viernes, 9 de enero de 2015

Guerra del Paraguay: La Batalla de Curupayty (1866)

Batalla de Curupaity - 22 de septiembre de 1866 



El 22 de septiembre de 1866, Bartolomé Mitre, general en jefe de la Triple Alianza, ordenó el asalto a la formidable posición fortificada enemiga de Curupaytí con 9.000 soldados argentinos y 8.000 brasileños, la flor y nata del ejército, el apoyo del cañoneo de la escuadra imperial y la cooperación de las fuerzas orientales de Venancio Flores. De toda la guerra del Paraguay ésta es la primera batalla planeada por Mitre y también la primera (y única) dirigida directamente por él. 

 

El 11 de Septiembre la infantería del II Cuerpo del Ejército Argentino (4000 hombres) marcho a Itapirú, siguiendo por agua a Curuzú en ese día. El 12 lo hizo la VII brigada brasileña (Paranhos) de 5 batallones. El 13 marchaba la infantería y doce cañones del I Cuerpo del Ejército Argentino (5000 hombres) llegando en la noche a Curuzú. En total los argentinos eran 9.500. La mayor parte de la artillería quedo en el sector de la derecha. El 15, el general Mitre y Porto Alegre hicieron un reconocimiento de la posición enemiga de Curupaytí, que sirvió de base para formular el plan de ataque. 


Campamento argentino, cerca de Itapiru (Cándido Lopéz)
El Ejército Argentino desembarca en Curuzú, previo al asalto a Curupayti  (Cándido Lopéz)

La iniciativa del ataque fue directamente el propio Mitre, según informe que le envía a Julián Martínez, Ministro interino de Guerra, donde le decía haber ordenado el ataque “sobre las líneas de fortificación de Curupayty, artilladas por cincuenta y seis piezas y guarnecida pro catorce batallones”… “un total de más de dieciocho mil hombres” (Mitre a Martínez. Cuartel de Curuzú, 24 de septiembre de 1866. Partes oficiales – AGN. t.II. p.333) 
El ataque al frente terrestre de Curupaytí se iniciaría con un bombardeo de la escuadra de modo de inutilizar sus defensas y ahuyentar las fuerzas de la trinchera. Después seguiría el ataque de las fuerzas de tierra. El ataque se haría con la cooperación de la escuadra y de las tropas dejadas en Tuyutí, estas como una demostración indirecta. Según el terreno y las circunstancias; la cuarta de observación , la formara la fuerza que quede ocupando el campo atrincherado de Curuzú la cual cubriría los desemboques de la retaguardia. Las agrupaciones de la izquierda se compondrían de brasileños (II Cuerpo de Ejército) a las órdenes de Porto Alegre y las de la derecha de argentinos (I y II Cuerpos). El movimiento se iniciaría por la columna derecha. El ataque terrestre sera precedido de un bombardeo de la escuadra de modo de inutilizar las defensas y ahuyentar alas fuerzas de las trincheras. Se calcula que esto se conseguirá en dos horas. Después empezaría el ataque terrestre. En ese momento la escuadra forzara el pasaje, quedando para enfrentar la posición dominada los buques necesarios.  La actuación del ejército de Tuyutí quedo concretada en esta forma: El movimiento de la caballería de Flores se anticipara a fin de concurrir directa o indirectamente al ataque de Curupayti, teniendo en vista rodear la posición enemiga del estero Bellaco. El Mariscal Polidoro Joardao, con el resto del ejército concurrirá con el mayor vigor posible al reconocimiento de esta posición, yendo preparado a un ataque a fondo para desalojar al enemigo, simultáneo con el asalto a Curupaytí. En la madrugada del 17 todo se encontraba listo en los vivaques de Curuzú y Tuyutí, más el almirante manifestó la conveniencia de suspender el bombardeo debido a la amenaza de lluvia. A las 9.30 hrs empezó un copioso aguacero que continuó hasta la noche del 18 al 19, obligando a postergar las operaciones. El 19 volvió a llover. El 20 apareció el sol, resolviendo realizar el ataque el día 22. La operación terrestre se efectuara con cuatro columnas de ataque en tres líneas tácticas y otra de observación, las dos columnas centrales constituirán el centro de gravedad. La primera línea de ataque será seguida por la segunda, en calidad de reservas parciales: la tercera estará constituida por las reservas generales del ataque, concentradas en dos o mas masas. El ataque estaba previsto para la madrugada del día 17 de setiembre de 1866, pero se postergó por el mal tiempo reinante. Se realizó recién el día 22. 

Iglesia de Humaitá luego del bombardeo de la marina brasileña



A las 0700 hrs del 22 de Septiembre de 1866, la flota se puso en posición. La escuadra brasileña se movió para tomar la posición dispuesta por el almirante Tamandaré a fin de iniciar el bombardeo. Tres acorazados dieron comienzo al bombardeo del reducto de Curupaity, mientras que el resto de la flota, fuera del alcance de la artillería paraguaya bombardeó el sector de las fortificaciones emplazadas en tierra. El vapor ARA Guardia Nacional, con todo su personal en cubierta se condujo gallardamente en Paso de las Cuevas en Curupaity. El bombardeo no surtió efecto alguno y cesó a las 12.00 hrs, cuando el Almirante Tamandaré hizo una señal indicando que el bombardeo había logrado su objetivo. Las cubiertas del terreno impedían a los artilleros efectuar correctamente sus tiros. El duelo de artillería duró cuatro horas y los paraguayos contestaban al fuego de la escuadra logrando mantener a los buques alejados de las fortificaciones. 


