viernes, 25 de octubre de 2013

GCE: Desaparece misteriosamente el submarino B-5

La misteriosa desaparición del submarino republicano B-5 durante la Guerra Civil
Manuel P. Villatoro

Este sumergible se esfumó de las aguas del Mediterráneo, frente a Estepona, por razones que todavía se desconocen

Flotilla de sumergibles de la clase B construida por la Sociedad de Construcción Naval, 13-9-1928 (ARCHIVO ABC)

La del B-5 no es la típica historia de un submarino que se hundió combatiendo contra innumerables enemigos, pero, a pesar de todo, su leyenda bien podría haber servido de inspiración para un guión de la factoría Hollywood. Y es que, en octubre de 1.936 -en plena Guerra Civil-, este sumergible de la Armada republicana desapareció misteriosamente mientras patrullaba las costas de Estepona (Málaga) por causas que, a día de hoy, siguen siendo un enigma.
De esta embarcación sólo queda en la actualidad el recuerdo de los 37 marinos que, presumiblemente, fallecieron en su interior y, como no podía ser de otra forma, varias conjeturas sobre las causas de su desaparición. Así pues, las teorías más barajadas a lo largo de la historia afirman que el submarino fue destruido por un hidroavión sublevado o que, incluso, fue hundido deliberadamente por su capitán -partidario del alzamiento militar-, para evitar que fuera utilizado por la República. Sucediera lo que sucediese, lo único cierto es que han pasado ya 77 años desde que el B-5 se marchó dejando tras su popa una estela de intrigas e incógnitas.

Nace el B-5

La primera página en la historia de este sumergible se escribió hace casi cien años, época en la que España dio un paso de gigante al ordenar la creación de los primeros submarinos de la conocida como «clase B». «Estos buques fueron los primeros sumergibles de serie construidos en España. Su origen tiene lugar en la aprobación de la Ley del 17 de febrero de 1.915 (…). En dicha disposición, además de otros buques, se proyectaba la construcción de un total de 28 sumergibles (…) por un montante total de 110 millones de pesetas de la época. De este proyecto surgirían los seis submarinos clase B», afirma el experto en historia Dionisio García Flórez en su libro «Buques de la Guerra Civil española. Submarinos».
En base a esta normativa, los astilleros de Cartagena iniciaron la construcción de los seis submarinos militares de «clase B», los cuales, aunque se caracterizaban por sus escasas dimensiones (apenas 64 metros de eslora por 5,6 de manga), contaban con un fuerte armamento para la época. «Disponían de cuatro tubos lanzatorpedos de 450 mm, dos a popa y dos a proa. (…) Como armamento de cubierta llevaban un cañón Vickers de 76,2 mm», completa el autor en su texto.
Hubo que esperar hasta 1.921 para que la Marina recibiera su primer submarino de «clase B», el cual fue bautizado con el nombre de B-1. Tras este, y a lo largo de 5 años, la Armada recibió 5 sumergibles más, entre los que se encontraba el B-5. A partir de entonces, este buque quedó asignado a la División de Instrucción de Submarinos de Cartagena, donde se limitó a participar en todo tipo de ejercicios y actos protocolarios. Y es que, por aquellos años, la paz reinaba -relativamente- en las aguas españolas.

Los submarinos B-5 acompañados del C-2, abril de 1928 / ARCHIVO ABC
Durante los siguientes años la normalidad fue el único enemigo al que tuvo que hacer frente la flota de submarinos, la cual recibió en 1.928seis nuevos sumergibles de la «clase C». Años después, con la llegada de la República, estas naves serían dispersadas entre las principales bases navales españolas.
«Estos doce submarinos estaban repartidos en dos flotillas: la de Cartagena, con base en este puerto principal, y la de Baleares. En la primera figuraban los seis submarinos de clase C y los B-5 y B-6, al mando de un capitán de fragata. La de Baleares, basada en Mahón, disponía de los cuatro submarinos restantes de la clase B, a cargo de un capitán de corbeta», explican el almirante Gonzalo Rodríguez Martín-Granizo y el contralmirante José Ignacio González-Aller Hierro en su obra «Submarinos republicanos en la Guerra Civil española».

El alzamiento, también en el mar

La situación dio un giro radical en el verano de 1.936, época en la que varios militares (entre los que se encontraba Francisco Franco) iniciaron los preparativos para llevar a cabo un levantamiento militar desde Marruecos. Su objetivo estaba claro: llegar hasta la Península y acabar con el Gobierno central ubicado en Madrid.
No obstante, los franquistas sabían que, una vez iniciada la revuelta,era de vital importancia transportar a sus tropas hasta la Península, algo que únicamente podían hacer a través de aviones y navíos. Por ello, contactaron con los principales capitanes y oficiales de la Marina española, a los que pidieron que se sublevaran o que, como mínimo, se mantuviesen neutrales en el conflicto y no atacaran con sus buques los transportes que trasladarían a las tropas franquistas desde África hasta España.
De esta forma, y bajo el clima de incertidumbre existente en la Marina, el 17 de julio de ese mismo año los planes rebeldes se llevaron a la práctica y se dio el pistoletazo de salida para la sublevación. Ahora, los capitanes y oficiales de los diferentes buques y submarinos se veían obligados a elegir un bando. Acababa de iniciarse, en definitiva, la Guerra Civil y, a partir de ese momento, la sangre de unos y otros correría a raudales dejando una mancha rojiza imborrable en la Historia española.
Apenas un día después de iniciarse el levantamiento militar, eldesconcierto cundió entre las bases navales españolas. De hecho, esa misma noche la República ordenó un avance total sobre Gibraltar con la intención de impedir que los sublevados trasladaran a sus tropas hasta el sur de España. La flota de submarinos de Cartagena, en la que se encontraba el B-5, fue de las primeras en recibir la orden de partir.
«La madrugada del día 18, la flotilla de los submarinos de Cartagena recibió órdenes por su conductor reglamentario de salir urgentemente con torpedos a cruzar la costa entre el cabo de Gata y el estrecho de Gibraltar; (…) En cumplimiento de esta orden (…) salieron de la base los submarinos C-1, C-3, C-4 y C-6, a los que se unió en la mar el B-6. Mientras tanto, en Cartagena se preparaban febrilmente los restantes buques que componían la flotilla para incorporarse a ella tan pronto como estuvieran listos», determinan los marinos españoles en su escrito.
Eran momentos de tensión para el gobierno de la República, que sabía de la afinidad de varios oficiales con el alzamiento. Por ello, desde Madrid se enviaron órdenes muy concretas a los sumergibles: debían comunicar su situación geográfica cada pocas horas. De esta forma, se pretendía evitar que algún capitán tomara la decisión de desviar sutilmente su rumbo y huir hasta la zona controlada por los sublevados.
Mientras, dentro de una inmensa mole de metal y sumergidos varios metros en el mar, la tensión crecía entre los tripulantes ya que, mientras que la mayoría de oficiales apoyaban a los rebeldes, la marinería tendía a ser leal a la República. «El ambiente entre las dotaciones era tenso y, después de las últimas conversaciones sostenidas en la base, la mayoría de los jefes y oficiales estaban decididos a no oponerse al paso de los transportes», completan los altos cargos de la Armada. Sin embargo,el paso de las horas dejó claro que muchos de los oficiales de los submarinos eran ideológicamente afines a la sublevación, pues, entre otras cosas, comenzaron a retrasar la ejecución de las órdenes gubernamentales. De hecho, llegaron incluso a simular averías para evitar torpedear navíos nacionales. Al parecer, esto fue demasiado para las dotaciones de los sumergibles, que decidieron obviar la cadena de mando y tomar por la fuerza las naves.
«La mayoría de los oficiales y comandantes fueron arrestados sin derramamiento de sangre en los primeros dos o tres días tras los hechos de (…) julio, aunque muchos de ellos, trasladados a los buques-prisión o a los penales, como el del castillo de La Mola, fueron posteriormente fusilados», señala, en este caso, Flórez. Con todo, y a pesar de que ya no contaban con un superior experto en el arte de la navegación, los tripulantes lograron mantener los sumergibles en poder de la República.

