viernes, 20 de septiembre de 2019

SGM: La violación de Alemania en la posguerra

"Disfruta de la guerra, porque la paz será terrible”






"Disfruta de la guerra, porque la paz será terrible”. Esa es la frase que se repetía en la Alemania nazi durante los últimos meses de resistencia agónica e inútil... Y así fue.
El Ejército Rojo venía dispuesto a vengarse. Se estima que aproximadamente unos dos millones de mujeres alemanas fueron violadas. Algunas para intentar impedirlo fingían ser ancianas echándose ceniza en la cara o pintándose manchas rojas, se vestían de campesinas o se quitaban los dientes postizos. Daba igual, al fin y al cabo para los soldados la violación era una forma de humillar al enemigo (el General Patton por su parte se limitó a orinar en el Rin como forma de marcar el territorio conquistado) que una manera de obtener placer. Era una conducta alentada o al menos consentida por el alto mando, como dijo Stalin a un interlocutor que le preguntó por las violaciones masivas: “¿No puede comprender que un soldado que ha pasado por la sangre, el fuego y la muerte, pase un buen rato con una mujer o se lleve alguna cosilla?”. Hubo casos extremos, como el de una mujer forzada en más de 60 ocasiones o el de otra que fue violada ininterrumpidamente durante 13 horas por un batallón de tanquistas. Las agresiones sexuales pasaron a ser algo tan cotidiano que algunos niños aprendieron a jugar al “Frau, komm mit!” (¡Mujer, ven conmigo!) con los niños representando el papel de soldados y ellas el de violadas. Respecto a esto, hay una película durísima y muy recomendable, Anónima: una mujer en Berlín (Max Färberböck, 2008). Plasma en la pantalla el diario personal de una de las supervivientes, publicado anónimamente a finales de los años cincuenta con considerable escándalo. Muestra por ejemplo cómo aquellas que se resistían a la violación cuando los rusos asaltaban los sótanos en los que se escondían las mujeres, niños y ancianos, eran reprendidas por sus compañeros, que las acusaban de ponerlos a todos en peligro. La protagonista, al igual que otras muchas mujeres en esa época, finalmente optó por buscar la protección de un alto mando, para evitar así los abusos de los soldados rasos. Como consecuencia de estas violaciones masivas nacieron unos 150.000 “niños rusos” que, en bastantes casos, fueron abandonados por sus madres (vía Jot Down)


1 comentario:

  1. ...bueno, pues, aún así, no es tanto.. con lo que sembraron ellos en Rusia, si yo soy Stalin, contesto de otra forma

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