lunes, 21 de septiembre de 2015

SGM: El guardia que se enamoró

El soldado nazi que logró salvar a la mujer judía de la que se enamoró en Auschwitz
ABC.ES / MADRID

El guardia de las SS Franz Wunsch consiguió que Helena Citronova y su hermana evitasen la cámara de gas. Años después ellas declararon a su favor en un juicio
El soldado nazi que logró salvar a la mujer judía de la que se enamoró en Auschwitz
DAILY MAIL


Franz Wunsch y Helena Citronova

Un amor prohibido en el peor lugar de la tierra que tuvo por suerte un final feliz. Y es que, pese a las restrictivas leyes alemanas, que prohibían las relaciones entre arios y judíos, el guardia de las SS Franz Wunsch logró evitar que la judía polaca Helena Citronova y su hermana acabasen en la cámara de gas en plena Segunda Guerra Mundial.

En una ocasión Helena fue obligada a cantar y su voz sedujo a Wunsch, cancerbero del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, que se enamoró perdidamente de ella y la tomó a partir de entonces bajo su protección. Según narró posteriormente la propia Citronova, el soldado la miraba con dulzura, le enviaba galletas e incluso le escribía notas que decían: «Amor. Estoy enamorado de ti».

Citronova, según recoge el rotativo británico «Daily Mail», acogió el cortejo con extrema frialdad, pero poco a poco llegó a enamorarse del soldado. «Con el paso del tiempo llegó un momento en el que de verdad lo amé».

La antigua prisionera, que falleció en 2005 pero cuyo testimonio ha perdurado gracias a un documental grabado por el cineasta Laurence Rees, comenzó a enamorarse después de que Wunsch lograse salvar la vida de su hermana, que había llegado al campo de concentración junto con sus dos hijos.

Cuando Helena y Rozinka tuvieron que abandonar el campo en una de las denominadas «marchas de la muerte», el SS les regaló dos pares de botas de piel y la dirección de su madre en Viena.

«Los niños no pueden vivir aquí», dijo Wunsch
«Le dije que la iban a llevar a la cámara de gas. Él me preguntó su nombre y me dijo que la salvaría, aunque no pudo hacer nada por sus hijos», recordaba Citronova. «Los niños no pueden vivir aquí», dice que le respondió Wunsch, quién consiguió convencer a las autoridades del campo de que dejasen con vida a la hermana Rozinka porque podría serle útil para realizar trabajos forzados.
Las dos hermanas no volverían a verle hasta 1972, cuando el testimonio de ambas en un juicio sería clave para devolverle el favor y salvar su vida. Algo que no les resultó fácil, porque numerosos testimonios le acusaban de ser un guardián sanguinario y estar al menos en una ocasión al mando de una ejecución en una cámara de gas. «Conocer a Helena cambió mi comportamiento. Me convirtió en otra persona», aseguró Wunsch en el juicio.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Argentina: Que dejó la Revolución Libertadora

A 60´ años de la gloriosa Revolución Libertadora 
Por Nicolás Márquez - La Prensa Popular



¿Un gigante de cartón?

Una semana antes de que se consumara la Revolución Libertadora en el histórico septiembre de 1955´, el General Eduardo Lonardi, oficial retirado, sin mando de tropa, sin un programa previamente acordado con sus camaradas de armas (ni siquiera conocía en persona al Almirante Rojas) y sin coordinación alguna con los partidos políticos opositores osó viajar sin custodia en un micro de línea (acompañado de su mujer y su hijo) desde Buenos Aires a Córdoba con su uniforme militar doblado en un bolso de mano y una semana después, regresó a Buenos Aires como Presidente de la Nación. Indudablemente, lo suyo fue una hazaña digna de quedar en los anales de la historia: en ese lapso Lonardi tomó personalmente la Escuela de Artillería de Córdoba, tras ocho horas de desigual combate logró la rendición de la Escuela de Infantería, luego se plantó quijotescamente frente al Ejército leal (que lo quintuplicaba en efectivos) hasta hacerlo hocicar, paralizó al hegemónico Congreso de la Nación, neutralizó al movimiento sindical que días atrás había recibido la orden de del dictador Perón de matar “5 por 1” y se mantuvo imperturbable ante el bombardeo informativo de los medios de comunicación, todos en manos del régimen.

O lo de Lonardi fue una verdadera epopeya o el desmoronamiento de Perón y de todas sus estructuras dependientes fueron al margen del arrojo de Lonardi. Dicho de otro modo: ¿fue Lonardi un súper-héroe o fue Perón un gigante de cartón? Los súper-héroes no existen y en todo caso Lonardi obró inequívocamente como un héroe pero a su vez, Perón demostró que lo que verdaderamente tenía de gigante era su verba: “¡Compañeros!: los jefes de esta asonada, hombres deshonestos y sin honor, han hecho como hacen todos los cobardes: en el momento abandonaron sus fuerzas y las dejaron libradas a su propia suerte. Ninguno de ellos fue capaz de pelear y hacerse matar en su puesto. Compañeros: nosotros, los soldados, sabemos que nuestro oficio es uno solo: morir por nuestro honor; y un militar que no sabe morir por su honor no es digno de ser militar, ¡ni de ser ciudadano argentino!” arengó el bocón el 29 de septiembre de 1951 tras la frustrada rebelión de Menéndez. Pero cuatro años después él mismo escapaba sin morir, sin pelear, abandonando a los suyos y sin el menor gesto de honor. “Si el pueblo no me necesita, como argentino me sentiré más seguro en la cárcel que en ninguna Embajada extranjera. Digo esto no para no atribuirme méritos, sino para hacer resaltar la diferencia que hay entre nosotros y estos opositores a la violeta, que cuando se resfrían se van a una Embajada como exiliados” disparó en 1952. Pero en 1955 buscó desesperadamente escondite en la primera Embajada que le diera cabida: la del Paraguay comandada por su amigo el dictador Strossner.

Sin embargo, lo más curioso de todo este desenlace no son las mentiras y contradicciones en las que con insistencia y habitualidad recurría Perón, sino el hecho de que en septiembre de 1955 él le sobraba estructura política y militar (la proporción entre leales y rebeldes era de 7 a 1) como para haber podido aplastar a la revolución si acaso hubiese tenido verdaderos dones de mando militar y hubiese contado con las suficientes agallas como para asumir la responsabilidad de liquidar a los rebeldes en Córdoba. Vale decir: sin quitarle el menor mérito a los jefes revolucionarios y a sus heroicos hombres (cono el ContraAlirante Isaak Rojas o el General Pedro Eugenio Aramburu), si la misma prepotencia discursiva con la que Perón se pavoneaba desde los balcones la hubiese portado y aplicado como militar y jefe de Estado, muy probablemente el dictador no hubiese terminado escapando tan deshonrosa y miserablemente.

“Mejor que decir es hacer” decía siempre Perón, aunque paradojalmente si analizamos sus dichos y sus hechos notamos que durante los momentos cruciales o decisivos de su trajinada vida política y militar su gallardía acabara siendo oral y en su actuar concreto no hiciera más que desdecirse y/o autodestruirse, obrando como un verdadero gigante con pies de barro o una suerte de Goliat[1] de las pampas.

Es too much!

Perón no sólo obró sin honor ni dignidad durante la Revolución Libertadora sino que tampoco contó con dichos atributos con posterioridad, es decir,  a la hora de reflexionar sobre lo sucedido. En efecto, tras fugarse intentó ensayar de inmediato explicaciones acerca del porqué de su caída, y una de sus primeras ficciones, sostenida el 5 de octubre de 1955 (semana posterior a la Revolución) se la concedió a la agencia norteamericana United Press en donde manifestó que su destitución obedeció a la conspiración desatada por determinados nacionalistas locales que se opusieron a su política “entreguista” para con la petrolera norteamericana Standard Oil: “Las causas son solamente políticas. El móvil, la reacción oligarco-clerical para entronizar el conservadorismo caduco; el medio, la fuerza medida por la ambición y el dinero. El contrato petrolífero, un pretexto de los que trabajaban de ultranacionalistas sui generis”[2]. Es decir, el fugitivo alegaba haber caído por culpa de los chauvinistas que no entendieron su acuerdo bilateral con el capitalismo estadounidense. Argumento raro el de Perón, teniendo en cuenta que posteriormente él mismo inventó que la causa de su caída fue paradojalmente consecuencia de una conspiración del capitalismo estadounidense: “A nosotros no nos volteó el pueblo argentino: nos voltearon los yanquis; y quién sabe si hubiéramos tomado otras medidas: tal vez hubiese venido una invasión como la de Santo Domingo (…) Todo fue orquestado por los Estados Unidos”[3]. Incluso, uno de sus delirios explicativos más intensos sobre esta última “tesis” la brindó Perón en el mes de noviembre de 1955 en Panamá, cuando se justificó ante la prensa diciendo que se fue de la Argentina para evitar una invasión norteamericana y de la “sinarquía internacional”: “P- General, si las fuerzas leales eran superiores a los insurgentes y además el pueblo estaba con Ud. y la CGT pidió armas para defender al gobierno ¿por qué no resistió? – JDP: ¿qué resolvíamos con eso? La sinarquía internacional se nos iba a echar encima más ruidosamente, quizás nos iban a mandar marines (marinos norteamericanos), pudieron haber muerto un millón de argentinos. ¿Qué favor le haríamos al país?”[4]. ¿En qué quedamos?. ¿Lo voltearon los nacionalistas por “cipayo” o lo voltearon los norteamericanos por “anti-imperialista”? Las recurrentes ficciones de Perón no pasan la prueba de la risa, no sólo por sus insalvables contradicciones sino porque en esta última fantasía suya (la de pretender evitar una “invasión norteamericana”), es el propio dictador el que semanas antes de huir le acababa de entregar la explotación del petróleo en bandeja a los Estados Unidos, y luego alegaba haber desistido la lucha para evitar una inminente invasión estadounidense, la cual acudiría en apoyo de la Revolución Libertadora que fue justamente la que días después anuló los contratos petroleros con la Standard Oil norteamericana que solícitamente había firmado Perón!