La revuelta en el B-5

Por su parte, y mientras la flota principal de submarinos se debatía entre el alzamiento y la lealtad a la República en mar abierto, el B-5 se encontraba amarrado en Cartagena, pues necesitaba reparar su ya maltrecho y viejo casco. Sin embargo, el encontrarse en puerto no libró a su tripulación de mantener un duro combate contra los partidarios de la sublevación, ansiosos por tomar la base.
«El B-5 (…) vivió (en Cartagena) la sublevación y aplastamiento de la misma sin intervenir, ya que varios de sus oficiales y tripulantes fueron destinados a otros buques operativos. El submarino, al igual que todos los demás, quedó en poder del gobierno republicano», señala el experto español en su obra.
Con todo, la revuelta fue sofocada sin mayores dificultades en esta zona y, a los pocos días, la tripulación del B-5 envió un mensaje al gobierno informando de que seguían a las órdenes de la República: «Submarino B-5 ruega hágase extensivo a periódicos y Centros del Frente popular, que toda la dotación se encuentra sin novedad, siguiendo una patriótica y leal adhesión a la República, sin que ni por un solo momento decaiga en ellos este espíritu, y encontrándose dispuestos a luchar hasta ver derribados a los enemigos de la República y de nuestra Madre España. Ánimo camaradas, en defensa de la República, que para nosotros es el triunfo. ¡Viva la República!».

Nuevo y extraño mando

A su vez, y ante la escasez de oficiales con experiencia afines a la ideología gubernamental, se entregó el mando del submarino al capitán de corbeta Carlos Barreda Terry, quien destacaba por ser un conocido partidario de la sublevación militar. Sin embargo, y debido a su tendencia política, el oficial quedó bajo la estricta supervisión de un comité político enviado por la República.
Curiosamente, el permitir a los oficiales partidarios del alzamiento dirigir bajo supervisión un submarino se hizo habitual debido a la imperiosa necesidad de mandos. «Muchos oficiales aceptaron el mando pensando que podía ser una buena oportunidad para escapar y pasarse al otro bando, bien ellos mismos o llevando consigo la nave; otros, en cambio, estaban dispuestos a sacrificarse hasta el final impidiendo que su buque siguiese al servicio de su enemigo», completa Flórez. Desde ese momento, y durante casi tres meses, el B-5 se dedicó principalmente a patrullar el Estrecho.
Unos meses después, en octubre, el destino acabó con los 37 desafortunados tripulantes del viejo B-5. El sumergible se encontraba entonces de patrulla por aguas malagueñas cuando, de improviso, dejó de retransmitir su posición. A partir de ese momento,jamás se volvería a conocer su paradero. Casi se podría decir que se esfumó pues, a día de hoy, la historia no ha conseguido aclarar cual fue el trágico final que se llevó al fondo del mar la nave.
La primera teoría, y la más extendida, determina que un avión pudo haber enviado al fondo del mar al B-5 después de un encontronazo fortuito sucedido el día 12 de ese mismo mes. Al parecer, durante aquella jornada la nave navegaba en superficie cuando repentinamente avistó un hidroavión Dornier perteneciente al bando sublevado. Casi de forma automática, el submarino se sumergió para evitar ser atacado, pero ya era tarde, pues el aeroplano había detectado al enemigo y, momentos después de la inmersión, lanzó varios proyectiles sobre su objetivo.
«El 12 de octubre, el submarino se hallaba en superficie, de patrulla, a la altura de Estepona, cuando fue avistado por un hidro D-4 que pilotaba el teniente de navío Ruíz de la Puente. El B-5 se sumergió inmediatamente y el hidro realizó varias pasadas sobre el lugar lanzando una carga de profundidad y varias bombas de 50 kg. Otro Dornier Wal se unió al ataque, pero ya no pudieron volver a ver al submarino, sólo una gran mancha de aceite», determina Flórez en su libro.

¿Hundido por su capitán?

Sin embargo, también existe la teoría de que Barreda, firme defensor de la sublevación, decidió hundir el submarino consigo dentro para evitar que fuera utilizado por los republicanos. Esta opción parece ser la más acertada para el almirante Gonzalo Rodríguez y el contralmirante José Ignacio González los cuales, en su obra, afirman que el B-5 no sólo no sufrió ningún daño el día 12, sino que pudo volver a Málaga tres jornadas después.
«La acción del día 12 no tuvo consecuencias, Carlos Barreda (…) una vez de regreso a la base de Málaga, puso a su mujer Josefina (…) un telegrama fechado el 15 de octubre con el texto siguiente: “Estoy bien abrazos = Carlos”. El mismo día le escribía (…) una carta en la que (…) le comunicaba textualmente: “Estamos pendientes de salir para ahí (Cartagena) otra vez. Yo creo que a los dos días o tres de días de recibir esta carta estaremos en Cartagena para reparar otra vez”», explican ambos marinos.
De esta forma, tanto Rodríguez como González afirman que Barreda pudo haber decidido suicidarse y hundirse con su barco, cosa que, incluso, ya había amenazado con hacer delante de algunos compañeros. Para ello, los marinos se basan también en la declaración jurada de uno de los oficiales que, posteriormente, trataron de poner luz sobre este misterio: «En la declaración del capitán de navío Enrique Manera (…)se especifica claramente la posibilidad de que la pérdida se debiera a la decisión del capitán (…) de hundirse con el buque».

ABC

miércoles, 23 de octubre de 2013

GYK: La guerra de 1973 y sus efectos en la geopolítica israelí


La guerra de octubre de 1973 moldeó el Israel de 2013
por Austin Bay


La guerra de octubre 1973 fue la guerra árabe-israelí que Israel estuvo a punto de perder.

Los historiadores atribuyen generalmente costosa victoria de Israel en dos lapsus israelíes: una operación de engaño enemiga exitosa y un plan de guerra egipcia muy astuto. Las fallas y el esquema de engaño enemigo todavía dan forma a la política de seguridad de Israel, especialmente hacia Irán y su programa de armas nucleares .

El primer lapsus de Israel se produjo cuando los servicios de inteligencia no pudieron detectar el tamaño y la escala de los preparativos militares enemigas. Los espías notaron más tanques en el lado sirio de los Altos del Golán y aumento de la actividad por parte de Egipto del Canal de Suez. Sin embargo, no pudieron discernir el propósito estratégico de Siria y Egipto.

