jueves, 23 de marzo de 2017

Antigüedad: El campo de concentración acadio

EL CAMPO DE CONCENTRACIÓN MÁS ANTIGUO
JAVIER SANZ — Historias de la Historia


En algunos foros de militaria en internet suele discutirse acerca de quién inventó los campos de concentración. Es un tema peliagudo, pues implica un gran peso ideológico y político. A nadie le gusta reconocer que su abuelo fue un bestia. Por ello, los partidarios del nazismo intentan remitir la culpa de la invención a los ingleses, durante la Guerra de los Boers. Y como es natural, los británicos alegan que los españoles ya habíamos creado “campos de reconcentrados” en la Guerra de Cuba de 1898. De esta forma, tirándose la pelota unos a otros, nos vamos remontando poco a poco en la antigüedad, descubriendo que la idea del genocidio siempre ha estado en la mente del ser humano, al margen de etnias, religiones, economía o ideologías políticas.

Sargón de Akhad

Hace más o menos unos 4300 años, en Mesopotamia se creó el primer imperio del que tenemos noticias, el acadio. Aunque se forjó a sangre y fuego, Sargón de Akhad, su fundador, será recordado siglos después como un gobernante justo. En todo momento intentó buscar la reconciliación con los sometidos sumerios, respetando y asimilando su cultura, su religión, su idioma y procurando no imponer gobernantes no deseados. Pero su hijo y sucesor, Rimush, estaba hecho de otra pasta. Se piensa que Rimush intentó colocar como gobernadores a toda una camarilla de acadios, lo que enfadó al pueblo sumerio que acabó rebelándose contra el monarca. Dirigidas por gobernadores sumerios, las ciudades de Zabala, Adab, Umma, Kidingira, Ur y Lagash se levantaron en armas. Entre éstos, destacaba un antiguo enemigo de su padre: Meskigala de Adab, al que Sargón había perdonado la vida y mantenido en el cargo. El resultado de la guerra fue adverso para los sumerios, que fueron sometidos de nuevo. Y los datos ofrecidos por los textos de autobombo de Rimush son impresionantes: Adab y Zabala, 15.718 muertos, 14.576 prisioneros y deportados; Umma y Kidingira, 8.900 muertos, 3.450 prisioneros y 3.600 deportados; Lagash y Ur, 8.040 muertos, 5.460 prisioneros y 5.985 deportados. En otro texto adicional se mencionan tres batallas en las que la coalición sumeria sufre 11.322 muertos, 10.680 prisioneros y 14.100 deportados (en aquella época, una ciudad como Ur podía tener una población de 50.000 habitantes de media).

Se cree que llegaron a morir en batalla alrededor de 50.000 personas. Y en esos instantes, para tener las manos libres, Rimush crea el primer campo de concentración del que tenemos noticia, donde llegó a haber más de 35.000 seres humanos internados. No se sabe muy bien si era un campo de trabajos forzados o de exterminio a secas. “A-na ga-ra-si-im ish-kun” son las palabras con que en el texto de Rimush se define al campo, pero los sumeriólogos aún discuten el sentido de la traducción. En todo caso, miles de seres humanos fallecieron en ese lugar. Tras nueve años de reinado, Rimush murió en un golpe de estado al ser golpeado en la cabeza con un sello de piedra. No hemos cambiado gran cosa en 4000 años.

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