¿Pudo haber escapado el “Huáscar” el 8 de octubre de 1879?
Por el Capitán de Fragata (EM. A.), Patricio Carvajal Prado.
1. En la obra del Contraalmirante don Alejandro García Castelblanco titulada “Estudio Crítico de las Operaciones Navales de Chile”, al referirse a la batalla de Angamos, su autor plantea un interrogante:
“Con la costa a unas 20 millas a estribor, con un enemigo que desarrollaba más o menos su misma velocidad a babor y con el “Blanco Encalada”, que desarrollaba alrededor de 1 1/4 nudos menos, a unas 4 millas a popa, ¿habría sido posible al “Huáscar” evitar el encuentro? He ahí una cuestión sobre la cual todavía no se ha dicho la última palabra”.
En el presente trabajo, aunque no pretendemos decir la última palabra, nos proponemos dar una respuesta concreta basada en cálculos cinemáticos.
2. Características de los buques que actuaron en Angamos.
a. Peruanos:
Blindado “Huáscar”:
Desplazamiento: 1.130 toneladas.
Andar máximo a la fecha: 11 nudos.
Armamento principal: 2 cañones de 10” montados en 1 torre acorazada (5 1/2").
Arcos de fuego: del 009º al 147º y del 2 13º al 351º
Cintura acorazada: de 4 ½”
Corbeta “Unión”.
Andar máximo: 13 a 14 nudos.
b. Chilenos:
Blindados “Cochrane” y “Blanco”:
Desplazamiento: 3.560 toneladas.
Andar máximo a la fecha: “Cochrane”: 11 nudos. “Blanco”: 10 nudos.
Cintura acorazada: 9” a 4 ½”.
Protección de las baterías: 8,6” a 4 ½”.
Armamento principal: 6 cañones de 9”; 3 a cada banda (ver gráfico de arcos de fuego).
Alcance eficaz de la artillería:
“Huáscar”: 3.000 yardas.
“Blanco” y “Cochrane”: 3.000 yardas.
3. Primer contacto y movimientos hasta las 0715 (hora de Santiago; Z - + 4 h. 42 m.).
De acuerdo con el plan concebido por el Ministro de Guerra don Rafael Sotomayor, corregido por el Comandante Latorre, la flota chilena destacó el 7 de octubre a la División Latorre (“Cochrane”, “O’Higgins” y “Loa”) a un área de patrulla situada a 20 millas al Weste de Punta Angamos, en tanto que la División Riveros (“Blanco”, “Covadonga” y “Matías Cousiño”) navegaba próxima a la costa de la Península de Mejillones con rumbo hacia el sur.
A las 0330 horas del 8 de octubre, el “Blanco” avistó por la proa el humo de dos buques a la altura de Punta Tetas. Presumiendo que se trataba de naves la División Riveros gobernó para aproximarse a reconocerlos.
Los buques sospechosos eran efectivamente el “Huáscar” y la “Unión”; Grau también avistó los borrosos contornos de las naves chilenas y, suponiendo que podían ser transportes chilenos, navegó primeramente al norte, para reconocerlos; sin embargo, al percibir que continuaban acercándose en lugar de huir, evaluó correctamente su identidad y gobernó sucesivamente al SW. y al W.
Al amanecer, ambos adversarios pudieron identificarse mutuamente y a las 0540 horas, la División Grau puso proa al norte perseguida, a una distancia de 4 a 8 millas por la División Riveros que se iba quedando lentamente rezagada (x).
4. 0715 horas. Segundo contacto. Situación táctica (ver gráfico).
A las 0715 horas el “Huáscar” avistó humos al NW., sin identificar los buques que los producían. Simultáneamente, o tal vez unos 15 minutos antes (x), la División Latorre avistó los humos peruanos y evaluó correctamente su identidad.
La situación táctica en esos momentos era la siguiente:
“Huáscar” a 10 millas al W de Caleta Herradura (Península de Mejillones) rumbo entre 000º y 008º (x); andar: 10 nudos.
“Cochrane” al 316º y 18` millas del “Huáscar” (312º y 23’, 3 según otros historiadores); a 20 millas al Weste de Punta Angamos; latitud: 23º S.; proa al Este: andar 10 nudos.
“Blanco”: al sur del “Huáscar” (180º a 188º) y a una distancia de 4 a 8 millas (x) ; andar: 9 nudos.
“Unión”: al SW. Del “Huáscar” y a una milla de distancia; andar: 10 nudos.
La disposición de los restantes buques chilenos no la detallamos por no tener mayor significación en la batalla y a fin de simplificar el cuadro.
Factores exteriores del campo táctico:
Visibilidad: muy buena, los buques se avistaron alrededor de 20 millas.
Luz: luz del sol; altura 19º, azimut 088º.
Viento: calma.
Mar: llana superpuesta a boba.
Proximidad de la costa: La costa corre casi rectamente de norte a sur a unas 10 millas al E. de la posición del “Huáscar”; a unas 12 millas más al norte, rebasada la Punta Angamos, la costa se retira unas 12 millas hacia el E., formando la Bahía de Mejillones, y luego vuelve a correr casi rectamente de sur a norte.
5. El problema del escape; soluciones.
En atención a que, como hemos observado anteriormente, los datos proporcionados en los distintos documentos históricos no coinciden (ver bibliografía) decidimos calcular el problema primeramente con los valores más favorables al escape y luego con aquellos datos que hacían más difícil eludir el combate. Como veremos, las soluciones son esencialmente similares en ambos casos.
1ª Solución:
El caso más favorable para el escape del “Huáscar” se basa en los siguientes datos:
Hora: 0715.
Contactos: “Blanco” al 180º y a 8 millas.
Humos: 312º y a 24 millas.
Evaluación: Grau evalúa los humos como pertenecientes a un blindado y otros buques chilenos y decide inmediatamente maniobrar para rehuir el combate.
Andares máximos: “Cochrane”: 11 nudos; “Blanco”: 10 nudos; “Huáscar”: 11 nudos.
Alcance eficaz de la artillería de los blindados: 3.000 yardas.
Así planteado el problema se obtienen las siguientes soluciones:
Rumbos para escapar del “Cochrane”: los comprendidos en el sector 046 a 218º.
Rumbos para escapar del “Blanco”: los comprendidos en el sector 255 a 105º.
Rumbos para escapar de ambos buques: los comprendidos en el sector 046 a 105º.
2ª Solución:
En el caso más desfavorable para el escape, los datos son los siguientes:
Hora: 0730.
Contactos: 1 blindado al 180º y a 4 millas; 1 blindado al 320º y a 15 millas.
Andares y alcance eficaz de la artillería: los mismos del caso anterior.
La cinemática nos indica que en este caso los rumbos a que el “Huáscar” podía navegar para escapar de ambos blindados chilenos se reducen al sector 056º 092,5º.
En ambos casos podemos observar que los rumbos que habrían posibilitado a Grau rehuir el encuentro sólo le permitían navegar 10 ó 20 millas antes de encontrarse con la costa.
En consecuencia podemos asegurar, que a no mediar un burdo error táctico chileno o motivos imprevisibles que restaran movilidad a los blindados chilenos, a las 0715 horas del 8 de octubre, la situación era tal que el “Huáscar” no podía pretender escapar sin combatir por lo menos con un buque chileno superior.
6. Posibilidades de escapar hacia el sur combatiendo con el “Blanco”.
El dilema de Grau era: procurar abrirse paso hacia el norte combatiendo con el “Cochrane” o bien caer hacia el sur hasta la llegada de la noche, para lo cual tendría que combatir con el “Blanco”.
Una pequeña variación en el problema de escape nos dice que el “Huáscar” habría podido mantenerse a una distancia mayor de 6.000 yardas del “Cochrane” (el doble del alcance eficaz de su artillería) si al avistar los humos de la División Latorre, hubiera caído inmediatamente al 217º. Este rumbo era el menos favorable para la acción del “Blanco Encalada”. ¿Qué probabilidades habría tenido este blindado de aniquilar al “Huáscar” en ese caso?
La solución del problema de “aproximarse a la distancia eficaz del fuego en tiempo mínimo” que nos proporciona la rosa de maniobra, nos indica que el “Blanco” cayendo al 341º habría podido romper el fuego sobre el “Huáscar” 8,3 minutos más tarde.
Resolviendo luego el problema cinemático de “mantener al enemigo de andar superior el máximo de tiempo dentro del alcance eficaz de la artillería”, vemos que el blindado chileno cayendo en ese momento al 220º, habría podido hacer fuego sobre el monitor con un cañón a distancias de entre 2 y 3 mil yardas durante la primera media hora; luego habría podido dispararle con 2 cañones, durante una hora, a distancias menores de 2.000 yardas y por último, habría podido combatirlo con un cañón durante otra media hora antes de que se alejara más allá del alcance eficaz de su armamento principal (ver Gráfico Nº 3).
Considerando que en la batalla real, mucho antes de que interviniera el “Blanco”, a los 20 minutos de disparado el primer tiro, los proyectiles del “Cochrane” habían perforado la torre de artillería y desmontado un cañón, destrozando la torre de mando con su Comandante, e inutilizado el telégrafo a las máquinas y la rueda de gobierno, no es arriesgado presumir que en un combate singular con el “Blanco” en las condiciones referidas, la destrucción o captura del “Huáscar” habrían sido también la lógica secuela.
La solución del problema fue calculada en las condiciones más favorables para el “Huáscar”; cualquier otro rumbo que hubiera navegado dentro del sector que le permitía escapar del “Cochrane” habría acentuado las ventajas del “Blanco”.
En el dilema de tratar de forzar el paso hacia el sur o hacia el norte, teniendo en ambas circunstancias que combatir contra un blindado que le superaba en artillería y en coraza ¿qué ventajas presentaba cada solución?
El escape hacia el norte seguía la línea más corta de retirada a sus bases y la luz del sol estaba a favor de la dirección del tiro.
La retirada hacia el sur en cambio le obligaba a navegar alejándose de sus bases hasta la caída de la noche antes de poder regresar al norte amparándose en la oscuridad. El “Cochrane” tenía 11 horas de sol para perseguirlo; la mayor distancia que tenía que recorrer el “Huáscar” para volver al Perú ascendía por lo menos a 300 millas, gran parte de las cuales tendría que navegar al máximo andar dejándole un margen de reserva de carbón reducido.
Aunque el estado del tiempo era muy bueno, más al sur era muy probable encontrar los vientos dominantes del Sur y la mar correspondiente que restarían más andar al monitor, bajo de borda, que a los blindados perseguidores que lo triplicaban en desplazamiento y en la altura de las amuradas.
La única ventaja que presentaba el escape hacia el sur la constituía el menor andar del “Blanco” que no le permitía mantenerse indefinidamente dentro de la distancia de fuego efectivo, aunque, como ya hemos visto, le daba tiempo más que suficiente para aniquilar al enemigo.
¿Podría criticársele a Grau el no haber adivinado cuál de ambos blindados tenía mayor andar?
Creemos que la resolución tomada por Grau al identificar al “Cochrane”, aproximadamente a las 0730 horas, de caer al NE. en procura de un escape hacia el norte, decisión que mantuvo sin vacilaciones hasta su muerte, era la maniobra táctica más acertada que podía efectuar el almirante peruano en esas circunstancias.