Horas antes que las fuerzas egipcias cruzaran el Canal de Suez, el 6 de octubre el segundo lapsus de Israel se produjo cuando su autoridad de mando nacional no actuó con la fuerza decisiva. Aunque los espías ya confirmaban una acumulación mayor enemiga, el gobierno decidió esperar y renunciar a un ataque preventivo.

La operación de engaño militar y política de Egipto y Siria engañó a espías y dirigentes israelíes. Ambas naciones hábilmente camuflaron sus preparativos de guerra.

El plan de Egipto sobre el Sinaí utilizó técnicas de combate inteligentes de ingenieros y apalancó el campo de batalla israelí. Ingenieros egipcios usaron mangueras de agua de alta presión para romper las paredes de arena del Canal. Una preparación de artillería masiva suprimiría a los defensores de Israel en sus fortificaciones de la Línea Bar Lev mientras que las divisiones de asalto cruzaban. Una vez en el Sinaí, las fuerzas egipcias se mantuvieron por debajo de un "paraguas" de defensa aérea proporcionado por sofisticados misiles tierra-aire (SAM) y cañones antiaéreos de fabricación soviética. El "paraguas" sería una emboscada para pilotos israelíes con exceso de confianza. (Siria emplearía un "paraguas" similar en el Golán.) Mientras tanto, las fuerzas de tierra egipcias emboscaban tanques israelíes, contraatacando en un infierno de plomo. La infantería egipcia armada con lanzagranadas propulsadas por cohetes y misiles antitanque se escondería hasta que los tanques se acercaran. Cuando fuese posible, se les dijo a los soldados de infantería esperar hasta que pudieran golpear los tanques israelíes desde el flanco o la retaguardia. El presidente egipcio, Anwar Sadat, se cree que incluso una derrota limitada sobre las tan vitoreadas fuerzas blindadas de Israel habría galvanizado un efecto moral en Egipto y en todo el mundo árabe.

El 6 de octubre, las fuerzas egipcias violaron el canal en dos horas y empujaron más allá de la delgados fuertes de la Línea Bar Lev de Israel. En los Altos del Golán, tres divisiones blindadas sirias atacaron dos brigadas israelíes. La brigada de Golán llevaron bajas terribles, pero nunca se rompieron. Su postura puede haber ganado la guerra, pero en los próximos 96 horas de la victoria y la derrota colgaron en un equilibrio terrible a medida que los reservistas israelíes se apresuraron a ir al frente.

Los paraguas de defensa aérea sobre el Canal y en el Golán tuvieron un efecto terrible sobre la aviación israelí. Israel reconoció la pérdida de 102 aviones, más de la mitad se perdió en los tres primeros días de combate.

Aunque Israel había perdido unos 500 tanques (400 en el Sinaí), el 10 de octubre ambas ofensivas árabes se habían estancado. Israel contraatacó en el Sinaí y el 15 de octubre cruzó el Canal y desembarcó en África.


El secretario de Estado Henry Kissinger EE.UU. presionó a ambos lados de un alto el fuego, que comenzaría el 22 de octubre. Los tanques israelíes se acercaron a Damasco y Siria acordó el alto el fuego. En el Sinaí y África, persistió la lucha. Mientras las fuerzas israelíes cortaron a un ejército egipcio en el Sinaí, el 24 de octubre la Unión Soviética amenazó con enviar soldados rusos a Egipto para cumplir el alto el fuego. Los EE.UU. respondió poniendo sus fuerzas en alerta, incluyendo sus fuerzas nucleares. La guerra terminó oficialmente el 25 de octubre si bien las violaciónes de alto el fuego continuaron.

Las conversaciones de retirada entre Egipto e Israel el 28 de octubre fueron rencorosas, pero en retrospectiva, sentaron las bases de lo que se convirtió en el proceso de paz en Camp David.

La postura de superpotencia y traqueteo del sable de las armas nucleares fue peligroso, pero se entiende que fueron señales diplomáticas. Avner Cohen, sin embargo, sostiene que el 9 de octubre, la situación se volvió tan grave que Israel consideró el uso de armas nucleares. Israel no lo hizo, pero sus líderes nacionales desesperados se asomaron al abismo nuclear.

La guerra de octubre demostró a muchos israelíes que la decisión de ataque preventiva, diferidas hasta un día o dos, podría poner a la existencia de Israel en peligro. Un fracaso de la inteligencia en un enfrentamiento con un Irán con armas nucleares podría ser fatal. Israelíes comparar el shock del ataque sorpresa de Octubre de 1973 a la reacción estadounidense en Pearl Harbor. Los Ayatolás de Irán deberían tomar nota.

Strategy Page

martes, 22 de octubre de 2013

Tercera Guerra Indo-Pakistaní: La Batalla del Destino (3/3)

“La Batalla del Destino” 
India - Pakistán 1971

Por Marcelo J Rivera (Dintel GDI)

Parte 3/3

Los combates en tierra

El Ejército hindú había comenzado a preparar sus operaciones casi con un año de antelación, durante este tiempo no solo aumentó las maniobras y el entrenamiento de su personal, sino que además aumentó la producción de armamentos, en algunos casos la cuadriplicó. Gracias al aumento de la producción de armas ligeras se logró que el 65% del personal de primera línea dispusiera de fusiles de asalto L-1A1 y ametralladoras Bren como reemplazo a armamentos más antiguos, también se logró una gran provisión de lanzacohetes RPG-7, para complementar a los obsoletos, aunque todavía efectivos, “Bazookas”.
Sin embargo, las operaciones previstas en Bengala Oriental supondrían un durísimo trabajo, pues durante años el Ejército de la India se había entrenado para los áridos y montañosos teatros de Pakistán Occidental, principalmente en la conflictiva zona de Cachemira, mientras que el Pakistán Oriental era una zona pantanosa, húmeda y cruzada por incontables ríos.
Por tanto, podemos decir que Bangladesh resultaba ser una complicación durante la planificación, aunque en la práctica se contó con multitud de factores a favor. La población local brindó un asombroso apoyo, incluyendo información muy importante, se suministró todo tipo de medios locales, reduciendo el tren logístico, bastante complicado de por sí, además, se obtuvo el total control de los cielos, mientras que el alto comando pakistaní colaboró activamente, tomando unas medidas defensivas completamente erróneas en un país tan fácil de defender.
En el frente de Bengala Oriental, el Ejército emprendió las operaciones cuando la Armada y la Fuerza Aérea de Nueva Delhi habían obtenido la supremacía en mar y cielo, habiendo bloqueado completamente este frente, impidiendo cualquier tipo de refuerzos. Esto resultaba bastante improbable, toda vez que el frente estaba separado por más de 1.600 Km. de Pakistán Occidental.
El Ejército indio emprendió, entonces, las operaciones de manera más tranquila, permitiendo que su perfecta planificación fuese llevada a cabo sin contratiempos. Encabezados por tanques T-55 y PT-76, las fuerzas hindúes comienzan a adentrarse en el territorio bengalí, con una tremenda rapidez y eficacia se instalan puentes de vanguardia y reemplazo Bailey y Krupp, en tanto que toda embarcación local era utilizada para transportar carga y cruzar los innumerables ríos y cursos de agua.