Sin embargo, meses después, Perón intentó reformular sus risueñas e inconsistentes excusas y para tal fin elaboró un libro auto-justificativo titulado “La fuerza es el derecho de las bestias”, en el cual sostuvo entre otras cosas que él renunció a la presidencia para salvar la refinería de petróleo que amenazaba bombardear la Marina, puesto que para él esa fábrica le despertaba una especial ternura: “yo la consideraba como un hijo mío. Yo había puesto el primer ladrillo” anotó sentimentalmente, siendo que además el bombardeo implicaría “la destrucción de 10 años de trabajo y la pérdida de 400 millones de dólares”[5]. ¿O sea que el jefe militar de una revolución “anti-oligárquica” abandona a sus “descamisados” a merced de los “explotadores” para salvar la integridad de una simple refinería que al cederla iba a ser luego usufructuada no por “su pueblo” sino por los “explotadores oligarcas”? Es decir, por un posterior gobierno “gorila” que por supuesto obraría al servicio del “imperialismo y las clases dominantes”.

Pero como estas estulticias justificativas no encajaban en ningún razonamiento que pretenda tomarse por serio, en ese mismo libro Perón tomó la precaución de completar su frágil explicación con un argumento un poco más elegante al sostener que en verdad se fue para “no derramar sangre” puesto que además él mismo se negó a armar a los obreros para defender su gobierno: “Influenciaba también mi espíritu la idea de una posible guerra civil de amplia destrucción, y recordaba el panorama de una pobre España devastada que presencié en 1939. Muchos me aconsejaban abrir los arsenales y entregar las armas y municiones a los obreros, que estaban ansiosos de empuñarlas, pero hubiera representado una masacre, y probablemente la destrucción de medio Buenos Aires”[6]. ¿O sea que el “macho”, el Primer Trabajador, el “Gran Conductor”, el General de la Nación y el Libertador de la Nueva Argentina tras haberle ordenado a su pueblo “dar la vida en su puesto de combate” y exhortarles “que caigan cinco de ellos por cada uno nuestro” ahora cedía ante la “oligarquía” bajo el argumento postrero de que no querer “derramar sangre” tras negarse otorgarles armar a los obreros que según él estaban “ansiosos de empuñarlas”? Resulta muy curioso este último silogismo pacifista de Perón, puesto que en carta escrita y remitida en 1956 a John William Cooke, el propio Perón escribió exactamente todo lo contrario y encima culpó a sus colaboradores militares de no haberse animado a armar a los obreros: “Tanto Lucero como Sosa Molina se opusieron terminantemente a que se le entregaran armas a los obreros, sus generales y sus jefes defeccionaron miserablemente, sino en la misma medida que la marina y la aviación, por lo menos en forma de darme la sensación que ellos preferían que vencieran los revolucionarios (sus camaradas) antes que el pueblo impusiera el orden que ellos eran incapaces de guardar e impotentes de establecer”[7]. Luego, en su citado libro, Perón argumenta lo mismo que anotó en la carta a Cooke, pero en esta ocasión no culpó a sus militares sino a sus Ministros: “En los primeros días de septiembre (…) Como un reaseguro, propuse a los Ministros movilizar parte del pueblo, de acuerdo con la ley, para la defensa de las instituciones; pero no encontré acogida favorable por consideraciones secundarias, referidas al efecto que una medida semejante podría ocasionar en los Comandos que, siendo leales, se sentirían objeto de una desconfianza injusta”[8] y en reportaje concedido el 12 de junio de 1956 se despacha contra ministros y militares por igual agregando: “Yo no acuso de traidores a mis Ministros, que fueron fieles, pero sí los acuso de haberme impedido usar al pueblo para la defensa, con el tonto concepto de que lo harían las fuerzas militares, que en la prueba demostraron que no valían nada o que no querían defender al pueblo. Ésa es la verdad, dura pero la verdad. Yo debía haberlos destituido, pero desgraciadamente ya era tarde”[9].

Es decir, siempre echándole la culpa a los demás y sin la menor autocrítica, Perón primero anotó que no quiso “derramar sangre” ni “armar a los obreros” y en declaraciones separadas culpó a sus generales y Ministros de no haber tenido éstos la voluntad de aplastar la rebelión ni de haberse animados a armar a los obreros. Pero hay más chivos expiatorios usados por Perón para justificar su derrumbe. En el colmo de la ingratitud, el “Primer Trabajador” en sus memorias grabadas, culpó a su “pueblo trabajador” no sólo de cobardía sino de haber facilitado su derrocamiento: “nuestro pueblo, que había recibido enormes ventajas y reivindicaciones contra la explotación de que había sido víctima desde hacía un siglo, debía haber tenido un mayor entusiasmo por defender lo que se le había dado. Pero no lo defendió porque todos eran ´pancistas´…! Pensaban con la panza y no con la cabeza y el corazón!…Esta ingratitud me llevó a pensar que darles conquistas y reivindicaciones a un pueblo que no es capaz de defenderlas, es perder el tiempo…Si no hubieran existido todas esas cosas que le dan asco a uno, yo hubiera defendido el asunto y…salgo con un regimiento, decido la situación y termina el problema…También me desilusionaron los gremios. La huelga general estaba preparada y no salieron…Entonces llegué a la conclusión de que el pueblo argentino merecía un castigo terrible por lo que había hecho”[10].

En otra ocasión, en una de las fantasías más ocurrentes que Perón haya esbozado para explicar su derrocamiento, se animó a sostener que él defeccionó porque sus propios militares de confianza pretendían matarlo: “Si yo no me hubiera dado cuenta de la traición  y hubiera permanecido en Buenos Aires, ellos mismos me habrían asesinado, aunque solo fuera para hacer méritos con los vencedores (…) de muchos ya tengo opinión formada como traidores, como cobardes y como felones”[11]. Pero curiosamente años después (en 1970) expuso todo lo contrario: “A mí las Fuerzas Armadas no me defeccionaron: sólo un pequeño sector de ellas. Si yo hubiese resuelto resistir no tenía problemas”[12].

No contento con todo este cúmulo de insensateces, más adelante en el tiempo Perón le expuso a su biógrafo Pavón Pereyra que él se fue por culpa de una conspiración pergeñada por el Primer Ministro de Inglaterra Winston Churchill en un contubernio conformado por el judaísmo, la masonería y el Papa: “Aquí es lícito hablar de factores supranacionales. Ya se sabe que el vaticanismo, la masonería y el sionismo aparecen simultáneamente unidos cada vez que se les disputan en las áreas nacionales el predominio del poder del espíritu, del poder político o del poder del dinero” agregando que “Nuestro error básico quizás haya consistido en no considerar a la lucha entablada contra el peronismo como un fragmento de la lucha secular con Inglaterra” resumiendo la componenda como una “vulgar estratagema churchilliana”[13]

De todas sus bromas explicativas, dejamos para el final la que consideramos más ficcionaria y es la que le brindó a Esteban Peicovich en reportaje concedido en Madrid en 1965, en donde la misma persona que se cansó de perseguir, torturar y encarcelar comunistas sostuvo que en 1955 cayó por falta de apoyo del comunismo internacional: “Si en 1954 Rusia hubiere estado tan fuerte como después, yo hubiera sido el primer Fidel Castro de América Latina”[14].

¿Sintetizamos tamaño abarrotamiento de incongruentes mentiras para no marearnos tanto? Tras excusarse de haber huido por culpa de los nacionalistas que lo voltearon como consecuencia de su acuerdo petrolero con el capitalismo estadounidense, Perón acusó luego a los Estados Unidos de haberlo derrocado (inminente invasión que iría en apoyo de los revolucionarios que derogaron el contrato petrolero que precisamente beneficiaba a los norteamericanos). Posteriormente sostuvo que escapó en salvaguarda de su coqueta refinería, la cual al abandonarla dejaba en pleno usufructo a la “oligarquía”. Seguidamente explicó su fuga inventando su pacífica pretensión de evitar derramar sangre al no querer armar a los obreros, pero luego culpó a sus generales de no haberlos armado, responsabilizó del mismo pecado a sus ministros y por último calificó de cobardía y pancismo a los mismísimos obreros por no haberse estos animados a empuñar armas en su defensa.

Pero todos estos divagues no le impidieron sostener a Perón en otra ocasión que a él lo volteó una conjura encabezada por el Primer Ministro inglés al encabezar una sórdida conspiración antiperonista conformada por el Vaticano, la masonería y el judaísmo. Y en el medio de todo este grotesco galimatías también supo perorar conque en verdad ocurrió que sus militares de confianza pretendían matarlo, aunque posteriormente sostuvo que no, que los militares locales jamás lo traicionaron y finalmente, quien fuera un confesado militar mussolinista y perseguidor de comunistas nos ilustró sosteniendo que en puridad él cayó por no contar con el anhelado apoyo soviético, lamentable ausencia que le impidió convertirse en el primer presidente comunista del hemisferio. ¡Es “too much”!. ¿Tanta pirueta verbal para intentar explicar sin éxito que el verdadero motivo de su fuga fue su cobardía?



Fragmento del último libro “Perón, el fetiche de las masas. Biografía de un dictador”. ¿Cómo conseguirlo? Clickeando aca.


[1] De acuerdo con la narración bíblica (1ª de Samuel 17:4-23; 21:9), Goliat  fue un soldado gigante de la ciudad de Gat y paladín del ejército filisteo, que durante cuarenta días asedió a los ejércitos de Israel. En dicha historia fue derrotado y herido porel pequeño  David con una honda y una piedra  y murió decapitado por su propia espada.

[2] Citado en RUIZ MORENO, ISIDORO J: “La Revolución del 55”. Buenos Aires; Claridad, 2013.  Pág.759.

[3] Citado en RUIZ MORENO, ISIDORO J: “La Revolución del 55”. Buenos Aires; Claridad, 2013.  Pág 760.

[4] Grabación de audio citada reproducida en el documental audiovisual “Perón, Sinfonía del Sentimiento”, dirigido por Leonardo Favio. Puede escucharse en internet en el siguiente enlace:



[5] PAGE, JOSEPH A.: “Perón, una Biografía”. Ed Sudamericana de Bolsillo, 1 edición, año 2005. pág 384.

