martes, 1 de mayo de 2018

Guerra de la Independencia: Combate de la Quebrada de Salta

Combate de la Quebrada de Salta




Combate de la Quebrada de Salta - 21 de Enero de 1814


Luego de la derrota de Ayohuma, acaecida el 14 de noviembre de 1813, el general Manuel Belgrano, después de una peregrinación con mil penurias por entre sierras y montañas, encerrado en un largo mutismo, llegó a Potosí con 700 hombres; pidió enseguida se le trajeran a marchas forzadas los cañones que había en Jujuy, tal vez con mira de fortificarse; pero noticiado a los dos días que el enemigo, esta vez perseguidor implacable, estaba próximo, continuó la retirada, llevando la infantería a sus inmediatas órdenes y la caballería a las de su mayor general, que marchó a retaguardia.

Alvear renunció a su candidatura de jefe del Ejército del Norte cuando supo que de éste no quedaban sino reliquias, por cuyo motivo se pensó en el coronel José de San Martín, que se había distinguido en la Capital como organizador del regimiento de Granaderos a Caballo con que diera la bizarra sableada de San Lorenzo, hoy famosa como las grandes batallas, a causa de la nombradía conquistada en el Pacífico por el jefe vencedor.  San Martín se trasladó al norte con refuerzos para Belgrano, pero suspendiendo su aceptación del nombramiento de general en jefe, lo cual creía necesario para trazar un plan de campaña, aunque él fuese sólo defensivo.  Suceder a Belgrano era dejarse ceñir una verdadera corona de espinas.

El nombre de Manuel Dorrego no estaba olvidado en la Capital, por más que no es imaginable se supiera allí toda la importancia del papel que había desempeñado en Tucumán y Salta, quien lo llevaba.  El doctor Alvarez Jonte, conocedor de las glorias que aquél había conquistado en Chile, y amigo consecuente, pertenecía al partido dominante, había formado parte del gobierno anterior y conservaba prestigios en las esferas oficiales; el mismo Gervasio Antonio Posadas, el más caracterizado de los personajes que formaban el Triunvirato de entonces, tenía relación con el jefe titular de los “Cazadores”, según resulta de sus cartas a San Martín: ello explica que mientras salían los auxilios de Buenos Aires, Dorrego fuese encargado por el Gobierno General de reunir en la provincia de Salta los dispersos que llegaron del Alto Perú, reclutar nuevos soldados y acumular todos los artículos de guerra que pudiese, enviándosele pliegos reservados cuyo contenido no se han podido conocer. (1)  Tratábase, como se ve, de una misión de alta confianza que pudo darse al coronel Chiclana, y que revela no se le consideraba moralmente deprimido a Dorrego por el sumario que le instruían y del que Belgrano había dado cuenta en su oportunidad. (2)

Dorrego se desenvolvió con buen éxito.  En quince días solamente reunió 250 dispersos, alistó 500 soldados nuevos con los cuales organizó un nuevo regimiento que llamó de “Partidarios”, plantel de las heroicas huestes que había de realizar una de las resistencias más célebres y fructíferas de América, requisó 1.000 caballos y algún ganado vacuno; hizo fabricar lanzas, fornituras y municiones. (3)  ¡Jefe extraordinariamente laborioso y pueblo extremadamente patriota!  Chiclana facilitó en los primeros momentos la acción de Dorrego, y luego (el 8 de diciembre) se trasladó a Humahuaca para apreciar mejor la situación desde allí, transfiriendo el mando político de la provincia de Salta al Cabildo de su Capital, y el militar a Dorrego. (4)

Chiclana debió conferenciar con Belgrano en cada ocasión, preparando la vuelta de Dorrego al ejército con el relato de lo que hacía éste por orden del Gobierno General, reforzado por un consejo amistoso; pues coincidió con el viaje del gobernador de Salta el envío hecho por el general en jefe a su coronel suspendido, de una justiciera y reparadora carta, en la cual le pedía se le incorporase, diciéndole que atribuía a su ausencia los dos grandes descalabros sufridos. (5)  Cualesquiera sean los antecedentes del llamamiento a Dorrego, aún cuando entre ellos deba contarse alguna indicación directa hecha desde la Capital, que estaría en la lógica de las cosas, nada desmerece la nobleza del acto de Belgrano, realizado en tal forma que era un sacrificio de vanidades de que ningún hombre está exento, y una hermosa expansión del alma.