Esta conclusión, a la vez que confirma la indiscutible pericia de Grau, habla muy en favor de la eficacia del plan Sotomayor-Latorre que permitió a la flota chilena imponer el combate al escurridizo “Huáscar”, cuya misión impartida por el Presidente Prado, debía ser cumplida “procurando eludir una acción decisiva contra fuerzas enemigas superiores”.
Las fuerzas navales chilenas lograron cumplir con ese aforismo que viene a ser la quinta esencia de los principios estratégicos: “llegar allí prirnero con más”.
A nuestro parecer el plan de Angamos, contrariando las críticas que se suele hacer a la conducción de la Guerra del Pacífico, revela una inteligente coordinación entre los escalones de conducción y ejecución de las operaciones y destaca la capacidad del Ministro Sotomayor y de los Comandantes Latorre y Riveros.
Si concedemos que la maniobra táctica de Grau a partir de las 0715 horas en que se produjo el segundo contacto fue intachable ¿podemos también juzgar en igual forma su actitud durante la primera fase táctica, en el período comprendido entre el primer y segundo contactos con los blindados chilenos?
En esta fase, su maniobra para escapar de la División Riveros no nos merece observaciones. Es indudable que ella le permitía escapar del único enemigo hasta entonces detectado. No podemos decir otro tanto de la disposición adoptada. Contaba la División Grau con la corbeta “Unión” que con sus 14 nudos era el buque de más andar de las flotas en guerra. En la primera fase de su retirada hacia el norte, la “Unión” navegaba por la aleta de babor y a una milla del “Huáscar”. Se ha opinado que esta disposición obedecía al propósito de observar al “Blanco” e interferir su posible aproximación, argumento que no resiste el análisis más somero ya que es un hecho comprobado que la División Riveros se iba quedando rezagada en esta fase.
La posición de la veloz corbeta debió haber sido por la proa del “Huáscar”, en exploración. Desde las 0540 horas, en que los buques peruanos cayeron al norte, hasta las 0700 horas, la “Unión”, aprovechando su mayor andar, pudo haberse adelantado unas cinco millas al “Huáscar” A esa hora se habría producido el mutuo avistamiento entre el “Cochrane” y la “Unión”. Informado el “Huáscar” pudo haber caído, sin ser observado por el “Cochrane”, al Weste, rumbo que le permitía escapar del “Blanco”. Latorre habría debido destacar un buque a interceptar la “Unión” y mantener los restantes en el área de patrulla.
La corbeta peruana podría haber mantenido un rumbo deceptivo al N. o NE. durante una hora y escapar luego de los buques superiores chilenos gracias a su mayor andar.
Riveros se habría visto obligado a destacar un buque e informar a Latorre en tanto que con el “Blanco” se empeñaba en perseguir al “Huáscar” hacia el Weste.
Dada la posición relativa de los barcos chilenos en ese momento, la información de la ruta del “Huáscar” habría tardado una hora en llegar a Latorre, tiempo suficiente para que Grau alcanzara el mismo meridiano que el “Cochrane” con lo que quedaba abierto su rumbo de es cape al Weste que le permitiría eludir el encuentro con cualquiera de los blindados chilenos.
Esta maniobra de la División peruana exigía la existencia de un plan previo de exploración, que, tanto la inferioridad relativa de fuerzas como los riesgos de su misión ofensiva, aconsejaban elaborar. La ausencia de exploración privó a Grau de la única probabilidad racional de burlar el plan Sotomayor Latorre.
Bibliografía.
“Historia de la Guerra del Pacífico”, por Diego Barros Arana.
“Historia Militar de Chile”, por el General Indalicio Téllez.
“Guerra del Pacífico”, por Pascual Ahumada Moreno.
“Las cuatro campañas de la Guerra del Pacífico”, por Francisco A. Machuca.
“Historia Militar de la Guerra del Pacífico”, por Wilhelm Eckdahl.
“Guerra del Pacífico”, por Gonzalo Bulnes.
“Estudio Crítico de las Operaciones Navales de Chile”, por el Contraalmirante, Alejandro García Castelblanco.
“Manual de Cinemática Naval”, Departamento de Navegación e Hidrografía.
“Tabla de Azimutes del Sol Nº 71”, Hydrographic Office Estados Unidos N. A.
“Medición de arcos de fuego del “Huáscar”, por el Capitán de Fragata, Sr. Pablo E. Weber.
jueves, 28 de febrero de 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
SGM: Batalla de Bzura
Batalla de Bzura: 9 al 19 de septiembre de 1939
Las líneas maestras básicas del plan defensivo polaco ante una hipotética invasión alemana se basaban en la defensa de la línea fronteriza en toda su extensión en lugar de ofrecer una resistencia más al interior del país utilizando como fortificaciones naturales los ríos que de norte a sur cruzan Polonia. Obviamente el objetivo de no ceder terreno era ganar todo el tiempo posible, retrocediendo poco a poco, miestras se esperaba un ataque francés en el oeste.
Iniciada la Segunda Guerra Mundial la ofensiva alemana demostró la locura del plan de defensa a lo largo de toda la frontera. Así el Ejercito Pomorze fue derrotado en la batalla de Bory Tucholskie y obligado a retirarse hacia el sur-este mientras que el Ejército de Poznań, aunque no derrotado retrocede hacia el este ante la debacle del Ejército de Pomerania en el norte y el Ejército de Łódź en el sur, evitando así el riesgo de ser flanqueado y copado por los mucho mas moviles fuerzas alemanas.
El 4 de septiembre, el Ejército de Poznań se mueve a través de la ciudad que años mas tarde se llamaría Poznań y rompe el contacto con los alemanes abandonando as su suerte a la ciudad. El 6 de septiembre, los ejércitos en retirada de Pomorze y Poznań se unen al mando del general Kutrzeba dando lugar a lo que sería la unidad polaca más poderosa durante la campaña de septiembre.
Caballería polaca en Sochaczew |
El 8 de septiembre, las tropas alemanas alcanzan las afueras de Varsovia e inician el asedio a la capital creyendo erróneamente que no existen amenazas significativas al oste del Vistula por parte de las fuerzas polacas. Como se supo más tarde en un fallo de apreciación se suponía que el ejercito de Poznan se habría retirado al interior de Varsovia y que el de Pomorze esta muy debilitado tras su derrota en Bory Tucholskie.
Mientras tanto, el general Kutrzeba había desarrollado los planes de una ofensiva hacia el sur con la cual intentar aliviar la presión sobre el Ejército de Łódź. El 08 de septiembre Kutrzeba pierde el contacto con el Mariscal EdwardRydz-Śmigły por lo que decide actuar de forma autónoma y seguir adelante con su plan. Su posición en ese instante era grave, ya que el 8 º Ejército alemán había asegurado la orilla sur del río Bzura y el 4 º Ejército alemán había conseguido la ribera norte del río Vístula, de Wloclawek a Wyszogród, y sus elementos estaban atacando la retaguardia de sus fuerzas desde Inowrocław y cruzando el río Vístula, cerca de Plock.
Brigada de Caballería polaca durante la batalla de Bzura |
Ante el impulso polaco los alemanes deciden redirigir su esfuerzo en dirección a Bzura movilizando tropas del IV Ejercito, las reservas del Grupo de Ejércitos Sur, y los aviones de la IV Luftflotte. Pronto se hizo patente la superioridad aérea alemana y los movimientos de tropas a plena luz del día comenzaron a ser hostigados de manera significativa. Simultáneamente al aumento de la presión germana, Kutrzeba recibe la noticia del retroceso del Ejército de Łódź, y como consecuencia paraliza el ataque y ordena tratar de abrirse paso hacia Varsovia, a través de Sochaczew y el bosque de Kampinos. Esta decisión marcaría el final de la primera fase de la batalla.
En la mañana del 14 de septiembre, el grupo general Władysław Bortnowski inicia la segunda fase de la batalla. Las Divisiones de Infantería 26 y 16 cruzan el Bzura cerca de Łowicz mientras que la 4ª División de Infantería polaca llega a la carretera que une Łowicz con Głowno. En este punto, Bortnowski es informado de que la 4ª División Panzer esta siendo retirada de sus posiciones en las afueras de Varsovia. Ante el temor de que esta división Panzer supusiese una amenaza inmediata a sus hombres, ordena a sus unidades retirarse.
El 15 y 16 de septiembre, el Ejército Pomorze toma posiciones defensivas en la ribera norte del Bzura. Un grupo al mando del General Stanisław Grzmot-Skotnicki fue localizado entre Kutno y Zychlin, otro del General Michał Karaszewicz-Tokarzewski cerca de Gabin, mientras que el resto de unidades se situaban junto al Bzura cerca de Sochaczew, preparadas para comenzar su avance hacia Varsovia. En contraposición los alemanes movilizan al 10º Ejercito dotado de 2 divisiones acorazas, una motorizada y tres ligeras con unos 800 vehículos blindados, su objetivo cercar y destruir la amenaza que suponía esta concentración de fuerzas polacas para la toma de Varsovia.
El ataque entonos los flancos de las posiciones polacas se inició el 16 de septiembre, con el apoyo de la Luftwaffe, forzando a los polacos a salir de Sochaczew, una ciudad en el Bzura, quedando atrapados en un triangulo comprendido por los ríos Bzura, Vístula y las fuerzas alemanas.Los polacos comenzaron a cruzar el Bzura cerca de Vistula, al norte de Sochaczew, en su intento de romper las líneas y poder alcanzar Varsovia. Las unidades polacas se vieron obligadas a abandonar la mayor parte de su equipo pesado al cruzar el río bajo el fuego de la artillería pesada alemana y la operación aérea más grande de la campaña iniciada, por la Luftwaffe en un intento de paralizar las fuerzas polacas.
Durante la noche del 17 de septiembre, las unidades principales del Ejército de Poznań atacaron a las fuerzas alemanas a fin de romper el cerco alemán entre Witkowice y Sochaczew. La División de Infantería número 15 y la Brigada de Caballería Podolska cruzaron el Bzura en Witkowice mientras que las Divisiones de Infantería 25 y 17 lo hacian por Brachow. La 14 División de Infantería se concentró en Łaziska mientras el Ejército de Pomorze marchaba hacia los pueblos de Osmolin, Kierozia y Osiek.
Por la mañana, los alemanes reanudaron su avance hacia el sur a lo largo de las dos orillas del Bzura, con el apoyo de más de 300 aviones y artillería pesada apostada en lo alto de la orilla derecha del Vístula.Sólo unas pocas unidades polacas lograron romper el cerco y alzanzar Varsovia cruzando el bosque Kampinos. Entre ellos se encontraban los generales Kutrzeba, Knoll Kowacki y Tokarzewski, restos de las dos brigadas de caballería (Wielkopolska y Podolska) y de las Divisiones de Infantería 15 y 25. Al resto de unidades (Divisiones de Infantería 4 ª, 14 ª, 17 ª, 26 y 27) les fue imposible cruzar el río teniendo que capitular entre los días 18 y 22 de septiembre. Las bajas polacas se estimaron en unos 20.000 muertos, incluyendo tres generales: Franciszek Wlad, Stanisław Grzmot Skotnicki y Mikołaj Bołtuć mientras que las alemanes en unos 8.000 muertos.
Tras la batalla las ya liberadas unidades alemanes regresaron al cerco de Varsovia, la cual capitularía más tarde tras un duro asedio. La campaña terminó con la derrota de los polacos que únicamente consiguieron algo más de tiempo para preparar las defensas de la capital y distraer las fuerzas alemanas del sitio al que estaba siendo sometida.
