La historia del avión argentino que se perdió en 1965
Desapareció luego de despegar de Panamá; Hay quienes aseguraron haber visto indígenas con prendas militares con la inscripción "Fuerza Aérea Argentina"; A 49 años, se hará una nueva incursión a una zona inexplorada. Duelo permanente, esperanzas que nunca se apagan, ilusiones contra toda lógica. Eso es lo que siguen viviendo los familiares de un avión argentino que, como el de Malaysia Airlines, se "tragó" el mar... o la tierra hace casi medio siglo y que todavía es buscado.
Es el TC-48 de la Fuerza Aérea Argentina, que el 3 de noviembre de 1965 desapareció luego de despegar de Panamá con nueve jóvenes oficiales y 59 cadetes recién graduados a bordo y que jamás fue encontrado. Hasta el caso del accidente de LAPA en 1999, fue el episodio más trágico de la aviación argentina.
"He pensado mucho en el tema del avión de Malaysia Airlines y en la angustia de esos familiares. La incertidumbre que se genera es peor a la de la muerte misma, porque no hay forma de hacer un duelo", reflexiona Cecilia, hija del piloto del avión desaparecido, capitán Esteban Viberti.
Cecilia, que en aquel momento tenía nueve años, nunca creyó en el informe oficial de la Fuerza Aérea Argentina presentado un año después de la desaparición, en el que se aseguraba categóricamente que la nave había caído al mar. Como prueba se mostraron entonces una serie de elementos pertenecientes al avión y a sus pasajeros.
Pero la realidad es que esos objetos fueron hallados en la costa, muy cerca de la desembocadura de un río costarricense, por lo que podrían haber llegado allí tanto desde el mar como desde tierra adentro.
Los familiares se apoyan también en el relato de quienes, por aquellos años, aseguraron haber visto indígenas que lucían prendas militares con la inscripción "Fuerza Aérea Argentina".
Pese a que ya han transcurrido 49 años, para los familiares la búsqueda no cesa. "En abril, se hará en Costa Rica una nueva incursión a una zona totalmente inexplorada donde confluyen muchas pistas y testimonios", comenta Cecilia Viberti, que sigue confiando en hallar los restos del DC-4 que piloteaba su padre.
Para Mercedes Carrilero, de 93 años, madre del cadete Adalberto "Manchito" Carrilero, que entonces tenía 22 años, la eterna espera de su hijo tiene ribetes dramáticos. Nunca aceptó mudarse de la casa familiar de Quilmes con la esperanza de que "si «Manchito» volviera", sabría dónde encontrarla.
Para el hermano de "Manchito", Julio Carrilero, lo más duro de una situación de este tipo "es no tener ningún tipo de información". "En el caso del avión malasio, por lo menos, el gobierno va revelando datos a medida que van surgiendo", dijo.
El brigadier (R) Gustavo Piuma Justo es uno de los pocos testigos que relata los hechos en primera persona. "Lo último que recuerdo del TC-48 es verlo desde la ventanilla de mi avión. Lo vi cómo tomaba posición en la cabecera de pista de la base Howard, de Panamá, listo para despegar."
En 1965, con 21 años, Piuma Justo era uno de los cadetes de la Promoción 31 de la Escuela de Aviación de Córdoba, que realizaba su viaje de graduados por diferentes países de América. Su suerte fue que, junto a la otra mitad de la promoción, le tocó viajar en el TC-43, que salió antes del fatídico vuelo.
"Cuando ocurrió la emergencia, nuestros aviones estaban volando en medio de una tormenta. En un momento, el director de la Escuela de Aviación, que estaba al lado mío, se levantó y fue a hablar con el piloto, quien le informó que el TC-48 estaba reportando «fuego a bordo». Ésa fue la última información que tuvimos. Después aterrizamos en El Salvador. Era una tarde despejada, y en vano nos quedábamos mirando al cielo con la esperanza de ver recortarse la silueta del DC-4."
De regreso a la Argentina, Piuma Justo tuvo la dura tarea de devolver a los padres de sus dos compañeros de pensión las pertenencias de sus hijos. "Es durísimo -recuerda-. Frente a la pregunta de: «¿Y dónde está mi hijo?», no supe qué responder."
La vida tenía preparada para Piuma Justo otros desafíos. En 1982, durante la Guerra de Malvinas, su avión Mirage fue alcanzado por un misil inglés y se eyectó. Al caer tuvo graves fracturas. Luego, un año más tarde, como oficial de las Naciones Unidas, fue destinado a la guerra del Líbano y allí sufrió una hemorragia cerebral.
Hoy, a punto de cumplir 70, Piuma Justo pide mayor comprensión hacia los familiares de los pasajeros del avión malasio y de las víctimas de este tipo de casos en general. "Están en una situación sumamente frágil. No hay que retacearles información. Saber qué pasó es una necesidad muy humana", dice.
Un misterio de casi medio siglo
Dos vuelos
En octubre de 1965 partieron de Mendoza dos aviones DC-4 con los graduados de la Promoción 31 de la Escuela de Aviación Militar, en viaje de instrucción; el destino final era EE.UU., con escala en varios países.
Fuego a bordo
Tras despegar de Panamá con 68 personas a bordo, el TC-48 reportó un incendio en la cabina; allí se produjo su última comunicación. Hasta hoy, todos los pasajeros están desaparecidos.
Informe final
Un año después, la Fuerza Aérea Argentina brindó su informe final, en el que reveló que el avión había caído al mar, aunque las pruebas no eran convincentes.
Búsqueda
Los familiares, que aún siguen con la búsqueda, sostienen que el avión cayó a tierra en Costa Rica; allí, testigos vieron a indígenas con objetos y ropa de la Fuerza Aérea Argentina.
Fuente:
Imass 21/3/2014
martes, 26 de agosto de 2014
lunes, 25 de agosto de 2014
Un baqueano de Lavalle en 1878
domingo, 24 de agosto de 2014
La inmortal figura de Güemes en la historia argentina
El retrato más épico de la Historia
La figura de Martín Miguel de Güemes se acrecienta y adquiere mayor jerarquía en la actualidad por sus ejemplos de alto contenido moral, cívico y patriótico.
Durante la reconquista los ingleses fueron despojados de dos guiones y cuatro banderas, una de ellas pertenecía al Justina (bandera conocida como del Retiro). Todas fueron ofrendadas por Liniers a la Virgen del Rosario del Convento Dominicano de Buenos Aires.
Abordar la figura del General Martín Miguel de Güemes apartado de lo que fue la Gesta Güemesiana, sería reducir su figura a la de un mero caudillo, propio de aquel tiempo tan difícil para la Patria.
Aquel año de 1820 reinaba la anarquía en el país y se inauguraba el tiempo de los caudillos que «lotearon» el país según sus propios intereses regionales, asumiendo el mando político y militar.
El país se dividió en verdaderos feudos que sin embargo no descartaban su unión en una federación nacional. Así, estuvo el Buenos Aires regido por Rosas; Juan Bautista Bustos en Córdoba, Facundo Quiroga en La Rioja, Bernabé Araóz en Tucumán, Francisco Ramírez en Entre Ríos, Estanislao López en Santa Fe e Ibarra en Santiago del Estero. Respetaban la ley, sí, pero era su voluntad la que prevalecía.
Conviene aclarar que algunos autores han escrito en manuales de cursos universitarios que Martín Miguel de Güemes era un caudillo más entre los que luchaban por mantener y acrecentar su propio territorio.
Grave error es considerar a Güemes como uno más de aquellos caudillos, pues eso sería arrebatarle la gloria que le corresponde por haber mantenido cerrada la frontera norte de las invasiones realista mientras el resto del país se dividía.
Por otro lado, ese momento histórico está recién comenzando cuando al año siguiente -1821-, Güemes muere bajo las balas realistas, siendo el único General que deja la vida en una acción bélica.
Por eso, considerar a Güemes fuera del marco de la Gesta Güemesiana es reducir su figura y desconocer el esfuerzo de los salto-jujeños y altoperuanos que lograron contener a unos de los mejores ejércitos del mundo mientras San Martín ponía en marcha el Cruce de los Andes, otra epopeya de la Guerra de la Independencia.
La Guerra de Recursos
Si algo caracteriza a la Gesta Güemesiana, es precisamente, el haber sido una guerra irregular, donde la imaginación y el coraje reemplazaron a la logística. Un verdadero sistema bélico no convencional que dio acaba cuenta de uno de los ejércitos más poderosos de ese momento, el español.
La caracterización de esa Gesta como la «Guerra Gaucha» no sólo es apropiada sino muy descriptiva de lo que significó para la historia de la Patria.
Porque justamente el hecho de que no fuera un ejército regular el que estuviera en guerra, determinó que fuera todo el Pueblo el que estuviera alzado en armas para defender el suelo propio.
Esa estrategia de contención fue diseñada por el General San Martín cuando estuvo al mando del Ejército del Norte, y tras observar el terreno se diera cuenta de que era imposible trasponer la Quebrada de Humahuaca para alcanzar el nido realista de Lima.
En la cuestionada carta a Rodríguez Peña que cita Fidel López, dice sin embargo algo muy cierto: «La Patria no hará camino por este lado del norte, mas que no sea una guerra permanente, defensiva y nada más; para eso bastan los valientes gauchos de Salta, con dos escuadrones buenos de veteranos. Pensar en otra cosa es echar al pozo de Airon hombres y dinero».
Con los pocos recursos a mano que tenía y luchando contra sus propios conciudadanos y la indiferencia de Buenos Aires, más preocupada en sus internas políticas, Güemes obligó a los realistas a mantener poderosos ejércitos merodeando la Quebrada de Humahuaca, intentando trasponer esa frontera que el caudillo les había marcado, y que como es sabido, no pudieron dejar nunca atrás.
La Gesta Güemesiana es pues, el conjunto de acciones llevadas adelante por todo un pueblo que se mantuvo durante más de cinco años en campaña hasta la muerte de Güemes en 1821.
Se compuso en el plano militar de acciones fugaces, de emboscadas y cargas de caballería que terminaban tan repentinamente como se habían presentado generando un estado de inseguridad y desmoralizando al enemigo.
En cuando al espacio social, éste cubrió toda la geografía norte del antiguo Virreinato del Río de la Plata y significó la participación masiva de la población donde hasta las mujeres hicieron gala de un heroísmo poco común. Tan ajustados fueron los códigos utilizados para tejer una red de información, que Güemes podía tener «en tiempo real» la posición y composición de las partidas realistas y ordenar ataque simultáneos perfectamente coordinados.
La estrategia de la Guerra Gaucha resultó para los realistas luchar contra un enemigo sin rostro, en permanente movilidad pero que hizo una guerra total.
Cuando las primeras líneas enemigas pensaban avanzar sobre campo despejado, donde menos se piensa surgen jinetes que los desorganizan dejando muertos y heridos en el campo para desaparecer tan fantasmalmente como se presentaron.
En tanto, la retaguardia sufre el desgaste de francotiradores que diezman las filas, mientras los soldados rezagados desaparecen en la espesura de los montes.
No hay nada utilizable al paso de los españoles, los campos quedan yertos, los corrales vacíos, las cosechas quemadas; el hambre se convierte para los extranjeros en otro enemigo a vencer.
Por eso, la Gesta Güemesiana si bien tiene la impronta del Prócer, adquiere el sentido popular porque el protagonista decisivo es el sujeto colectivo, el pueblo en su conjunto.
De allí el doble mérito de un Güemes que formó cuadros y hasta un Estado Mayor, escuadrones y compañías, con todos los servicios propios del mejor ejército regular.
Mientras Buenos Aires no encontraba el rumbo político y San Martín ultimaba detalles para el Cruce de los Andes, en Salta, Güemes y sus gauchos detuvieron siete invasiones realistas.
El Mariscal De La Serna comandaba 5.500 veteranos y en su avance mandó ejecutar a los Coroneles Warnes y Padilla. Ocupó Salta, pero en Humahuaca Güemes le cortó la comunicación y los suministros. Ante el permanente hostigamiento de los gauchos, debió retirarse.
Sería luego el turno del General Pedro de Olañeta, quien capturó al General Fernández Campero, uno de los capitanes más importantes de Güemes, conocido como el Marqués de Yavi. Sin embargo, no pudo trasponer la ciudad de Jujuy.