Dorrego se unió con las fuerzas que tenía, a sus antiguos compañeros en Jujuy, y Belgrano lo recibió afectuosamente “colmándolo de distinciones”, según un testigo presencial (6); no tuvo reparo alguno para repetir a presencia de jefes y oficiales el juicio que había consignado en su carta y dando públicas satisfacciones a su talentoso amigo, recordó que las discrepancias en materia religiosa lo arrastraron a escandalizarse demasiado por un duelo, y dijo repetidas veces: “Más me valiera tener al lado mío a Dorrego que al Papa”. (7)

El general oyó con la mayor deferencia a Dorrego, que le expresó sus puntos de vista para contener al enemigo ensoberbecido, y accedió a la reorganización del batallón de “Cazadores” realizada con los mejores soldados que quedaban.  Al saber la proximidad de San Martín, Belgrano entabló correspondencia con él, acogiéndolo como a un maestro, con olvido de su papel de rival desairado. (8)  En una de sus cartas al jefe que, ya debía colegir, venía a sucederle, fechada el 25 de diciembre en Jujuy, el infortunado general se expresaba de esta manera: “Estoy meditando montar los “Cazadores” y sacar cuantos sean buenos de los cuerpos para aumentarlos y ponerlos al mando del coronel Dorrego, único jefe con quien puedo contar por su espíritu, resolución, advertencia, talentos y conocimientos militares, para que en caso de una retirada me cubra la retaguardia y acaso pueda sostenerse en esta parte del Pasaje o río Juramento, a fin de que el paso, en caso de creciente, nos sea más fácil conseguirlo sin pérdida o la menor posible”. (9)

Con los salvados de Ayohuma y el contingente aportado por Dorrego, Belgrano veíase al frente de 1.800 hombres, pero ellos en gran parte estaban vencidos ya por la fatiga, y sin espíritu.

Deseaba el Triunvirato que San Martín aceptara el nombramiento de mayor general para ascenderlo a general en jefe después que Belgrano, obedeciendo a un llamado, se pusiera en viaje a la Capital, donde debía explicar sus derrotas; pero San Martín se resistía, pretextando ser aquello desagradable a las tropas que volvían del Alto Perú, por cuyo motivo Posadas le escribió confidencialmente el 27 de diciembre: “Tenemos el mayor disgusto por el empeño de usted en no tomar el mando en jefe, y crea que nos compromete mucho la conservación de Belgrano.  El ha perdido hasta la cabeza, y en las últimas comunicaciones ataca de un modo atroz a todos sus subalternos, incluso a Díaz Vélez, de quien dice que para cuidar de la recomposición de armas será bastante activo, y a eso lo ha destinado”. (10)  Le adjuntaba una carta de Tomás Guido, diciéndole contener la explicación más circunstanciada, sobre el desastre de Ayohuma, que se había podido lograr, previniéndole que este patriota lo vería pronto y estaba encargado de convencerlo de que no debía insistir en sus renuncias.

Del campo de Ayohuma los realistas salieron muy poco dañados, y por eso la persecución que hicieron fue tan activa que Belgrano tuvo que designarse a evacuar el Alto Perú, dando por terminada la campaña, aun cuando allí quedaban muchos amigos dispuestos a resistirse.

Pezuela lanzó tras los argentinos que se replegaban –con instrucciones  de invadir la provincia de Salta, dominarla y establecerse en la ciudad de Tucumán, donde combinaría operaciones con la plaza de Montevideo- una división de 1.500 hombres mandada por el general Juan Ramírez, que traía de jefe de vanguardia al coronel Saturnino Castro.

