Heces momificadas desvelan un asesinato histórico
Por Jorge Alvarez - La Brújula Verde
Heces momificadas desvelan asesinato histórico
Las heces momificadas desvelan un asesinato histórico. Heces de la víctima, por supuesto, que no es que se hayan conservado en plan reliquia sino que aún estaban en sus intestinos cuando se descubrió y analizó científicamente su cuerpo, momificado por causas naturales.
Seamos sistemáticos, que algo habremos sacado de tanto ver CSI. Antes de nada, identifiquemos el cuerpo: se trata de Canfrancesco della Scala, popularmente conocido como Cangrande, mecenas de Dante Allighieri y gobernante de Verona entre 1308 y 1329. Fue uno de esos señores de la guerra que caracterizaron la Baja Edad Media italiana, un período bastante turbulento en el que las ciudades estaban envueltas en continuos enfrentamientos bélicos.
En ese contexto, Cangrande era un guerrero especialmente fornido y experto que no se conformó con gobernar su Verona natal sino que extendió su dominio a las localidades vecinas de Vicenza, Padua y Treviso. Pero la conquista de esta última en 1329 supuso también su final. No porque cayera en combate sino porque apenas cinco días después de adueñarse de ella sufrió un brusco deterioro de su salud y murió.
Un óbito tan repentino siempre resulta extraño pero entonces lo achacaron a haber bebido agua en mal estado antes de iniciar la campaña -era pleno verano-, según parecían indicar los vómitos y diarreas que se manifestaron durante el breve proceso. Sin embargo, ya entonces empezaron a circular rumores de envenenamiento. En cualquier caso, Cangrande fue enterrado en la iglesia de Santa Maria Antica, en Verona, y con el tiempo se le fue olvidando.
Hasta que en 2004 un equipo de expertos abrió el elegante sepulcro de mármol y exhumó su cadáver. Lo encontraron en bastante buen estado, fruto de una momificación natural. Aparte de indicios de tubercolisis y artritis, los análisis de rayos X y tomografías computerizadas revelaron que sus órganos se hallaban en condiciones sorprendentes, hasta el punto de que aún había restos de alimento regurgitado en el esófago. Pero fueron las exploraciones abdominales las que resultaron más provechosas.
Se han hecho públicas este mismo mes de enero en un artículo de la revista Science. En efecto, el recto aún conservaba materia fecal suficiente como para extraer muestras y analizar su composición, determinando si el agua contaminada era o no la responsable del fallecimiento. Lo que revelaron en realidad fue la existencia de granos de manzanilla usados como sedante y morera negra, que se utilizó como astringente. Pero lo que llamó la atención fue la presencia de digitoxina que se saca de la planta dedalera. Un estudio del hígado lo confirmó.
Gino Fornaciari, profesor de Historia de la Medicina y Paleopatología de la Universidad de Pisa, explica que no es totalmente descartable una ingestión accidental pero que la hipótesis más probable es una administración deliberada de digitalis, el veneno que se elaboraba con la citada toxina. Al fin y al cabo, a alguien con el poder de Cangrande no le faltaban enemigos, entre ellos la República de Venecia o el Ducado de Milán pero también otros más cercanos, caso de sus sobrinos (no tenía hijos legítimos), que aspiraban a hacerse con sus tierras y títulos. De hecho, poco después uno de ellos, Mastino, mandó ahorcar al médico que le atendió.
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