Olañeta regresará en 1818 y 1819, pero la de mayor porte fue la invasión que al mando del General Juan Ramírez Orozco en junio de 1820 al frente de casi 7.000 hombres.
No obstante la superioridad numérica y logística, ninguna pudo avanzar más allá de la línea de la Capital de Salta.
Los Capitanes de Güemes
La historia suele ser mezquina con muchos de los hombres que dejaron su vida en el empeño de legar una Patria libre.
Pese a no haber sido un ejército regular según lo mandan las técnicas militares, Güemes supo armar una suerte de Estado Mayor del que dependían cuadros subalternos perfectamente organizados.
Entre los hombres de comando se encontraron, el ya citado Marqués de Yavi (Juan Feliciano Fernández Campero; el coronel Francisco Pérez de Uriondo, responsable militar de Tarija; coronel Manuel Arias, a cargo de Orán; y el coronel José María Pérez de Urdininea, proveniente de las filas del Ejército del Norte, en Humahuaca.
En el valle de Jujuy estuvieron los coroneles Domingo Arenas en Perico y el teniente coronel Eustaquio Medina, a cargo del río Negro. Más movilidad tenían otros jefes, como José Ignacio Gorriti, Pablo Latorre o José Antonio Rojas.
Quienes conocen el territorio podrán dar fe de la capacidad de organización y mando de Güemes para mantener ordenado un frente que iba desde Volcán hasta la ciudad de Orán, en total algo más de setecientos kilómetros. Esa extensión estratégica se conoció como la Línea Pasaje.
Apenas una breves líneas para pincelar un momento épico de la historia argentina, donde la figura de Martín Miguel de Güemes se acrecienta y adquiere mayor jerarquía para los argentinos en la actualidad, donde son los próceres y sus ejemplos de alto contenido moral, cívico y patriótico, los que debieran iluminar los senderos que deben recorrer todavía los argentinos.-
por Ernesto Bisceglia
Fuente:
El Intransigente 17/6/2011
Fuente
La figura de Martín Miguel de Güemes se acrecienta y adquiere mayor jerarquía en la actualidad por sus ejemplos de alto contenido moral, cívico y patriótico.
Actuación de Martín Miguel de Güemes en la Reconquista de Buenos Aires.
El viento huracanado, conocido con el nombre de pampero, desde la noche anterior soplaba intensamente; además del frío había producido una extraordinaria bajante en el río de la Plata, provocando la varadura del Justina, barco inglés que el día anterior había bombardeado al Retiro y sufrido un cañonazo de Liniers. Pueyrredón al ser advertido de ello pidió permiso a Liniers y luego de su autorización destacó un piquete en el que se contaba el joven salteño Martín Miguel de Guemes, ayudante del jefe citado, quién con una pequeña partida a caballo atacó al buque varado a balazos con sus tercerolas por lo cual el capitán del Justina enarboló un pañuelo blanco en señal de rendición. Guemes abordó el buque tomando prisioneros a un centenar de tripulantes.Durante la reconquista los ingleses fueron despojados de dos guiones y cuatro banderas, una de ellas pertenecía al Justina (bandera conocida como del Retiro). Todas fueron ofrendadas por Liniers a la Virgen del Rosario del Convento Dominicano de Buenos Aires.
Abordar la figura del General Martín Miguel de Güemes apartado de lo que fue la Gesta Güemesiana, sería reducir su figura a la de un mero caudillo, propio de aquel tiempo tan difícil para la Patria.
Aquel año de 1820 reinaba la anarquía en el país y se inauguraba el tiempo de los caudillos que «lotearon» el país según sus propios intereses regionales, asumiendo el mando político y militar.
El país se dividió en verdaderos feudos que sin embargo no descartaban su unión en una federación nacional. Así, estuvo el Buenos Aires regido por Rosas; Juan Bautista Bustos en Córdoba, Facundo Quiroga en La Rioja, Bernabé Araóz en Tucumán, Francisco Ramírez en Entre Ríos, Estanislao López en Santa Fe e Ibarra en Santiago del Estero. Respetaban la ley, sí, pero era su voluntad la que prevalecía.
Conviene aclarar que algunos autores han escrito en manuales de cursos universitarios que Martín Miguel de Güemes era un caudillo más entre los que luchaban por mantener y acrecentar su propio territorio.
Grave error es considerar a Güemes como uno más de aquellos caudillos, pues eso sería arrebatarle la gloria que le corresponde por haber mantenido cerrada la frontera norte de las invasiones realista mientras el resto del país se dividía.
Por otro lado, ese momento histórico está recién comenzando cuando al año siguiente -1821-, Güemes muere bajo las balas realistas, siendo el único General que deja la vida en una acción bélica.
Por eso, considerar a Güemes fuera del marco de la Gesta Güemesiana es reducir su figura y desconocer el esfuerzo de los salto-jujeños y altoperuanos que lograron contener a unos de los mejores ejércitos del mundo mientras San Martín ponía en marcha el Cruce de los Andes, otra epopeya de la Guerra de la Independencia.
La Guerra de Recursos
Si algo caracteriza a la Gesta Güemesiana, es precisamente, el haber sido una guerra irregular, donde la imaginación y el coraje reemplazaron a la logística. Un verdadero sistema bélico no convencional que dio acaba cuenta de uno de los ejércitos más poderosos de ese momento, el español.
La caracterización de esa Gesta como la «Guerra Gaucha» no sólo es apropiada sino muy descriptiva de lo que significó para la historia de la Patria.
Porque justamente el hecho de que no fuera un ejército regular el que estuviera en guerra, determinó que fuera todo el Pueblo el que estuviera alzado en armas para defender el suelo propio.
Esa estrategia de contención fue diseñada por el General San Martín cuando estuvo al mando del Ejército del Norte, y tras observar el terreno se diera cuenta de que era imposible trasponer la Quebrada de Humahuaca para alcanzar el nido realista de Lima.
En la cuestionada carta a Rodríguez Peña que cita Fidel López, dice sin embargo algo muy cierto: «La Patria no hará camino por este lado del norte, mas que no sea una guerra permanente, defensiva y nada más; para eso bastan los valientes gauchos de Salta, con dos escuadrones buenos de veteranos. Pensar en otra cosa es echar al pozo de Airon hombres y dinero».
Con los pocos recursos a mano que tenía y luchando contra sus propios conciudadanos y la indiferencia de Buenos Aires, más preocupada en sus internas políticas, Güemes obligó a los realistas a mantener poderosos ejércitos merodeando la Quebrada de Humahuaca, intentando trasponer esa frontera que el caudillo les había marcado, y que como es sabido, no pudieron dejar nunca atrás.
La Gesta Güemesiana es pues, el conjunto de acciones llevadas adelante por todo un pueblo que se mantuvo durante más de cinco años en campaña hasta la muerte de Güemes en 1821.
Se compuso en el plano militar de acciones fugaces, de emboscadas y cargas de caballería que terminaban tan repentinamente como se habían presentado generando un estado de inseguridad y desmoralizando al enemigo.
En cuando al espacio social, éste cubrió toda la geografía norte del antiguo Virreinato del Río de la Plata y significó la participación masiva de la población donde hasta las mujeres hicieron gala de un heroísmo poco común. Tan ajustados fueron los códigos utilizados para tejer una red de información, que Güemes podía tener «en tiempo real» la posición y composición de las partidas realistas y ordenar ataque simultáneos perfectamente coordinados.
La estrategia de la Guerra Gaucha resultó para los realistas luchar contra un enemigo sin rostro, en permanente movilidad pero que hizo una guerra total.
Cuando las primeras líneas enemigas pensaban avanzar sobre campo despejado, donde menos se piensa surgen jinetes que los desorganizan dejando muertos y heridos en el campo para desaparecer tan fantasmalmente como se presentaron.
En tanto, la retaguardia sufre el desgaste de francotiradores que diezman las filas, mientras los soldados rezagados desaparecen en la espesura de los montes.
No hay nada utilizable al paso de los españoles, los campos quedan yertos, los corrales vacíos, las cosechas quemadas; el hambre se convierte para los extranjeros en otro enemigo a vencer.
Por eso, la Gesta Güemesiana si bien tiene la impronta del Prócer, adquiere el sentido popular porque el protagonista decisivo es el sujeto colectivo, el pueblo en su conjunto.
De allí el doble mérito de un Güemes que formó cuadros y hasta un Estado Mayor, escuadrones y compañías, con todos los servicios propios del mejor ejército regular.
Mientras Buenos Aires no encontraba el rumbo político y San Martín ultimaba detalles para el Cruce de los Andes, en Salta, Güemes y sus gauchos detuvieron siete invasiones realistas.
El Mariscal De La Serna comandaba 5.500 veteranos y en su avance mandó ejecutar a los Coroneles Warnes y Padilla. Ocupó Salta, pero en Humahuaca Güemes le cortó la comunicación y los suministros. Ante el permanente hostigamiento de los gauchos, debió retirarse.
Sería luego el turno del General Pedro de Olañeta, quien capturó al General Fernández Campero, uno de los capitanes más importantes de Güemes, conocido como el Marqués de Yavi. Sin embargo, no pudo trasponer la ciudad de Jujuy.
Olañeta regresará en 1818 y 1819, pero la de mayor porte fue la invasión que al mando del General Juan Ramírez Orozco en junio de 1820 al frente de casi 7.000 hombres.
No obstante la superioridad numérica y logística, ninguna pudo avanzar más allá de la línea de la Capital de Salta.
Los Capitanes de Güemes
La historia suele ser mezquina con muchos de los hombres que dejaron su vida en el empeño de legar una Patria libre.
Pese a no haber sido un ejército regular según lo mandan las técnicas militares, Güemes supo armar una suerte de Estado Mayor del que dependían cuadros subalternos perfectamente organizados.
Entre los hombres de comando se encontraron, el ya citado Marqués de Yavi (Juan Feliciano Fernández Campero; el coronel Francisco Pérez de Uriondo, responsable militar de Tarija; coronel Manuel Arias, a cargo de Orán; y el coronel José María Pérez de Urdininea, proveniente de las filas del Ejército del Norte, en Humahuaca.
En el valle de Jujuy estuvieron los coroneles Domingo Arenas en Perico y el teniente coronel Eustaquio Medina, a cargo del río Negro. Más movilidad tenían otros jefes, como José Ignacio Gorriti, Pablo Latorre o José Antonio Rojas.
Quienes conocen el territorio podrán dar fe de la capacidad de organización y mando de Güemes para mantener ordenado un frente que iba desde Volcán hasta la ciudad de Orán, en total algo más de setecientos kilómetros. Esa extensión estratégica se conoció como la Línea Pasaje.
Apenas una breves líneas para pincelar un momento épico de la historia argentina, donde la figura de Martín Miguel de Güemes se acrecienta y adquiere mayor jerarquía para los argentinos en la actualidad, donde son los próceres y sus ejemplos de alto contenido moral, cívico y patriótico, los que debieran iluminar los senderos que deben recorrer todavía los argentinos.-
por Ernesto Bisceglia
Fuente:
El Intransigente 17/6/2011
Fuente
sábado, 23 de agosto de 2014
La vida social de Roque Sáenz Peña en 1912
Una evocación de la vida social
(Sin sonido)
Descripción del film:
1. Llegada del presidente de la Nación, Dr. Roque Saenz Peña a Mar del Plata. Imágenes de la formación de un tren llegando a la estación de Mar del Plata. Descienden los pasajeros al anden. Imágenes del presidente Roque Sáenz Peña saludando a la gente y luego aborda un automóvil. (6/3/1912)
2. Almuerzo en honor del presidente Roque Sáenz Peña en Chapadmalal. Imágenes de la gente arribando a la residencia en automóviles, entre los invitados asiste un obispo católico. Imágenes de la gente caminando por los jardines de la residencia. (7/3/1912)
3. El presidente de la Nación durante su visita a la estancia "La Armonia". Imágenes de Roque Sáenz Peña conversando con la gente en los jardines de la estancia. Imágenes de hombres observando los animales de la raza equina. Imágenes de mujeres luciendo sombreros y caminando por el parque. El presidente Roque Sáenz Peña se despide de la gente y aborda un automóvil. (7/3/1912)
Fecha: 1912
Duración: 5 minutos 45 segundos
(Sin sonido)
Descripción del film:
1. Llegada del presidente de la Nación, Dr. Roque Saenz Peña a Mar del Plata. Imágenes de la formación de un tren llegando a la estación de Mar del Plata. Descienden los pasajeros al anden. Imágenes del presidente Roque Sáenz Peña saludando a la gente y luego aborda un automóvil. (6/3/1912)
2. Almuerzo en honor del presidente Roque Sáenz Peña en Chapadmalal. Imágenes de la gente arribando a la residencia en automóviles, entre los invitados asiste un obispo católico. Imágenes de la gente caminando por los jardines de la residencia. (7/3/1912)
3. El presidente de la Nación durante su visita a la estancia "La Armonia". Imágenes de Roque Sáenz Peña conversando con la gente en los jardines de la estancia. Imágenes de hombres observando los animales de la raza equina. Imágenes de mujeres luciendo sombreros y caminando por el parque. El presidente Roque Sáenz Peña se despide de la gente y aborda un automóvil. (7/3/1912)
Fecha: 1912
Duración: 5 minutos 45 segundos
viernes, 22 de agosto de 2014
Los 100 días del genocidio de Ruanda
Recuerdos de cien días de horror
Un documental muestra el proceso de reconciliación en Ruanda 20 años después de la guerra
El País
Oficialmente, hoy no hay hutus ni tutsis en Ruanda. Es un tabú. Un proceso complejo de reconciliación trata de llevar al país a la paz definitiva. ¿Es posible después de un genocidio? ¿Con supervivientes que fueron obligados a beber la sangre de su madre o a comerse sus genitales? ¿Con el recuerdo de montañas de cadáveres en iglesias o colegios?
