jueves, 7 de noviembre de 2013

Crisis del Beagle: Despliegue de fuerzas terrestres

 Conflicto del Beagle 1978


Despliegue y Defensas Terrestres

Con un número total de 80 mil efectivos, de los cuales 40 mil habrían sido desplegados en la zona austral, el Ejército de Chile debió prepararse ante la inminencia de un conflicto con Argentina en 1978 con una vital desventaja: la falta de profundidad estratégica en los territorios de la zona austral, que limitarían las posibilidades de maniobra durante la defensa, y la extensión de la frontera común. La población argentina en ese momento duplicaba a la población chilena, y su territorio es cuatro veces más grande. En cuanto a número total de efectivos, el Ejército Argentino disponía entonces de un total de 135 mil hombres, de los cuales aproximadamente 50 mil fueron desplegados en la zona austral.



Foto: Ejercicios militares de chile en el area de Punta Arenas, diciembre de 1978.

El plan argentino conocido incluía un asalto directo sobre las islas del canal Beagle – Picton – Nueva y Lenox – y el área de Puerto Williams, Puerto Natales y Punta Arenas. Para ello se emplearían tropas anfibias y aerotransportadas sobre los objetivos insulares, mientras que los puntos continentales el asalto sería efectuado con medios terrestres con apoyo mecanizado. Pero según documentos argentinos recientemente conocidos, las fuerzas de ese país también concentraron una importante cantidad de tropas y equipos en las proximidades de tres pasos hacía la zona chilena de la Araucanía: Pino Hachado, Del Arco e Icalma. Las fuerzas preparadas para un asalto que buscaba cortar a Chile enmarcaban dos divisiones con 12.000 hombres en total, pero podían ser rápidamente duplicadas mediante refuerzos trasladados desde otras regiones.La inteligencia militar chilena –ayudada por el hecho de que las unidades chilenas y argentinas empleaban los mismos equipos de radio de origen estadounidense– había logrado determinar la fecha aproximada de invasión, pero no disponía de información más precisa sobre los planes y objetivos de la operación.


Foto: Soldados Chilenos trabajando en empalizadas.


Foto: Isla Nueva, obstáculos colocados por las fuerzas Chilenas, de fondo la Isla Pictón

Ante eso, el Ejército de Chile eligió concentrar sus fuerzas del sur en las cercanías del Paso Puyehue, en donde se esperaba un ingreso importante de fuerzas trasandinas, específicamente el V Cuerpo de Ejército al mando del General José Vaquero.También hubo otra concentración importante de fuerzas terrestres chilenas frente al Paso Los Libertadores, donde se preveía un asalto argentino con el objetivo de penetrar en la zona central del país. Sin embargo, la verdad es que había concentraciones de fuerzas menores a lo largo y a ambos de la frontera común previendo, como es el caso del III Cuerpo de Ejército al mando del General Luciano Menéndez. Pero el asalto terrestre central iba a ser dirigido contra Puerto Natales, en una operación en que el Ejército Argentino planificó movilizar 15.000 soldados y cerca de 100 tanques que avanzarían desde Río Gallegos hacia Magallanes. Sólo quince kilómetros de frontera constituían la parte más angosta del territorio chileno.Varios habitantes de la zona pudieron darse cuenta de la presencia de vehículos militares argentinos debido al reflejo del sol en sus parabrisas, que no habría sido camuflado a fin de que la población chilena los viera y se sintiese amedrentada. Sin embargo, lejos de amedrentarse, muchos magallánicos se sumaron voluntariamente a las filas del ejército, elevando las fuerzas terrestres desplegadas en la zona austral a cerca de 50.000 efectivos.Los blindados eran el elemento más temido en ese momento en el alto mando chileno, su neutralización ocupó un lugar central en la planificación de Ejército de Chile.