El ataque de la flota brasileña (Cándido Lopéz)

La escuadra brasileña “arrojó cerca de cinco mil bombas” (según Thompson) que de todos modos no arrojó el resultado previsto por el optimista comandante Tamandaré, que el día anterior había dado seguridades del caso: Amanhá descangalharé tudo isto en duas horas” (2) 

Al mediodía el almirante Tamandaré suspendió el fuego contra la fortificación del frente terrestre y se concentró sobre el frente fluvial. Comenzó entonces el ataque terrestre cuya dirección estaba a cargo del general Mitre.  El mariscal Francisco Solano López destinó a su mejor hombre de guerra, el general José E. Díaz, vencedor de Estero Bellaco y Boquerón, que preparó en poco tiempo la defensa del campo, cortando árboles de "abatíes" dispuestos por sus enormes raíces para dentro, ocultando unas 50 bocas de fuego. El trazado de las trincheras paraguayas en la posición del frente por la forma en que estaba organizada y por los obstáculos naturales y artificiales a su frente y flanco era sencillamente formidable. Igualmente eficaces eran las defensas en el frente fluvial, no tanto por la extensión e importancia de las obras, sino por la altura de la barranca, por la poderosa artillería y por lo angosto del canal, que impedía a los buques aproximarse a la posición, sin contar la estacada y los torpedos que cerraban la parte navegable.

Trinchera paraguaya (Cándido Lopéz)

Cumpliendo con el plan previsto por Mitre, los Aliados se lanzaron con brío impresionante sobre las trincheras paraguayas, pero sufrieron una marcha pesada por el terreno fangoso bajo el fuego de la artillería paraguaya, hasta estrellarse contra las defensas de "abatíes" que el “genio” de Mitre no había previsto.  Las dos columnas del centro avanzaron, tal cual establecía el plan de batalla. Hombro contra hombro, bayonetas relucientes listas, avanzaron bajo un tremendo fuego de artillería a través de pantanos y del río, cargados con sus mochilas, escaleras. Al llegar a la trinchera, el foro y el parapeto bloqueaban su camino. La segunda columna fue detenida en una laguna por una linea de arboles abatidos, y giró hacia la izquierda bajo un brutal bombardeo. La infantería argentina procedió avanzando, de una manera fria, deliberada a un paso fijo, como en un desfile. La metralla y el fuego de fusileria continuaba. Los oficiales argentinos cabalgando con gran bravura y élan bajo la lluvia de plomo llegaron hasta la trinchera, alentado a la tropa a seguir. El Mayor Ayala del 12 de Línea cayó herido. El Mayor Lucio V. Mansilla, segundo jefe del batallón se hizo cargo de la unidad, pero fue herido también. Los coroneles Juan Bautista Charlone y Manuel Rosetti cayeron heridos de muerte. El cabo Gómez fue herido en una rodilla izquierda por un tiro de fusil, pero desobedeció la orden de retirarse. Otro balazo le impactó en la rodilla derecha, y como no podia permanecer parado continuó disparando en posición de "cuerpo a tierra". El bombardeó redobló su volumen.   Las dos columnas centrales, encargadas del ataque principal sufrieron desde el primer momento un fuego intensísimo de la artillería paraguaya mientras su marcha se veía entorpecida por el terreno fangoso por los tres dias anteriores de lluvia y las malezas. Lograron salvar los obstáculos mediante el uso de fajinas y escalas que llevaban para tal fin y se lanzaron al asalto de la trinchera principal, pero se encontraron con una laguna y una inabordable barrera de malezales que les hizo imposible continuar su avanzada. En esta marcha, sufrieron pérdidas enormes.  La tercera columna, al mando del coronel Rivas siguió avanzando a pesar de los obstáculos, pero su ataque fracasó y los pocos hombres que lograron penetrar en la posición fueron prácticamente ultimados. La cuarta columna, al mando del coronel Martínez, también fue detenida al borde de la laguna y la línea de malezales. 

