roosevelt:

… en base a las declaraciones que Vuestra Excelencia ha hecho varias veces sobre la necesidad de defender los principios de la justicia internacional y el derecho de los pueblos a la libertad, ruego a Vuestra Excelencia que tome medidas humanitarias eficaces y urgentes para poner fin a estos actos de agresión. Este incidente pone en guerra a un país neutral y pacífico que no ha tenido otro cuidado que el de salvaguardar la tranquilidad y la reforma del país.

Roosevelt respondió en una nota aludiendo diplomáticamente a los peligros que plantea la ambición de Hitler para todas las regiones del mundo, incluida América del Norte, y Estados Unidos participando activamente en el apoyo a esas personas y naciones que luego resisten las conquistas militares de Hitler.

Cuando Alemania invadió la Unión Soviética a fines de junio de 1941, el aparente avance hacia los campos petrolíferos en el Cáucaso (Bakú, Azerbaiyán, en particular) y el Mar Caspio se convirtió en una preocupación importante. Además, el Estado Imperial de Irán del Shah completó un ferrocarril de 800 millas desde el puerto de Bandar-e Shapur en el Golfo Pérsico (ahora Bandar Khomeini) hasta el puerto de Bandar-e Shah en el Mar Caspio en 1938, para lo cual los alemanes habían brindado una asistencia significativa. en términos de ingeniería y material rodante. Para los Aliados, estos evocaron recuerdos del impulso para crear un ferrocarril de Berlín a Bagdad destinado a compensar la supremacía del poder marítimo británico tradicional y la creación de líneas interiores para la proyección del poder terrestre en el Medio Oriente.

Durante la acción conjunta aliada contra el Sha que comenzó el 25 de agosto de 1941, 40.000 soldados soviéticos descendieron a Irán desde el norte y marcharon sobre Teherán. El mismo día, 19.000 tropas de la Commonwealth británica, en su mayoría brigadas indias, y como parte de la Operación Semblante, ingresaron a Irán desde varias direcciones, con la mitad moviéndose directamente hacia los campos petroleros en las cercanías de Ahwaz y unidades aerotransportadas moviéndose hacia Abadan para proteger el Anglo -La refinería de la Iranian Oil Company, entonces la más grande del mundo. Un objetivo subsidiario de la acción combinada era abrir una línea de suministro utilizando el Ferrocarril Transiraní para reabastecer al ejército soviético, mientras se defendía de la Operación Barbarroja.

En cuatro días, y mientras las tropas soviéticas y británicas respaldadas por el poderío aéreo desmantelaban las defensas iraníes, el sha ordenó a sus fuerzas armadas que se retiraran y cesaran las operaciones militares contra los invasores. El 17 de septiembre de 1941, el sha abdicó y finalmente fue transportado a Sudáfrica, donde falleció en Johannesburgo en 1944. El hijo del sha, el príncipe heredero Mohammad Reza Pahlavi, prestó juramento después de la abdicación y se convirtió en el nuevo sha de Irán. Bajo un acuerdo separado, la Unión Soviética controlaba el norte de Irán, los puertos del Caspio y la frontera entre Irán y Turquía, mientras que el control de Gran Bretaña incluía el sur de Irán, los puertos del Golfo Pérsico y los campos petrolíferos.

Estados Unidos comenzó a enviar suministros al ejército de Stalin bajo la Ley de Préstamo y Arriendo de 1941. En 1942, Roosevelt le propuso a Churchill que el Ejército de Estados Unidos se involucrara en la supervisión del Ferrocarril Trans-Iranian de 800 millas. El 22 de agosto de 1942, Churchill respondió en un cable a Roosevelt:

Recomendaría que el ejército de los Estados Unidos se haga cargo, desarrolle y opere el ferrocarril; con el ferrocarril se deben incluir los puertos de Khorramshahr y Bandar Shahpur. Su gente emprenderá así la gran tarea de abrir el Corredor del Golfo Pérsico, que transportará principalmente sus suministros a Rusia... Deberíamos ser incapaces de encontrar los recursos sin su ayuda y nuestra carga en el Medio Oriente se aliviaría con la liberación de uso en otros lugares de las unidades británicas que ahora operan el ferrocarril. El ferrocarril y los puertos serían administrados completamente por tu gente.

En el otoño de 1941, el Ferrocarril Transiraní solo podía transportar unas 6.000 toneladas al mes. Para el otoño de 1943, los ingenieros y contratistas del ejército de los EE. UU. habían ampliado la capacidad del ferrocarril a más de 175 000 toneladas de carga por mes. Bajo la dirección del Ejército de EE. UU., los caminos de camellos iraníes se ampliaron en carreteras para camiones, y el ferrocarril, que tenía más de 200 túneles, se reforzó y amplió para transportar tanques y otros equipos pesados ​​por las montañas.

Entre 1942 y 1945, más de 5 millones de toneladas de suministros que se necesitaban desesperadamente, incluidos 192 000 camiones y miles de aviones, vehículos de combate, tanques, armas, municiones y productos derivados del petróleo, fueron entregados al ejército soviético a través del Corredor Pérsico.

sábado, 18 de marzo de 2023

SGM: Diez finales alternativos al conflicto

Finales alternativos: diez eventos hipotéticos que habrían cambiado el resultado de la Segunda Guerra Mundial

Alternative Forces of WWII




Por George Dvorski


Las decisiones durante la guerra son cosas monumentales. Cada movimiento y contramovimiento tiene el potencial de cambiar el curso de la historia. Aquí hay diez formas impactantes en las que la Segunda Guerra Mundial podría haberse desarrollado de manera diferente a como lo hizo.


1. Alemania invade Gran Bretaña en lugar de la Unión Soviética

La invasión de la Unión Soviética por parte de Hitler en 1941 resultó ser su perdición, pero no tuvo que terminar de la manera en que lo hizo. Después de la caída de Francia un año antes, el Führer hizo que sus jefes militares idearan un plan para un asalto al Reino Unido, una operación denominada Sea Lion . Los preparativos comenzaron en serio en el verano de 1940; en otoño, los británicos estaban convencidos de que una invasión era inminente. Es más, con el Pacto Molotov-Ribbentrop firmemente establecido (un tratado de no agresión entre Alemania y la URSS), Hitler no tenía que preocuparse por una guerra con los soviéticos; Stalin estaba contento con su parte de Polonia y tenía la vista puesta en Finlandia.

Pero Hitler pronto rechazó los planes para conquistar Inglaterra. Para empezar, se hizo dolorosamente obvio que se necesitaba más tiempo y más preparativos. El Führer también sabía que una invasión en 1940 sería arriesgada. La marina británica controlaba el Canal y, como reveló la Batalla de Gran Bretaña, la Luftwaffe no era dueña de los cielos. Es más, Hitler quería atacar a Rusia cuanto antes.
Pero, ¿y si el dictador nazi retrasara su conquista de Rusia hasta 1942 o 1943? Alemania podría haber continuado su asalto aéreo sobre Gran Bretaña mientras mantenía su bloqueo naval alrededor de las islas. Luego, después de un período apropiado de preparación, un desembarco anfibio podría haber golpeado las costas de Inglaterra en 1941 o incluso en 1942. Con Gran Bretaña fuera de la guerra, Alemania finalmente podría haberse dirigido al este hacia la Unión Soviética sin trabas.