Ejército Polaco en la Segunda Guerra Mundial
Ejército Polaco en la Segunda Guerra Mundial
sábado, 23 de febrero de 2013
Biografía: Walter Nowotny (Alemania)
Foto: C.Sundin, Ch.Bergström "Luftwaffe Fighter Aircraft in Profile", Schiffer 1997
Walter Nowotny - ¿El Fin de una Leyenda?
Escrito por Christer Bergström y Saso Knez
Walter "Nowi" Nowotny fue indiscutiblemente el más exitoso piloto de Fw 190. Encima, en la foto, su arma mortal- su personal Focke Wulf FW-190 A-5 del Stab I./JG 54, en el aeródromo Orel (Rusia), el 14 de Octubre de 1943. En el texto hay una foto de retrato del Nowotny, con sus medallas: la Cruz de Caballero con Hojas de Roble, con Espadas y con Diamantes.
Walter Nowotny nació el 7 de Diciembre de 1920 en Grümund, Austria. Tenía 17 cuando Hitler forzó el Anschluss de su tierra natal, Austria al Tercer Reich. Austria era un país dividido, partido entre anti-Nazis y seguidores de Hitler. El joven Walter pertenecía a los segundos, lo cual le aseguró un rápido ascenso en la Luftwaffe. En 1939 Nowotny se unió a la Luftwaffe, en la primavera de 1941 fue asignado al JG 54 "Grünherz". Esta unidad tomó parte en el ataque a la Unión Soviética y pronto Nowotny, a la edad de 20, con el rango de un Teniente, obtuvo sus primeras victorias.
La naturaleza ambiciosa y proactiva de "Nowi" pronto lo hicieron bien conocido entre los otros pilotos del JG 54. Este lado de su personalidad casi le cuesta la vida, cuando fue derribado por un un I-153 sobre la bahía de Riga, siguiendo sus primeras res victorias el 19 Julio de 1941. Luego de tres días y noches (durante las cuales estuvo a punto de cometer suicidio por pura desesperación) en un bote de goma en el mar, finalmente pudo alcanzar la costa. Este primer encuentro con la muerte cambió al joven "Nowi". Se volvió más cuidadoso- y supersticioso, siempre vistiendo los pantalones que había utilizado en aquella ocasión, los Abschusshose, en todas sus misiones de combate.
Por favor, lean su vívido recuento de la segunda misión sobre Leningrado el 4 de Agosto de 1942 (la misión anterior resultó en tres victorias para él) claramente perfila tanto su habilidad como su carácter del joven piloto de caza austriaco en la Luftwaffe:
"Había un claro cielo de color azul, y estaba lleno de cazas soviéticos tratando de atacar a nuestros bombarderos. Yo elegí un I-18 (MiG-1) y di un violento giro, poniendo mi Me 109 en una buena posición. Unas pocas ráfagas lo enviaron envuelto en llamas al suelo. Los cazas remanentes trataron de escapar, pero mi Me fue más rápido. Volando por encima de los muelles en la boca del Neva, alcancé al avión de retaguardia de una formación de 4 dedos (finger-four) en la mira de mis cañones. Dos ráfagas de fuego y el Rata explotó. El fuselaje y las alas se desprendieron prendidas fuego. La Flak disparó ferozmente desde abajo. Hice un giro de 180 grados y observé a cuatro I-18s atacando a nuestros bombarderos desde atrás. Elevando la nariz de mi avión, hice a uno de los cazas soviéticos pasar entre medio de mis trazadoras. El éxito me dejó anonadado. Inmediatamente éste se vino en una profunda picada, empezó a descender y dejó detrás de él un gruesa estela de humo negro. De este modo hice mi sexta victoria hoy. La número siete no tardó mucho más. Estaba apunto de retornar a la base, cuando intempestivamente un Rata ascendió debajo de mi. Presioné mi palanca hacia adelante, y segundos después el enemigo cayó haciendo espirales."
Ese día, Jueves 4 de Agosto de 1942, obtuvo sus victorias Nos. 48-54 - marcando el inicio de una increíble serie de victorias. Catorce meses después, alcanzó la marca 250 de victorias (el 13 de Octubre de 1943, su víctima fue un hábilmente pilotado P-40) siendo el primer piloto de la SGM en alcanzarlo.
Durante el año siguiente, se las arregló para derribar otros 40 aviones rusos, pero en su mayoría fueron victorias "fáciles", alcanzadas con gran cuidado y mayormente contra blancos más obsoletos que sus Messerschmitt Bf 109 F y G. La herida contra la autoestima de Nowotny no fue totalmente reparada hasta el fatídico día en en Agosto de 1942. Desde allí en adelante, él se sintió absolutamente seguro en el aire. Sólo el 4 de Agosto de 1942 "Nowi" alcanzó siete derribos en tres salidas. Esto es remarcable, dado que el bruto de estos éxitos fueron alcanzados luego de la recuperación de la Fuerza Aérea Soviética, cuando los modelos obsoletos tales como el I-16 fueron cambiados por los Yak-9s y La-5s iguales a los cazas Messerschmitt y Focke-Wulf, y como ases tales como Petr Pokryshev en el frente de Leningrado empezaron a emerger. Los éxitos de Nowotny fueron premiados con la Cruz de Caballero el 4 de Septiembre de 1942. Pronto, el 25 de Octubre de 1942 obtuvo el comando del 9./JG 54.
Merodeando los cielos sobre Leningrado en 1942/43, Nowotny definitivamente tuvo que encontrarse con Pokryshev en el aire más de una vez. Volando sobre Staraya Russa, un habilidoso piloto soviético estuvo cerca de poner un final a la asesina carrera de Nowotny. "¡Los rusos me han dado! ¡Tengo 'ampollas' en mis alas!" Nowotny gritó en la radio: "Desesperadamente nos desprendimos del enemigo e hicimos un rápido escape a baja altura", comentó su alero "Quax" Schnörrer. Con humo escapándosele de un disparo en el motor, el Messerschmitt 109 de Nowotny hizo un penoso aterrizaje en el aeródromo de Tulebya. Apurando el despliegue del tren de aterrizaje a 180 kph, el motor repentinamente entró en combustión y llamas. A un velocidad de 110 kph, Nowotny abrió la cabina de su avión en intentó un salto de vida o muerte. El candente Messerschmitt continuó rodando otros 30 metros, y luego explotó.
El 25 de Marzo de 1943, Nowotny se encontró con los primeros Spitfires soviéticos - pertenecientes al 26 Gv IAP del Mayor Petrov de la Defensa Aérea de Leningrado- y derribó a uno de ellos, su 79na victoria. El 15 de Junio, obtuvo su 100ma víctima. Nueve días después, trajo a tierra 10 aviones soviéticos en un solo día. Ese mes, Walter Nowotny aumentó su palmarés en no menos de 41. Promovido a Oberleutnant y a cargo del 1./JG 54 "Grünherz", él se superó a si mismo derribando 49 aviones soviéticos en Agosto de 1943, entre ellos nueve el 13 y siete el día 21. Reclamando su 150va victoria el 18 de Agosto, Nowotny accedió al puesto No 16 de la "Lista de ases".
El mes siguiente empezó con diez victorias en el primer día. Tres días después, fue galardonado con las Hojas de Roble a la Cruz de Caballero, y el 9 de Septiembre de 1943, su victoria trepó a la increíble "marca 200". Durante sus últimos diez días en el Frente Oriental, finalizando el 14 de Octubre de 1943, Walter Nowotny sacó a 32 aviones rusos afuera de los cielos- elevando a su palmarés de victorias a 255.
El Hauptmann Walter Nowotny de 22 años estaba en el tope de los ases de caza. Desesperados porque cualquier cosa pudiera elevar al pueblo alemán su fe en la guerra, la maquinaria de propaganda nazi rápidamente transformó a Nowotny a los titulares de una "superestrella". El joven Walter recibió todos los más altos honores militares a la mano: La Cruz de Caballero con Hojas de Roble, con Espadas y con Diamantes añadidos. Temerosos de perder tal "estrella", el Alto Mando retiró a Nowotny de la actividad del combate.
Durante el siguiente año, su principal rol en la guerra fue servir como objeto de propaganda y elevador de la moral. Pero los vientos de la guerra eventualmente forzaron al Alto Mando a llamar de vuelta a Nowotny al servicio activo. En el otoño de 1944, fue puesto a cargo de la primera unidad de cazas jet, el "Kommando Nowotny" equipada con el Me 262.
Nowotny fue primero reasignado a un Geschwader de entrenamiento en Pau. Él también probó en vuelo al Me 262 - y como la mayoría de los Experten quedó anonadado. Dado que no estaba empleado en todo su potencial en la organización de la Defensa del Reich, le fue otorgado el comando de la unidad de pruebas del Me 262- el Kommando Nowotny. En su corta historia el Ekdo 262 no cumplió las expectativas del Alto Mando y de los pilotos mismos. Nowotny era el impulsor de energía moral que la unidad requería. Tenía que liderar con el ejemplo. Cuando arribó a Hesepe fue presentado al Oberleutnant Hans Gunther Muller, el Komandeur del destacamento de Hesepe, Nowotny inmediatamente reaccionó a su modo diciendo:
¨¿Qué? ¡¡¿¿Usted es el Staffelkapitan y todavía no logró un derribo con el Me 262??!! Le sugiero que encuentre un empleo más apropiado.¨Pero pronto el mismo viviría la experiencia de la real situación en la unidad. En las siguientes semanas la unidad estaba plagada de constante acción del enemigo, las altamente temperamentales turbinas jets y problemas similares que no se resolverían hasta el final de la guerra misma, pero que eventualmente el catastrófico 8 de Noviembre amanecerían.
Galland y Keller estaban visitando la unidad ese día. Bajo la presión de mostrarse eficiente, y de rectificar la unidad a los ojos del Alto Mando, el Komando Nowotny dio su mejor presentación. Nowotny estuvo entre los pilotos que volaron ese día. El esfuerzo total del Komando se transformó en sólo 2 Me 262 en la primera ola y la misma cantidad en la segunda ola de despegues. El objetivo era un gran grupo de bombarderos fuertemente escoltados que tenían como blanco los campos militares en el canal Nordhorn y sobre el río Rhin. Hubo cuatro Fighter Groups en la cacería de ratas que despegaban desde Hesepe y Achmer. Habiendo detectado a los bombarderos dos Rottes (parejas) de Me 262 fueron preparados para despegar (la de Hesepe estaba compuesta por Erich Buttner y Franz Schall, u la de Achmer por Nowotny y Gunther Wegmann). Pero solo dos Me 262 pudieron despegar. Buttner tuvo un puntazo mientras carreteaba en la pista y las turbinas de Nowotny se rehusaban a encender principalmente por un problema de mezcla de combustible. Pero los dos pilotos que despegaron se la arreglaron para derribar un Thunderbolt y un Mustang.
Galland escribiría después: "Arribé ese día ( 7 de Noviembre) para inspeccionar la unidad y escribir un reporte, y aparte hablé con Nowotny esa tarde, e iba a dar los reportes de los pilotos concernientes a sus acciones. Al otro día, un vuelo de bombarderos B-17 se reportó dirigiéndose hacia nuestra base, por lo que la unidad despegó, cerca de seis jets (nota: algunas fuentes comentan que sólo cuatro despegaron), y si recuerdo correctamente, hubo una primera oleada, luego otra. Los Fw-190Ds estaban esperando en la pista para despegar y cubrir el regreso de los aviones jets, interceptando a los cazas aliados que los seguirían de seguro. Yo estaba en la cabina de operaciones, donde monitoreábamos las transmisiones de radio y nos dábamos una idea de lo que estaba pasando."
