viernes, 29 de noviembre de 2013

PGM: La Campaña en el África Oriental (Parte 4)

La Campaña en el África Oriental
Cuarta Parte
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La batalla de Tanga

La batalla de Tanga
Debido a la defectuosa organización solo a las 12.10 hrs se dio la órden de avanzar. El avance fue penosamente lento. Dos hora después, luego de haber cubierto unos cientos de metros, el enemigo no había sido avistado, también era imposible, dada la densidad del bosque ver claramente lo que estaba directamente enfrente. Dado lo desorganizado de la marcha, se abrieron grandes claros entre las diversas unidades. El calor era atroz, muchos hombres caían desmayados. A las 14.30 hrs los alemanes abrieron fuego. Estaban justamente en en las posiciones expectadas. Von Lettow acababa de llegar con resfuerzos y concentró a sus askaris en las afueras de la villa. Al comenzar el combate el batallón de North Lancashire avanzó, dejando atrás a otras unidades de esa brigada a sus flancos. Muchos fueron volteados por el intenso fuego de fusilería y ametralladoras.

El 50% de los efectivos del desdichado 13o. Batallón de Rajputs huyeron despavoridas del campo de batalla, arrastrando tras de si, en su desbandada a otro batallón cercano. En su diario Meinehrtzhagen anotó:


"¡Todos cuchicheaban como monos aterrados!. ¡No tenían deseo alguno de pelear!"

 
Los Rajputs disparaban con los fusiles en cualquier dirección, inclusive sobre las propias tropas que avanzaban. Esas mismas, creyendo que los alemanes atacaban por la retaguardia se dispersaron. 
"Tuve que usar mis botas y mi pistola para detenerlos" observó Meinertzagen, quien disparó contra un oficial hindú que desenvainó su espada y lo amenazó.

La confusión y el pánico ganaban la batalla a pocos minutos de haber comenzado. Parte de la tropa trataba de ocultarse en las rugosidades del terreno, otros oraban. Meinertzhagen ordenó a un cipayo, que temblaba de miedo levantarse. El soldado se negó, apuntándole con el fusil Meinertzhagen agrega lacónicamente


"¡Mate al bruto que se hallaba acostado en el suelo, medio loco de puro miedo!"

 La penosa verdad era que las tropas hindúes estaban completamente fuera de su elemento en este tipo de combate, para el cual jamas habían sido entrenados. Los oficiales británicos, tampoco entrenados, no atinaban sino a tiranizar esos hombres, conduciéndolos al fracaso.

Aitken lamentaba haber declinado la oferta de un destacamento de King's African Rifles!, ya que la tropa de von Lettow daba la impresión de saber lo que estaban haciendo. Un sobreviviente luego comentó: 


"¡Empleaban tácticas de fuego jamas vistas o empleadas en la India!"

Mientras tanto, algunas tropas del Regimiento North Lancashire y de otros batallones lograron llegar a Tanga, a pesar de los esfuerzos del Capitán von Hamerstein, quien arrojaba botellas a los askaris que se batían en retirada. Amigos y enemigos gritaban en una variedad de idiomas. Un grupo del batallón North Lancashire llegó hasta el Hotel Kaiser, un oficial trepó al techo y arrió la bandera alemana, pero a esta altura del entrevero, muchas unidades habían perdido a sus oficiales, y algunas de las compañías en la vanguardia habían sido reducidas al 50% de sus efectivos, Los askaris no solo manejaban bien las ametralladoras, sino que demostraron ser excelentes tiradores con el fusil. La defensa de la villa se hizo fiera,y un feroz combate casa por casa tomó lugar cuando los alemanes intentaron neutralizar a las tropas británicas que habían logrado penetrar en la villa.

Al recibir un pedido de fuego de apoyo, el crucero H.M.S. Fox arrojó una granada que cayó sobre el hospital de Tanga.


 
Tendiendo líneas del Telegráfo de Campaña 
 
¡Askaris al Ataque! 

Otra granada cayó sobre lo que quedaba de las linéas británicas, arrojando al formidable de Meinertzhagen a la copa de una palmera. Una batería de artillería abordo de las barcazas, sujetada contra las bordas
por sacos de carbón, intento apoyar con sus fuegos a las tropas británicas. A pesar que el jefe de esta batería pretendió dirigir el tiro desde el alto de un mástil, sin lograr su objetivo.

Mientras todo esto ocurría, un grupo de marineros del Fox desembarcó para comprar alimentos. A duras penas lograron regresar al buque bajo un intento fuego de armas livianas.