Entre 1990 y 1994 el país padeció una de las guerras civiles más cruentas que recuerda el siglo XX. Tutsis y hutus —los dos pueblos mayoritarios que habitan el país— se enfrentaron sin medida ante la pasividad de la comunidad internacional. Los 100 últimos días de conflicto se alcanzó el culmen del horror: los hutus llevaron a cabo un genocidio contra los tutsis. Más de 800.000 personas fueron asesinadas (de media, más de 330 muertos por hora), la mayoría a golpe de machete. La pesadilla terminó tal día como hoy hace veinte años, cuando el 15 de julio de 1994 el Frente Patriótico Ruandés de los tutsis (FPR) tomó el control definitivo sobre Kigali, la capital. El mundo descubrió entonces lo que había sucedido. Los supervivientes, familiares y verdugos, tomaron la palabra.
El documental Ruanda 100 días de horror, de Alfons Rodríguez y Nacho Carretero lo recuerda a través de testimonios de supervivientes. Y llega a una conclusión. La reconciliación es casi imposible. “La realidad es que hoy los tutsis copan todos los puestos de control de Ruanda y someten a los otrora represores hutus a una absoluta opresión. El ciclo hutu-tutsi sigue su curso, dos pueblos enfrentados en una misma nación”, concluyen los autores en este trabajo. “Nadie habla. Nadie confía en nadie”, explica uno de los protagonistas.
Es una pieza audiovisual que mezcla imagen en movimiento, fotografía y la música de José Bautista que acompaña a un relato escalofriante de 15 minutos en el que hablan personas como Euginie Nyira Kimuzanye, que tiene la cabeza marcada por un machetazo que no llegó a matarla. O Joseph Buigirio, que narra cómo sobrevivió escondido bajo un banco a una matanza de 2.500 personas en una iglesia.
jueves, 21 de agosto de 2014
PGM: La trágica futilidad de todo el conflicto
La futilidad trágica de la Primera Guerra Mundial
Un siglo después, todavía estamos pagando el precio.
Burt Salomon - The Atlantic
Vladivostok, Rusia. Soldados y marineros de muchos países se alinearon frente a los aliados Edificio Sede de 1918. (Foto Archivo Nacional / Encontrado Press)
Si encuentras la conducta humana desalentar hoy, considerar lo que sucedió hace un siglo. Un marciano podría haber mirado hacia abajo a Europa en 1914 y he visto un mundo pacífico, próspero continente con una cultura compartida. Casi todo el mundo ha tenido suficiente para comer. El Inglés escuchado Wagner, alemanes degustan Shakespeare, aristócratas rusos imitaban a los franceses, Mozart y la ópera italiana eran amados por todos. Entonces, Europa implosionó.
Diez días antes de que Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia el 28 de julio de 1914, que provocó el descenso a la Primera Guerra Mundial, "la gente de todo el mundo estaban trabajando, descansando, comiendo, durmiendo, soñando nada menos que de la guerra", escribió el politólogo británico en el Atlántico el año siguiente. "La guerra vino sobre ellos como un trueno".
Los filósofos, eruditos y poetas pasaron los más de cuatro años de la guerra agitándose explicaciones. Ellos se burlaron de la idea de que el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austro-húngaro, fue mucho más que un pretexto. Una red de alianzas de enredo y las maniobras de los diplomáticos y generales arrastró naciones ambivalentes a una guerra innecesaria.
Un grupo de marines estadounidenses en 1918 (Cuerpo de Marines de EE.UU. de la Oficina de Publicidad Reclutamiento / Archivos Nacionales)
¿Pero cuales fueron las causas más profundas? Fue la codicia de los beligerantes ricos que tratan de hacerse más ricos. W.E.B. Du Bois, el escritor y activista negro, dijo que era la competencia por las colonias ricas en recursos en África. Fue una lucha entre la libertad y la autocracia (aunque alianza zarista de Rusia con Francia e Inglaterra socavó ese argumento). Fue debido a los instintos-este morales de la humanidad fue el filósofo y pacifista Bertrand Russell de vista quedaron a la zaga-detrás de su riqueza material. Fue la inseguridad psicológica de Alemania, provocada por la supremacía naval de Gran Bretaña y el miedo a la creciente poder de Rusia. Era, simplemente, la locura de la única especie carnívora que mata a su propia especie sin una buena razón.
Cuarto préstamo de la libertad, alrededor de 1917
(Archivos Nacionales)
O, todo lo anterior.
Y para esto, más de 16 millones de hombres fueron a su masacre, muchos de ellos de forma cruel y creativas. En las trincheras que se extendía un ininterrumpidas 475 millas desde el Mar del Norte hasta la frontera suiza, los alemanes construyeron paredes utilizando cadáveres, por lo que las tropas francesas que capturaron a una zanja colgaban los comedores de los tobillos que sobresalen. A lo largo del río Somme, en el norte de Francia, más de 1 millón de hombres murieron o resultaron heridos en el 1916 para un avance aliado de las siete millas. Gas venenoso llenó una cuarta parte de todos los proyectiles de artillería disparados en el frente occidental en 1918. Más de un tercio de los varones alemanes nacidos entre 1892 y 1895 murieron en el curso de la guerra. La propagación de matar a civiles en Inglaterra y Francia, atacada por los zeppelines alemanes. La guerra ya no era noble, así como algunos de los hombres que lucharon fuera noble incomparable.
El mundo era un lugar más desagradable después de la guerra que antes de ella.
Fue un triste, guerra sin sentido, por lo que todavía estamos pagando un precio. Un tratado de paz de corazón duro y una economía devastada producen una "generación perdida" de jóvenes alemanes y condujeron directamente a la subida de Hitler y una conflagración aún más feo del mundo. El acuerdo secreto Sykes-Picot alcanzado por Gran Bretaña y Francia en 1916 dibujó líneas fronterizas arbitrarias a través de los dividendos mortales posguerra Oriente Medio-en torno a Irak, por ejemplo-que están regresando a este día. El derrocamiento de la monarquía rusa y el colapso del Imperio Austro-Húngaro crearon una Europa balcanización que, en fecha tan reciente como el derribo de Malaysia Airlines Vuelo 17 sobre convulsionado Ucrania, nos duele todavía. El mundo era un lugar más desagradable después de la guerra que antes de ella.
Todas las guerras nos dicen algo acerca de las regiones más bajas de la naturaleza humana, la Primera Guerra Mundial (cáusticamente nombrado en 1918 por un periodista Inglés que pensó que no sería la última) más que la mayoría. Sobre la naturaleza de la codicia, los peligros de la inseguridad, la facilidad de perder el control humano sobre los acontecimientos humanos.
Puesta fuera de servicio después de que el Tratado de Versalles (AP)
Así, se ha desarrollado nuestra especie? La contraprueba es penosamente abundante. Hornos de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Gulags de Stalin. Los genocidios en Camboya y Ruanda. El retorno a las normas de pensamiento y comportamiento incitado por la revolución iraní de 1979 y practicada por los yihadistas de todo el Oriente Medio en el siglo séptimo.
De hecho, la evidencia es delgado que hemos crecido más sabio desde la guerra de la intención de poner fin a todas las guerras no hicieron nada por el estilo. Aún así, si te sirve de consuelo en medio de las tragedias y el trastorno del mundo actual, el Homo sapiens ha sido la forma más estúpido en el pasado de lo que son ahora.
Un siglo después, todavía estamos pagando el precio.
Burt Salomon - The Atlantic
Vladivostok, Rusia. Soldados y marineros de muchos países se alinearon frente a los aliados Edificio Sede de 1918. (Foto Archivo Nacional / Encontrado Press)
Si encuentras la conducta humana desalentar hoy, considerar lo que sucedió hace un siglo. Un marciano podría haber mirado hacia abajo a Europa en 1914 y he visto un mundo pacífico, próspero continente con una cultura compartida. Casi todo el mundo ha tenido suficiente para comer. El Inglés escuchado Wagner, alemanes degustan Shakespeare, aristócratas rusos imitaban a los franceses, Mozart y la ópera italiana eran amados por todos. Entonces, Europa implosionó.
Diez días antes de que Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia el 28 de julio de 1914, que provocó el descenso a la Primera Guerra Mundial, "la gente de todo el mundo estaban trabajando, descansando, comiendo, durmiendo, soñando nada menos que de la guerra", escribió el politólogo británico en el Atlántico el año siguiente. "La guerra vino sobre ellos como un trueno".
Los filósofos, eruditos y poetas pasaron los más de cuatro años de la guerra agitándose explicaciones. Ellos se burlaron de la idea de que el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austro-húngaro, fue mucho más que un pretexto. Una red de alianzas de enredo y las maniobras de los diplomáticos y generales arrastró naciones ambivalentes a una guerra innecesaria.
Un grupo de marines estadounidenses en 1918 (Cuerpo de Marines de EE.UU. de la Oficina de Publicidad Reclutamiento / Archivos Nacionales)
¿Pero cuales fueron las causas más profundas? Fue la codicia de los beligerantes ricos que tratan de hacerse más ricos. W.E.B. Du Bois, el escritor y activista negro, dijo que era la competencia por las colonias ricas en recursos en África. Fue una lucha entre la libertad y la autocracia (aunque alianza zarista de Rusia con Francia e Inglaterra socavó ese argumento). Fue debido a los instintos-este morales de la humanidad fue el filósofo y pacifista Bertrand Russell de vista quedaron a la zaga-detrás de su riqueza material. Fue la inseguridad psicológica de Alemania, provocada por la supremacía naval de Gran Bretaña y el miedo a la creciente poder de Rusia. Era, simplemente, la locura de la única especie carnívora que mata a su propia especie sin una buena razón.
Cuarto préstamo de la libertad, alrededor de 1917
(Archivos Nacionales)
O, todo lo anterior.
Y para esto, más de 16 millones de hombres fueron a su masacre, muchos de ellos de forma cruel y creativas. En las trincheras que se extendía un ininterrumpidas 475 millas desde el Mar del Norte hasta la frontera suiza, los alemanes construyeron paredes utilizando cadáveres, por lo que las tropas francesas que capturaron a una zanja colgaban los comedores de los tobillos que sobresalen. A lo largo del río Somme, en el norte de Francia, más de 1 millón de hombres murieron o resultaron heridos en el 1916 para un avance aliado de las siete millas. Gas venenoso llenó una cuarta parte de todos los proyectiles de artillería disparados en el frente occidental en 1918. Más de un tercio de los varones alemanes nacidos entre 1892 y 1895 murieron en el curso de la guerra. La propagación de matar a civiles en Inglaterra y Francia, atacada por los zeppelines alemanes. La guerra ya no era noble, así como algunos de los hombres que lucharon fuera noble incomparable.
El mundo era un lugar más desagradable después de la guerra que antes de ella.