Asalto de la cuarta columna a Curupayti (Cándido López)

El combate se sostenía tenazmente sin que los asaltantes lograran el menor éxito sobre las tropas paraguayas. Según parte del propio Mitre, “fue contenido el ímpetu del ataque por la línea de abatíes que se componía de gruesos árboles enterrados por los troncos, y que en más de treinta varas obstruían el acceso a la trinchera…fue necesario reforzar el ataque con la segunda línea de reservas parciales, comprometiendo en las dos columnas de ataque central veinticuatro batallones”…”las líneas de abatíes no han sido forzadas nunca en asalto franco, ni aun por las primeras tropas del mundo” (Mitre a Martínez. Cuartel de Curuzú, 24 de septiembre de 1866. Partes oficiales) lo que demuestra la imprevisión de Mitre de no reconocer el terreno previamente... salvo que pretendiera realizar una hazaña mayor “que las primeras tropas del mundo”.  El heroísmo y sacrificio de las tropas aliadas, no fue suficiente para vencer ni la “línea de abatíes” ni “la impericia de Mitre”. El propio general en jefe lo admite en sus partes:  En esas circunstancias, habiéndonos puesto de acuerdo con el barón de Porto Alegre, y viendo que no era posible forzar ventajosamente la línea de abatíes, para llevar el asalto general sino comprometiendo nuestras últimas reservas y que una vez dominada la trinchera no se obtendrían los frutos de tal actor parcial desde que no se conservasen tropas suficientes para penetrar en orden el interior de las líneas y hacer frente allí a las reservas del enemigo, acordamos mandar replegar simultáneamente y en orden las columnas comprometidas den el ataque” (Ibidem)  La columna de la extrema izquierda, entre tanto, aprovechando el terreno cubierto fue a ocupar a una posición de apresto a proximidad de la trinchera enemiga avanzada enemiga, y quedando mas cerca de la linea adversaria, fue la primera en empeñarse. Bajo un violento fuego, los brasileros salvaron la trinchera avanzada, siguiendo después al asalto de la posición principal, batidos por el fuego frontal y de flanco de la misma. No obstante los esfuerzos recibidos, el ataque fracaso y los pocos hombres que lograron penetrar en la posición fueron allí ultimados. La III Brigada de esta columna, confundiendo a los lanceros a pie brasileros con tropas enemigas se desbando presas del pánico a gritos de:" La caballería nos corta!"  La 4a. columna (coronel Martínez) que por reconocimientos comprobó no ser posible flanquear la posición enemiga, se puso en movimiento en el orden que las divisiones tenían en la posición de apresto. Batida de frente por la artillería de la posición y por otra, que desde la derecha, aprovechaba un claro en el monte, al este de la laguna. La 4a. división apresuró su marcha, mientras la 3a. desplegaba con frente al nuevo enemigo, y una batería acudía para contrabatir la artillería flanqueadora. Al llegar al borde de la laguna y de la linea de abatíes, la 4a. división tuvo que detenerse. Desde allí mando a la VIII Brigada , para cooperar con las unidades del coronel Rivas. Las granadas explotaban formando geysers de agua y barro, brazos, piernas y torsos volaban en todas direcciones. Hacia mas de dos horas que el combate se sostenía tenazmente contra el centro y la derecha paraguaya, sin que los asaltantes lograsen el menor éxito. Apreciando que ni con el empleo de las ultimas reservas se obtendría una victoria decisiva, y que mantenerse allí era acrecer las perdidas, se acordó hacer replegar simultáneamente a todas las tropas comprometidas en el ataque, protegiéndolas con las reservas generales. A las 1700 hrs Mitre ordenó cesar el asalto. El estupendo 6o. Batallón de Infantería se retiró marchando hacia atrás para no darles la espalda al enemigo. El Mayor Julio A. Roca cabalgó hasta la trinchera para rescatar a un oficial herido a quien cargó sobre la grupa, marchando a su caballo lentamente, mientras granadas enemigas silbaban sobre su cabeza. (1) A las 17 hrs el ejército estaba de regreso en Curuzú. Los paraguayos solo salieron para recoger el botín abandonado por el asaltante, desnudar a los muertos y ultimar a los heridos graves. Menos mal que “acordaron mandar replegar” porque casi exterminan su propio ejercito, atropellando una “línea de abatíes”, como el Quijote lo hiciera contra los molinos de viento.  El propio Mitre, aunque escatimando las cifras, da cuenta del desastre sufrido: Nuestras pérdidas han sido considerables y sensibles…las computo en tres mil (en realidad fueron tres veces más) entre muertos y heridos” ...” Por parte del ejercito argentino se comprometieron diez y siete batallones en el asalto, cayendo muertos o heridos la mayor parte de los jefes que los condujeron” (Ibidem) También da parte del desastre el hermano del general en jefe, general Emilio Mitre, que comandaba el 2° Cuerpo en el asalto:  V.E. sabe los prodigios de inaudito valor que los cuerpos todos del ejército hicieron en esta jornada. Es pues, inoficioso que el que firma haga de ellos elogios tan justamente merecidos. Basta dejar establecido que de los tres Batallones de este 2° Cuerpo que cargaron sobre la trinchera, solo ha quedado en aptitud de combatir una tercera parte de cada uno de ellos, para probar el denuedo y la bravura de que se hallaban animados, y dieron sangrientas pruebas Cuando a las tres de la tarde, próximamente, ordenó usted la retirada, estos tres bizarros cuerpos se retiraron en el mayor orden posible, a pesar de estar ya muertos de o heridos sus jefes y oficiales” (Del general Emilio Mitre al al General en jefe de los Ejércitos Aliados, Brigadier General D. Bartolomé Mitre. Campamento de Curuzú, 27 de setiembre de 1866. Partes oficiales – AGM.tII.p.334)  No cabe duda alguna de “los prodigios de inaudito valor” y del “denuedo y la bravura de que se hallaban animados” aquellos miles de soldados y oficiales que iban al seguro sacrificio contra una "línea de abatíes", sin rebelarse para linchar a sus comandantes que los mandaban a una muerte inútil e inevitable.  En la crónica que hace el general paraguayo Resquín afirma que “cuando las fuerzas del ejército aliado se retiraron en completa derrota, dejaron en el campo de más de ocho mil cadáveres e innumerables heridos, sin contar los que pudieron recoger”. Las bajas paraguayas las sitúa en “un jefe, tres oficiales y diecinueve hombres de tropa muertos, alcanzando los heridos a siete oficiales y setenta y dos hombre de tropa” (Resquín, Datos históricos. p. 80-81) Es decir, 92 bajas paraguayas contra alrededor de 10.000 bajas aliadas.  Historiadores revisionistas paraguayos (y argentinos, entre ellos García Melluid) aumentaron groseramente las cifras de bajas aliadas en Curupaity. En realidad fueron, 4045 en total, entre muertos heridos de los cuales 2095 argentinos y 1950 brasileros. Las bajas paraguayas: 92. Fue en las palabras de un historiador: "El asalto a Curupaity trae a la mente el ataque de la División de Picket en la batalla de Gettysburg. A la tropa se le asignó una misión imposible. La carga fue un error tremendo que no debia haber tenido lugar." Las cifras del contraste demuestran la improvisación e impericia de Mitre, contra la efectiva defensa comandada por don José E. Díaz , que fue ganando sus galones de general a lo largo de las hazañas producto de su inteligencia, serenidad y valor. El emperador de Brasil, pidió el reemplazo del general en jefe, bajo excusa de los levantamientos de rebeldía en montoneras producidas en las provincias del interior, que se pronunciaban por intermedio de Felipe Varela contra la Guerra del Paraguay y del propio Mitre y su política hacia las provincias interiores  En la sangrienta batalla de Curupaytí el impacto de un casco de granada le destrozó la mano derecha a un ciudadano argentino alistado hacía unos meses como voluntario. Evacuado a Corrientes, la amenaza de la gangrena obligó a amputarle el brazo por encima del codo. Se trataba de un joven dibujante y cronista de 26 años, teniente segundo del ejército, que se llamaba Cándido López. Menos de un año después cumplió su promesa de enviarle al médico que le amputó el brazo un óleo suyo fruto de una prodigiosa reeducación de su mano izquierda. El sería, a través de sus cuadros, el documentalista histórico de la Guerra de la Triple Alianza.(Ver biografía de Cándido López ,"El manco de Curupayty")  También, en Curupaytí perdió la vida Dominguito, hijo adoptivo de Domingo F. Sarmiento. 