Comandos hindúes durante los primeros avances en Bengala Oriental. Los indios hicieron un amplio uso de las fuerzas de infantería ligera, comandos y paracaidistas durante la guerra, teniendo un excelente resultado. (Foto: Bharat Rakshak)

Un aporte fundamental para las acciones indias fue el Cuerpo de Ingenieros, el cual, al comando del general Das, asesora al general Aurora, comandante en jefe de la operación, sobre las mejores rutas a seguir, además de alistar una serie de puentes y líneas de ferrocarril que permitieron que el esfuerzo logístico hindú fluyera sin retrasos a medida de que las fuerzas se iban adentrando en el territorio bengalí.
El asesoramiento del general Das resulta importante cuando el general Aurora opta por aislar todos los emplazamientos defensivos de importancia, progresando a toda velocidad por rutas secundarias y caminos comarcales, en donde los pakistaníes no montaron ninguna vigilancia de importancia. Para cuando los pakistaníes intentaron reaccionar, se encontraban flanqueados y embolsados, impidiendo toda forma de reagruparse y organizar un contraataque.
Es entonces en donde la aviación pakistaní trató de realizar algunas desesperadas misiones de apoyo, inicialmente utilizando los entrenadores armados T-33A, aunque más tarde se unieron los más eficientes F-86 “Sabre”. Sin embargo, la superioridad aérea hindú era aplastante y los constantes ataques no solo borraron la presencia de la FAP, sino que además comenzaban a causar tremendas bajas a las unidades terrestres.



Los transportes de personal BTR-6PB disponibles en el Ejército indio fueron ampliamente utilizados en el frente de Bangladesh, permitiendo mantener un buen ritmo de avance gracias a su capacidad anfibia. (Foto: Archivos Dintel)

Los pequeños tanques anfibios PT-76 se mostraron más que eficientes a la hora de encabezar los asaltos indios, en estos casos, los tanques M-24 “Chaffee” pakistaníes trataron de detener el ataque, pero habían sido distribuidos en pequeñas secciones para apoyar a la infantería y muchos resultaron destruidos rápidamente. Los T-55, más pesados, terminaron por aplastar la resistencia en varios puntos fuertes pakistaníes, en tanto que los cazatanques BRDM-2, dotados de misiles AT-3 “Sagger”, sembraron la destrucción entre los pocos blindados disponibles en la zona.
La infantería hizo un gran empleo de jeeps y camiones, aunque los asaltos principales eran encabezados por transportes de personal BTR-50PK y OT-62 de orugas, así como OT-64 de tracción a rueda.
El Ejército hindú había preparado de una manera muy meticulosa la aproximación a Dacca, la capital del Pakistán Oriental. El día 7 de diciembre, dos Compañías del Regimiento Paracaidista son transportadas a las cercanías de esa localidad a bordo de helicópteros Mi-4 y Mi-8, durante el desembarco, los infantes fueron cubiertos por helicópteros HAL “Chetak”, los cuales estaban artillados con lanzacohetes y ametralladoras. El día 11 de diciembre, esta acción fue completada con el lanzamiento de un Batallón de paracaidistas desde los transportes C-119G y An-12PB de la FAI, reforzando al dispositivo previamente transportado en helicópteros.
Esta acción causó conmoción en los comandantes pakistaníes, quienes dieron por cierta la noticia difundida por la radio local en la que se había “lanzado una brigada paracaidista en las cercanías de Dacca”.
Suponiendo que estas fuerzas permitirían abrir una brecha a las fuerzas pesadas que llegaban desde tierra, los pakistaníes hicieron un gran esfuerzo para tratar de desviar parte de las defensas a combatirlas, sin embargo, el día 10 de diciembre, los hindúes habían realizado otra acción aún más preocupante. Utilizando helicópteros Mi-4 y Mi-8 de la FAI, y protegidos por “cañoneros” HAL “Chetak”, el Ejército indio había trasladado 2.971 hombres y 90.200 hombres de una ribera a otra del río Meghna, estableciendo una importante cabeza de puente después de 95 vuelos de los helicópteros.
La crítica situación desembocó en combates particularmente duros en los alrededores de Dacca, donde se hizo un gran empleo de artillería, morteros y cañones sin retroceso para romper la resistencia pakistaní. Estos disponían de 72 tanques M-24 “Chaffee” dentro del 29º Regimiento de Caballería, además de algunos cazatanques M-36B1 y al menos un Escuadrón de M-4 “Sherman”, sin embargo habían sido distribuidos entre la infantería y no pudieron ser aprovechados, además, estaban en muy mal estado operativo. Durante los combates, los PT-76 destruyeron no menos de quince tanques M-24, mientras que los T-55 destruyeron otros 27 durante los diversos enfrentamientos ocurridos en Bengala Oriental. En uno de los combates cerca de Rangpur, los PT-76 se encontraron con un puñado de tanques M-24 pakistaníes que apoyaban a unidades de infantería. Rodeados totalmente, los tanques pakistaníes trataron de romper el cerco, pero los PT-76 hindúes destruyeron nueve de ellos, dañaron tres y otros cinco fueron capturados. Los equipos antitanques hindúes, con cañones sin retroceso montados en jeeps, así como misiles AT-3 “Sagger” montados sobre blindados BRDM-2 o transportados por la infantería, dieron cuenta de otros muchos tanques pakistaníes sobrevivientes. Al concluir la guerra, no menos de 20 tanques M-24 habían caído intactos o dañados en manos indias, muchos de ellos abandonados.



Los HAL "Chetak" fueron los principales helicópteros utilitarios, de reconocimiento y de apoyo cercano con los que el Ejército hindú contó durante las operaciones, principalmente, en Bangladesh. (Foto: Bharat Rakshak)

Sin embargo, en el frente occidental sería donde los combates tomarían un matiz completamente diferente. Con el grueso de los ejércitos de ambos países en primera línea de combate, amén de estar en condiciones ideales para el combate, las batallas fueron extremadamente duras y provocaron graves bajas a ambos bandos. Los combates se iniciaron desde el mismo día del inicio de las hostilidades hasta la declaración del alto al fuego.
Aquí, pakistaníes e indios se rigieron bajo la regla de tomar y ceder terreno, en donde los pakistaníes mostraban un gran apuro en asegurar los territorios capturados con el fin de poder servir como herramientas de negociación para el futuro.
El primer encuentro de importancia se produce el primer día de la guerra, 4 de diciembre, cuando el alto comando pakistaní ordena atacar a las fuerzas indias en Chaamb. Allí los pakistaníes envían a los 11º y 28º Regimientos de Caballería, sumando 75 tanques T-54 y T-59, apoyados por 40 veteranos M-4 Sherman, algunos repotenciados, y 15 cazatanques M-36B1. Los hindúes, por su lado, desplegaban el 72º Regimiento Acorazado, el 9º Regimiento de Caballería del Decán, ambos dotados de T-55, y un Escuadrón de Exploración equipado con tanques ligeros AMX-13.
Los combates fueron violentísimos, en particular cuando ambas fuerzas trataron de hacerse con el poder de los altos de Mandiala. El 11º de Caballería pakistaní se enzarzó con el 9º del Decán, trabando un violentísimo combate entre tanques a distancias medias y cortas.
La batalla concluyó el día 7 de diciembre, cuando los pakistaníes logran hacer retroceder a los hindúes y declaran la captura de Chaamb. En la batalla habían destruido 19 tanques T-55 indios, capturando otros 14 T-55 dañados o fuera de combate. Por su lado, los indios declaran la destrucción de nueve tanques T-59, quince M-4 “Sherman” y cinco caza tanques M-36B1. Pese a que se había logrado destruir un número similar de tanques pakistaníes, estos eran en su mayoría los obsoletos Sherman, lo que hizo que los pakistaníes conservaran la mayor parte de sus T-59 intactos para continuar presionando. Sin embargo, los pakistaníes plantearon mejor la batalla y sacaron un mayor provecho de sus medios, más teniendo en cuenta que incluso los T-59 eran inferiores a los T-55 indios, dotados de proyectores nocturnos y municiones más eficaces.
Entre el 4 y 5 de diciembre ocurrió otra batalla en torno a Longewala, en este caso, los pakistaníes habían desplegado unidades equipadas con tanques “Centurión” y “Vijayanta”, los cuales eran muy superiores a los tanques pakistaníes. En este caso, los tanquistas indios destruyeron 26 tanques T-59 pakistaníes, mientras que los ataques aéreos de los Hunter, Mystére y Su-7BMK destruyeron otros 11 tanques T-59 adicionales, obligando a los pakistaníes a retirarse debido a las grandes pérdidas.