Al acercarse esta fuerza a Jujuy, Belgrano desalojó la población confiriendo el mando de su retaguardia a Dorrego, que con 300 hombres mal armados, compuestos por una compañía de infantería y un cuerpo de caballería, disputó el terreno “palmo a palmo”, según la expresión del honorable cronista. (11)

El mismo día del desalojo de Jujuy, la retaguardia patriota sostuvo un fuerte tiroteo y después hubo otros choques; el más importante y que ha merecido grato recuerdo, fue el de Quebrada de Salta.  Desgraciadamente, aquí tenemos que dejar una laguna que no hemos podido llenar, por el resultado negativo de muchas diligencias en procura de la documentación necesaria; ésta debe haberse destruido o estar en poder de algunos de esos coleccionistas que creen consiste el mérito de sus papeles en que no los conozca nadie más que ellos y la polilla, que poco a poco se los va engullendo. (12)

El combate


Dorrego contuvo el paso de la fuerza que avanzaba, pero cediéndolo; y en enero de 1814, Belgrano no había hecho el pasaje del río Juramento, y Castro se aproximaba a la ciudad donde hallaría la novia adorable que se mantenía fiel al traidor y perjuro, porque nada hay más indulgente que un corazón de mujer ilusionado.

Cerca de la ciudad existen cuatro lomas que se extienden en líneas paralelas “en forma de anfiteatro” y que a Dorrego parecieron trincheras que le brindaba la naturaleza para realizar hazaña digna de Leónidas; el paraje se llama “Quebrada de Salta”, y allí el 21 de enero de 1814, se situó la retaguardia patriota reforzada con un escuadrón de Granaderos a Caballo, para impedir el avance de castro, mientras Belgrano atravesaba el río Juramento.

Dorrego, que tenía como segundo al mayor Máximo Zamudio, que se distinguió muy señaladamente en la retirada de Ayohuma, y como oficiales a Manuel Rojas y Rudecindo Alvarado, dividió sus tropas en piquetes de cincuenta hombres que escalonó tras las lomas, ingeniosamente diseminados, y al aproximarse al enemigo hizo sonar incesantemente los clarines para engañarlo y atraer destacamentos a distintos sitios, a fin de hacerlos pedazos.  Pero Castro, que se presentó con toda su división a las 11 de la mañana, atemorizado, creyendo que todas las fuerzas patriotas se le oponían, no separó ni un hombre de su línea, y a vivo fuego atacó en masa las posiciones de su hábil adversario, quien, haciendo aparecer en una altura cincuenta tiradores que inmediatamente se ocultaban, apareciendo otros tantos en otra, según los movimientos de los realistas, sostuvo el combate durante todo el día, fusilando por todos los flancos a la vanguardia enemiga, hasta que al morir el crepúsculo, agotadas sus municiones y conseguido lo que se había propuesto –pues Belgrano ya estaba en la otra margen del Juramento- después de replegarse de loma en loma muy lentamente, desalojó la última de éstas y muy luego se ocultó a los ojos de sus contrarios en una serranía.  Los “Granaderos a Caballo” no dispararon un tiro en este combate, -después del cual, según la frase de Paz, “el enemigo se hizo más circunspecto”-, por haber servido de reserva.  No existe cálculo, ni aún aproximado, de las bajas sufridas por los realistas en la acción; pero Dorrego afirma haberles causado “un gran daño”, no teniendo él, en cambio, más que 3 muertos y 2 heridos.

Esa misma noche la retaguardia patriota vadeó el río Arias para establecerse en Guachipas, desde donde, según estaba convenido anticipadamente con el general, comenzó a hacer la guerra de recursos por medio de partidas sueltas, sólidamente apoyadas por el vecindario.  El audaz guerrillero había sido nombrado gobernador de Salta, y tenía instrucciones escritas de Belgrano, en que éste le transfería sus facultades, al norte del Juramento.

Castro entró, después de la acción de la Quebrada, a su ciudad nativa; pero la encontró casi desierta, porque una gran cantidad de vecinos había emigrado, llevándose casi todo aquello que podía serle útil.

Referencias


(1) Se ignora qué se hayan hecho los papeles de Dorrego.  En documentos originales del Archivo General de la Nación, consta que los pliegos fueron recibidos, pero nada más.

(2) Manuel Dorrego – Cartas apologéticas.

(3) Manuel Dorrego – Cartas apologéticas.

(4) Así lo dice Chiclana en nota al Gobierno General que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.

(5) Manuel Dorrego – Cartas apologéticas.