Trincheras de Curupayti a 4 millas (7.5 km) de la fortaleza de Humaitá  

Dominguito Sarmiento (hijo del futuro presidente Domingo Faustino Sarmiento) muerto en la batalla ¡De pie señores! ¡Hay derrotas que honran!

Fuentes  García Mellid, Atilio. “Proceso a los falsificadores de al historia del Paraguay”. (1) Rauch, Georg v. Conflict in the Southern Cone (Praeger, New York, 1999) pag. 93-95 (2) Thompsom, Jorge.”La guerra del Paraguay”. Impr. Americana. Buenos Aires 1869

jueves, 8 de enero de 2015

Revolución Americana: Una caja del tiempo de Paul Revere fue abierta ayer

Así que, ¿Qué había en esa Boston Time Capsule?

Por Rebecca Onion - Slate

The Vault es el blog de historia de Slate.




Esta noche, en el Museo de Bellas Artes de Boston, los conservadores abrió una caja que fue enterrado debajo de la piedra angular de la casa del estado de Massachusetts en 1795. Samuel Adams, entonces gobernador del estado de Massachusetts, se instala la caja con la ayuda de Paul Revere, a continuación, el Gran Maestro de los masones de Massachusetts. El depósito contenía dos capas de material histórico: una de 1795 y otra de 1855, cuando se abrió el pequeño repositorio y catalogado, luego re-ensamblados y aumentada con el nuevo material a partir de ese momento.

En Time.com, Lily Rothman sostiene que el término "cápsula del tiempo" es un descriptor apropiado para este cuadro, ya que los dignatarios que lo puso bajo la piedra angular no especifican una fecha final en la que la caja debe ser desenterrado. Puntos Rothman a la labor del historiador William E. Jarvis, quien escribe en su historia de cápsulas de tiempo que la práctica de poner objetos que santifican en los cimientos de los edificios, que se remonta a la antigua Mesopotamia, se debe considerar algo diferente de una de cápsula de tiempo menos de un mensaje archivado para el futuro; más de una bendición.