Si Sea Lion hubiera tenido éxito, un escenario probable habría visto al gobierno británico y la monarquía huir a Canadá. A partir de ahí, trabajando con los estadounidenses, los aliados podrían haber planeado una invasión de África, lo que a su vez podría haber dado lugar a incursiones en Italia y los Balcanes. Sin embargo, lo que es seguro es que no habría sido fácil, especialmente si la posterior invasión de la Unión Soviética por parte de Alemania hubiera seguido el camino de Hitler.


2. Japón reconsidera atacar Pearl Harbor

El movimiento aislacionista en los Estados Unidos estaba vivo y bien en 1941. Ciertamente, los votantes estadounidenses estaban divididos sobre la guerra. Pero con el ataque sorpresa de Japón a Pearl Harbor, el presidente Roosevelt quedó libre para iniciar las hostilidades contra el Eje.

de japon La fatídica decisión de confrontar a Estados Unidos surgió de su necesidad de asegurar las reservas de petróleo y caucho de las Indias Orientales Holandesas y el Sudeste Asiático. Si el imperio no hubiera atacado Hawái, las políticas expansionistas de Tokio probablemente habrían cruzado Estados Unidos eventualmente, digamos, después de una invasión de Filipinas. Japón necesitaba poner trabas a la poderosa flota estadounidense del Pacífico antes de que pudiera arrebatarle territorio.

Pero por el bien del argumento, supongamos que Japón no bombardeó Hawái y que a los EE. UU. nunca se les dio una razón para declarar la guerra. En tal escenario, Gran Bretaña y sus aliados coloniales habrían quedado aislados. El apoyo de Estados Unidos tanto al Reino Unido como a la URSS habría sido limitado. Churchill habría luchado en África, probablemente sin tener nunca la oportunidad de invadir Sicilia o Italia. No habría surgido ningún frente occidental. La Unión Soviética probablemente aún habría derrotado a Alemania, pero habría tomado mucho más tiempo. Y bajo esas condiciones, Stalin podría haber reclamado toda Europa para sí mismo después de aplastar a los nazis.

3. Los alemanes toman Moscú en 1941

Un debate de larga data entre los historiadores es si la Operación Barbarroja podría haber tenido éxito o no. Los nazis ciertamente cometieron una serie de errores fatales durante la invasión, incluida una demora de 38 días para comenzar el ataque, tiempo que sin duda habría sido útil al comienzo del invierno. Y luego estaba la catastrófica decisión de Hitler de desviar el avance principal de Moscú hacia el sur para ayudar al Grupo de Ejércitos Sur a capturar Ucrania. Para cuando el Grupo de Ejércitos Centro llegó a las afueras de la capital soviética a principios de diciembre de 1941 —una distancia tentadoramente cercana de 15 millas (los soldados alemanes podían ver las torres del Kremlin)— el invierno había llegado con fuerza, congelando literalmente los planes de Hitler para tomar el centro neurálgico ruso.

Esto fue quizás el momento decisivo de la Segunda Guerra Mundial. La lucha sin duda habría resultado muy diferente si la Unión Soviética hubiera caído. En primer lugar, habría dejado fuera de combate a una importante potencia militar. Y una vez armado con los vastos recursos de Rusia (incluidas las regiones petroleras del sur y las regiones del granero de Ucrania), el Tercer Reich se habría convertido en la autarquía de las fantasías de Hitler. La Alemania nazi se habría convertido en la superpotencia global, eventualmente derrotando a Gran Bretaña, reclamando todo el Medio Oriente y posiblemente incluso vinculándose con las fuerzas japonesas en Asia. Ciertamente, Berlín habría desarrollado capacidades nucleares, quizás desencadenando una Guerra Fría con Estados Unidos.

De manera aterradora, los nazis habrían tenido éxito en asesinar a todos los judíos y romaníes de Europa. Y a través del diabólico Plan del Hambre , también habrían matado de hambre a decenas de millones de eslavos, “limpiando” los territorios ocupados de sus habitantes. Habría sido una catástrofe humanitaria del más alto nivel, la posibilidad de preparar el escenario para una edad oscura totalitaria.

4. Rusia y Alemania firman la paz por separado

Imagine un escenario en el que tanto Hitler como Stalin llegaron a un acuerdo mutuo para cesar las hostilidades en el frente oriental. Con el Pacto Molotov-Ribbentrop restaurado, Alemania podría concentrar todos sus esfuerzos en derrotar a Gran Bretaña. Este es un poco exagerado por al menos dos razones. Primero, Alemania necesitaba desesperadamente las reservas de petróleo de Rusia para continuar con su esfuerzo bélico. En segundo lugar, Stalin habría dudado en permitir que Alemania siguiera pisoteando Europa; el Tercer Reich continuaría representando una seria amenaza existencial para la URSS Aún así, la posibilidad de que esto haya sucedido es bastante aterradora. 5. Los nazis desarrollan la bomba antes que los aliados Dada la afición de Hitler por las llamadas " armas maravillosas "

”, hay pocas dudas de que habría usado la bomba atómica si la tuviera. Este es el mismo régimen, después de todo, que desarrolló un precursor del misil balístico intercontinental. Los nazis incluso utilizaron mosquitos como armas biológicas .
Es muy posible que los Aliados se hubieran apagado las luces si Alemania hubiera inventado primero las armas nucleares. Podría haber resultado en la victoria de Alemania en todos los frentes. Afortunadamente, los nazis nunca apreciaron el potencial de un arma que estaba tan estrechamente asociada con la "ciencia judía".

6. Sin frente occidental

Si hubiera sido por Winston Churchill, no se habría abierto el frente occidental. Con los recuerdos del baño de sangre en Flandes todavía persiguiéndolo, el primer ministro británico se resistió a lanzar un ataque anfibio contra Francia, prefiriendo en cambio su estrategia de "bajo vientre suave" de atacar a las potencias del Eje a través de Italia y los Balcanes. Pero con Estados Unidos afirmándose, Churchill y el ejército británico tuvieron que pasar a un segundo plano frente a los planificadores estadounidenses. De ahí el ataque a Normandía en junio de 1944.

Por supuesto, Stalin también exigió un Frente Occidental, no solo para compensar las terribles pérdidas sufridas por el Ejército Rojo (Stalin diría más tarde: "Usted pagó con su acero, nosotros pagamos con nuestra sangre"), sino también para evitar que los aliados rivales. fuerzas establezcan un punto de apoyo en Europa Central y Oriental. Ya estaba mirando hacia el mundo de la posguerra y la creación de un bloque comunista.