(6) José María Paz – Memorias.

(7) Cornet – Memoria

(8) “Empéñese usted en valorar si es posible –escribía Belgrano a San Martín- y en venir no sólo como amigo sino como maestro mío, mi compañero y mi jefe si quiere, persuadido de que le hablo con mi corazón, como lo comprobará la experiencia”.

(9) Original en el Museo Mitre.

(10) Original en el Museo Mitre.

(11) José maría Paz – Memorias.

(12) Las operaciones de la retaguardia mandada por Dorrego, constan de las vagas referencias del general Paz, de las poco más explícitas en esa parte, contenidas en las “Cartas apologéticas” y de algunas cartas de Belgrano a San Martín, cuyos originales están en el Museo Mitre.  Hasta el parte del combate de la Quebrada de Salta no aparece; en el Museo Mitre se halló la carta con que Belgrano lo envió a San martín, pero nada más.

Fuente


  • Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
  • Paz, José María – Memorias póstumas.


Portal www.revisionistas.com.ar

Uteda, Saturnino – Vida Militar de Dorrego – La Plata (1917).

Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar

lunes, 30 de abril de 2018

Ases alemanes de la Guerra Civil Española

Ases alemanes de la GCE 



Werner Mölders


Lista completa de victorias de la Luftwaffe reclamadas durante la Guerra Civil Española (proporcionadas principalmente por Pablo Chana)