[6] Citado en RUIZ MORENO, ISIDORO J: “La Revolución del 55”. Buenos Aires; Claridad, 2013.  Págs. 759/760.

[7] Citado en Íd., pág. 761.

[8] Los libros del exilio, 1955-1973, Volumen 1, Juan Domingo Perón, Corregidor, 1996 , pág. 72.

[9]Citado en RUIZ MORENO, ISIDORO J: “La Revolución del 55”. Buenos Aires; Claridad, 2013.  Pág.761.

[10] PAGE, JOSEPH A.: “Perón, una Biografía”. Ed Sudamericana de Bolsillo, 1 edición, año 2005. Pág 387

[11] Citado en RUIZ MORENO, ISIDORO J: “La Revolución del 55”. Buenos Aires; Claridad, 2013.Pág. 761.

[12] Entrevista publicada en la revista Triunfo N. 414, 9 de mayo de 1970, en Madrid. Citado en La Revolución del 55   -   Isidoro J. Ruiz Moreno. Buenos Aires: Claridad, 2013. Pág.760

[13] Perón tal como es. Enrique Pavón Pereyra. Editorial Macacha Guemes. 1973, segunda edición. Pág. 125, 126.

[14] PEICOVICH, ESTEBAN: “Hola Perón”; Granica Editor, 2ª edición, Bs.As, 1973, pág. 46.

sábado, 19 de septiembre de 2015

Biografía: Allende ante la caída de su regimen

Allende: "Si quedo herido, pégame un tiro"
El médico Danilo Bartulín, que vivió los últimos momentos del presidente, reconstruye el asalto golpista a La Moneda
JUAN JESÚS AZNAREZ - El País




El palacio de la Moneda ardía por los cuatro costados después del intenso bombardeo golpista y los milicos insurrectos ya asomaban sus fusiles por las esquinas de la calle Morande, convencidos de que ese día, 11 de septiembre del año 1973, habrían de detener al vendepatrias comunista atrincherado en el edificio bajo asedio. En uno de los salones, el presidente constitucional de Chile, Salvador Allende, disparando con la metralleta regalada por Fidel Castro, pidió un último favor a Danilo Bartulín: "Tú has sido mi mejor y más leal amigo. Si quedo herido, pégame un tiro". "Usted es el último que debe morir aquí. Antes moriremos nosotros", le respondió Bartulín.

La traición se había adueñado de la marina en Valparaíso y después de los cuartos de banderas de todo el país. La escuadrilla que atacaba la sede del Gobierno en Santiago efectuó 14 pasadas sobre el edificio donde resistían el presidente y 32 fieles, y las 28 bombas lanzadas por los cazas redujeron a escombros parte de sus instalaciones, y las esperanzas de los combatientes.

"Salvador Allende, con el casco puesto, estaba tranquilo, muy sereno, pero decepcionado"
"¡No voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo"
Allende aceptó la rendición después del bombardeo porque se lo pidieron varios combatientes
Bartulín propuso al presidente pedir la intercesión del Papa para neutralizar los planes golpistas

Las tropas encargadas de expugnar el edificio obedecían al general Augusto Pinochet, que había sido nombrado jefe del ejército por sus méritos en la represión del golpe del 29 de julio contra el Gobierno socialista de la Unidad Popular. Hacia las diez de la mañana del 11 de septiembre, un edecán militar comunicó que Pinochet estaba dispuesto a enviar un vehículo para trasladar al presidente ante su presencia. Danilo Bartulín, entonces con 33 años -médico personal de Allende, su confidente político y amigo del alma, miembro de la dirección del Grupo de Amigos Personales (GAP)-, recuerda la contestación del hombre que perdería la vida sin haber renunciado a la Presidencia. "Dile esto: que un presidente digno recibe en la Presidencia; si quiere parlamentar, que venga él aquí". Nunca pudo hablar con Pinochet, ni con el generalato alzado contra su Administración.

"Allende, con el casco puesto, estaba tranquilo, muy sereno, pero decepcionado. Los edecanes militares de La Moneda le dijeron: 'Mire, todas las Fuerzas Armadas están en el golpe, así que renuncie'. Él les responde: 'Ustedes pónganse a disposición de sus mandos, que yo me quedaré aquí como presidente'. Poco antes transmitiría por Radio Magallanes el discurso de la despedida; el pliego de cargos contra la deslealtad castrense, las ambiciones de la oligarquía nacional y su sometimiento a Washington: '¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo (...). Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor". Allende murió sin saber si su voz había sido escuchada. El bombardeo se anunció para las once y comenzó diez minutos antes del mediodía. "La primera bomba me tiró al piso [suelo] y los cristales me hicieron un corte en la mano", dice Bartulín.

¿Por qué el golpe? "Quizá el proceso de reformas fue demasiado rápido", afirma el médico de Allende, que salvó la vida milagrosamente después de año y medio de detención y salvajes torturas. El exilio le llevó a México 10 años y otros 20 a Cuba, dedicado al comercio exterior.

Salvador Allende había ganado las elecciones de 1970, en coalición con los comunistas y otros partidos menores, y durante los primeros 1.000 días de su mandato ejecutó cambios que levantaron ampollas entre el empresariado y la burguesía militar y civil: nacionalizó la banca, estatalizó los sectores claves de la economía y ejecutó una redistribución agraria que en un solo año expropió más de dos millones de hectáreas. Estados Unidos, todavía en guerra fría con la URSS, bajó el pulgar. Richard Nixon ocupaba la Casa Blanca; Henry Kissinger, el Departamento de Estado, y George Bush, padre, estaba al frente de la CIA. "Imagínese el trío", subraya Bartulín. La ultraizquierda oficialista también presionaba para imponer sus políticas en el precario Gobierno de la Unidad Popular.

Los efectos de la pinza nacional y extranjera, y la complicidad de los sectores de la Democracia Cristiana que supieron de la conspiración cuartelera, fueron fulminantes; también pesó la decisión de Allende de comunicar a Pinochet, en quien confiaba entonces, de su decisión de convocar un plebiscito sobre su mandato. Los conjurados aceleraron la insurrección para impedirlo. "La mañana del bombardeo, Allende nos reunió a todos en el salón de conferencias y ceremonias de La Moneda. Estábamos unas 60 personas, pero nos quedamos 33. Nos dijo: "Tiene obligación de quedarse conmigo solamente mi guardia personal y, si quieren, todo aquel que tenga un arma y sepa disparar". Danilo Bartulín era uno de los jefes de la guardia personal. Usaba pistola. Aquel día llevaba dos. Los helicópteros ya ametrallaban el pétreo palacio neoclásico inaugurado dos siglos atras. "Allende dice: 'Vamos a buscar los sitios de defensa: los balcones, las ventanas, donde se pueda disparar". Bartulín se despidió por teléfono de sus tres hijos, de diez, nueve y ocho años. "Papá, ¿y la guardia de palacio?, ¿y los generales amigos?". No los había.

El presidente y su colaborador se cobijaron entre dos gruesos muros, cerca de la cocina. "Allende me pide un pedazo de pan. Le doy el pedazo de pan, y como había unos pollos troceados, le dije: 'Doctor, voy a cocinar porque a lo mejor no bombardean nunca'. Lo hicieron pronto. La escuadrilla de Hawker Hunter bombardeó a placer al filo de las doce y durante media hora. Los dos amigos, que se habían hermanado políticamente desde los años de activismo universitario, se acurrucaron juntos para guarecerse de los impactos y ondas expansivas que derrumbaron paredes y activaron incendios en los cuatro puntos cardinales de la edificación gubernamental. Los sitiadores lanzaron bombas lacrimógenas, los sitiados se colocaron las máscaras antigás, y la gente con instrucción castrense disparó bazucas y ametralladoras pesadas sobre el escuadrón de blindados desplegado por los accesos de La Moneda. Bartulín cita al presidente impartiendo órdenes, dispuesto al martirio por la causa: "¡Que todo el mundo dispare. No hay rendición!".

Las bombas no mataron, pero su efecto fue demoledor sobre el ánimo de algunos leales. Doce días antes, el presidente se había reunido con dirigentes de la Democracia Cristiana, en casa del cardenal Raúl Silva, para tratar de evitar el alzamiento. Salió de la reunión abatido: "Esa gente no quiere nada". Todo indica que los democristianos ambicionaban la presidencia de la república, de manos de los militares, para Eduardo Frei Montalvo. El fiel asesor de Allende, el colaborador al tanto de sus entrevistas, agenda y cavilaciones, tuvo una idea para abortar la asonada: movilizar a la opinión pública internacional. "Doctor, nos está quedando una única salida. Usted toma un avión y se va a la Cumbre de Argel [Conferencia del Movimiento de los Países No alineados], y luego se va a Roma y habla con el Papa", le aconsejó Bartulín. Allende había sopesado esa opción, y, durante una semana, un avión estuvo listo para despegar hacia Argel, pero los partidos no autorizaron el viaje del presidente al extranjero.