Pero si Churchill se hubiera salido con la suya, es probable que se hubiera producido una invasión aliada excepcionalmente fuerte tanto de Italia como de los Balcanes. Alternativamente (o de forma complementaria), una fuerza de invasión podría haber venido a través de Noruega, razón por la cual Hitler insistió en estacionar más de 400.000 soldados allí durante el transcurso de todo el período.guerra (incluso mientras Berlín ardía). El aspecto de la guerra habría sido muy diferente, con la mayor parte de las fuerzas anti-Eje provenientes del este y del sur. Es difícil predecir lo que podría haber sucedido a continuación, pero una derrota alemana aún podría haber sido probable. Aunque es interesante pensar en el destino de Francia ante tal escenario.

7. El complot de julio de 1944 para asesinar a Hitler tiene éxito

El complot del 20 de julio de 1944 para asesinar a Adolf Hitler resultó en una tragedia en múltiples niveles. No solo fracasó en su objetivo principal, sino que condujo a la captura de 7.000 personas, de las cuales 4.980 fueron ejecutadas. Peor aún, redujo y radicalizó aún más al partido nazi. Llamada Operación Valkyrie, la conspiración fue organizada por oficiales de la Wehrmacht que querían que Hitler fuera de escena para que Alemania pudiera negociar una paz por separado con los aliados occidentales y continuar la guerra contra la URSS. Sin embargo, es muy poco probable que Washington y Londres hubieran optado por (recordando el infame discurso de "rendición incondicional" de Roosevelt, y el hecho de que los Tres Grandes ya tenían un acuerdo que descartaba una paz separada bajo cualquier circunstancia).

Ha habido mucho debate sobre lo que podría haber sucedido si Hitler hubiera muerto en el último año de la guerra. Es poco probable que su muerte hubiera resultado en el colapso del partido nazi o el esfuerzo de guerra del Eje. Incluso Claus von Stauffenberg, un miembro destacado del complot Valkyrie, aceptó que "pasaría a la historia alemana como un traidor". De hecho, a pesar del lamentable estado de la guerra, el culto a la personalidad que rodeaba al Führer fue sorprendentemente resistente.

Sin embargo, si el complot hubiera tenido éxito, un escenario probable habría visto a Hermann Göring o al fanático Heinrich Himmler ascender al liderazgo de Alemania. Ambos habrían capturado y ejecutado a los conspiradores y los nazis probablemente habrían continuado la guerra. Un Tercer Reich bajo una nueva administración podría haberse rendido antes, evitando a Alemania el cataclismo que le sobrevendría en 1945.

Otro escenario posible es que la muerte de Hitler podría haber iniciado un movimiento de resistencia interna más vociferante, uno que podría haber llevado a guerra civil. Pero debido al patriotismo alemán generalizado, este escenario es bastante improbable.

8. El Ejército Rojo de Stalin continúa hacia el oeste después de tomar Berlín

Cuando terminó la Batalla de Stalingrado en 1943, el resultado final de la guerra ya no estaba en duda: Alemania estaba acabada. El Ejército Rojo de Stalin empujó persistentemente a la Wehrmacht hacia Alemania, engullendo territorios que más tarde formarían el Telón de Acero. Pero como señaló el historiador Anthony Beevor, Stalin, por un breve tiempo, consideró seriamente tomar toda Europa para sí mismo. Y podría haberlo hecho, a pesar de que Rusia estaba importando grandes cantidades de material y equipo de los EE. UU. (los soldados rusos comían comida enlatada estadounidense y conducían en jeeps y camiones Studebaker). Después de la caída de Berlín, el Ejército Rojo constaba de 12 millones de hombres repartidos en unas asombrosas 300 divisiones. Mientras tanto, los aliados occidentales contaban con apenas 4 millones de hombres que componían solo 85 divisiones. Para el día VE, a los estadounidenses aún les faltaban varios meses para desarrollar la bomba, tiempo suficiente para que los soviéticos hicieran retroceder a los aliados al Canal de la Mancha. Lo que habría sucedido después de eso, con el advenimiento de la bomba, es una incógnita.

9. Churchill inicia inmediatamente la Tercera Guerra Mundial

En la otra cara de esta moneda de la historia alternativa, también debemos considerar seriamente la Operación Impensable de Churchill : el plan para el inicio de una nueva guerra contra la Unión Soviética después de la caída de la Alemania nazi. Al igual que Stalin, Churchill había anticipado las hostilidades después de una victoria europea y se preguntaba si no había mejor momento para emprender la Tercera Guerra Mundial que el presente. Pero prevalecieron las cabezas más frías. El Ejército Rojo se detuvo en Berlín y Eisenhower nunca consideró enfrentarse a los Rojos (a diferencia de su compatriota, George Patton).

10. Los aliados invaden Japón en lugar de lanzar la bomba

Las bombas se lanzaron sobre Japón porque los expertos militares le presentaron al presidente Truman proyecciones que mostraban millones de bajas estadounidenses para cuando Tokio se rindiera (las cifras se basaban en las bajas sufridas durante la lucha por Okinawa). Si Truman se hubiera negado a lanzar la bomba, se habría puesto en marcha la Operación Caída , la mayor campaña anfibia de la historia de la humanidad.

La invasión en dos partes estaba programada para comenzar en octubre de 1945. La Operación Olímpica habría visto la captura del tercio inferior de la isla japonesa principal más al sur, Kyushu. Luego, en la primavera de 1946, la Operación Coronet golpearía la llanura de Kanto, cerca de Tokio. Las bases aéreas en Kyushu capturadas en la Operación Olympic habrían permitido el apoyo aéreo terrestre para esta segunda fase del ataque. En total, se habrían requerido 30 divisiones. En respuesta, los japoneses se estaban preparando para una defensa total de Kyushu. Si se hubiera caído, habría sido un desastre sangriento.

viernes, 17 de marzo de 2023

Revolución Libertadora: La vida en Mar del Plata en 1958

Argentina sin Perón


La ciudad de Mar del Plata durante el verano de 1958 retratada por el fotógrafo Dmitri Kessel de la revista americana LIFE Magazine


jueves, 16 de marzo de 2023

Guerra de Vietnam: Las fuerzas coreanas implicadas

Fuerzas coreanas en Vietnam

Un líder de escuadrón de la División de Tigres de la República de Corea se mantiene en contacto con sus hombres durante una operación en las Tierras Altas Centrales.

Ya en 1954, Corea había ofrecido enviar un elemento del ejército coreano a Vietnam, pero la oferta fue rechazada. Diez años más tarde, en agosto de 1964, llegó un equipo de reconocimiento (enlace) para brindar asistencia con los programas de acción cívica mientras se desarrollaban las discusiones sobre la futura participación de Corea.