Al no recibir refuerzos, el batallón North Lancashire no tuvo más remedio que retirarse y los alemanes lograron cerra su línea. Según la historia oficial inglesa: 


"El resto de las tropas que atacaron, desagraciadamente se disperso entre la espesa vegetación o se amontonó en las playas. Los portadores, que fueron los primeros en huir fueron confundidos por askaris alemanes, dada la similitud de sus uniformes khaki, y esto acrecentó aún más el pánico."


Askaritreue "Lealtad Askari"

 
"Un cálido saludo" para las tropas de desembarco inglesas. La ametralladora es una Hotchkiss de 37 mm.

El "Arma Secreta" de von Lettow 
 Otra desagradable sorpresa aguardaba a los británicos: un feroz ataque por parte de un enjambre de abejas africanas. Los nativos acostumbraban colgar las colmenas de abejas de las ramas de los árboles. Debemos agregar que las abejas africanas son no solo mas grandes que las conocidas en Europa. Su ataque es más persistente, ya que las abejas europeas persiguen a sus presas por unos 30-35 metros, las africanas por 100-120 metros. Estas abejas africanas en particular estaban muy irritadas: las colmenas habían sido acribilladas a tiros. Aunque tanto las tropas alemanas como las británicas fueron el blanco de estos "amables" insectos, un rumor persistente entre las tropas del Regimiento North Lanchasire atribuía el ataque a "una endemoniada treta de los alemanes" Un suboficial de comunicaciones llamado Preston continuó transmitiendo por el telégrafo mientras era blanco de las abejas. Algo mas tarde debieron extirparle mas de 300 aguijones de la cabeza, Por este acto recibió la Distinguished Conduct Medal.

Varios años después del armisticio oficiales británicos le preguntaron a von Lettow si el había empleado "abejas entrenadas" en Tanga. La leyenda pesistió. Un libro de historia de post-guerra afirmaba que: Cañas y alambres habían sido hábilmente desplegados en el monte. Cualquier persona que tropezara con ellos destapaba a los nidos de abejas"

Regresemos a la batalla de Tanga-todo lo que quedaba en pie de la línea británica era un puñado de oficiales luchando solitarias batallas individuales. La estampida hacia las playas motivó que varios oficiales británicos abriesen fuego contra sus propias tropas. A esta altura de los acontecimientos, al ver su carrera militar cayendo en picada y su reputación hecha trizas, el General Aitken se lanzó a la carga con su plana mayor. Según un testigo ocular, apenado, desmoralizado al oir los gemidos y gritos de dolor de la tropa, su juicio y su temperamento fueron naturalmente más afectados aún.

Al caer la tarde la fuerza expedicionaria británica se hallaba en un estado total de confusión. Había sufrido 817 bajas sobre un total de 8.000 hombres. Tighe había perdido la mitas de sus oficiales. Si von Lettow hubiera contra-atacado, aquello hubiera sido una masacre. Pero no fue asi.
No convencido del grado de desmoralización de la fuerza enemiga, y aún temeroso de los cañones del H.M.S. Fox, que batían a Tanga con vigor, von Lettow optó por reunir a sus tropas fuera de la villa.

Mientras los británicos intentaban restaurar el orden y controlar a sus tropas, von Lettow advirtió que el enemigo había sufrido un contraste, aunque no tenía una idea exacta de la gravedad . En su Cuartel General, en el bosque detrás de la villa. Malhumorado por la escaséz de agua, hasta que las tropas aliviaron la sed con leche de coco, botellas de vino y de soda. La mayor carnicería de Tanga envió cantidades de salchichas calientes para alimentar a la tropa.


H.M.S. Fox



La playa de invasión

Trompa Askari

Por la noche, von Lettow aun estaba en la duda si Tanga estaba en manos del enemigo o en su poder. Para satisfacer su curiosidad, decidió explorar personalmente Por lo tanto, salto sobre una bicicleta y acompañado por dos oficiales se desplazo por las calles de la villa, que estaba totalmente abandonada. Las casas blancas reflejaban los rayos de la luna sobre las calles por las cuales von Lettow y sus oficiales transitaban. Al llegar al pueblo, pudo comprobar que Tanga definitivamente no estaba en manos de los ingleses


"A un cuarto de milla, en la rada se hallaban los buques de transporte británicos, cubiertos por un resplandor de luces. Mucho me lamente que nuestra artillería, dos cañones modelo 1873 aun no habían llegado "

