miércoles, 29 de noviembre de 2023

Guerra contra el terrorismo peronista: La emboscada de Munro




Atentado en Munro de 1972


27 de julio de 1972, En Munro, sobre ruta Panamericana, extremistas emboscan a un patrullero del Comando Radioeléctrico San Martín y asesinan al Cabo Primero Ramón González


Siendo las 9:40 horas de una fría mañana de invierno del 27 de julio de 1972, en la localidad bonaerense de Munro, partido de San Martín, en el Conurbano Bonaerense, un grupo comando de extremistas castroguevaristas integrado por cinco hombres y una mujer (uno de ellos luciendo prendas femeninas), que se desplazaban a bordo de un automóvil Citroën patente B-410.733 y un Dodge 1500, salen al paso de un móvil policial del Comando Radioeléctrico de la Regional San Martín de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que realizaba su habitual recorrido de patrullado en prevención de ilícitos por la ruta Panamericana, logrando sorprender a los cuatro efectivos policiales que viajaban a bordo, abriendo fuego de armas largas y automáticas contra los efectivos policiales, no obstante lo cual, y a pesar de la sorpresa inicial, el personal policial responde el fuego, lo que genera un brutal intercambio de disparos a resulta del cual es asesinado el Cabo Primero Ramón González, e hiriendo de gravedad al Agente Omar Enrique Ibáñez, pero poniendo en fuga a los extremistas a bordo de los mismos vehículos en que se desplazaban, que huyeron con rumbo a la localidad de Tigre, sin poder determinar bajas en sus filas.
Horas más tarde los terroristas se identificaron como pertenecientes al Comando Descamisados Lizaso, de la mafiosa organización terrorista castroguevarista Montoneros-JP, mediante los habituales "partes de guerra" que solían distribuir anonimamente entre los medios de prensa y organismos públicos.



El Cabo Primero González, de 38 años de edad, era casado y padre de dos niños, el mayor de 13 años y el menor de 11, otro hogar argentino quedaba librado a su suerte por las balas terrorista.
Sin embargo, Ramón González no fue víctima esa sola mañana de julio de 1972. La insidia y desidia política argentina, y la cobarde indiferencia de la sociedad, que en su momento golpearon las puertas de los cuarteles militares y las comisarías para que, como corresponde, las Fuerzas Armadas y de Seguridad defiendan a la sociedad a la Nación Argentina de la entonces arrolladora ofensiva terrorista, tan pronto los militares y policías cumplieron con su deber derrotando en guerra a la subversión, asegurando la paz social y garantizando la institucionalidad y democracia de las que aún hoy gozamos en Argentina, se olvidaron, ignoraron o negaron todo el esfuerzo realizado por quienes poniendo la cara y el pecho frente a las balas extremistas, lucharon esa guerra y hasta hicieron el sacrificio supremo de ofrendar su vida en haras de la Patria toda. De ese modo, todos lo caídos en defensa de la Patria y sus instituciones, en defensa de la sociedad, cuando acalló el fragor de las armas fueron bastardeados por aquellos mismos que una vez los necesitaron, y los mártires como el Cabo Primero Ramón González fueron borrados de la historia, para poder así reinsertar y en caracter de víctimas, a los victimarios asesinos miembros de aquella subversión que le hacían la guerra a la Argentina, y son quienes hoy gobiernan políticamente el descarriado destino de nuestro país.



Pero lo más triste, e infame aún, es que hasta la propia institución de la que Ramón González formaba parte cuando dió su vida por la Patria, se encargó de mancillarlo, y borrarlo de la historia, al retirar las placas de honor que con el nombre de todos los efectivos policiales caídos en la Guerra Antisubversiva que les rendía humilde y silencioso tributo a los mismos en los accesos y la vista pública de todas las dependencias policiales de la provincia de Buenos Aires, fueron retiradas por infame orden política de la Gobernación (Scioli), sin que exista resistencia alguna de parte del comando institucional, al extremo que la Jefatura policial del momento ni hizo público el agravio padecido ni presentó su renuncia, siendo tal infamia sostenida por la sucesivas gobernaciones (Vidal y hoy Kiciloff), todas izquierdistas y declaradas abiertamente prosubversivas, pues a ultranza defienden la causa extremista y sus 30.000 mentiras, y siguen mancillado y pisoteando a la institución policial, a sus miembros, la memoria de los caídos, y a la entera sociedad que hoy vive sumergida en una inseguridad que desde 1983 no ha parado de crecer al amparo del poder político, pues parece que la sociedad otra cosa no merece, ya que también olvidó y sigue olvidando a quien se sacrifica por ella, al extremo de dar la vida, como lo hizo el Cabo Primero Gonzalez y miles más, sino que incauta, inconsciente, infame y/o irresponsablemente le sigue otorgando poder político a inmorales que, incluso, en sus filas tienen a terroristas asesinos de ayer, y entre los cuales bien pueden estar gobernando los asesinos de González y tantos otros inocentes argentinos. Así, al Cabo Primero Ramón Gonzalez y a otros 145 efectivos policiales bonaerenses ¡volvieron a eliminarlos, a asesinarlos por segunda vez!
Dijo Napoleón Bonaparte que “Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”, y como advertimos en Argentina se repite la historia que los argentinos no conocen, porque un grupúsculo de delincuentes, sinvergüenzas, apátridas y cobardes se han encargado de borrar la historia hasta donde les fue posible y otros, ¡los más cobardes!, lo han permitido y/o se han empecinado en no recordarla. Pero aquí estamos, y cada vez somos más, los encargados de referescarles la memoria a los argentinos, y de hacerles conocer lo que sucedió a quienes no lo sabían...



CABO PRIMERO RAMÓN GONZÁLEZ, ¡SALUDO UNO!



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