Foto: Posición defensiva chilena en la Isla Nueva, Punta Waller, noviembre de 1978

Se optó por minar amplios sectores y construir un número de trincheras en las inmediaciones del paso Dorotea, en donde se esperaba uno de los avances principales. “Lo que más temíamos – dice el General Floddy – era el ataque blindado. Teníamos tropa y fortificaciones para encauzar estas penetraciones, para guiarlos a lugares donde pudiésemos detenerlos”. El propósito de las defensas chilenas era dividir, encajonar y aislar a los medios mecanizados argentinos, destruyéndolos en forma parcial y escalonada, deteniendo su avance en el paso de Dorotea, Según el general, la idea era “detenerlos allí, o en las islas, o en alguno de los puntos de laguna de mar, y desde ahí posiblemente pasar a una contraofensiva.”Según documentos y testigos de la época, en ningún momento se planificó un choque entre blindados, porque eso era impracticable con los limitados medios de que disponía el ejército chileno, sino que siempre se buscó dividir a las formaciones mecanizadas argentinas, para luego desgastarlas y destruirlas mediante el empleo de bazucas y minas. En esa línea, y previendo que los argentinos irrumpirían hacia el estrecho de Magallanes y Punta Arenas por Morro Chico y Cabeza de Mar, allí también se preparó un complejo que concentraba zanjas, trincheras y campos minados.


Foto: Infantes de Marina Chilenos

La Infantería de Marina Chilena

Aunque el despliegue del Cuerpo de Infantería de Marina (CIM) se encuadraba en un eje estratégico definido por la planificación de la Armada, que, visualizando la evolución negativa del diferendo por las islas del Beagle tras el veredicto del arbitraje efectuado por la Corona británica, había comenzado a prepararse para la crisis con Argentina temprano en 1977.Al igual que las unidades a flote de la Escuadra y los medios aéreos basados en tierra de la Aviación Naval, las unidades –que estaban organizadas en torno a una brigada reforzada con asiento en Isla Dawson y unidades menores distribuidas en las puntos costeros y las islas en disputa- las fuerzas del CIM recibían sus órdenes e instrucciones directamente desde la Comandancia en Jefe de esa fuerza y no desde la Comandancia del Teatro de Operaciones Austral.Sin embargo, las capacidades y flexibilidad propias de esta fuerza de combatientes anfibios habrían permitido su empleo tanto en apoyo de las operaciones navales como de las terrestres, de acuerdo a la evolución de un eventual enfrentamiento. Oficialmente, al momento de la Crisis del Beagle el CIM disponía de 6.200 hombres, la mayoría de ellos desplegados en la zona austral.


Foto: Infantes de Marina Chilenos en ejercicios durante el cruce de la quebrada Rio Los Ciervos, diciembre de 1978.

Sin embargo, distintas fuentes afirman que, mediante la movilización de reservistas y personal recientemente acogido a retiro así como la postergación del licenciamiento de conscriptos a partir de principios de 1978, el número de efectivos habría subido a entre ocho y diez mil.Al igual que en el caso del Ejército, hasta antes del embargo aplicado en 1976, la CIM estaba equipada fundamentalmente con material principalmente estadounidense, con la excepción de una decena de carros blindados 4×4 MOWAG Grenadier, dotados de una torreta con ametralladora de 20mm –que también incluía un lanzacohetes doble de 81mm que fue pronto descartado- que equipaban una unidad motorizada de exploración.


Foto: Grumetes de la Infantería de Marina Chilena asignados al PM Brigada IM, viajan sobre un vehículo anfibio MOWAG Grenadier, Diciembre de 1978.

La información disponible respecto del despliegue de estos vehículos en la zona austral durante la Crisis del Beagle en 1978 es contradictoria. Algunas fuentes afirman que entre 3 y 4 fueron desplegados en Isla Dawson, mientras otras señalan que todos lo Grenadier estaban de baja en ese momento.Para las operaciones de asalto anfibio el CIM disponía también de 30 blindados anfibios sobre cadenas LVTP-5 de origen estadounidense, lanzados en el mar desde buques del tipo LST, que podían transportar a 35 fusileros además de sus tres tripulantes. Los elementos de apoyo de fuego a nivel de compañía estaban dotados de morteros de 60mm y 81mm, mientras que a nivel de batallón se disponía de cañones de 105mm para apoyo de fuego y cañones de 40mm para defensa anti-aérea. A medida que la crisis se fue agravando, con un potencial cierto de derivar en un choque bélico, la conformación de la Brigada IM incluyó el despliegue de un número de cañones M114 de 155mm.