Victorias de la Luftwaffe 1936-39 en España

First Name
Last Name
Victories
Comments / Awards
WernerMölders
14
Spanienkreuz in Gold mit Brillanten. Más 101 en la SGM; RK-Br; KIFA 22/11/41
WolfgangSchellmann
12
Spanienkreuz in Gold mit Brillanten. Más 14 en la SGM; RK; KIA 22/6/41
HarroHarder
11
Spanienkreuz in Gold mit Brillanten. Más 11 en la SGM. KIA 12/8/40
PeterBoddem
10
KIFA 20/3/39
OttoBertram
9
Spanienkreuz in Gold mit Brillanten. Más 13 en la SGM; RK
WilhelmEnsslen
9
Más en la SGM; KIA 2/11/40
HerbertIhlefeld
9
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten. Más 123 en la SGM
WalterOesau
9
Tal vez 10 / Spanienkreuz in Gold mit Brillanten. Más 117 en la SGM; RK-S; KIA 11/5/44
ReinhardSeiler
9
Más 100 en la SGM; RK-EL
HerwigKnüppel
8
Más en la SGM; KIA 19/5/40
Hans-KarlMayer
8
Tal vez solo 6, más al menos 22  en la SGM; RK; KIA 17/10/40
KraftEberhardt
7
Derribado y muerto en un combate aéreo sobre Madrid 13/11/36
WalterGrabmann
7
Más en la SGM; RK
HorstTietzen
7
Más 20 en la SGM; RK; KIA 18/8/40
WilhelmBalthasar
6
Tal vez 7 / Spanienkreuz in Gold mit Brillanten. Más 41 en la SGM
RolfPingel
6
Más 22 en la SGM; RK; POW 10/7/41
KurtRochel
6
Más en la SGM
HerbertSchob
6
Más 22 en la SGM; RK
GeorgBraunshirn
5
Más 13 en la SGM; KIA 16/8/41
GotthardHandrick
5
Más 5, posiblemente 10 en la SGM; DK-G
Otto-Heinrich vonHouwald
5
KIA 24/7/41
WolfgangLippert
5
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 25 en la SGM; RK; DOW 23/11/41
GüntherLützow
5
Spanienkreuz in Gold mit Brillanten; Más 105 en la SGM; RK-S; KIA 24/5/45
JoachimSchlichting
5
Spanienkreuz in Gold mit Brillanten; Más en la SGM; RK; POW 6/9/40
WilliSzuggar
5
Más en la SGM
HannesTrautloft
5
Más 53 en la SGM; RK
Hubertus vonBonin
4
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 73 en la SGM; RK; KIA 15/12/43
NorbertFlegel
4
-
KurtHeinrich
4
-
OskarHenrici
4
-
WillibaldHien
4
Más en la SGM; KIA 30/9/39
ErichKuhlmann
4
Más en la SGM; KIA 2/9/40
RobertMenge
4
Más 16 en la SGM; KIA 14/6/41
IgnatzPrestele
4
Más 19 en la SGM; KIA 4/5/42
ErnstQuasinowski
4
Más en la SGM
Karl-WolfgangRedlich
4
Posiblemente 2. Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 37 en la SGM; RK; KIA 29/5/44
August-WilhelmSchumann
4
Más 26 en la SGM; KIA 6/9/41
ErichWoitke
4
Más 26   en la SGM; KIA 24/12/44
FritzAwe
3
-
JosefBauer
3
-
Helmut-FelixBolz
3
Más approx 17 en la SGM; DK-G
HeinzBraunschweiger
3
-
?Droste
3
-
KarlEbbighausen
3
Más en la SGM; KIA 16/8/40
?Fleischmann
3
-
JosefFözö
3
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 24 en la SGM; RK
RudolfGoy
3
Más en la SGM
FritzHillmann
3
Más en la SGM
GuidoHöness
3
KIA 12/7/37 by Frank G. Tinker (8 victorias)
RolfKaldrack
3
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 21 en la SGM; RK; KIA 3/2/42
LotharKeller
3
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 20 en la SGM; RK; KIA 26/6/41
?März
3
-
KurtMüller
3
Más en la SGM; KIA 19/12/42
ErwinSawallisch
3
Más 33 en la SGM; DK-G; KIA 19/8/42
BernhardSeufert
3
-
GeorgSchott
3
Más 17 en la SGM; KIA 27/9/43
WilhelmStaege
3
-
HermannStange
3
-
Dietrich vonBothmer
2
-
HeinzBretnütz
2
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 33 en la SGM; RK; KIA 22/6/41
HelmutBrucks
2
-
?Freund
2
-
WilhelmKeidel
2
Más en la SGM; KIA 25/7/40
GustavKüll
2
Más en la SGM; KIA 31/3/42
Alfred vonLojewski
2
-
?Müller
2
-
EduardNeumann
2
Más 11 en la SGM; DK-G
PaulRehahn
2
-
EdgarRempel
2
-
TheodorRossiwall
2
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 17 en la SGM; RK
HennigStrümpell
2
-
ErnstTerry
2
Más 6 or 8 en la SGM; MIA 29/10/40
HeinzTornow
2
Más 10 en la SGM; KIA 29/10/40
WalterAdolph
1
Más 24 en la SGM; RK; KIA 18/9/41
?Boer
1
-
HeinrichBrucker
1
-
Adolf-JohannBuhl
1
Más 6 or 7 en la SGM; MIA 27/9/40
Hans-JürgenEhrig
1
-
ArminEttling
1
Más en la SGM
WolfgangEwald
1
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; Más 77 en la SGM; RK; POW 14/7/43
?Fischer
1
-
JohannGamringer
1
-
Kurt vonGilsa
1
-
WilliGödecke
1
-
Karl-HeinzGreisert
1
Más 33 en la SGM; DK-G; KIA 22/7/42
WalterGrimmling
1
Más en la SGM; KIA 14/5/40
GerhardHalupczek
1
Cambió su nombre a Herzog en la primavera de 1940. POW 11/5/40
EkkehardHefter
1
-
FranzHeilmayer
1
-
Hans-JürgenHepe
1
Más en la SGM
GerhardHerzog
1
see Gerhard Halupczek
KurtHörmann
1
-
FranzJaenisch
1
Al menos 8 en la SGM
Lothar vonJanson
1
Más en la SGM; KIA 10/3/44
?Kiening
1
-
AlfonsKlein
1
-
KarlKolb
1
Más en la SGM; KIA 28/2/43
?König
1
-
HubertKroeck
1
-
?Lohrer
1
-
MartinLutz
1
-
WalterMaurer
1
Más en la SGM
Karl-HeinzMetz
1
-
WilliMeyer
1
Más 10 en la SGM
ErnstMratzek
1
-
HansNirminger
1
-
WernerPalm
1
-
EckehardtPriebe
1
-
GüntherRadusch
1
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; plus 64 en la SGM; RK-EL
SiebeltReents
1
-
RudolfResch
1
Spanienkreuz in Gold mit Schwerten; plus 93 en la SGM; RK; KIA 11/7/43
WalterRubensdörffer
1
-
GüntherScholz
1
Más 33 en la SGM; DK-G
MaxSchulz
1
-
LeoSigmund
1
-
AlfredStark
1
-
RudolfUnger
1
-
HeinrichWindemuth
1
-