"Después del bombardeo llega un momento en que la gente que estaba en La Moneda me pide que hable con el presidente para que se rinda", revela Danilo Bartulín, por primera vez, durante la conversación con este periódico para reconstruir las últimas horas de Allende. El médico Arturo Girón, y Eduardo Paredes, ex jefe de la policía civil, junto con el responsable militar del GAP, conocido como Carlos, piden a Bartulín que convenza a Allende de la inutilidad de la resistencia. La Moneda era una pira, y el agua de las cañerías reventadas por la metralla caía por las escaleras e inundaba los salones y estancias de palacio, sometido a fuego cruzado. No había por dónde disparar, y los militares estaban encima. "Presidente, me hablaron para decirme que perder una batalla no es perder la guerra, y que la situación es insostenible. Allende me dijo que sí, que aceptaba la rendición". Los médicos atan un delantal blanco a una escoba y lo enseñan por una ventana. No hubo tiempo para más. Los pelotones irrumpen por la puerta del número 80 de la calle Morande. Bartulín es detenido porque se encontraba junto a ese acceso y, boca abajo, es molido a culatazos. Allende se batía en la segunda planta, y el general Javier Palacios fue a por él. Afirmó que se había suicidado. "Cualquier versión es defendible, también la del asesinato. No hay testigos presenciales", subraya Bartulín. El posterior calvario del joven chileno de origen yugoslavo que jugaba al ajedrez con Allende hasta la madrugada, que fue su mensajero en tareas políticas confidenciales y que estuvo a su lado hasta el final, sí tuvo testigos. Durante meses le aplicaron corrientes eléctricas desnudo sobre un jergón, simularon su fusilamiento, le reventaron a golpes y mil veces creyó morir a manos de unos verdugos que disfrutaron supliciándole: "Tenías que haber envenenado al Chicho [Allende]. Serías famoso". La única notoriedad ambicionada por Danilo Bartulín fue la resultante de su lealtad al legado de Salvador Allende, del que nunca abdicó.

viernes, 18 de septiembre de 2015

La Venezuela fascista homenajea culturalmente a Chavez

El nacimiento y muerte de Chávez, efemérides obligatorias en la escuela
Las asociaciones educativas opositoras han dicho que la decisión podría favorecer el proselitismo político en las aulas
ALFREDO MEZA - El País


Hugo Chávez en la Asamblea General de la ONU en 2006. / M. SEGAR (REUTERS)

Con el nombre de Hugo Chávez se fundan barrios de invasiones y se nombran autopistas recién inauguradas por sus sucesores. En los nuevos libros de texto de historia se dedican varias páginas a su carrera. Y desde el próximo año escolar, que comienza a mediados de septiembre, las fechas de su nacimiento y muerte, el 28 de julio y el 5 de marzo, serán una efeméride de obligatorio cumplimiento en las escuelas venezolanas, según una reciente resolución del Ministerio de Educación.

La decisión, publicada en la Gaceta Oficial del 4 de septiembre, es una apuesta más por convertir al líder de la autodenominada revolución bolivariana en un nuevo prócer venezolano. Las asociaciones civiles educativas opositoras al Gobierno han dicho que es una decisión que no ha sido consultada y consideran que la medida favorecerá el proselitismo político en las aulas.

Según el decreto, los alumnos deberán presentar un tema durante la semana de celebración del personaje (Chávez), y efectuar actividades alusivas a él. El personal directivo de la escuela es responsable de garantizar los actos sin que ello implique que sea un día festivo.

Civiles sobresalientes

La decisión es coherente con la línea chavista de rescatar a civiles con trayectoria destacada. Entre ellos está el inventor de la vacuna contra la lepra, Jacinto Convit, y figuras que considera como sus abrevaderos: Ezequiel Zamora, protagonista de la Guerra Federal (1859-1963) e impulsor de la reforma agraria; mártires comunistas como Alberto Lovera, asesinado por la policía política durante el gobierno de Raúl Leoni; o el expresidente nacionalista Cipriano Castro (1899-1908), quien se enfrentó al bloqueo de Alemania, Inglaterra y otras potencias por el impago de su deuda externa. Castro pronunció una frase muy usada por el expresidente Chávez contra Washington: “La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria”.

Algunos historiadores consideran que aún es muy pronto para evaluar el impacto del legado de Chávez. Durante los gobiernos que antecedieron al fallecido presidente, entre 1958 y 1998, los libros de historia desarrollaban los hitos más destacados del período presidencial y se mencionaba al presidente de turno como uno de sus artífices. En el calendario de efemérides chavista ninguno de ellos está presente.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Subversión: Levinas sigue discutiendo con el doble agente

Levinas contraatacó a Verbitsky y ratificó sus vínculos con la Dictadura
El autor de “Doble Agente” sostuvo que el Perro trabajó para la Fuerza Aérea entre 1978 y 1982 y lo acusó de montar operaciones contra el libro. 



Levinas cuestionó el editorial de Verbitsky y una nota del Buenos Aires Herald con testimonios favorables a su postura del ex comandante de la Fuerza Aérea Argentina, Omar Domingo Rubens Graffigna. | Foto: Dyn

Nuevos cruces reavivaron polémica entre los periodistas Horacio Verbitsky y Gabriel Levinas. El autor de “Doble Agente” salió a denunciar “una operación montada” por el columnista de Página/12 en una maniobra que “delata su desesperación y confirma sus métodos de topo servicial”.

Levinas volvió a acusar al Perro de haberle “hackeado sus computadoras y mensajes privados” con la eventual ayuda de “esbirros del ex jefe del Ejército, general César Milani,”. Es por ello que el periodista de radio Mitre aseguró que Verbitsky accedió al contenido antes de que llegara a la editorial.

A su vez, Levinas cuestionó el editorial de Verbitsky y una nota del Buenos Aires Herald con testimonios favorables a su postura del ex comandante de la Fuerza Aérea Argentina, Omar Domingo Rubens Graffigna, “quien negó que Verbitsky hubiere participado en la elaboración de sus discursos en los años de la dictadura”.

Polémica por los supuestos vínculos de Horacio Verbitsky con la dictadura militar
Y aseveró que en el libro no indicó que “Verbitsky conociera personalmente o trabajara directamente con Graffigna, sino que colaboraba con el “Cadete” Juan José Güiraldes, que era quien mantenía la relación con el Comando en jefe de la FAA y redactó los discursos de cuatro sucesivos comandantes”.

“En el libro demostramos, con evidencia física irrefutable, que Verbitsky manuscribió 34 páginas que en gran parte fueron incorporadas a un discurso que Graffigna pronunció el 10 de agosto de 1979 en Jujuy, en ocasión del día de la Fuerza Aérea. Verbitsky colaboraba entonces con Güiraldes, un comodoro retirado pero de activo vínculo con la FAA, de la que era un ideólogo e intelectual influyente en la alta oficialidad militar, con la que nunca cortó relaciones, aunque mantuvo disensos en torno de la represión, que aconsejaba realizar por medios legales”, señaló Levinas en el sitio web Plaza de Mayo.

“Verbitsky busca pintar a Güiraldes, viejo conocido y protector suyo, con el que participó en el derrocamiento del gobierno de Illia desde la revista Confirmado (Güiraldes como Director, Verbitsky primero como Secretario y luego Jefe de Redacción) como un militar retirado en 1951, de nulos vínculos con la dictadura y de pintoresca afición a la tradición: una suerte de militar gaucho que bailaba malambo”.

Perfil

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Una nueva teoría del antisemitismo de Hitler

La comprensión del Antisemitismo de Hitler 
No se trataba de nacionalismo alemán, el historiador, Timothy Snyder argumenta. Se trataba de todo el mundo.


Georg Pahl / Wikimedia
   
EDWARD DELMAN - The Atlantic

El título evocador del nuevo libro-Negro Tierra de Timothy Snyder: El Holocausto como Historia y Advertencia-es una referencia a la tierra fértil de Ucrania, donde Adolf Hitler esperaba establecer Lebensraum o "espacio vital" para la raza alemana. Y sin embargo, también podría ser visto como una alusión a lo que Snyder argumenta es la importancia subestimado de la ecología en la cosmovisión de Hitler. Snyder, profesor de historia en la Universidad de Yale, está construyendo en su libro de 2010, Bloodlands: Europa entre Hitler y Stalin, que puso de relieve la devastación visitado a menudo ignorado, pero enormemente consecuente frente oriental de la Segunda Guerra Mundial. Pero mientras Bloodlands examinó nazi y atrocidades soviéticas en Europa del Este, Negro Tierra viaja dentro de la mente de Hitler sí mismo una mente de la que surgió el asesinato de 6 millones de Judios.

En Tierra Negro, la búsqueda de Hitler por espacio vital se coloca en un contexto global. Snyder, por ejemplo, afirma que Hitler fue inspirado en parte por los espacios abiertos del oeste americano, citando al líder alemán como quejándose, "Ni el espacio de vida actual ni que logra a través de la restauración de las fronteras de 1914 nos permite llevar una vida comparable a la del pueblo estadounidense ". El libro se centra en el papel integral que el Estado y sus instituciones juegan en la determinación de la eficacia del genocidio de Hitler. ¿Dónde fueron destruidos estados, Judios fueron asesinados; donde el Estado se mantuvo intacta, Judios podía encontrar algún tipo de protección en las burocracias y los pasaportes. Fue en las regiones sin Estado de Europa del Este, donde los nazis fueron capaces de experimentar y calibrar la solución final, que luego trataron de exportar hacia el oeste.

Una de las partes más reveladoras del libro es el diagnóstico de Snyder de la visión del mundo deformado de Hitler. Y hoy es quizás el más relevante en medio de un intenso debate, en las páginas de El Atlántico y en otros lugares, sobre si los líderes iraníes son antisemitas y si se puede contar para llevar a cabo la política exterior racional dada su deseo profesado eliminar a Israel como un Estado judío. "Creo que la ideología [del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei] está llena con el antisemitismo, y si pudiera, sin costos catastróficos, infligir un gran daño a Israel, estoy seguro de que lo haría", el presidente estadounidense Barack Obama dijo a El Atlántico Jeffrey Goldberg en agosto, en la defensa del acuerdo nuclear con Irán. "Pero ... ¿es posible que los líderes o regímenes para ser cruel, intolerante, trenzado en sus visiones del mundo y todavía hacen cálculos racionales con respecto a sus límites y su instinto de conservación."

Hitler se representa a menudo como el prototípico totalitario, un hombre que creía en la superioridad del estado alemán, un nacionalista alemán hasta el extremo. Pero de acuerdo con Snyder, esta representación es profundamente defectuoso. Más bien, Hitler era un "anarquista racial", un hombre para el que los estados eran transitorios, leyes sin sentido, la ética de una fachada. "No, de hecho, no hay manera de pensar sobre el mundo, dice Hitler, lo que nos permite ver los seres humanos como seres humanos. ¿Alguna idea de lo que nos permite ver unos a otros como seres humanos ... venga [s] de Judios, "Snyder me dijo en una entrevista. Como Snyder ve, Hitler creía que la única manera para que el mundo vuelva a su orden natural de que racial brutal competencia era erradicar los Judios.

La semana pasada, hablé con Snyder largo y tendido sobre la naturaleza y la importación de ecológica antisemitismo de Hitler; el espectro de sentimiento anti-judío en Europa durante los años 1930 y 1940; la intersección entre el antisemitismo y la racionalidad, y si la cuestión de la racionalidad es todavía vale la pena considerar. Una transcripción editada y condensada de la conversación sigue.