Tanques T-55 hindúes destruidos durante la batalla en los altos de Mandiala, los pakistaníes usaron la copia china de este tanque, los cuales pese a ser algo inferiores pudieron obtener la victoria sobre las armas indias en Chaamb. (Foto: Bharat Rakshak)

Sin embargo, uno de los mayores duelos acorazados se produjo en el Punjab, cuando las 2ª y 16ª Brigadas Acorazadas indias, equipadas con tanques T-54 y T-55, trabaron combate con la 6ª División Acorazada y la 8ª Brigada Acorazada pakistaníes, dotadas con tanques M-47 y M-48 “Patton”, apoyados por unos cuantos veteranos M-4 “Sherman”.. Esta batalla se produjo entre el 15 y el 16 de diciembre, siendo la última gran batalla de la guerra.
En este combate, los indios avanzaron con tanques T-54 dotados de rodillos barreminas a la cabeza, aunque se encontraron con terreno blando que obligó a cesar su empleo. En los combates que sucedieron a continuación, los tanquistas hindúes demostraron tener un mayor entrenamiento y disciplina de combate, además de aprovechar al máximo las ventajas de sus nuevos tanques. En esta oportunidad los indios reclamaron la destrucción de 33 tanques M-47 y M-48, así como 14 tanques M-4 “Sherman”, por su lado, debieron lamentar la pérdida de catorce tanques T-55 por fuego enemigo y dos por minas. En este caso, el apoyo aéreo fue importante, pero bastante limitado, los cazas Su-7BMK realizaron gran cantidad de ataques aéreos, pero principalmente contra las unidades de infantería y artillería desplegadas en la zona. Fue la derrota definitiva para los pakistaníes.
India declaró haber perdido 69 tanques en toda la guerra, de ellos 24 se perdieron en Bangladesh, y 45 en el frente Occidental. Por su lado, los pakistaníes lamentaron la pérdida de 264 tanques en combate, de ellos 72 eran los M-24 “Chaffee” perdidos en Bangladesh, mientras que el resto incluía 61 T-59, 33 M-47 y 25 M-48, mientras que los restantes fueron tanques M-4 y cazatanques M-36B1 perdidos en los diversos enfrentamientos.
La India probó en combate, por primera vez, el moderno tanque medio “Vijayanta”, producido localmente en la fábrica de Madras. Con su potente cañón L-7A1 de 105 mm, no hubo ningún tanque pakistaní capaz de enfrentarle. Se mostró abrumador sobre los obsoletos tanques M-4 y M-24, mientras que fue muy superior a los M-47, M-48 y T-59, que constituían la punta de lanza acorazada pakistaní.



Tanques M-47 y M-48 pakistaníes destruidos o dañados luego de su captura por las fuerzas indias tras la batalla de Punjab. Las bajas sufridas en esta batalla fueron elevadas, a la vez que significó la derrota final pakistaní. (Foto: Bharat Rakshak)

Termina la guerra y nace el Estado de Bangladesh

La victoria india fue fulminante, el 17 de diciembre de 1971 el General Niazi firma la rendición del Pakistán Oriental, que poco tiempo después se transformaría en Bangladesh.
La explicación más práctica de esta guerra fue el hecho de que la India había estado planificando desde hacía mucho tiempo la guerra y para el momento de la operación, sus fuerzas eran superiores a cualquiera de la región y con una preparación envidiable. Sus mandos demostraron una gran mejora en el manejo de la guerra acorazada y mecanizada moderna, con respecto a 1965, así como una gran visión para el empleo de nuevas tácticas y sistemas de armas, como lo fue el ejemplar uso de los helicópteros. Toda la oficialidad demostró un pensamiento de conjunto y llevó a cabo los planes tal y como estaba previsto, pero a su vez demostraron ser capaces de realizar acciones independientes que le permitieran aprovechar cualquier ventaja táctica que se les presentara.
Al finalizar la guerra, muchas críticas surgieron en el seno de las FFAA hindúes, en parte por diversas dificultades aparecidas en los diversos combates y a la alta tasa de pérdidas, principalmente de aviones, que se sufrieron. Este examen permitió reorganizar los sistemas defensivos hindúes de cara al futuro. Las críticas a la Fuerza Aérea India fueron muchas, pues pese a su gran éxito sufrió un desgaste considerable y no se lograron todos los objetivos establecidos al principio de la operación.
Por parte de los pakistaníes, estos demostraron ser completamente inefectivo e irresponsable, a esto se le sumó la necia propaganda oficial que decía que el enemigo era "poco más que un tigre de papel", la cual fue ciegamente aceptada por oficiales y soldados. Cómo si fuera poco, la dirección militar estaba encargada a un grupo de mediocres oficiales de alta graduación, exceptuando al mariscal del aire Rahim Khan. El principal responsable del Ejército, general Tikka Khan, se había dado a conocer por sus brutales represiones a los civiles en el pasado, siendo importante mencionar que, cuando ascendió a Coronel, una nota enviada al Jefe de Estado Mayor decía: "Este Oficial se ha revelado inepto para ocupar puestos de alta responsabilidad".
Los jefes de las fuerzas del Pakistán Oriental, los generales Niazi y Farman, adoptaron medidas totalmente ineficaces para detener a los hindúes, perdiendo todas las ventajas que les daba el terreno, tan apto para la defensa. A la vez que no aprovecharon el grueso de las fuerzas disponibles en esa zona, en particular el material blindado, que si bien no era muy efectivo era el único disponible y podría haber sido empleado de una manera más provechosa. Todos estos errores costó el empleo de varios generales y almirantes a las Fuerzas Armadas pakistaníes.
De igual manera, la culpa fue, en gran medida, de los altos mandos, en Pakistán Occidental, quienes le habrían podido enviar refuerzos, material y otras provisiones, así como planes de acción con los que podrían haber resistido por mucho más tiempo. Tal vez, con una mejor defensa del territorio, las idas y venidas de la diplomacia habrían permitido evitar la humillante rendición incondicional y haber salvado, aunque sea en parte, el honor del Ejército Pakistaní.