Schall se aproximó a la formación pero no hizo contacto dado que fue interceptado por Mustangs de escolta. En el dogfight que siguió Schall reportó un Mustang derribado, pero sufrió la misma llamarada a gran altitud. Trató de encender sus turbinas con una picada, pero fue atrapado por los Mustangs, que hicieron una muy lindas fotos del evacuado turbinen jager (caza a turbina).
Galland prosigue: "Muchos bombarderos fueron declarados derribados, y Nowotny radió que se estaba aproximando. El líder de vuelo en tierra, Hans Dortenmann, requirió permiso para despegar y asistir, pero Nowotny lo negó, que esperara. La batería de defensa anti-aeréa abrió fuego sobre unos pocos Mustangs que se aproximaban al campo, pero ellos fueron alejados, por lo que pude entender, y los jets se venían. Un Me-262 había sido derribado (nota: pilotado por Franz Schall), y Nowotny reportó uno de sus motores dañados. Él volaba sólo con el motor derecho, lo que lo convertía en vulnerable. Salté hacia afuera para observarlo cuando se aproximara al campo, cuando un caza enemigo se lo sacó (el asesino de Nowotny) no muy lejos de nosotros."
En ese mismo momento el Tte. RW. Stevens del 364 Fighter Group estaba patrullando el área, encontró al Me 262 volado por Nowotny quien retornaba a Hesepe. Se dio cuenta que el jet se aproximaba al campo, y pronto estaría al alcance de la numerosa artillería antiaérea. Él rápidamente se acercó debido a la escasa velocidad del fallado avión de Nowotny. Cuando estuvo a alcance abrió fuego. Recordó algunos aciertos sobre el jet, pero presintiendo toda la artillería antiaérea cerca, decidió quedarse satisfecho con solamente dañar al Me 262. Puso a su confiable Mustang en una leve picada para ganar velocidad e inmediatamente se volvió para ganar la cobertura de las nubes bajas. Mientras tanto el Mayor Nowotny peleaba una batalla perdida. Su Me 262 quedó parcialmente paralizada por la pérdida del motor y logró hacer una última transmisión de radio. Las últimas palabras de Nowotny escuchadas en la radio fueron: "¡Me estoy quemando! ¡Dios mío, Dios mío! ¡Me estoy quemando!". Luego su caza giró y perdió estabilidad probablemente en el lado de la puerta. Su altitud era baja, por lo que cuando pegó contra el suelo el avión levemente rebotó perdiendo uno de los motores, y luego de golpear el suelo su Me 262 furiosamente explotó.
Galland finaliza: "Escuché el sonido de motor a reacción, y vimos a su 262 cayendo a través de las nubes ligeras a baja altitud, girando levemente y luego golpeando el suelo. Las explosiones estremecieron el aire, y solo una columna de humo negro creció desde atrás de los árboles. Salimos en un automóvil y alcanzamos el lugar del siniestro, y estaba el avión de Nowotny. Luego de revisar a través de los restos, las únicas cosas rescatables fueron su mano izquierda y piezas de los Diamantes de decoración."
El lugar del siniestro en Epe (2.5 km al este de Hesepe) quedó cubierto por los restos del Meserschmitt esparcidos en un área amplia. Un habitante de la zona recuerda que un motor apareció al costa de la ruta luego del accidente. Un pequeño memorial fue erigido cerca de la "tumba" de este excepcional piloto. R. Stevens reportó haber perseguido y dañado a un Me 262 sobre Epe.
Perfil izquierdo del último avión del Mayor Nowotny - Me 262 A-1a, 8 blanco, W.Nr. 110400. Kommando Nowotny, Achmer, Alemania, 8 de Noviembre de 1944.
Foto: C.Sundin, Ch.Bergström "Luftwaffe Fighter Aircraft in Profile", Schiffer 1997
© WW II Ace Stories.
miércoles, 20 de febrero de 2013
Guerra del Paraguay: Orígenes
La Guerra del Paraguay
Parte I
Orígenes
Aunque muchos historiadores remontan comúnmente el inicio de la guerra a 1862, algunas raíces de este conflicto estaban presentes desde el período colonial. Portugal y España habían disputado la región del Plata (Uruguay, noreste de la Argentina actual y sur del Brasil) dado que la animosidad de las dos metrópolis emergió en Europa en el siglo XVII. Cuando los países coloniales conquistaron su independencia en el principio del siglo XIX, heredaron los conflictos del límite de esas dos naciones.
La lucha para la hegemonía implicó primero a gobierno de Buenos Aires (capital de Argentina) y del imperio brasileño. Después de muchas escaramuzas de límite, ambos fueron a la guerra sobre el disputado Uruguay. En 1827, una fuerza combinada de Argentina-Uruguay derrotó al ejército imperial en la batalla de Passo do Rosário o como la llaman en Argentina, Ituzaingó. Sin embargo, en el mar la armada imperial impuso su predominio sobre los enemigos. Gracias a este dilema, y a la falta de recursos de los territorios del Plata para seguir la guerra, Uruguay obtuvo la independencia en 1828.
Tropas brasileñas en su camino a Uruguay a principios del siglo XIX. Retrato de Jean Baptiste Debret
Buenos Aires también tenía sus propios problemas con las provincias argentinas del interior. De hecho, nunca habían aceptado la hegemonía de Buenos Aires en la confederación. Emprendieron la guerra varias veces. La única cosa que podría mantenerlos juntos era su odio común hacia el imperio brasileño.
Amenazado por las pretensiones de Buenos Aires de incorporarla a la Argentina, Paraguay conquistó su independencia después de la batalla de Tacuarí en 1811. Sin embargo, Paraguay no estaría libre de las amenazas encubiertas por casi cincuenta años. El imperio brasileño también tenía contenciones contra Paraguay sobre la región del río de Apa.
Finalmente, estaba Uruguay, que tuvo que jugar a un juego peligroso para guardar su independencia, rodeada de los dos gigantes de Suramérica: Brasil y Argentina.
En tal enjambre de intereses contradictorios, la cautela debe ser una virtud, principalmente por los dos países más pequeños de la región. Carlos Antonio López, padre de Solano López, era consciente de ella. Había decidido un plan de acción no-intervencionista, incluso cuando el Brasil pidió su ayuda para retroceder una alianza contra el dictador argentino Juan Manuel Rosas en 1852.
Cuando Solano López asumió el poder después de la muerte de su padre en 1862, se acercó lo más cerca posible de la facción del partido Blanco de Uruguay. Cuando Brasil intervino en la distensión habitual entre las alas de Blanco y de Colorado en beneficio del último en agosto de 1864, López lo asumió como amenaza a los intereses de Paraguay. Envió un consejo al gobierno de Rio de Janeiro para no romper el tenue equilibrio del plan de la política interna de Uruguay.
El 16 de octubre de 1864 la flota imperial bloqueó Montevideo (capital de Uruguay) y cruzó el límite de Brasil y Uruguay con 4.000 tropas. Esto representó un casus belli para Solano López.
Historiografía
Uno de los aspectos más polémicos de la Guerra de la Triple Alianza es la identificación de sus causas, existiendo relevantes diferencias de interpretación. Algunos historiadores (el caso del británico Pelham Box, la corriente liberal argentina o el paraguayo Cecilio Báez) centran su análisis causal en la conducta del régimen de Francisco Solano López, presentándolo como un gobierno poco prudente respecto de su política en el Río de la Plata. De este modo, López sería el responsable del estallido de la Guerra de la Triple Alianza. Otros, en cambio, (el revisionismo argentino con José María Rosa y Miguel Angel Scenna) responsabilizan de la guerra al Imperio del Brasil -y particularmente a los intereses ganaderos de Río Grande- por su política intervencionista en el Uruguay, causa eficiente del conflicto con Paraguay pues el intervencionismo brasileño en Uruguay, respaldado por la Argentina, afectaba el equilibrio del área rioplatense que el régimen de Solano López estaba dispuesto a defender. La línea de este razonamiento implica que López decidió intervenir en la crisis oriental temiendo una futura intervención conjunta argentino-brasileña en territorio paraguayo. Otra causa alegada por el revisionismo es la existencia de problemas limítrofes pendientes de Paraguay con la Argentina y Brasil, disputas territoriales no solucionadas y que tenían clave económica (el reclamo argentino en Misiones y el Chaco Central, el del Imperio en el norte y noreste de Paraguay, áreas ricas en yerbales)- agravadas por el problema de la fortaleza de Humaitá para la libre navegación del río Paraná. También figura en el enfoque revisionista como factor causal de la guerra la presión de la diplomacia británica para que López abriera su economía, que llevó al ministro británico en Buenos Aires y Asunción, Edward Thornton, a dar luz verde a la política mitrista contra López y los blancos uruguayos. Otro factor que aparece en los revisionistas argentinos y en historiadores como el oriental Luis Alberto de Herrera o el paraguayo Cecilio Báez como un detonante de la Guerra de la Triple Alianza es la crisis oriental, y, en el caso específico de Báez, el poder de sugestión de la diplomacia oriental sobre Solano López para que éste adoptase una actitud intervencionista en la crisis entre blancos y colorados, respaldando a los primeros en nombre de la defensa del equilibrio en el Río de la Plata. De acuerdo con esta línea argumental que centra su causalidad en la crisis uruguaya, ante la intervención argentino-brasileña a favor de los colorados, los blancos que estaban en el gobierno uruguayo decidieron ir en busca de López, quien intervino como garante del equilibrio amenazado en el área rioplatense. (1) Finalmente, Halperín Donghi y McLynn desechan las argumentaciones anteriores como causas directas de la Guerra de la Triple Alianza. Para ellos, el expansionismo brasileño, los recelos del régimen paraguayo de Francisco Solano López, la crisis interna oriental expresada en la lucha entre blancos y colorados, los intereses económicos de Río Grande, serían más bien factores estructurales que operaban en el panorama rioplatense. Pero el gatillo que hizo estallar el conflicto fue para ambos autores la actitud de la diplomacia mitrista respecto de Paraguay, vinculando la Guerra de la Triple Alianza con el proceso de formación y consolidación del Estado nacional argentino, objetivo éste al que Mitre apuntó. (2)
Las primeras etapas
El 12 de noviembre de 1864, Solano López evaluó a esa intervención brasileña en Uruguay como desdén hacia su país. Él también estuvo inclinado en creer que ni Brasil ni Argentina tomaban en cuenta los intereses de Paraguay. Consecuentemente, concluyó que para desempeñar un papel más importante en la región, Paraguay tendría que incurrir en en una política exterior ofensiva. Tal objetivo lo determinó a apoyar al gobierno Blanco comandado por Anatasio Aguirre.
El 12 de diciembre, declaró guerra contra el Brasil y el 16, puso en marcha rápidamente un ataque invadiendo la provincia de Mato Grosso al oeste del Brasil. El éxito de esta operación llevó Solano López a concluir que sus fuerzas eran superiores a las tropas del enemigo. Prestó pequeña atención al hecho de que enviaron las tropas paraguayas a una provincia mal defendida, lejos del suelo uruguayo y sin la importancia estratégica para operaciones futuras de la guerra.