Su primera contribución fue el Grupo de Asistencia Militar de la República de Corea, que llegó a Bien Hoa en febrero de 1965 y comenzó a trabajar en proyectos de acción cívica, ayudando en áreas afectadas por fuertes inundaciones durante los últimos monzones. La fuerza, apodada la Unidad Paloma, contaba con más de 2.400 y estaba organizada de la siguiente manera:

  • grupo de apoyo a la construccion
  • Compañía de ingenieros del Cuerpo de Marines
  • Lanchas de desembarco de la Armada
  • Compañía de seguridad del ejército coreano

Las tropas trabajaron en puentes, escuelas y dispensarios y, mientras operaban bajo reglas especiales de enfrentamiento que solo les permitían devolver el fuego, dependían de la asistencia del ARVN si sufrían un ataque sostenido.

Luego de conversaciones de alto nivel entre el presidente Johnson y el presidente Park en mayo de 1965, se tomó la decisión de desplegar el equivalente a una división, con el apoyo de un escuadrón de cazas F-86. Sin embargo, había condiciones. El gobierno coreano anunció que sus tropas deben estar bajo el control de los EE. UU. como una fuerza separada y distinta como una cuestión de orgullo. Aunque querían mostrar su apoyo a un país vecino, no querían que los soldados coreanos actuaran como mercenarios pagados; tenían que estar operando de forma independiente bajo el control militar estadounidense. También querían apoyo logístico completo de Estados Unidos y una gran cantidad de ayuda financiera.

El Comando de Asistencia Militar, Vietnam, quería evitar la competitividad entre las unidades coreanas y survietnamitas y eligió las áreas costeras que rodean sus bases logísticas para su despliegue. La División Capital, conocida como los Tigres, comenzó a llegar al área al oeste de Qui Nhon en septiembre de 1965 y durante los siguientes seis meses ayudó a tomar el control de la provincia de Binh Dinh.

DIVISIÓN CAPITAL

Cuartel general y Cuartel general de la compañía

Regimiento de Caballería, 1. ° y 26. ° Regimientos de Infantería, cada uno con tres batallones

Cuartel General y Batería del Cuartel General, División de Artillería

Batallones de artillería de campaña de 105 mm 10, 60 y 61

628 ° Batallón de Artillería de Campaña de 155 mm

Compañía de Armaduras, Compañía de Reconocimiento y Sección de Aviación

El apoyo de combate fue proporcionado por un batallón de ingenieros, una compañía de señales y una compañía de policía militar. Las tropas de apoyo y servicio incluían una compañía médica, una compañía de artillería y una compañía de intendencia.

La 2.ª Brigada del Cuerpo de Marines, conocida como Blue Dragons, se desplegó al mismo tiempo alrededor de la bahía de Cam Rahn, pero pronto tuvo que moverse para asegurar el área de Tuy Hoa. En agosto de 1966 se trasladó a la zona de Bong Son, al norte de Qui Nhon.

BRIGADA DEL CUERPO DE MARINA 2D

1.°, 2.° y 3.° Batallones; 5. ° Batallón se incorporó en 1967

La 9.ª División de Infantería (Caballo Blanco) se desplegó a lo largo de la costa sur del II Cuerpo en septiembre de 1966, donde asumió la responsabilidad del área alrededor de la Bahía de Cam Rahn, Tuy Hoa y Ninh Hoa.

9ª DIVISIÓN DE INFANTERÍA

Cuartel general y Cuartel general de la compañía

Regimiento 28, Regimientos de Infantería 29 y 30, cada uno con tres batallones

Cuartel General y Batería del Cuartel General, División de Artillería

Batallones de artillería de campaña de 105 mm 30, 51 y 52

966 ° Batallón de Artillería de Campaña de 155 mm

Tenía las mismas tropas de apoyo y servicio de combate que la División Capital.

La llegada de esta segunda división llevó la fuerza de las fuerzas coreanas en Vietnam a alrededor de 45.000, y el Grupo de Asistencia Militar de la República de Corea aumentó de tamaño para que pudiera operar como cuartel general del cuerpo. Tenía su sede en Nha Trang y reportaba a II Field Force mientras trabajaba junto con II Cuerpo.

La 2.ª Brigada de Infantería de Marina salió de Vietnam entre diciembre de 1971 y febrero de 1972. El resto de las tropas coreanas fueron de las últimas en retirarse, abandonando el país durante los tres primeros meses de 1973.

El ejército y los marines de la República de Corea demuestran ser combatientes y aliados sólidos como una roca en la guerra de Vietnam.

Una perspectiva sobre la participación de Corea en la guerra de Vietnam.

miércoles, 15 de marzo de 2023

Entreguerra: El SOE en Abisinia

SOE en Abisinia

Weapons and Warfare


 



Vickers Vicente.




Orde Wingate, el Comandante de la Fuerza Gideon, hablando con el Emperador Haile Selassie de Abisinia

 

La empresa abisinia comenzó antes que SOE. De hecho, mientras el MI R se esforzaba por montarlo, la sección D se esforzaba por destruirlo apelando de forma independiente a la tribu Galla en el sur del país para que se separara del resto. Wavell, que tenía muchas otras cosas en mente, como comandante en jefe en El Cairo, recordó que cuando estuvo al mando en Palestina a mediados de los años treinta, tres jóvenes oficiales le habían dado la impresión de que probablemente les iría bien con fuerzas irregulares o en trabajos irregulares. Él envió por ellos. Dudley Clarke, a quien Holland había utilizado, con Gubbins, para fundar los comandos, creó para Wavell un cuerpo con el aburrido nombre de A Force: su tarea principal era confundir al enemigo. A los otros dos, Orde Wingate y Tony Simonds, Wavell los envió a Jartum para que continuaran dislocando el control de Mussolini sobre Abisinia; esta retención se remonta a la reciente guerra de 1935-1936.

En Jartum, Wingate y Simonds se unieron a Mission 101, otro nombre aburrido para encubrir un trabajo mucho menos aburrido, que estaba controlado de forma remota, a través de G(R) en El Cairo, por MI R y luego por SOE en Londres, pero que también respondía ante Wavell. en El Cairo y al general Platt, comandante del ejército en el lugar. Su objetivo era desestabilizar el control de los italianos sobre Abisinia. El jefe de la Misión 101, DA Sandford, era mayor que la mayoría en la guerra irregular (recién había cumplido los cincuenta y ocho), pero conocía bien Abisinia, había sido cónsul en Addis Abeba antes de irse para ganar dos DSO como oficial artillero en la Gran Guerra, y había cultivado allí durante quince años entre las guerras. Este coronel tranquilo, fornido, calvo y con anteojos (pronto se convirtió en brigadier) avanzó, por su propia iniciativa, en territorio enemigo poco después de que Italia se uniera a lo que Mussolini supuso que sería el bando ganador el 10 de junio de 1940. A mediados de septiembre se había establecido en Faguta, en la cordillera de Chokey, al sur del lago Tana, y comenzó a distribuir armas a miembros de tribus amigas. . Un año antes, se había instalado discretamente en Surrey como tesorero de la catedral de Guildford; el clarividente Wavell, espoleado por el personal de inteligencia que operaba en El Cairo, lo había convocado de nuevo hacia el este.