El general Niazi firma la rendición incondicional del Pakistán Oriental frente al general Aurua, máximo responsable de la aplastante victoria hindú. A partir de este momento la independencia de Bangladesh se hizo una realidad. (Foto: Bharat Rakshak)


Dintel DIG

lunes, 21 de octubre de 2013

Guerra de desgaste: La operación Tarnegol 53

Volviendo a leer...
Operación Tarnegol-53 

El 26 de diciembre de 1969, Super Frelons y los recientemente provistos CH-53s llevaron a cabo una de las mejores acciones conocidas de la guerra, la operación "Tarnegol-53" (Gallo-53). Tres Super Frelons participaron en la operación, transportando paracaidistas israelíes a Ras-Arab para hacerse cargo de un radar P-12 egipcio. 

Radares nuevos habían llegado procedentes de la Unión Sovietica a Egipto luego de la Guerra de los Seis Días y rápidamente se convirtieron en un grave problema para Israel; misiones de reconocimiento fueron lanzadas urgentemente a la fotografía del nuevo arsenal de defensa aérea egipcio y en una de ellas se descubrió un nuevo radar, el P-12 soviético situado en la playa del Ras-Arab. La respuesta inmediata fue destruir la nueva estación de radar por medio de un ataquea aéreo, pero poco antes despegue, se decidió la captura de la estación entera. 

 


Antena de radar P-12 

"Tarnegol-53" (Gallo-53) fue el nombre dado a la operación, ésta fue planeada en apenas algunos días comenzando el 24 de diciembre, pronto comenzaron los preparativos, se reunieron mecánicos y personal comando, y comenzaron el entrenamiento utilizando radares rusos capturados durante la Guerra de los Seis Días. 

Los helicópteros seleccionados para llevar la estación de radar al territorio israelí eran los Sikorsky CH-53 Yasur que habían llegado hacia poco tiempo a Israel. Éstos eran los únicos helicópteros capaces de llevar la estación de radar entera, estimada en 7 toneladas. 

La operación finalmente fue lanzada a las 21:00, en la víspera del 26 de diciembre de 1969. Los F-4 Phantoms y A-4 Skyhawks comenzaron la misión atacando a las fuerzas egipcias a lo largo del canal de Suez y el Mar Rojo. 

 

Sikorsky CH-53 Yasur 

Ocultado por el ruido de los jets que atacaban, tres helicópteros Aerospatiale SA 321K Super Frelon transportaban a los comandos y al personal mecánico; realizaron el acercamiento por el oeste, sorprendiendo a un contingente ligero de seguridad de la instalación del radar, por lo que tomaron rápidamente el control del sitio. 

A las 02:00 del 27 de diciembre, cuando ya se había desmontado la estación de radar y habían preparado las piezas para su transporte en los Sikorsky CH-53s, los dos Yasurs fueron llamados. Uno de los CH-53 cargó con la antena de radar, mientras que el otro tomó lo mas pesado, la estación del radar en sí misma de cuatro toneladas. Los dos helicópteros comenzaron a volver a territorio controlado israelí. 

 

Aerospatiale SA 321K Super Frelon (Tzir'a) 

En el viaje de vuelta hubo problemas, el radar resultó mas pesado que las 4 toneladas estimadas inicialmente, lo que puso en peligro la terminación de la operación. 

Los cables que sujetaban el radar, mas el peso del mismo, produjeron averías en el helicóptero y se produjo una falla hidráulica. El capitán del helicóptero decidió cruzar rápidamente a Israel y con lo último de presión hidráulica debió realizar un aterrizaje de emergencia. 

El segundo Sikorsky CH-53 que había llegado ya a su base con su carga más ligera, fue enviado de nuevo a recuperar el radar del sitio del aterrizaje de emergencia. La pesada carga casi hizo lo mismo que con el primer helicóptero, pero el radar finalmente fue entregado al punto señalado, en las manos de especialistas de inteligencia. 

El radar fue estudiado a fondo, de forma que la IAF pronto contó con nuevas contramedidas contra las defensas aéreas egipcias, quitando del medio una de las principales amenazas para la superioridad aérea israelí sobre el canal de Suez; mas adelante fue entregado a los EE.UU., igual que otros equipos capturados antes.


Shomer

domingo, 20 de octubre de 2013

SGM: Los crímenes de la Luftwaffe en la invasión a Polonia

 
Pintado en la estructura de un Ju 52 alemán reza: "Gente, combustible, bombas o pan - llevamos la muerte de Polonia." El Blitzkrieg del 1ro. de Septiembre de 1939 claramente mostró que esto no fue un simple slogan de propaganda... (Foto: Wojna obronna Polski 1939, KAW 1979. )

Polonia 1939 - Diario de las atrocidades de la Luftwaffe 

Escrito por Dariusz Tyminski y Grzegorz Slizewski . 


Al contrario de los mitos difundidos en los cuentos populares de la PGM, no todos los pilotos de caza de la SGM fueron "honorables Caballeros del Aire". Entre las muchas razones de esto estuvo la naturaleza human, la disciplina de los pilotos o la falta de ella, y lo "impersonal" de la guerra mecanizada. Los pilotos de un poderoso avión fueron en esencia removidos de ver a un piloto enemigo siendo cortado a la mitad por armas de gran calibre o explotando por balas de cañón. Los pilotos bombarderos raramente podían ver la masacre que provocan cuando su carga alcanzaba sus blancos. 

Se encuentra bien documentado que algunos pilotos aliados e incluso algunos ases dispararon a pilotos del Eje incluso cuando éstos se encontraban descendiendo indefensos en un paracaídas y del otro lado también, pilotos del Eje disparando a pilotos aliados. Algunos pilotos polacos buscaron una cruel venganza luego de Septiembre de 1939. El piloto de la Brigada de Persecución (123. Eskadra), Soldado Eugeniusz Nowakiewicz combatió en la campaña de Francia de 1940 en la sección polaca del Groupe de Chasse II/7, liderado por el Tte. Wladyslaw Goettel. El 4 de Junio de 1940, en el área de Besancou, Nowakiewicz atacó exitosamente a un He 111 y luego del derribo disparó sobre la tripulación alemana sobreviviente. El 15 de Junio de 1940, en el área de Caumont-Toinville, Nowakiewicz otra vez atacó a un bombardero enemigo, un Do 17 esta vez. Dos tripulantes alemanes se lanzaron en paracaídas, pero el piloto polaco mató a uno de ellos en el aire y el segundo fue "compartido" con pilotos franceses luego que el tripulante tocara tierra. 

En una instancia posterior, un as americano de ascendencia polaca de la Novena Fuerza Aérea derribó a un as alemán en un Me 262 de la Luftwaffe destruyendo su jet. Cuando el piloto americano aterrizó el jefe del escuadrón destruyó el film de su foto-ametralladora. En una reunión previa a un vuelo, el comandante de escuadrón preguntó al piloto (su familia había sido aniquilada por alemanes) por qué lo había hecho. El piloto explicó que esos pilotos eran experten, la creme de la creme de la Luftwaffe. Y si no eran asesinados, ellos simplemente reaparecerían al otro día en otro caza, para matar más pilotos americanos. 