Edward Delman: En su libro, le ofrecen un retrato de Hitler como un estratega brillante, pero que opera sobre la base de una cosmovisión verdaderamente retorcida en torno a la lucha racial. Sólo así podemos establecer el marco: ¿Cuál diría que eran los principios básicos de la cosmovisión de Hitler, y ¿qué significa esto para la forma en que ve la idea de nación-estado, o la ética y otros principios universalistas asumimos como se da?

Timoteo Snyder: Así que lo que Hitler hace es que se invierte; que invierte toda la manera en que pensamos acerca de la ética, y para el caso toda la manera en que pensamos acerca de la ciencia. Lo que Hitler dice es que el pensamiento, ya sea abstracto es normativo o ya sea científica-es intrínsecamente judío. Hay, de hecho, no hay manera de pensar sobre el mundo, dice Hitler, lo que nos permite ver los seres humanos como seres humanos. ¿Alguna idea de lo que nos permite vernos como seres humanos si que es un contrato social; si se trata de un contrato legal; si se trata de la solidaridad de la clase trabajadora; si se trata de Cristianismo, todas estas ideas provienen de Judios. Así que la gente sea la gente, para que la gente vuelva a su esencia, para que ellos representan a su raza, como Hitler ve las cosas, hay que despojar todas esas ideas. Y la única manera de despojar todas esas ideas es erradicar los Judios. Y si a erradicar los Judios, entonces el mundo vuelva a encajar en lo que Hitler ve como su primigenia, estado correcto: Carreras luchas uno contra el otro, matar unos a otros, de hambre entre sí hasta la muerte y tratar de tomar tierra.

Delman: Y eso es un mundo bueno a Hitler?

Snyder: Sí, eso es lo único bueno. Es un universo muy oscuro, vacío. Quiero decir, eso es como Hitler describe a sí mismo. Realmente no hay valores en el mundo a excepción de la cruda realidad de que hemos nacido con el fin de tomar las cosas de otras personas. Y así Hitler ve la única cosa buena como la eliminación de los Judios que pervierten, como él dice, la naturaleza humana y la naturaleza física.

Delman: Y eso es lo que quieres decir cuando dices que Hitler vio a los Judios como ecológico o planetario amenaza de que estaban dañando verdaderamente existencialmente el planeta con sus ideas y sus intentos de invertir el orden natural. Usted dijo que eran "un-naturaleza."

Snyder: Sí, así unnatur es en realidad un término que se utiliza a Hitler, y yo creo que es un término realmente diciendo. Creo que llega al corazón de la cuestión. Cuando pensamos en el antisemitismo, empezamos desde cero, ¿no? Pensamos en perjuicio de todos los días. Creemos que se trata de discriminación. Pensamos en la separación de los Judios de otras personas.

Lo que estoy tratando de hacer es empezar de arriba hacia abajo, y decir que la cuestión fundamental no es que Hitler fue más de un antisemita que otras personas. No es una cuestión de a encender las muescas y levantarse a un nivel superior del antisemitismo. Es toda una visión del mundo, en el sentido literal del mundo. Él ve a los Judios como lo que destruye el mundo, que infecta el mundo. Se utiliza el término "peste" en este sentido, los Judios han infectado el mundo. Han hecho el mundo no sólo impuros en algún tipo de sentido metafórico-él realmente en serio. Y lo que la única manera de purificar el mundo, para que las cosas vuelvan a la forma en que se supone que deben ser, tener una ecología natural, volver a esta lucha entre razas, que piensa que Hitler es lo natural única manera de hacerlo es eliminar físicamente a los Judios.

Delman: ¿Cómo llegar a este análisis de Hitler? ¿Está construyendo sobre literatura académica previa para formar este diagnóstico? O estás trabajando fuera de nuevas fuentes?

Snyder: Comenzó con una intuición, que en realidad era presente en mi libro anterior, en Bloodlands: que la ecología era mucho más central en el pensamiento de Hitler de lo que habíamos dado cuenta. Y eso fue sólo una intuición de la práctica, de mirar a lo que Hitler hizo realidad. Y otra intuición, que era que la destrucción del Estado era muy importante. En la práctica, como argumento en el libro, Judios mueren cuando se destruyen los estados.

Así que esos eran intuiciones, pero luego volvieron y releer [manifiesto de Hitler] Mein Kampf, y releer el segundo libro, y leer todas las principales fuentes primarias de Hitler, y yo estaba realmente sorprendido por la claridad con estas ideas vinieron de fuera que, De hecho, muy explícitamente un pensador ecológica de Hitler, que el nivel planetario es el nivel más importante. Esto es algo que se dice desde el principio de Mein Kampf, todo el camino a través. Y del mismo modo, me llamó la atención que Hitler dijo explícitamente que los estados son temporales, las fronteras estatales serán lavados en la lucha por la naturaleza. En otras palabras, la anarquía que él crea en realidad existe en la teoría desde el principio. Él dice que desde el principio, lo que tenemos que hacer es destruir a los Judios; despojar las creaciones políticas artificiales que los Judios son responsables de; y dejar que la naturaleza siga su curso justo. ¿Y qué quiere decir con el curso de la naturaleza es [que] las razas más fuertes destruyen las razas más débiles. ...

"Hitler vio la única cosa buena como la eliminación de los Judios que pervierten, mientras lo decía, la naturaleza humana y la naturaleza física."
Delman: Todos pensamos de Hitler como el nacionalista prototípico, y ser uno que utilizó el nacionalismo y era un ferviente nacionalista en su propio derecho, pero de acuerdo con usted, Hitler no cree en el Estado como institución. Él piensa que es una abstracción, posiblemente incluso una invención judía. Sólo cree en la carrera. Así, en su opinión, ¿cuál fue la relación de Hitler con el estado-nación alemana?

Snyder: ... [S] i pensamos que Hitler era un nacionalista, pero más aún, o simplemente autoritario, pero más aún, nos falta la capacidad para el mal del todo. Si Hitler acababa de ser un nacionalista alemán que quería gobernar sobre los alemanes, si no era más que un autoritario que quería tener, el estado del Holocausto no podría haber ocurrido un fuerte. El Holocausto podría suceder porque era ninguna de esas cosas. En realidad no era un nacionalista. Era una especie de anarquista racial que pensaban que lo único bueno en el mundo era de carreras para competir, por lo que pensó que los alemanes probablemente ganar en una competición racial, pero no estaba seguro. Y en lo que a él se refería, si los alemanes perdieron, que también estaba bien. Y eso no es una opinión de que un nacionalista puede contener. Creo que un nacionalista no puede sacrificar todo su pueblo en el altar de la idea de que tiene que haber competencia racial, que es lo que hizo Hitler, y eso es lo que le hacía diferente de un nacionalista rumano, o un nacionalista húngaro, o lo que sea. Al final de la guerra, Hitler dijo: "Bueno, los alemanes perdieron, eso sólo demuestra que los rusos son más fuertes. Que así sea. Ese es el veredicto de la naturaleza. "No creo que un nacionalista diría eso.

Y con el estado, si todo lo que es aún más importante. Hitler no tanto hacer que el estado alemán más fuerte como preparar el estado alemán de ser un instrumento para la destrucción de otros estados, que es lo que la SS [organización paramilitar nazi] hace, y lo que los campos de concentración son modelos para. Y en la medida en poder alemán alcanza hacia afuera, a partir de 1938, y destruye Austria, Checoslovaquia y Polonia, y luego trata de destruir la Unión Soviética, se crea una zona donde es posible la escalada de la Solución Final. Y de nuevo, eso es sólo-posibles matar Judios sólo es posible, porque los estados son destruidos. Y la idea de que al final, lo cual no es cierto, por supuesto, ... [es que] esta lucha racial va a transformar con el tiempo la raza alemana hasta que habrá algún tipo de revolución final al final. Eso, por supuesto, nunca sucede.

Delman: En su opinión, el antisemitismo y la creencia de Hitler eran todos completamente genuina? No eran una estratagema cínica para jugar fuera de frustraciones populares y consolidar el poder?

Snyder: Es al revés. Así, Hitler utiliza frustraciones populares para llegar al poder. Él usa la Gran Depresión para llegar al poder. Se presenta precisamente como un nacionalista alemán que se va a poner la economía alemana va, que va a traer alemanes dentro de las fronteras de Alemania. Así es como se presenta a sí mismo, pero eso es una mentira. Está bastante manipular conscientemente sentimiento nacional alemán para llegar al poder y después de comenzar la guerra, que él piensa que va a transformar a los alemanes, por así decirlo, de una nación en una carrera. Así que él es consciente de que el nacionalismo alemán es una fuerza en el mundo, pero que acaba de utilizarlo con el fin de crear el mundo que quiere, que es este mundo de la lucha racial. Y en realidad es bastante explícito al respecto, que es bastante sorprendente. Así que él sabe que los alemanes se preocupan por Alemania, pero no lo hace. En realidad sólo quiere manipular a su apego a Alemania a tirar hacia fuera en esta lucha, que purificarlos y así sucesivamente.

Delman: Tienes este líder de una gran potencia. Es un racial anarquista que no cree en la validez de los estados, o leyes, o la ética, o incluso la historia, y los reclama, ya sea como mentiras judías o abstracciones que se interponen en el camino de la "ley de la selva", como lo pones y como él decía. En su opinión, es posible que un líder que piensa de esta manera jamás ser racional? Podrían entender causa y efecto y el costo-y-beneficio?

Snyder: ... Es cierto a nivel táctico que era bastante racional, porque era capaz de decir: 'Mi meta está llegando al poder y comenzar esta guerra ", y luego fue capaz de hacer las cosas de manera racional para alcanzar esa meta, incluyendo apisonado por la expresión de sus propias opiniones. Así que está claro que era políticamente racional, o que estaba medios y fines racionales. Si él pudiera ver el mundo de una manera totalmente racional-no yo diría que no.

