Descubierta la lanza más antigua de la Humanidad, de hace 300.000 años
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Hallado un bastón de caza en el yacimiento de Schöningen
Descubierta en el yacimiento de Schoningen, en el norte de Alemania, la lanza de caza más antigua de la humanidad (con el uso probado como tal). Reportaje Ignacio Orovio (.)
Ignacio Orovio, La Vanguardia
Podríamos estar ante el arma de caza más antigua de la Humanidad: una especie de “bumerang”, un bastón ligeramente curvado de 64’5 centímetros de longitud, fabricado hace alrededor de 300.000 años, más bien plano por un lado y más bien redondo por el otro, que pudo emplearse en el Paleolítico inferior para matar (o al menos aturdir) piezas de caza.
Apareció en el yacimiento de Schöningen, en el norte de Alemania, que no sólo es una vieja mina de carbón, sino que es también una mina arqueológica. Incluye 18 yacimientos diferenciados, de épocas diversas, y tiene alrededor de seis metros de datos de una época tan remota como el Paleolítico.
Descubierta en el yacimiento de Schoningen, en el norte de Alemania, la lanza de caza más antigua de la humanidad (con el uso probado como tal). (.)
El bastón apareció en el lugar en diciembre de 2016 y desde entonces ha sido estudiado y analizado por un equipo multidisciplinar codirigido por los arqueólogos Nicholas Conard y Jordi Serangeli (con ascendientes catalanes) que este lunes presenta el hallazgo a través de un artículo en la revista Nature Ecology and Evolution.
La singularidad del artefacto es que es el primero de la historia de la Humanidad que con plena seguridad fue empleado como arma de caza, aunque se estima que otros objetos hallados en otros yacimientos podrían ser incluso anteriores. Pero no existe por hoy la certeza.
En el mismo yacimiento aparecieron otras lanzas y bastones, once en total, junto a los restos de 25 caballos, restos de cáscaras de huevos e incluso restos de tigre de dientes de sable, de modo que todo apuntaba que esas habían sido las armas utilizadas. Lo que ahora se presenta es la certeza de que ese pedazo de abeto, de la especie Picea abies, fue moldeado por la mano humana con sílex para cazar.
EL MATERIAL
El arma mide algo más de 64 centímetros, está ligeramente curvada y limpia de ramas laterales
En sus 64,5 centímetros, los arqueólogos han podido apreciar el trabajo de moldeado, con un total de 21 cortes y ramitas laterales eliminadas para favorecer el vuelo del arma. La pieza pesa 264 gramos, con toda seguridad un poco más que lo que pesaba en su estado seco original.
Esa es la clave de su conservación: el estado de humedad del subsuelo, en una zona pantanosa de turba y humus, que ha permitido ese fabuloso viaje en el tiempo.
“A través de estas lanzas podemos observar la inteligencia de sus creadores”, explica por teléfono a La Vanguardia Serangeli, “la gente va a ver la Mona Lisa, pero nadie se interesa por el cráneo de Leonardo da Vinci, y para mí estas lanzas son como la Mona Lisa. La planificación de la acción explica la inteligencia de sus creadores. Los pájaros usan herramientas, pero aquí usan sílex para modelar una lanza, detrás intuimos una estrategia sofisticada de planificación”.
Descubierta en el yacimiento de Schoningen, en el norte de Alemania, la lanza de caza más antigua de la humanidad (con el uso probado como tal). ©UnivTuebingen (.)
En el yacimiento han aparecido armas de diferentes tipos, que indican distintos usos. Con bumerangs como este (no pensemos en los curvados de culturas australianas que retornan, este iba en linea más o menos recta hacia la presa) se podían abatir aves y se podían aturdir otras especies, como conejos, zorros, castores, martas o corzos, o herir otras mayores, acaso caballos, a los que se podía matar con otras lanzas más específicas para ello, y que también se han hallado en Schöningen.
También pudieron emplearse para dirigir a las presas hacia lugares sin escapatoria, donde podían ser abatidos con mayor facilidad. Se calcula que estos “bumerangs” podían ser eficaces hasta cien metros de distancia.
Los investigadores han analizado instrumentos similares empleados por pueblos contemporáneos en África, América del Norte y Australia. El equipo de Serangeli ha hecho pruebas con material similar. “Lo que puedo decir es que no soy un atleta… ”, ríe el investigador.
ESTRUCTURA SOCIAL
La lanza permite intuir la organización que habían desarrollado los neandertales en sus tareas cazadoras
En todo caso, el hallazgo de Schöningen denota una estructura social y una organización de la caza altamente sofisticada en la especie neandertal. “Los animales tienen dientes y uñas y fuerza, cosa que nosotros no tenemos, por lo que desde el punto de vista filosófico este descubrimiento, con la antigüedad que tiene, es muy interesante y revelador”, añade Serangeli.
“A un kilómetro del yacimiento estuvo la frontera que dividía las dos alemanias: ¿eso es moderno? Para algunas cosas, el neandertal era más moderno que nosotros. Solemos pensar que la modernidad somos nosotros, pero aquí demostramos que eran iguales que nosotros”, añade el arqueólogo.
Los estudios en Schöningen no han podido determinar que estos grupos humanos dominasen la tecnología del fuego, aunque posiblemente así era. Se estima que las temperaturas eran entre dos y tres grados inferiores, de promedio, a las de la actualidad, con inviernos muy severos.
MEDIO HOSTIL
El clima era entre dos y tres grados más frío que hoy como promedio, y se cree que desconocían la tecnología del fuego
También señala que aquellos grupos humanos sabían en qué época y en qué lugar exactamente maduraba tal o cual fruta (y cuáles eran comestibles), y en qué momentos y lugares aparecía la pesca y la caza. Las excavaciones en Schöningen empezaron a principios de los años 80 en una mina que ocupaba alrededor de seis kilómetros cuadrados, bajo la dirección del gobierno de la Baja Sajonia, con sede en Hannover.
En 1992 aparecieron los primeros artefactos de madera y dos años más tarde uno que se consideró como el primer palo de lanzar, pero este extremo no pudo probarse.
Entre 1995 y 1999 se hallaron 10 lanzas y otras maderas trabajadas, incluida la que se conoció como “asador de asado”, pensando que pudo emplearse como “pinchito” para asar.
Desde 2008, la investigación es compartida entre el gobierno de la Baja Sajonia y la Universidad de Tübingen y desde 2013 los hallazgos más importantes se muestran en el Forschungsmuseum Schöningen.
Desde 2016, el Centro Senckenberg para la Evolución Humana y el Paleoambiente (SHEP) dirige las excavaciones en este lugar.
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