Jarvis sostiene que la seguridad del siglo, se reunieron para el 1876 Exposición del Centenario de Filadelfia, se debe considerar la primera cápsula del tiempo de buena fe. El nombre de "Time Capsule" fue utilizado por primera vez en 1939 en la Feria Mundial de Nueva York. La idea de enviar artefactos hacia el futuro ganó popularidad en la primera mitad del siglo XX, cuando las ferias y exposiciones muchos del mundo ofrecieron una cápsula ceremonial entierro.

El cuadro de Boston resultó contener un conjunto de artículos conmemorativos: una placa que describe las circunstancias de la colocación original de la piedra angular; 23 monedas, con las más antiguas datan de mediados del siglo XVII; una medalla decorada con la cabeza de George Washington; y cinco periódicos, excavados en condición delicada, y aún dobladas hasta ajustarla a las dimensiones de la caja. De The Boston Globe David Scharfenberg informó que los conservacionistas y funcionarios estatales todavía estaban decidiendo cuánto interfieran con el cuadro de contenidos -una decisión que determinará si los periódicos se pueden desplegar, y la importancia de su inclusión comprenderán más plenamente.

Una de las monedas en la caja, un chelín árbol de pino, fue impresa en 1652 para el uso de los colonos de Massachusetts, sin el conocimiento de la monarquía británica. Escribir sobre el chelín, historiador Mark Peterson cuenta la historia de desafío monetaria de los colonos, que inicialmente quedó impune durante el tiempo extra de menos de Oliver Cromwell. Con la Restauración en 1660, Peterson escribe, Carlos II "exigió un ajuste de cuentas de la conducta de la colonia." En un "acto diestro de homenaje verbal," representante de la colonia convenció al rey de que el pino era, en cambio, un roble real, "la emblema de la encina que preserva la vida de su majestad. "Por el momento, Peterson añade," el farol tuvo éxito. "Revere y Adams pueden haber optado por incluir el chelín como muestra de principios de la independencia de la colonia.


lunes, 5 de enero de 2015

SGM: Descubren túneles nazis para hacer bombas atómicas

Descubren un gigantesco laboratorio nazi para crear bombas atómicas
La instalación ubicada en Austria tiene 30 hectareas y cuenta con túneles para desarrollar las armas.
Por ARG Noticias



Descubren un gigantesco laboratorio nazi para crear bombas atómicas
Un gigantesco complejo secreto utilizado durante la Segunda Guerra Mundial por el régimen nazi fue descubierto en ST Georgen an der Gusen, pueblo del estado de Alta Austria, en Austria,

La instalación subterránea, de un tamaño estimado de 30 hectáreas, cuenta con varios túneles y de acuerdo a su descubridor, el documentalista Andreas Sulzer, pudo ser utilizada para el desarrollo de armas o bombas atómicas por los científicos de Hitler.

 El descubrimiento se produjo luego que un grupo de investigadores detectara altos niveles de radiación en la zona luego de analizar el dato de un físico austríaco, dando por hecho que se trataba de una central nuclear y probablemente, la planta productora de armas más grande del Tercer Reich.



Las excavaciones también revelaron artículos como atuendos, cascos de las SS y otros, aunque se está en espera de más descubrimientos, puesto que aún existen entradas bloqueadas para evitar la entrada de los aliados.



Aún así, se cree que el sitio podría tener conexiones con la fábrica subterránea B8 Bergkristall y el campo de concentración de Mauthausen-Gusen.



Además, los investigadores afirman que el laboratorio pudo ser construido con por cerca de 320 mil prisioneros de los distintos campos de concentración cercanos, incluyendo a expertos en química y física.

domingo, 4 de enero de 2015

Franco: 9 vascos escapan como balseros

Los nueve del balandro
Un grupo de vascos se fabricó su propio bote en 1950 para escapar a México y huir de la represión franquista. Sus descendientes recuperan su memoria
ENEKO RUIZ JIMÉNEZ - El País


Los descendientes de Félix San Mamés en el antiguo puerto de Bilbao. / FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

"Jueves 24 de agosto 1950. Día 40. Amaneció, salvo en cine, nunca había visto un espectáculo como el que se me presentaba. Dicen que las islas del Pacífico son bonitas, pero esta era maravillosa, eso me parecía". Félix San Mamés Loizaga veía tierra y lo escribía en su diario. Un mes después de partir de Santurtzi (Bizkaia) en un balandro fabricado a escondidas, él y otros ocho vascos atracaban en Trinidad y Tobago. Todavía quedaban 51 días para alcanzar México, tierra prometida donde habían depositado todas sus esperanzas para escapar del franquismo.

El barco de vela de casco pequeño se llamaba Montserrat y acababa de cruzar el Atlántico. Los propios tripulantes lo habían construido encubierto en el taller de embarcaciones Alsa, al lado de un cuartel de la Guardia Civil. "¿Es ese su balandro?" preguntaron dos agentes una noche. San Mamés, pálido, contestó que sí. "Allí han olvidado un saco". Avisaron y se fueron. Nadie sospechó nada hasta que meses después notaron su ausencia.