Fue un triste, guerra sin sentido, por lo que todavía estamos pagando un precio. Un tratado de paz de corazón duro y una economía devastada producen una "generación perdida" de jóvenes alemanes y condujeron directamente a la subida de Hitler y una conflagración aún más feo del mundo. El acuerdo secreto Sykes-Picot alcanzado por Gran Bretaña y Francia en 1916 dibujó líneas fronterizas arbitrarias a través de los dividendos mortales posguerra Oriente Medio-en torno a Irak, por ejemplo-que están regresando a este día. El derrocamiento de la monarquía rusa y el colapso del Imperio Austro-Húngaro crearon una Europa balcanización que, en fecha tan reciente como el derribo de Malaysia Airlines Vuelo 17 sobre convulsionado Ucrania, nos duele todavía. El mundo era un lugar más desagradable después de la guerra que antes de ella.
Todas las guerras nos dicen algo acerca de las regiones más bajas de la naturaleza humana, la Primera Guerra Mundial (cáusticamente nombrado en 1918 por un periodista Inglés que pensó que no sería la última) más que la mayoría. Sobre la naturaleza de la codicia, los peligros de la inseguridad, la facilidad de perder el control humano sobre los acontecimientos humanos.
Puesta fuera de servicio después de que el Tratado de Versalles (AP)
Así, se ha desarrollado nuestra especie? La contraprueba es penosamente abundante. Hornos de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Gulags de Stalin. Los genocidios en Camboya y Ruanda. El retorno a las normas de pensamiento y comportamiento incitado por la revolución iraní de 1979 y practicada por los yihadistas de todo el Oriente Medio en el siglo séptimo.
De hecho, la evidencia es delgado que hemos crecido más sabio desde la guerra de la intención de poner fin a todas las guerras no hicieron nada por el estilo. Aún así, si te sirve de consuelo en medio de las tragedias y el trastorno del mundo actual, el Homo sapiens ha sido la forma más estúpido en el pasado de lo que son ahora.
miércoles, 20 de agosto de 2014
GCE: Un cruel fusilamiento sexista
La corta vida de trece rosas
Fue uno de los episodios más crueles de la represión franquista. El 5 de agosto de 1939, trece mujeres, la mitad menores, fueron ejecutadas ante las tapias del cementerio del Este. Su historia sigue viva hoy en forma de libros, teatro, documentales y cine.
Lola Huete Machado - El País
Fue uno de los episodios más crueles de la represión franquista. El 5 de agosto de 1939, trece mujeres, la mitad menores, fueron ejecutadas ante las tapias del cementerio del Este. Su historia sigue viva hoy en forma de libros, teatro, documentales y cine.
"Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija que ya jamás te podrá besar ni abrazar Que no me lloréis. Que mi nombre no se borre de la historia". Fueron éstas las últimas palabras que dirigiría a su familia una muchacha de 19 años llamada Julia Conesa. Corría la noche del 4 de agosto de 1939. Hacía cuatro meses que había terminado la Guerra Civil. Madrid, destruida y vencida tras tres años de acoso, de bombardeos y resistencia ante el ejército sublevado, intentaba adaptarse al nuevo orden impuesto por el general Franco, un régimen que iba a durar cuatro décadas.
En el ambiente de ese verano de posguerra -tristísimo para unos y glorioso para otros-, se mezclaban las ruinas de los edificios y la pobreza de sus pobladores con las dolorosas secuelas físicas y psicológicas de la contienda. Y, sobre todo, abundaban ya la propaganda y la represión. El día a día de la capital estaba marcado por las denuncias constantes de vecinos, amigos y familiares; por la delación, los procesos de depuración en la Administración, en la Universidad y en las empresas; por las redadas, los espías infiltrados en todas partes, las detenciones y las ejecuciones sumarias. En junio habían comenzado, incluso, los fusilamientos de mujeres. "Españoles, alerta. España sigue en pie de guerra contra todo enemigo del interior o del exterior, perpetuamente fiel a sus caídos. España, con el favor de Dios, sigue en marcha, una, grande, libre, hacia su irrenunciable destino ", voceaban las radios de Madrid. "Juro aplastar y hundir al que se interponga en nuestro camino", advertía Franco en sus discursos.
Sería aquélla la última carta de Julia Conesa. Y ella lo sabía. Porque, junto a otras catorce presas de la madrileña cárcel de Ventas, había sido juzgada el día anterior en el tribunal de las Salesas. "Reunido el Consejo de Guerra Permanente número 9 para ver y fallar la causa número 30.426 que por el procedimiento sumarísimo de urgencia se ha seguido contra los procesados ( ) responsables de un delito de adhesión a la rebelión ( ) Fallamos que debemos condenar y condenamos a cada uno de los acusados ( ) a la pena de muerte", dice la sentencia. A Julia la acusaban hasta de haber sido "cobradora de tranvías durante la dominación marxista".
Y apenas 24 horas más tarde, 13 de aquellas mujeres y 43 hombres fueron ejecutados ante las tapias del cementerio del Este. El momento lo recuerdan así algunas compañeras de presidio: "Yo estaba asomada a la ventana de la celda y las vi salir. Pasaban repartidores de leche con sus carros y la Guardía Civil los apartaba. Las presas iban de dos en dos y tres guardias escoltaban a cada pareja, parecían tranquilas" (María del Pilar Parra). "Algunas permanecimos arrodilladas desde que se las llevaron, durante un tiempo que me parecieron horas, sin que nadie dijera nada. Hasta que María Teresa Igual, la funcionaria que las acompañó, se presentó para decirnos que habían muerto muy serenas y que una de ellas, Anita, no había fallecido con la primera descarga y gritó a sus verdugos: '¿es que a mí no me matan?" (Mari Carmen Cuesta). "Si fue terrible perderlas, verlas salir, tener que soportarlo con aquella impotencia, más lo fue ver la sangre fría de Teresa Igual relatando cómo habían caído. Entre las cosas que nos dijo, fue que las chicas iban muy ilusionadas porque pensaban que iban a verse con los hombres [con sus novios y maridos, también condenados] antes de ser ejecutadas, pero se encontraron que ya habían sido fusilados" (Carmen Machado).
Quince de los ajusticiados ese 5 de agosto de 1939 eran menores de edad, entonces establecida en los 21 años. Por su juventud, a estas mujeres se las comenzó a llamar "las trece rosas", y su historia se convirtió pronto en una de las más conmovedoras de aquel tiempo de odio fratricida y fascismo. Un episodio sobre el que nunca se habrá escrito mucho. Lo investigó el periodista Jacobo García, ya en 1985. Lo noveló el escritor Jesús Ferrero en su libro Las trece rosas (Siruela, 2003), en el que dedica un capítulo a cada una de las muchachas y con su literatura las dota de vida y palabra, de sentimiento y dolor; le pone cara a sus verdugos Lo documentó durante dos años, sin ficciones, y por eso aún con mayor crudeza el periodista Carlos Fonseca en Trece rosas rojas (Temas de Hoy, 2004): "No conocía la historia, no la busqué; ésta me buscó a mí a través de unos documentos que guardaba un tío de mi padre que pasó 20 años en la cárcel. Localicé el sumario, investigué; los familiares pusieron el material que tenían a mi disposición". En su libro duelen los testimonios de las familias, el momento de la condena, la partida hacia la muerte, la locura posterior de las madres de las fusiladas ante su pérdida, la indiferencia del régimen.
Retoma la historia de las trece rosas ahora la productora Delta Films en un largometraje documental títulado Que mi nombre no se borre de la historia, tal como pidió Julia en los últimos minutos de su vida. En la película se muestra el drama personal y el contexto social, político (su militancia en las Juventudes Socialistas Unificadas, JSU) y bélico en el que se mueven las protagonistas. "Es el primer documental sobre el suceso y entendimos que era urgente hacerlo porque son pocos los testigos vivos. Si no se recogen ahora sus voces, permanecerán para siempre en el olvido", dicen los directores, Verónica Vigil y José María Almela.
El destino triste de estas mujeres que no pudieron envejecer ha sido citado también en libros de Dulce Chacón o Jorge Semprún, y este mismo otoño lo acaba de llevar a escena la compañía de danza y teatro Arrieritos. Además ha sido inspiración para una organización socialista recién creada, Fundación Trece Rosas, "orientada a proyectos e iniciativas en las que se profundice en la igualdad y la justicia social". Y aún más: su vida y muerte es el argumento del próximo filme de Emilio Martínez Lázaro, con guión de Ignacio Martínez de Pisón y asesoría de Fonseca.
"Tras entrevistar a sus compañeros de organización, a sus familiares, concluimos que las trece rosas eran mujeres que sabían bien lo que hacían, y que con gran valentía y clarividencia lucharon contra el régimen antidemocrático que se avecinaba", comentan Vigil y Almela. "Se afiliaron a la JSU de forma consciente; pudiendo quedarse en casa, salieron a la calle y optaron por luchar y defender la II República española, desempeñando diversas labores durante la defensa de Madrid y poniendo en riesgo sus propias vidas". Según Fonseca, el régimen franquista "adoptaba un tono paternalista con las mujeres en sus mensajes, pero trató con igual inquina a hombres y a mujeres. La miliciana era para los vencedores la antítesis de la mujer, cuya misión en la vida era ser madre y reposo del guerrero". Para Santiago Carrillo, que fue primer secretario general de la JSU, "en las guerras, son ellas siempre las que más sufren Y el régimen de Franco hizo todo lo posible por destruir el espíritu de libertad de las mujeres que se había creado con la República".
Ellas se llamaban Ana López Gallego, Victoria Muñoz García, Martina Barroso García, Virtudes González García, Luisa Rodríguez de la Fuente, Elena Gil Olaya, Dionisia Manzanero Sala, Joaquina López Laffite, Carmen Barrero Aguado, Pilar Bueno Ibáñez, Blanca Brisac Vázquez, Adelina García Casillas y Julia Conesa Conesa. Eran modistas, pianistas, sastras, amas de casa, militantes todas, menos Brisac, de la JSU. El suyo se considera uno de los castigos más duros a los vencidos de la posguerra. Una respuesta, dicen, al asesinato del comandante de la Guardia Civil, Isaac Gabaldón, a su hija y su chófer el 27 de julio anterior.
"El número de detenciones diarias en la capital era muy variable en 1939, aunque muchos días la información titulada 'Detención de autores de asesinato' estaba formada por más de cien nombres ", escribe Pedro Montoliú en su reciente e interesante libro Madrid en la posguerra, 1939-1946. Los años de la represión (editorial Sílex) que le ha supuesto cuatro años de investigación y en el que describe el ambiente de aquel tiempo: "Los peores meses fueron junio, con 227 fusilados; julio, con 193; septiembre, con 106; octubre, con 123, y noviembre, con 201. Por días, los más sangrientos fueron el 14 de junio: 80 fusilados; 24 de junio, 102; 24 de julio, 48; el 5 de agosto, 56. ( ) Ese día, y 48 horas después de dictar sentencia, fueron fusiladas las 'trece rosas', de entre 18 y 23 años, que habían intentado reconstruir la JSU en la clandestinidad".
Vigil y Almela enfocan su película preguntándose cómo se podía llegar a ejecutar una sentencia tan infame. "¿Qué había pasado en España? ¿Qué acontecimientos habían azotado el panorama político y social de aquel entonces?". Miraron entonces hacía la organización política juvenil de la que las trece rosas eran miembros, la JSU, y a su papel en el transcurso de la guerra.
"Franco se proponía destruir hasta la simiente de los rojos en este país y al decir rojos, estoy diciendo los simples demócratas, los liberales, cualquier recuerdo de los tiempos en que España había sido libre", declara Carrillo en el filme. La organización nació en marzo de 1936 de la fusión entre la Unión de Juventudes Comunistas y la Federación de Juventudes Socialistas. "Luchábamos por un ideal", dice una de sus miembros. Otra: "Nos afanábamos por la libertad, por un mundo mejor, porque el trabajador pudiera vivir en condiciones". Una tercera: "Defendíamos la República que había sido elegida en 1931, mejorándola". Y cuarta: "Mi conciencia política surgió tan pronto empezó la guerra. Tenía 15 años y debía pelear, no había más remedio". En 1939, la JSU se encontraba deshecha, sus líderes encarcelados Sólo se contaba con el coraje de sus miembros para reorganizarse.
"Crear una estructura clandestina es siempre algo muy difícil. Hay que concentrar los esfuerzos. Y en ese periodo los concentramos en la creación, sobre todo, de un partido comunista clandestino", afirma Carrillo. Para el régimen, según el periodista Jacobo García, la JSU representaba un gran peligro: "Dada la juventud de sus militantes, estaba destinada a sobrevivir durante muchos años y a plantear problemas al régimen franquista durante muchos años, a corto, medio y largo plazo". Debía desaparecer.