Antes de fin de año López decidió golpear a la fuerza principal del Brasil en la provincia meridional de Rio Grande do Sul, aislando a las fuerzas del imperio en Uruguay de su base en el Brasil. Recolectó a algunas de las mejores tropas de Paraguay bajo el mando del coronel Antonio de La Cruz Estigarribia para cruzar la provincia de Argentina de Corrientes y atacar las posiciones brasileñas. El 18 de marzo de 1865 creyendo que la Argentina seguiría siendo por lo menos neutral, puesto que muchas provincias de Argentina estaban contra una alianza con el Brasil, el ejército paraguayo acometió contra la ciudad de Corrientes previendo que los hombres fuertes locales se le unirían. En lugar de ello, la acción fijó el escenario para que en mayo de 1865 se firmara por Argentina, Brasil, y Uruguay el Tratado de la Triple Alianza.
Bajo el tratado, estas naciones hicieron voto a destruir al gobierno de Solano López.
TRATADO DE LA TRIPLE ALIANZA CONTRA PARAGUAY
(1° de mayo de 1865)
Por último mayo y junio principios de 1865, el ejército de Estigarribia capturó algunas aldeas y pequeñas ciudades en Rio Grande. São Borja, una ciudad de una cierta importancia, cayó a sus tropas con poco combate. Parecía que el plan de López sería alcanzado con éxito otra vez. Sin embargo, las cosas habían cambiado desde la decisión de López de invadir Rio Grande. El 22 de febrero, la capital de Montevideo, Uruguay, cayó bajo las fuerzas combinadas del ejército brasileño y del partido Colorado bajo el mando del General Venancio Flores. Este hecho solamente debe ser bastante para demostrar la carencia de previsión del plan de López. EL Supremo, sin embargo, prosiguió con sus objetivos. Él no se daría por vencido.
El 11 de junio, la marina de guerra brasileña tuvo éxito en vencer a las naves paraguayas en la batalla de Riachuelo en el río de Paraná. Estigarribia ahora estaba atrapado entre las tropas brasileñas colocadas en Rio Grande y el Paraná. Un repliegue hubiese sido recomendable. No obstante, los paraguayos no retrocedieron. En lugar de ello, avanzaron y capturaron Uruguaiana el 5 de agosto. Para hacer las cosas peor, el 17 de agosto, a la segunda columna del ejército paraguayo bajo el mando del Mayor Pedro Duarte (una fuerza de 2.700 hombres) era derrotada en la batalla de Yatay en Corrientes. La vanguardia de los aliados fue ordenada por presidente Venancio Flores (4.500 argentinos; 2.440 uruguayos y 1.450 brasileños). Mientras que la mayor parte de los hombres de Duarte escapó al Paraguay cruzando el río, muchos fueron capturados. Los aliados tuvieron 83 muertos y 257 heridos. Para mediados de septiembre, cuando casi lo cercaron y los abastecimientos disminuían rápidamente, Estigarribia se rindió a los aliados. Una fuerza militar fuerte 5.200 (construida de paraguayos, de Blancos y de algunas tropas de Corrientes) dejó de existir. Dom Pedro II, el emperador mismo, atendió a la rendición de los paraguayos. Las mejores tropas de López se rindieron por casi nada. De este punto la guerra se convirtió en una lucha desesperada para la supervivencia de Paraguay. No estaban preparados los aliados, a pesar de ello, para cruzar el río Paraná al suelo paraguayo inmediatamente. Tardó meses antes de que intentaran irrumpir en Paraguay desde Corrientes. El grave problema era el terreno alrededor de Corrientes y de Passo de La Pátria (en el lado paraguayo del río de Paraná). Estaba inundado. Además, la marina de guerra brasileña, aunque era poderosa, no era conveniente para apoyar un desembarque en las aguas del Paraná. Los buques fueron proyectados para operaciones de mar; su navegación no estaba libre de problemas en las aguas del Paraná. Había otro problema. Antes de que los aliados pusieran de pie en la fortaleza de Itapirú, una posición de la artillería de la plaza fuerte, situada en un punto estratégico del banco de río en el lado paraguayo. Tuvo que ser tomado para asegurar un cruce seguro. Mientras que diversas escaramuzas entre el ejército paraguayo y de la Triple de Alianza ocurrieron en Corrientes y el área próxima, entre septiembre de 1865 y marzo de 1866, los comandantes aliados bajo el mando del general Bartolomé Mitre, presidente de Argentina, evaluaban esos problemas y preparaban un plan de emprender guerra en suelo de Paraguay. Solamente en marzo de 1866, después de meses de reuniones y de formulaciones de planes, decidieron enviar a las tropas a desembarcar al norte de Itapirú para tomarlo de la parte posterior.
Mientras tanto las naves dispararían sobre las posiciones paraguayas. Después de que hubiera sido tomada, más tropas cruzarían el río. Una flota grande fue recolectada en aguas del Paraná próximas a Corrientes. Consistió en una diversidad de las naves, cuatro de las cuales eran encorazados. El 16 de abril de 1866 general Manuel Luís Osório caminó en Passo de La Pátria con 15.000 hombres. Marchó inmediatamente hacia Itapirú. Sus tropas encontraron una cierta oposición de paraguayos, pero era débil a lo sumo. Mientras tanto, Itapirú estaba bajo fuego de la flota aliada. Los paraguayos se las arreglaron para atacar las naves usando todo que tenían a su disposición (barcos, buques de vapor capturados). Aprovechando de la maniobra limitada de los buques aliados, infligieron un cierto daño a las naves y bajas a los aliados; pero no podrían vencer la superioridad de los aliados en equipo y números y pronto se replegaron. A lo largo del río los aliados tuvieron como objetivo algunas posiciones estratégicas que les permitirían enviar el fuego en Itapirú. Uno de estos puntos era un pequeño banco apenas en el medio del cruce y casi delante de los cañones paraguayos. El destacamento del teniente coronel Antonio Cabrita del ejército imperial dirigió para desembarcar en el banco. Tan pronto como alcanzó el lugar, él y sus hombres se encontraron bajo fuego de las posiciones paraguayas. También tuvieron que soportar asaltos del enemigo que intentaba expelerlos de allí. Después de un combate feroz y largo, y gracias a las naves que vinieron en su socorro, hombres de Cabrita tomaron la posición.
Ambos lados experimentaron grandes bajas.
Solamente en el combate por el banco los aliados sufrieron 57 muertos, 102 heridos y 3 perdidos. Los paraguayos, según una fuente brasileña, tuvieron 600 bajas. El 18 de abril, el ejército de Mitre de 60.000 hombres desembarcó en Paraguay. Saldrían el suelo paraguayo de solamente una década después. El Itapirú fue abandonado el día siguiente por las fuerzas paraguayas.
NOTAS
Parte I
Orígenes
Aunque muchos historiadores remontan comúnmente el inicio de la guerra a 1862, algunas raíces de este conflicto estaban presentes desde el período colonial. Portugal y España habían disputado la región del Plata (Uruguay, noreste de la Argentina actual y sur del Brasil) dado que la animosidad de las dos metrópolis emergió en Europa en el siglo XVII. Cuando los países coloniales conquistaron su independencia en el principio del siglo XIX, heredaron los conflictos del límite de esas dos naciones.
La lucha para la hegemonía implicó primero a gobierno de Buenos Aires (capital de Argentina) y del imperio brasileño. Después de muchas escaramuzas de límite, ambos fueron a la guerra sobre el disputado Uruguay. En 1827, una fuerza combinada de Argentina-Uruguay derrotó al ejército imperial en la batalla de Passo do Rosário o como la llaman en Argentina, Ituzaingó. Sin embargo, en el mar la armada imperial impuso su predominio sobre los enemigos. Gracias a este dilema, y a la falta de recursos de los territorios del Plata para seguir la guerra, Uruguay obtuvo la independencia en 1828.
Tropas brasileñas en su camino a Uruguay a principios del siglo XIX. Retrato de Jean Baptiste Debret
Buenos Aires también tenía sus propios problemas con las provincias argentinas del interior. De hecho, nunca habían aceptado la hegemonía de Buenos Aires en la confederación. Emprendieron la guerra varias veces. La única cosa que podría mantenerlos juntos era su odio común hacia el imperio brasileño.
Amenazado por las pretensiones de Buenos Aires de incorporarla a la Argentina, Paraguay conquistó su independencia después de la batalla de Tacuarí en 1811. Sin embargo, Paraguay no estaría libre de las amenazas encubiertas por casi cincuenta años. El imperio brasileño también tenía contenciones contra Paraguay sobre la región del río de Apa.
En tal enjambre de intereses contradictorios, la cautela debe ser una virtud, principalmente por los dos países más pequeños de la región. Carlos Antonio López, padre de Solano López, era consciente de ella. Había decidido un plan de acción no-intervencionista, incluso cuando el Brasil pidió su ayuda para retroceder una alianza contra el dictador argentino Juan Manuel Rosas en 1852.
Cuando Solano López asumió el poder después de la muerte de su padre en 1862, se acercó lo más cerca posible de la facción del partido Blanco de Uruguay. Cuando Brasil intervino en la distensión habitual entre las alas de Blanco y de Colorado en beneficio del último en agosto de 1864, López lo asumió como amenaza a los intereses de Paraguay. Envió un consejo al gobierno de Rio de Janeiro para no romper el tenue equilibrio del plan de la política interna de Uruguay.
El 16 de octubre de 1864 la flota imperial bloqueó Montevideo (capital de Uruguay) y cruzó el límite de Brasil y Uruguay con 4.000 tropas. Esto representó un casus belli para Solano López.