El principal medio antitanque del CIM a nivel de batallón eran los 4×4 M38 equipados con un cañón de 105mm sin retroceso, los que eran suplementados a nivel de sección por bazucas M1 estadounidenses. Las unidades de Infateria de Marina Chilena tenían entre 4.500 y 5.500 efectivos distribuidas entre las islas en litigio –Picton, Nueva y Lennox- y la Isla Navarino, donde se reforzaron las defensas con cañones costeros, y otros puntos costeros de importancia marítima en el Canal Beagle. El grueso de la Brigada Anfibia estaba preparado en Isla Dawson.Dada la naturaleza y causa del eventual enfrentamiento bélico, la compañías reforzadas destacas en las islas en litigio habían sido las primeras en entrar en acción, enfrentando la ofensiva anfibia de las fuerzas argentinas con tropas lanzadas desde el mar y helitransportadas. Los Infantes de Marina prepararon para resistir en esos terrenos mediante un un sistema de tiros y trincheras cerradas, desde donde enfrentarían las eventuales incursiones argentinas, mientras que las playas aptas para un desembarco desde el mar fueron profusamente sembradas con minas anti-personal y antitanque. Carabineros al frente de batalla, Pese a ser un organismo paramilitar con funciones principales de orden interno, Carabineros, que contaba con 30.000 efectivos al momento de la crisis, también reforzó su presencia en la zona austral con el despliegue de un refuerzo de 1.500 hombres. De: Despliegue Terrestre de Chile en la Crisis del Beagle

Infanteria de Marina Argentina: Preludios de Acción Militar Conjunta


Una operación conjunta planificada durante el conflicto de 1978 por la soberanía de las islas del canal Beagle

Como antes de caminar se gatea, antes de integrar fuerzas para operaciones complejas hay necesariamente preludios a menor escala.En ese transitar hacia la acción conjunta, un caso que hoy traemos a la memoria, es el de una operación anfibia helitransportada que se planificó durante la escalada de 1978 en el marco del conflicto limítrofe con Chile por las islas e islotes de los archipiélagos situados en el Canal Beagle, las más conocidas son Picton, Lennox y Nueva. Al escalar el conflicto y la disputa diplomática y en previsión del rechazo de los términos del Laudo Arbitral, ambos países prepararon militarmente sus fronteras. El esfuerzo argentino se conocería luego como “Operación Soberanía”, aunque sus nombres fueron variando en los diferentes niveles y etapas del planeamiento, y sería esencialmente ofensiva.


Foto: BIM 4 (Batallón de Infantería de Marina N°4) completo, formado sobre Avda. Maipú, Tierra del Fuego, Ushuaia 1978.

En particular el sur argentino patagónico y la Isla Grande de Tierra del Fuego fueron testigos y protagonistas de ese alistamiento. En la visión estratégica nacional, Tierra del Fuego se encontraba dentro del Teatro de Operaciones “Sur” (Patagonia), a cargo del Comandante del Vº Cuerpo de Ejército, quien desde Bahía Blanca, tenía a su cargo todo el territorio terrestre y las fuerzas argentinas desplegadas al sur del Río Colorado.En particular en Tierra del Fuego, los planes incluían dos maniobras ofensivas, una terrestre para conquistar la parte norte de la isla y una anfibia para asegurar el dominio de las islas al este del meridiano del Cabo de Hornos. Los planes defensivos comprendían la protección de Ushuaia y la costa sur, mediante el cierre del canal con la acción combinada de un pequeño grupo naval de lanchas torpederas y patrulleras apoyadas por una escuadrilla aeronaval de helicópteros misilísticos, artillería costera y minado de pasos marítimos claves. Eso era complementado con la defensa antiaérea puntual de las ciudades y los objetivos vitales para la subsistencia de la población.Por fuera del archipiélago, otros esfuerzos navales (la Flota de Mar, la Aviación Naval embarcada y la Fuerza de Submarinos) daban cobertura más amplia a este “sub-teatro”.


Foto: Ejercicios de aviones A4Q sobre el Portaaviones A.R.A “25 de Mayo” durante el Conflicto del Beagle 1978.