La personalidad de Wingate era tan poderosa, y la influencia que ejercía sobre los reporteros tan fascinante, que apenas ha sido posible reconstruir la historia del esfuerzo de SOE en Abisinia como un todo coherente, y presentarla en su contexto adecuado en la historia de la guerra: Wingate, Wingate, Wingate ha eclipsado todo, incluso la luminosa valentía de los soldados de Platt, la mayoría indios, que asaltaron la fortaleza casi inexpugnable de Keren en Eritrea. Además, el hecho de que Wingate tuviera alguna conexión con la SOE, aunque bien conocido por autores tan bien informados como WED Allen (quien estaba en la SOE, al lado de Wingate) o Christopher Sykes, tenía que permanecer en secreto mientras la propia SOE fuera un secreto. : es decir, hasta mediados de los años sesenta. No fue demasiado difícil ocultárselo a los corresponsales de guerra, que se adhirieron a Wingate como abrojos, habiendo descubierto que dondequiera que fuera, seguramente habría una historia. Al final, mucho después de que dejara la SOE, dos de ellos murieron con él en un accidente aéreo.

Ronald Lewin nos ha recordado que toda la campaña de África Oriental de 1940-1941 espera una nueva evaluación a la luz de los documentos hasta ahora ultrasecretos de Bletchley que transformaron la imagen de cómo el personal de alto nivel tomó sus decisiones. El aspecto SOE de la campaña, aunque menos importante, también requiere un replanteamiento. Como esta fue la primera de las empresas de SOE al este del Atlántico que llegó a algún lugar que valiera la pena ir, merece ser analizada, al menos, en estas páginas. Proporcionó varios indicadores útiles para el futuro de SOE.

Según Dodds-Parker, presentador de MI R y luego de SOE en Jartum (había estado en el servicio político de Sudán antes de unirse a la Guardia de Granaderos), muchas de las ideas se atribuyen vagamente a Wingate, como la contratación de camellos, y nombrar a esos abisinios que se uniría a los británicos contra las fuerzas patriotas italianas, había sido puesto en marcha antes de que Wingate llegara a Jartum, por la rama G(R) que presidía Terence Airey (entonces coronel).

Sandford sabía mejor que nadie que la conquista italiana de Abisinia, que había comenzado el 3 de octubre de 1935, estaba incompleta en el otoño de 1940; tal como lo fue, a principios del verano de 1984, la conquista rusa de Afganistán, que comenzó en diciembre de 1979. En las zonas montañosas remotas, los lugareños desdeñaban a los conquistadores italianos, además de temerles, y si les daban armas y una ventaja, podrían traerlos. para moverse contra ellos. El líder ideal fue enviado de Inglaterra a Egipto, por iniciativa del Foreign Office, en una de las últimas incursiones en hidroaviones antes de que se cerrara la ruta corta, el 24/25 de junio de 1940: un pequeño, pulcro, de piel cobriza, moreno. -hombre barbudo de porte erguido y porte principesco. En Alejandría lo llamaban Mr Strong; el 2 de julio, con un nuevo alias, Mr Smith, se instaló en Jebel Aulia, cerca de Jartum. Fue reconocido de inmediato.

Un amigo inglés había venido con él, como parte de su pequeño séquito: George Steer, que había sido hombre del Times en Addis Abeba en 1935-1936, y pertenecía a su vez a EH y SO1.

La presencia del emperador fue bien recibida por muchos refugiados abisinios en Sudán; algo menos bienvenido para los funcionarios políticos británicos, fácilmente avergonzados por los potentados e inseguros sobre la política del alto gobierno. Sandford había recibido órdenes directas de Wavell para iniciar una rebelión en Abisinia, con la intención de debilitar el control italiano sobre el país desde adentro, mientras los ejércitos formales lo atacaban desde afuera. Al principio, para los más preocupados no estaba del todo claro si los británicos pretendían restaurar a Haile Selassie o simplemente utilizarlo como una herramienta para reemplazar el poder italiano en el este de África por el británico.

Estas dudas fueron resueltas por una conferencia de altas personalidades que comenzó en Jartum el 28 de octubre (día en que Mussolini invadió Grecia) y se prolongó durante tres días. Eden, entonces ministro de guerra, el general JC Smuts y Wavell estaban todos presentes, respaldados por dos tenientes generales, Dickinson y Cunningham, que estaba a punto de sucederlo. (¿Dónde, uno se pregunta, estaba Platt?) También estuvieron representados el gobernador de Sudán, la embajada británica en El Cairo y G(R); y el emperador apareció en persona para hacer valer su derecho a luchar por su propia causa. Eden lo respaldó, manteniéndose en la línea que había tratado de seguir cinco años antes como Ministro de Asuntos de la Sociedad de Naciones. La reunión aprobó la voluntad de lucha del emperador, aprobando así implícitamente su derecho a gobernar cuando regresara;

Se aprobó una estrategia de cuatro puntas. Platt atacaría Abisinia desde el norte, Cunningham desde el sureste; G (R), es decir, SOE, debía realizar dos ataques desde el oeste, con uno de los cuales viajaría el emperador. Aquí fue donde entraron Wingate y Simonds: llegaron una semana después, el 6 de noviembre de 1940. Wingate trajo consigo un crédito de £ 1 millón (luego se duplicó). Gran parte de la primera cuota se la tragó un negocio en el que G(R) ya se había embarcado: el alquiler de camellos, mulas, arrieros y camelleros.

G(R) recolectó 18.000 camellos, 15.000 de los cuales emprendieron la larga caminata hacia el este hacia las montañas. Menos de sesenta de estos llegaron hasta Addis Abeba. De hecho, tantos murieron en el camino que las partes traseras de las columnas podían navegar por el olor: el hedor de los cuerpos de los camellos muertos delante de ellos les mostró el camino. Wingate era excelente con los caballos, pero sabía poco sobre cómo manejar camellos. Nadie de alto nivel en el lugar se dio cuenta de que el camello sudanés es una criatura espléndida para trabajar en los desiertos arenosos, pero es poco probable que prospere en la meseta montañosa de Gojjam, a unos 2000 metros sobre el nivel del mar, donde Sandford ya estaba alojado y que formó el El primer objetivo del emperador.