Pero el problema es que usted no tiene que ver el mundo de manera racional a ser muy poderosa, y de hecho ciertos tipos de formas circulares de ver el mundo, como el antisemitismo, puede informarle día a día. Pueden seguir jugando, que pueden aportar en la población a pesar de que no son realmente ciertas. Usted puede crear lo que Hannah Arendt habla de "un mundo ficticio" -nos utilizar la frase de hoy "realidad alternativa" para significar lo mismo. Puede crear este mundo ficticio en el que vive, y que le guía y que permite que usted se mueva hacia adelante. De hecho, incluso puede ser una fuente de su éxito. Así, en diciembre del '41, cuando Hitler se enfrenta a esta alianza inmejorable básicamente de los británicos, los estadounidenses y los soviéticos, se interpreta que, como la conspiración internacional judía, que por supuesto no lo era, los Judios no tenía nada que ver con eso en absoluto. Pero él lo interpreta de esa manera, y él dice: 'Ah-hah! Esto es lo que siempre he dicho, que todos los poderes del mundo están controlados por los Judios, por lo que están haciendo cola frente a nosotros ", y después de que se convierte en un argumento a favor de la escalada de la Solución Final. Así que el mundo ficticio proporciona argumentos que luego utiliza para cambiar el mundo real, porque es en ese punto que la solución final se convierte en una política de total de matar a todo lo largo de Europa.

"Si pensamos que Hitler era un nacionalista, pero más aún, o simplemente autoritario, pero más aún, nos falta la capacidad para el mal del todo."
Delman: [de Hitler] acciones durante los primeros seis años [antes de que él invadió Polonia] -se pusieron en marcha las Leyes de Nuremberg y otros actos de discriminación, pero también, como usted ha dicho, trabajaron para construir el Estado alemán. ¿Estás diciendo que esas políticas nacionales y extranjeros fueron parte de esta estrategia para preparar el estado alemán de esta guerra, que luego llevaría a la lucha racial?

Snyder: ... Lo que estoy tratando de sugerir en este libro es que Hitler, [lugarteniente de Hitler Heinrich] Himmler, fueron en realidad no pensar sólo en la transformación de Alemania. Ellos estaban pensando principalmente acerca de la futura revolución, lo que sería posible una vez que se inició la guerra. Y si nos fijamos en los años 30 en que la luz, entonces todo empieza a hacer mucho más sentido. La enorme Wehrmacht [ejército alemán] tiene sentido como un instrumento para destruir a otros ejércitos. El SS tiene sentido como un instrumento para destruir a otros estados. Los campos de concentración tienen sentido como un modelo de cómo se va a descartar otros estados una vez que usted ha conseguido deshacerse de sus instituciones y declaró esas instituciones nunca existieron y nunca tuvo alguna validez.

Así como yo lo veo, no es tanto que Hitler construyó el estado alemán en un sentido convencional. Construyó esta nueva capacidad de imponer una visión del mundo racial en otros países. Y la paradoja es que él no podía hacerlo en Alemania. Quiero decir, ¿qué pasó con Judios alemanes era terrible, pero Judios alemanes no eran en realidad matado en números significativos en la Alemania de la preguerra. El total es de un par de cientos. Judios sólo podía realmente matar a Hitler una vez que se llevó a cabo de la caja de Alemania y usa este poder racial alemana que ha creado en los últimos seis años para acabar con otros estados. Es en ese momento que son posibles todo tipo de cosas en los otros estados. Pero también, a continuación, puede enviar Judios alemanes del este, a lugares como Minsk o Riga donde has acabado con el orden político, y hacer que se mataron. Esa es una de las cosas que creo que los historiadores del Holocausto tienen que explicar. Claro, hay un montón de antisemitismo en, por ejemplo, Viena, pero los Judios de Viena fueron asesinados en Bielorrusia. ¿Porque es eso? Y la respuesta es que el Estado alemán no podía realmente asesinarlos dentro de Alemania, no en grandes cantidades. Para llevar a cabo asesinatos en masa, se tuvo que crear primero esta zona de anarquía en el este y luego tomar físicamente los Judios y enviarlos por ahí. ...

Delman: Usted mencionó que la Alemania nazi no era el único régimen antisemita en el poder en el momento-Polonia, Hungría y Rumania fueron todos gobernada por regímenes antisemitas. ¿Cómo polaco oficial el antisemitismo, por ejemplo, difieren de Hitler, y cómo afectó eso su toma de decisiones y las políticas?

Snyder: Así que en el caso nazi, que tiene un líder que es mucho más radical que su población, ¿no? El objetivo de Hitler es difundir el antisemitismo dentro de la población alemana, y tiene éxito en hacer eso, pero él llega al poder mucho más radical que la población, y que llega al poder en parte por ocultando lo antisemita que es.

En Polonia, tiene algo así como la situación opuesta. ... El gobierno es menos antisemita que la población, y para el gobierno anti-semitismo es un tipo de problema, y ​​que es un problema en una época de la Gran Depresión, no nos olvidemos, cuando el desempleo rural en Polonia fue superior a 50 por ciento y un montón de gente en Polonia en realidad querían irse. No sólo los polacos, no sólo los Judios, pero los campesinos de hecho principalmente polacos, pero [que] podría no porque la inmigración mundo era tal, las leyes estadounidenses eran tales, que nadie podía realmente ir a ninguna parte. Y, por supuesto, Judios no podía ir a Palestina tampoco. Así que todo el mundo estaba atrapado donde estaban. Y el gobierno polaco intenta manejar este problema, que nadie puede emigrar y que no es muy considerable local de antisemitismo por esta política pro-sionista, mediante el apoyo de derecha sionistas, mediante la formación de ellos, para que puedan trabajar en contra de la británico en Palestina con el objetivo de crear una especie de estado judío, por lo que en los relativamente cortos millones de ejecución de Judios polacos pueden ir allí.

Ahora, creo que es interesante en sí mismo, pero el contraste con Alemania tiene que ver con el estado. Los nazis están pensando que el Estado no es realmente una entidad una vez que tengamos nuestro camino vamos a acabar con ellos. Los polacos están pensando en términos de estados. Esto no es para decir que estaban bien o lo que sea- [sólo eso] que estaban pensando mucho más convencional. Estaban pensando, 'OK, si hay Judios, entonces una manera de resolver el problem'-también lo vieron como un problema'is crear un Estado para ellos en Palestina, o ayudarles a crear un estado en Palestina. "

Por lo tanto, sí muestra cómo el antisemitismo no es una descripción suficiente [de la cosmovisión nazi], porque había un montón de antisemitismo en Polonia, pero no lo que había era esta anarquía. Los nazis tenían esta visión ecológica, esta visión anárquica, que los polacos no tenía, y no estaba muy extendida en la población polaca tampoco. Y usted puede ver esto, precisamente, sobre la cuestión de Israel, porque los nazis están en contra de Israel sobre la base de que se convertirá en una especie de centro de poder mundial judío, mientras que los polacos son con entusiasmo a favor de Israel, porque piensan que la construcción de los estados es una cosa perfectamente normal que hacer. ...


Niños detrás de alambre de púas en Auschwitz, 1945 (AP)
Delman: Como [subtítulos] del libro "Holocausto como la historia y la advertencia," ¿Cómo dirías que las creencias de Hitler sobre la plaza poder judío con el antisemitismo contemporáneo? Ha realmente el mundo movido tan lejos de creer que los Judios, o entidades judías, controlar el mundo?

Snyder: Mira, yo no soy un sociólogo-no puedes contar conmigo para decirle lo que la gente piensa. Pero mi sensación general es la siguiente: El antisemitismo del hitleriano clase-en el que utiliza los Judios para explicar la totalidad del planeta, es decir más resonante en los momentos de, llamémosle, y veo el período de 1914 "crisis globalización. a 1941 como crisis de la globalización. Y lo que me preocupa es que somos en cierta medida la repetición de este.

Hubo una primera globalización que se inicia en la década de 1870. Las cosas parecen ir bastante bien, ya sabes, las teorías victorianas de progreso y así sucesivamente, un montón de comercio global, Canal de Suez, Canal de Panamá. Todas estas cosas que parecen ser la construcción de un mundo. Y luego bang-está la Primera Guerra Mundial, y luego los años 1920 y los años 30, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Y se puede ver el Holocausto como el punto más bajo, el nadir, el colapso final de la globalización, porque la globalización depende de la idea de que, 'Hey todos somos humanos, de las cosas de comercio vamos, vamos a comerciar las ideas,' mientras que hitleriano antisemitismo tiene la idea de que, de hecho, algunos de nosotros no son humanos y todo lo que va mal en el mundo puede ser explicado en referencia a estos seres no naturales.

Me preocupa un poco ahora sobre, sólo muy general, que con la crisis financiera; con la inestabilidad en el Medio Oriente; con el tanque economía china; con Rusia rompiendo todas las reglas en Europa; y con la gente en Rusia, en Europa, en África del Norte expresar más libremente antisemitas vistas-Me preocupa un poco que nos estamos inclinando hacia una especie de anti-globalización donde los Judios, o alguien más, podría llegar a ser la explicación de por qué las cosas van mal.

Delman: Usted hace el punto en el libro que en algún momento durante la guerra, Hitler se da cuenta de que él no está ganando el aspecto colonial de la guerra en el objeto de conquistar Ucrania y Europa del Este y crear espacio vital, pero que todavía puede posiblemente ser victoriosos en el segundo objetivo, que era exterminar a los Judios. [¿Cuál es tu sentido de] la cantidad de Hitler realmente podría separar su visión del mundo de su gran estrategia y sus decisiones del día a día?

Snyder: Esto nos lleva de nuevo al hecho preocupante de que una visión del mundo que puede conducir a acciones exitosas, incluso si la visión del mundo es completamente irreal. Así, Hitler invade la Unión Soviética, en parte, en la lógica de que la Unión Soviética es un estado judío, y por lo tanto se derrumbará en el primer golpe.