El Ejército y la Fuerza Aérea Argentina, actuarían predominantemente en el continente, salvo escasas excepciones, de muy pequeña escala, que se mencionan luego.La isla se particionó entonces, en dos áreas de operaciones, diferenciadas. Una en las planicies y montes del norte, a cargo de la Infantería de Marina con casi la totalidad de los medios de esa fuerza anfibia, y otra al sur del lago Fagnano, abarcando el Canal Beagle y los archipiélagos australes. Esta última se conoció como Comando de la Zona Insular (COZI), que se puso al mando del Contralmirante Juan Carlos Malugani, entonces Comandante del Área Naval Austral y Jefe de la Base Naval Ushuaia.Ambas áreas dependían orgánica y administrativamente del Comandante de Operaciones Navales (Vicealmirante Julio A. Torti), junto a la Flota de Mar con su ala aérea, la Fuerza de Submarinos y la Aviación Naval no embarcada, pero en virtud de los esfuerzos estratégicos terrestres a realizar, la parte norte de la isla dependía operativamente del V° Cuerpo de Ejército, o más propiamente enunciado, coordinaba su maniobra con aquel.El sector fueguino era asistido logísticamente por un puente aeronaval del Comando de Sostén Logístico Móvil (de la Fuerza Aeronaval N°3) y por vía marítima a través del Comando de Transportes Navales.


Foto: Crucero A.R.A General Belgrano

Por otra parte, como dijimos, el resto de la Armada tenía sus medios divididos en otras fuerzas de tareas. El poder naval principal estaba constituido por la Flota de Mar (FLOMAR), al comando del CL Humberto Barbuzzi que apoyaría las acciones en este teatro insular. La escuadra naval agrupaba al crucero A.R.A. “General Belgrano” y los buques artilleros y misilísticos (tres nuevas corbetas y nueve viejos destructores), la aviación embarcada en el portaaviones A.R.A. “25 de Mayo”; la tercera escuadrilla aeronaval de ataque (12 aviones Skyhawk A4Q, de los que 5 se configuraron como interceptores y el resto como bombarderos) y la escuadrilla antisubmarina con 3 aviones Grumman S2A y S2E Tracker junto a 3 helicópteros Sea King, y los buques petroleros, y logísticos de apoyo.


Foto: Portaaviones A.R.A. “25 de Mayo” con su ala aérea embarcada en esos días.

Entonces, en el área meridional, al sur del lago Fagnano, a órdenes del COZI, se integró la Fuerza de Tareas 42, con la Agrupación de Lanchas Rápidas (Grupo de Tareas GT 42.1), reforzada con la Agrupación de Buzos Tácticos, un Grupo de Minado y el Destacamento Naval de Playas, el Grupo de Tareas Anfibio (GT 42.2) propio del Comando de la Fuerza de I.M. Nº 1 (FAI1), con aproximadamente 700 hombres, para la proyección de fuerzas a las islas defendidas y finalmente un Grupo de Tareas Aeronaval, con los medios de aviación naval no embarcados en el portaaviones, que para sus misiones en esa parte de la isla conformaba el GT 42.3.En la capital del viejo Territorio Nacional, Ushuaia, asiento del Comando del Área Naval Austral (COZI en su configuración operativa) y allí fue trasladada la jefatura y parte de la Fuerza de Infantería de Marina N°1 o Austral.Esta era (y es todavía) una unidad de combate autónoma, usualmente asignada al litoral patagónico, por lo que está equipada e instruida para el frío monte fueguino. Está normalmente integrada por sólo dos batallones, el BIM N°4 y el BIM N°5, lo que constituye una excepción, pues todas las demás fuerzas maniobran como organizaciones ternarias, es decir en equipos de tres unidades.Para este conflicto, la FAI1 fue desmembrada, y mientras el BIM N° 4, que provenía de su asiento en Trelew, permaneció a sus órdenes, el segundo elemento (el BIM Nº 5), fue incorporado al grueso de la Brigada de IM que tomó posiciones en el terreno, cercanas a su acantonamiento habitual en la ciudad de Río Grande.El grupo de tareas 42.2 estaba formado por el BIM N°4 y la sección de vehículos anfibios a rueda (VAR) para motorizarlo. En los momentos previos a su despliegue en la isla, fue engrosado por una tercera compañía de tiradores muy peculiar en su orgánica, del Ejército Argentino (la Compañía “Leopardo”), conformada por personal del Comando de Institutos Militares, al mando del Capitán Mario Fragni.