Historiografía
Uno de los aspectos más polémicos de la Guerra de la Triple Alianza es la identificación de sus causas, existiendo relevantes diferencias de interpretación. Algunos historiadores (el caso del británico Pelham Box, la corriente liberal argentina o el paraguayo Cecilio Báez) centran su análisis causal en la conducta del régimen de Francisco Solano López, presentándolo como un gobierno poco prudente respecto de su política en el Río de la Plata. De este modo, López sería el responsable del estallido de la Guerra de la Triple Alianza. Otros, en cambio, (el revisionismo argentino con José María Rosa y Miguel Angel Scenna) responsabilizan de la guerra al Imperio del Brasil -y particularmente a los intereses ganaderos de Río Grande- por su política intervencionista en el Uruguay, causa eficiente del conflicto con Paraguay pues el intervencionismo brasileño en Uruguay, respaldado por la Argentina, afectaba el equilibrio del área rioplatense que el régimen de Solano López estaba dispuesto a defender. La línea de este razonamiento implica que López decidió intervenir en la crisis oriental temiendo una futura intervención conjunta argentino-brasileña en territorio paraguayo. Otra causa alegada por el revisionismo es la existencia de problemas limítrofes pendientes de Paraguay con la Argentina y Brasil, disputas territoriales no solucionadas y que tenían clave económica (el reclamo argentino en Misiones y el Chaco Central, el del Imperio en el norte y noreste de Paraguay, áreas ricas en yerbales)- agravadas por el problema de la fortaleza de Humaitá para la libre navegación del río Paraná. También figura en el enfoque revisionista como factor causal de la guerra la presión de la diplomacia británica para que López abriera su economía, que llevó al ministro británico en Buenos Aires y Asunción, Edward Thornton, a dar luz verde a la política mitrista contra López y los blancos uruguayos. Otro factor que aparece en los revisionistas argentinos y en historiadores como el oriental Luis Alberto de Herrera o el paraguayo Cecilio Báez como un detonante de la Guerra de la Triple Alianza es la crisis oriental, y, en el caso específico de Báez, el poder de sugestión de la diplomacia oriental sobre Solano López para que éste adoptase una actitud intervencionista en la crisis entre blancos y colorados, respaldando a los primeros en nombre de la defensa del equilibrio en el Río de la Plata. De acuerdo con esta línea argumental que centra su causalidad en la crisis uruguaya, ante la intervención argentino-brasileña a favor de los colorados, los blancos que estaban en el gobierno uruguayo decidieron ir en busca de López, quien intervino como garante del equilibrio amenazado en el área rioplatense. (1) Finalmente, Halperín Donghi y McLynn desechan las argumentaciones anteriores como causas directas de la Guerra de la Triple Alianza. Para ellos, el expansionismo brasileño, los recelos del régimen paraguayo de Francisco Solano López, la crisis interna oriental expresada en la lucha entre blancos y colorados, los intereses económicos de Río Grande, serían más bien factores estructurales que operaban en el panorama rioplatense. Pero el gatillo que hizo estallar el conflicto fue para ambos autores la actitud de la diplomacia mitrista respecto de Paraguay, vinculando la Guerra de la Triple Alianza con el proceso de formación y consolidación del Estado nacional argentino, objetivo éste al que Mitre apuntó. (2)
Las primeras etapas
El 12 de noviembre de 1864, Solano López evaluó a esa intervención brasileña en Uruguay como desdén hacia su país. Él también estuvo inclinado en creer que ni Brasil ni Argentina tomaban en cuenta los intereses de Paraguay. Consecuentemente, concluyó que para desempeñar un papel más importante en la región, Paraguay tendría que incurrir en en una política exterior ofensiva. Tal objetivo lo determinó a apoyar al gobierno Blanco comandado por Anatasio Aguirre.
El 12 de diciembre, declaró guerra contra el Brasil y el 16, puso en marcha rápidamente un ataque invadiendo la provincia de Mato Grosso al oeste del Brasil. El éxito de esta operación llevó Solano López a concluir que sus fuerzas eran superiores a las tropas del enemigo. Prestó pequeña atención al hecho de que enviaron las tropas paraguayas a una provincia mal defendida, lejos del suelo uruguayo y sin la importancia estratégica para operaciones futuras de la guerra.
Antes de fin de año López decidió golpear a la fuerza principal del Brasil en la provincia meridional de Rio Grande do Sul, aislando a las fuerzas del imperio en Uruguay de su base en el Brasil. Recolectó a algunas de las mejores tropas de Paraguay bajo el mando del coronel Antonio de La Cruz Estigarribia para cruzar la provincia de Argentina de Corrientes y atacar las posiciones brasileñas. El 18 de marzo de 1865 creyendo que la Argentina seguiría siendo por lo menos neutral, puesto que muchas provincias de Argentina estaban contra una alianza con el Brasil, el ejército paraguayo acometió contra la ciudad de Corrientes previendo que los hombres fuertes locales se le unirían. En lugar de ello, la acción fijó el escenario para que en mayo de 1865 se firmara por Argentina, Brasil, y Uruguay el Tratado de la Triple Alianza.
Bajo el tratado, estas naciones hicieron voto a destruir al gobierno de Solano López.
Vapor "25 de Mayo". Dibujo de Murature
Lo que sigue es parte de las memorias del Capitán de Fragata Constantino, publicadas en folleto en 1906, ya que el autor dispuso que si las creían de alguna importancia las publicasen después de su muerte. Falleció el 22 de Agosto de 1905. El 1ro de Abril salimos de Buenos Aires, a bordo del vapor nacional “25 de Mayo” con destino a Corrientes. Llegamos a ese puerto el día 11 donde se encontraba también el vapor “Gualeguay”. El día 13 del mismo mes (Jueves Santo) a las 6 de la mañana encontrándome sobre cubierta pues estaba de guardia, avisté cinco vapores que venían en dirección a nosotros. Tomé el anteojo para ver mejor y por este medio dime cuenta de que eran vapores paraguayos armados a guerra y tripulados por 3000 hombres más o menos, vestidos de colorado y bien armados. Se dirigían al puerto de Corrientes. Al llegar frente al vapor “25 de Mayo”, el jefe de la escuadra paraguaya hizo señal de cambiar la línea y prepararse a combate. Esto lo comprendí porque el libro de señales de ellos era igual que el nuestro. Al ver esta evolución avisé inmediatamente al 2do Comandante, capitán Domingo Olivieri, que me ordenó hiciera cargar la batería a bala y metralla y tuviera la infantería lista, preparando también una mecha en la Santa-Bárbara por si el enemigo venía al abordaje y no nos diera tiempo a defendernos. Sin embargo, a pesar de la maniobra que habíamos visto, saludamos con la bandera al enemigo, pero éste no contestó a nuestro saludo, lo que nos convenció de las intenciones hostiles con que se presentaba, y de la verdad de los díceres que corrían, de que así iba a suceder. Sin esperar más, mandamos enseguida a llamar al comandante de nuestro buque, D. Carlos Mazzin, que se hallaba en tierra, viniendo éste inmediatamente a bordo, pues casualmente venía cuando le avisaron. Una vez a bordo, nos ordenó que nos desarmáramos pues el no tenía ninguna instrucción respecto a este incidente, y nos dijo también que el señor Gobernador Lagraña le había manifestado que no tuviese cuidado con la escuadra paraguaya, puesto que ésta no tenía nada que ver con nosotros. Pero cuando se le dio cuenta de las maniobras que habíamos visto hacer comprendió que habíamos sido traicionados y que nosotros seríamos la carnada, y así sucedió!. Para cualquier maniobra de nuestra parte, era ya tarde; puesto que acto contínuo cargaron sobre nosotros dos vapores paraguayos, el Legoré y otro cuyo nombre he olvidado, uno a babor y otro a estribor. Los demás hicieron fuego a tierra y al vapor argentino “Gualeguay” que estaba atracado a la costa con planchada a tierra, por lo que pudieron salvarse los oficiales y tripulantes de este buque, abandonándolo por completo. La autoridad Provincial también abandonó la ciudad quedando por consiguiente sólo nosotros en poder de la escuadra pirata. Como dije antes, vinieron al abordaje de nuestro buque, vapor “25 de Mayo”, dos vapores paraguayos, el Legoré con 300 hombres y el otro con 200, y sin darnos tiempo a nada, que aunque lo hubiéramos tenido nada hubiéramos podido hacer, pues sólo éramos 80 hombres desarmados. Subieron a bordo y lo primero que hicieron fue ultrajar el pabellón argentino, lo arriaron y pisotearon, gritando viva López “mueran los porteños” y así tomaron posesión del vapor, matando a todos los que se encontraban por delante o que quisieran hacer resistencia. Enseguida bajaron a la cámara y sacaron de allí a palos a los tenientes Calvo y Leitón y los subieron sobre cubierta. Al ver esto nuestra tripulación, una parte de ella y tres oficiales se tiraron al agua y allí perecieron todos, los unos ahogados y los otros fusilados en el agua misma. En vista de este triste espectáculo, en que se mataban a hombres indefensos, pedí al comandante del Legoré, Avelino Cabral, que contuviera a su gente e hiciera respetar la vida de los pocos que aún quedábamos, contestándome que no podía contenerlos. Lo único que hizo, que tal vez haya sido mucho en esos momentos, fue agarrarnos entre él y sus oficiales y echarnos al vapor Legoré, salvando de este modo nuestras vidas del furor de esos salvajes o fieras sedientas de sangre. Allí nos pusieron incomunicados, siguiendo viaje la escuadra enemiga a Itapirú, llevando la presa humana como también los dos vapores argentinos, el nuestro y el Gualeguay, éste sin gente.El Capitán Constantino permaneció prisionero de las fuerzas paraguayas durante 4 años, 4 meses y cinco días.
TRATADO DE LA TRIPLE ALIANZA CONTRA PARAGUAY
(1° de mayo de 1865)
- Art. 1. La República Oriental del Uruguay, Su Majestad el Emperador del Brasil, y la República Argentina contraen alianza ofensiva y defensiva en la guerra provocada por el gobierno del Paraguay.
- Art. 2. Los aliados concurrirán con todos los medios de que puedan disponer, por tierra o por los ríos, según fuese necesario.
- Art. 3. Debiendo las hostilidades comenzar en el territorio de la República Argentina o en la parte colindante del territorio paraguayo, el mando en jefe y la dirección de los ejércitos aliados quedan a cargo del presidente de la República Argentina y general en jefe de su ejército, brigadier don Bartolomé Mitre. Las fuerzas navales de los aliados estarán a las inmediatas órdenes del Vice Almirante Visconde de Tamandaré, comandante en jefe de la escuadra de S.M. el Emperador del Brasil. Las fuerzas terrestres de S.M. el Emperador del Brasil formarán un ejército a las órdenes de su general en jefe, el brigadier don Manuel Luis Osorio. A pesar de que las altas partes contratantes están conformes en no cambiar el teatro de las operaciones de guerra, con todo, a fin de conservar los derechos soberanos de las tres naciones, ellas convienen desde ahora en observar el principio de la reciprocidad respecto al mando en jefe, para el caso de que esas operaciones tuviesen que pasar al territorio oriental o brasileño.
- Art. 4. El orden interior y la economía de las tropas quedan a cargo exclusivamente de sus jefes respectivos. El sueldo, provisiones, municiones de guerra, armas, vestuarios, equipo y medios de transporte de las tropas aliadas serán por cuenta de los respectivos Estados.
- Art. 5. Las altas partes contratantes se facilitarán mutuamente los auxilios que tengan y los que necesiten, en la forma que se acuerde.
- Art. 6. Los aliados se obligan solemnemente a no deponer las armas sino de común acuerdo, y mientras no hayan derrocado al actual gobierno del Paraguay, así como a no tratar separadamente, ni firmar ningún tratado de paz, tregua, armisticio, cualquiera que ponga fin o suspenda la guerra, sino por perfecta conformidad de todos.
- Art. 7. No siendo la guerra contra el pueblo paraguayo sino contra su gobierno, los aliados podrán admitir en una legión paraguaya a todos los ciudadanos de esa nación que quisieran concurrir al derrocamiento de dicho gobierno, y les proporcionarán los elementos que necesiten, en la forma y condiciones que se convenga.
- Art. 8. Los Aliados se obligan a respetar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República del Paraguay. En consecuencia el pueblo paraguayo podrá elegir el gobierno y las instituciones que le convengan, no incorporándose ni pidiendo el protectorado de ninguno de los aliados, como resultado de la guerra.
- Art. 9. La independencia, soberanía e integridad territorial de la República , serán garantizadas colectivamente, de conformidad con el artículo precedente, por las altas partes contratantes, por el término de cinco años.
- Art. 10. Queda convenido entre las altas partes contratantes que las exenciones, privilegios o concesiones que obtengan del gobierno del Paraguay serán comunes a todas ellas, gratuitamente si fuesen gratuitas, y con la misma compensación si fuesen condicionales.