El balandro fue desguazado hace décadas. 64 años después su espíritu regresa a casa a bordo de una réplica hecha por el propio Félix y donada por sus hijas y nietas al Museo Marítimo de Bilbao. Allí, los descendientes han dedicado a la epopeya una exposición donde recopilan toda clase de objetos: el diario original (publicado en La Travesía del Montserrat), fotografías, una carta de compromiso firmada por los nueve antes de la partida y la misiva de Gobernación de México que concedía a Félix cobijo político y trabajo como técnico de marina en Veracruz son algunas de las joyas.


Cuatro de los tripulantes del Montserrat en Veracruz, 1950. / FAMILIA SAN MAMÉS
El grupo fue elegido con sumo cuidado por los hermanos Algorri. Como si prepararan un golpe cinematográfico. Los dueños de Alsa no buscaban amistades, sino trabajadores especializados. Los nueve del balandro eran profesionales del mar. San Mamés, con 24 años, era carpintero y remero. Manuel Barinagarrementería, modelista naval. Agustín Palacios, herrero. José Ramón Bilbatúa, mecánico y encargado del motor. Buscaban huir de la represión franquista. Trataban, en muchos casos, de evitar una cárcel segura.

Pero no todo salió como esperaban. La bobina ardió al llegar a Canarias y un mes de viaje se transformó en tres. Como Colón, hicieron su viaje sin radio, y los aparejos se les rompieron, además, tratando de pescar pesados bonitos oceánicos.

"Tenían suerte. Rodearon los siete huracanes con los que se cruzaron. Lo malo es que no me llevaron", bromea su sobrino Juan José San Mamés, que repitió décadas más tarde la travesía para huir del servicio militar español. Lleva txapela y la ikurriña en el pecho, pero su acento suena a mezcla de vasco e inglés. Se casó con su prima, hija de Félix, y con ella vive en San Francisco, donde produce vainilla ecológica. La exposición vuelve a poner en contacto a las nueve familias. Algunos visitan la tierra de sus ancestros por primera vez.

Félix regresó en 1974. Lo que más le sorprendió a su hija Carmen entonces fue que los vecinos todavía lo reconocieran al pasar. Su única pena: no haber visto a su madre, que murió en 1966, por última vez. Era vasco sin dejar de ser mexicano, y mexicano sin dejar de ser vasco, decía.


Los huracanas con los que se cruzó el balandro. / FAMILIA SAN MAMÉS
El balandro Montserrat desapareció, pero el nombre sigue vivo en su nieta, que, con su acento mexicano, vuelve a casa. Ha dominado el baile del aurresku, aprende euskera y se ha echado novio en Bilbao. Las aguas vuelven a traer a los San Mamés a su origen. Montserrat echa anclas en el puerto de salida.

sábado, 3 de enero de 2015

Medioevo: Un sitio exitoso ayudado por gorriones

¿Cómo tomar una ciudad aparentemente inexpugnable con unos cuantos pájaros?

Javier Sanz - Historias de la Historia

En 1029, el rey Olaf II de Noruega volvió del exilio para recuperar el trono perdido frente a los daneses. Al año siguiente, en la batalla de Stiklestad, fue herido de muerte. Junto a Olaf, luchaba su hermano Harald Hardrada que pudo huir con un grupo de fieles. Se contrataron como mercenarios al servicio de Yaroslav I el Sabio, monarca del estado Rus de Kiev (territorio del actual Ucrania, Bielorrusia, Polonia, las Repúblicas Bálticas y parte de Rusia), donde ganaron un gran prestigio que, poco más tarde, les sirvió para formar parte de la Guardia Varega del Imperio Bizantino.


Guardia Varega

Al servicio del imperio luchó en las campañas de Sicilia, donde, gracias a su ingenio, consiguieron tomar una ciudad que parecía inexpugnable. Al grosor y la altura de las fortificaciones había que añadir que disponían de pozos naturales y, además, que disponían de suministros para pasar varios meses de asedio. Harald permaneció durante varios días buscando alguna brecha, punto débil o resquicio por el que poder atacar… nada de nada. De lo que sí se dio cuenta es de que, durante todos los días que estuvo estudiando aquella fortaleza, cientos de gorriones volaban hacia el bosque para buscar alimento para sus crías y luego regresaban a sus nidos en el interior de la ciudad. Ordenó a sus soldados que capturasen el mayor número de pájaros que pudiesen pero solamente los que salían de la ciudad. Ataron a sus patas pequeños trozos de madera, que previamente habían impregnado con brea y azufre, y les prendieron fuego. Los pájaros, asustados, volaron rápidamente hacia sus nidos. Como la mayoría de estos nidos estaban situados en las cornisas de las casas construidas de madera, paja y otros elementos altamente inflamables, cientos de pequeños fuegos comenzaron a devorar la ciudad. Los habitantes de la ciudad salieron huyendo del fuego y pidiendo clemencia. Harald tomó la ciudad y les perdonó la vida.