Muchos de los reclutas atraídos localmente para la misión eran árabes urbanos, que no sabían más de camellos que sus nuevos amos. Para ellos, la promesa de 10 libras esterlinas (a pagar cuando regresaran) y comida gratis durante el viaje fue suficiente. Wavell autorizó una llamada rápida de voluntarios de los oficiales y suboficiales de la división de caballería doméstica en Palestina, aquellas unidades que por tradición "no habían pensado en ir más lejos de la ciudad que Windsor", y de las tropas de dominio en el delta del Nilo: la llamada que se hizo familiar en el ejército, para servicio peligroso, no se dan detalles. Por tradición, nuevamente, los tipos de regimiento sanos se quedaron con sus regimientos ("nunca se disculpe, nunca se ofrezca como voluntario"). Sin embargo, los hombres a los que no les gustaba el lado formal de la vida del regimiento, o simplemente estaban aburridos del servicio de guarnición y en busca de aventuras, podían aprovechar esto como una forma de escape. Varios personajes sorprendentes aparecieron en Jartum. Entre ellos estaban (Sir) Laurens van der Post, el naturalista de Sudáfrica; Wilfred Thesiger, el viajero, que se convirtió en oficial político de la columna de Wingate; y AH Wienholt, un senador australiano de 63 años, aburrido de la política, que había cazado leones en África central y tenía un corazón lo suficientemente grande como para estar listo para cazar animales aún más grandes. Estaban escuadrados en pequeños grupos con el engorroso título de centros operativos. Su tarea era avanzar, con o cerca de las dos columnas guerrilleras, para entregar armas y proporcionar liderazgo a las fuerzas patriotas que se unieran a la causa del emperador, la aliada. La experiencia de manos tan veteranas como Wienholt resultó ser muy útil a la hora de recoger y cargar el equipo. Entre ellos estaban (Sir) Laurens van der Post, el naturalista de Sudáfrica; Wilfred Thesiger, el viajero, que se convirtió en oficial político de la columna de Wingate; y AH Wienholt, un senador australiano de 63 años, aburrido de la política, que había cazado leones en África central y tenía un corazón lo suficientemente grande como para estar listo para cazar animales aún más grandes. Estaban escuadrados en pequeños grupos con el engorroso título de centros operativos. Su tarea era avanzar, con o cerca de las dos columnas guerrilleras, para entregar armas y proporcionar liderazgo a las fuerzas patriotas que se unieran a la causa del emperador, la aliada. La experiencia de manos tan veteranas como Wienholt resultó ser muy útil a la hora de recoger y cargar el equipo. Entre ellos estaban (Sir) Laurens van der Post, el naturalista de Sudáfrica; Wilfred Thesiger, el viajero, que se convirtió en oficial político de la columna de Wingate; y AH Wienholt, un senador australiano de 63 años, aburrido de la política, que había cazado leones en África central y tenía un corazón lo suficientemente grande como para estar listo para cazar animales aún más grandes. Estaban escuadrados en pequeños grupos con el engorroso título de centros operativos. Su tarea era avanzar, con o cerca de las dos columnas guerrilleras, para entregar armas y proporcionar liderazgo a las fuerzas patriotas que se unieran a la causa del emperador, la aliada. La experiencia de manos tan veteranas como Wienholt resultó ser muy útil a la hora de recoger y cargar el equipo. Wienholt, un senador australiano de 63 años, aburrido de la política, que había cazado leones en África central y tenía el corazón lo suficientemente grande como para estar listo para cazar animales aún más grandes. Estaban escuadrados en pequeños grupos con el engorroso título de centros operativos. Su tarea era avanzar, con o cerca de las dos columnas guerrilleras, para entregar armas y proporcionar liderazgo a las fuerzas patriotas que se unieran a la causa del emperador, la aliada. La experiencia de manos tan veteranas como Wienholt resultó ser muy útil a la hora de recoger y cargar el equipo. Wienholt, un senador australiano de 63 años, aburrido de la política, que había cazado leones en África central y tenía el corazón lo suficientemente grande como para estar listo para cazar animales aún más grandes. Estaban escuadrados en pequeños grupos con el engorroso título de centros operativos. Su tarea era avanzar, con o cerca de las dos columnas guerrilleras, para entregar armas y proporcionar liderazgo a las fuerzas patriotas que se unieran a la causa del emperador, la aliada. La experiencia de manos tan veteranas como Wienholt resultó ser muy útil a la hora de recoger y cargar el equipo. con o cerca de las dos columnas guerrilleras, para entregar armas y proporcionar liderazgo a las fuerzas patriotas que se unieron a la causa del emperador, la aliada. La experiencia de manos tan veteranas como Wienholt resultó ser muy útil a la hora de recoger y cargar el equipo. con o cerca de las dos columnas guerrilleras, para entregar armas y proporcionar liderazgo a las fuerzas patriotas que se unieron a la causa del emperador, la aliada. La experiencia de manos tan veteranas como Wienholt resultó ser muy útil a la hora de recoger y cargar el equipo.

Wingate hizo un reconocimiento hacia delante, como debería hacer un buen comandante. El 20 de noviembre de 1940, en la primera operación exitosa de la RAF para SOE, el oficial piloto Collis del Escuadrón 47 lo llevó en avión (entonces odiaba viajar en avión) a Abisinia, le permitió ver la escarpa de la montaña que bordea su borde occidental, lo llevó por partes de la provincia de Gojjam, lo aterrizó en una pista de aterrizaje improvisada en Faguta y lo llevó de regreso a Jartum dos días después, cuando terminó de hablar con Sandford. Aterrizar y despegar al borde de un precipicio en un obsoleto biplano Vincent fue tan complicado que solo por esta hazaña, la primera operación de recogida de SOE, Collis recibió una DFC.

En este primer encuentro, Wingate se llevaba bien con Sandford (con quien más tarde se peleó terriblemente). Afortunadamente, Wingate y el emperador, que se habían visto brevemente antes en el Brown's Hotel de Mayfair, también se llevaban bien. Haile Selassie tenía toda la disposición de la realeza exiliada para ofenderse, aunque también tenía el buen sentido de mantener sus modales bajo estricto control. Sabía, especialmente después de que Eden se pusiera de su lado en la conferencia de Jartum, que tenía todo el peso que el gobierno británico podía ejercer detrás de él, y estaba alegremente dispuesto a soportar los pequeños problemas de la vida del campamento en la marcha. Wingate se había hecho famoso, desde que era cadete en Woolwich, por su torpeza: parecía uno de esos hombres "nacidos para los problemas, cuando las chispas vuelan hacia arriba". Sus dones para frotar lo pomposo de la manera equivocada no tenían límite. Compartió con su pariente lejano, TE Lawrence, penetrantes ojos azules, baja estatura y ambición desbordante. En Palestina había organizado los escuadrones especiales nocturnos a los que se remonta el origen del ejército israelí; en Palestina había sentido que tenía una misión, y estaba dolido por la orden de Wavell de no volver a poner un pie allí. Una fotografía de él hecha por su oficial de transporte, uno de los voluntarios de la caballería doméstica, aunque es muy conocida, es demasiado vívida para dejarla sin citar:

Nunca perdonó su propio cuerpo, y otros críticos se quejarían de que se esforzaba en cada acción para ganarse el crédito. Creo más bien que tenía una pasión sedienta por la batalla como otros tienen por el juego. Sus ojos azul pálido, entrecerrados, ardían con una mirada insaciable. Su figura delgada, huesuda y fea, con su andar agazapado, tenía el aire de un animal perseguido por la caza pero hambriento de presa para la noche siguiente.

