Por Rafael Mariotti
Si fueron los franceses quienes fabricaron los peores tanques de la guerra (el Saint Chamond y el Schneider), debe notarse también que fabricaron, de lejos, el mejor de todos, el Renault FT-17, un vehículo verdaderamente revolucionario que profetizó la forma y las características de los tanques para el futuro, aún para nuestros días. Surgió del deseo de proporcionar a los tanques Standard como el CA 1 un compañero más liviano, diseñado para estar en mejor condiciones que los tanques pesados de explotar las rupturas. Fue un proyecto semi-privado entre el pionero del arma blindada francesa, Estienne, y la empresa francesa Renault.
Este tanque se encuentra entre los más revolucionarios e influyentes diseños de la historia. Fue el primero con armamento en una torreta completamente rotatoria, y su configuración con la torreta arriba, el motor atrás y el conductor al frente se convirtió en un clásico, repetido en la mayoría de los tanques hasta hoy día, tan familiar a nuestros ojos contemporáneos que hoy día solo con dificultad podemos comprender su naturaleza única y revolucionaria.
Los estudios para producir un nuevo tanque liviano empezaron en mayo de 1916 por el famoso fabricante de autos Louis Renault, sin otra razón aparente que la de involucrar al magnate del acero Paul Thomé en sus planes de negocios. Uno de sus más talentosos ingenieros diseñadores, Rodolphe Ernst-Metzmaier fue el real creador del moderno concepto.
Aunque el proyecto era mucho más avanzado que los dos primeros tanques franceses a punto de entrar en producción: el Schneider CA1 y el pesado St. Chamond, Renault tuvo al principio grandes problemas para conseguir su aceptación. Aún después del primer empleo del tanque por los ingleses el 15 de Septiembre de 1916, cuando el pueblo francés reclamó el desarrollo de sus propios modelos, la producción del tanque liviano fue casi cancelada a favor de la del tanque superpesado (llamado luego Char 2C). Irónicamente, era de nuevo su mismo técnico, Ernst-Metzmaier, quien había diseñado este monstruo cuando Renault estaba colaborando con otra empresa, FCM.
Sin embargo, con el incansable aliento del Brigadier General Jean Baptiste Eugéne Estienne (1860-1936), el “Padre de los Tanques”, y los sucesivos dirigentes político-militares franceses que vieron a los tanques livianos como una opción más práctica y realista, Renault pudo al fin continuar con su diseño. Sin embargo, la competencia con el Char 2C habría de durar hasta el mismo final de la guerra, el 11 de Noviembre de 1918.
Luego de muchas demoras burocráticas, los primeros prototipos fueron probados a comienzos de 1917 y fueron un éxito inmediato. Poseían un cierto número de características muy novedosas, como una torreta giratoria de fácil giro – movida manualmente.
El prototipo fue lentamente perfeccionado durante la primera mitad de 1917 pero 2.697 fueron entregados antes del final de la guerra. Al menos 3.177 fueron fabricados en total –y quizá más: algunos estiman tantos como 4.000 para todas las versiones combinadas. Sin embargo, los 3.177 son la entrega total al ejército francés, 514 fueron quizás directamente entregados al ejército norteamericano y 3 al italiano, dando una producción total de 3.694.
Esta torreta hacía que emplear el armamento fuese mucho más flexible y efectivo, y todo el vehículo era considerablemente más ágil y fácil de manejar que sus parientes más pesados, aunque mejor protegidos. Aunque la escasa longitud del vehículo –resuelta en parte con la adición de una cola especial- a menudo hacía difícil el cruce de trincheras, el sistema de orugas con su gran rueda frontal proporcionaba al tanque una buena capacidad para trepar por obstáculos elevados. También probó ser fácilmente adaptable para numerosas versiones (al lado de los modelos básicos ya sea con una ametralladora o con un cañón de 37 mm).
Tanto los franceses como los norteamericanos emplearon el FT 17 durante la Primera Guerra Mundial, y también los ingleses y los canadienses utilizaron algunos, pero como vehículo de transporte y reconocimientos: con el armamento retirado y el orificio delantero abierto, permitía al pasajero una buena visual frontal.
El tanque fue ampliamente empleado por los franceses y americanos en las últimas fases de la guerra. El tanque era barato y bien adaptado para la producción en masa. De hecho, la sola producción fue empleada como un arma en si debido a que se había fijado una meta de fabricar 12.260 (4.400 en EE.UU.) para antes del final de 1919. Esta preocupante perspectiva fue uno de los muchos factores que decidió al Alto Mando Alemán a lanzar las gigantescas ofensivas al todo-o-nada de la primavera de 1918, que a su vez debilitaron su ejército de tal manera que colapsó en el verano de ese año.
El FT-17 en acción
El Renault FT-17 –el término FT siendo un número de producto interno de la Renault, y el 17 el año de su construcción- fue empleado por vez primera en combate el 31 de mayo de 1918, apoyando el ataque de la infantería marroquí en el bosque de Retz, como parte de los esfuerzos por detener la Ofensiva Alemana de Primavera. El siguiente es un extracto de un parte escrito por uno de los protagonistas, capitaine Aubert de la Compañía 304va:
“La señal fue dada, “Avancen”. Luego de unos cientos de metros, de repente ya no había el campo de maíz. Estábamos en campo abierto, no cultivado. Tan pronto como salimos estuvimos sujetos a un nutrido fuego de ametralladoras pesadas dirigido principalmente contra las mirillas y las escotillas. El golpe de las balas contra el blindaje, seguido del chispazo, nos indicó la dirección general del fuego. En nuestro caso provenía de la izquierda. Muchas balas pegaban la camisa blindada del cañón lo que hacía el giro de la torreta difícil. Pero giramos la torreta y allí estaba la ametralladora, a no más de 45 metros de distancia. Nos tomó 5 disparos ponerla fuera de combate, y las orugas completaron el trabajo. Todos los tanques estaban alineados. Todos estaban en acción disparando y maniobrando, lo que significaba que estábamos en la línea enemiga de resistencia”.
El FT-17 era un tanque sencillo, demandando un quinto del costo de producir un tanque mayor, como el Schneider o el Saint Chamond. Esta fue otra de sus grandes ventajas, haciendo posible producirlo en grandes cantidades, lo que posibilitó emplearlos con el método francés de “enjambre de abejas”, que significaba simplemente abrumar las defensas alemanas, específicamente los cañones empleados para defensa anti-tanque.
Se puede notar también su simplicidad en su diseño interno. El interior contenía apenas lo esencial –nótese por ejemplo que el comandante no tiene asiento, sino que emplea una especie de cinta para sentarse.
inserto alqunas imágenes: esquema de interior del tanque, su diseño de colores de camouflage, y 2 fotografías
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