UN FANTASMA QUITA EL SUEÑO A VECINOS DE ALTA CÓRDOBA
Hay un sector muy poblado de Alta Córdoba, que está viviendo nerviosas expectativas nocturnas, ante la presencia —según dicen— de un "aparecido", que desaparece cuando se cansa de sacar el Jesús a los labios de los asustados. Las “visiones” a estar con las “mentas” de la gente que no se le escapa ni el salto de una modesta pulga en el barrio, tienen por centro de irradiación la manzana comprendida entre las calles Lavalleja, Jerónimo Cortés, Jujuy y Antonio del Viso. Ahí, —si nos atenemos a las referencias— está la cosa!
Dicen nuestros informantes, que se trata de una especie de “hombre mosca”, que asciende por las paredes como si fuera pisando en escalones. La “visión” es un hombre, muy ágil y hasta elegante, que se cubre el rostro con un antifaz. Sale un poquito antes del “filo de la media” noche, aunque haya luna. Se da unos paseos por los techos; pasa hasta la iglesia del Corazón de María; arroja piedras, con alguna certeza contra los peatones o los vecinos enamorados que se quedan en las puertas sin acostarse temprano y hasta emite un grito como el del “Tarzán” del cine. El caos es que desde hace más de una semana, este “fantasma” que hasta ahora no ha hecho más daño que quitarle el sueño a muchos chicos y hasta ciertos grandes también, se pasea por la manzana citada, sin que hasta la fecha nadie se le atreviera a preguntarle si es alma en pena, o si anda investigando algo, y eso que hasta la policía interviene. Es así en efecto, ya que antenoche, por ejemplo, se solicitó permiso en algunas casas para apostar vigilantes en los fondos, con instrucciones de darle un sustito al “aparecido”. Los agentes —que por lo general tienen un pizca de superstición— o hicieron la vista gorda, o se simularon dormidos, por que el “hombre mosca” hizo sus demostraciones de acrobacia sin que le molestaran. Se nos informa que un vecino ha colocado un poderoso reflector, con el fin de iluminar al “fantasma” y encandilarlo, si es posible, hasta que le puedan echar el guante, pero que el muy vivo, no se subía dentro del radio del citado reflector. Entre los vecinos, que ya ven prolongarse por muchas noches los paseos de fantasmas no policías por los techos de sus casas, con los consiguientes peligros de que las piezas se les lluevan de tanto pisoteos en chapas de zinc y en defensa de sus muchos sueños atrasados, han resuelto formar varias cuadrillas “volantes”, para dar caza al fantasma del cuento, que según parece, muy pocos lo vieron “con sus propios ojos”, por que la mayoría cree que existe, porque los “julepeados” lo pintan en un forma muy realista, y tanto es así, que hasta la policía parece creer en que se les tiene que ver con un alma en pena, que se distrae haciendo macanas. Esperamos que se le animen y lo atrapen sin desoHarlo mucho.