Wingate, Simonds y Dodds-Parker tardaron dos meses en resolver los detalles finales. Hasta que aparezcan las memorias de Simonds, poco se sabrá sobre el ataque guerrillero más al norte hacia el lago Tana, llamado Begemder Force, por la provincia en la que actuó, más allá de una anécdota brillante: que Wienholt, el viejo cazador de leones, visto por última vez por su propio de lado arrastrándose gravemente herido hacia el monte después de que su convoy fuera emboscado por algunos italianos de la empresa, fue capturado por ellos y, aunque estaba uniformado, condenado a ser fusilado: se enfrentó a su grupo de disparos con calma, envuelto en una bandera británica. De la columna sur también, cuatro prisioneros sudaneses capturados en uniforme fueron fusilados por los italianos, no demasiado cuidadosos con el derecho internacional.

Antes de salir de El Cairo, Sir Arthur Longmore, comandante en jefe aéreo en Oriente Medio, había advertido a Sandford que, en principio, no había aviones disponibles; pero que si es absolutamente necesario tener una o dos salidas, podría pedirlas. Las comunicaciones y el abastecimiento se realizaron, por tanto, principalmente por tierra; pero algunos de los primeros y engorrosos equipos W/T de onda corta eran perfectamente transportables a lomo de mula, y con ellos Wingate y Simonds pudieron mantener informados a su cuartel general en Jartum de su progreso, con muy pocos problemas.

Surgió un escándalo: por la conducta de un oficial destacado cuyo nombre no es necesario. Pidió ayuda por radio a su amigo Dodds-Parker. Estaba rodeado de deliciosas doncellas africanas, que le exigían sus servicios; pensó que todos tenían sífilis; ¿Podría Dodds-Parker lanzarlo en paracaídas con algún equipo de protección? No sabía, como sabía demasiado bien el agonizante Dodds-Parker, que todos los telegramas de la expedición fueron leídos tanto por G(R) como por Wavell y Platt, quienes estaban horrorizados. De este desagradable incidente derivó parte de la desagradable reputación de SOE entre partes del alto mando. Wingate no necesitaba saberlo.

Él, consciente de que empuñaba la espada del Señor y de Gedeón, llamó a su ala de la misión Gideon Force. El emperador marchó con él. Tenían un batallón de sudaneses, comandado por Hugo Boustead, el montañero; un batallón de voluntarios abisinios; y varios centros operativos. La fuerza total disponible para la Misión 101 era de unos 1800 hombres; partieron en enero de 1941 para desplazar a varios miles de tropas italianas y abisinias, si podían. El 21 de enero, dos días después de que comenzara el ataque de Platt a Eritrea, Haile Selassie izó su bandera en Um Idla, justo dentro de la frontera de su estado, a unas 250 millas al SSE de Jartum.

Wingate no se hizo querer por su siguiente decisión, que fue emprender, olvidando lo malos que eran sus mapas, una marcha a campo traviesa con el rumbo de una brújula. Le tomó algunos días de trabajo y la pérdida de muchos animales antes de que cediera. Los italianos que podrían (deberían) haber cerrado el camino a Gideon Force, sobreestimando su número porque los camellos se rezagaban, fueron superados por un solo pelotón de Boustead y se retiraron en lugar de luchar. La fuerza presionó hacia el interior.

La moneda podría haber causado problemas. La Misión 101 se encargó de pagar todo el forraje y la comida que consiguió de los abisinios, que la acogieron, pero los pagos debían hacerse en la única moneda que se reconocía localmente como valiosa: los táleros de plata (dólares) de María Teresa con fecha de 1764 Estas enormes monedas, tan grandes como una corona inglesa y con un valor de un florín inglés (10 peniques), fueron atesoradas. Es una señal del extraordinario alcance y la previsión de MI R que en abril de 1940 persuadieron a Indian Mint, ese augusto organismo donde se acuñaron monedas para el Raj, para acuñar varios cientos de miles de libras en táleros de María Teresa, todos debidamente fechados. 1764, en plata MI R proporcionado. Todos pasaron el escrutinio abisinio como moneda auténtica.

La misión no estaba bien organizada formalmente: había problemas incesantes entre Sandford y Wingate, cuyas esferas de acción no se habían establecido con suficiente claridad; pero lo que le faltaba en formalidades lo compensaba en coraje. Con prodigiosos esfuerzos, las provisiones y algunos camiones fueron arrastrados por la escarpa hacia el Gojjam, donde los camellos comenzaron a morir más rápido que nunca, pero los hombres de la fuerza pudieron disfrutar del aire más fresco y el paisaje variado. No fue hasta los dos últimos días de febrero y el 1 de marzo de 1941 que tuvieron un contacto serio con el enemigo. En esos tres días, Wingate y Boustead, con una fuerza de combate de unos 450 hombres, derrotaron a 7000 soldados italianos y auxiliares: a fuerza de patrullaje rápido, mejor puntería, un fragmento de apoyo aéreo (tres Wellesley atacaron un fuerte italiano en Burye el 1 de marzo ), y puro instinto de ganar. Desafortunadamente, los italianos sobrevivientes, que huían hacia el sureste, tropezaron el 6 de marzo con el batallón de voluntarios abisinios, que ya los había pasado por alto, no había oído nada de los combates en Burye, y fue atrapado descansando, no atrincherado, ni siquiera con centinelas apostados. Después de una pelea breve y salvaje, los voluntarios se separaron; mataron a 200 italianos e hirieron a muchos más, pero fueron apartados del camino (o lo que pasaba por un camino) y su propia moral se hizo añicos: nunca más operaron como un batallón formado.

Esta fue la última victoria de los italianos contra las fuerzas abisinias. Wingate siguió adelante, con los alegres sudaneses de Boustead, con sus centros operativos y con los muchos cientos de voluntarios que ya habían llegado para unirse al emperador pero que no habían sido agrupados en unidades formales. Como siempre, lideró desde el frente. Una vez, operando un mortero solo con un amigo abisinio, se encontró bajo fuego de artillería y le ordenó al amigo que retrocediera a cubierto; Inglaterra, dijo, tenía muchos hombres tan inteligentes como él, pero los abisinios educados eran muy raros y debían mantenerse alejados de cualquier daño. No muy lejos de él, tenía a Steer con una imprenta amárica, criado a lomo de mula; Steer se ocupó de repartir folletos para aquellos de los lugareños que sabían leer, y de consignas adecuadas a todo volumen a través de megáfonos para aquellos que no sabían.

La batalla del 6 de marzo había revelado a los italianos que la ganaron que no estaban, como habían pensado, haciendo campaña contra una división británica; La siguiente tarea de Wingate fue convencerlos de que, después de todo, lo eran. Lo logró a través de una combinación de atrevimiento y fanfarronería.