Así, estando todos los hombres en prisión o en el exilio, de la reorganización se encargaron las mujeres o los jóvenes. "Queríamos seguir luchando, recuperar dinero para ayudar a los presos, para sacarlos, para sacar a mi hermano; queríamos, pero no lo conseguimos ", apunta Concha Carretero. "Te cogían enseguida", rememora Nieves Torres. "Era un Madrid triste, reservado, la gente no se atrevía a mirar a nadie; si ibas en el metro, todo el mundo iba con la cabeza baja", dice Mari Carmen Cuesta. Se tira de los detenidos, se utiliza la tortura para conseguir delaciones, y así, poco a poco, va cayendo la organización. "A los presos los sacaban a la calle y los usaban como gancho, detrás iban dos policías. Así me detuvieron a mí", sigue Torres.
Las trece rosas fueron elegidas para morir entre las 4.000 reclusas hacinadas en Ventas en un espacio pensado para 400 (más de 280.000 presos políticos se contaban en 1939 en España). ¿Por qué ellas y no otras? El escritor Jesús Ferrero imagina una posibilidad literaria y azarosa en su libro: "Roux, Cardinal y el Pálido habían comido opíparamente en el Ritz y se sentían alegres ( ). Una hora antes les había llegado la orden de elegir a quince mujeres, preferentemente menores de edad, para conducirlas a juicio. Ya en comisaría, una señora, que se sentía agradecida porque habían liberado a su hija, le regaló al Pálido un ramo de rosas. Eran quince El Pálido lo cogió y, mirando a Cardinal y a Roux, dijo: 'Señores, ha llegado el momento de decidir quiénes van a ser las quince de la mala hora. Bastará con ponerle un nombre a cada una de las rosas Empezaré yo', dijo tomando una flor. 'Y bien, esta rosa de pasión se va a llamar Luisa. No conseguí que esa bastarda pronunciara una sola palabra en los interrogatorios. Por poco me vuelve loco'. 'Y ésta, Pilar', dijo Cardinal. 'Y ésta se va a llamar Virtudes', susurró el Pálido con precipitación. 'Y ésta, Carmen', dijo Cardinal. 'Lo merece más que nadie. Nunca me miró bien esa condenada'. 'Y ésta, Martina', anunció Roux. 'Está siempre ausente. Seguro que ni siquiera se va a dar cuenta de que ha muerto".
Ficciones aparte, ellas sí se daban cuenta. De sus condiciones ("La posguerra fue peor que la guerra"), de las humillaciones ("Se ve que les gustó mi pelo y me dejaron pelona, pelona; me lo cortaban y me lo enseñaban, '¿no te da pena este ricito?"), de lo que les esperaba ("No bastaba con estar tú en la cárcel, todo tu entorno tenía que expiar por tu pecado"), de lo que significaba pertenecer a los derrotados ("Nos trataban de lo peor, muchas palizas, muchas vejaciones"), de lo que perdían ("Estuve 16 años en prisión, se me fue lo mejor de mi juventud ").
Así lo cuentan en la película Maruja Borrell, Nuria Torres, Mari Carmen Cuesta, Concha Carretero, Ángeles García-Madrid, entre otras muchas, de las que fueron amigas, conocieron y/o compartieron celda con las trece rosas en aquellos días. Hablan de las penurias, de la vida cotidiana en una prisión en la que sólo se comían "lentejas de Negrín", de los petates en el suelo, de la desconfianza ("No te fiabas de nadie porque se decía que los franquistas habían metido chivatas dentro"), y hasta de su capacidad para sobrevivir, intimar, quererse y reírse de sí y de su situación. Hablan de las terribles noches de saca, de cómo todas salían temerosas a la galería para ver quiénes eran las elegidas para morir, de cómo sucedió todo en aquella noche terrible de agosto. "Para mí es un recuerdo muy amargo, muy amargo", llora aún hoy desconsolada Mari Carmen Cuesta, entonces de 16 años.
En la película de Delta Films y en el libro de Fonseca se recogen testimonios de parientes: las sobrinas de Julia, de Dionisia, de Martina Y del hijo de Blanca Brisac y Enrique García, quizá la más triste de todas las historias: "Mi padre pertenecía a la UGT, pero mi madre dijeron que era de la JSU, y yo sé que no militaba. Lo puedo jurar", dice. A ambos los ejecutaron ese 5 de agosto de 1939, cuando él tenía 11 años. "Determinadas corrientes revisionistas pretenden hoy cambiar la realidad de los hechos y esto sí que es muy peligroso. No se trata de generar sentimientos revanchistas. En ninguna de las entrevistas que hicimos percibimos rencor. Al contrario, fue toda una lección de humanidad. Nuestro documental trata de concederles el minuto de duelo que en su día se les negó", cuentan Vigil y Almela.
Fue Blanca Brisac, sin embargo, quien mejor lo expresó, mientras escribía a su hijo esa noche, ya en capilla: "Voy a morir con la cabeza alta Sólo te pido que quieras a todos y que no guardes nunca rencor a los que dieron muerte a tus padres, eso nunca. Las personas buenas no guardan rencor Enrique, que te hagan hacer la comunión, pero bien preparado, tan bien cimentada la religión como me la cimentaron a mí Hijo, hijo, hasta la eternidad ".
El documental 'Que mi nombre no se borre de la historia' se emitirá a primeros de 2006 en 'Docu-TVE'.
Fue uno de los episodios más crueles de la represión franquista. El 5 de agosto de 1939, trece mujeres, la mitad menores, fueron ejecutadas ante las tapias del cementerio del Este. Su historia sigue viva hoy en forma de libros, teatro, documentales y cine.
Lola Huete Machado - El País
Fue uno de los episodios más crueles de la represión franquista. El 5 de agosto de 1939, trece mujeres, la mitad menores, fueron ejecutadas ante las tapias del cementerio del Este. Su historia sigue viva hoy en forma de libros, teatro, documentales y cine.
"Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija que ya jamás te podrá besar ni abrazar Que no me lloréis. Que mi nombre no se borre de la historia". Fueron éstas las últimas palabras que dirigiría a su familia una muchacha de 19 años llamada Julia Conesa. Corría la noche del 4 de agosto de 1939. Hacía cuatro meses que había terminado la Guerra Civil. Madrid, destruida y vencida tras tres años de acoso, de bombardeos y resistencia ante el ejército sublevado, intentaba adaptarse al nuevo orden impuesto por el general Franco, un régimen que iba a durar cuatro décadas.
En el ambiente de ese verano de posguerra -tristísimo para unos y glorioso para otros-, se mezclaban las ruinas de los edificios y la pobreza de sus pobladores con las dolorosas secuelas físicas y psicológicas de la contienda. Y, sobre todo, abundaban ya la propaganda y la represión. El día a día de la capital estaba marcado por las denuncias constantes de vecinos, amigos y familiares; por la delación, los procesos de depuración en la Administración, en la Universidad y en las empresas; por las redadas, los espías infiltrados en todas partes, las detenciones y las ejecuciones sumarias. En junio habían comenzado, incluso, los fusilamientos de mujeres. "Españoles, alerta. España sigue en pie de guerra contra todo enemigo del interior o del exterior, perpetuamente fiel a sus caídos. España, con el favor de Dios, sigue en marcha, una, grande, libre, hacia su irrenunciable destino ", voceaban las radios de Madrid. "Juro aplastar y hundir al que se interponga en nuestro camino", advertía Franco en sus discursos.
Sería aquélla la última carta de Julia Conesa. Y ella lo sabía. Porque, junto a otras catorce presas de la madrileña cárcel de Ventas, había sido juzgada el día anterior en el tribunal de las Salesas. "Reunido el Consejo de Guerra Permanente número 9 para ver y fallar la causa número 30.426 que por el procedimiento sumarísimo de urgencia se ha seguido contra los procesados ( ) responsables de un delito de adhesión a la rebelión ( ) Fallamos que debemos condenar y condenamos a cada uno de los acusados ( ) a la pena de muerte", dice la sentencia. A Julia la acusaban hasta de haber sido "cobradora de tranvías durante la dominación marxista".
Y apenas 24 horas más tarde, 13 de aquellas mujeres y 43 hombres fueron ejecutados ante las tapias del cementerio del Este. El momento lo recuerdan así algunas compañeras de presidio: "Yo estaba asomada a la ventana de la celda y las vi salir. Pasaban repartidores de leche con sus carros y la Guardía Civil los apartaba. Las presas iban de dos en dos y tres guardias escoltaban a cada pareja, parecían tranquilas" (María del Pilar Parra). "Algunas permanecimos arrodilladas desde que se las llevaron, durante un tiempo que me parecieron horas, sin que nadie dijera nada. Hasta que María Teresa Igual, la funcionaria que las acompañó, se presentó para decirnos que habían muerto muy serenas y que una de ellas, Anita, no había fallecido con la primera descarga y gritó a sus verdugos: '¿es que a mí no me matan?" (Mari Carmen Cuesta). "Si fue terrible perderlas, verlas salir, tener que soportarlo con aquella impotencia, más lo fue ver la sangre fría de Teresa Igual relatando cómo habían caído. Entre las cosas que nos dijo, fue que las chicas iban muy ilusionadas porque pensaban que iban a verse con los hombres [con sus novios y maridos, también condenados] antes de ser ejecutadas, pero se encontraron que ya habían sido fusilados" (Carmen Machado).
Quince de los ajusticiados ese 5 de agosto de 1939 eran menores de edad, entonces establecida en los 21 años. Por su juventud, a estas mujeres se las comenzó a llamar "las trece rosas", y su historia se convirtió pronto en una de las más conmovedoras de aquel tiempo de odio fratricida y fascismo. Un episodio sobre el que nunca se habrá escrito mucho. Lo investigó el periodista Jacobo García, ya en 1985. Lo noveló el escritor Jesús Ferrero en su libro Las trece rosas (Siruela, 2003), en el que dedica un capítulo a cada una de las muchachas y con su literatura las dota de vida y palabra, de sentimiento y dolor; le pone cara a sus verdugos Lo documentó durante dos años, sin ficciones, y por eso aún con mayor crudeza el periodista Carlos Fonseca en Trece rosas rojas (Temas de Hoy, 2004): "No conocía la historia, no la busqué; ésta me buscó a mí a través de unos documentos que guardaba un tío de mi padre que pasó 20 años en la cárcel. Localicé el sumario, investigué; los familiares pusieron el material que tenían a mi disposición". En su libro duelen los testimonios de las familias, el momento de la condena, la partida hacia la muerte, la locura posterior de las madres de las fusiladas ante su pérdida, la indiferencia del régimen.
Retoma la historia de las trece rosas ahora la productora Delta Films en un largometraje documental títulado Que mi nombre no se borre de la historia, tal como pidió Julia en los últimos minutos de su vida. En la película se muestra el drama personal y el contexto social, político (su militancia en las Juventudes Socialistas Unificadas, JSU) y bélico en el que se mueven las protagonistas. "Es el primer documental sobre el suceso y entendimos que era urgente hacerlo porque son pocos los testigos vivos. Si no se recogen ahora sus voces, permanecerán para siempre en el olvido", dicen los directores, Verónica Vigil y José María Almela.
El destino triste de estas mujeres que no pudieron envejecer ha sido citado también en libros de Dulce Chacón o Jorge Semprún, y este mismo otoño lo acaba de llevar a escena la compañía de danza y teatro Arrieritos. Además ha sido inspiración para una organización socialista recién creada, Fundación Trece Rosas, "orientada a proyectos e iniciativas en las que se profundice en la igualdad y la justicia social". Y aún más: su vida y muerte es el argumento del próximo filme de Emilio Martínez Lázaro, con guión de Ignacio Martínez de Pisón y asesoría de Fonseca.