domingo, 29 de abril de 2018

SGM: El desembarco en Guadalcanal

El Cuerpo de Marines de los Estados Unidos en la batalla de Guadalcanal

Andrew Knighton |  War History Online


Una patrulla marina de los EE. UU. Cruza el río Matanikau en septiembre de 1942.


Una de las batallas más famosas en la historia del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, Guadalcanal toma su nombre de una pequeña isla volcánica en la cadena de islas del Pacífico occidental. Este lugar relativamente menor en la ruta desde el este de Asia hasta Australasia fue el sitio de una de las batallas más duras de la Segunda Guerra Mundial, que fue vital para cambiar el rumbo del avance japonés.

1. Alcanzar a Australia

A principios de 1942, Japón estaba a la ofensiva. Habiendo ocupado secciones del este de Asia continental, el imperio del sol naciente se expandía hacia el sur a lo largo de la cadena de islas que llevaba desde allí a Australia. Su agenda era simple: controlar las rutas comerciales en esa parte del Pacífico, asegurando así sus propios suministros y cortando los de sus enemigos, en particular, China.

Para hacer esto, el agresivo ejército japonés, apoyado por una armada más cautelosa pero no menos dedicada, intentó conquistar todo el camino hasta Australia, eliminando cualquier punto de apoyo desde el cual Estados Unidos y las potencias europeas pudieran devolver el golpe.

El punto más alejado de su expansión fue Guadalcanal, la mayor del sur de las Islas Salomón. Propiedad de los británicos desde 1893, fue ocupada por los japoneses en julio de 1942. Cuando los invasores se pusieron a construir una pista de aterrizaje, desde la cual podían lanzar defensas aéreas y bombardeos contra las flotas aliadas, la necesidad de volver a tomar la isla se hizo urgente.


El control japonés del área del Pacífico occidental entre mayo y agosto de 1942. Guadalcanal se encuentra en la parte inferior derecha del centro del mapa.

2. Traer a los Marines


Los marines de EE. UU. desembarcan de LCP (L) s en Guadalcanal el 7 de agosto de 1942.

La invasión de Guadalcanal fue lanzada a toda prisa, lo que le valió el apodo de "Operation Shoestring" entre las tropas que participaron. 19,000 tropas de la 1ª División de Marines de los Estados Unidos bajo el General Vandergrift tomaron parte en la invasión marina inicial.

La operación fue una perspectiva difícil. Los marines estaban escasos de fuerza y ​​muchos carecían de experiencia en combate. Inicialmente, sus lanchas de desembarco solo podían proporcionar diez días de municiones y sesenta días de combustible y alimentos. El almirante Fletcher, temeroso de colocar sus barcos en una posición vulnerable, no proporcionó el apoyo cercano de los bombardeos aéreos y navales que habían esperado.


Los marines de los Estados Unidos descansan en el campo durante la campaña de Guadalcanal.

Afortunadamente para los estadounidenses, los japoneses también estaban mal preparados. Informado mal de los acontecimientos en otras partes del Pacífico, el comandante local no creía que los estadounidenses pudieran lanzar un ataque importante.

La invasión inicialmente fue bien. Al desembarcar el 7 de agosto, los marines se apoderaron de las islas circundantes más pequeñas y avanzaron fácilmente desde las playas hacia el interior en Guadalcanal. Al día siguiente tomaron el aeródromo, dándoles una base de operaciones sólida con bunkers y un camino a la costa.

3. Guerra en el mar


El portaaviones USS Enterprise (CV-6) bajo ataque aéreo durante la Batalla de las Salomón Orientales.

Mientras tanto, Fletcher retiró su flota, dejando a los marines sin apoyo del mar. Un furioso Almirante Turner envió otras dos flotas, una estadounidense y una australiana, para llenar el vacío. Pero el almirante japonés Mikawa había llegado al área y castigaría a los aliados por la retirada de Fletcher.