El tono para la guerra total contra civiles indefensos y personal militar fue claramente delineado ... 

1 Septiembre 1939, 4:50 - 5:30 a.m., ciudad de Wielun. Esa mañana, pese a la completa ausencia de instalaciones militares en la ciudad, y con las cercanas tropas polacas de la 28va División de Infantería situadas al sudoeste de Wielun, los bombarderos alemanes del I./KG76 (4. Luftflotte), comandados por el Oblt. Walter Sigel, brutalmente bombardeó el centro de la ciudad. Luego de arrojar las bombas, los pilotos de la Luftwaffe dispararon sobre los temerosos civiles que escapaban. Tres olas de bombardeo, totalizando 120 aviones tomaron parte en el ataque, lanzando más de 70 toneladas de bombas. El efecto del raid fue el asesinato de más de 1200 civiles, provocando heridas a miles más (la población de la ciudad era de cerca de 16,000 habitantes), y la destrucción del 70% de los edificios de la ciudad. 

Están aquellos que argumentan que los miembros de la Luftwaffe llevaron los códigos de comportamiento profesional militar a aquellos utilizados por los "Caballeros del Aire" de la PGM. Sin embargo, cualquier de dichos argumentos contradice las experiencias de muchos pilotos polacos, cuyas experiencias personales son descritas a continuación. 

Como ejemplo, el 1 de Septiembre de 1939, en el área de Modlin, cerca de las 16:30 , pilotos de la Brigada de Persecución polaca encontraron a un grupo de cuarenta bombarderos alemanes escoltados por veintes cazas Bf 109 y Bf 110. Durante el combate, el Tte. Aleksander Gabszewicz fue forzado a tirarse en paracaídas. Mientras colgaba de su paracaídas, Gabszewicz fue ametrallado por un Bf 110. El Tte. Segundo Tadeusz Sawicz, quien volaba en las cercanías, atacó al avión alemán y otro piloto polaco, Wladyslaw Kiedrzynski voló haciendo espiral alrededor del indefenso Gabszewicz hasta que éste llegó al suelo. 

En la misma batalla, pilotos del 123. Fighter Eskadrille, volando obsoletos cazas PZL P.7a, fueron sorprendidos por Bf 110's del I/LG1 (comandante Mayor Grabmann había sido herido esa mañana, por lo que la unidad estaba al comando del para ese momento Hauptmann Schleif). El Cap. Mieczyslaw Olszewski, comandante del 123, fue rápidamente derribado y muerto, su P.7 se estrelló cerca de Legionow. Otros tres pilotos fueron derribados, y se lanzaron en paracaídas: Tte.Seg. Stanislaw Czternastek, Tte.Seg. Feliks Szyszka y el cadete Antoni Danek. Sólo Czternastek llegó a salvo a tierra: Szyszka y Danek fueron atacados en el aire. Ametrallado por un caza alemán, Danek aterrizó sin heridas. Szyszka no tuvo tanta suerte, sufrió 16 heridas. Fue transportado por civiles a un hospital. Durante el combate del 1 de Septiembre de 1939, I.(Z)/LG 1 escoltó a los He 111s del KG 27 y LG 1 contra el aeropuerto de Varsovia. Los Bf 110s reclamaron cazas 5 PZL derribados - 3 por el Hauptmann Fritz Schleif, uno por el Suboficial Sturm y otro por el Suboficial Lauffs. 

2 de Septiembre de 1939, cerca de las 16:00, área de Lodz. Ocho cazas PZL del III/6 Escuadrón se encuentran contra 23 Bf 110's del I./ZG76. En la batalla, el Tte.Seg. Jan Dzwonek fue derribado. Colgando de su paracaídas, fue atacado dos veces por un Bf 110. Aparentemente, el pilot de la Luftwaffe se encontraba tan ocupado atacando al indefenso de Dzwonek, que el Soldado Jan Malinowski, volando un obsoleto caza P.7, derribó al avión alemán sin problemas.   

3 de Septiembre de 1939, cerca de 10:00 AM seis PZL P-11c de la 112. Eskadra Mysliwska (Escuadrilla de Caza), liderada por el comandante del III/1 Dywizjon (Escuadrón) Cap. Zdzislaw Krasnodebski despegó para repeler a cazas Bf 110. En un duro combate sobre la ciudad de Wyszkow, Krasnodebski fue forzado a tirarse en paracaídas. El piloto alemán que lo derribó, apuntó sus armas para rematar a la víctima, acertándole a Krasnodebski mientras lentamente planeaba en su paracaídas. Pero el Tte. Arsen Cebrzynski observó este repase macabro y el piloto de la Luftwaffe pronto se convirtió a su vez en víctima. El Tte. Barents, un veterano de la "Legión Condor", se arrojó en paracaídas sin problemas, y se convirtió en un POW. 

Ese mismo día, el 3 de Septiembre de 1939, la 26ta. Obserwation Escadrille fue evacuada de Malachowo al aeródromo de Balice. El Soldado Franciszek Ciepinski, volando un desarmado RWD-8 sobre el río Wisla, fue atacado por tres Bf 109s. Logró maniobrar para estrellar/aterrizar el dañado avión sobre la vera del río, saltó del cockpit, encontrándose ahora él mismo siendo blanco de los cazas. Los alemanes querían más que una mera victoria aérea y empezaron a cazar al piloto con repases de ametrallamiento. Antes que Ciepinski pudiera alcanzar la seguridad de un bosque fue herido en un pierna. 

6 de Septiembre de 1939, atardecer. Un solitario PZL P.23 "Karas" del 34. Reconn Escadrille despegó en patrulla, en el área de Warta-Sieradz-Zdunska Wola. La tripulación consistía de: Tte. Edmund Gorecki (observador), Soldado Marian Pingot (piloto) y Soldado Jan Wilkowski (artillero). Durante su vuelta a la base, sobre la villa de Borecznia cerca de la ciudad de Kolo, ellos volaban a 1500 metros de altitud. Repentinamente fueron atacados por cuatro Bf 109's. El "Karas" empezó a arder. El soldado Pingot fue muerto en el avión, pero el Tte. Gorecki continuó volando hasta que estuvo por debajo de los 1000 metros. Cuando se tiró en paracaídas los "Messers" abrieron fuego y lo mataron en el aire. El soldado Wilkowski atestiguó este acto, y dado que se lanzó sólo en el último momento, a sólo 300 metros, salió vivo aunque con las piernas severamente dañadas. 

11 de Septiembre de 1939. La 53ra Observer Escadrille movilizada del área de Kaluszyn a Brzesc, sobre el río Bug. En formación volaban dos aviones "Czapla" y un solitario RWD-8. Cerca de cinco kilómetros al oeste de Biala Podlaska los tres aviones fueron atacados por aviones bimotores de la Luftwaffe. El RWD-8 se vino abajo y su tripulación, Tte.Seg. Stanislaw Hudowicz y el Tte. Seg. Oskar Sobol fueron muertos. Un avión "Czapla", pilotado por el Tte. Stanislaw Waszkiewicz fue forzado a aterrizar y luego dos veces bombardeado (!) y ametrallado en tierra. 