"Tras entrevistar a sus compañeros de organización, a sus familiares, concluimos que las trece rosas eran mujeres que sabían bien lo que hacían, y que con gran valentía y clarividencia lucharon contra el régimen antidemocrático que se avecinaba", comentan Vigil y Almela. "Se afiliaron a la JSU de forma consciente; pudiendo quedarse en casa, salieron a la calle y optaron por luchar y defender la II República española, desempeñando diversas labores durante la defensa de Madrid y poniendo en riesgo sus propias vidas". Según Fonseca, el régimen franquista "adoptaba un tono paternalista con las mujeres en sus mensajes, pero trató con igual inquina a hombres y a mujeres. La miliciana era para los vencedores la antítesis de la mujer, cuya misión en la vida era ser madre y reposo del guerrero". Para Santiago Carrillo, que fue primer secretario general de la JSU, "en las guerras, son ellas siempre las que más sufren Y el régimen de Franco hizo todo lo posible por destruir el espíritu de libertad de las mujeres que se había creado con la República".
Ellas se llamaban Ana López Gallego, Victoria Muñoz García, Martina Barroso García, Virtudes González García, Luisa Rodríguez de la Fuente, Elena Gil Olaya, Dionisia Manzanero Sala, Joaquina López Laffite, Carmen Barrero Aguado, Pilar Bueno Ibáñez, Blanca Brisac Vázquez, Adelina García Casillas y Julia Conesa Conesa. Eran modistas, pianistas, sastras, amas de casa, militantes todas, menos Brisac, de la JSU. El suyo se considera uno de los castigos más duros a los vencidos de la posguerra. Una respuesta, dicen, al asesinato del comandante de la Guardia Civil, Isaac Gabaldón, a su hija y su chófer el 27 de julio anterior.
"El número de detenciones diarias en la capital era muy variable en 1939, aunque muchos días la información titulada 'Detención de autores de asesinato' estaba formada por más de cien nombres ", escribe Pedro Montoliú en su reciente e interesante libro Madrid en la posguerra, 1939-1946. Los años de la represión (editorial Sílex) que le ha supuesto cuatro años de investigación y en el que describe el ambiente de aquel tiempo: "Los peores meses fueron junio, con 227 fusilados; julio, con 193; septiembre, con 106; octubre, con 123, y noviembre, con 201. Por días, los más sangrientos fueron el 14 de junio: 80 fusilados; 24 de junio, 102; 24 de julio, 48; el 5 de agosto, 56. ( ) Ese día, y 48 horas después de dictar sentencia, fueron fusiladas las 'trece rosas', de entre 18 y 23 años, que habían intentado reconstruir la JSU en la clandestinidad".
Vigil y Almela enfocan su película preguntándose cómo se podía llegar a ejecutar una sentencia tan infame. "¿Qué había pasado en España? ¿Qué acontecimientos habían azotado el panorama político y social de aquel entonces?". Miraron entonces hacía la organización política juvenil de la que las trece rosas eran miembros, la JSU, y a su papel en el transcurso de la guerra.
"Franco se proponía destruir hasta la simiente de los rojos en este país y al decir rojos, estoy diciendo los simples demócratas, los liberales, cualquier recuerdo de los tiempos en que España había sido libre", declara Carrillo en el filme. La organización nació en marzo de 1936 de la fusión entre la Unión de Juventudes Comunistas y la Federación de Juventudes Socialistas. "Luchábamos por un ideal", dice una de sus miembros. Otra: "Nos afanábamos por la libertad, por un mundo mejor, porque el trabajador pudiera vivir en condiciones". Una tercera: "Defendíamos la República que había sido elegida en 1931, mejorándola". Y cuarta: "Mi conciencia política surgió tan pronto empezó la guerra. Tenía 15 años y debía pelear, no había más remedio". En 1939, la JSU se encontraba deshecha, sus líderes encarcelados Sólo se contaba con el coraje de sus miembros para reorganizarse.
"Crear una estructura clandestina es siempre algo muy difícil. Hay que concentrar los esfuerzos. Y en ese periodo los concentramos en la creación, sobre todo, de un partido comunista clandestino", afirma Carrillo. Para el régimen, según el periodista Jacobo García, la JSU representaba un gran peligro: "Dada la juventud de sus militantes, estaba destinada a sobrevivir durante muchos años y a plantear problemas al régimen franquista durante muchos años, a corto, medio y largo plazo". Debía desaparecer.
Así, estando todos los hombres en prisión o en el exilio, de la reorganización se encargaron las mujeres o los jóvenes. "Queríamos seguir luchando, recuperar dinero para ayudar a los presos, para sacarlos, para sacar a mi hermano; queríamos, pero no lo conseguimos ", apunta Concha Carretero. "Te cogían enseguida", rememora Nieves Torres. "Era un Madrid triste, reservado, la gente no se atrevía a mirar a nadie; si ibas en el metro, todo el mundo iba con la cabeza baja", dice Mari Carmen Cuesta. Se tira de los detenidos, se utiliza la tortura para conseguir delaciones, y así, poco a poco, va cayendo la organización. "A los presos los sacaban a la calle y los usaban como gancho, detrás iban dos policías. Así me detuvieron a mí", sigue Torres.
Las trece rosas fueron elegidas para morir entre las 4.000 reclusas hacinadas en Ventas en un espacio pensado para 400 (más de 280.000 presos políticos se contaban en 1939 en España). ¿Por qué ellas y no otras? El escritor Jesús Ferrero imagina una posibilidad literaria y azarosa en su libro: "Roux, Cardinal y el Pálido habían comido opíparamente en el Ritz y se sentían alegres ( ). Una hora antes les había llegado la orden de elegir a quince mujeres, preferentemente menores de edad, para conducirlas a juicio. Ya en comisaría, una señora, que se sentía agradecida porque habían liberado a su hija, le regaló al Pálido un ramo de rosas. Eran quince El Pálido lo cogió y, mirando a Cardinal y a Roux, dijo: 'Señores, ha llegado el momento de decidir quiénes van a ser las quince de la mala hora. Bastará con ponerle un nombre a cada una de las rosas Empezaré yo', dijo tomando una flor. 'Y bien, esta rosa de pasión se va a llamar Luisa. No conseguí que esa bastarda pronunciara una sola palabra en los interrogatorios. Por poco me vuelve loco'. 'Y ésta, Pilar', dijo Cardinal. 'Y ésta se va a llamar Virtudes', susurró el Pálido con precipitación. 'Y ésta, Carmen', dijo Cardinal. 'Lo merece más que nadie. Nunca me miró bien esa condenada'. 'Y ésta, Martina', anunció Roux. 'Está siempre ausente. Seguro que ni siquiera se va a dar cuenta de que ha muerto".
Ficciones aparte, ellas sí se daban cuenta. De sus condiciones ("La posguerra fue peor que la guerra"), de las humillaciones ("Se ve que les gustó mi pelo y me dejaron pelona, pelona; me lo cortaban y me lo enseñaban, '¿no te da pena este ricito?"), de lo que les esperaba ("No bastaba con estar tú en la cárcel, todo tu entorno tenía que expiar por tu pecado"), de lo que significaba pertenecer a los derrotados ("Nos trataban de lo peor, muchas palizas, muchas vejaciones"), de lo que perdían ("Estuve 16 años en prisión, se me fue lo mejor de mi juventud ").
Así lo cuentan en la película Maruja Borrell, Nuria Torres, Mari Carmen Cuesta, Concha Carretero, Ángeles García-Madrid, entre otras muchas, de las que fueron amigas, conocieron y/o compartieron celda con las trece rosas en aquellos días. Hablan de las penurias, de la vida cotidiana en una prisión en la que sólo se comían "lentejas de Negrín", de los petates en el suelo, de la desconfianza ("No te fiabas de nadie porque se decía que los franquistas habían metido chivatas dentro"), y hasta de su capacidad para sobrevivir, intimar, quererse y reírse de sí y de su situación. Hablan de las terribles noches de saca, de cómo todas salían temerosas a la galería para ver quiénes eran las elegidas para morir, de cómo sucedió todo en aquella noche terrible de agosto. "Para mí es un recuerdo muy amargo, muy amargo", llora aún hoy desconsolada Mari Carmen Cuesta, entonces de 16 años.
En la película de Delta Films y en el libro de Fonseca se recogen testimonios de parientes: las sobrinas de Julia, de Dionisia, de Martina Y del hijo de Blanca Brisac y Enrique García, quizá la más triste de todas las historias: "Mi padre pertenecía a la UGT, pero mi madre dijeron que era de la JSU, y yo sé que no militaba. Lo puedo jurar", dice. A ambos los ejecutaron ese 5 de agosto de 1939, cuando él tenía 11 años. "Determinadas corrientes revisionistas pretenden hoy cambiar la realidad de los hechos y esto sí que es muy peligroso. No se trata de generar sentimientos revanchistas. En ninguna de las entrevistas que hicimos percibimos rencor. Al contrario, fue toda una lección de humanidad. Nuestro documental trata de concederles el minuto de duelo que en su día se les negó", cuentan Vigil y Almela.
Fue Blanca Brisac, sin embargo, quien mejor lo expresó, mientras escribía a su hijo esa noche, ya en capilla: "Voy a morir con la cabeza alta Sólo te pido que quieras a todos y que no guardes nunca rencor a los que dieron muerte a tus padres, eso nunca. Las personas buenas no guardan rencor Enrique, que te hagan hacer la comunión, pero bien preparado, tan bien cimentada la religión como me la cimentaron a mí Hijo, hijo, hasta la eternidad ".
El documental 'Que mi nombre no se borre de la historia' se emitirá a primeros de 2006 en 'Docu-TVE'.
martes, 19 de agosto de 2014
Segunda guerra indo-pakistaní: ¿Por qué ocurrió?
Los hechos detrás de la Segunda Guerra 1965
JENILLIA JENNI
En el escenario actual, mientras se ha iniciado una nueva ola de propaganda contra el ejército de Pakistán, la gente está hablando de reabrir el informe Hamood-ul-Rehman y volver a investigar las causas de la derrota en la guerra de 1971, si es el caso de ahorcamiento de Bhutto se puede reabrir de por qué un comisión de investigación no puede ser establecida para investigar las razones y fines de 1965 la guerra. El actual Gobierno. ha presentado una referencia presidencial en el Tribunal Supremo de reabrir el caso de Zulifqar Ali Bhutto y el Tribunal Supremo ha iniciado las audiencias judiciales sobre esto. Aparentemente, parece que esto se ha hecho sólo para crear el caos y desviar la atención del público de los problemas importantes de la estabilidad. Si el veredicto de la corte va en contra de la voluntad de los trabajadores PPPP de todo el país tendrán que enfrentarse a la agitación y si va en contra de Zia-ul-Haq que todo el ejército estará bajo el fuego de la crítica y la propaganda. De este modo, un ataque encubierto se ha puesto en marcha en la credibilidad del ejército de Pakistán. A través de estos casos controvertidos, no sólo a nuestros políticos corruptos serán capaces de ocultar su corrupción, sino que también pueden mantener sus actividades anti-Pakistán pasando. Mi pregunta es si el tiempo de los tribunales se puede desperdiciar en casos como el ahorcamiento de Bhutto, el informe de la comisión Hamood-ul-Rehman se puede publicar de por qué los hechos sobre 1965 no se liberan? ¿Por qué y cómo la guerra que fue ganada por nuestros valientes soldados a costa de sacrificar su vida se perdió en la mesa por nuestro Ministro de Relaciones Exteriores?
Hoy voy a tratar de desmontar tales hechos sobre 1965 guerra. Tan pronto como el mes de septiembre llega, recuerdos duros de la guerra de 1965 emergen de nuevo. Desde el primer día, se le dijo a la nación que la India de repente atacó Pakistán en la oscuridad de la noche. ¿Cuál fue la razón y el propósito detrás de esta guerra, esto nunca ha sido contada. Esta fue la guerra, que cortó las alas de Shaheen incluso antes de su primer vuelo y hasta ahora este Shaheen no ha sido capaz de volar. ¿Quién tenía miedo de un país asiático recién nacido en rápido desarrollo? ¡Ay! Nos hubiera identificado enemigos presentes dentro de nosotros mismos. Si hubiéramos hecho estas personas responsables antes la situación de Pakistán habría sido muy diferente. Pero el juego atroz jugado contra Pakistán es tanto misterioso y envuelto en cortinas que los verdaderos culpables no podrían haber sido identificados y castigados hasta ahora. Incluso hasta ahora, continuamos siguiendo traidores como Mir Jaffar y Mir Sadiq y sus descendientes.