La lucha en el mar fue vital para el destino de Guadalcanal, y comenzó mal para los aliados. La primera de las cinco batallas navales relacionadas terminó con la pérdida de cuatro cruceros, tres estadounidenses y un australiano, y un quinto gravemente dañado.

Con los japoneses controlando los mares, Turner tuvo que retirar las naves de suministro y transporte vulnerables, dejando a los marines cortados. A Fletcher se le ordenó regresar algunos de sus barcos a la zona, mientras que los japoneses aumentaron su propia presencia naval, esperando venganza por su derrota en Midway.


El acorazado estadounidense Washington dispara en el acorazado japonés Kirishima

Durante tres meses, los japoneses conservaron el control de los mares alrededor de Guadalcanal. Los estadounidenses y australianos no podían arriesgarse a avanzar sus barcos para apoyar a las fuerzas de tierra, y aunque lograron detener el aterrizaje de algunas tropas japonesas, muchos más lograron pasar. Mientras tanto, los barcos japoneses navegaban por los estrechos que bombardeaban a los marines, un evento diario que se conoció como el Tokyo Express.

Finalmente, en noviembre, los Aliados lograron la victoria naval que necesitaban. Hundiendo dos acorazados japoneses, un crucero y tres destructores a cambio de la pérdida de dos cruceros y cinco destructores propios, obtuvieron el control de los mares. Ahora las tropas japonesas eran las que no tenían suministros.

4. La batalla en tierra


El 182 ° Regimiento de Infantería del ejército de EE. UU. en la marcha durante la Batalla de Guadalcanal.

Mientras tanto, la batalla se había librado de Guadalcanal. Vandergrift hizo que sus tropas cavaran alrededor del aeródromo, lo que les permitió recibir suministros y apoyo aéreo de la Fuerza Aérea de Cactus, el grupo aéreo que se apretujaba y trabajaba duro allí.

Los estadounidenses se familiarizaron con la forma de guerra japonesa. Las acusaciones de Banzai, en las que cientos de hombres corrieron sin miedo a los cañones defensores, pusieron el temor de Japón en los soldados estadounidenses, pero cobraron un precio terrible en vidas japonesas.

La disentería y la malaria barrieron a los marines mientras luchaban por mantener su posición. No había posibilidad de retirada, y el Tokyo Express los dejó sin aliento y al borde con sus bombardeos.

Pero los transportes aéreos cada vez más regulares vieron la entrada de suministros mientras que los japoneses no recibieron tales lujos. Atrapados viviendo en la jungla, ellos también sufrieron de mala salud, mal clima y suministros restringidos.

Miles de tropas japonesas lanzaron ataques destinados a tomar el aeródromo y expulsar a los estadounidenses. Ninguno de ellos tuvo éxito. Mientras tanto, el gobierno japonés se volvió cada vez más cauteloso con respecto al número de muertos en Guadalcanal.

5. Un retiro secreto


La tripulación del barco PT PT PT 59 inspecciona los restos del submarino japonés I-1, hundido el 29 de enero de 1943 en Kamimbo en Guadalcanal por HMNZS Kiwi y Moa.

Del 1 al 7 de febrero de 1943, los japoneses finalmente retiraron sus fuerzas restantes de la isla. Con los mares en manos de los estadounidenses, esto tenía que hacerse de manera encubierta. Tal era el secreto que los estadounidenses al principio no sabían que habían ganado y que estaban solos en la isla.

Los japoneses retiraron 13,000 sobrevivientes. Pero la batalla les había costado mucho más que esto: 50,000 hombres perdidos en tierra, en el mar y en el aire. De mayor importancia estratégica fue la pérdida de 600 aviones.

Los infantes de marina perdieron 1,592 hombres de los 50,000 que eventualmente ocuparon la isla. Muchos más estadounidenses y australianos murieron en el mar. Su sacrificio supuso una victoria para la moral de los aliados, ya que la guerra pendía de un hilo y mantuvo abiertas las líneas de suministro aliadas a través de Australia.

Este fue el final de la expansión japonesa hacia el sur y el cambio de la marea.