¿Cuál es la visión del mundo que hay y lo que es la estrategia? Es imposible separar. Quiero decir, la invasión [alemán] de la Unión Soviética es muy bien planeado. Es muy eficaz ya que estas cosas pasan. Es la más grande asamblea de hombres para una operación ofensiva en la historia del mundo. Cubren una gran cantidad de territorio muy rápidamente. No se puede decir que era mala táctica, sino que se basó en este supuesto ideológico que «la Unión Soviética es judío, porque el comunismo es judío, y por lo tanto va a deshacerse de inmediato, y los eslavos será muy feliz de ser nuestro esclavos. "Eso no es cierto, pero no impide la guerra desde el arranque, y luego, cuando la guerra no va tan bien como [Hitler] piensa que va a ir, a continuación, puede hacer el movimiento de decir: 'Bueno si la Unión Soviética no se derrumbó, que es por Judios fuera de la Unión Soviética en el resto del mundo. El resto de la conspiración en todo el mundo los está apoyando y apoyando a ellos, y por lo tanto tenemos que ampliar nuestra guerra contra los Judios.

Así que la visión del mundo entra y te ayuda cuando el mundo real no es hacer lo que dice que va a hacer, y que sólo puede ir y venir y hacer esto hasta que hayas matado a decenas de millones de personas. Ese es el aspecto trágico de la misma. ...

"Hay una diferencia entre un líder que ve a los Judios como la bisagra a toda una visión del mundo y un líder que es masivamente antisemita ... pero al final del día también se preocupa por su propio pueblo y acepta que el orden mundial implica estados ".
Delman: ¿Crees que esta cuestión de si un país o líder es racional es relevante o importante?

Snyder: Yo lo pondría en una forma ligeramente diferente. Yo diría, es un líder ocupa principalmente de la transformación del mundo, para que alguna otra lógica se puede asumir el control? Eso es lo que Hitler era. No es que Hitler era racional o irracional. Se puede decir dos cosas. Es que su principal preocupación estaba desatando una especie de orden mundial correcta que solo estaba al acecho debajo de la superficie. La forma correcta de pensar en Hitler es que pensó que había un orden natural, y sólo tuvo que hacer un par de cosas para dar rienda suelta a la misma. Había que matar a los Judios, que había que bajar los alemanes en la guerra, y entonces sería volver a la lucha, que era la naturaleza. Y eso era lo único para Hitler que era bueno.

Eso es un modelo de líder. Y eso no es sólo el antisemitismo; eso no es sólo el antisemitismo-plus. Es ver los Judios como la esencia del mundo, y ver todo lo demás sea secundario. ... Usted puede tener líderes como [Ion] Antonescu en Rumania, que son, sin duda, antisemita; que mantenga una buena cantidad de prejuicios sobre Judios-como, por ejemplo, que son los comunistas, y que incluso se llevan a cabo políticas de matar Judios. Los rumanos, después de que los alemanes mataron a la mayoría de los Judios durante la guerra, mataron a 300.000. Y, sin embargo, por Antonescu, eso no es lo único que le importa. Él no cree realmente que los Judios son la única cosa que importa en el mundo o que son el nudo gordiano que hay que cortar para que el mundo vuelva a su estado correcto. Él no piensa algo así, lo que significa que incluso después de matar a 300.000 Judios, que puede revertir la política. Se puede detener el holocausto rumana, y no sólo se niegan a enviar Judios rumanos a las instalaciones de exterminio alemanes, pero se puede revertir la política de modo que en realidad comienza a proteger Judios rumanos y verlos como ciudadanos. Eso es diferente, ¿no? Allí tiene usted un líder que es claramente antisemita, sino que también se preocupa por el estado que no está fundamentalmente preocupado por el cambio de todo el mundo, pero cuya preocupación fundamental es de preservar el estado.

Y así, mirando [Hitler y Antonescu] en 1938, pudo haber sido difícil notar la diferencia. Y cuando ambos invaden la Unión Soviética juntos en 1941, haga el ejército rumano es masivamente presentes en la Unión Soviética, que podría ser difícil de notar la diferencia. Cuando los dos están matando Judios en el otoño de 1941 en números comparables, en formas comparables, es difícil notar la diferencia. Y lo que es una pregunta muy difícil de juicio político. Pero ... con la distancia de la historia, podemos decir que había una diferencia.

Hay una diferencia entre un líder que ve a los Judios como la bisagra a toda una visión del mundo y un líder que es masivamente contra la Semitic- [que] quiere Judios, pero la limpieza étnica al final del día también se preocupa por su propio pueblo y acepta que el orden mundial implica estados. Así que no es una especie de juicio político que voy a emitir en el caso de Irán o cualquier cosa, pero es una distinción que a lo mejor que podemos sacar de esta historia.

martes, 15 de septiembre de 2015

URSS: Los malditos gulags comunistas

El gran testimonio del gulag que no se quería publicar
Editado en castellano ‘Un mundo aparte’, del periodista polaco Gustaw Herling-Grudzinski
Varios autores analizan por qué la izquierda europea ninguneó este tipo de relatos
MANUEL MORALES - El País


Construcción de una línea de ferrocarril en la región ártica (1947). Es una de las fotos que tomaron presos, rescatadas por el periodista polaco Thomas Kizny para su libro 'Gulag'.


Casi un cuarto de siglo antes de que Alexandr Solzhenitsin descubriera al mundo el horror de los campos de trabajo de la Unión Soviética durante el estalinismo en Archipiélago Gulag (1973), un joven periodista y escritor polaco, Gustaw Herling-Grudzinski (1919-2000), adelantó lo que el sistema comunista había perpetrado contra millones de personas. Herling publicó en Inglaterra en 1951 Un mundo aparte, relato autobiográfico de los casi dos años que sobrevivió en el campo de Arjánguelsk, al norte de Rusia. El libro, editado por fin en castellano por Libros del Asteroide, detalla las largas jornadas de penosas tareas bajo un clima extremo, las violaciones a las mujeres, las heridas que se infligían presos para estar de baja y tener algo más de comida, el hambre atroz, el dolor por la extenuación y las kafkianas detenciones de un sistema dispuesto a lavar al cerebro al que aceptara que estaba equivocado. Un vía crucis que desgrana Herling con sencillez, con un estilo que a veces sorprende por su frialdad, incluso cuando cuenta su estancia en el barracón del mortuorio, adonde se enviaba a los desahuciados.

La explicación a esta manera de narrar tan precisa se debe a que "las muescas de la experiencia que padeció Herling eran secundarias al lado de la reflexión por lo que veía", señala el catedrático de la Universidad de Barcelona Ricardo San Vicente, traductor de autores rusos. "Herling plantea en su libro hasta qué punto el Estado puede destruir a un hombre", dice este profesor. Un régimen que el escritor José María Ridao y el periodista Jorge M. Reverte, conocedores de la literatura sobre los campos de concentración soviéticos, tachan de “monstruosidad”.

La primera edición de Un mundo aparte fue prologada por Bertrand Russell. El filósofo británico dijo que "de los muchos libros" que había leído sobre el sistema penitenciario en la URSS, este era "el más impresionante y el mejor escrito por su extraña fuerza descriptiva". A pesar de las sucesivas traducciones a distintos idiomas, la obra fue ninguneada por la izquierda europea. En Rusia y Polonia, tras varias décadas en el índice de libros prohibidos, vio la luz por fin en 1990. "El conocimiento del gulag se retrasó mucho porque la Unión Soviética fue un país vencedor del nazismo”, dice Ridao, que vivió en la URSS los años previos a su derrumbe. "El tener un enemigo común con las democracias le dio a los soviéticos unas credenciales que no tenían. La URSS había combatido en el buen lado pero no por buenas razones". Para Reverte, "aún no se ha explicado suficientemente lo que ocurrió porque hubo un manto piadoso tras la II Guerra Mundial que llevó a muchos intelectuales a ocultar esas barbaridades, que fueron similares a las de los nazis. Seguramente Stalin mató a más comunistas que Hitler". Para Ridao, esa intelectualidad se comportó como "una ideología sectaria, que aceptó una doble moral para perder toda empatía con el sufrimiento".

Aberración

De las similitudes entre Hitler y Stalin, Ridao explica que “la idea comunista de la URSS encarna la aberración de un ideal igualitario; el nazismo es un ideal de superioridad que condujo a la aberración". Unos caminos en paralelo que, según el profesor San Vicente, ya apuntó el escritor y exministro de Cultura Jorge Semprún, deportado al campo nazi de Buchenwald y expulsado del Partido Comunista de España en 1964.

Otro intelectual, Albert Camus, recomendó de forma reiterada a editores franceses Un mundo aparte, pero siempre le dieron con la puerta en las narices. "Este libro tendría que ser publicado y leído en todo el mundo, tanto por lo que es como por lo que dice”, afirmaba el autor de El extranjero. Hubo que esperar hasta 1985 para que ello sucediera en territorio francés. El propio Semprún explicaba las razones de ese retraso en el prólogo de la edición francesa: "La infiltración de comunistas" en las editoriales.

El escritor polaco Gustaw Herling-Grudzinski.

Reverte abunda en esta cuestión: “Los comunistas que vivían en Occidente, en sociedades acomodadas, defendían a Stalin porque había que defender la revolución. Sacar a flote lo que había sucedido era traicionar esa revolución, una complicidad que se explica por el antiimperialismo, estar contra los americanos”. El periodista e historiador polaco Adam Michnik escribió que la lectura con solo 15 años del libro de Grudzinski fue un "impacto". "La propaganda comunista se redujo a nada. Comprendí que todos los días, en la escuela, los libros y los periódicos, me mentían".

Herling vivió para ver cómo su obra era despreciada. Él, que había estado desde mediados de 1940 hasta comienzos de 1942 confinado en uno de esos campos, acusado de espía cuando intentaba cruzar la frontera con Lituania. El joven Herling se había enrolado en un grupo de resistencia tras la partición que hicieron Hitler y Stalin de su país en agosto de 1939, días antes de que empezase la Guerra Mundial. Solo cuando los alemanes rompieron el acuerdo e invadieron la URSS en junio de 1941, los polacos como él tuvieron esperanzas de que cambiara su suerte en el gulag. Hasta entonces su miserable existencia pasaba "día tras día, semana tras semana, mes tras mes, sin alegría, sin esperanza, sin vida", escribió el periodista.