Si la guerra de 1965 había tenido éxito con el plan preparado que el mapa de sub-continente habría sido muy diferente a partir de ahora. Esta es la guerra en la que la agresión de la India se convirtió en derrota para la India gracias a que nuestros valientes soldados dejaron su vida para proteger la patria, atándose dinamita en el pecho y poniéndose bajo los tanques del enemigo, demostraron al mundo que no sólo la vidas se pueden tomar sino que así se protege al país. Ellos lucharon con tanta crueldad a ese enemigo está todavía asombrado. Aunque corazón de león soldados del ejército de Pakistán detuvieron el complot, pero esta conspiración lograron su objetivo en la guerra de 1971. Demasiada propaganda se hizo sobre la guerra de 1971 y sus resultados. Después de la derrota, el país se dividió en dos partes. 90 mil soldados depusieron las armas (mientras que el número real de soldados de las fuerzas armadas detenidos como prisioneros de guerra no es más que 45.000, resto eran los empleados de diferentes departamentos civiles, como la salud, correos, policía, teléfono, etc.) Pero nadie está dispuesto a revelar la conspiración de 1965 la guerra y el propósito detrás de él. El hecho de que esta guerra no terminó en derrota de Pakistán e incluso traidores planteaba a sí mismos como patriotas, no pueden permitir que las investigaciones en este sentido, ya que pueden estar expuestos. Pero imaginar los resultados, si la conspiración había sido un éxito en 1965 hace que uno temblar de miedo. Pakistán se habría convertido en colonia de la India gobernada por los gobernantes pro-indios. Otra razón por la que esta investigación no se puede realizar es que con el fin de tomar la revancha de la derrota de la India en 1965, el caos de los secretos de acuerdo Tashkent se ha propagado de tal manera que la nación no puede ver nada más allá de esto. Es obvio que la nación todavía está siendo castigado por derrotar a la India en 1965. Aunque después, en 1971 el país se dividió en dos partes, 90.000 paquistaníes fueron esclavizados, pero las conspiraciones de los enemigos internos no había terminado aún, el tiempo por el tiempo, que producen nuevas excusas .
En 1947, cuando obtuvo su independencia de Pakistán, debido a las debilidades internas mundo estaba seguro de que este nuevo estado nacido no sobrevivirá por mucho tiempo. India reforzó aún más esta hipótesis a través de sus amigos europeos (esa era la razón de que Afganistán prefiere más fuerte a más débil India Pakistán). En el inicio de los años 60, la economía de Pakistán se estaba desarrollando rápidamente. Esto no era aceptable para Occidente, temeroso de comunalismo y el socialismo. Querían más fuerte la India para que pueda estar preparado para pelear con los gigantes. Esa es la razón por la que Occidente siempre está apoyando a la India en la disputa de Cachemira. Pero disputa indio con China cambió todo el escenario. Defensa y la debilidad económica de la India hicieron inquietos oeste.
En 1962, el ataque chino a la India no fue sin ninguna razón. La disputa real detrás de esta guerra fue que en la Segunda Guerra Mundial los británicos capturaron algunas partes de China, junto con frontera con la India, China se mantuvo en silencio debido a la debilidad interna. Pero después de la revolución exitosa cuando China exigió estas áreas de vuelta, los ingleses ya se había salido de la sub-continente. En 1958 China propuso que los dos países dejaran 25 y 25 millas de la zona de sus límites actuales declarándolas a las 50 millas como zona como tierra de nadie. Esta controversia pudo resolverse por medios pacíficos. Nehru rechazó arrogantemente esta propuesta porque la India había hecho fuertes lazos con Rusia y Europa. China, repitió misma demanda en 1961, pero como siempre, no sólo Nehru rechazó esta propuesta, sino que usó un lenguaje agresivo e insultante contra los líderes chinos en la sesión del parlamento. Así los chinos se vieron obligados a enseñar la lección a la India por la fuerza. A mediados de 1962 el ejército chino atacó y penetró 90 millas dentro de la India. Nehru apresuró a Ayub Khan a través de amigos occidentales para que Pakistán permite a la India para utilizar algunas de las zonas del este de Pakistán contra China como bases militares. Ayub Khan rechazó directamente esta presión. Después de esto, las potencias occidentales enviaron ministro de economía de la mancomunidad británica "Dankan Sanday" como su mensajero al subcontinente, conocido que Nehru que estaba preocupado de que Pakistán pudiera atacar a través de la Cachemira mantenida bajo posesión de la India y consolidara a Nehru. Más adelante gracias al apoyo de Bhutto actuando como ministro de Relaciones Exteriores temporal de Pakistán, Sanday reunió Ayub Khan y recibió garantías de que Pakistán no atacará a la India en ese momento difícil. Bhutto solía llamar Ayub Khan como "papá" en las reuniones. Esta fue la época en que se formaron para debilitar las conspiraciones de Pakistán. Pero tonta y simplemente Pakistán no podía entender estas conspiraciones e identificar enemigo oculto (Pakistán es un tanto ingenuo, incluso ahora). No cuestionaron que por qué un feudal de Sindh, que tiene forma de vida feudal y arrogante, no dudando en reclamar Nehru como su personalidad ideal, con el fin de probarse a sí mismo como seguidor de Nehru Rose toma como su debilidad, él mismo se encarga de la planta de la rosa sólo para asemejarse con Nehru. ¿Por qué esa persona había hecho Ayub Khan (althoguh ahora General, sino hijo de un Pathan Sepoy ordinario) a su padre? Algunas personas objetan que por qué algunas Generals estaban jugando en las manos de Bhutto, en especial general Gul Hassan? Muy pocas personas son conscientes de que la estación Comandante de Rawalpindi, el coronel Mustafa Sahibzada estaba casado con la hermana de Bhutto y el general Gul Hassan había trabajado bajo el coronel Mustafa. De acuerdo con el comportamiento de Bhutto, él nunca mencionó su relación con el coronel, porque después de tener vínculos con los generales, los familiares de rangos inferiores eran una causa de insulto para él. General Gul Hassan tenía mucho respeto por su antiguo comandante y estaba al tanto de su relación con Bhutto. Cuando las intenciones son malas entonces debido a los intereses mutuos personas se reúnen como las aves de una bandada vuelan juntos.
Él es el mismo Gul Hassan quien dispuso el retorno seguro de Bhutto después de la caída de Dhaka, y le líder del país hizo, no sólo a él aceptó un gobernante civil como Administrador Jefe Martial pero obligó a toda la nación a aceptar también.
Si se analiza la guerra de 1965, un hecho es claro que es imposible ver cada pulgada de los cientos de kilómetros de largo de la frontera. Ya se trate de la guerra moderna o edades avanzadas, existen estrategias específicas para atacar a enemigos a través de puntos débiles específicos teniendo en cuenta las ubicaciones geográficas. Esto nunca ha sucedido en la historia que un ejército de miles de hombres llega a las puertas del enemigo sin dejar enemigo tenga cuidado, ya que llevaban tapas mágicos. A menos enemigo no tiene poder para defenderse o hay abundancia de traidores. En 1965, los medios electrónicos no era tanto efectivo y soportes de impresión no era tanto avanzado. Pero la gente de sentido común sabe que los ataques o las guerras no se inician repentinamente. Pero todavía nos está diciendo que los indios de repente atacaron corazón de Pakistán, Lahore, en la oscuridad de la noche. Si es así sucedió entonces qué castigo se le dio a los responsables de mantener un ojo sobre las formaciones militares y movimientos de enemigo? Si nos fijamos en los titulares de los periódicos antes de 1965 la guerra, ellos leen thatPakistan había iniciado sus actividades en la Cachemira india en poder de la infiltración de los Gorilas y esto no es un secreto que todo esto se hizo por orden del Ministro de Relaciones Exteriores de ese momento, es decir Zulifqar Ali Bhutto . Estos informes se conservan en las páginas de estos periódicos que Bhutto ha asegurado Ayub y el general Musa en la medida de la creencia de que "Si Pakistán inicia la operación limitada en la Cachemira india Held, la India no atacar a Pakistán en la frontera internacional". Con el fin de fortalecer aún más, la confianza de la creación de ese tiempo Bhutto dijo que había tomado la garantía de China y otras potencias mundiales que la India no lanzará una agresión abierta contra Pakistán. Hecho asombroso es que el comandante experimentado como el general Musa, que ha subido desde el rango de soldado / cipayo de tan alto rango, fue engañado por Bhutto. Bhutto estaba jugando doble juego, en caso de Cachemira había sido liberado de las fuerzas indias, todos los elogios que debería haber sido de Bhutto, y en caso de derrota incluyendo Ayub Khan, el general Musa, el general Sarfraz, el general Akhtar Hussein y muchos otros habría sido acusado de esto. Si bien en ambos casos, el Acuerdo de Shimla tiene que ser firmado por Bhutto como Ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, después de lo cual este anuncio tenía que ser hecho, "¡Gracias! Pakistán había sido salvado ".
El 6 de septiembre se está acercando, mientras que el país celebra la victoria, la nación se le debe decir que cuando la operación Gorila se había iniciado en la Cachemira mantenida bajo ocupación india y el primer ministro indio fue advirtiendo que ahora la India atacaría a su elección del lugar, ¿por qué la Cancillería ordenó al ejército preparar el terreno deportivo en Lahore. Cuando hubo informes de que la India había enviado la artillería pesada y APC por eso que nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores no deja de decir que vamos a permanecer en paz en todas las situaciones? Cuando las tropas pakistaníes querían ir a la frontera, fueron detenidos en el nombre de una reunión especial en el consulado de EE.UU. para el que pocos americanos tuvieron que visitar de India a través de la frontera Wahga a participar en esta función. Por lo tanto, si veían tropas avanzar hacia la frontera que esto no será bueno para la imagen pacífica de Pakistán. Los informes posteriores demostraron que los jeeps de estos americanos eran conducidos por oficiales del ejército de la India en ropas civiles, después de regresar de nuevo se informó que todo está claro. Esta es la razón por indios atacaron en la oscuridad de la noche de lo contrario ni el Akashwani Radio ni jefe indio el General de Ejército Manak Shah fue tan loco que según ellos van a tomar su almuerzo en Lahore Gymkhana. Indian jamás había soñado que iban a enfrentar cualquier resistencia. La Nación se enorgullece de esos leones del ejército de Pakistán, que no sólo derrotó a los enemigos externos, sino internos, así y como recompensa aceptó sólo el martirio.
Si está presente gobierno ha reabierto el caso Bhutto, quiere volver a investigar la guerra de 1971 de lo que deberían reunir coraje para realizar una investigación en el año 1965 la guerra y castigar a aquellos personajes que impulsaron Ayub a esta guerra y deben tomar medidas legales en contra de ellos también. Siempre estamos tratando de proteger nuestros propios intereses; nos escondemos muchos hechos en nombre de los intereses nacionales. Pero la nación no podía conseguir conciencia de esos intereses nacionales para que estos secretos sucios son secretos aún ...
Escrito por Khalid Baig,
Una selección de "Aur Kia Likhoon
Pakistan Defense Blog
JENILLIA JENNI
En el escenario actual, mientras se ha iniciado una nueva ola de propaganda contra el ejército de Pakistán, la gente está hablando de reabrir el informe Hamood-ul-Rehman y volver a investigar las causas de la derrota en la guerra de 1971, si es el caso de ahorcamiento de Bhutto se puede reabrir de por qué un comisión de investigación no puede ser establecida para investigar las razones y fines de 1965 la guerra. El actual Gobierno. ha presentado una referencia presidencial en el Tribunal Supremo de reabrir el caso de Zulifqar Ali Bhutto y el Tribunal Supremo ha iniciado las audiencias judiciales sobre esto. Aparentemente, parece que esto se ha hecho sólo para crear el caos y desviar la atención del público de los problemas importantes de la estabilidad. Si el veredicto de la corte va en contra de la voluntad de los trabajadores PPPP de todo el país tendrán que enfrentarse a la agitación y si va en contra de Zia-ul-Haq que todo el ejército estará bajo el fuego de la crítica y la propaganda. De este modo, un ataque encubierto se ha puesto en marcha en la credibilidad del ejército de Pakistán. A través de estos casos controvertidos, no sólo a nuestros políticos corruptos serán capaces de ocultar su corrupción, sino que también pueden mantener sus actividades anti-Pakistán pasando. Mi pregunta es si el tiempo de los tribunales se puede desperdiciar en casos como el ahorcamiento de Bhutto, el informe de la comisión Hamood-ul-Rehman se puede publicar de por qué los hechos sobre 1965 no se liberan? ¿Por qué y cómo la guerra que fue ganada por nuestros valientes soldados a costa de sacrificar su vida se perdió en la mesa por nuestro Ministro de Relaciones Exteriores?