Muerte de Harald por una flecha en Stamford Bridge

Estos triunfos le supusieron el reconocimiento del emperador bizantino Romano III, pero Harald creía que había llegado el momento de volver a Noruega y reclamar su trono. El emperador no le permitió partir y Harald, con parte de la Guardia Varega, huyó hacía tierras nórdicas. En 1047, fue coronado Harald III de Noruega. Falleció en la batalla de Stamford Bridge (1066) cuando trataba de invadir Inglaterra.

Extraído del libro “Nunca me aprendí la lista de los reyes godos“

viernes, 2 de enero de 2015

Pueblos originarios: El silbato de la muerte azteca



El estremecedor "Silbato Azteca de la Muerte"
History Channel




Desde que existen las guerras, desde que el humano habita el mundo, se han inventado distintas formas de infundir terror al enemigo, de demostrar poder guerrero o controlar y paralizar la fuerza antagonista. Y no solo se trata de armas: La cultura azteca, pueblo guerrero que extendió sus dominios peleando contra los pueblos lindantes, desarrolló extraños métodos para vencer al enemigo desde lo que ahora podríamos llamar un ataque psicológico. Entre ellos llega hasta la actualidad el Ehecachichtli, también conocido como "silbato de la muerte".



Este instrumento con forma de calavera recibe su nombre del dios del viento, Ehécatl; basta escucharlo una vez, unos segundos, para imaginar lo que podían sentir en carne propia quienes se enfrentaran a los aztecas en el campo de batalla, al escuchar decenas o cientos de estos instrumentos sonar al mismo tiempo, produciendo un grito desgarrador y torturado difícil de olvidar. Los investigadores explican que, además de servir para la guerra, el Ehecachichtli era utilizado también en rituales mortuorios, como una forma de acompañar al difunto en su viaje a la Tierra de los Muertos.
No te pierdas los videos que muestran el funcionamiento y el sonido desgarrador del "Silbato Azteca de la Muerte"

jueves, 1 de enero de 2015

Conquista del Oeste: Pictorial histórico

El Oeste Americano, 150 años atrás

The Atlantic

En los años 1860 y 70, el fotógrafo, Timothy O'Sullivan creado algunas de las imágenes más conocidas de la historia americana. Después de cubrir la Guerra Civil de Estados Unidos, (muchos de sus fotos aparecen en esta serie antes), O'Sullivan se unió a una serie de expediciones organizadas por el gobierno federal para ayudar a documentar las nuevas fronteras en el oeste americano. Los equipos estaban formados por soldados, científicos, artistas y fotógrafos, y la tarea de descubrir las mejores formas de aprovechar los recursos naturales sin explotar de la región. O'Sullivan trajo un increíble ojo y ética de trabajo, la composición de fotografías que evocan la inmensidad del Oeste. También documentó la población nativa americana, así como los pioneros que ya estaban alterando el paisaje. Por encima de todo, O'Sullivan capturado - por primera vez en la película - la belleza natural del oeste americano de una manera que más tarde influiría Ansel Adams y otros miles de fotógrafos por venir. [34 fotos]




1. Un hombre se sienta en un barco de madera con un mástil en el borde del río Colorado en el Cañón Negro, Condado de Mojave, Arizona. En este momento, fotógrafo, Timothy O'Sullivan trabajaba como fotógrafo militar, de los Estados Unidos encuestas sobre geográficas del teniente George Montague Wheeler oeste del meridiano de una centésima. Foto tomada en 1871, desde el campamento de expedición 8, mirando aguas arriba. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso)


2 Pah-Ute (Paiute) grupo indio, cerca de Cedar, Utah, en 1872. (Timothy O'Sullivan / National Archives and Records Administration) #

3 cerros gemelos de pie cerca de Green River City, Wyoming, fotografió en 1872. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

4 Los miembros del equipo de Encuesta paralelo cuarenta Clarence Rey, cerca de Oreana, Nevada, en 1867. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


5 La Pirámide y Domos, una línea de forma de bóveda de toba rocas en Pyramid Lake, Nevada, visto en 1867. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


6 Vista panorámica de tiendas de campaña y un campo identificado como "Campamento de la belleza", torres de roca y paredes del cañón en el Cañón de Chelly National Monument, Arizona. Carpas y, posiblemente, un cobertizo soporte refugio en el fondo del cañón, cerca de los árboles y el astrágalo. Fotografiado en 1873. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


7 Iglesia de la Misión, Zuni Pueblo, Nuevo México. Vista desde la plaza en 1873. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


8 de la tripulación del barco de la "imagen" en Diamond Creek. La foto muestra el fotógrafo Timoteo O'Sullivan, cuarto de izquierda, con otros miembros de la encuesta Wheeler y los nativos americanos, siguiendo el ascenso del río Colorado a través del Cañón Negro en 1871 (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


9 Browns Park, Colorado, 1872. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


10 Shoshone Falls, río Snake, Idaho. Una visión a través cima de las cataratas en 1874. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


11 Un hombre se sienta en una orilla rocosa junto al río Colorado en Iceberg Canyon, en la frontera del condado de Mojave, Arizona, y el condado de Clark, Nevada en 1871. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