Para Reverte, "aún no se ha explicado bien lo que ocurrió en el gulag"

"Era un sistema brutal de represión, salvaje, inhumano", subraya Reverte, autor de obras sobre la Guerra Civil española. "El fin era acabar con cualquier forma de discrepancia pero no se buscaba el exterminio". Había un matiz de perversión: "Querían que sus campos de trabajo fueran productivos". Una idea en la que está de acuerdo San Vicente, un hombre nacido en Moscú porque sus padres fueron enviados por la II República poco antes de la Guerra Civil: "Se convirtió en un sistema perfecto de producción, ¡cuántas grandes infraestructuras se construyeron con presos!". Así, cuando los campos se desmantelan por la llegada al poder de Jruschov, el sucesor de Stalin "descubre que necesita trabajadores e inicia una campaña de llamamiento al patriotismo a los jóvenes". Para Ridao, lo más terrible de aquel periodo fue "la extraordinaria impunidad con la que actuaba el régimen". San Vicente lo califica de "violencia gratuita". "Lo único racional era la estadística, tenían que aparecer tantos enemigos en cada pueblo. Y aparecían".

Cuando Herling es liberado solo tiene 22 años. La invasión nazi de Rusia ha cambiado la dirección del viento. "Polonia pasó de ser un país que debía desaparecer a usar a sus soldados como carne de cañón", destaca Reverte, que recuerda la célebre matanza del bosque de Katjyn, cuando los soviéticos asesinaron en 1940 a unos 15.000 polacos de la élite militar en Smolensk.

No solo los polacos sufrieron la saña del estalinismo. San Vicente, que prepara la traducción de un nuevo volumen de los Relatos de Kolimá, el gigantesco retrato del terror del gulag que escribió Varlam Shalámov, recuerda cómo se castigó "a los que habían caído prisioneros de los alemanes". "Cuando volvieron a casa, los enviaron a Siberia. También fue especialmente cruel el trato a los habitantes de las zonas ocupadas por los nazis".

A pesar de los padecimientos, Herling tuvo el coraje, recién salido del gulag, de alistarse en el Ejército polaco y combatir en Italia contra el fascismo. Se quedó allí tras la guerra y vivió en Nápoles hasta su muerte en 2000.

San Vicente se refiere al conocido axioma de que "el país que no conoce su pasado está condenado a repetirlo" para referirse a la situación actual en Rusia. "Hay un intento de recuperar el bagaje épico de la lucha contra los nazis, a la vez de un intento de olvidar el gulag. Las nuevas generaciones no saben qué paso pero confío en que los escritores les hagan recordar". Será la forma de evitar que resurja ese mundo aparte que sufrió Herling.

lunes, 14 de septiembre de 2015

GCE: Los campos de concentración de Franco



Los campos de concentración de Franco: así eran y así se sobrevivía
El País

Las asociaciones memorialistas piden recuperar la memoria de los centros de esclavitud

Presos de un campo de concentración del franquismo en Sevilla. / GRUPO DE TRABAJO RECUPERANDO LA MEMORIA HISTÓRICA DE CGT-ANDALUCÍA Y CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL GUADALQUIVIR

“Trabajaban de sol a sol, a pico y pala, casi sin alimentación y recibían palizas constantes”. Así resume el profesor de Antropología Social de la Universidad de Sevilla, Ángel del Río, la vida en los campos de concentración del franquismo.



De los 188 centros donde se recluyó a medio millón de esclavos del franquismo en España cada vez quedan menos vestigios. Ese era el objetivo: borrar la memoria. La represión fue física, psicológica e ideológica, tanto para los presos como para sus familias. Miles de españoles trabajaron gratuitamente y casi sin comida para obras públicas y particulares de sus captores intentado eludir la muerte. Otros no lo consiguieron y fueron fusilados en los patios. El Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Histórica de CGT-Andalucía se reúne este martes de septiembre con el Ayuntamiento de Sevilla para rescatar del olvido el centro del que fue promotor junto al puerto así como otros complejos de represión franquista, como la cárcel de Ranilla. Así eran y esta era la vida de sus presos:


Un campo por 297.868 pesetas
En octubre de 1938 se creó el Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo, en el organismo gestor de los campos del franquismo. Nueve meses antes, Sevilla se adelantó y creó uno situado junto al puerto de la capital que sirvió de modelo para otros.
En el expediente de construcción se habla de “campo de concentración”, sin los eufemismos que más tarde adoptó el franquismo, como centro de regeneración por el trabajo.
La distribución era rectangular. En un lado se disponían los barracones para los militares y vigilantes, oficinas y enfermería; en otro, los dormitorios; el tercero incluía comedores, cocina y capilla; y por último, se desplegaban los retretes, duchas y almacenes.
La extensión era de 78,10 por 68,10 metros. Los barracones, en el caso del puerto de Sevilla (en otros campos eran meras tiendas de campaña o chozas) eran de madera, ladrillo y suelo de hormigón.
El presupuesto de ejecución material y administrativo fue de 142.520, 61 más 155.347,45 pesetas. En total 297.868 pesetas (1.790 euros). La obra la culminó la empresa Entrecanales y Távora y, según el coordinador del El Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Histórica de CGT-Andalucía, Cecilio Gordillo, el coste final de la obra ascendió a 180.000 pesetas, muy por encima del presupuesto previsto y pese a la reducción de calidades. La financiación se cubrió con un impuesto especial sobre el alcohol de melaza, un licor elaborado a partir de caña o remolacha.


Al llegar, un médico y un oficial decidían si el recluso era apto para el trabajo, única alternativa para evitar la cárcel y la más que probable muerte.

Inmediatamente recibía ropa militar usada por las brigadas de soldados italianos en España durante la guerra: pantalones, una guerrera, un capote y unas botas; la ropa interior dependía de la familia. También obtenían una colchoneta y un par de mantas.



Con materiales muy rudimentarios, los presos eran obligados a excavar y remover miles de toneladas de tierra para obras públicas o en faenas agrícolas de afines al régimen. Dentro del campo, también eran los reclusos los que se encargaban de todas las labores. La semana laboral era de seis días de seis de la mañana hasta el anochecer.

El salario estipulado era de dos pesetas diarias (0,01 céntimo de euro) de media, que se las quedaba el Estado en concepto de manutención. La mayoría de supervivientes no recuerda haber recibido dinero alguno durante su condena o tan solo un 25%. El sueldo habitual de un trabajador sin cualificar de la época era de 10 pesetas al día (0.05 céntimos).

“Nos daban cuatro o cinco algarrobas para desayunar, un pescado hervido para comer y ya está, ya no había más. (...) Hubo muertos y el médico no sabía qué pasaba”, relató José Custodio Serrano, uno de los supervivientes, en un trabajo de Ángel del Río, quien ha coordinado, dirigido y publicado numerosas investigaciones sobre la represión franquista.

La supervivencia dependía de las familias de los presos, que se asentaban junto a los campos para poder alimentar a los reclusos. Esta situación fue cambiando cuando los franquistas se dieron cuenta de que era más rentable tener a los trabajadores alimentados para que continuaran con sus trabajos gratuitos. Café aguado con un bollo de pan, guisos de garbanzos, judías, lentejas o habas y sopa de pan y ajo o pescado componían los tres ranchos diarios de los últimos años. La carne se reservaba fechas religiosas y el 18 de julio. Pero para mantener la humillación como arma contra los presos, las comidas se denominaban pienso y coincidían con las horas de alimentar al ganado.

Para asegurarse el buen trato de los vigilantes, algunos presos compartían la comida que les llegaba de sus familias con los soldados.

Algunos presos, que eran obligados a trabajar aunque estuvieran enfermos, murieron por patologías derivadas de beber agua de pozo sin tratar, como el caso del topógrafo Baltasar Jiménez. Las plagas de sarna, pulgas, chinches, piojos y garrapatas eran habituales, así como las pulmonías y reumas. También los accidentes laborales, que llenaban las enfermerías.

El testimonio de Luis Adame recogido por Del Río detalla cómo un capitán médico inyectaba líquido en las zonas doloridas y si el preso era capaz de aguantar, concedía la baja. La mayoría volvía al trabajo para evitar el dolor añadido.



Pese a las penosas condiciones, el peor de los castigos era ser devuelto a prisión, medida que se convirtió en una vía de autorregulación por parte de los presos, que intentaban evitar a toda costa cualquier situación que pudiera ser considerada como indisciplina.



Entre las represalias psicológicas más habituales, enlazadas con una pretensión de adoctrinamiento, se encontraba la obligación de cantar a diario el Cara al Sol o el himno de los requetés brazo en alto, la asistencia obligatoria a los oficios religiosos, impedir el contacto físico con familiares que venían a ver a los presos, y presenciar palizas y castigos de compañeros.

Las fugas, aunque ocasionales, también se registraron. La resuelta con más crueldad fue la registrada en 1943 en el bajo Guadalquivir, donde cuatro de los seis presos huidos terminaron fusilados y uno abatido cuando escapaba.

Catálogo de Lugares de Memoria
La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, a través de la Dirección General de Memoria Democrática, está elaborando el Catálogo de Lugares de Memoria de Andalucía, que hasta la fecha incluye 50 espacios declarados por el Gobierno andaluz y que incorporará los campos de concentración del franquismo.
Los Lugares de la Memoria se identifican a propuesta de ayuntamientos, asociaciones memorialistas, familiares de víctimas e historiadores, entre otros. Posteriormente son evaluados por una comisión de expertos y elevados a Consejo de Gobierno por parte de la Dirección General de Memoria Democrática.
Ese catálogo incluirá espacios de la significación de la Casa de Blas Infante, la fosa del cementerio de San Rafael de Málaga o las tapias del cementerio de Granada.
El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía publicó el pasado 24 de junio una anuncio con la aprobación de la exhumación de una fosa común localizada y delimitada en la localidad sevillana de La Algaba, donde se encuentran los restos de decenas de víctimas del campo de concentración de las Arenas.
Los investigadores María Victoria Fernández Luceño y José María García Márquez realizaron un exhaustivo estudio sobre las lamentables condiciones de vida de los presos de ese campo. Los investigadores concluyeron que, entre 1941 y 1942, murieron 144 presos procedentes de las ocho provincias andaluzas y de Badajoz, Albacete, Alicante, Barcelona, Ciudad Real, Las Palmas, Palencia, Pontevedra, Toledo, Zaragoza y Portugal.