Hoy voy a tratar de desmontar tales hechos sobre 1965 guerra. Tan pronto como el mes de septiembre llega, recuerdos duros de la guerra de 1965 emergen de nuevo. Desde el primer día, se le dijo a la nación que la India de repente atacó Pakistán en la oscuridad de la noche. ¿Cuál fue la razón y el propósito detrás de esta guerra, esto nunca ha sido contada. Esta fue la guerra, que cortó las alas de Shaheen incluso antes de su primer vuelo y hasta ahora este Shaheen no ha sido capaz de volar. ¿Quién tenía miedo de un país asiático recién nacido en rápido desarrollo? ¡Ay! Nos hubiera identificado enemigos presentes dentro de nosotros mismos. Si hubiéramos hecho estas personas responsables antes la situación de Pakistán habría sido muy diferente. Pero el juego atroz jugado contra Pakistán es tanto misterioso y envuelto en cortinas que los verdaderos culpables no podrían haber sido identificados y castigados hasta ahora. Incluso hasta ahora, continuamos siguiendo traidores como Mir Jaffar y Mir Sadiq y sus descendientes.
Si la guerra de 1965 había tenido éxito con el plan preparado que el mapa de sub-continente habría sido muy diferente a partir de ahora. Esta es la guerra en la que la agresión de la India se convirtió en derrota para la India gracias a que nuestros valientes soldados dejaron su vida para proteger la patria, atándose dinamita en el pecho y poniéndose bajo los tanques del enemigo, demostraron al mundo que no sólo la vidas se pueden tomar sino que así se protege al país. Ellos lucharon con tanta crueldad a ese enemigo está todavía asombrado. Aunque corazón de león soldados del ejército de Pakistán detuvieron el complot, pero esta conspiración lograron su objetivo en la guerra de 1971. Demasiada propaganda se hizo sobre la guerra de 1971 y sus resultados. Después de la derrota, el país se dividió en dos partes. 90 mil soldados depusieron las armas (mientras que el número real de soldados de las fuerzas armadas detenidos como prisioneros de guerra no es más que 45.000, resto eran los empleados de diferentes departamentos civiles, como la salud, correos, policía, teléfono, etc.) Pero nadie está dispuesto a revelar la conspiración de 1965 la guerra y el propósito detrás de él. El hecho de que esta guerra no terminó en derrota de Pakistán e incluso traidores planteaba a sí mismos como patriotas, no pueden permitir que las investigaciones en este sentido, ya que pueden estar expuestos. Pero imaginar los resultados, si la conspiración había sido un éxito en 1965 hace que uno temblar de miedo. Pakistán se habría convertido en colonia de la India gobernada por los gobernantes pro-indios. Otra razón por la que esta investigación no se puede realizar es que con el fin de tomar la revancha de la derrota de la India en 1965, el caos de los secretos de acuerdo Tashkent se ha propagado de tal manera que la nación no puede ver nada más allá de esto. Es obvio que la nación todavía está siendo castigado por derrotar a la India en 1965. Aunque después, en 1971 el país se dividió en dos partes, 90.000 paquistaníes fueron esclavizados, pero las conspiraciones de los enemigos internos no había terminado aún, el tiempo por el tiempo, que producen nuevas excusas .
En 1947, cuando obtuvo su independencia de Pakistán, debido a las debilidades internas mundo estaba seguro de que este nuevo estado nacido no sobrevivirá por mucho tiempo. India reforzó aún más esta hipótesis a través de sus amigos europeos (esa era la razón de que Afganistán prefiere más fuerte a más débil India Pakistán). En el inicio de los años 60, la economía de Pakistán se estaba desarrollando rápidamente. Esto no era aceptable para Occidente, temeroso de comunalismo y el socialismo. Querían más fuerte la India para que pueda estar preparado para pelear con los gigantes. Esa es la razón por la que Occidente siempre está apoyando a la India en la disputa de Cachemira. Pero disputa indio con China cambió todo el escenario. Defensa y la debilidad económica de la India hicieron inquietos oeste.
En 1962, el ataque chino a la India no fue sin ninguna razón. La disputa real detrás de esta guerra fue que en la Segunda Guerra Mundial los británicos capturaron algunas partes de China, junto con frontera con la India, China se mantuvo en silencio debido a la debilidad interna. Pero después de la revolución exitosa cuando China exigió estas áreas de vuelta, los ingleses ya se había salido de la sub-continente. En 1958 China propuso que los dos países dejaran 25 y 25 millas de la zona de sus límites actuales declarándolas a las 50 millas como zona como tierra de nadie. Esta controversia pudo resolverse por medios pacíficos. Nehru rechazó arrogantemente esta propuesta porque la India había hecho fuertes lazos con Rusia y Europa. China, repitió misma demanda en 1961, pero como siempre, no sólo Nehru rechazó esta propuesta, sino que usó un lenguaje agresivo e insultante contra los líderes chinos en la sesión del parlamento. Así los chinos se vieron obligados a enseñar la lección a la India por la fuerza. A mediados de 1962 el ejército chino atacó y penetró 90 millas dentro de la India. Nehru apresuró a Ayub Khan a través de amigos occidentales para que Pakistán permite a la India para utilizar algunas de las zonas del este de Pakistán contra China como bases militares. Ayub Khan rechazó directamente esta presión. Después de esto, las potencias occidentales enviaron ministro de economía de la mancomunidad británica "Dankan Sanday" como su mensajero al subcontinente, conocido que Nehru que estaba preocupado de que Pakistán pudiera atacar a través de la Cachemira mantenida bajo posesión de la India y consolidara a Nehru. Más adelante gracias al apoyo de Bhutto actuando como ministro de Relaciones Exteriores temporal de Pakistán, Sanday reunió Ayub Khan y recibió garantías de que Pakistán no atacará a la India en ese momento difícil. Bhutto solía llamar Ayub Khan como "papá" en las reuniones. Esta fue la época en que se formaron para debilitar las conspiraciones de Pakistán. Pero tonta y simplemente Pakistán no podía entender estas conspiraciones e identificar enemigo oculto (Pakistán es un tanto ingenuo, incluso ahora). No cuestionaron que por qué un feudal de Sindh, que tiene forma de vida feudal y arrogante, no dudando en reclamar Nehru como su personalidad ideal, con el fin de probarse a sí mismo como seguidor de Nehru Rose toma como su debilidad, él mismo se encarga de la planta de la rosa sólo para asemejarse con Nehru. ¿Por qué esa persona había hecho Ayub Khan (althoguh ahora General, sino hijo de un Pathan Sepoy ordinario) a su padre? Algunas personas objetan que por qué algunas Generals estaban jugando en las manos de Bhutto, en especial general Gul Hassan? Muy pocas personas son conscientes de que la estación Comandante de Rawalpindi, el coronel Mustafa Sahibzada estaba casado con la hermana de Bhutto y el general Gul Hassan había trabajado bajo el coronel Mustafa. De acuerdo con el comportamiento de Bhutto, él nunca mencionó su relación con el coronel, porque después de tener vínculos con los generales, los familiares de rangos inferiores eran una causa de insulto para él. General Gul Hassan tenía mucho respeto por su antiguo comandante y estaba al tanto de su relación con Bhutto. Cuando las intenciones son malas entonces debido a los intereses mutuos personas se reúnen como las aves de una bandada vuelan juntos.
Él es el mismo Gul Hassan quien dispuso el retorno seguro de Bhutto después de la caída de Dhaka, y le líder del país hizo, no sólo a él aceptó un gobernante civil como Administrador Jefe Martial pero obligó a toda la nación a aceptar también.
Si se analiza la guerra de 1965, un hecho es claro que es imposible ver cada pulgada de los cientos de kilómetros de largo de la frontera. Ya se trate de la guerra moderna o edades avanzadas, existen estrategias específicas para atacar a enemigos a través de puntos débiles específicos teniendo en cuenta las ubicaciones geográficas. Esto nunca ha sucedido en la historia que un ejército de miles de hombres llega a las puertas del enemigo sin dejar enemigo tenga cuidado, ya que llevaban tapas mágicos. A menos enemigo no tiene poder para defenderse o hay abundancia de traidores. En 1965, los medios electrónicos no era tanto efectivo y soportes de impresión no era tanto avanzado. Pero la gente de sentido común sabe que los ataques o las guerras no se inician repentinamente. Pero todavía nos está diciendo que los indios de repente atacaron corazón de Pakistán, Lahore, en la oscuridad de la noche. Si es así sucedió entonces qué castigo se le dio a los responsables de mantener un ojo sobre las formaciones militares y movimientos de enemigo? Si nos fijamos en los titulares de los periódicos antes de 1965 la guerra, ellos leen thatPakistan había iniciado sus actividades en la Cachemira india en poder de la infiltración de los Gorilas y esto no es un secreto que todo esto se hizo por orden del Ministro de Relaciones Exteriores de ese momento, es decir Zulifqar Ali Bhutto . Estos informes se conservan en las páginas de estos periódicos que Bhutto ha asegurado Ayub y el general Musa en la medida de la creencia de que "Si Pakistán inicia la operación limitada en la Cachemira india Held, la India no atacar a Pakistán en la frontera internacional". Con el fin de fortalecer aún más, la confianza de la creación de ese tiempo Bhutto dijo que había tomado la garantía de China y otras potencias mundiales que la India no lanzará una agresión abierta contra Pakistán. Hecho asombroso es que el comandante experimentado como el general Musa, que ha subido desde el rango de soldado / cipayo de tan alto rango, fue engañado por Bhutto. Bhutto estaba jugando doble juego, en caso de Cachemira había sido liberado de las fuerzas indias, todos los elogios que debería haber sido de Bhutto, y en caso de derrota incluyendo Ayub Khan, el general Musa, el general Sarfraz, el general Akhtar Hussein y muchos otros habría sido acusado de esto. Si bien en ambos casos, el Acuerdo de Shimla tiene que ser firmado por Bhutto como Ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, después de lo cual este anuncio tenía que ser hecho, "¡Gracias! Pakistán había sido salvado ".
El 6 de septiembre se está acercando, mientras que el país celebra la victoria, la nación se le debe decir que cuando la operación Gorila se había iniciado en la Cachemira mantenida bajo ocupación india y el primer ministro indio fue advirtiendo que ahora la India atacaría a su elección del lugar, ¿por qué la Cancillería ordenó al ejército preparar el terreno deportivo en Lahore. Cuando hubo informes de que la India había enviado la artillería pesada y APC por eso que nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores no deja de decir que vamos a permanecer en paz en todas las situaciones? Cuando las tropas pakistaníes querían ir a la frontera, fueron detenidos en el nombre de una reunión especial en el consulado de EE.UU. para el que pocos americanos tuvieron que visitar de India a través de la frontera Wahga a participar en esta función. Por lo tanto, si veían tropas avanzar hacia la frontera que esto no será bueno para la imagen pacífica de Pakistán. Los informes posteriores demostraron que los jeeps de estos americanos eran conducidos por oficiales del ejército de la India en ropas civiles, después de regresar de nuevo se informó que todo está claro. Esta es la razón por indios atacaron en la oscuridad de la noche de lo contrario ni el Akashwani Radio ni jefe indio el General de Ejército Manak Shah fue tan loco que según ellos van a tomar su almuerzo en Lahore Gymkhana. Indian jamás había soñado que iban a enfrentar cualquier resistencia. La Nación se enorgullece de esos leones del ejército de Pakistán, que no sólo derrotó a los enemigos externos, sino internos, así y como recompensa aceptó sólo el martirio.
Si está presente gobierno ha reabierto el caso Bhutto, quiere volver a investigar la guerra de 1971 de lo que deberían reunir coraje para realizar una investigación en el año 1965 la guerra y castigar a aquellos personajes que impulsaron Ayub a esta guerra y deben tomar medidas legales en contra de ellos también. Siempre estamos tratando de proteger nuestros propios intereses; nos escondemos muchos hechos en nombre de los intereses nacionales. Pero la nación no podía conseguir conciencia de esos intereses nacionales para que estos secretos sucios son secretos aún ...
Escrito por Khalid Baig,
Una selección de "Aur Kia Likhoon
Pakistan Defense Blog
Suscribirse a:
Entradas (Atom)