Sus enemigos se mantuvieron a raya alrededor de la ciudad de Debra Markos y una pequeña serie de fuertes al oeste de la misma, llamada la posición de Gulit. Una de las compañías sudanesas, dirigida por Bimbashi Johnson, se distinguió por un patrullaje particularmente vigoroso en las colinas al norte y este de Gulit y Debra Markos. Su partido confirmó una observación de Allen sobre la supervivencia británica, contra viento y marea, en 1940: "Quizás Dios lucha del lado de los grandes corazones y no de los grandes batallones". Las tropas de Boustead presionaron con fuerza contra Gulit y tomaron la posición a fines de marzo, mientras Wingate estaba teniendo otra disputa con Sandford, esta vez sobre la planificación administrativa, unas pocas millas más adelante. El 3 de abril, Johnson y tres pelotones que habían dado la vuelta al este de Debra Markos tendieron una emboscada a un convoy de refuerzos que venía de la capital: de veintiocho camiones y un par de carros blindados, solo unos pocos camiones escaparon hacia el este. Once oficiales italianos y un gran número de nativos quedaron muertos en el camino o en los restos del naufragio. El fusil Boyes, inútil contra los tanques, demostró su eficacia contra los carros blindados italianos; un suboficial voluntario de Abisinia había inutilizado dos vehículos blindados con un rifle Boyes cuatro semanas antes.

El 4 de abril, la guarnición de Debra Markos, desconcertada por la presión de Boustead desde el oeste y la aparición inesperada de la emboscada de Johnson detrás de ellos, se escapó, sin siquiera detenerse para destruir todas sus tiendas. Wingate ya se había adelantado de nuevo; y estaba presente en uno de los fuertes capturados cuando sonó el teléfono. Edmund Stevens del Monitor de la Ciencia Cristiana de Boston , que casualmente hablaba un italiano impecable, estaba de pie junto a él y descolgó el auricular.

La llamada procedía de Safartak, el fuerte en el cruce del Nilo Azul, el próximo objetivo de Wingate; ¿Qué estaba pasando en Debra Markos? Wingate dijo: 'Dígales que diez mil soldados británicos se están acercando a ellos'. Stevens así lo hizo. ¿Qué, gimió la voz en el otro extremo, se iba a hacer? "Solo hay una cosa que hacer", respondió Stevens en italiano. 'Despejen subito ', enseguida: lo hicieron los italianos. Mediante esta estratagema elemental, Wingate forzó el cruce del Nilo Azul.

Un intento de tender una emboscada a los italianos en el cruce de Safartak cuando se retiraban fracasó, pero también lo hizo su intento de destruir el puente. Siguió una pausa en las operaciones, interrumpida solo por el engaño de Boustead (con un par de pelotones) al batallón italiano en Mota, el último bastión enemigo en las montañas Chokey, para que se rindiera. Sobrevinieron dificultades políticas; algunos entre el emperador y jefes locales como Ras Hailu, quien le enseñó a Wingate cuál era realmente la gran manera cuando se acercaba al emperador para una reconciliación pública e hizo una reverencia que no habría deshonrado a la corte de Luis XIV; algunos, más incómodos, entre el emperador y el general Cunningham. Cunningham había avanzado rápido desde Kenia y tomó Addis Abeba el día después de que Wingate tomara a Debra Markos.

Haile Selassie estaba decidido a entrar en su propia capital. Gideon Force estaba con él cuando finalmente lo hizo el 5 de mayo de 1941. Ya estaba harto de montar y cortésmente rechazó el caballo blanco que le ofrecieron a favor de una limusina. Wingate, mal vestido para el papel con pantalones cortos de color caqui y casco para el sol, saltó sobre el caballo blanco y encabezó la procesión.

Su fuerza había hecho su trabajo principal de distraer y confundir al enemigo. Se hizo algún uso de fragmentos de él en los meses siguientes; los últimos italianos en Abisinia en rendirse lo hicieron en noviembre. Como dijo Christopher Sykes, 'Desde el principio hasta el final, Gideon Force fue un ensayo sobre el engaño. Nunca fue un ensayo de sentido común. Wingate quedó postrado por sus extraordinarios esfuerzos y sufrió una crisis nerviosa en el hospital de El Cairo. Finalmente, lo enviaron de regreso a Londres, donde él y SOE decidieron que no volverían a verse; partió para ganar su nombre inmortal como el líder Chindit en Birmania, donde murió en 1944. Simonds fue recogido por SOE en El Cairo para hacerse cargo de su naciente sección griega de manos de Ogilvie Grant, que quería participar en operaciones (fue lanzado en paracaídas en el Peloponeso, y casi de inmediato se convirtió en un prisionero). Más tarde, Simonds pasó a dirigir la sección N de A Force, que se ocupaba de las fugas. Van der Post se trasladó al Lejano Oriente, donde desapareció, por el momento, cuando los japoneses invadieron Singapur; para angustia de los que le habían conocido.

Dodds-Parker regresó a Londres para informar sobre las lecciones aprendidas; que ha resumido recientemente. No hubo muchos lanzamientos aéreos a Wingate o a Simonds, pero hubo suficientes para que las fuerzas armadas británicas asimilaran, lo que el general Student alemán estaba a punto de demostrar nuevamente en Creta, que las operaciones aerotransportadas y con suministro de aire ahora habían llegado. para tomar su lugar al lado de otros como formas normales de guerra. Había muchos puntos menores, sobre la conexión inalámbrica y el empaquetado, que valía la pena informar y mejorar. Los mal llamados centros operativos habían entrado en acción en su mayoría solo en las etapas finales, tras la caída de Debra Markos; pero en ellos se incorporó lo que se convirtió en una de las principales ideas de SOE: que las fuerzas patriotas, sin importar cómo se llamen, independientemente de cómo estén organizados, se les podría dar una ventaja más nítida con la presencia de pequeños grupos de oficiales y suboficiales capacitados en tácticas, especialmente en tácticas de sabotaje y ataque. Los muchos grupos que trabajaron con partisanos en Italia, Grecia y Yugoslavia en 1943-1945, y los equipos de 'Jedburgh' en Francia, Holanda y Noruega en 1944, tienen un origen que se remonta a Gideon Force.

Quedaba la principal lección de interés: que una gran guerra de guerrillas podía montarse con efecto, siempre que estuviera programada para unirse a los esfuerzos de fuerzas más regulares en el mismo teatro de guerra. Sería tanto más efectivo si tuviera un imán como el emperador; por otro lado, siempre era probable que hubiera personajes locales, como Ras Hailu del maravilloso arco, que podrían trabajar para un lado o para otro, y que necesitarían una vigilancia especial y un trato especial. En los frentes de sabotaje y armas también había lecciones que aprender; Cabe destacar que los detalles del Sten se arreglaron un par de meses después de la captura de Debra Markos.

Es menos agradable tener que informar que Dodds-Parker se vio invitado a dar conferencias sobre las proezas de Gideon Force con menos frecuencia de lo que esperaba; porque, dedujo, el gobierno sudafricano estaba molesto por la facilidad con la que un ejército mayoritariamente blanco había sido derrotado por uno mayoritariamente negro.

Es hora de pasar de la victoria y la farsa a la tragedia.