Von Lettow descartó la bicicleta y se dirigió a pie hacia la playa, frente a la cual se hallaba el crucero Fox. Continuó sus observaciones y regreso al pueblo. Momentos después, una patrulla británica hizo fuego. Esta era una patrulla de dos hombres al mando de Meinertzhagen. En las palabras de un historiador inglés. "Si hubieran matado a von Lettow, el desembarco en Tanga hubiera valido la pena"

Al planear esta batalla, el Estado Mayor británico no había considerado la posibilidad de re-embarcar, y por consecuencia, no habían trazado plan alguno que contemplara esta circunstancia. La evacuación comenzó al dia siguiente, en el más completo desorden. Todas las unidades habían quedado desorganizadas, había muchísimos hombres con heridas demasiado graves para someterlos al brusco caminar de los camilleros, y a los sobresaltos que experimentarían al ser embarcados abordo de las barcazas y los 2.000 rechinantes e indisciplinados portadores complicaban aún más la situación.

Finalmente, los mandos ingleses decidieron dejar a los heridos más serios donde estaban y abandonar el grueso de los materiales. En total 130 hombres gravemente heridos fueron abandonados. Para facilitar la tarea de re-embarco, las ametralladoras fueron descartadas.

Al día siguiente, a las 09.00 hrs, Meinertzhagen se hallaba nuevamente en Tanga. Junto a Hamerstein, montados en mula se dirigieron a la playa, que se hallaba completamente abandonada. Alli, Meinertzhagen entregó oficialmente todos los suministros británicos. Estos incluían 16 ametralladoras, 455 fusiles, 600.00 cartuchos, teléfonos de campaña, unifomes etc. Von Lettow estaba encantado, ya que los nuevos uniformes y mantas satisfacerian las necesidades de sus tropas "por un año, por lo menos." De hecho, tres compañías de reciente creación fueron equipadas con estos materiales.

Inspeccionando los materiales, Meinerthagem tomo conocimiento de que el oficial británico a cargo del Cuartel de Maestranza no estaba protegido por la bandera blanca: "Se hallaba levantando inventario de los materiales abandonados en silencio. Hamerstein le preguntó que estaba haciendo detrás de las líneas alemanas, a lo que Meinertzhagen respondió que esto se debía a un error, y ordenó al oficial embarcarse en uno de los botes. Momentos después Hamerstein y Meinertzhagen advirtieron que una barcaza con tropas del North Lanchashire se aproximaba. La tropa saltó por la borda, a unos 50 metros de la playa para bañarse y nadar. Hamerstein le advirtió a Meinertzhagen que el no tendría otro remedio que hacer fuego contra estos hombres. Luego de furiosas señales, Meinertzhagen logró que regresaran al convoy.

Una vez finalizado el inventario de los materiales, Hamerstein y Meinertzhagen dedicieron desayunar: "Buena cerveza, hielo, cantidades de huevos, crema y espárragos"

El alemán y el británico se despidieron amablemente, intercambiaron direcciones y acordaron reunirse en el futuro. Hamerstein obsequió a Mienertzhagen con una foto de su persona. Luego de una buena charla de sobremesa con un joven oficial alemán, entusiasmado por los pájaros Meinertzhagen se marchó. Antes que de embarcarse. Hamerstein le advirtió que si los transportes no se alejaban, daría la orden de abrir fuego con uno de los anticuado cañones de campaña, aunque, agregó: "Nosotros, los alemanes no deseamos abrir fuego contra transportes desarmados"

Al subir a bordo del navío-cuartel del Gral. Aitken, Meinertzhagen reportó este detalle a Aitken. De inmediato, las naves levaron anclas y enfilaron hacia el mar abierto. Durante el día anterior, los jefes y oficiales trataron de separar a la confusa tropa y de darle a las unidades la misma organización prevaleciente al comienzo de operaciones.

Lo mas extraño de esta desdichada procesión era el hecho de que que el crucero H.M.S. Fox, la nave asignada por la Royal Navy a proteger el convoy encabezaba la retirada, encabezaba el convoy. Los alemanes abrieron fuego contra el último de los buques, aunque sin causar daños Meinertzhagen apuntó en su diario: " Me imagino que esta clase de comportamiento en la Royal Navy es caso único". Esta irritación se debía en parte a lo dolores de cabeza que experimentaba en esos momentos, debido a haber quedado colgado de las ramas de una palmera, al explotar una de las granadas del Fox.



El Hospital de Tanga

Askaris de la guardia Tabora

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