12 Vagón cuarto oscuro de Timoteo O'Sullivan, tirado por cuatro mulas, entró en el cuadro a la derecha de la fotografía, llegó al centro de la imagen, y se dio la vuelta, de regreso de la trama. Huellas conducen desde el carro hacia la cámara, revelando la trayectoria del fotógrafo. Foto tomada en 1867, en el fregadero de Carson, parte de Nevada Carson desierto. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


13 La ciudad minera de Gold Hill, justo al sur de la ciudad de Virginia, Nevada, en 1867. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


14 Una inclinación madera equilibrada utilizado para la extracción de oro, en la mina de Illinois en el Distrito Minero Pahranagat, Nevada en 1871. Un coche de mineral montaría en pistas paralelas conectadas a una rueda de polea en la parte superior de las pistas. (Timothy O'Sullivan / Administración Nacional de Archivos y Registros) #


15 En 1867, O'Sullivan viajó a Virginia City, Nevada, para documentar las actividades en el Salvaje y las minas de Gould y Curry en el Comstock Lode, el yacimiento de plata más rica de América. Trabajar novecientos pies bajo tierra, iluminado por un flash improvisado - un alambre de magnesio ardiendo, O'Sullivan fotografió a los mineros en túneles, pozos y ascensores. (Timothy O'Sullivan / Administración Nacional de Archivos y Registros) #


16 El jefe del Cañón de Chelly, mirando las paredes del pasado que se elevan a unos 1.200 metros sobre el suelo del cañón, en Arizona en 1873. (Timothy O'Sullivan / National Archives and Records Administration) #


17 promontorios al norte del río Colorado Plateau, 1872. (/ Archivos Nacionales, Timothy O'Sullivan y Administración de Documentos) #


18 Nativos Americanos (Paiute) hombres, mujeres y niños sentados o de pie y posar en filas bajo un árbol cerca de Cottonwood probablemente Resortes (Condado de Washoe), Nevada, en 1875. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

19 La unión de verde y Yampah Canyons, en Utah, en 1872. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

20 Hace 150 años, fotógrafo O'Sullivan se encontró con esta evidencia de un visitante a Occidente que precedió a su propia expedición por otros 150 años - Una inscripción español de 1726. Este punto de vista de primer plano de la inscripción tallada en la piedra arenisca en Roca de la inscripción (Monumento Nacional del Morro), Nuevo México dice en Inglés: "Por este lugar pasado alférez Don Joseph de Payba Basconzelos, en el año en que se celebró el Consejo del Reino, a su cargo, el 18 de febrero de en el año 1726 ". (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #



21 vida de los aborígenes entre los indios navajos. Cerca de un antiguo Fort Defiance, Nuevo México, en 1873. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #


22 El Cañón de Lodore, Colorado, en 1872. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

23 Vista de la Casa Blanca, ruinas ancestrales Pueblo Nativo Americana (Anasazi) en el Cañón de Chelly, Arizona, en 1873. Las viviendas en los acantilados fueron construidas por los Anasazi más de 500 años antes. En el fondo, los hombres de pie y posan en viviendas en los acantilados en un nicho y en ruinas en el fondo del cañón. Cuerdas de escalada conectan los grupos de hombres. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

24 El "Nettie", un barco de expedición en el río Truckee, oeste de Nevada, en 1867. (Timothy O'Sullivan / National Archives and Records Administration) #

25 Baño del hombre en Pagosa Hot Spring, Colorado, en 1874. (Timothy O'Sullivan / Administración Nacional de Archivos y Registros) #

26 Una vista distante de Santa Fe, Nuevo México en 1873. (Timothy O'Sullivan / Administración Nacional de Archivos y Registros) #

27 Maiman, una india del Mojave, guía e intérprete durante una parte de la temporada en el país de Colorado, en 1871. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

28 Alta City, Little Cottonwood, Utah, ca. 1873. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

29 Catedral de Mesa, Río Colorado, Arizona, 1871. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

30 Big Cottonwood Canyon, Utah, en 1869. Nota hombre y el caballo cerca del puente en la parte inferior derecha. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

31 Formaciones de roca en los Badlands Washakie, Wyoming, en 1872. Un miembro de la encuesta destaca abajo a la derecha para la escala. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

32 Oak Grove, Montañas Blancas, Sierra Blanca, Arizona en 1873. (Timothy O'Sullivan / National Archives and Records Administration) #

33 Shoshone Falls, Idaho, en 1868. Shoshone Falls, cerca de la actual Twin Falls, Idaho, es de 212 metros de altura, y fluye a lo largo de un borde de 1,000 pies de ancho. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #

34 El lado sur de la Roca de la inscripción (hoy Monumento Nacional El Morro), en Nuevo México en 1873. Nota de la pequeña figura de un hombre de pie en la parte inferior central. La característica prominente cerca de un pequeño estanque de agua, y ha sido un lugar de descanso para los viajeros durante siglos. Por lo menos desde el siglo 17, los nativos, los europeos, y los pioneros americanos posteriores tallada nombres y mensajes en la roca mientras se detenían. En 1906, se aprobó una ley que prohíbe otra operación de talla. (Timothy O'Sullivan / Biblioteca del Congreso) #