13 de Septiembre de 1939, el pueblo de Frampol, con un a población de 3000, y sin blancos industriales o militares, ni defensores del ejército polaco, fue prácticamente aniquilada por un bombardeo de práctica de la Luftwaffe. En la opinión del analista de la Luftwaffe, Harry Hohnewald: "Frampol fue elegida como un objeto experimental, porque los bombardeo de práctica, volando a baja velocidad, no eran amenazados por artillería antiaérea. Del mismo modo, la municipalidad centralmente ubicada en el pueblo la convertía en un punto de orientación ideal para las tripulaciones. Observamos la posibilidad de orientación gracias a signos visibles, y también el tamaño de la villa, que garantizaba que las bombas cayeran de todos modos sobre Frampol. Por un lado, esto haría que la prueba se notarán los efectos de la prueba, por otro lado, confirmaría la eficiencia de las bombas utilizadas." (extracto del libro de Wolfgang Schreyer, "Eyes on the sky.") 


 
Pequeña ciudad de Frampol antes (izquierda) y después (derecha) de un bombardeo de práctica de la Luftwaffe. Las fotos son probablemente documentos de la Luftwaffe. 


Fotos de Frampol recientes. La reconstruyeron aunque el diseño de las calles fue cambiado.

 


WW Aces Stories (c)
Traducción: Walter Uriarte
http://www.frampol.lubelskie.pl 

viernes, 18 de octubre de 2013

Biografías: Obituario de Giap por John McCain


Él nos ganó en la guerra, pero nunca en batalla
Para derrotar a cualquier adversario, el general Vo Nguyen Giap de Vietnam del Norte permitió inmensas bajas y la destrucción casi total de su país.

Por JOHN MCCAIN
Estuve con el general Vo Nguyen Giap, quien murió el viernes, dos veces. La primera vez fue en el hospital militar vietnamita donde me llevaron poco después de mi captura en 1967. Mi padre comandaba a todas las fuerzas estadounidenses en el Pacífico, lo que me hizo un objeto de curiosidad en algunos sectores del gobierno de Vietnam del Norte.

Recuerdo varias visitas de alto nivel, además de los guardias e interrogadores que veía todos los días. Giap, ministro de defensa de Vietnam del Norte, fue el único que reconocí. Se quedó sólo unos momentos, mirándome, luego se fue sin decir una palabra.

La segunda reunión fue en la década de 1990, durante uno de los muchos viajes que hice a Hanoi para discutir el tema de POW/MIA y la normalización de las relaciones entre nuestros países. Yo había pedido al entonces ministro de Relaciones Exteriores Nguyen Co Thach y su adjunto, Le Mai, de organizar una breve entrevista con el legendario comandante del Ejército Popular de Vietnam del Norte.

Un hombre sostiene un retrato del fallecido general Vo Nguyen Giap como él se alinea entre las miles de personas ajenas a la residencia del fallecido general Vo Nguyen Giap antes de entrar a rendir homenaje al héroe nacional de la independencia en Hanoi el 6 de octubre de 2013.

Al día siguiente fue conducido a la sala de recepción del gran palacio presidencial Beaux -Arts que los franceses habían construido para sus gobernantes coloniales, donde el general estaba esperando. Sonreía, diminuto, envejecido, pero ágil, y vestido con un traje gris y corbata, que apenas se parecía a su reputación en tiempos de guerra como un luchador implacable con un temperamento feroz.

Giap me saludó calurosamente bajo un enorme busto de Ho Chi Minh, que había llevado Vietnam en las guerras contra los franceses y los Estados Unidos. Los dos juntas a hombros de los demás como si fuéramos compañeros reunidos en lugar de los antiguos enemigos.

Tenía la esperanza de que nuestra discusión se concentrará en su papel histórico. Después llegué a casa de Vietnam en 1973, leí todo lo que pude tener en mis manos sobre ambos las guerras francesas y americanas allí, empezando por "El infierno en un lugar muy pequeño", de Bernard Fall su clásico estudio del asedio de Dien Bien Phu de 1954, donde el dominio colonial francés terminó con eficacia y genio de Giap se convirtió primero evidente para un mundo asombrado.

Quería escuchar Giap describir la batalla de casi dos meses de duración, para explicar cómo sus fuerzas habían conmocionado a los franceses por la gestión de la hazaña imposible de llevar a la artillería a través de montañas y por las selvas más densas. Quería hablar con él acerca de esa otra maravilla de la logística, de la ruta Ho Chi Minh.

Yo sabía que él estaba orgulloso de su reputación como el "Napoleón Rojo", y supuse que daría la bienvenida a la oportunidad de disfrutar de mi curiosidad acerca de sus triunfos. Yo quería que nos comportemos como dos militares retirados y antiguos enemigos que relatan los acontecimientos históricos en el que había él desempeñado un papel fundamental y yo uno pequeño. Pero él respondió a la mayoría de mis preguntas brevemente, añadiendo poco a lo que ya sabía, y luego hizo un gesto con la mano para indicar desinterés.

Eso está todo en el pasado, ahora, dijo. Usted y yo debemos discutir un futuro en el que nuestros países no sean enemigos, sino amigos. Y así lo hicimos, dos políticos discutiendo las relaciones comerciales entre nuestros países que me había llevado a Vietnam.

Giap fue un maestro de la logística, pero su reputación se basa en más que eso. Sus victorias se lograron mediante una estrategia paciente que él y Ho Chi Minh estaban convencidos que iba a tener éxito, una inquebrantable voluntad de sufrir enormes bajas y la destrucción casi total de su país para derrotar a cualquier enemigo, por poderoso que sea. "Van a matar a 10 de nosotros, vamos a matar a uno de ustedes," Ho dijo a los franceses ", pero al final, ustedes se cansarán en primer lugar. "

Giap ejecutó esa estrategia con una voluntad inflexible. La ola de repulsión francesa tras ola de ataques frontales en Dien Bien Phu. La ofensiva Tet en 1968 contra los EE.UU. fue un desastre militar que destruyó efectivamente al Viet Cong. Pero Giap persistió y prevaleció.

Los EE.UU. nunca perdieron una batalla contra Vietnam del Norte, pero perdieron la guerra. Los países, no sólo sus ejércitos, ganan las guerras. Giap lo entendió. Nosotros nunca lo hicimos. Los estadounidenses nos cansados ​​de la muerte y las bajas antes que los vietnamitas. Es difícil defender la moralidad de la estrategia. Pero no se puede negar su éxito.

Casi al final de nuestro encuentro, hice otro intento para poner a prueba la sinceridad de Giap. Le pregunté si era cierto que se había opuesto a la invasión de Camboya de Vietnam. Lo rechazó también, con algo así como: "las decisiones del partido son siempre correctas."

Con eso, el encuentro llegó a su fin. Nos levantamos, nos dimos la mano, y cuando me di vuelta para irme, él me agarró del brazo, y le dijo en voz baja, "usted fue un enemigo honorable."

No sé si se refería a que, como comparación con otros adversarios de Vietnam, los chinos, japoneses o franceses, que habían matado a su mujer, o si se trataba de un reconocimiento implícito de que había luchado por sus ideales en lugar del imperio y que nuestra la humanidad había jugado un papel en nuestra derrota. Tal vez sólo la intención de halagarme. Sea cual sea su significado, me gustó el sentimiento.

McCain es senador republicano de Arizona.

The Wall Street Journal