- Art. 11. Derrocado que sea el gobierno del Paraguay, los aliados procederán a hacer los arreglos necesarios con las autoridades constituidas, para asegurar la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay, de manera que los reglamentos o leyes de aquella República no obsten, impidan o graven el tránsito y navegación directa de los buques mercantes o de guerra de los Estados Aliados, que se dirijan a sus respectivos territorios o dominios que no pertenezcan al Paraguay, y tomarán las garantías convenientes para la efectividad de dichos arreglos, bajo la base de que esos reglamentos de política fluvial, bien sean para los dichos dos ríos o también para el Uruguay, se dictarán de común acuerdo entre los aliados y cualesquiera otros estados ribereños que, dentro del término que se convenga por los aliados, acepten la invitación que se les haga.
- Art. 12. Los aliados se reservan concertar las medidas más convenientes a fin de garantizar la paz con la República del Paraguay después del derrocamiento del actual gobierno.
- Art. 13. Los aliados nombrarán oportunamente los plenipotenciarios que han de celebrar los arreglos, convenciones o tratados a que hubiese lugar, con el gobierno que se establezca en el Paraguay.
- Art. 14. Los aliados exigirán de aquel gobierno el pago de los gastos de la guerra que se han visto obligados a aceptar, así como la reparación e indemnización de los daños y perjuicios causados a sus propiedades públicas y particulares y a las personas de sus ciudadanos, sin expresa declaración de guerra, y por los daños y perjuicios causados subsiguientemente en violación de los principios que gobiernan las leyes de la guerra. La República Oriental del Uruguay exigirá también una indemnización proporcionada a los daños y perjuicios que le ha causado el gobierno del Paraguay por la guerra a que la ha forzado a entrar, en defensa de su seguridad amenazada por aquel gobierno.
- Art. 15. En una convención especial se determinará el modo y forma para la liquidación y pago de la deuda procedente de las causas antedichas.
- Art. l6. A fin de evitar discusiones y guerras que las cuestiones de límites envuelven, queda establecido que los aliados exigirán del gobierno del Paraguay que celebre tratados definitivos de límites con los respectivos gobiernos bajo las siguientes bases: La República Argentina quedará dividida de la República del Paraguay, por los ríos Paraná y Paraguay, hasta encontrar los límites del Imperio del Brasil, siendo éstos, en la ribera derecha del Río Paraguay, la Bahía Negra. El Imperio del Brasil quedará dividido de la República del Paraguay, en la parte del Paraná, por el primer río después del Salto de las Siete Caídas que, según el reciente mapa de Mouchez, es el Igurey, y desde la boca del Igurey y su curso superior hasta llegar a su nacimiento. En la parte de la ribera izquierda del Paraguay, por el Río Apa, desde su embocadura hasta su nacimiento. En el interior, desde la cumbre de la sierra de Mbaracayú, las vertientes del Este perteneciendo al Brasil y las del Oeste al Paraguay, y tirando líneas, tan rectas como se pueda, de dicha sierra al nacimiento del Apa y del Igurey.
- Art. 17. Los aliados se garanten recíprocamente el fiel cumplimiento de los acuerdos, arreglos y tratados que hayan de celebrarse con el gobierno que se establecerá en el Paraguay, en virtud de lo convenido en este tratado de alianza, el que permanecerá siempre en plena fuerza y vigor, al efecto de que estas estipulaciones serán respetadas por la República del Paraguay. A fin de obtener este resultado, ellas convienen en que, en caso de que una de las altas partes contratantes no pudiese obtener del gobierno del Paraguay el cumplimiento de lo acordado, o de que este gobierno intentase anular las estipulaciones ajustadas con los aliados, las otras emplearán activamente sus esfuerzos para que sean respetadas. Si esos esfuerzos fuesen inútiles, los aliados concurrirán con todos sus medios, a fin de hacer efectiva la ejecución de lo estipulado.
- Art. 18. Este tratado quedará secreto hasta que el objeto principal de la alianza se haya obtenido.
- Art. 19. Las estipulaciones de este tratado que no requieran autorización legislativa para su ratificación, empezarán a tener efecto tan pronto como sean aprobadas por los gobiernos respectivos, y las otras desde el cambio de las ratificaciones, que tendrá lugar dentro del término de cuarenta días desde la fecha de dicho tratado, o antes si fuese posible. En testimonio de lo cual los abajo firmados, plenipotenciarios de S.E. el Presidente de la República Argentina , de S.M. el Emperador del Brasil y de S.E. el Gobernador Provisorio de la República Oriental , en virtud de nuestros plenos poderes, firmamos este tratado y le hacemos poner nuestros sellos en la Ciudad de Buenos Aires, el 1º de Mayo del año de Nuestro Señor de 1865.
Carlos de Castro – F. Octaviano de Almeida Rosa – Rufino de Elizalde.
Por último mayo y junio principios de 1865, el ejército de Estigarribia capturó algunas aldeas y pequeñas ciudades en Rio Grande. São Borja, una ciudad de una cierta importancia, cayó a sus tropas con poco combate. Parecía que el plan de López sería alcanzado con éxito otra vez. Sin embargo, las cosas habían cambiado desde la decisión de López de invadir Rio Grande. El 22 de febrero, la capital de Montevideo, Uruguay, cayó bajo las fuerzas combinadas del ejército brasileño y del partido Colorado bajo el mando del General Venancio Flores. Este hecho solamente debe ser bastante para demostrar la carencia de previsión del plan de López. EL Supremo, sin embargo, prosiguió con sus objetivos. Él no se daría por vencido.
El 11 de junio, la marina de guerra brasileña tuvo éxito en vencer a las naves paraguayas en la batalla de Riachuelo en el río de Paraná. Estigarribia ahora estaba atrapado entre las tropas brasileñas colocadas en Rio Grande y el Paraná. Un repliegue hubiese sido recomendable. No obstante, los paraguayos no retrocedieron. En lugar de ello, avanzaron y capturaron Uruguaiana el 5 de agosto. Para hacer las cosas peor, el 17 de agosto, a la segunda columna del ejército paraguayo bajo el mando del Mayor Pedro Duarte (una fuerza de 2.700 hombres) era derrotada en la batalla de Yatay en Corrientes. La vanguardia de los aliados fue ordenada por presidente Venancio Flores (4.500 argentinos; 2.440 uruguayos y 1.450 brasileños). Mientras que la mayor parte de los hombres de Duarte escapó al Paraguay cruzando el río, muchos fueron capturados. Los aliados tuvieron 83 muertos y 257 heridos. Para mediados de septiembre, cuando casi lo cercaron y los abastecimientos disminuían rápidamente, Estigarribia se rindió a los aliados. Una fuerza militar fuerte 5.200 (construida de paraguayos, de Blancos y de algunas tropas de Corrientes) dejó de existir. Dom Pedro II, el emperador mismo, atendió a la rendición de los paraguayos. Las mejores tropas de López se rindieron por casi nada. De este punto la guerra se convirtió en una lucha desesperada para la supervivencia de Paraguay. No estaban preparados los aliados, a pesar de ello, para cruzar el río Paraná al suelo paraguayo inmediatamente. Tardó meses antes de que intentaran irrumpir en Paraguay desde Corrientes. El grave problema era el terreno alrededor de Corrientes y de Passo de La Pátria (en el lado paraguayo del río de Paraná). Estaba inundado. Además, la marina de guerra brasileña, aunque era poderosa, no era conveniente para apoyar un desembarque en las aguas del Paraná. Los buques fueron proyectados para operaciones de mar; su navegación no estaba libre de problemas en las aguas del Paraná. Había otro problema. Antes de que los aliados pusieran de pie en la fortaleza de Itapirú, una posición de la artillería de la plaza fuerte, situada en un punto estratégico del banco de río en el lado paraguayo. Tuvo que ser tomado para asegurar un cruce seguro. Mientras que diversas escaramuzas entre el ejército paraguayo y de la Triple de Alianza ocurrieron en Corrientes y el área próxima, entre septiembre de 1865 y marzo de 1866, los comandantes aliados bajo el mando del general Bartolomé Mitre, presidente de Argentina, evaluaban esos problemas y preparaban un plan de emprender guerra en suelo de Paraguay. Solamente en marzo de 1866, después de meses de reuniones y de formulaciones de planes, decidieron enviar a las tropas a desembarcar al norte de Itapirú para tomarlo de la parte posterior.
Mientras tanto las naves dispararían sobre las posiciones paraguayas. Después de que hubiera sido tomada, más tropas cruzarían el río. Una flota grande fue recolectada en aguas del Paraná próximas a Corrientes. Consistió en una diversidad de las naves, cuatro de las cuales eran encorazados. El 16 de abril de 1866 general Manuel Luís Osório caminó en Passo de La Pátria con 15.000 hombres. Marchó inmediatamente hacia Itapirú. Sus tropas encontraron una cierta oposición de paraguayos, pero era débil a lo sumo. Mientras tanto, Itapirú estaba bajo fuego de la flota aliada. Los paraguayos se las arreglaron para atacar las naves usando todo que tenían a su disposición (barcos, buques de vapor capturados). Aprovechando de la maniobra limitada de los buques aliados, infligieron un cierto daño a las naves y bajas a los aliados; pero no podrían vencer la superioridad de los aliados en equipo y números y pronto se replegaron. A lo largo del río los aliados tuvieron como objetivo algunas posiciones estratégicas que les permitirían enviar el fuego en Itapirú. Uno de estos puntos era un pequeño banco apenas en el medio del cruce y casi delante de los cañones paraguayos. El destacamento del teniente coronel Antonio Cabrita del ejército imperial dirigió para desembarcar en el banco. Tan pronto como alcanzó el lugar, él y sus hombres se encontraron bajo fuego de las posiciones paraguayas. También tuvieron que soportar asaltos del enemigo que intentaba expelerlos de allí. Después de un combate feroz y largo, y gracias a las naves que vinieron en su socorro, hombres de Cabrita tomaron la posición.
Ambos lados experimentaron grandes bajas.
Solamente en el combate por el banco los aliados sufrieron 57 muertos, 102 heridos y 3 perdidos. Los paraguayos, según una fuente brasileña, tuvieron 600 bajas. El 18 de abril, el ejército de Mitre de 60.000 hombres desembarcó en Paraguay. Saldrían el suelo paraguayo de solamente una década después. El Itapirú fue abandonado el día siguiente por las fuerzas paraguayas.
NOTAS
- Ver Luis Alberto de Herrera, La diplomacia oriental en el Paraguay, Montevideo, Barreiro y Ramos, 1908, y Cecilio Báez, Resumen de la historia del Paraguay desde la época de la conquista hasta el año 1880, Asunción, H. Kraus, 1910. Un resumen de estas causas puede apreciarse también en el trabajo de Harris Gaylord Warren, Paraguay and the Triple Alliance. The Postwar Decade, 1869-1878, Institute of Latin American Studies, The University of Texas and Austin, University of Texas Press, 1978, p. 8.
- T. Halperín Donghi, op. cit.; F.J. McLynn, "The Causes of the War of Triple Alliance: An Interpretation", Inter-American Economic Affairs, Vol. 33, Nº 2, Autumn 1979.
miércoles, 13 de febrero de 2013
Independencia de USA: Uniformes americanos
UNIFORMES DE LA REVOLUCIÓN AMERICANA
Artillería Continental
1777-1783
Al principio de la revolución americana las fuerzas que sitiaban a los Británicos en Boston eran de artillería muy débil. Había un número de compañías dispersas de la artillería de la milicia, y algunos de éstos pronto fueron combinados para formar unidades importantes y efectivas. En abril de 1775, el Tren Unido de la Artillería de Providence fue formado de la banda del tren de Providence (Rhode Island) de Artillería, Providence Fusileers, y Massachusetts formó a regimiento de seis compañías bajo el coronel Gridley. En junio del mismo año, Philadelphia tenía una compañía de 150 hombres con dos piezas de campaña de seis libras y cuatro de doce libras. Nueva York creó a compañía bajo el capitán John Lamb en julio de 1775, y, en marzo del año siguiente organizaron a una segunda compañía debajo de capitán Alexander Hamilton. Muchas de estas compañías atestiguaron la acción -- Los hombres de Gridley en Bunker Hill, los hombres de la compañía del Lamb en Quebec, y de Hamilton en Trenton.
