JAVIER SANZ — Historias de la Historia
Jorge Pérez Troya nació en Torre de Juan Abad (Ciudad Real) en 1916. Con 20 años se vio envuelto en la Guerra Civil, combatió en el Alcázar de Toledo, en el alto de los Leones, en Guadarrama y en el Jarama (como sargento y a cargo de una batería antiaérea).
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Tras el final de la Guerra, 1 de abril de 1939, huye a Francia. Los primeros tiempos son difíciles, ya que Francia los encierra en campos donde las condiciones en las que vivían eran deplorables (hambre, sed, disentería, etc); allí toma contacto con los comunistas y pasa a ser uno más de ellos. Cuando estalla la II Guerra Mundial y Alemania invade Francia, en el 40, se cierran los campos y les ofrecen tres alternativas: enrolarse en la Legión Extranjera, en las Compañías de Trabajo o ser devueltos a España. Jorge decide enrolarse en la Compañía de Trabajo (en concreto en la 211). Estas compañías son utilizadas para trabajar en el campo, en las minas, en los caminos… Mano de obra barata.
Tras el armisticio firmado por Alemania y Francia en junio de 1940, Francia queda dividida en dos: una parte ocupada por los alemanes y la otra “libre” bajo el gobierno del Mariscal Petain (gobierno títere de los alemanes). Su compañía es enviada a Brest, pero él decide que no ayudará a los nazis y escapa. Llega a Burdeos y allí se incorpora a la resistencia, tras algunas acciones de sabotaje le envían a Paris a “combatir” dentro de la Guerrilla Urbana. En 1942 ya dirige uno de los grupos de la guerrilla.
Tras varias acciones de éxito le ordenan atacar el puesto de guardia del Estado Mayor alemán en París. Jorge y su grupo se preparan y durante unos días vigilan los horarios del cambio de guardia. Deciden atacar a la compañía que iba a dar el relevo y, aunque fue todo un éxito, perdió a 11 de sus camaradas.
Jorge se oculta durante unos días pero, como jefe de su grupo, tiene que ir a un “piso franco” donde tenía el armamento. La portera del edificio sospechó del tejemaneje de aquel extranjero. Lamentablemente, para la suerte de Jorge, era la querida de un policía y dio el chivatazo. Cuando Jorge llegó al piso se encontró encañonado por dos policías que se lo llevaron y le dieron una terrible paliza. Casi sin vida, lo abandonaron a su suerte en una celda con otros miembros de la resistencia, entre ellos había comunistas franceses que pudieron conseguir, del exterior, medicinas para curarle. Tras varios días entre la vida y la muerte, es llevado a la cárcel de Fresnes donde permaneció durante dos meses con un panecillo y una sardina salada al día.
A los dos meses los alemanes lo sacan de allí y lo llevan al Castillo de Romainville donde las cosas fueron mucho peor. Al desgaste físico había que añadir el psicológico, pues todas las mañanas eran formados los presos y 15 de ellos eran fusilados. Una de las mañanas le obligaron a coger todas sus cosas y Jorge pensó:
“Hasta aquí hemos llegado”Pero no, todavía tenía que sufrir más. Los “empaquetaron” en un tren cuyo destino era… Mauthausen (Austria). Se convertiría en el preso nº 25.537. Tenían que trabajar en fábricas de armamento cercanas al campo o, como Jorge, en las canteras de granito donde debido al esfuerzo muchos morían. Según sus palabras:
“Había una enorme cantera y nos hacían trabajar de sol a sol para sacar piedras de gran tamaño. Hitler las necesitaba para los monumentos que quería construir en los lugares que iba conquistando“
“veinticuatro horas al día asfixiando (cámaras de gas) a mujeres y a niños“
“Ninguno de los que llegaban sobrevivía y sabías que cuando entraban les esperaba una muerte segura. Las paredes de las cámaras eran de cemento, de gran grosor, y podías ver los arañazos que hacían las personas cuando iban a morir“
Jewish Virtual Library
Jorge Pérez Troya fue uno de los supervivientes de los campos de extermino nazis, pero unas 122.000 personas, sólo en estos campos, fueran asesinadas. Su pequeña venganza tomo cuerpo cuando, tras la liberación, algunos de los supervivientes persiguieron al oficial de más alto rango del campo y le dieron muerte cuando huía. El gobierno francés le concedió la Legión de Honor por méritos durante la resistencia.
Deportados de Mauthausen (Jorge a la izquierda, bajo la flecha)
Un hombre que luchó en una guerra entre hermanos, que tuvo que exiliarse de su país, que padeció la desconfianza y el confinamiento de los franceses a los que luego ayudó en la resistencia contra la ocupación nazi y que sobrevivió a un campo de exterminio… Tendría que ser el símbolo de la RESISTENCIA Y LA FORTALEZA HUMANA.
Sirva este post como mi pequeño homenaje para un héroe casi desconocido (por lo menos para mi).
Fuentes: Documentos RNE (Españoles en la resistencia francesa), Testimonio Jorge Pérez Troya (información y fotos)
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