Foto: Oficiales del Ejército Argentino pertenecientes a la Compañía Leopardo

Además de las fracciones de tiradores, tenía un grupo ametralladoras, otro de cañones sin retroceso de 75 mm. y otro de lanzacohetes como apoyos de fuego además de uno de demoliciones. Esta totalizaba del orden de 124 hombres.Lógicamente, la compañía Leopardo se integró a la logística naval del BIM 4.Para esta tercer subunidad, el Ejército había seleccionado su gente y designado oficiales prestigiosos de las escuelas de capacitación. Entre ellos se contaban los tenientes Silvestre, Merlo, Díaz Bessone, Catuzzi, Estella, Torres y Gorris. El hecho de que muchos de ellos fueran hijos de generales en actividad, demuestra el compromiso de la conducción superior con la misión.

De esa forma, el Batallón 4 quedaba orgánicamente completo (con tres elementos de línea) y bien alistado para combatir, superando los 600 hombres, era en sí mismo una unidad conjunta, tal vez la primera. Una de sus secciones estaba a bordo del POMA (Portaaviones ARA Veinticinco de mayo).El “4 de línea” tenía dos juegos de planes, unos defensivos y otros ofensivos, que se pondrían en vigencia dependiendo de la evolución de la situación y de las órdenes que se le impartieran.Así es que tanto tenía previsiones para proteger la ciudad de Ushuaia, mientras permaneciera en la misma, ocupando a tal efecto posiciones defensivas sobre las dos principales avenidas de aproximación, en Río Olivia y Río Pipo, o bien para actuar ofensivamente, proyectándose en operaciones anfibias, como mejor caracteriza a la IM.Esta última era su misión prioritaria. Para el caso, se planeó una maniobra helitransportada y conjunta (es decir compartida con el Ejército y la Fuerza Aérea). Su objetivo final era la ocupación efectiva de islas en la zona litigiosa.


Plana Mayor del BIM 4 en el Fagnano (Frontera con Chile), previo al helitransporte

La determinación de cuáles serían ocupadas fue cambiando a medida que se avanzaba en el planeamiento, que se alteraba por los procesos políticos y diplomáticos, y en la medida en que se mejoraba la inteligencia sobre el despliegue y las defensas chilenas.En principio los objetivos materiales eran las mismas Picton, Lennox y Nueva (esta última para la compañía Leopardo); pero finalmente se había decidido que fueran las menores y menos defendidas Evout, Hornos, Barnevelt y Deceit, que igualmente servían a otros fines de la política nacional, por su posición estratégica en la futura determinación de líneas de base recta.El despliegue sería efectuado con aproximadamente once aeronaves medianas y grandes de las tres fuerzas, así distribuidas: tres Sea King de la Armada del Portaaviones (TNAV Otamendi), un Puma del Ejército y siete Sikorsky de la Fuerza Aérea (Cap. Posse – Cap. Raimondi), a cargo del CFAV Raúl Rivero.Los helicópteros mayores del EA y la FAA, se retuvieron hasta último momento en Río Gallegos para luego desplegarse a Río Grande. Con ellos y un Sea King naval se trasladaría al grueso del GT 42.2 en su movimiento a los objetivos insulares.La primera ola de esa acción partiría en los helicópteros de transporte, desde un vivac en las orillas del Lago Fagnano, donde la unidad se apostó antes del día “D”. Luego, el grupo repostaría combustible en el aeródromo naval de campaña “Frutilla”, implementado en la Bahía Aguirre y desde allí volaría directamente a sus objetivos.Simultáneamente, la sección de IM embarcada en el portaaviones se dirigiría directamente desde la posición de éste hacia Cabo de Hornos con otros 2/3 Sea Kings del ala aérea embarcada. El Portaaviones 25 de Mayo se hallaba al este de Isla de los Estados, aproximadamente a 150 Mn al NE del célebre peñón.Un Beechcraft B200 naval era destacado desde el norte del país y hacía un reconocimiento aéreo previo de la zona de desembarco, aprovechando la visibilidad crepuscular.


Mapa: Posiciones de la Infanteria de Marina Argentina.