Ningún otro brazo de los servicios debe tanto a un hombre al igual que la artillería a Henry Knox. Coronel designado de general Washington, él asumió el control la artillería de Massachusetts. Bajo liderazgo de Knox el regimiento se convirtió en una unidad bien entrenada de la lucha. Knox fue a la fortaleza Ticonderoga y trajo detrás 59 piezas de artillería para el uso del ejército antes de Boston. Era con estas cañones que las tropas de Washington podían fortificar las alturas de Dorchester y acelerar la evacuación de Boston de general Howe.
Había cuatro regimientos en la artillería continental. Los destacamentos de estos regimientos lucharon en casi todas las acciones posteriores de la guerra. First Regiment de coronel Charles Harrison de combate en Camden y la colina de Hobkirk en Carolina del Sur, Second Regiment del coronel John Lamb vio acción en las fortalezas Clinton y Montgomery en Nueva York, Fourth Regiment de coronel Thomas Proctor participó en la campaña de Sullivan y en la batalla de Brandywine, mientras que el tercer regimiento de coronel John Crane era regimiento de Massachusetts de Knox.
Nuestra placa demuestra la artillería en las cubiertas azules hechas frente con rojo, con los botones y los atascamientos amarillos. Este vestido fue adoptado por la tabla de la guerra en 1779. Era el vestido usado cuando los abastecimientos estaban disponibles de Francia. Las cubiertas negras también fueron usadas a veces en lugar de la duro-a-obtención azul marino.
[REFERENCIAS: Colector e historiador militares. Vol. 3, caída, 1965; Vol. XIV, No. 2, Summer, 1962. La guerra de la revolución. Sala de Christopher L.]
Artillería continental, 1777-1783
[FUENTE: The American Revolution, 1775-1783. Pinturas de Jean Leffel, basadas en las ilustraciones de H. A. Ogden y Lt. Charles M. Lefferts. Fotolitos impresos en Zurich, Suiza. Descripción históricca por Harry W. Barker, Jr. ]
Organizaciones de compañías independientes
Guardia a pie del Gobernador, fusileros de Virginia, Minutemen
1774 - 1775
El fusilero demostrado aquí revestido en una camisa verde de caza era una contribución americana única a la ciencia de la guerra en el siglo XVIII. Su arma era el fusil largo desarrollado por el escopetero de Pennsylvania desde el cañón rayado europeo corta, pesada. Este fusil fue pensado para ser utilizado en un alcance mucho mayor que el mosquete de ánima lisa generalmente. Permitió al tirador seleccionar su objetivo, en vez de disparar ciegamente a una masa de hombres.
El éxito de esta táctica disturbaba absolutamente a los británicos. No obstante es efectivo el fusil estaba en alcances más largos, tenía varias desventajas que lo previnieron que era más ampliamente utilizado. Además de su alto costo, no fue diseñado para utilizar una bayoneta y llevaba más tiempo cargarlo.
El vestido usado por este hombre no es distintivo a los hombres de Virginia; era un vestido común del hombre de la frontera o del guardabosques.
La diferencia entre la compañía de Virginia de Morgan, la compañía de Maryland de Cresap o el batallón de Pennsylvania de Thompson era muy pequeña. Los hombres ellos mismos eran todo el ferozmente independiente y no tenían más no más de deseo de someter a las órdenes en campamento que tuvieron que el rey. Los hombres de Morgan eran especialmente bien sabido. Marcharon a Quebec con Benedicto Arnold y lucharon en las batallas que llevaban a la rendición de Burgoyne.
La figura asentada en el rojo, tan de cerca asemejado el granadero británico o más fusilier, es una pieza de las compañías uniformadas que existieron en Connecticut antes de la guerra. Levantaron a una compañía de los protectores del pie en 1771 y un segundo en 1775. Estas compañías siguen siendo piezas de la legión continental.
La figura derecha en la camisa marrón corta es un miembro de la Tropas de Caballería Ligera de Philadelphia fundada en 1774 bajo mando de Abraham Markoe, un danés. Esta tropa sirvió como escolta a George Washington en su viaje asumir el mando del ejército. También participaron en que invierno terrible en la fragua de la lima hoya, donde estaban sus servicios muy importante debido a su conocimiento del área. Todavía existen hoy como unidad activa del protector nacional de Pennsylvania.
[REFERENCIAS: Colector e historiador militares. Vol. 3, caída, 1965; Vol. XIV, No. 2, Summer, 1962. La guerra de la revolución. Sala de Christopher L.]
[FUENTE: The American Revolution, 1775-1783. Pinturas de Jean Leffel, basadas en las ilustraciones de H. A. Ogden y Lt. Charles M. Lefferts. Fotolitos impresos en Zurich, Suiza. Descripción históricca por Harry W. Barker, Jr. ]
Regimiento de artillería de Massachusetts, 1775-1776 “Artillería de Knox”
Este regimiento fue formado el 19 de mayo de 1775, consistiendo en diez compañías y 417 hombres bajo el mando del coronel Richard Gridley. El 17 de noviembre de 1775, coronel Henry Knox tomó mando y lo llevó a cabo hasta el 27 de diciembre de 1776, cuando le hicieron general de brigada y jefe de la artillería en el ejército continental. Cuando reorganizaron al ejército en 1776, este regimiento se convirtió en la 3ro artillería continental debajo de coronel John Crane.
Durante el período 1775-1776, los hombres no usaron ningún uniforme excepto lo que podrían conseguir, pero los oficiales adoptaron una cubierta azul hecha frente con rojo y forrada con el paño blanco. Estas cubiertas fueron cortadas adentro cualquier estilo que el individuo eligiera pues no había regla, pero los botones eran ser cerda joven y los ojales y atar iguales. Las cubiertas fueron cortadas con los manguitos apretados y las faldas llenas, en general, siguiendo la manera del día.
En 1778, este regimiento era conocido como uno del mejor alineado en el ejército. Los hombres entonces usaron las cubiertas azules hechas frente con rojo, y forradas con blanco, con los cinturones cruzados blancos, las plumas rojas en sus sombreros, las culatas y los chalecos blancos de la sarga, los guardapolvos de lino blancos o las polainas.
Usaron más adelante el uniforme de regla de la artillería adoptado para toda la artillería de acuerdo con la orden general de Washington de octubre de 1779. Esta orden estaba casi como dado sobre salvo que las cubiertas debían ser hechas frente y ser forradas con rojo, y los ojales limitan con la cinta amarilla para los hombres, y la cerda joven para los oficiales. Los botones para los hombres estaban de peltre con las cartas levantadas los “E.E.U.U. ” en ellos, en este tiempo.
[REFERENCIAS: Cartas de Henry Burbeck, oficial en el regimiento antedicho, escrito en 1845-1848, e impreso en el Herald de Nueva York, 15 de junio de 1913; descripciones de desertores, de la gaceta de Providence, del 19 de julio de 1779, y del Connecticut Courant, el 24 de noviembre de 1778, poste impreso.]
[FUENTE: Uniforms of the Armies in the War of the American Revolution, 1775-1783. Lt. Charles M. Lefferts. Limited Edition of 500. New York York Historical Society. New York, NY. 1926.]
Primer regimiento de Georgia de infantería de línea continental, 1777
En la ausencia de autoridad, podemos decir que es dudosa si antes del año 1780 este regimiento usó la ropa uniforme o un vestido regimental. No hay duda que los oficiales, o algunos de ellos, tenían cubiertas azules o negras para el vestido, ajustada o hecha frente con rojo, pero en el campo el vestido de la camisa o del fusil de la oscilación fue usado por los oficiales y los hombres.
Luego de 1777, les suministraron con los guardapolvos o las polainas largos, de lanas en el tiempo frío, y del lino o del pato basto blanco en verano, reemplazando las culatas de cuero demostradas en el retrato. Sus armas estaban en mosquetes británicos generales como se muestra, y sus cinturones también fueron capturados de los Británicos. En el dibujo, demuestran el hombre con los cinturones británicos regulares del ejército usados en ese período.
[FUENTE: Uniforms of the Armies in the War of the American Revolution, 1775-1783. Lt. Charles M. Lefferts. Limited Edition of 500. New York York Historical Society. New York, NY. 1926.]
Tercer Regimiento de Línea Continental de Nueva York, 1775
Este regimiento, conocido también como “Ulster regiment,” o “3ro Yorkers,” era uno de los regimientos americanos de los cuatro por la Provincia de Nueva York en el comienzo del verano de 1775, para el servicio continental. Estos cuatro regimientos de Nueva York bajo el mando del general de brigada Montgomery y estaban con él en todos sus movimientos, terminando en el asalto de Quebec.
Cada regimiento tenía una diversa cubierta uniforme coloreada, las distinciones en los colores que eran como sigue:
El 1r regimiento., columna Alexander McDougall, azul, frente en rojo.
El 2do regimiento., Cnel. Goose Van Schaick, azul marrón claro, hecho frente.
El 3ro regimiento., columna James Clinton, gris, hizo frente a verde.
El 4to regimiento., columna James Holmes, marrón oscuro, escarlata hecho frente.
Para finales de agosto, 1775, suministraron todos los hombres las cubiertas uniformes, y aunque hubiera una escasez de armas, de tiendas de campaña, y de muchos artículos de la ropa, muchas de los hombres fueron equipados totalmente, según las indicaciones del dibujo, que puede ser descrito como sigue:
La cubierta regimental del paño basto de los colores dados los arriba, blancas pañuelos o existencias de lino, los chalecos y las culatas de la perforación de Rusia, de lana hogar-hace punto medias, zapatas inferiores, un sombrero de fieltro con la corona inferior y borde ancho armados el percutor para arriba, las mochilas y los haversacks de la lona pintada, y las cantimploras de madera.
General Montgomery estuvo satisfecho mucho con su aspecto, y se dice para haber comentado que tenían “detectaron el aire de asiduos.”
Muchos de los sobrevivientes de la campaña canadiense de 1775-1776, oficiales y hombres, servidos en diversos mandos a través de la guerra.
Proporcionaron más adelante estas tropas de Nueva York los chalecos y las culatas del ante, o los guardapolvos de lanas, y las manoplas y los casquillos de lana. Muchos también usaron el vestido del fusil para el servicio.
Sus colores estaban de la seda blanca, amarilla, azul, y verde.
[REFERENCIAS: Gorrón del congreso provincial de Nueva York, I, 59, 75, 385, 505, II, 37; Nueva York en la revolución (F.G. Mather, ed., 1900, p.70; Papeles públicos de George Clinton, IV, 120; Archivos americanos de la fuerza, 4to S., III, 447, 451. Hay una fotografía de la bandera hermosa del regimiento en los colores regimentales de Gherardi Davis en la guerra de la revolución, de la placa VIL.]Advertencia de derechos reservados
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