Foto: Una formación táctica del grupo helicópteros norte Grupo Aéreo Insular patrullando los Canales Fueguinos en diciembre del ´78

El escuadrón de helicópteros, conformaba, a este efecto, parte del Grupo Aeronaval Insular GT 42.3.. El resto de ese grupo se había distribuido en once campos auxiliares, desarrollados y equipados en Lago Fagnano, Lago Yehuin, Bahía Aguirre, Puerto Español y varias estancias y puestos ganaderos, además de adaptar sectores asfaltados de la ruta Nº3, como pistas de ocasión. En cada una de estas estaciones secundarias se desplegaron secciones de aviones T28, T34 y Aermacchi MB 326, con mecánicos, repuestos, combustible y fracciones de seguridad.


Foto: Helicóptero Alouette III perteneciente a la Armada Argentina dispara un misil SS

La escuadrilla de los más pequeños y versátiles helicópteros de ataque, con el orden de 12 aeronaves SA 316 B Alouette III de la Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, se estableció tempranamente, en un campo preparado en el Valle de Andorra. Su misión consistía en explorar la costa sur del lago Fagnano, alertar sobre incursiones aéreas por el sector noroeste hacia Ushuaia, así como patrullar el Canal Beagle para neutralizar su empleo por las lanchas torpederas y las unidades navales de superficie chilenas, apoyando a las embarcaciones propias del GT 42.1.Las defensas de las islas que eran objetivo del GT 42.2 serían previamente “ablandadas” con raids de bombardeo desde el portaaviones por el grupo aeronaval embarcado y acciones de fuerzas especiales asignadas al GT 42.1 (la Agrupación de Buzos Tácticos- APBT) y las lanchas rápidas que apoyarían también con fuego naval de sus cañones de 76 mm.


Foto: Fuerzas Argentinas durante preparativos militares en 1978, durante el Operativo Tronador EAH1 desplegada en el helipuerto de campaña ANDORRA (TDF), se ve un helicóptero Hughes 500c PA 30 adscripto a la escuadrilla.

Las olas subsiguientes y refuerzos serían trasladados por modo naval con los avisos y las embarcaciones de desembarco tipo EDPV del Destacamento Naval de Playas.Así, en este breve racconto, visualizamos el planeamiento de una operación anfibia helitransportada, que, aunque la mediación papal y la conclusión política de la escalada interrumpió su desarrollo, contaba con todos los componentes del instrumento militar nacional. Aunque con una fuerte predominancia naval (por el marco del teatro archipielágico y marítimo) sentó un precedente de organización y acción conjunta.Cabe destacar que todo el equipamiento adquirido en estos años, el adiestramiento logrado y la ejecución de movilizaciones, despliegues, preparación del terreno, actualización de doctrina y procedimientos, fueron esenciales en el posterior desempeño de los componentes de la Armada en el Conflicto de Malvinas, tan solo tres años después. DE: PRELUDIOS DE ACCION MILITAR CONJUNTA



1 comentario:

  1. Durante a guerra de las Malvinas, el conflicto del Beagle no estaba resuelto Entonces,¿Qué ganó Chile con ayudar a Inglaterra? Se dice que casi nada, pero esto no es cierto. Veamos algunos beneficios inmediatos y otros de largo plazo:




    a) En lo inmediato, el levantamiento inmediato de veda o prohibición de vender armas a Chile. Por tanto, Chile ya se podía defender en caso de que Argentina decidiera atacar a Chile.

    b) El regalo inmediato de armamento inglés usado en las Malvinas para que Chile se defendiera en caso de que Argentina quisiera tomar una revancha inmediata.

    c) Gestionar un apoyo internacional a Chile en caso de que Argentina incumpliera nuevamente la mediación papal.

    d) Transferencia tecnológica a FAMAE para la fabricación de armas y asesoría astronáutica a ENAER para que Chile incursionara en la carrera espacial.




    A mediano y largo plazo:

    a) Apadrinamiento inglés en los países de la Conmowehat para que permitan una apertura comercial con Chile. Así, le fue mas fácil a Chile conseguir varios TLC con naciones angloparlantes, entre ellas India, EEUU y otros tantos países.

    b) Preferencia de canalización de inversiones extranjeras hacia Chile, con el objeto de convertirlo en un país plataforma de finanzas.

    c) Asesoría en diversas áreas comerciales y empresariales para el desarrollo de Chile, lo que explicaría en parte el porqué Chile ocupa el primer lugar en IDH de Latinoamérica.

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